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Revista argentina de cardiología

versión On-line ISSN 1850-3748

Rev. argent. cardiol. vol.88 no.6 Ciudad Autónoma de Buenos Aires nov. 2020

http://dx.doi.org/10.7775/rac.es.v88.i6.19477 

CARTA DEL PRESIDENTE DE LA SAC

Navegación con mal tiempo (Discurso de cierre del acto académico 2020)

Navigating in Bad Weather (Closing Speech of the 2020 SAC Academic Ceremony)

Dr JOSÉ LUIS NAVARRO ESTRADA1 

1 Presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología

Autoridades de la Sociedad Argentina de Cardiología; de la Fundación Cardiológica; de la Revista Argentina de Cardiología

Señoras, señores, colegas, familia, amigos

Es un honor y un enorme privilegio dirigirme a ustedes, como lo hice hace un año, cuando asumí la presidencia de la Sociedad Argentina de Cardiologia, función que está llegando a su fin.

No por redundante dejaré de decir que el año transcurrido es uno de los más difíciles vividos en la última centuria en todos los niveles, y la SAC no es una excepción.

Cuando pronuncié las palabras iniciales de mi presidencia en diciembre pasado, ni en la más delirante pesadilla había soñado con el formidable desafío que me tenía reservado el destino.

En marzo nos invadió una tremenda e inesperada realidad para la que no se tenía preparación: la pandemia irrumpió en nuestro país como un tsunami.

La SAC tuvo que abandonar su casa y, además, virtualizar todas las actividades administrativas en pocos días, sin soluciones de continuidad ni desorden, y todo se alineó rápidamente y sin fisuras.

Al mismo tiempo, se abrieron aulas virtuales para los cursos; se pudo organizar en una semana gracias a que previamente se habían contratado los recursos y las plataformas necesarios. Con sorpresa observamos que, lejos de haber deserción, los espacios virtuales se completaron con solicitudes de más inscripciones.

Por esos días, ante la gran crisis la SAC comprendió la necesidad urgente, probablemente histórica, de ejercer el liderazgo en políticas de salud cardiovascular.

La grave realidad sanitaria que se presentó y la necesidad de contención, mitigación y recomposición de recursos, hicieron que la SAC cooperara decidida y prontamente con las medidas que decretaban las autoridades.

Si embargo, advertimos muy rápidamente que estaba ocurriendo un daño colateral importante a causa de que se estaban desatendiendo los problemas cardiovasculares y, en consecuencia, un consiguiente aumento de morbilidad y mortalidad.

Esa realidad se convirtió en nuestro principal objetivo de acción, y así, se constituyó un comite de crisis, se elaboraron documentos de posición y se trabajó con el Ministerio de Salud de la Nación y con los medios para instalar el mensaje e incorporarlo a la acción sanitaria.

También se generaron acuerdos con sociedades científicas afines, tanto nacionales como internacionales, potenciando la comunicación a la sociedad en general.

Actualmente, pasado el primer pico, estamos abocados a la recuperación de programas, redes, y todo tipo de medidas futuras que permitan la adaptación a la nueva realidad, tratando de recuperar el terreno perdido y previendo la seguna ola.

Sin embargo, todas las crisis dejan legados positivos; en nuestro caso, uno de ellos fue una verdadera revolución en el aspecto científico educacional.

Los cursos virtualizados, ampliados y perfeccionados, el gran incremento en la utlización de redes sociales, y una página de la SAC en internet renovada e interactiva, fueron los pilares de ese desarrollo. Se emitieron 65 webinars con más de 33 000 participantes.

Los Consejos tuvieron una actividad excepcional por zoom y webex que duplicaron sus reuniones habituales y el número de integrantes.

Los distritos SAC PAÍS se integraron a la SAC central como nunca antes, y se realizaron jornadas y reuniones con más de cinco mil participantes. Pero lo más importante es que se logró una verdadera federalización y autosustentación de los distritos regionales, uno de los soñados objetivos estratégicos de nuestra sociedad y que acreditamos como uno de los mayores logros este año.

Además, hubo gran actividad en investigación: se continuó con todos los registros en curso. Se dio comienzo al INTERASPIRE y se creó el RACCOVID, que es un registro de complicaciones cardiovasculares en COVID, con 2723 pacientes fichados en todo el país cuyos datos están en el proceso final.

También se agregaron nuevos registros, como los de asistencia mecánica circulatoria, registro RADAC, cirugía cardiovascular ARGEN CCV, que se suma a ARGEN IC y ARGEN IAM, registro de hipertensión pulmonar, entre otros.

Se publicaron las Guías Nacionales de Infarto con el Ministerio de Salud y las recomendaciones para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, ambos con la FAC.

En cuanto a las relaciones internacionales, la SAC trabajó en forma conjunta en reuniones, programas educativos, campañas de salud, roadmaps, publicaciones y congresos virtuales.

Nuestros partners fueron la Federación Mundial del Corazón, las Sociedades Interamericana y Sudamericana de Cardiología, como también la European Society of Cardiology, el American College of Cardiology y la American Heart Association. Por supuesto participamos en los congresos español, mejicano y latinoamericanos que se realizaron.

El Congreso Argentino de Cardiología y el Congreso de Imágenes se realizaron en conjunto y, es de destacar que su transformación a formato absolutamente virtual fue un gigantesco desafío y un enorme esfuerzo que permitieron reformularlos y llevarlos a cabo en tres meses.

Se hicieron denodados esfuerzos para mantener los niveles históricos, tanto en cantidad de oferta académica como en su calidad; se cumplió con todas las características que lo posicionaron como líder en los congresos de habla hispana.

Se mantuvo el esquema habitual de mesas y conferencias con participación de invitados nacionales y extranjeros, así como reuniones conjuntas con sociedades científicas de todo el mundo.

Se presentaron 447 contribuciones originales y se otorgaron los tradicionales premios a la investigación.

Tanto las estructuras del acto inaugural y el de cierre, como las reuniones habituales con los distritos y otras áreas, se llevaron a cabo con normalidad.

Tuvo lugar una exposición comercial importante que contó con fuerte adhesión de la industria.

El congreso fue un éxito rotundo, tanto en los contenidos técnicos como académicos y también en el grado de participación.

En lo referente al aspecto económico, fue un año en el que se avizoraba una debacle debido a la irrupción de la pandemia en un contexto de país ya notoriamente dañado. Frente a ese aciago panorama se tomaron medidas de austeridad, pero sin resignar ningún recurso de funcionamiento habitual o inversiones previstas.

Mediante una exitosa política comercial para nuestros desarrollos educativos y académicos y un beneficio importante proveniente del congreso, permitieron llegar al fin de la gestión con una situación patrimonial sólida y con un importante superávit, que incluye el pago del predio de la Sociedad Rural para el Congreso 2021.

Pero quizás lo más trascendente fue que la masa societaria aumentó el 14% y que la contribución de recursos genuinos, como los ingresos por los asociados y el producto del material educativo, prácticamente cubrieron la base operativa de funcionamiento de la sociedad durante este año. Un paso más en el proyectado camino de la independencia y la autosustentabilidad, otro viejo anhelo.

Como reflexiones finales para este año increíblemente difícil, podríamos decir que la crisis ha permitido desarrollar recursos, habilidades y actitudes innovadoras; se han derribado fronteras geográficas, culturales y temporales. Se han reducido prejuicios, temores y complejos: todo el entorno es más transversal y cooperativo.

Se produjo una revalorización de la profesión médica y de los equipos de salud en la sociedad en general. También se ha profundizado en el trabajo en equipo y la necesidad de comunicación para obtener una acción sinérgica con otras sociedades cientificas y autoridades sanitarias.

Hemos aprendido resiliencia, sacrificio, esfuerzo y solidaridad.

Para finalizar, referiré unas muy pocas palabras en lo estrictamente personal: esta fue una presidencia muy diferente a la soñada. Fue áspera, dura, plena de incertidumbre y de desafíos desconocidos. Hubo que adaptarse a recursos hasta ahora ignotos y a reuniones de varias horas, todos los días, frente a una pantalla, a veces numerosas.

El desgaste fue importante y se necesitó superar temores humanos en el contexto de una situación de pandemia donde la enfermedad estaba siempre al acecho para interrumpir cualquier proyecto personal.

Las luminarias tradicionales, los hechos sociales placenteros y los viajes no estuvieron presentes, pero fueron reemplazados con creces por la satisfacción de saber que estaba cumpliendo con la responsabilidad para la que fui honrado.

La relectura del proyecto para mi presidencia enunciado hace un año exacto me permite concluir con orgullo que todos los objetivos allí enumerados fueron cumplidos.

Por último, vaya mi profundo agradecimiento a todos los que me acompañaron en la gestión, médicos y staff que me dieron su entrega, colaboración, eficiencia y capacidad para culminar con éxito este período.

También agradezco a Dios y a mi querida familia: Liliana, mi mujer, y mis hijos Cecilia, Joaquín y Pilar por su continuo e indispensable sostén. Sin todos ustedes nada hubiera sido posible.

A la gestión que se inicia, le deseo el más absoluto de los éxitos, ya asegurado porque sé que cuentan con la claridad en la mente y la energía en el corazón para llevar a cabo el proyecto de nuestra Sociedad.

Muchas gracias y hasta siempre

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