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Comechingonia

versión On-line ISSN 1851-0027

Comechingonia vol.16 no.2 Córdoba jul./dic. 2012

 

NOTAS

Análisis preliminar del conjunto arqueofaunístico de El Taco 19, Sierras de El Alto-Ancasti, Catamarca

Preliminar analysis of the archaeofaunal assemblage of El Taco 19, el Alto-Ancasti Mountains, Catamarca

 

Enrique Moreno1 y Marcos Quesada2

1Escuela de Arqueología - UNCa, ISES/IAM - UNT, CONICET. E-mail: enalmor@yahoo.com;
2Escuela de Arqueología - UNCa, ISES/IAM - UNT, CONICET. E-mail: mkesada@yahoo.com.ar

Presentado el: 28/08/2012 - Aceptado 27/09/2012

 

Introducción

Históricamente las investigaciones arqueológicas han tendido a construir a las sierras de El Alto-Ancasti en términos de frontera, de espacio límite, entre los desarrollos del área valliserrana, frecuentemente vinculados a una tradición cultural andina y los de la llanura chacosantiagueña. (González y Pérez Gollán 1976; González 1977). A otro nivel, estás serranías, como en general todas las tierras altas que rodean el valle central de Catamarca y aledaños, como el de Ambato, fueron también pensadas, en función de los pastizales de altura que se extienden en los sectores cumbrales, como un ámbito especializado en el pastoreo de camélidos integrado a una geografía económica y política centrada en los valles. Sin embargo, recientes investigaciones realizadas en el área han aportado datos acerca de ocupaciones permanentes, con una amplitud de prácticas productivas y el establecimiento de una elaborada arquitectura tanto doméstica como productiva (Dlugosz 2005; Gordillo 2011; Quesada et al. 2012; Zucarelli 2012). Esta información se correspondería más con una lógica de apropiación del espacio coherente con economías campesinas agropastoriles bien establecidas que además realizaban un amplio uso de los recursos locales (Moreno y Sentinelli 2011; Quesada et al. 2012) antes que con un espacio especializado en el pastoreo. Con todo, si bien la cría de camélidos pudo no haber sido una actividad exclusiva, sino una práctica integrada a otras formas productivas y extractivas, debió de todos modos ser de importancia en las economías locales. Llama la atención que hasta el momento, aún cuando se le otorgaba un rol protagónico en la lógica de ocupación de las áreas de pastizales, no se han realizado intentos de avanzar en la comprensión del pastoreo en estos sectores a través de estudios de la materialidad de dicha práctica.

Para profundizar la información sobre las ocupaciones humanas en los sectores de pastizales iniciamos la excavación de los recintos 1 y 2 del sitio ET19 (Figura 1) con el objeto de introducirnos en la comprensión de la escala doméstica de los grupos humanos que vivieron allí. Los materiales que analizamos aquí fueron recuperados de los depósitos superiores de esas habitaciones. Ambos recintos son de planta cuadrangular y se adosan entre sí. El recinto 1, de aproximadamente 5x5 m tiene un vano de acceso al sur, mientras que el recinto 2 no posee un muro de cerramiento en esa misma dirección (Figura 2). Ambos recintos comparten uno de sus muros. Estos se encuentran construidos mediante la colocación de lajas de gran tamaño clavadas en el sedimento, entre las cuales se ubican rocas de diversos tamaños para alzar los muros de doble paño. La excavación en marcha se ha enfocado en las últimas superficies correspondientes a ocupaciones humanas, así como también a los contextos de derrumbes y depositaciones posteriores al abandono del mismo. Contamos, hasta el momento, con dos fechados. Uno corresponde a lo que parece ser la última superficie de ocupación del recinto dos que arrojó una fecha de 1390±70 AP (LATYR-2583; hueso), que es coherente con las características estilísticas de la cerámica recuperada que ubica la ocupación humana en la segunda mitad del 1º milenio de la era. El otro fechado proporcionó una fecha de 1240±50 (LATYR-2735; hueso) a partir de una muestra que procede de los derrumbes de los muros del recinto 1 que se correspondería con los últimos momentos de ocupación o con el abandono del mismo.


Figura 1. Mapa de ubicación de El Taco.


Figura 2. Mapa del conjunto Et19. En gris se resaltan los recintos excavados

 

La muestra analizada aquí consiste principalmente de restos óseos correspondientes a estos posibles depósitos posteriores a la ocupación y han sido interpretados como material reingresado a los recintos por procesos tafonómicos y otros que se hallaban colocado en los intersticios de de los muros que colapsaron hacia el interior. Ello implica que se trata de depósitos secundarios y que el conjunto óseo analizado aquí debe ser considerado como una muestra promediada. Teniendo presente esta situación, en este trabajo nos interesa evaluar el conjunto arqueofaunístico recuperado de estos recintos para interpretar los recursos aprovechados por estas poblaciones, así como también las prácticas de obtención asociados a estos. Además, este trabajo pretende ser un aporte en este tipo de análisis que no ha sido desarrollado aún por otras investigaciones en la zona. Por lo tanto se trata, hasta dónde sabemos, del primer análisis de arqueofauna publicado para las serranías de El Alto-Ancasti.

El conjunto faunístico de ET19

El conjunto aquí analizado conforma una muestra de 175 especímenes correspondientes a restos faunísticos. Del total, sólo 94 especímenes pudieron ser identificados, siendo el NISP del 54%. En la tabla 1 se expone la representación diferencial de acuerdo a los taxones identificados.

Tabla 1. Representación del NISP de los taxones identifi cados en ET19.

Con respecto al estado de conservación del conjunto analizado, observamos un muy buen estado de conservación general de la muestra, donde 54 especímenes se corresponden al estado de meteorización 1, 88 al grado 2 y 30 al grado 3 de acuerdo a la propuesta de Behrensmeyer (1978). Las modificaciones producidas por agentes naturales son bastante escasas, registrándose sólo 9 especímenes con marcas, de las cuales 6 corresponden a roedores y las tres restantes a carnívoros (Binford 1981, Mondini 1999).

Los camélidos reúnen la mayor representación taxonómica dentro del conjunto analizado, identificándose un total de 74 especímenes. Los picos del NISP se ubican en costillas, cráneo, vértebras, molares, tibias y falanges (Figura 3).


Figura 3. Representación del NISP en camélidos (n=74)

Sin embargo, observamos una representación bastante equilibrada de las distintas partes esqueletarias, así como también de especímenes de diverso rinde económico y huesos articulares, suponiendo por lo tanto el ingreso a ET19 de animales completos y no de partes seleccionadas o transportadas. La acotada muestra analizada nos permite calcular un MNI correspondiente a dos individuos, considerando el perfi l etario y la lateralidad de los especímenes, correspondiendo estos individuos a un adulto y un juvenil (Mengoni Goñalons 1988).

Para evaluar la asignación taxonómica de estos especímenes realizamos un análisis osteométrico comparando las medidas de los tres especímenes completos de 1º falanges con datos obtenidos de muestras de referencia (Izeta et al. 2009). Este estudio permitió observar que los especímenes recuperados de ET19 presentan una alta variabilidad (Figura 4), ya que un espécimen se ubica alrededor de los tamaños mayores correspondientes a llamas (Lama glama), que incluso podría ser de mayor tamaño que la llama intermedia, pudiéndose tratar incluso de un ejemplar de llama carguera (Izeta 2010, Yacobaccio 2010). Esto podría asociarse con la crianza de llamas tanto para la producción de carne y lana, como a su uso para el transporte. Los otros dos especímenes son de tamaño menores, siendo uno asignable al tamaño correspondiente a vicuña (Vicugna vicugna), mientras que el otro se ubica en un rango de tamaño que imposibilita asignar a una especie en particular. Esto abre dos interrogantes importantes: por un lado, el rol de prácticas cinegéticas en la obtención de recursos faunísticos y el otro es la posible variabilidad regional de los tamaños de las distintas especies de Lama sp. (Medina 2008), aspecto sobre el cual es necesario profundizar la información y particularmente caracterizarla a nivel microrregional con el objetivo de reconsiderar el aporte de especies silvestres y domésticas en la reproducción social, así como también en las prácticas de apropiación asociadas a cada una de ellas.


Figura 4. Osteometría de falanges proximales (ancho latero-medial de la epífisis proximal y largo total) de Et19. Las medidas de referencias fueron obtenidas de Izeta et al. (2009).

Con respecto a las huellas de procesamiento identificadas en el conjunto, existe un total de 15 especímenes con huellas de corte, de los cuales seis corresponden a especímenes identificados (dos en costillas, una en 1º falange, una en pelvis y dos en astrágalos), mientras que los nueves restantes fueron observadas en especímenes no diferenciados. Trece de estas huellas presentan sección en V, asociado a la acción de corte y que se corresponden con los instrumentos líticos cortantes presentes en el conjunto de ET19 (Moreno y Sentinelli 2011, Revuelta y Moreno 2009).

Finalmente en el conjunto hemos identificado dos instrumentos manufacturados en hueso. El primero se trata de una 1º falange que posee una perforación longitudinal pasante, gran cantidad de marcas de corte en ambas epífisis y un pulido bastante desarrollado sobre la cara anterior. El otro instrumento se trata de una astilla de hueso largo que se encuentra pulida formando una punta.

Si bien los especímenes identificados corresponden en su gran mayoría a camélidos, también hemos reconocido ejemplares correspondientes a una variedad de taxones. Así, identificamos especímenes óseos correspondientes a especies posiblemente no aprovechadas por las poblaciones humanas, como es el caso de roedores, donde examinamos nueve especímenes, de los cuales tres se corresponden a Ctenomys, además de un molar de zorro (Pseudalopex sp.). Una primera falange de Bos taurus y una costilla de un animal doméstico pequeño, posiblemente una cabra (Capra hircus), recuperado de estratos superficiales de ambos recintos advierten sobre los procesos tafonómicos actuantes en esos depósitos. Sin embargo, otros materiales podrían haberse incorporado al conjunto a través del aporte de prácticas cinegéticas, como son dos especímenes de huesos largos de aves y especialmente seis especímenes correspondientes a cérvidos1. Sin embargo, es necesario profundizar los análisis de los conjuntos faunísticos para evaluar el aporte de estas prácticas en el tiempo y su articulación con el aprovechamiento de fauna doméstica.

En conclusión, los análisis realizados hasta aquí permiten evidenciar la importancia del aporte de especímenes correspondientes a Lama sp. a la dieta de las poblaciones que ocuparon ET19 y que se asocia con partes esqueletarias correspondientes prácticamente a la totalidad de los animales sacrificados. Esto no estaría indicando actividades de transporte de partes esqueletarias seleccionadas. De igual manera, las huellas de corte identificadas se relacionan con actividades de trozamiento tendientes al destace en partes de diferente rinde económico y prácticas de preparación y consumo. De esta manera, entendemos que estos datos preliminares y siendo el primer análisis faunístico para el área, aportan información relevante que apoya la interpretación de ocupaciones humanas permanentes en ET19, donde el aporte del pastoreo y los recursos estarían relacionados con el consumo doméstico y la articulación con otras prácticas como la agricultura. Queda mucho camino por recorrer, el cual nos permitirá evaluar las prácticas de obtención de recursos faunísticos, profundizando el rol que le cabe a la obtención de recursos domésticos y silvestres en este contexto.

Agradecimientos

Agradecemos a la Dra. Mariana Mondini por permitirnos utilizar las instalaciones y el material comparativo del Laboratorio de Zooarqueología y Tafonomía de Zonas Áridas ubicado en el Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba. Le agradecemos además la valiosa colaboración en el análisis de la muestra. También queremos agradecer al Dr. Mariano Merino del Museo de Ciencias Naturales de La Plata quien gentilmente analizó los especímenes correspondientes a cérvidos y a roedores identificados en la muestra. También queremos agradecer a Matías Medina por el valioso aporte de datos y bibliografía para el presente texto.

Notas

1 Se encuentra en proceso el análisis taxonómico de estos especímenes

Bibliografía citada

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