Se trata el caso de un paciente varón de 18 años, jugador de rugby profesional, sin antecedentes y con un VO2 máximo de 61 ml/kg/min. Presentó un examen físico normal y un electrocardiograma sin alteraciones patológicas. En el ecocardiograma Doppler, sobre el plano eje corto grandes vasos, se identificó mínimo flujo Doppler color sobre la pared del tronco de la arteria pulmonar (AP) a 4-5 mm del plano valvular (PV), que no parecía corresponder a un reflujo valvular pulmonar (Figura 1a y 1b, flecha).
Ante la sospecha de una anomalía vascular se solicitó una tomografía cardíaca que confirmó el hallazgo de una comunicación arterial o “fístula coronaria” compleja, con origen en el tercio distal del tronco de la coronaria izquierda (TCI) (Figura 2a, flecha), luego una anastomosis con una rama bronquial anómala (Figura 2a, punta de flecha) y, finalmente, el drenaje de ambas mediante un tronco común en la arteria pulmonar (Figura 2b, círculo). La fistula coronaria tiene una prevalencia de 0,7-1% en la población general, el trayecto coronario-pulmonar es el más frecuente, sólo 3% de los hallazgos corresponden a fístulas complejas. 1 Actualmente no hay un protocolo para su manejo clínico en deportistas; si está asintomático y sin evidencia de isquemia, se recomienda su seguimiento. 2