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Comechingonia

versión On-line ISSN 1851-0027

Comechingonia vol.19 no.1 Córdoba jun. 2015

 

ARTÍCULOS

El registro cerámico del sitio la invernada: caracterización general e implicancias

Ceramic record from la invernada site: general characterization and implications

 

Anabel Rodríguez1 y Alejandro García2

1 CONICET - UNSJ. Email: rodriguesanabel@gmail.com
2
CONICET - UNSJ. UNCu - Email: alegarcia@unsj.edu.ar

Presentado: 17/09/2014
Aceptado: 26/04/2015

 


Resumen

Para comprender mejor la dominación incaica de Cuyo es necesario ampliar la investigación a los sectores menos estudiados, como la precordillera central de San Juan. El único sitio incaico excavado en esta zona es La Invernada. En este artículo se presentan algunos resultados del análisis tipológico de la cerámica del sitio; además se examinan su intensidad de ocupación y la cantidad de vasijas utilizadas. La información obtenida sugiere que el sitio tenía un rol importante en el sistema administrativo incaico y que su manejo pudo haber estado a cargo de los indígenas capayanes locales.

Palabras clave: Inca; Cerámica; Intensidad de ocupación; San Juan

Abstract

To better understand the Inca domination of Cuyo it is necessary to extend the research to the least studied areas, such as the central precordillera of San Juan. The only Inca site excavated in this area is La Invernada. In this paper some results of the typological analysis of its pottery are presented. Also, the occupation intensity and number of vessels used are discussed. The information obtained suggests that the site played an important role in the Inca administrative system and its management may have been in charge of local Capayan native people.   

Keywords: Inca; Pottery; Occupation intensity; San Juan


 

Introducción

Desde la excavación del Tambo de Tocota (Berberián et al. 1981), el conocimiento sobre la dominación incaica de San Juan ha mostrado avances importantes, pero éstos han sido espacialmente diferenciales. Una de las zonas menos estudiada es la precordillera central sanjuanina, cuyo registro incaico es escasamente conocido debido a la ausencia de excavaciones sistemáticas. Éstas sólo se han realizado en el recientemente descubierto sitio La Invernada (García y Damiani 2009) y han brindado un rico conjunto artefactual cuyo estudio se encuentra en curso. En este artículo se presentan los primeros resultados de los análisis tipológicos correspondientes al registro cerámico (Rodríguez 2014) y se discuten algunos aspectos vinculados con la intensidad de ocupación y la funcionalidad del sitio.

Antecedentes

Los estudios específicos sobre la dominación incaica en sitios localizados en la precordillera sanjuanina son escasos. En el sector meridional, en la zona que se extiende entre las localidades de Acequión y Pedernal, se realizaron diversos relevamientos tendientes a ubicar un sitio mencionado en documentación colonial del siglo XVII, el "fuerte del Inca" del Acequión (Bárcena 2002; Michieli 1998). Hallado recientemente, el lugar resultó ser parte de un conjunto formado por dos sitios ubicados sobre la margen derecha del Río del Agua y otros dos emplazados en unas lomadas sobre el lado sur (García 2007). Michieli (1999) realizó algunas consideraciones generales sobre la articulación de los sitios precordilleranos. En el sector central, Gambier y Michieli (1992) dieron a conocer el Tambo de La Dehesa, ubicado en la sierra homónima, y señalaron la presencia de estructuras incaicas en la localidad de Talacasto y en un sector aledaño a la Ciénaga de Gualilán. Bárcena (2002, 2009) realizó prospecciones en esta última zona, sin resultados positivos. En el sector precordillerano del centro de San Juan García y Damiani (2009) localizaron el sitio La Invernada, el único excavado en el sector hasta el momento.

Los sitios precordilleranos mencionados forman parte de un conjunto más amplio de evidencias distribuidas fundamentalmente en las franjas central y occidental de San Juan y Mendoza, hasta aproximadamente el Río Diamante, en el centro de esta provincia. Estas evidencias han dado lugar a dos vías de interpretación. Una, sostenida por Bárcena (1992) y su equipo de investigación (Cahiza y Ots 2005; Parisii 2005) restringe la dominación estatal efectiva al área enmarcada por los restos del Qhapaq Ñan y de las construcciones incaicas vinculadas (esto es, los valles longitudinales preandinos de Iglesia-Calingasta y Uspallata) y propone el avance hacia las zonas bajas a través de una serie de enclaves.

La segunda extiende a las zonas bajas el control estatal efectivo (García 1999), discute la presencia de enclaves (García 2011) y propone un modelo que supone la dominación incaica de la región como un proceso en franco desarrollo (y por lo tanto, dinámico y cambiante) interrumpido por la llegada de los españoles, que integra distintos modos de dominio: a) directo, principalmente en los valles preandinos y en sitios estratégicamente ubicados (como es el caso de Paso del Lámar); b) indirecto, fundamentalmente en algunos sitios precordilleranos como Pedernal y La Invernada, y en algunas aldeas locales como Angualasto y Pachimoco; c) delegado –sensu Lima Tórrez 2005- específicamente en la zona baja extrandina del centro y norte de Mendoza y a cargo de los diaguitas chilenos. A su vez este modelo contempla la existencia de áreas de exploración (en función de futuras anexiones) al sur del Río Diamante y en el sector oriental cuyano (García 2010, 2011).

Dentro de este marco de referencia se espera que los sitios precordilleranos evidencien una fluida circulación de bienes y recursos humanos y que algunos reflejen la participación de las etnias locales en su manejo durante el período incaico, como  manifestación de su control indirecto.

El sitio

El sitio se encuentra sobre la margen oriental del valle de la Invernada, un estrecho y largo valle dispuesto de norte a sur en la precordillera central sanjuanina, entre los cordones de la Sierra de la Invernada y de la Sierra del Tigre, a 30º 54’ S y 69º 04’ O y 3040 msnm (Figura 1). Se trata de una zona dominada por vegetación herbácea, que en sectores aledaños más bajos presenta arbustivas como Larrea sp. y Adesmia sp. La fauna explotable por el hombre más característica del lugar está constituida por guanacos y ñandúes, a los que se suman zorros, pumas, aves diversas y roedores cavadores.


Figura 1: ubicación del sitio La Invernada

En las cercanías se destaca la presencia de una naciente y una vega. En superficie no se observaban restos de las estructuras que formaban el sitio, sino simplemente un pozo de saqueo rellenado posteriormente con elementos modernos vinculados con la probable estadía de cazadores en el sector. Distribuidos en un área de aproximadamente 3000 m2 (debido fundamentalmente a la inclinación natural del terreno) se registraron fragmentos de cerámica y algunos escasos restos de talla lítica.

Muestra analizada y metodología

En el sitio se excavaron dos cuadrículas de 2 metros de lado, contiguas al sector afectado por el pozo de saqueo. La excavación se desarrolló hasta el piso original, localizado a ca. 60 cm de profundidad. Se obtuvo un abundante registro faunístico, cerámico y lítico.

El análisis cerámico abarcó la totalidad de los fragmentos extraídos en los 8 m2 excavados. Del total de 611 tiestos, 321 corresponden a la cuadrícula C4 y 290 a la D4. En esta primera aproximación se siguieron los criterios tradicionales (Primera Convención Nacional de Antropología 1966; Cremonte y Bugliani 2009; Orton et al. 1997) y se realizó el análisis morfo-tecnológico de la alfarería del sitio, a partir de observaciones macroscópicas y con lupa binocular. El estudio estuvo dirigido a la obtención de una clasificación tipológica general que permitiera distinguir grupos identificables con los patrones de producción alfarera local e incaica e identificar su distribución estratigráfica y horizontal en el sector estudiado. Para la caracterización de las pastas se tuvieron en cuenta los atributos referidos al aspecto, cohesión, composición y color de las pastas y rasgos de las inclusiones no plásticas (tipo, abundancia, granulometría y forma). Estos datos fueron cruzados con los originados por el análisis de los tratamientos de superficie y la decoración (ubicación, técnicas y motivos). Para la clasificación general se optó por la división de la muestra en tipos, agrupamientos que muestran rasgos asociados y que reflejan diferencias tecnológicas o de decoración dentro de los grupos susceptibles de ser reconocidas fácilmente a nivel macroscópico. A su vez, en el interior de cada tipo se establecieron variantes, caracterizadas por diferencias específicas mínimas que a veces coinciden con la elaboración específica de una pieza. En el caso específico de los rangos de tamaño del antiplástico se utilizaron los propuestos por Sacchero et al. (1988) en función de las características de la cerámica regional (muy fino: hasta 0.5 mm; fino: 0.6-1 mm; mediano: 1.1-2 mm; grueso: 2.1-4 mm; muy grueso: más de 4 mm).

Resultados

Clasificación general

Se determinaron 24 tipos cerámicos, 17 de ellos decorados y seis sin decoración (Figura 2). Los tipos decorados corresponden a alfarería inca provincial -sensu Calderari y Williams 1991- (n=14), Angualasto (n=3) y diaguita chileno (n=1). A partir de las estrechas semejanzas de las pastas, dos tipos no decorados han sido asignados al grupo incaico y cuatro al Angualasto (dos de ellos engobados). Las características de los tipos incaicos son las siguientes:


Figura 2: cerámica del sitio La Invernada; a, b y c: cerámica Angualasto, tipos 1, 3a y 2 respectivamente; d: cerámica diaguita chilena; e, f, g, h, i: cerámica incaica, tipos 7, 5, 6, 11 y 1 respectivamente.

1. Pintado Negro sobre Rojo externo: superficie externa de color rojo y pintada negro sobre rojo-rojo borravino, superficie interna alisada de color marrón claro-marrón oscuro. Pasta compacta, de aspecto granuloso y color marrón oscuro-marrón claro, sin antiplástico. Espesor mediano (5-7 mm).

2. Pintado Negro sobre Rojo externo e interno: superficie externa e interna pulida color marrón claro-naranja y pintado de negro sobre rojo. Pasta compacta de color naranja-marrón clara, de aspecto liso, sin antiplástico o con granos de arena-cuarzo de tamaño fino-mediano. Espesor mediano (5-7 mm).

3. Pintado Negro sobre Marrón claro externo e interno: superficie externa de color marrón claro pulida y pintada de negro. Superficie interna de color marrón oscuro muy alisada o pulida. Pasta de color marrón claro-naranja-gris, sin antiplástico. Espesor mediano (5-6 mm).

4. Pintado Negro/Naranja externo e interno: superficie externa color naranja, pintado negro sobre naranja pulido; superficie interna pintada negro sobre naranja. Pasta compacta de color naranja-marrón claro y antiplástico mediano-fino denso (arena-mica). Espesor mediano (5-7 mm).

5. Pintado Negro/Rojo/Naranja externo: superficie externa pintada negro sobre rojo, sobre naranja y pulida; superficie interna alisada, de color naranja. Pasta de color naranja-marrón claro, compacto y de aspecto liso, sin antiplástico. Espesor mediano (aprox. 9 mm). Motivo decorativo: cuadriculado de líneas negras.

6. Pintado Negro sobre pasta naranja externo: superficie externa color naranja, pulida y pintada negro; la superficie interna está alisada. Pasta compacta, de aspecto liso y sin inclusiones. Espesor mediano (6 mm).

7. Pintado Negro sobre pasta naranja externo e interno: superficie externa color naranja, pintado negro sobre pasta naranja pulida; superficie interna pintada negro sobre pasta naranja pulida. Pasta compacta de color naranja-marrón claro y antiplástico mediano-fino denso (arena-mica). Espesor mediano (5-7 mm).

8. Pintado Marrón-Negro pulido externo: superficie externa de color marrón claro-naranja, pintada de color marrón-negro y pulida, y superficie interna alisada o pulida de color naranja-marrón claro. Pasta de aspecto granuloso, de color marrón oscura-naranja-marrón clara, con antiplástico poco denso (arena), de granos finos-medianos. Espesor mediano (5-7 mm).

9. Pintado Negro sobre pasta Marrón-Rojiza externo: superficie exterior color marrón rojiza pulida y pintada de negro sobre la pasta marrón rojiza; superficie interna alisada, de color marrón-rojiza. Pasta semi-compacta, de aspecto liso y color rojizo-marrón, con antiplástico denso (mica) y de granos mediano-fino.

10. Pintado Rojo externo: superficie externa e interna de color marrón claro-naranja pulida y pintada totalmente de color rojo. Pasta compacta, de aspecto granuloso, de color marrón oscuro-claro, sin antiplástico. Espesor delgado (4-5 mm).

11. Pintado Rojo externo e interno: Superficies externa e interna pintadas totalmente de rojo y pulidas. Pasta de color naranja-marrón claro compacta y de aspecto granuloso, sin antiplástico. Espesor delgado (4 mm).

12. Pintado Rojo externo, Negro interno: superficie externa pintada de rojo y pulida, superficie interna pintada de color negro y pulida. Pasta naranja-marrón claro-oscuro (con núcleo gris) compacta y de aspecto liso, sin antiplástico. Espesor delgado (4-5 mm).

13. Pintado Naranja externo e interno: superficie externa e interna pintada de naranja y pulida. Pasta de color naranja-marrón claro, de aspecto compacto. Con dos variantes:

a) con antiplástico de grano fino (arena-cuarzo) poco denso. b) sin antiplástico

14. Naranja inciso: superficie externa de color naranja, alisada e incisa. Superficie interna alisada de color naranja-marrón claro. Pasta naranja-marrón claro, compacta y de aspecto liso, sin antiplástico. Espesor delgado (4-6 mm). Se trata de un único fragmento, una pequeña asa incisa que apareció en la cuadrícula D4.

15. Naranja-Rojizo alisado: superficies externa e interna alisadas o poco alisadas. Pasta compacta, sin antiplástico. Las diferencias están en el color de las pastas y los espesores. Presenta dos variantes:

a) Naranja-Rojizo: pasta sin antiplástico, semi-compacta de tono rojizo. Espesor delgado (4-5 mm). b) Naranja alisada: pasta compacta, de aspecto liso y color naranja-marrón claro, sin antiplástico. Espesor mediano (5-7 mm).

16. Gris-Marrón pulido: superficie externa pulida, de color marrón oscuro-gris y superficie interna alisada o pulida, de color marrón oscuro-gris. Pasta compacta de color gris-marrón oscuro-naranja, con antiplástico poco denso de granos finos (mica). Espesor mediano (5- 6 mm). Presenta dos variantes:

a) Marrón oscuro, pasta con antiplástico fino y denso b) Gris pulida o alisada: antiplástico fino y poco denso.

Por su parte, los tipos reunidos en el grupo Angualasto (Figura 2 a, b y c) son:

1. Pintado Negro sobre pasta naranja o marrón externo-interno: superficies externa e interna de color marrón claro-naranja, alisadas/poco alisadas pintadas de negro (líneas ondeadas paralelas, guarda angular simple). Pasta de color naranja-marrón claro, compacto y de aspecto granuloso, con antiplástico mediano-grueso (arena-cuarzo) y denso/poco denso. Espesor mediano (6-7 mm).

2. Pintado Borravino-Marrón externo e interno sobre pasta marrón-gris: superficies externa e interna  alisadas, de color marrón-gris, pintadas de color rojo borravino-marrón (guarda angular simple). Pasta de color marrón oscuro-gris compacta y de aspecto granuloso, con antiplástico mediano poco denso (cuarzo). Espesor mediano (6-7 mm).

3. Pintado Negro sobre Engobe crema, amarillo, marrón claro o naranja externo; superficie interna pintada de negro sobre engobe o sobre la pasta. Superficie interna-externa naranja-marrón clara poco alisada, superficie interna marrón-naranja poco alisada. Pasta semi-compacta de aspecto granuloso, color marrón claro-marrón oscuro-naranja. Antiplástico mediano-grueso denso-poco denso (arena-cuarzo). Espesor mediano (5-7 mm). Este tipo presenta tres variantes:

a) Pintado Negro/Engobe crema-amarillo externo y Negro/pasta naranja interno; superficies externa e interna alisadas o poco alisadas, pintadas de marrón-negro (líneas paralelas y onduladas paralelas). Pasta de color naranja-marrón claro-marrón oscuro, semi-compacta, con antiplástico denso y mediano-fino (arena). Espesor mediano (6-7 mm). Motivos líneas paralelas, líneas onduladas paralelas.

b) Pintado Negro sobre engobe crema externo y Rojo Borravino sobre pasta color naranja-marrón claro interno: superficie externa alisada de color naranja-marrón claro, con pintura negra sobre engobe crema; superficie interior alisada, pintada rojo borravino sobre pasta marrón clara-naranja. Pasta naranja-marrón, semi-compacta y de aspecto granuloso, con antiplástico denso y mediano (cuarzo-arena). Espesor mediano (5-7 mm).

c) Pintado Negro/Engobe marrón claro-naranja externo e interno: superficies interna y externa alisadas-poco alisadas, con pintura negra sobre engobe marrón-naranja claro. Pasta de color naranja-marrón claro semi-compacta y de aspecto granuloso, con antiplástico mediano y poco denso (cuarzo-arena). Espesor mediano (5-7 mm). Motivo líneas paralelas, líneas ondeadas.

4. Engobado externo: superficie externa alisada-poco alisada, con capa de engobe crema-marrón claro-naranja; superficie interna poco alisada, naranja-gris. Pasta naranja-marrón claro-marrón oscuro-gris, con antiplástico mediano-grueso (arena) poco denso. Espesor mediano (6-7 mm).

5. Engobado externo e interno: superficies interna y externa alisada-poco alisada. Pasta similar al tipo anterior. Varía en la coloración de las pastas naranja-gris-marrón oscuro, y en la densidad de las inclusiones. Presenta dos variantes:

a) Pasta naranja-rojizo con antiplástico fino y denso. b) Pasta gris-naranja con antiplástico mediano y poco denso.

6. Naranja-Gris-Marrón oscuro Poco Alisado/Alisado externo e interno: ambas superficies son de color naranja-marrón-gris-marrón oscuro alisadas o poco alisadas. Pasta marrón-gris-naranja semi-compacta, con antiplástico variable. Presenta tres variantes:

a) Naranja Alisada con antiplástico denso: superficies externa e interna alisadas-poco alisadas. Pasta marrón claro-marrón oscuro-naranja, semi-compacta, con antiplástico fino-mediano (arena) y denso. Espesor mediano-grande (7 y 10 mm).

b) Naranja Alisada con antiplástico poco denso: superficies interna y externa alisadas de color naranja. Pasta marrón oscuro-naranja-marrón claro, con antiplástico mediano-grueso (arena-cuarzo) poco denso-denso. Espesor mediano-grande (6-9 mm).

c) Gris-Naranja Alisada: superficies interna y externa alisadas-poco alisadas. Pasta gris-marrón oscuro, semi-compacta, con antiplástico denso, de granos medianos-gruesos (arena y/o cuarzo). Espesor mediano-grande (6-8 mm).

7. Gris-Marrón Alisado: superficies interna y externa poco alisadas de color marrón claro-gris. Pasta gris-marrón oscuro semi-compacta-floja, con antiplástico fino y poco denso-denso (mica). Espesor mediano (5-7 mm).

Finalmente, el grupo Diaguita Chileno está compuesto por dos fragmentos que presentan la superficie externa pintada de blanco, en un caso con una línea negra superpuesta. La superficie interna es de color naranja-gris y está alisada. La pasta es naranja con núcleo gris, compacta y de aspecto granuloso. Espesor delgado-mediano (4-7 mm).

Estos grupos, tipos y variantes tienen una representación cuantitativa muy variable (Figura 3). En el caso de la alfarería incaica los tipos con mayor cantidad de fragmentos son el 13 (Pintado Naranja Externo e Interno) y el 1 (Pintado Negro sobre Rojo Externo); de la mayoría de los tipos aparecieron menos de 30 fragmentos, y en nueve de esos casos, menos de 10. Esto podría indicar una conducta importante de descarte de piezas rotas hacia el sector exterior de la estructura. En el grupo de cerámica Angualasto se destaca el marcado predominio del tipo 6, correspondiente a piezas utilitarias no decoradas.


Figura 3. Cantidad de fragmentos correspondiente a cada tipo alfarero en el componente incaico del sitio. I = Inca; A = Angualasto; D = Diaguita Chileno

Cantidad y distribución estratigráfica de las vasijas

Uno de los datos que pueden contribuir al análisis de la duración e intensidad de utilización de un sitio arqueológico es la cantidad de vasijas representadas en el lugar. En el caso de La Invernada las vasijas individuales fueron identificadas a partir de las características de las superficies y de la decoración, y del análisis macroscópico y con lupa de las pastas. En la muestra de 611 fragmentos se determinó la presencia de 132 vasijas, lo que indica un promedio de 4,6 fragmentos por pieza. Este bajo grado de representación, unido al alto nivel de fragmentación (y por ende al pequeño tamaño de los tiestos) ha imposibilitado la reconstrucción de las formas. Sin embargo, se ha podido establecer a partir de los bordes la presencia de algunas piezas cerradas o de contorno restringido (n=6) y otras abiertas o no restringidas (n=8), pero su exigua cantidad en comparación con el total de las vasijas no permite derivar información adicional relevante.

Los tipos más representados en cantidad de fragmentos recuperados lo son también en las cantidades de vasijas (Figura 4). Los tipos con mayor cantidad de vasijas en el grupo incaico son el 1 (n=8), el 10 (n=8), el 13 (n=14), el 15 (n=7) y el 16 (n=8), y en el grupo Angualasto los denominados 6 (n=28), 4 (n=10) y 1 (n=9). En cambio, el caso de la alfarería diaguita chilena (no graficado) parece corresponder a la presencia de una única vasija en el sitio, lo que también ocurre con los tipos incaicos 9, 12 y 14.


Figura 4. Distribución de las vasijas cerámicas según las extracciones realizadas durante la excavación del sitio. Las extracciones coloreadas (tramo superior de cada gráfico) corresponden al componente incaico. A y b: grupo incaico; c y d: grupo Angualasto; a y c: Cuadrícula C4; b y d: Cuadrícula D4. Cada figura representa una vasija y los cuadros rellenos indican la ubicación de los fragmentos correspondientes.

La cerámica incaica se encuentra distribuida fundamentalmente en los 0.3 m superiores de la secuencia estratigráfica. Los 257 fragmentos hallados en el componente incaico del sitio (Tabla 1) corresponden a 66 vasijas. Ocho fragmentos fueron localizados por debajo de esa profundidad, pero aparecieron dentro del relleno de túneles de roedores cavadores. Por lo tanto se integraron a las vasijas más cercanas de los tipos correspondientes, excepto en el caso de dos fragmentos que definían el tipo 9 (Negro sobre pasta marrón rojiza pulido), no representado en el componente superior, que se consideraron correspondientes a una vasija posiblemente vinculada con las primeras ocupaciones incaicas. En definitiva, los tiestos correspondientes a las ocupaciones incaicas son 265.

Tabla 1: Distribución de los fragmentos cerámicos en los componentes del sitio. Los campos grises indican la cantidad de fragmentos decorados correspondiente a cada grupo

Los dos fragmentos atribuidos al grupo diaguita chileno se encontraron en la base del componente incaico.

Por su parte, la alfarería Angualasto fue hallada a lo largo de toda la secuencia, si bien aparece en mayor cantidad en los 0.30 cm superiores (incaicos) del depósito sedimentario. Dentro del componente incaico se hallaron 253 fragmentos, correspondientes a 40 vasijas, mientras que en el preincaico se recuperaron 91 tiestos pertenecientes a 25 piezas.

En síntesis, el total de fragmentos y vasijas del componente incaico (520 y 108 respectivamente) es relativamente muy superior al del componente preincaico (91 y 25, respectivamente), sobre todo si se tiene en cuenta que el espesor de ambos es similar.

Estas diferencias podrían deberse a un uso más intensivo del lugar, si bien aún no se dispone de un control cronológico preciso que avale esta idea.

La cerámica incaica presenta una variabilidad tipológica mayor que la Angualasto (16 vs. 7) y en varios casos se observa una persistencia de los tipos alfareros incas a través de la mayor parte del componente (Figura 4, tipos 1, 8, 10, 13a, 13b y 15). A su vez, varios tipos o variantes presentan una distribución bastante restringida (i.e. 3, 5, 6, 12, 14 y 16b), algunos hacia la parte superior y otros hacia la inferior del componente.

En cambio, en el caso de la cerámica Angualasto la mayoría de los tipos se extienden a lo largo de toda la secuencia de ocupación del sitio (1, 3a, 4, 5, 6a, 6b, 6c y 7) y sólo tres parecen limitarse al componente superior (2 y 3b) o al inferior (3c).

Discusión

Un elemento comúnmente utilizado para efectuar comparaciones entre diversos sitios es la proporción de fragmentos decorados de la muestra, ya que podría ser un indicador de la importancia o de la funcionalidad de cada asentamiento. En el caso de La Invernada se destaca la gran cantidad de fragmentos decorados en relación a los no decorados en el grupo incaico (221 vs. 44), más aún por su marcado contraste con las proporciones de la cerámica Angualasto (Figura 5). Sin embargo, las proporciones son parejas si se tiene en cuenta también al grupo cerámico local (259 vs. 259).


Figura 5. Cantidad de fragmentos del componente incaico, según presencia de decoración. No se incluyen los dos fragmentos diaguitas chilenos

Existen escasos datos sobre cantidades de fragmentos en sitios incas que permitan una comparación a nivel regional, pero si se consideran los porcentajes brindados por Bárcena et al. (2008), el caso de La Invernada estaría situado dentro del rango esperado para un sitio incaico (Figura 6).


Figura 6. Porcentajes de presencia de cerámica decorada y no decorada en sitios incaicos de la región

Una medida probablemente más reveladora para evaluar el grado de utilización y la relevancia de un sitio es la intensidad de su ocupación. A nivel regional ésta se ha considerado como un reflejo de la densidad de material cerámico, tomada directamente como la relación entre el número de fragmentos y la superficie excavada (Bárcena et al. 2008: 61). Sin embargo, no resulta posible realizar una comparación intersitio objetiva que refleje la intensidad de ocupación de cada uno si no se tiene en cuenta un dato clave: la profundidad de las excavaciones.

Si consideramos que la intensidad de ocupación puede inferirse de la relación entre la cantidad de artefactos depositada (en este caso, fragmentos de cerámica) en un espacio y tiempo determinados (García 2011), a fin de poder realizar aquella comparación es necesario elaborar en primer lugar un índice de depositación de artefactos (IDA), que tenga en cuenta el número de fragmentos de cerámica por unidad de profundidad de excavación (en cm).

A tal fin se procedió en primera instancia a dividir la cantidad de fragmentos de excavación por la profundidad conocida o estimada de la excavación en cada sitio; luego, dado que las superficies excavadas en los distintos sitios difieren de manera importante, para hacer comparables los datos se tomó como referencia a La Invernada, y en base a ello se calculó un factor de corrección que permitiera homogenizar los datos restantes. Tal factor es individual para cada caso y resulta de la división de la superficie de cada sitio por la del sitio de referencia.

Por último, teniendo en cuenta que

se multiplicaron los distintos factores de corrección de superficie por los cocientes de la relación Fragmentos/Profundidad y se obtuvieron los índices de depositación de artefactos (IDA) correspondientes a cada sitio (Tabla 2).

Tabla 2. Comparación de los Índices de Depositación de Artefactos de sitios incaicos. Los datos de Tambillos han sido estimados a partir de la información disponible

Estos índices muestran un promedio de fragmentos de cerámica depositados por cm de espesor en una superficie de 8 m2 en cada uno de los sitios comparados. Los resultados indican que la cantidad de tiestos de La Invernada es mucho mayor que la de los sitios estudiados en la región, aun de aquellos que han sido considerados como de alta significación para la administración incaica (i.e. Ranchillos), lo que sugiere una alta intensidad de ocupación del sitio. El hecho de no tomar en cuenta los materiales de superficie disminuye la posibilidad de que los resultados se deban a la acción diferencial de las alteraciones antrópicas (fundamentalmente la recolección).

La destrucción total de las evidencias de superficie relacionadas con los muros de las estructuras del sitio (cuyos restos fueron al parecer desarmados para levantar un corral de grandes proporciones en las cercanías a principios del siglo XXI) impide realizar una evaluación de su relevancia a partir de la calidad, elementos arquitectónicos y envergadura de las construcciones. No obstante, si se acepta que la cantidad de cerámica decorada refleja tal importancia, La Invernada parece haber jugado un papel importante en el sistema administrativo incaico, posiblemente como nodo conector entre los asentamientos estatales de los valles longitudinales (vinculados directamente con el Qhapaq Ñan) y los ubicados en otros sectores precordilleranos o en el piedemonte precordillerano oriental. En este sentido, una opción a tener en cuenta cuando se evalúe la funcionalidad del sitio a la luz de la información de todo su registro es que al menos gran parte de las piezas pueden corresponder a vasijas en tránsito, rotas eventualmente en el lugar, mientras que para el mantenimiento del mismo se hayan utilizado fundamentalmente vasijas locales. En apoyo de esta idea cabe destacar que no se han hallado vestigios que sugieran la elaboración local de la alfarería del sitio (arcilla, pigmentos, pulidores, hornos, etc.).

La aparición de fragmentos similares a distintas profundidades del componente incaico (interpretada como producto del flujo reiterado de los mismos tipos cerámicos) es consistente con una posible función del sitio como nodo integrante de un trayecto determinado de la vialidad incaica que unía recurrentemente los mismos asentamientos (algunos de los cuales podrían ser productores de alfarería). Para comprender estas relaciones resulta imprescindible el descubrimiento y análisis de los sitios asociados a La Invernada. Dado que éstos no han sido todavía localizados, quizás hayan sufrido alteraciones postdepositacionales similares o mayores que las de aquél y su detección requiera la consideración especial de su probablemente muy baja visibilidad arqueológica.

Otro aspecto importante se relaciona con el componente local previo, ya que el análisis de la cerámica ha permitido comprobar que el sitio no fue establecido durante el período incaico sino que la administración estatal tomó posesión de un asentamiento capayán que ya  funcionaba en  el lugar y lo modificó. Esta es la primera vez que se constata claramente esta conducta en el territorio sanjuanino, si bien en otros sitios originariamente preincaicos (como Angualasto y Pachimoco) también se habían detectado materiales incaicos (García 2010).

Finalmente, resulta clara la continuidad del uso de la cerámica local Angualasto en el sitio, situación que puede ser interpretada como una persistencia del grupo local en el manejo o administración del mismo. Esta continuidad de las alfarerías locales ya ha sido observada en distintos puntos del imperio (e.g. Ampuero 1986, 1989; Donnan 1997; González y Tarragó 2004), pero contrasta marcadamente con la implantación de un nuevo estilo en el cercano sector centro-norte de Mendoza, lo que evidenciaría diferencias importantes en la estrategia de anexión y control de estas zonas (García 1999, 2009).

Consideraciones finales

Al igual que sucediera con los sitios de la zona de Pedernal-Acequión (García 2007), el análisis cerámico de La Invernada muestra claramente que algunos asentamientos incaicos que jugaron un papel importante en la administración del estado presentan un alto grado de destrucción de las evidencias de superficie. El hecho de que en ambos casos estos sitios fueran localizados tardíamente a pesar de los recurrentes relevamientos en esas zonas indica la necesidad de variar de manera importante los criterios de búsqueda de los asentamientos incaicos regionales, dejando de lado expectativas vinculadas con la monumentalidad de las estructuras del período de referencia y encarando relevamientos específicamente diseñados para situaciones con muy baja visibilidad arqueológica.

Si bien resulta claro que La Invernada constituía un lugar significativo para el sistema de asentamiento incaico, su funcionamiento sólo puede ser comprendido mejor a partir de la localización de los nodos cercanos que integraban los trayectos de los que formaba parte, lo que permitirá avanzar en el conocimiento de la circulación de bienes y personas durante el período.

Con respecto a la estrategia de anexión del sitio, la persistencia del uso de la cerámica local (y fundamentalmente de vasijas de uso doméstico) sugiere que su mantenimiento y control estaba a cargo de indígenas capayanes locales y que por lo tanto se trataría de un caso de dominio indirecto.

Finalmente, el componente preincaico de La Invernada avala las consideraciones en torno a una ubicación más meridional de la zona limítrofe entre huarpes y capayanes (surgidas a partir de los hallazgos de cerámica Angualasto realizados en la cercana Estancia Don Carmelo -García y Damiani 2009-), y constituye un fuerte indicador de la necesidad de revisar las propuestas tradicionales sobre la ubicación de las fronteras interétnicas prehispánicas locales, aspecto que no ha variado sustancialmente desde los estudios pioneros de Canals Frau (1944, 1946).

Agradecimientos

Los estudios desarrollados en el sitio La Invernada han contado con el financiamiento de la UNSJ (CICITCA), la UNCuyo (Sectyp) y el CONICET, y con apoyo logístico del dueño de la Reserva de Usos Múltiples Ea. Don Carmelo, Sr. Domingo Curatola.

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