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vol.21 número1EL CHAÑARCITO: ARQUITECTURA, MATERIALIDAD Y CONSUMO DE UN ESPACIO RESIDENCIAL ALDEANO DE LA SIERRA DE VELASCO, LA RIOJA (CA. 600 AL 800 D.C.)ESTUDIO COMPARATIVO DE DOS SITIOS ALDEANOS DEL PRIMER MILENIO D.C. EN TUCUMÁN, ARGENTINA índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Comechingonia

versión On-line ISSN 1851-0027

Comechingonia vol.21 no.1 Córdoba jun. 2017

 

DOSSIER

ESPACIALIDAD Y MATERIALIDAD DE UN CONJUNTO DE UNIDADES DOMÉSTICAS TEMPRANAS -CA. 300-600 D.C.-DE ANILLACO (LA RIOJA, ARGENTINA).

SPATIALITY AND MATERIALITY OF A SET OF EARLY HOUSEHOLD -C. 300-600 AD- OF ANILLACO (LA RIOJA, ARGENTINA).

 

Gabriela Sabatini1 y Enrique Garate2

1CRILAR-CONICET, UNLAR, SEGEMAR, UNCa. Entre Ríos y Mendoza, (5301) Anillaco, La Rioja, Argentina, gabita_sabatini@hotmail.com;
2Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo. Centro Universitario, (5502) Mendoza, Argentina, enriquegarate890@gmail.com

Presentado: 04/12/2016 - Aceptado: 15/06/2017


Resumen

En este trabajo nos proponemos abordar la espacialidad y materialidad de las comunidades aldeanas entre ca. 300 a 600 d.C. en el piedemonte oriental de la Sierra de Velasco en el área de la localidad de Anillaco (Castro Barros, La Rioja). Para ello seleccionamos un conjunto residencial de escala doméstica que nos permitió acercarnos a los primeros procesos formativos de Anillaco y a sus prácticas cotidianas. Presentamos los resultados obtenidos del relevamiento y excavación del sitio Uchuquita. Analizamos la espacialidad residencial, los rasgos arquitectónicos y la distribución de los conjuntos cerámicos y faunísticos mediante herramientas estadísticas de interpolación Kriging. Así, reconocimos parámetros distribucionales y áreas de concentración del registro cerámico y óseo visualizando la disposición de los objetos, la organización del espacio y las prácticas cotidianas desarrolladas en los recintos. Distinguimos el Número Mínimo de Vasijas (NMV) según serie fina y ordinaria y realizamos análisis arqueofaunísticos identificando patrones de uso y consumo. Observamos que algunos rasgos culturales se prolongaron espacial y temporalmente en otras cuencas de la Sierra de Velasco, dando cuenta de una continuidad en las formas de hacer.

Palabras clave: primer milenio, doméstico, análisis intrasitio, consumo

Abstract

In this paper, we propose a spatial and material approach to the study of the village community that lived between c. 300 and 600 AD in the eastern piedemont of Anillaco's town (Castro Barros, La Rioja). For this we selected a residential complex of household scale that allows us to determine the first formative processes of Anillaco and the daily practices. We presented the results obtained of surveys and excavations in Uchuquita site. We analyzed from a comprehensive and contextual point of view the residential spatiality, the architectural features and the distribution of the ceramic and faunistic sets, using statistical interpolation tools: Kriging. Thus, we recognized distributional parameters and areas of concentration of the ceramic and bone records, visualizing the arrangement of such objects in the housing areas, the organization of the space and the daily practices developed in them. We distinguished the Number Minimum of Vessels (NMV) according to the fine and ordinary series and we perform archaeofaunistics analysis identifying patterns of use and consumption. We observed that some cultural traits extend spatially and temporally in other basins of the Sierra de Velasco, accounting for continuity in the ways of doing things.

Keywords: first millennium, domestic, intrasite analysis, consumption


 

Introducción

Durante el primer milenio d.C. las sociedades aldeanas del norte de La Rioja desarrollaron diferentes estrategias de aprovechamiento y transformación del espacio natural con la construcción de espacios residenciales y productivos dando lugar a diferentes paisajes sociales.

Las investigaciones realizadas en Castro Barros (La Rioja) se focalizaron en los patrones ocupacionales entre ca. 600 y 800 d.C. Durante este periodo se materializa en el piedemonte oriental de la Sierra de Velasco un proceso de concentración poblacional y probable intensificación y expansión agrícola (Cahiza 2015). Este modelo parece repetirse en varias cuencas de la Sierra de Velasco con sitios arqueológicos categorizados como complejos, compuestos por arquitectura pública (plataformas y montículos) (Cahiza 2015; Callegari et al. 2015; Raviña y Callegari 1992; Sabatini y Salminci 2017). Ejemplos de estas locaciones residenciales son El Chañarcito (Los Molinos) con una plataforma ceremonial y rampa de acceso asociado a recintos habitacionales (Cahiza 2015) y Faldeos de Anillaco I, locación que presenta un montículo cercano a los espacios residenciales (Raviña y Callegari 1992).

Durante nuestros trabajos de prospección en el sector del piedemonte de Anillaco (Figura 1) identificamos 28 locaciones residenciales simples y compuestas que corresponderían a sitios residenciales de escala doméstica (Sabatini y Salminci 2017). Uno de estos, es el conjunto residencial Uchuquita. Su estudio nos permitió acercarnos a los primeros procesos ocupacionales formativos de Anillaco y también a las prácticas cotidianas desarrolladas en una unidad doméstica.

Presentamos los resultados de nuestras intervenciones de relevamiento y excavación de Uchuquita 1, 2 y 3. Analizamos la espacialidad residencial, los rasgos arquitectónicos y la distribución intrasitio de los conjuntos cerámicos y faunísticos mediante herramientas estadísticas de interpolación Kriging.


Figura 1. Imagen del área de estudio, en punteado y negrita el abanico aluvional de la cuenca del río Anillaco.

 

Tendremos en cuenta no solo las técnicas constructivas y la organización del espacio sino también las actividades que pudieron realizarse en ella. Así los conjuntos de artefactos recuperados y su disposición espacial nos permiten conocer acerca de la organización de las tareas allí desarrolladas.

A partir de estos estudios identificamos una recurrencia espacial y una continuidad temporal de las formas de hacer de las comunidades que habitaron el piedemonte nororiental del Velasco reflejo de una identidad comunitaria.

La unidad doméstica: habitus y formas de hacer

El espacio doméstico puede ser visto como un escenario activo, socialmente construido, que a la vez construye subjetividades e informa a las personas que lo ocupan sobre reglas, roles, cosas permitidas y cosas prohibidas (Bourdieu 2002; Hodder y Cessford 2004; Nielsen 1995, 2001; Rapoport 2001). Así, la estructuración del espacio limita, determina y condiciona las prácticas cotidianas de las personas formando habitus. Por ello la distribución espacial de los objetos materiales son indicadores del comportamiento de las personas (Bourdieu 2002).

Las prácticas diarias de depositar y almacenar alimentos y objetos, cocinar y moler granos, manufacturar vasijas, construir viviendas, intercambiar ciertos bienes y festejar, ayudaron a generar historias y subjetividades particulares. Por lo que el estudio de las unidades domésticas es relevante ya que mediante la vida cotidiana y la materialidad, los agentes van incorporando sus disposiciones para la acción. De este modo se puede conocer el comportamiento humano en su escala más mínima de análisis (Flannery 1976; Wilk y Ratjhe 1982) siendo la vivienda el objeto material y la familia el actor social en estudio.

Consideraremos no solo las técnicas constructivas y la organización del espacio sino también las actividades que pudieron desarrollarse. Así, los conjuntos de artefactos recuperados y su disposición espacial nos permiten conocer acerca de la organización de las labores realizadas.

Abordamos los materiales cerámicos y faunísticos tomando herramientas analíticas e interpretativas desde el estudio de la tecnología y el consumo, ligado a los conceptos de prácticas y habitus (Bourdieu 1988; Dietler y Herbich 1998). Consideramos a los objetos como el producto de la acción humana y como tales, representan una cierta "forma de hacer las cosas" (Lemonnier 1993; Dietler y Herbich 1998; Gosselain 1998; Stark 1999, entre otros), es decir son el resultado de las elecciones que las personas realizan -algunas conscientes y otras naturalizadas y reproducidas de manera inconsciente- (Puente 2012). De este modo, el análisis del registro material no solo aporta a la definición de los espacios domésticos sino también a la identificación de "formas recurrentes de hacer" en un espacio y tiempo determinado. Esta concepción es un indicador de integración e interacción de los grupos humanos en un mismo sistema social dentro del cual se comparten usos, creencias y valores (Feely 2013; Feely y Ratto 2009).

La unidad doméstica se encuentra integrada a un paisaje social, espacial y temporal mayor, al ser parte de un nodo dentro de una red de unidades sociales similares entrelazadas económica, cultural y biológicamente (Scattolin et al. 2009). De esta manera, los entornos construidos forman parte de un sustrato común reflejado en la continuidad y recurrencia de los modos de habitar y construir, producir cerámica y consumir y procesar los animales.

Materiales y métodos

La realización del mapeoplanimétrico y microtopográfico detallado del sitio nos permitió definir tres sectores residenciales: Uchuquita 1, 2 y 3. El complejo arquitectónico se compone de espacios presuntamente habitacionales asociados a espacios abiertos o "patios". Los muros son de piedra y conforman una planta combinada semicircular y semirectangular.

En el piedemonte de Anillaco hemos registrado 35 locaciones residenciales simples y compuestas, de una a tres habitaciones, asociado a sectores de mayor tamaño como "patio". Suelen estar ubicadas en partes altas respecto a los cauces aluviales, entre terrazas de cultivo (Cahiza et al. 2017; Sabatini y Salminci 2017).

El conjunto arquitectónico Uchuquita se ubica en una loma longitudinal emplazada entre dos cauces temporales en el piedemonte de la sierra de Velasco. Los relevamientos topográficos se llevaron a cabo mediante el empleo del teodolito electrónico Leica T1100. Los datos obtenidos fueron procesados por el software AUTOCAD con el objeto de realizar una proyección digital de las estructuras arquitectónicas1.

Realizamos excavaciones en Uchuquita 1 (E1 y E3) y 3 (E2 y E3). Uchuquita 1 está compuesto por ocho estructuras subcuadrangulares alcanzando 230 m² de espacio construido (Figura 2). Este sitio está integrado por dos recintos de dimensiones habitacionales asociados a seis espacios abiertos de dimensiones mayores que van de 11 a 26 m². En la pared norte de uno de los espacios abiertos se localiza un mortero fijo.

Uchuquita 2 se ubica al Este de Uchuquita 1 y a 22,5 m de distancia, constituido por dos recintos aislados con una planta cuadrangular. Esta locación tiene una superficie de 28 m. Por último, hacia el norte cruzando un cauce temporal del río Anillaco se encuentra Uchuquita 3, con tres estructuras habitacionales cerradas y dos estructuras abiertas adosadas a un muro perimetral de 12 m de extensión. Este conjunto tiene una superficie de 220 m (Sabatini y Salminci 2017).

Los sectores excavados en su totalidad fueron dos recintos habitacionales: U1.E1 (10,31 m) y U3.E3 (2,88 m) y se realizaron sondeos en espacios abiertos como U1.E3 de 4 m² y de U3.E2 en donde se excavaron 2 m².

A partir de la excavación de los cuatro conjuntos pudimos identificar una estratigrafía similar que consta de un relleno eólico de depositación inicial seguido de un nivel de derrumbe de los muros por encima del piso de ocupación. El piso ocupacional se presenta de forma difusa y está delimitado en algunos sectores por asociación de materiales cerámicos y faunísticos y finalmente un estrato rocoso natural.

Los contextos excavados no nos han permitido definir áreas de actividad específica respecto al uso y funcionalidad de cada recinto de cada sitio. Por ello, y con el objeto de establecer un parámetro distribucional del registro cerámico y óseo intrasitio decidimos emplear el método denominado Interpolación.

La interpolación parte del supuesto de que la superficie es un continuo que puede describirse utilizando una función matemática y un set de puntos de muestreo. Esta técnica geoestadística consiste en un proceso matemático en el que se transforma una variable discontinua en una regular y continua (Oliver y Webster 1990). En nuestro caso hemos empleado el software Golden Surfer 8, específicamente el comando Grid-Data que nos da la posibilidad de realizar algoritmos de interpolación Kriging. Se basa en modelos estadísticos que relaciona diferentes puntos medidos en una superficie determinada. Esta técnica tiene la capacidad de producir una superficie continua de distribución de valores z².

Tomamos como valor z a la frecuencia de tiestos cerámicos y elementos óseos (Lama sp. y Mammalia grande3) correlacionadas concoordenadas espaciales x/y de localización. Esto nos permitió generar una variación espacial homogénea de la distribución cerámica y ósea de los recintos U1.E1 y U3.E3.

 


Figura 2. Plano topográfico del conjunto Uchuquita. En gris los recintos excavados.

En el análisis del registro cerámico consideramos que las vasijas constituyen la unidad básica de análisis, susceptible de una observación integradora capaz de proporcionar información comparable a nivel intra e intersitio. El material cerámico recuperado durante las excavaciones presenta una alta fragmentación por lo que procedimos al ensamblaje y remontaje de tiestos para acercarnos a la morfología de las vasijas.

Tuvimos en cuenta elementos diagnósticos como fragmentos de bordes; y algunos indicadores estilísticos como los acabados de superficie y diseños decorativos (Cahiza et al. 2016). A partir de esto logramos calcular un Número Mínimo de Vasijas (NMV) (Feely y Ratto 2009).

Distinguimos dos conjuntos dentro de la muestra cerámica, a los que hemos definidos por serie fina y ordinaria (Bugliani 2008). Los criterios para distinguir a cada una de las categorías se relacionan con los circuitos de consumo de determinados bienes que a su vez conlleva al reconcomiendo de estrategias de interacción, normas culturales y la cohesión ideológica/identitaria (Cahiza et al. 2016).

La categoría fina hace referencia a vasijas de pastas compactas con tratamientos decorativos superficiales como pulido, incisiones, pintura, incisiones/pulido, pintura/ pulido, pastillaje y modelado. Por su parte el conjunto de vasijas ordinarias se caracteriza por la ausencia de decoraciones, el tratamiento de superficie utilizado es el alisado y sus pastas suelen ser porosas y con grandes inclusiones (Cahiza et al. 2016).

En cuanto a cada NMV identificamos la morfología, reconociendo a las formas no restringidas o abiertas aquellas utilizadas para el servicio o consumo (pucos, cuencos y platos) y las cerradas compuestas por ollas, cántaros y contenedores (Shepard 1976).

Además tuvimos en cuenta aquellas vasijas no decoradas que generalmente se presentan alisadas y los decorados con tratamientos como pulido, incisión, pintura, pintura/pulido, incisión/pulido y pastillajes.

En el análisis zooarqueológico aplicamos diferentes técnicas con el fin de determinar taxones al máximo nivel de identificación posible, a la vez que unidades o partes esqueletarias, marcas sobre la matriz ósea y otros rasgos identificatorios (Lyman 1994a, 1994b; Mengoni Goñalons 1988, 1999, 2010).

Para la identificación taxonómica y anatómica utilizamos colecciones osteológicas de Referencia Comparativa4 conjuntamente a la consulta de atlas osteológicos (Pacheco Torres et al. 1979). Para la determinación de especímenes y elementos óseos (Lyman 1994a; Mengoni Goñalons 1988, 1999) consideramos las características y rasgos principales de las zonas diagnósticas de cada elemento (Izeta 2007).

En la identificación de camélidos optamos por la utilización del término Lama sp., dada la ausencia de información (tanto histórica como actual) de Vicugna. Sin embargo, cabe aclarar que en general los elementos óseos recuperados presentaron un alto grado de fragmentación que alcanza la totalidad de los elementos, lo que impidió avanzar en identificaciones más precisas en relación a Lama guanicoe y/o Lama glama. Cuando la identificación taxonómica de mamíferos no fue posible recurrimos al uso de categorías basadas en los pesos relativos de especímenes actuales. De esta manera, empleamos (según el nivel de identificación) las categorías Mammalia grande (cercanos a Camelidae), mediano (tamaños similares a Cervidae), pequeño (con pesos similares a Rodentia) y simplemente Mammalia para aquellos elementos a los cuáles no pudo atribuirse un peso relativo. La categoría "pequeño" (P) se utilizó para agrupar taxones pequeños, sean mamíferos o aves. Finalmente, como "no identificados" (NIT) incluimos aquellos restos como astillas o trabéculas sin identificación posible.

Para cuantificar los conjuntos consideramos el número de restos (NR), identificados o no, el Número de Especímenes Identificados por Taxón (NISP) y el Número de Mínimo de Elementos (MNE). En este caso utilizamos el NISP como medición de la abundancia taxonómica.

Con el fin de identificar transformaciones de origen antrópico empleamos distintas categorías vinculadas al grado de termoalteración. Las categorías se aplicaron en base a la coloración de los restos observada macroscópicamente y fueron divididas en calcinados (alteración térmica total con coloración blanca), quemados (ídem al anterior, color negro, negro-gris), tostados (menor exposición al fuego y coloración marrón) y frescos (sin alteración térmica) (García Llorca 2003).

Paralelamente, determinamos la presencia de marcas antrópicas y no antrópicas. Entre las primeras, analizamos huellas de corte, raspado, percusión, aserrado, lascado, machacado, fracturado y pulido (Mengoni Goñalons 2010). Entre las segundas, la presencia de rasgos referidos a procesos tafonómicos como sales, manchas, fracturas y abrasión. También se indicó la presencia de marcas de roído y de otros agentes carnívoros. Otra variable que se tuvo en cuenta fue la presencia de rasgos de meteorización para conocer mejor la historia tafonómica de los elementos.

Resultados

Las excavaciones desarrolladas en Uchuquita 1 (E1 y E3) y Uchuquita 3 (E2 y E3) han registrado paredes robustas de 50 a 60 cm de ancho de doble hilera y muros de arranque compuesto por bloques de 80 cm de alto y 60 cm de ancho colocados en forma vertical. La altura de las paredes de los espacios habitacionales oscila entre los 40 a 60 cm y los muros de los espacios abiertos de 30 cm, sin embargo sabemos que estas paredes fueron más elevadas ya que observamos los grandes bloques de derrumbe ubicados en el interior como exterior del recinto.

Los sitios Uchuquita 1, 2 y 3 conforman un conjunto residencial dada su cercanía y técnica constructiva, sin embargo el patrón arquitectónico (organización espacial y morfología de los recintos) varía de una locación a otra. Por un lado, Uchuquita 1 presenta un patrón de recintos aislados en torno a espacios abiertos o "patios" centrales predominando las formas subcuadrangulares. Por otro lado, Uchuquita 2 está compuesto por dos recintos cuadrangulares dispersos y sin espacios abiertos entre ellos. Por último, Uchuquita 3 se constituye por recintos subcuadrangulares y subrectangulares asociados a un espacio abierto lateral.

Identificamos en Uchuquita 1 (E1) y Uchuquita 3 (E3) un componente ocupacional entre 30 y 50 cm de profundidad que fueron fechados. El componente ocupacional de Uchuquita 3 (E3) fue datado en 1760 ± 50 años AP (LP-3259-carbón vegetal)5

Análisis distribucional de interpolación Kriging

Para representar y analizar la distribución de los conjuntos cerámicos y óseos resultantes de nuestras excavaciones utilizamos la estadística de interpolación Kriging. De esta manera transformamos una superficie discontinua de distribución de puntos, en nuestro caso fragmentos cerámicos y elementos óseos, en un área continua de valoración de la intensidad de los materiales. Realizamos la interpolación de las dos unidades habitacionales excavadas en su totalidad (U1.E1 y U3.E3) con el objeto de diferenciar las actividades realizadas en la misma (Figura 3).

En la unidad residencial U1.E1 observamos un comportamiento similar del registro cerámico y óseo al concentrarse en las cuadrículas B1 y B2, es decir próximos al vano de acceso de la unidad residencial.

En el recinto U3.E3 la distribución diferencial de los materiales se localiza en B1 y A1, los especímenes óseos y en B2 los ceramios. Esta dispersión se encuentra asociada al piso ocupacional donde se halló el carbón vegetal datado.

Conjuntos cerámicos

El registro cerámico está compuesto por una muestra fragmentada, por su parte Uchuquita 1 presenta 2125 tiestos y Uchuquita 3 se hallaron 542 ceramios. A partir de los análisis cerámicos hemos podido determinar el NMV para el sitio Uchuquita 1, que arrojó un total de 54 vasijas cerámicas (E1 n= 36 y E3 n= 18). A su vez, en Uchuquita 3 se estimaron 27 vasijas (E3 n=19 y E2 n=8). Sabemos que la cantidad de piezas presentes en cada habitación debió ser superior a nuestras estimaciones, sin embargo consideramos que la muestra así generada es representativa del universo cerámico (Feely y Ratto 2009).

Las vasijas de pastas grises y semicompactas se caracterizan por ser pulidas, con incisiones profundas sobre cuellos y cuerpos tradicionalmente denominados Ciénaga (Cahiza et al. 2016). Las vasijas naranjas compactas en general se presentan pintadas en negro sobre naranjas con motivos zoomorfos (felinos y reptiles), bandas rectas verticales, horizontales, oblicuas y escalonadas. En el caso de los motivos del "jaguar" el cuerpo está compuesto por círculos concéntricos que posiblemente representen manchas.

 


Figura 3. Distribución de los conjuntos cerámicos y óseos en Uchuquita 1 E1 y Uchuquita 3 E3.

La serie fina es representativa en todas las locaciones siendo más notorio para U3.E3. Además observamos una preponderancia de las vasijas finas por sobre las ordinarias principalmente en las unidades E1 y E3 de Uchuquita 1.

En cuanto a la morfología la serie fina está compuesta por formas abiertas o no restringidas y en menor medida las ordinarias con formas cerradas: U1.E1 (n=21 finas/ abiertas y n=15 ordinarias/cerradas), U1.E3 (n=15 finas/abiertas y n=3 ordinarias/ cerradas), U1.E2 (n=6 finas/abiertas y n=2 ordinarias/cerradas) y U1.E3 (n=14 finas/abiertas y n=5 ordinarias/cerradas) (Figura 4).

Estos resultados mostrarían una asociación entre las vasijas consideradas "finas" con formas abiertas en contraposición con las vasijas "ordinarias" con formas cerradas. En relación a esto hemos podido identificar para el primer caso piezas como pucos y cuencos y para el segundo ollas y jarras.


Figura 4. Porcentajes de NMV según serie fina y ordinaria

En cuanto al tratamiento de superficie se presentó un alto porcentaje de pulidos (U1 35% -U3 38%) seguido de incisos/pulidos (U1 21% - U3 24%), en menor medida se encuentra las vasijas con modelado y pastillaje (U1 18% - U3 5%), pintadas (U1 15% - U3 10%) y pintadas/ pulidas (U1 15% - U3 5%). Con respecto a la técnica empleada la incisión es la modalidad decorativa más recurrente seguida de modelado/pastillaje y pintura. Entonces, la alta abundancia de cerámicas pulidas eleva la representación de la serie fina. En cambio para el conjunto ordinario el acabado predominante es el alisado en todos los casos.

Análisis arqueofaunístico

Características de los conjuntos

A partir del análisis arqueofaunístico identificamos pautas de consumo, en un sentido amplio (es decir, como parte de la dieta para la confección de instrumentos, vestimenta, etc.), para los sitios U1 (E1 y E3) y U3 (E3). Analizamos diferentes conjuntos óseos definidos en contextos espaciales previamente determinados. Los dos sitios presentaron una correspondencia en relación a los taxones representados en sus respectivos conjuntos (Tabla 1). Otra característica común a la totalidad de los elementos relevados es el alto grado de fragmentación que nos llevó a realizar identificaciones de un mayor a un menor nivel de precisión.

En función de los rasgos observados en la matriz ósea, dicha fragmentación fue asociada a diversos procesos tafonómicos entre los que destacan la actividad de roedores y otros carnívoros sobre el conjunto, la acción erosiva de los suelos, procesos de meteorización, pisoteo, etc.

Por ese motivo optamos por una división de mamíferos en función de sus pesos relativos, como se expresó anteriormente. Sin embargo, creemos que los elementos identificados como Mammalia Grande (MG) corresponderían a la familia de Camelidae, dado que este último es considerado el taxón de mayor tamaño disponible en el área durante el período analizado.

Tabla 1. Diversidad Taxonómica por sitio en función del NISP.

 

El relevamiento de material óseo arrojó un número de restos de 192 para U1.E1, 20 para U1.E3 y 80 para U3.E3. Por su parte, las intervenciones en U3.E2 no arrojaron restos arqueofaunísticos. Un rasgo común a los tres conjuntos es el predominio de especímenes que se corresponden con los mamíferos de mayor tamaño (Lama sp. y MG), los cuales alcanzan en conjunto, un 51% aproximadamente del total de elementos de U1.E1, un 65% para U1.E3 y un 66% en el caso de U3.E3.

Por su parte, la presencia de Dasypodidae resulta significativa dentro de los conjuntos sin embargo su valoración debe matizarse dado que la totalidad de elementos anatómicos recuperados corresponden a placas dérmicas lo que induce a una sobrerrepresentación de su importancia en la muestra.

En cuanto a Rodentia, su presencia también debe ser considerada como de importancia, aunque, la misma debe ser abordada principalmente como agente de alteración posdepositacional y su influencia en la dieta humana no parece muy significativa.

Alteraciones térmicas y marcas antrópicas

La identificación de rasgos de alteración térmica fue utilizada como posible indicador de consumo antrópico, aunque además tuvimos en cuenta otras características como huellas o marcas sobre cada elemento. En la Figura 5 sintetizamos el número de elementos que presentaron características de alteración térmica y marcas. Como se observa en dicho gráfico, MG aparece como el taxón con mayor incidencia de termoalteración, representando el 59% del total de elementos con alteración para U1.E1, el 50% en U1.E3 y el 69% en U3.E3, aproximadamente. Si incorporamos los elementos correspondientes a Lama sp., el porcentaje aumenta aún más.

Además de MG y Lama sp., otros taxones termoalterados corresponden a Dasypodidae y Rodentia principalmente, además de algunos elementos no identificados.

Considerando sólo a MG y Lama sp., observamos que tanto en U1.E1 como en U3.E3 el porcentaje de elementos con termoalteración (67% y 53%, respectivamente) supera a aquellos identificados como frescos. Además, pudimos observar un predominio de aquellos elementos caracterizados como quemados, por sobre los calcinados y tostados.

Por su parte, el análisis de huellas arrojó similares resultados a los observados en relación a la alteración térmica (Figura 5) y nos permitieron realizar una primera aproximación referida a las prácticas de procesamiento de alimentos. En este sentido, se aprecia un amplio predominio de marcas en aquellos elementos correspondientes a MG y Lama sp. Sin embargo, es significativo que el total de restos con algún tipo de marca antrópica resultara bajo, principalmente en el caso de U1.E1, el cual presenta el mayor número de restos.

Especial interés revistieron los elementos con marcas de pulido, ya que además presentaron rasgos de termoalteración (tostado). Creemos que esos procesos tuvieron como fin la confección de instrumentos, sin embargo el grado de fragmentación de los restos nos impide por el momento aseverar esta idea, aunque debemos aclarar que hemos detectado casos similares para otros sitios próximos.


Figura 5. Gráfico comparativo de alteraciones térmicas y huellas de origen antrópico.

 

Análisis de partes esqueletarias de Camelidae

Teniendo en cuenta que los camélidos ocuparon un rol central en la dieta de estas poblaciones, se analizaron las partes anatómicas más consumidas de los mismos. Las partes del esqueleto de los camélidos con mejor representación fueron la caja torácica (costillas), presente en todos los sitios, seguidos de restos de extremidades delanteras y traseras. En menor medida identificamos restos de cráneo y molares (U3.E3), de columna vertebral (U1.E1) y algunos elementos de las patas traseras (U1.E1 y U3.E3) y delanteras (U1.E3).

Teniendo en cuenta que la mayor parte de los elementos presentan algún tipo de alteración o marcas antrópicas (aproximadamente el 71% del total de camélidos) consideramos que, tomando los dos sitios en conjunto, existe una tendencia hacia el manejo integral de la carcasa.

Por último cabe destacar que tanto el MNE como el MNI de Camelidae calculado para cada sitio resultan bajos, siendo de 9 y 3 para U1.E1, de 4 y 1 para U1.E3 y de 6 y 1 para U3.E3, respectivamente, es decir, para los dos sitios se obtuvo un MNI total de 5.

Discusión

Nos centramos en el estudio del conjunto residencial doméstico Uchuquita por tratarse de una locación que corresponde a los primeros momentos de ocupación aldeana de la cuenca de Anillaco registrados hasta el momento. Con el fin de explicar esta capa temporal hemos realizado análisis del registro arquitectónico, cerámico y óseo.

El patrón arquitectónico del conjunto Uchuquita se presenta diferenciado con una organización espacial y morfología residencial: Uchuquita 1 está compuesto por habitaciones dispersas entre espacios abiertos predominando formas subcuadangulares, Uchuquita 2 se caracteriza por tener dos recintos cuadrangulares aislados y Uchuquita 3 presenta dos recintos asociados a un espacio abierto lateral prevaleciendo morfologías rectangulares.

A partir de las excavaciones arqueológicas realizadas en Anillaco, Faldeos de Anillaco I y Anillaco 28 y en otras locaciones como El Chañarcito en Los Molinos e instalación 5 en Anjullón observamos una variabilidad de tamaños y formas arquitectónicas que a partir de las dataciones realizadas estaría marcando diferentes momentos constructivos (Cahiza et al. 2017; Mercado 1993-1994; Raviña y Callegari 1991-1992; Sabatini y Salminci 2017).

En este esquema temporal, Uchuquita se ubicaría en un momento temprano respecto de la ocupación de Faldeos de Anillaco I y Anillaco 28. Pese a estas diferencias constructivas de los recintos del complejo Uchuquita no se ha podido identificar contextos claros que permitan distinguir eventos temporales de ocupación. No obstante se observa tradiciones cerámicas similares en todos los recintos excavados: pasta gris con incisiones y pastillajes que corresponderían a tradiciones tempranas asignables a Ciénaga y vasijas naranjas con motivos felínicos y de reptil asociados al componente Aguada.

A pesar de la variación del patrón constructivo, reconocimos técnicas arquitectónicas similares en todos los recintos por lo que pensamos que en Uchuquita se habrían dado ciertas continuidades (rasgos arquitectónicos, formas de hacer de hacer y consumir vasijas y óseo) y cambios (diferentes patrones constructivos y tradiciones cerámicas -Ciénaga y Aguada-) durante el primer milenio. Sin embargo, estas hipótesis deber ser más profundamente desarrolladas a medida que incorporemos nuevos registros del área.

En general en los sitios registrados de las cuencas del Velasco se reproduce un mismo módulo constructivo que consiste en espacios pircados de hilada simple o doble de forma cuadrangular/rectangular y "patios" trapezoidales (Callegari et al. 2015; Sabatini y Salminci 2017). La recurrencia de estas técnicas arquitectónicas se observan en sitios contemporáneos a Uchuquita como Terraza 5 (Los Molinos) datado entre ca. 300 al 500 d.C. y en locaciones temporalmente posteriores (ca. 600 al 800 d.C.), ubicados en la cuenca de Anillaco -Anillaco 28, Faldeos de Anillaco I, Quebrada de Anillaco- (Raviña y Callegari 1992), Los Molinos -El Chañarcito y Loma de la Puerta- (Cahiza 2015) y Anjullón -Instalación 5- (Mercado 1993-1994).

Los análisis de interpolación Kriging de los conjuntos cerámicos y óseos nos han mostrado patrones de intensidad y disposición del registro. En U1.E1 fue un espacio afectado por actividades de limpieza, ya que identificamos una dispersión de los materiales arqueológicos en la proximidad del vano. Sin embargo, los contextos excavados no han permitido identificar actividades domésticas específicas.

En cambio en U3.E3 la concentración de los objetos y su asociación a carbón vegetal se vincularían a actividades culinarias como cocción y almacenamiento. En relación a las categorías identificadas para las vasijas se reconoce una clara diferencia entre finas y ordinarias siendo las primeras las que predominan en todos los recintos principalmente en las unidades de Uchuquita 1. La mayoría de las vasijas finas se relacionan a formas no restringidas y las ordinarias a formas cerradas o restringidas por lo se estarían utilizando piezas como pucos y cuencos.

Sin embargo no hemos identificado rasgos de diferenciación en cuanto a la disposición, uso y acceso de las vasijas finas y ordinarias. En este sentido, los ceramios reflejarían un rol igualitario sin aspectos que muestren caracteres de distinción social, status y reproducción de poder. Esto estaría mostrando que tanto las vasija finas como ordinarias no necesariamente hayan tenido que usarse para una función determinada (Spano 2011), ya que las vasijas cumplirían con una variedad de propósitos (Rice 1987).

Se muestra una clara diferencia en los tratamientos de superficie, técnicas decorativas y morfología cerámica de vasijas finas y ordinarias. Sin embargo los modos de hacer de cada conjunto estaría reflejando elecciones compartidas de quienes las confeccionaron y utilizaron. Estas decisiones tomadas en la producción y consumo de las mismas formaron parte de una dinámica social mayor. Así, estaríamos frente a redes más amplias de interacción que superan y traspasan las decisiones de los alfareros y corresponderían a formas de hacer las cosas características de una tradición manufacturera a nivel regional (Feely 2013; Feely y Ratto 2009).

Desde los análisis arqueofaunísticos se han abordado diversos aspectos en torno a las conformaciones del registro óseo y al procesamiento y consumo llevadas a cabo por los antiguos habitantes del sitio.

En primer lugar, creemos que existen una serie de procesos tafonómicos que incidieron en la conformación del registro. Se pudo constatar la presencia de rasgos que dan cuenta de la acción de roedores y otros carnívoros, procesos de meteorización, fracturas naturales y abrasión. Resta aún profundizar más en el conocimiento referido a la posible acción erosiva de los suelos sobre el material óseo. Por su parte, consideramos que el bajo número de restos totales pudo vincularse a actividades de limpieza llevadas a cabo por los antiguos habitantes del área, si bien aún no detectamos la existencia de basurales en la zona que den cuenta de ello.

Por otro lado, sostenemos que el registro faunístico también da cuenta de rasgos de continuidad en las prácticas de consumo tanto a nivel intra como inter-sitio. Así, el registro refleja una tendencia al consumo de las mismas especies a lo largo del tiempo y su utilización en la confección de instrumentos.

En este sentido, la comparación con sitios arqueológicos de las cuencas próximas a la de Anillaco resultan enriquecedoras para detectar procesos de cambio y continuidades en las prácticas locales. Para esto, consideramos los resultados obtenidos en sitios de distinta caracterización funcional y temporal presentes en la cuenca del río Los Molinos (Cahiza 2015). Utilizamos para esto los datos arqueofaunísticos de los sitios El Chañarcito, Loma de la Puerta y Terraza 5 (Garate y García 2016).

En todos estos sitios observamos, al igual que en los analizados en este trabajo, un predominio de los taxones identificados como Mammalia grande y Lama sp. En todos apreciamos una correspondencia respecto a las especies identificadas, sin embargo El Chañarcito representa el sitio excavado con mayor diversidad taxonómica hasta la actualidad. Una visión global del conjunto permite además identificar un número relativamente bajo de restos, la acción de los mismos agentes tafonómicos y similares resultados en la conformación del registro óseo (alto grado de fragmentación, acción de agentes carnívoros y meteorización entre otros).

Otra característica común al registro óseo de los sitios es el similar tratamiento de elementos en la fabricación de instrumentos. Los tratamientos identificados corresponden a procesos de termoalteración (tostado) y pulido, aunque en otros sitios también detectamos otras técnicas de fabricación que dan cuenta de la diversidad de prácticas.

Por todo esto, consideramos que la fauna mayor (MG y Camelidae) constituyó un recurso clave para los antiguos habitantes de Castro Barros a lo largo del tiempo. Su importancia radicó no sólo como elemento fundamental de la dieta humana, sino también como materia prima para la elaboración de instrumentos.

Por último, la distribución y las características del registro óseo nos permite afirmar un consumo faunístico en la cual no se observa un acceso diferencial a dichos recursos. Desde la perspectiva adoptada, creemos que la cultura material analizada es el reflejo de prácticas sociales que se dieron en un espacio -físico y social- determinado. La repetición de las actividades cotidianas implicaría la reproducción del habitus a través del cual se habrían construido identidades sociales. Así, la continuidad espacial y temporal de éstas prácticas dan cuenta de la recurrencia en los modos de hacer casas, vasijas y procesar y consumir los alimentos.

Conclusión

En este trabajo hemos determinado como componente ocupacional temprano a aquellas comunidades que habitaron la cuenca de Anillaco entre ca. 300 al 600 d.C. La construcción de este paisaje social se destacó por el patrón arquitectónico de escala doméstica, siendo el sitio Uchuquita un ejemplo de ello.

En el conjunto Uchuquita se ha identificado un patrón distribucional residencial diferencial que va de recintos dispersos asociados a espacios abiertos centrales, estructuras subcuadrangulares diseminadas a recintos asociados a espacios abiertos laterales. A pesar de la variabilidad de los patrones arquitectónicos hemos identificado las mismas técnicas constructivas en todos los espacios.

En cuanto a los conjuntos cerámicos, todos los recintos presentan estilos asignables a tradiciones Ciénaga y Aguada. Esto nos lleva a proponer en combinación con el resultado de la datación que el complejo Uchuquita pudo haber sido ocupado durante la primera mitad del primer milenio.

El registro cerámico y óseo refleja un consumo y un uso compartido de los objetos relacionados a actividades de la vida cotidiana sin que podamos reconocer sectores vinculado al acceso y reparto diferencial de los recursos.

El registro cerámico analizado presenta características estilísticas, morfológicas y tecnológicas similares a otros sitios registrado en las cuencas del Velasco. Esto da muestra de la recurrencia en las formas de hacer, es decir, de la interacción e integración de estas prácticas en redes sociales más amplias, configurando una tradición alfarera común. Del mismo modo, en los conjuntos óseos existe una tendencia común en el consumo (Lama sp. y Mammalia grande) y en el procesamiento de alimentos.

Así, la estructuración y construcción de los espacios y la disposición de la cultura material es el reflejo de las prácticas cotidianas y de la incorporación de roles, reglas y normas que conforman el habitus. Si tenemos en cuenta las tendencias de consumo en una escala geográfica y temporal de mayor alcance, podemos decir que las comunidades de la Sierra de Velasco estarían desarrollando prácticas sociales similares durante el primer milenio. Por tanto entendemos que las comunidades compartieron tareas articuladas de la vida diaria reflejando una transmisión y recurrencia de las actividades. Estas formas de hacer de uso común mostrarían a grupos socialmente integrados que llevan a cabo códigos y elecciones compartidas, es decir, una identidad común.

Agradecimientos: a Pablo Cahiza, Jorge García Llorca y Adriana Aranda Rickert, por su dirección, formación y acompañamiento. A nuestros compañeros por la colaboración en el trabajo de campo y laboratorio.

Notas

1 Tareas desarrolladas por Pedro Salminci.

2 https://pro.arcgis.com-https://goldensufer8

3  El criterio de selección de estas categorías responde a las tendencias de consumo que serán expuestas en el apartado "Resultados".

4 Laboratorio de Zooarqueología, Grupo de Arqueología del INCIHUSA-CONICET, CCT Mendoza.

5 En función de los análisis de los conjuntos cerámicos, el fechado radiocarbónico de Uchuquita 1 (E1) 2140 ± 70 años AP (LP-3270- carbón vegetal-) fue descartado, este será datado nuevamente y su resultado expuesto en trabajos posteriores.

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