SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.17 número2El sur de Pozuelos (Puna de Jujuy, Argentina) antes del 1.000 D.C. primeras evidencias arqueológicasExperimentación con especies leñosas de la Puna Meridional de Argentina: Aportes a los estudios antracológicos índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Comechingonia

versión On-line ISSN 1851-0027

Comechingonia vol.17 no.2 Córdoba dic. 2013

 

ARTÍCULOS

Chenques en Patagonia Centro-meridional: análisis de los patrones de distribución espacio-temporales

Chenques in Central-southern Patagonia: analysis of the spatial and chronological distributional patterns

 

Leandro Zilio

Universidad Nacional de La Plata. Div. Arqueología, Lab. N° 1. Museo de La Plata, UNLP. La Plata, Argentina. E- mail: leandrozilio@yahoo.com.ar

Presentado el: 22/05/2013/ - Aceptado el: 30/10/2013

 


Resumen

Los chenques corresponden a una forma de enterratorio humano característica en la Patagonia durante el Holoceno tardío final. Estos se caracterizan por hallarse demarcados superficialmente por una cobertura de rocas y estar ubicados, en general, sobre elevaciones del terreno. Las descripciones que se han realizado de los chenques por parte de viajeros e investigadores, llaman la atención por las similitudes o regularidades en su conformación y ubicación, a pesar de su amplia distribución tanto geográfica como cronológica. Se propone como hipótesis que estas regularidades habrían sido consecuencia de conocimientos y creencias compartidas por las poblaciones, a partir de circuitos de movilidad e intercambio que conectaban a los grupos en el pasado. En este trabajo se analiza el registro de chenques en Patagonia centro-meridional que cuentan con dataciones radiocarbónicas, con el objeto de reconocer tendencias espacio-temporales de los chenques.

Palabras claves: Chenque; Patagonia centro-meridional; Holoceno tardío.

Abstract

The chenques correspond to a form of human burial, common in Patagonia during the end of the late Holocene. These are characterized by a surface demarcated with a cover of rock and located generally on elevations. The descriptions of the chenques that have been made by travelers and researchers note the similarities or regularities in their morphology and their geomorphological location, despite its broad geographical and chronological distribution. We propose the hypothesis that these regularities have been the result of knowledge and beliefs shared by people, from mobility and exchange circuits which connected the groups in the past. In this paper analyzes the record ofn chenques in central-southern Patagonia that have radiocarbon dates, in order to recognize spatiotemporaln trends the of chenques.

Keywords: Chenque; Central-southern Patagonia; Late Holocene.


 

Introducción

Tanto en la literatura arqueológica como en la referida en viajes y expediciones en Patagonia, se ha hecho referencia a una particular forma de enterratorio humano denominado tchenque, cairns, chenke o más comúnmente como chenque (Castro y Moreno 2000; Goñi y Barrientos 2004; Reyes y Méndez 2010; entre otros). Estas estructuras se han caracterizado principalmente por hallarse demarcadas superficialmente por una cobertura de rocas y estar ubicadas, en general, sobre elevaciones del terreno (Berón et al. 2000). Los entierros en chenques comenzaron a desarrollarse en el Holoceno tardío hace ca. 1500 años AP hasta tiempos históricos por grupos cazadores recolectores (Reyes y Méndez 2010). Las descripciones que se han realizado de los mismos por parte de viajeros e investigadores, llaman la atención por las similitudes o regularidades en su conformación y ubicación, a pesar de su amplia distribución tanto geográfica como cronológica.

El objetivo de este trabajo es analizar la recurrencia de rasgos o variables en este tipo de enterratorios ubicados en Patagonia centro-meridional. Se propone como hipótesis que las regularidades o similitudes en las características de los chenques habrían sido consecuencia de conocimientos y creencias compartidas por las poblaciones cazadoras recolectoras que habitaron la Patagonia centro-meridional durante el Holoceno tardío final (HTF), a partir de circuitos de movilidad e intercambio que conectaban a estas poblaciones.

Se trabajó con los registros de chenques que cuentan con dataciones radiocarbónicas para el área mencionadas. Dicha información se obtuvo a partir de publicaciones arqueológicas, y datos inéditos para la costa norte de Santa Cruz. Para determinar la existencia de regularidades en las características registradas en los chenques se emplearon diversas metodologías que permiten observar tendencias tanto en el tiempo como en el espacio. Las variables registradas para realizar el análisis del conjunto de chenques fueron: las edades radiocarbónicas calibradas; el emplazamiento de las estructuras, ya sea ubicadas en sectores elevados en el espacio como en cerros o lomadas, o por el contrario en otros sectores del terreno; la modalidad de entierro, es decir si los individuos allí enterrados se encontraban en posición primaria, secundaria u otra, y el número de individuos, para determinar sí el entierro era individual, doble o múltiple. A su vez, se registraron las medidas de las estructuras; y la presencia de ajuar, ocre y cremación.

Cabe aclarar que este trabajo no intenta agotar todas las posibilidades de análisis, sino generar observaciones de tendencias generales en este sector de la Patagonia, a fin de reconocer patrones espacio-temporales en las estructuras de chenques.

Origen del término Chenque

Una de las primeras menciones del término chenque en la Patagonia es realizada por Henri De la Vaulx (1901). A fines del siglo XIX el autor describe la presciencia de entierros humanos a los que denominó como tchenque. En el libro La edad de la piedra en Patagonia (1905), Félix Outes propone que los tchenque habrían sido los entierros más comunes realizados por los Patagones premagallánicos y protohistóricos en todo el territorio patagónico. Esta modalidad de inhumación la define como entierros en lo alto de los cerros y colocados los individuos directamente sobre el suelo, realizando luego un montículo de piedras de forma elipsoidal o circular sobre el cadáver (Outes 1925: 263).

José Imbelloni (1923), en una publicación referida a siete cráneos recolectados en este tipo de sepulturas en las cercanías del Lago Buenos Aires, en la provincia de Santa Cruz, retoma las palabras de Outes y define a los chenques de la siguiente manera: "Chenque, tchenque según las diferentes grafías, entre las cuales he preferido la castellana, indica en Patagonia una tumba indígena de piedra. Las características del chenque son: que el cadáver o los cadáveres vienen colocados sobre el suelo, sin excavar fosa alguna, y encima se le amontonaban cantidades de piedra, con mayor o menor simetría. El chenque se encuentra solamente en la sumidad de las alturas. Alguna vez se ha comprobado que la sepultura del chenque fue secundaria. La posición del cadáver era parecida a la de las momias peruanas, siendo en modo que las rodillas llegasen al tórax y los brazos recogidos hacia arriba" (Imbelloni 1923: 87).

A su vez, Imbelloni (1923) plantea que, según los estudios de Lehmann Nitsche, la palabra chenque es de origen araucano. Según la etimología de la palabra, los araucanos llamaron Ten-ten, theg-theg, Theng-theng o Cheng-cheng a una montaña en la cual se habrían refugiado sus antepasados. Imbelloni consideró que la montaña mítica, tiene relación con las elevaciones en donde se encuentran estas sepulturas y/o con el montículo de piedras por sobre el cadáver. Por lo tanto, para el autor el término chenque equivale a cerro sepulcral y es en este punto donde ve aquí la explicación de por qué se encuentran estas sepulturas en lo alto de las colinas (Imbelloni 1923: 87).

Por su parte Leoncio Deodat (1946) pone en duda la etimología de la palabra chenque propuesta por Lehman Nitsche y retomada por Imbelloni, como una palabra de expresión araucana y de origen mitológico. Deodat propone que "... de acuerdo con la cita de Lehmann Nitsche, el nombre de la montaña mitológica, Thengtheng significa "el tonante o el centellante"... Theng - thetheng -cito al religioso Andrés Febres- dícese a "chispear o hacer ruido el fuego cuando chispea, o lo que se suelta, o hacer estallido semejante". Luego, esta explicación no sugiere, precisamente una idea de muerte y sí de vida, tanto más cuando que la montaña de la leyenda fue seguro asilo de humanos seres vivientes y no reposorio de sus restos mortuorios. Cheng-cheng no parece ser sino una voz onomatopéyica imitativa del chasquido de las chispas al estallar en el aire. Ignoro la relación de causa y efecto que existir pudiese entre el nombre de la montaña y su leyenda" (Deodat 1946: 4).

Deodat considera que no existe afinidad entre la palabra chenque y cheng-cheng (thentheng), las cuales plantea diferentes en su origen. El autor considera que el origen etimológico de chenke no es araucano, y que carece en este idioma de equivalencia a cueva, tumba o sepultura (1946:6). En este sentido, para el autor el término corresponde al idioma Pehuenche no araucanizado. Su origen designaría las hoquedades de cerros y montañas utilizadas, de abrigos transitorios o permanentes. Luego, pasó a convertirse en sinónimo de enterratorio, de tumba, de sepultura o "casa de piedra-tumba". Deodat (1946) a partir de relatos de viajeros y cronistas de la Patagonia austral, plantea que los indígenas del siglo XIX distinguían con el nominal Tem a las tumbas modernas, y Coshom (Koshom) a las antiguas, cuyas características principales eran estar construidas en piedra seca, en forma de montículo abovedado sobre el cadáver, en un sector elevado del terreno y cercanos a fuentes de agua dulce. Por lo tanto el término Koshom, definido por Deodat, designaría a las mismas sepulturas que hoy día son definidas como chenques en la Patagonia.

Otra aseveración para este tipo de estructuras mortuorias corresponde a los llamados "Cairns funerarios" (Muster 1997; Moreno [1879] 1997). Estos autores asimilaron este término de la literatura europea, debido a las similitudes de los Cairns (montículos de piedras erigidos en la antigüedad europea) con las estructuras mortuorias de Patagonia.

A partir de la revisión bibliográfica, Berón y colaboradores (2000) proponen que el término chenque ha sido empleado para estructuras de entierro en Pampa-Patagonia que denotan ciertos patrones regulares en su conformación (ubicación en lugares destacados de la topografía, demarcación superficial por acumulación de rocas) y cierta variabilidad en cuanto a la cantidad de individuos enterrados, presencia de ajuar y estructuras de cavado previo.

Los chenques analizados

A continuación se detalla el conjunto de chenques aquí estudiados (Figura 1; Tabla 1).


Figura 1. Distribución espacial de los chenques analizados en este trabajo.

Tabla 1. Edades radiocarbónicas de los chenques analizados.

Valle del río Cisnes y río Ibáñez, margen occidental de la Patagonia central, Chile: en el valle del río Cisnes, Reyes y Méndez (2010) registraron una serie de chenques en baja frecuencia y disturbados. Uno de ellos, chenque Pampa El Frío, hallado en el curso superior del valle del río Cisnes, resulta de interés ya que presenta la cronología más temprana para este tipo de entierros. El mismo fue datado en 1590 ± 25 años AP (Reyes y Méndez 2010). El entierro se encontraba en una terraza fluvial (Reyes com. pers.), pero lamentablemente muchos de los datos contextuales se han perdido ya que el mismo fue levantado por la Policía de Chile.

En el denominado Cementerio Puerto Ingeniero Ibáñez se halló una concentración de 14 chenques sobre la ladera de una terraza del río Ibáñez (Reyes 2002). Se excavaron tres estructuras, las cuales presentaban diversidad en cuanto a su composición. Se obtuvieron cuatro cronologías absolutas, todas pertenecientes al HTF (Reyes 2002).

Área del Lago Colhué Huapi, Chubut: al norte del Lago Colhué Huapi, en la localidad de Colonia Sarmiento, fue hallado un chenque en la cima del cerro Yanquenao por C. J. Gradin y equipo en la década de 1970 (García Guraieb et al. 2009). La estructura de piedras presentaba una morfología en planta de forma oval. Las excavaciones realizadas permitieron recuperar el entierro primario de un individuo adulto masculino, depositado superficialmente en posición decúbito lateral izquierda (García Guraieb et al. 2009).

Río Pinturas, Santa Cruz: otro de los chenques hallados por Gradin y equipo en el año 1984, es Puesto El Rodeo (Gradin y Aguerre 1994). Este entierro se encuentra en el curso medio del río Pinturas en una rinconada al pie de las bardas que circundan el río Pinturas y corresponde a un entierro múltiple en chenque. En este se hallaron tres individuos. Se cuenta con un fechado radiocarbónico efectuado sobre una camada de pasto, ubicada entre los esqueletos hallados en el nivel superior del entierro. Dicho fechado arrojó una cronología de 1380 ± 90 años AP (Gradin y Aguerre 1994:268). Según los autores ambos individuos se encuentran estrechamente vinculados y su inhumación habría sido muy cercana en el tiempo.

Macizo central de Santa Cruz: el macizo central de Santa Cruz es otra área donde se ha registrado la presencia de estructuras de entierro de tipo chenque. El antecedente más temprano de excavaciones arqueológicas se encuentra en el trabajo de F. De Aparicio (1933-35), en donde se describen dos chenques hallados en un cañadón en la cima de un cerro. Actualmente, el equipo de la Dra. L. Miotti ha registrado la presencia de veintidos chenques en el área. Diecisiete chenques fueron medidos y presentan un promedio de 235 cm de largo, 169 cm de ancho y 61 cm de alto (Magnin 2010). Uno de ellos, denominado El Sargento, fue datado en 727 ± 48 AP (Miotti 2006). Asimismo, L. Magnin describe que los chenques se encuentran emplazados en sectores de panorámicas amplias y con un alto grado de intervisibilidad entre ellos. La mayoría de las estructuras se hallan aisladas, pero se registraron conjuntos de hasta cuatro chenques separados entre sí a distancias variables no mayores de 50 m. La morfología en planta es de forma circular o semi-circular (Magnin 2010).

Cuenca del Lago Salitroso, Santa Cruz: en las inmediaciones del Lago Salitroso se han registrado más de una decena de sitios con estructuras de entierro, en un radio de 200 km2. Los entierros se presentan en tres modalidades: chenques, nichos y entierros bajo bloques (Goñi et al. 2000-2002; Goñi y Barrientos 2004). Los primeros se ubican en cerros bajos, bardas u otras geoformas elevadas, en lugares con amplia visibilidad y siempre de cara a la cuenca. Los chenques pueden encontrarse aislados, aunque generalmente se disponen formando concentraciones de tamaño y densidad variable. Fueron hallados entierros individuales y múltiples encontrándose hasta ocho individuos (Goñi et al. 2000-2002; Goñi y Barrientos 2004). Los chenques presentan una morfología de contorno elíptico o circular. En algunas ocasiones se verifica el aprovechamiento de algún rasgo estructural del terreno como parte de los mismos. Los entierros recuperados son en un 93% primarios, el 3% secundarios y el 4% corresponde a cremaciones o entierros saqueados, donde no se pudo determinar la modalidad original (Goñi 2000-2002; García Guraieb 2010; Cassiodoro 2008). La cronología de los chenques se ubica entre ca. 1500 y 300 AP, con una discontinuidad entre el 1100 y 800 AP. Se contabilizaron dos chenques entre el ca. 1500- 1200 años AP y 25 entre los ca. 800-350 años AP (García Guraieb 2010).

Costa Norte de Santa Cruz: en este sector de costa se ha registrado una alta densidad de estructuras de entierro de tipo chenque (Castro y Moreno 2000; Zubimendi 2010; Zubimendi et al. 2011; Zilio et al. 2011; Zilio et al. 2013; Zilio y Hammond 2013). En el sector central del Golfo San Jorge fueron datadas cuatro estructuras de entierro. Una de ellas es el entierro Puerto Caleta Paula hallado por un maquinista quien realizaba movimientos de tierra en el puerto de la ciudad de Caleta Olivia en 2007. El enterratorio se encontraba a media altura en una elevación del terreno y poseía rocas rodadas grandes y medianas que formaban parte del mismo. Los restos óseos fueron retirados por la Policía Científica y por el director del Museo de Caleta Olivia. En el año 2011 se realizaron estudios de dichos restos, los cuales permitieron inferir que se trataba de un entierro múltiple de tres individuos masculinos adultos. El individuo 1 fue datado en 1040 ± 60 años AP (LP 2695). A pocos kilómetros hacia el sur, sobre una elevación costera, fue hallado en 1994 por un pescador el entierro Bahía Lángara 1. Con posterioridad el director del Museo de Caleta Olivia pudo observar en el sitio donde se recolectaron estos restos, un pozo de aproximadamente 30 o 40 cm de profundidad y cantos rodados grandes dispersos junto con huesos de ballena. Los estudios bioarqueológicos indicaron que los restos óseos correspondían a un individuo adulto femenino. Se realizó una datación radiocarbónica la cual arrojó una edad de 320 ± 50 años AP (LP 2713). En el año 2000 se realizó el rescate del chenque El Duraznillo en la Reserva Natural Cañadón del Duraznillo, a cargo de la Dra. A. Castro. Las excavaciones permitieron determinar que se trataba de un entierro primario de un solo individuo masculino, adulto joven (Dahinten 2001; Zubimendi 2010). Recientemente el mismo fue datado en 640 ± 50 años AP (LP 2668). A principios de la década de 1990 Castro excavó un enterratorio denominado Heupel al sur de Caleta Olivia (Salceda et al. 1999-2001). Este entierro se hallaba en lo alto de una elevación frente al mar y estaba conformado por una acumulación de rodados de tamaño mediano seleccionados por su color rojizo. El entierro contenía restos de un individuo adulto masculino, un párvulo calcinado y sobre las extremidades inferiores del adulto se hallaron los restos de un subadulto perinato. Recientemente el individuo adulto fue datado en 730 ± 60 años AP (LP 2393, Zubimendi et al. 2011).

Hasta el momento han sido datados tres cheques ubicados al sur de la ría Deseado. Dos de ellos, fueron hallados en los sitios Playa Castillo y Punta Norte de la localidad arqueológica Bahía del Oso Marino. Las dos dataciones arrojaron una cronología de 730 ± 60 años AP (LP 2523) y 770 ± 60 años AP (LP 2558), respectivamente. Dichas dataciones fueron realizadas a partir de restos óseos humanos que se encontraban expuestos en superficie producto del saqueo (Zilio et al. 2011; Zilio y Hammond 2013). En la localidad arqueológica Punta Medanosa, Castro y Moreno (2000) destacan la gran cantidad de entierros en el sitio Campo de Chenques. En el año 2004, Goñi y colaboradores realizaron un excavación en una de las estructuras, en donde se constató que se trataba de un entierro primario de un individuo adulto masculino, afectado por saqueo (Goñi et al. 2005). Recientemente se realizó una datación radiocarbónica sobre restos óseos de este individuo, la cual arrojó una edad de 830± 30 años AP (LP-2778; Zilio et al. 2013). Tanto Playa Castillo como Campo de Chenques, se encuentran a escasos metros de la línea de costa actual, a excepción de Punta Norte, el cual fue hallado en la cima de una elevación.

Suroeste de la provincia de Santa Cruz: entre las cuencas bajas de los lagos Tar y San Martín, en la cima de una elevación se registró una estructura de tipo chenque. La misma estaba construída con lajas y rocas tabulares. Se recuperó un único esqueleto adulto probablemente masculino. Una muestra del mismo fue datada en 1000 ± 40 años AP (UGAMS 1690; Belardi et al. 2010). Más hacia el sur, en la cuenca del río Santa Cruz, fue hallado en la cima de un cerro el entierro múltiple Huyliche 1 (Franco et al. 2010). Sobre uno de los restos humanos, se obtuvo un fechado de 430 ± 25 años AP (UGAMS 7536; Franco et al. 2011).

Última Esperanza, Chile: En la región de Última Esperanza se halló en la cima de un cerro un entierro con características semejantes a Cerro Huyliche 1. Contenía los restos de siete individuos (adultos y subadultos), los cuales habían sido enterrados entre ca. 1155 y 495 años AP (Morano Büchner et al. 2009).

Metodología

En una primera instancia se ordenaron las dataciones a fin de comprender el rango cronológico en el cual se han construido los chenques. Además, se realizó una suma de probabilidades de los fechados mediante el programa OxCal 4.2.2. De este modo se pretende ordenar las dataciones promediando el valor de cada una sin reducir los márgenes de error. Este método permite determinar hiatos y los momentos en los cuales existe un mayor número de chenques datados. El intervalo calculado no data un momento concreto sino que genera el lapso temporal estimado para el periodo que comprenden las fechas. Por lo tanto, el intervalo obtenido para dos sigmas debe entenderse como el 95,4% del periodo que comprenden las fechas y no como el 95,4% de probabilidad de que todas las fechas estén incluidas en dicho intervalo (Bronk Ramsey 1995).

Mediante la estadística descriptiva se analizó la variable del tamaño de las estructuras, a fin de determinar si existe una correlación entre el número de individuos enterrados por estructura y las dimensiones de las mismas. A su vez, las variables de modalidad de entierro, presencia de ajuar, ocre y cremación fueron ordenadas cronológicamente a fin de conocer si existen tendencias temporales. Además, se ordenaron las dataciones mediante la función de suma de probabilidades, diferenciando los chenques que se emplazan en geoformas elevadas (como cerros, lomadas, etc.) y aquellos que se encuentran en otro tipo de sectores del terreno. Por último, mediante el empleo de mapas se analizó la ubicación de las estructuras para comprender su distribución espacial en diferentes momentos del HTF.

Resultados

Se analizó un total de 33 chenques, de los cuales se posee 45 dataciones radiocarbónicas (Tabla 1 y 2). Como puede observarse en la Figura 2, todos los chenques fueron realizados durante el HTF. El rango cronológico que abarcan es desde ca. 300 al 1500 años cal AP. El gráfico de suma de probabilidades no genera ningún intervalo o hiatos. A su vez, se observa una mayor densidad de chenques entre ca. 300 y 750 años cal AP, con dos picos destacables entre el 550-600 y el 650-700 años cal AP.

Tabla 2. Modalidad de entierro, dimensiones y acompañamiento en los chenques analizados. * Individual (I); Doble (D); Múltiple (M); Primario (P); Secundario (S).


Figura 2. Suma de probabilidades del conjunto de fechados radiocarbónicos de chenques de la Patagonia centro-meridional (programa OxCal 4.2.2)

En la Figura 3 se grafican las dimensiones de los chenques. En general las estructuras son ovales/elípticas y en algunos casos llegan a ser circulares. Lo que se observa en la Figura 3 es que no existe una correlación entre el tamaño de los chenques y el número de individuos allí enterrados. Los tamaños varían en un rango de entre 2 y 6 m de largo y 2 y 6 m de ancho. Respecto de la altura de los mismos, se observa que la totalidad de los chenques analizados presentan aproximadamente entre 20 y 70 cm de alto.


Figura 3. Dimensiones de las estructuras mortuorias.

En la Figura 4 se representan los entierros primarios y secundarios, sólo de los individuos datados. Es decir, si en un chenque en el cual se inhumó más de un individuo, el tipo de entierro analizado es el del individuo datado. Esto permite no asumir que cuando el chenque presenta más de un tipo de entierro (primario y secundario), todos poseen el mismo fechado. Además, los entierros saqueados no fueron tomados en cuenta para este análisis. Sólo 34 individuos datados fueron posibles de graficar, de los cuales el 91,2% corresponden a entierros primarios y el 8,8% a entierros secundarios. El análisis de la Figura 4 permite observar una continuidad en los entierros primarios a través del tiempo, a diferencia de los entierros secundarios. Sin embargo, este trabajo no intenta agotar este aspecto el cual ha sido considerado en otros trabajos (véase, por ej., Scabuzzo y Politis 2010).


Figura 4. Distribución de las modalidades de entierro a través del tiempo.

En la Figura 5 se representa, a través del tiempo, la presencia/ausencia de ocre y ajuar en los individuos, como así también si los restos presentan signos de cremación. Estos gráficos fueron realizados sólo con los chenques que poseen entierros individuales no saqueados. Esto se debe a que en los entierros múltiples es muchas veces difícil determinar a qué individuo corresponde la presencia de ajuar u ocre. Además esta información generalmente no es especificada en la literatura. Del análisis de la Figura 5 se puede observar que la presencia y ausencia de ajuar presenta una frecuencia y distribución temporal similar. Por lo contrario, la ausencia de ocre y cremación presenta una distribución continua en el tiempo, siendo excepcional el chenque Puerto Ingeniero Ibáñez Entierro 7 (Reyes 2002), el cual presenta las dos variables. Por otro lado, este trabajo no intenta indagar acerca del significado de este tipo de registros, sino que se limita a reconocer tendencias espacio-temporales.


Figura 5. Presencia/ausencia de ajuar, ocre y cremación, a través del tiempo.

En la Figura 6 se ordenaron las dataciones mediante la función de suma de probabilidades, diferenciando los chenques que se emplazan en geoformas elevadas (como cerros, lomadas, etc.) y aquellos que se encuentran en otro tipo de sectores del terreno. De los 33 chenques, 28 (84,8%) fueron halladas en geoformas elevadas (los cuales suman 39 dataciones radiocarbónicas). Los cinco restantes (15,2%), fueron hallados en dos intervalos cronológicos. Por un lado, Pampa El Frío, hallado sobre una terraza fluvial (Reyes com. pers.), El Rodeo, ubicado al pie de rinconada sobre bardas (Gradin y Aguerre 1994), y SAC 3-1, hallado sobre un fondo de cuenca (García Guraieb 2010), representan las estructuras más antiguas de todo el conjunto analizado. Los dos restantes, Playa Castillo y Campo de Chenques, fueron hallados a escasos metros de la línea de costa actual (Castro y Moreno 2000; Zilio et al. 2011; Zilio y Hammond 2013; Zilio et al. 2013).


Figura 6. Suma de probabilidades del conjunto de dataciones, de acuerdo al lugar de emplazamiento.

Mediante el empleo de mapas (programa ArcMap 10.1) se analizó la ubicación de las estructuras para comprender su distribución espacial en diferentes momentos del HTF. El rango cronológico fue dividido en períodos de 200 años a fin de conocer de forma sistemática la frecuencia de estructuras a través del tiempo. En la Figura 7 se puede visualizar una baja frecuencia de chenques datados entre los 1500 y 900 años AP y un aumento en los momentos posteriores.


Figura 7. Distribución espacial y temporal de los chenques en Patagonia. Rangos temporales: a) 1500-1300 años AP; b) 1300-1100 años AP; c) 1100-900 años AP; d) 900-700 años AP; e) 700-500 años AP; f) 500-300 años AP. Referencias tabla 1 y figura 1.

En relación a la distribución espacial de los chenques, es posible plantear dos situaciones. La primera, considera que la ubicación de las estructuras mortuorias se debe a las conductas humanas en el pasado, que privilegiaron estos espacios para la construcción de los mismos. Y la segunda, que la distribución espacial sería consecuencia de un sesgo en las investigaciones, a partir de las cuales se ha generado un mayor conocimiento de determinadas áreas en detrimento de otras.

Discusión y conclusiones

Las dataciones de las estructuras mortuorias aquí analizados permiten observar continuidad en la modalidad de entierro en chenques durante el HTF (sin hiatos), en la Patagonia centro-meridional, desde ca. 1500 a 300 años AP. Los chenques reconocidos para el HTF, podrían haber tenido relación con formas de inhumación similares correspondientes a momentos más tempranos, es decir entierros recubiertos de rocas en cuevas. Ejemplos son el sitio Baño Nuevo, en la región de Aisén (Patagonia chilena), datado en ca. 9000 años AP (Mena et al. 2003) y el sitio Oreja de Burro 1, en la región de Pali Aike provincia de Santa Cruz, hace ca. 3500 años (L'Heureux y Barberena 2008).

Las dimensiones de los chenques presentan las siguientes medias: de 4,06 ± 2,02 m de largo, 3,10 ± 1,76 m de ancho y 0,48 ± 0,11 m de altura. En este sentido, Imbelloni (1923) describe chenques en las cercanías del Lago Buenos Aires, los cuales presentaban una altura de 1,5 a 2 m. Por otro lado, Aparicio (1933) publica dos chenques en las cercanías de Las Heras en la provincia de Santa Cruz, los cuales según describe poseían una altura de 60 cm y 1 m. Por lo tanto, es probable que las dimensiones actuales no reflejen el tamaño original de las estructuras, debido a causas como el saqueo, el pisoteo de ganado, entre otras (Zilio et al. 2013).

No se registró otra forma de entierro, como por ejemplo la modalidad denominada disposición que se conoce para chenques en la región pampeana (Berón y Luna 2007). La presencia y ausencia de ajuar, que indica la bibliografía, muestran frecuencias y distribuciones temporales similares. La presencia de ocre y cremación se observa en muy bajas frecuencias.

A pesar de la variedad de emplazamientos sobre distintas geoformas, un factor recurrente en la elección de la localización de los chenques por los grupos cazadores recolectores parecen haber sido geoformas elevadas (cima de cerros, lomadas, etc.). Sin embargo, es de destacar que los chenques más tempranos no se hallaron en cotas elevadas (chenques Pampa El Frío, El Rodeo y SAC 3-1), por lo que se podría pensar en cambios en las prácticas mortuorias a través del tiempo.

A partir de los resultados obtenidos se observa que algunas de las variables registradas se presentan de manera regular o frecuente a lo largo del HTF. Estas permitirían interpretar que habrían existido conocimientos/creencias compartidas por las poblaciones cazadoras recolectoras, posiblemente a partir de circuitos de movilidad e intercambio, que le otorgaron continuidad a esta práctica de entierro en una escala espacial que abarca a esta macro-región estudiada. Sin embargo, para que dicha reflexión sea corroborada, es necesario contrastarla con otros indicadores arqueológicos que permitan relacionar los diferentes registros en este sector de la Patagonia.

De la misma manera que se observan ciertas variables de forma regular en el conjunto de chenques, hay otras que se presentan de manera irregular o esporádica. Estas últimas son: la presencia de ajuar, ocre o cremación; el emplazamiento en sectores bajos respecto del entorno; el número de individuos sepultados; y la modalidad de entierro secundario. Estas características podrían deberse a trayectorias históricas específicas de las poblaciones. Es decir, particularidades que determinados grupos habrían efectuado en la forma de ejecución o elaboración del enterratorio, las cuales habrían otorgado cierta variabilidad o distinción a las características de los chenques a través del tiempo.

Es posible que existiera un conocimiento común entre las poblaciones de la Patagonia durante el HTF acerca de los ritos y creencias asociadas a las prácticas mortuorias que conllevaron a la construcción de chenques. Asimismo las poblaciones pudieron haber introducido particularidades debido a razones identitarias, como así también, a causa de la interacción de los grupos humanos con los diferentes espacios (Anschuetz et al. 2001). En este sentido, es necesario evaluar los recursos materiales disponibles (ej. disponibilidad de rocas aptas para la construcción de las estructuras funerarias [Castro y Moreno 2000; Zilio y Hammond 2013]), o las preferencias sociales en la elección de determinados rasgos geomórficos del terreno, como cimas de cerros o lomas, entre otros.

La distribución de chenques en Patagonia centro-meridional durante el HTF podría constituir una de las evidencias para sustentar la idea de la existencia de una red de contactos y comunicación entre las sociedades que ocuparon este territorio, contradiciendo la idea de un espacio ocupado por poblaciones limitadas en su movilidad o aisladas en sectores específicos en el espacio.

Agradecimientos: Quiero agradecer a Alicia Castro, Mikel Zubimendi y Heidi Hammond por sus comentarios y sugerencias. Este trabajo se enmarca dentro del proyecto: "Estudios arqueológicos regionales para definir la amplitud de los rangos de acción de grupos cazadores recolectores en la Costa Norte de Santa Cruz (N594)", dirigido por la Dra. A. S. Castro. Proyecto financiado por la UNLP y CONICET (PIP 0721). Finalmente, a los dos evaluadores anónimos por sus sugerencias y correcciones que ayudaron a mejorar el artículo.

Bibliografía citada

1. Anschuetz, K. F., R. H. Wilshusen y C. L. Scheick 2001. An Archaeology of Landscapes: Perspectives and Directions. Journal of Archaeological Research 9 (2): 157-211.         [ Links ]

2. Aparicio, F. 1933-35. Viaje preliminar de exploración en el territorio de Santa Cruz. Publicaciones del Museo Antropológico y Etnográfico. Serie A, Tomo III: 71-92.         [ Links ]

3. Berón, M., I. Baffi, R. Molinari, G. Barrientos, C. Aranda y L. Luna 2000. Estructuras funerarias de momentos tardíos en Pampa- Patagonia. El chenque de Lihue Calel. En: Desde el país de los gigantes. Perspectivas arqueológicas en Patagonia. Tomo 1: 141-160. Juan Belardi, Flavio Carballo Marina y Silvana Espinosa Eds. Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Río Gallegos        [ Links ]

4. Berón, M. y L. Luna 2007. Modalidades de entierro en el sitio Chenque I. Diversidad y complejidad de los patrones mortuorios de los cazadores -recolectores pampéanos. En: Arqueología en las Pampas. Bayón, C., I. González, N. Flegenheimer, A. Pupio y M. Frére (Eds.) Pp: 129-142. Sociedad Argentina de Antropología. Buenos Aires.         [ Links ]

5. Bronk Ramsey, C. 1995. Radiocarbon calibration and analysis of stratigraphy: the OxCal program. Radiocarbon 37(2): 425-30.         [ Links ]

6. Cassiodoro, G. 2008. Movilidad y uso del espacio de cazadores-recolectores del Holoceno tardío: estudio de la variabilidad del registro tecnológico en distintos ambientes del noroeste de la provincia de Santa Cruz. Tesis de Doctorado en Arqueología. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires. Ms.         [ Links ]

7. Castro, A. y J. E. Moreno 2000. Noticia sobre enterratorios humanos en la Costa Norte de Santa Cruz - Patagonia Argentina. Anales del Instituto de la Patagonia, Serie C.H., 28: 225-232.         [ Links ]

8. Dahinten, S. L. 2001. Informe del análisis bioantropológico de los restos óseos humanos del sitio Cañadón del Duraznillo, Provincia de Santa Cruz. Ms.         [ Links ]

9. De la Vaulx, H. 1901. Voyage en Patagonie. Hachette. París.         [ Links ]

10. Deodat, L. 1946. ¿Chenque o Coshom? Una pequeña cuestión lexicográfica de la arqueología argentina. Argentina Austral año 17, nº 180:3-13. Buenos Aires.         [ Links ]

11. Franco, N. V., N. Cirigliano y P. Ambrústolo 2011. Semejanzas en tecnologías, diseños y prácticas funerarias al sur de la cuenca superior del río Santa Cruz: algunos ejemplos correspondientes al Holoceno tardío. En: Bosques, Montañas y Cazadores. Investigaciones Arqueológicas en Patagonia Meridional. Compilado por: Luis Alberto Borrero y Karen Borrazzo. Pp: 155-178. CONICET-IMHICIHU, Buenos Aires.         [ Links ]

12. Franco, N.V.; Guarido, A.L.; García Guráieb, S.; Martucci, M. y M. Ocampo 2010. Variabilidad en entierros humanos en la cuenca superior y media del río Santa Cruz (Patagonia, Argentina). En Bárcena, R. y Chiavazza, H. (eds.); Actas del XVIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina: 1901-1906. Mendoza, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo e Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales del CONICET.         [ Links ]

13. García Guraieb S., V. Bernal, P. N. González, L. A. Bosio y A. M. Aguerre 2009. Nuevos estudios del esqueleto del sitio Cerro Yanquenao (Colhue Huapi, Chubut). Veintiocho años después. Magallania 37 (2): 165-175.         [ Links ]

14. García Guráieb, S. 2010. Bioarqueología de cazadores-recolectores del Holoceno tardío de la cuenca del lago Salitroso (Santa Cruz): aspectos paleopatológicos y paleodemográficos. Tesis de doctorado. Facultad de Filosofía y Letras-UBA.         [ Links ]

15. Goñi, R. y G. Barrientos 2004. Poblamiento tardío y movilidad en la cuenca del lago Salitroso. En Contra Viento y Marea. Arqueología de Patagonia, editado por T. Civalero, P. Fernández y G. Guráieb, pp. 313-324. INAPL-SAA, Buenos Aires.         [ Links ]

16. Goñi, R., G. Barrientos y G. Cassiodoro 2000-2002. Condiciones previas a la extinción de las poblaciones humanas del sur de Patagonia: una discusión a partir del análisis del registro arqueológico de la cuenca del lago Salitroso. Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano 19: 249-266.         [ Links ]

17. Goñi, R., G. Barrientos y S. García Guráieb 2005. Análisis preliminar del material óseo humano recuperado en el Chenque Nº 1, sitio Campo de Chenques (Provincia de Santa Cruz). Informe técnico, Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano.         [ Links ]

18. Gradín, C. y A. Aguerre 1994. Contribución a la Arqueología del Río Pinturas. Ediciones Búsqueda de Ayllu, Concepción del Uruguay.         [ Links ]

19. Imbelloni, J. 1923. Habitantes neolíticos del Lago Buenos Aires. Documentos para la antropología física de la Patagonia Austral. Revista Museo de La Plata 27: 85-160.         [ Links ]

20. L'Heureux, G. L. y R. Barberena 2008. Evidencias bioarqueológicas en Patagonia meridional: el sitio Orejas de Burro1 (Pali Aike, prov. de Santa Cruz). Intersecciones en Antropología 9: 11-24.         [ Links ]

21. Magnin L. A. 2010. Distribuciones arqueológicas en la Meseta Central de Santa Cruz. Implicancias para los estudios de uso del espacio y movilidad de sociedades cazadoras recolectoras. Tesis de Doctorado. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata.         [ Links ]

22. Mena, F. y O. Reyes 2001. Montículos y cuevas funerarias en Patagonia: una visión desde Cueva Baño Nuevo-1, XI Región. Chungará (Arica) 33 (1): 21-30.         [ Links ]

23. Mena, F., O. B. Reyes, T. W. Stafford Jr. y J. Southon 2003. Early human remains from Baño Nuevo 1 cave, central Patagonian Andes, Chile. Quaternary International 109-110: 113-121.         [ Links ]

24. Miotti, L. 2006. Paisajes domésticos y sagrados desde la arqueología de los cazadores-recolectores en el Macizo del Deseado, Provincia de Santa Cruz. En Cazadores Recolectores del cono sur. Revista de Arqueología, pp.13-42. Eudem.         [ Links ]

25. Morano Büchner, S., Sierpe González, V. y A. Prieto 2009. Rescate del "Cheque Cerro Guido". En Salemme, M.; F. Santiago, M. Vaquez, E. Piana, M. Alvarez y M.E. Mansur (eds.); Arqueología de Patagonia: una mirada desde el último confín: 661-668. Ushuaia, Editorial Utopias.         [ Links ]

26. Moreno, F. 1997 (1879). Viaje a la Patagonia Austral. Elefante Blanco, Buenos Aires.         [ Links ]

27. Muster, G. 1997. Vida entre los patagones. Elefante Blanco, Buenos Aires.         [ Links ]

28. Outes, F. 1905. La edad de la piedra en Patagonia. Estudio de arqueología comparada. Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, XII (Serie 3a, t. V): 203-575.         [ Links ]

29. Reyes, O. 2002. Funebria indígena en el curso inferior del valle del Río Ibáñez, margen occidental de la estepa centropatagónica (XI Región de Aisén). Anales Instituto de la Patagonia 30: 87- 101.         [ Links ]

30. Reyes, O. y C. Méndez 2010. Precisando la cronología para la inhumación tipo chenque, valle del río Cisne (Aisen, Chile), Patagonia Central. Magallania (Chile). Vol. 38(2): 127-132.         [ Links ].

31. Salceda, S., M. G. Méndez, A. Castro y J. E. Moreno 1999-2001. Enterratorios indígenas de Patagonia: el caso del sitio Heupel - Caleta Olivia, Santa Cruz (Argentina). Xama, 12-14: 161-171.         [ Links ]

32. Scabuzzo C. y G. Politis 2010. Los entierros secundarios en la región pampeana (Argentina). Cazadores-Recolectores del Cono Sur 4: 135-155.         [ Links ]

33. Zilio, L. y H. Hammond 2013. Distribución de concheros y estructuras de entierro (chenques) en la Bahía del Oso Marino, Costa Norte de Santa Cruz. En: Tendencias teórico-metodológicas y casos de estudio en la arqueología de la Patagonia. Editado por A.F. Zangrando, R. Barberena, A. Gil, G. Neme, M. Giardina, L. Luna, C. Otaola, S. Paulides, L. Salgán y A. Tivoli. Pp. 535-544. Altuna impresores. Buenos Aires.         [ Links ]

34. Zilio, L., H. Hammond y M. A. Zubimendi 2011. Análisis distribucional de estructuras de piedra (probables chenques) en la Costa Norte de Santa Cruz. En: Simposio Muerte, Sociedad y Cultura, M. A. Caggiano y M. C. Sempé (comps.). Instituto Municipal de Investigaciones Antropológicas de Chivilcoy y UNLP, pp. 29-43. Chivilcoy.         [ Links ]

35. Zilio, L., M. A. Zubimendi y H. Hammond 2013. Chenques en un paisaje costero: análisis espacial de estructuras de entierro en Punta Medanosa. Anuario de Arqueología 5: 253-267.         [ Links ]

36. Zubimendi, M. A. 2010. Estrategias de uso del espacio por grupos cazadores recolectores en la Costa Norte de Santa Cruz y su interior inmediato. Tesis doctoral inédita. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata.         [ Links ]

37. Zubimendi, M. A., L. Zilio, H. Hammond y C. Gribaudo 2011. Rescate arqueológico en la localidad El Zanjón: primeros estudios sobre las prácticas mortuorias en el Golfo San Jorge, Costa Norte de Santa Cruz. En: Simposio Muerte, Sociedad y Cultura, M. A. Caggiano y M. C. Sempé (comps.). Instituto Municipal de Investigaciones Antropológicas de Chivilcoy y UNLP, pp. 14-28. Chivilcoy.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons