Señor Presidente de la Academia Nacional de Medicina Autoridades de la Sociedad Argentina de Cardiología, la Fundación Cardiológica y la Revista Argentina de Cardiología Colegas, señoras, señores

Estar hoy en este lugar de privilegio es un honor para mí, como seguramente lo ha sido para todos aquellos que me precedieron en el cargo. Significa una gran responsabilidad ante todos los que depositaron su confianza en mí y solo contribuyendo al crecimiento de nuestra sociedad habré saldado, en parte, la deuda contraída.

La tarea no es sencilla. En un mundo de paradigmas que cambian vertiginosamente y en épocas donde el esfuerzo, el compromiso con el prójimo y el trabajo -muchas veces ad-honorem- han perdido sentido, es un inmenso desafío trasmitir a los más jóvenes, los valores que nos inculcaron nuestros maestros y mantener encendida la llama de la mística. Esa mística que llevó a sus fundadores a tener un sueño que hicieron realidad con la creación de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y que durante sus casi 82 años de vida nos cobija a todos con el compromiso de llevar a lo largo y a lo ancho de nuestro país, su misión: ser líder en salud cardiovascular.

La formación médica es una responsabilidad de todos y no de unos pocos, por eso debemos comprender la importancia de abrazar la carrera societaria, de involucrarnos en los proyectos y las decisiones. Solo se progresa en las membresías por mérito académico. La presentación y la publicación de trabajos científicos es la única vía. Implica dedicación y constancia, aunque la recompensa sea solo nuestro crecimiento profesional.

La carrera médica es un camino largo y con dificultades, y las sociedades científicas son ese punto de encuentro que permiten el aprendizaje de la experiencia ajena, el debate y el intercambio de opiniones y el desarrollo del conocimiento. No podemos no ser parte.

A los más jóvenes, que han completado el curso bianual de cardiología, y que próximamente obtendrán el título de cardiólogos, felicitaciones por este logro, pero sepan que la meta alcanzada es solo el punto de una nueva partida. Hoy comienza el futuro. Los aguardan cotidianos desafíos y una vida entera dedicada al estudio. Sean profesionales de excelencia, de saber superlativo, pero jamás olviden la empatía y la entrega hacia el paciente y su familia, eso los hará

verdaderamente grandes. Sean generosos. Trasmitan el conocimiento a los que los siguen. No se alejen, por el contrario, aduéñense de la SAC para que la sangre nueva circule por ella con vientos de cambio. Las puertas están abiertas para ustedes.

Conscientes de que la formación médica hoy se rige por métodos menos tradicionales hemos comenzado a transitar el camino de la integración de la tecnología adaptada a la educación, y con el reciente desarrollo de la App de la SAC, estamos dando un paso crucial para para tender un puente hacia los millennials.

La App lanzada durante el último congreso en octubre, recién está debutando, guiada de cerca en su crecimiento por todo el equipo que integra SAC JOVEN, constituye una muestra de cómo generaciones muy distintas, pero con objetivos comunes pueden hacer cosas en conjunto.

SAC JOVEN debe continuar creciendo para transformarse en la puerta grande que dé la bienvenida a aquellos que finalizada la residencia médica y que, con mucha pasión, comienzan a militar en la Sociedad.

Los CONSEJOS CIENTÍFICOS son los basamentos sobre los que se apoya la SAC y es por ese motivo que para acceder a la Dirección o a la Secretaria Científica se requiere que sus miembros hayan demostrado su crecimiento académico y sean miembros titulares.

La actividad que llevan a cabo a lo largo del año, tanto médicos como técnicos y enfermeros -actores esenciales del equipo de salud- es muy intensa, no solo presencial, sino también a distancia, con la modalidad de trasmisiones en vivo y el desarrollo de cursos virtuales.

Debemos derribar las fronteras territoriales a la difusión del conocimiento, y la tecnología hoy se pone a nuestro servicio para lograrlo. Durante este año dirigiremos el esfuerzo para mantener la calidad y aumentar la diversidad de cursos virtuales en todos los niveles de capacitación, para permitir un acceso más sencillo a la formación, y así lograr una calidad de atención médica superadora, aun en aquellos lugares del país que se encuentran distantes de los centros de capacitación.

En esto tendrá un lugar relevante el Área de Recursos Institucionales (ARI) conjuntamente con el Centro de Educación Permanente (CEP), ya que toda la coordinación de la información que se ofrece a los socios estará bajo su tutela; tendrán que coordinar y diagramar la difusión de la información a través la página web, la App y el mailing, deberán decodificar cuál es el lenguaje que se utilizará, para que cada uno, en ese cosmos diverso que conforma nuestra Sociedad, reciba la propuesta apropiada.

Hoy la comunicación es un desafío; las técnicas han cambiado y se han complejizado, y a pesar del acceso ilimitado a la información, muchas veces no comprendemos los mensajes. En ese sentido queremos concretar este año un viejo anhelo: profesionalizar la comunicación interna y externa, para no duplicar esfuerzos y sacar el máximo provecho de lo que realizan otros.

Algunas cosas han comenzado a cambiar y con éxito. Este año, por primera vez, los DISTRITOS REGIONALES fueron responsables de la organización integral y el desarrollo de sus propias jornadas. Trabajaron en equipo aportando opiniones y propuestas, y el resultado fue la concreción de ocho jornadas distribuidas en todo el país, con programas científicos de gran calidad y con nutridas concurrencias. Debemos continuar profundizando este cambio, respetando las autonomías y contribuyendo al fortalecimiento de cada uno de ellos. Seguramente esto permitirá que cada vez más cardiólogos con excelente formación tengan visibilidad y se sumen al compromiso docente que tenemos con nuestros pares.

Cada vez más, se recurre a los CONSENSOS para la práctica cotidiana, y son respaldo en situaciones jurídicas, por lo que es importante fortalecer el área, para que la actualización de los mismos sea ágil, con impronta propia, acorde con nuestras necesidades y realidades, con fuerte participación de profesionales de todo el país.

El “Congreso de Ecocardiografía e Imágenes Cardiovasculares” y el “Congreso Argentino de Cardiología” constituyen marcas registradas y su realización anual, una garantía de éxito. Ese logro es el producto del arduo trabajo de mucha gente en la planificación y renovación de cada edición durante todo el año.

Indiscutiblemente la situación económica del país será un escollo importante, ya que los costos de em-prendimientos de semejante envergadura no son fáciles de financiar, pero pondremos a prueba todo nuestro ingenio para que la calidad no sea menoscabada, ni siquiera mínimamente.

La Revista Argentina de Cardiología (RAC), órgano oficial de difusión científica y orgullo de la SAC, cambiará la forma de elección de sus autoridades. Ya no será patrimonio de la Comisión Directiva la designación del Director en forma directa. Conscientes de la importancia de dotarla de mecanismos transparentes y previsibles, se convocó a una comisión integrada por expresidentes, quienes redactaron el nuevo reglamento que se aplicará el año próximo, para la selección por concurso

En el plano internacional se comenzó el camino de la integración con las sociedades cardiológicas más destacadas del mundo, con convenios de cooperación que han permitido la concreción de sesiones conjuntas en los congresos de mayor relevancia, por un lado, y la posibilidad de participación de cardiólogos argentinos en múltiples actividades que fueron muy enriquecedo-ras, por otro. El Dr. Daniel Piñeiro, que lideró el área durante los últimos tres años con pasión inigualable, ha sido un motor fundamental para alcanzar esos logros. Ahora queremos ampliar horizontes y comenzamos las tratativas para similares acuerdos con Asia Pacífico y África.

Los pacientes, destinatarios de todos nuestros desvelos, seguirán ocupando un lugar de privilegio. WIKI-CARDIO, el sitio dedicado a trasmitirles información confiable, comenzará una etapa de reconversión de la plataforma informática, para poder incorporar nuevas formas de interacción a fin de hacerla cada vez más atractiva y convocante. Sin dudas la Fundación Cardiológica, como siempre, será nuestra aliada en la misión.

Tenemos mucho por delante y con el invalorable trabajo de todo el staff de nuestra casa, que a diario pone su granito de arena para que todo funcione, seguramente podremos sentirnos orgullosos de los resultados.

Compartir este año la mesa directiva con Ricardo Migliore, Luis Quintana, Pablo Stutzbach y Claudio Higa ha sido un privilegio para mí. El diálogo y el trato respetuoso encabezaron todas nuestras reuniones, y con el transcurrir de los días se fue agregando el compañerismo y luego, la amistad. Gracias por todo lo aprendido de ustedes y por el inmenso compromiso asumido.

Mucha gente cruzó mi vida a lo largo de los años, y algunos, tal vez sin proponérselo dejaron huellas indelebles. Ingresé a la Universidad soñando con ser cardióloga, y en la Unidad Docente Hospitalaria (UDH) cuando para mí el estetoscopio era un instrumento misterioso, un docente con paciencia infinita me dio las primeras clases sobre los ruidos y los soplos cardíacos y la fisiopatología de las enfermedades valvulares. Ese magnífico profesor fue el Dr. Ricardo Esper, quien algunos años después sería Presidente de la SAC.

Hice la residencia en el Instituto de Cardiología del Hospital Español ¹, centro de excelencia, que por esas cosas inexplicables de la Argentina, un día tuvo que cerrar sus puertas. Horacio Pomés Iparraguirre era entonces Jefe de Unidad Coronaria, un lector incansable, me impulsó a presentar los primeros trabajos científicos en la SAC.

Luego, en el Hospital de Clínicas fui convocada a trabajar en la Unidad Coronaria por José Andrés Martínez Martínez, “Pepe”, para la mayoría de nosotros. Amaba a la SAC y la consideraba vital en el desarrollo de un cardiólogo. Rápidamente me indujo a dar los pasos faltantes para alcanzar la titularidad y a participar de las actividades de los consejos científicos. A él le debo haber comenzado mi vida societaria y siempre le estaré agradecida.

En el año 2004 la Dra. Liliana Grinfeld me invitó a trabajar con ella en la Fundación Cardiológica Argentina; conocí a una mujer excepcional; fue Presiente de la SAC en 1992, hasta hoy la única mujer que ocupó este lugar de honor. Trabajadora sin igual. Una visionaria que comprendió tempranamente que la salud cardiovascular de la mujer requería una mirada de género, y creó la comisión “La mujer y la Cardiología” -hoy rebautizada “Corazón y Mujer”- grupo del cual tuve el honor de ser miembro fundadora.

A Liliana mi respetuoso homenaje y creo que la mejor forma de hacerlo es empoderando a las mujeres, pero no a través de cupos femeninos ni reclamos vacíos de contenido, sino con igualdad de oportunidades para que juntos, varones y mujeres podamos dar lo mejor de cada uno.

Mis padres hicieron del trabajo la rectitud, y el amor y el respeto al prójimo, su lema de vida. Espero que algo de todo lo que ellos sembraron haya germinado en mí.

Hoy ya no están a mi lado, pero su amor es la llama que nunca se apaga en mi corazón.

Quiero agradecer a Jorge, mi hermano, por su cariño y protección permanentes.

A mis amigos y compañeros que tantas veces me alentaron y estuvieron a mi lado en las buenas y en las malas.

Y a Eduardo, compañero inigualable, por ser mi contención y mi estímulo por estos quince años de amor compartido.

A todos, muchas gracias