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Revista argentina de cardiología

On-line version ISSN 1850-3748

Rev. argent. cardiol. vol.89 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Mar. 2021  Epub Mar 01, 2021

http://dx.doi.org/10.7775/rac.es.v89.i1.19620 

CARTA DEL PRESIDENTE DE LA SAC

Discurso inaugural de la Presidencia de la Sociedad Argentina de Cardiología 2021

Opening Speech of the 2021 Presidency of the Argentine Society of Cardiology

Dr ALEJANDRO R HERSHSON1 

1 Presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología

Autoridades de la Sociedad Argentina de Cardiología, colegas, familia, amigos,

Es para mí un verdadero privilegio y un enorme honor asumir la Presidencia de la SAC. Es, por supuesto, una enorme responsabilidad que confío poder llevar adelante y, desde ya, les agradezco esta oportunidad.

Mi confianza está basada en el hecho de que accedo a la Presidencia de una Sociedad que tiene bases sólidas, una trayectoria impecable de 83 años, un staff responsable, y en la que hemos armado un equipo de trabajo con personas que ya han demostrado alto compromiso societario y sentido de pertenencia.

Este año hemos tenido enormes desafíos, y quiero agradecerle a la Mesa Directiva 2020 por todo lo que he aprendido y, muy especialmente, a José Luis Navarro Estrada, que ha estado sumamente enfocado en su quehacer y supo manejar con enorme destreza las dificultades que fueron surgiendo.

Considero importante compartir con ustedes mi historia y mis recorridos. Con respecto a mi familia, mi padre, José, fue un judío polaco sobreviviente de la Shoah. Su familia había sido víctima del genocidio. Años después de terminada la guerra se enteró de que una de sus hermanas había sobrevivido y que residía en Buenos Aires. Decidió entonces venir a su reencuentro.

Se estableció en la Argentina, se nacionalizó y adoptó a esta tierra como la suya. Conoció a mi madre, Juana, y juntos formaron una familia.

Probablemente los valores más presentes que nos transmitieron mis padres -a mi hermana y a mí- hayan sido los del estudio, el trabajo, la honestidad y la solidaridad. Mi madre, aquí presente, aún hoy, a sus 89 años, colabora activamente como voluntaria en la Fundación Tzedaká, una entidad de beneficencia. Por ello les estaré eternamente agradecido.

En cuanto a mi trayectoria profesional, me formé como médico en la Universidad de Buenos Aires; realicé la residencia de cardiología en el Hospital Durand, donde luego me desempeñé como jefe de residentes, instructor y médico de planta de cardiología.

Sin duda, una de las primeras referentes fue la doctora Beatriz Abuín de León, Jefa de Sala en el Hospital, mujer de una energía y entrega admirables. En la Sala de internación solía haber pacientes que esperaban por una cirugía cardiovascular urgente durante semanas o meses. Uno de los recuerdos que más me marcó fue que un día, siendo residente, la Dra. Abuín me dijo: “Acompáñame Alejandro, que esta gente no puede seguir esperando”. Fuimos entonces, en su Renault 4, hasta el Sanatorio Güemes, donde nos esperaba el doctor René Favaloro.

Le informamos sobre el problema de uno de nuestros pacientes y nos dijo: “Tráiganlo lo antes posible”. Por la tarde volví al mismo sanatorio, pero esta vez en una ambulancia con el paciente, quien fue operado a la brevedad. Ante el éxito de ese proceder, lo repetimos en varias ocasiones. De esta manera fue que conocí al Dr. Favaloro, quien realizaba esos procedimientos de manera gratuita. Les confieso que el coraje de la Dra. Abuín y la generosidad del Dr. Favaloro me conmovieron, y dejaron una impronta que me atravesó y aportó significado a la perspectiva que tengo sobre mi profesión.

Debo además, a la Dra. Abuín, mi entrada a la SAC, donde ingresé cuando era todavía residente al Consejo de Cardiología Clínica, del que llegué a ser director.

Corría el año 1992 y un día, Mariela, mi esposa, me mostró un aviso en el diario que informaba que se abría un concurso para Jefe de Residentes en la nueva sede de la Fundación Favaloro. Mi primera reacción fue ¿jefe de residentes?, ¿otra vez?, ¿ya siendo médico de planta en el hospital? Si bien me generó interrogantes en un principio, finalmente decidí aceptar el desafío que implicaba ingresar a una nueva institución, con ciertas incertidumbres, pero también con ansias de una nueva oportunidad.

Así fue que comencé a trabajar en la Fundación Favaloro y, al año siguiente, fui nombrado médico de planta del área de internación. En el año 2000 pasé al área ambulatoria y en 2006 fui nombrado Jefe de Cardiología Ambulatoria.

Soy parte entonces de esta institución desde hace 28 años, que es, sin duda, mi segunda casa. Tengo el recuerdo de muchos de quienes fueron mis maestros: el Dr. José Martínez Martínez, quien en esos primeros años nos transmitió la necesidad de la lectura y la actualización permanente. El. Dr. Luis Suárez, sin duda un campeón de la semiología y el diagnóstico por medio del electrocardiograma, y el visionario Dr. Kike Gurfinkel.

Pero fue indudablemente el Dr. Favaloro un gran referente en cuanto a sus principios de honestidad, trabajo con pasión y esfuerzo. Evitaba siempre ser influido por conceptos dogmáticos o prejuicios propios o ajenos. Continuamente enfatizaba no apartarse nunca de la ética y la necesidad de comprender con humildad que es necesario trabajar en equipo.

Cada vez que el Doctor apoyaba su mano en el hombro de los pacientes, demostraba que el trato humano y respetuoso representaba un porcentaje importante de su curación.

También fueron mis maestros mis jefes y compañeros durante estos años, con quienes compartimos innumerables momentos: pases de guardia, ateneos, cursos, siempre pensando en capacitarnos y con una visión ética centrada en los pacientes. Quiero agradecer a todos ellos, en especial a Horacio Casabé y a Julio Figal, con quienes estamos juntos desde el comienzo en la Fundación y por quienes siento un profundo cariño, admiración y respeto.

Sin duda, estoy siendo injusto porque podría nombrar a muchos más que me acompañaron en el crecimiento y que aportaron para que hoy pueda ocupar este lugar. Agradezco también a Oscar Méndiz, jefe del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro y a Matías Fosco, Director Médico de la Fundación por su permanente apoyo. A Liliana Favaloro, Presidenta de la Fundación y a todas las autoridades de la institución, por hacer de ese lugar un sitio de excelencia, en el que me siento muy cómodo trabajando. Agradezco además a Roberto Favaloro, con quien dos veces por semana atendemos en consultorios contiguos, discutiendo con pasión y entusiasmo, pero priorizando siempre el respeto a la dignidad y a la condición humana de los pacientes.

También estoy profundamente agradecido a las sucesivas generaciones de residentes y alumnos, algunos hoy compañeros de trabajo, de quienes he aprendido, y me han nutrido en estos años. A todos ellos les brindo mi sincero y afectuoso reconocimiento.

Con respecto a mi trayectoria en la SAC, participé en diversas áreas: director del Consejo de Cardiología Clínica, Coordinador de Área de Consejos; vocal del Área de Consensos, junto a Ricardo Iglesias, quien luego me invitó a participar en la Mesa Directiva como Prosecretario. Finalizada mi gestión, Carlos Barrero me propuso ser Coordinador General del Comité Científico del Congreso SAC de 2011, una experiencia muy enriquecedora. A posteriori, Jorge Lerman me invitó a que lo acompañara en la Fundación Cardiológica Argentina, donde trabajamos juntos para aplicar y mejorar las formas de llegar a la comunidad. Luego Guillermo Fábregues me invitó al Área de Distritos, donde tuvimos la posibilidad de organizar dos recordadas y exitosas jornadas en Junín y en Bahía Blanca. Con Guillermo hemos compartido innumerables charlas discutiendo ideas sobre la SAC y fue él la persona que pensó que yo podría ocupar este lugar. Él ha sido un mentor, guía y apoyo fundamental para mí. Para él, entonces, mi más sincero agradecimiento.

Mi proyecto es el de una Sociedad abierta, inclusiva y federal.

En cuanto al aspecto educativo, estará orientado al crecimiento de todos los cursos y carreras de la SAC , con el propósito de llegar a más personas, en los más diversos sitios de nuestro país. A partir del Consorcio con la Sociedad Sudamericana, tenemos una oportunidad para crecer en otros países de Latinoamérica, dado que, hasta el momento, somos el único país que ha ofrecido sus cursos.

Gran número de colegas acceden a esta propuesta por medio de las redes sociales, herramientas que tienen aún amplio margen para ser explotadas. Continuaremos con las Webinars, el impacto de 2020 como instrumento comunicacional y fuente de ingresos; también continuará su expansión Wikicardio, un producto de alto nivel para la comunidad.

Estoy interesado en estimular el ingreso de nuevos socios, especialmente jóvenes, y los que hoy no están suficientemente representados, como los que se desempeñan en los hospitales públicos y en el interior del país. SAC joven cumplirá un rol relevante en este sentido. Me comprometo a trabajar en el incremento del número de miembros titulares para garantizar la renovación generacional, mantener el nivel científico y constituir una SAC más sustentable.

Fomentaremos proyectos de investigación originales y buscaremos colaboraciones para premiarlos. Continuaremos con todos los registros en marcha que nos permiten tener estadísticas propias y muestran parte de nuestra realidad. La comunicación a través del ARI y la página web, recientemente reformulada, serán centrales en nuestra consideración.

Dentro de mi plan estratégico ocupa un lugar clave la relación con los distritos SAC País. Es indudable que el desarrollo de la “virtualidad” acortó las distancias; así. hemos sido testigos de la increíble capacidad de organización de muchos, de la enorme energía que han puesto en la SAC, de su sentido de pertenencia. Han desarrollado actividades de altísimo nivel en muy poco tiempo, con prestigiosos invitados nacionales e internacionales. Por esa razón, mi mensaje es que deben incorporarse e integrarse a la estructura SAC para hacerla lo más federal posible. Con ese propósito, he decidido que tres de los cuatro vocales que se renovaron pertenezcan a los distritos. De esa manera, hoy, de los ocho vocales que integran la Comisión Directiva, seis son representantes de los distritos SAC País.

Además, por primera vez, el Secretario Técnico del Comité Científico del próximo Congreso Argentino de Cardiología será un representante de los distritos. Con el avance de la “virtualidad” y, a medida que vayamos mejorando la calidad técnica de nuestras transmisiones, también se podrán integrar más representantes de los distritos a los consejos científicos y a otras áreas de la SAC.

En el área internacional la SAC ha tenido un crecimiento importante, que se coronó con el acceso del Dr. Álvaro Sosa Liprandi a la Presidencia de la SIAC y, este año, con la reciente elección del Dr. Daniel Piñero a la Presidencia de la WHF, hecho que nos ha alegrado enormemente.

Continuaré dando mi apoyo a la política de actividades conjuntas con la Federación Argentina de Cardiología y otras sociedades nacionales que lo requieran.

Este año comenzamos a organizar el Congreso SAC y el de imágenes en formato presencial, pero debimos virar a la modalidad virtual ante la continuidad de la pandemia. En 2021 comenzaremos a organizarlos en formato virtual, aprovechando la experiencia que hemos adquirido, y es de desear que, en caso de que hayamos vencido al coronavirus, podamos volver al formato presencial.

La Revista Argentina de Cardiología, precursora de la SAC, de indiscutible calidad científica, contará con todo nuestro apoyo para que continúe su crecimiento y se logre la ansiada indexación.

La integración con la Fundación Cardiológica Argentina, brazo comunitario de la SAC, es uno de los objetivos estratégicos para trabajar.

Respecto a las políticas de salud, este año trabajamos en conjunto con el Ministerio de Salud en guías de práctica clínica en infarto, prevención cardiovascular, hipertensión y accidente cerebrovascular. Recientemente, fuimos convocados junto a otras sociedades científicas para trabajar en el ambicioso plan de vacunar para el COVID 19 a gran parte de la población. Nos comprometimos a colaborar, ya que uno de los roles de una Sociedad Científica es participar junto a las autoridades para mejorar la salud de la población.

Como he mencionado, la SAC está creciendo en forma progresiva y, en consecuencia, su funcionamiento se ha complejizado enormemente, motivo por el cual entendimos que llegó el momento de contar con un gerente general que facilite la coordinación de las actividades.

Desde el punto de vista económico, intentaré ser lo más austero posible y buscaré que todos los proyectos sean sustentables. No creo que la crisis sea sinónimo de oportunidad; puede ser oportunidad, y dependerá de nosotros. Espero tener equilibrio, tolerancia, comprensión, sentido crítico, el corazón abierto y el apoyo de quienes me acompañarán en esta tarea.

El 2020 ha sido un año que nos cambió para siempre. Quisiera homenajear en este momento a todas las víctimas de esta pandemia, muchas de las cuales han sido parte del personal de salud, que trabajó incansablemente. Mi más profundo y sincero reconocimiento a todas ellas y a sus familias.

Quiero agradecer a la industria farmacéutica y de equipamiento médico por su constante apoyo a nuestra Sociedad en nuestros congresos y en las diversas actividades desarrolladas.

Para finalizar, mi agradecimiento a mis hijas, Florencia y Julieta. Ellas eligieron ser médicas por decisión personal. Les confieso que verlas tan comprometidas con el estudio y la profesión alimentó -un poco- mi ego, porque creo que de alguna manera ellas pudieron percibir el amor que siento por lo que hago.

El agradecimiento especial es para Mariela, mi esposa, mi amor, mi cómplice y todo -dice la canción-, mi soporte y consejera permanente, que, con su escucha, me hace ver más allá de lo visible a mis ojos.

Muchas Gracias

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