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Comechingonia

versão On-line ISSN 1851-0027

Comechingonia vol.21 no.2 Córdoba dez. 2017

 

DOSSIER

RECONSTRUCCIÁN DE VASIJAS ASOCIADAS AL CONTEXTO FUNERARIO DEL SITIO LOS TRES CERROS 1 (DELTA SUPERIOR DEL RÍO PARANÁ).

RECONSTRUCTION OF VESSELS ASSOCIATED WITH THE FUNERARY CONTEXT OF LOS TRES CERROS 1 SITE (UPPER DELTA OF THE PARANÁ RIVER).

 

Canela Castro1

1 CONICET, Departamento Científico de Arqueología, Museo de La Plata. FCNyM-UNLP. Paseo del Bosque s/n, (1900) La Plata, Argentina, ecanelamdq@hotmail.com

Presentado: 15/04/2017 - Aceptado: 25/07/2017


Resumen

En este trabajo se presentan los resultados derivados de la reconstrucción de formas y el análisis de huellas de uso y alteración de las vasijas asociadas a los entierros del sitio arqueológico Los Tres Cerros 1 (LTC1). LTC1 es una estructura monticular de origen antrópico, denominada regionalmente como "cerrito", que fue habitada por grupos cazadores, recolectores, pescadores y horticultores a pequeña escala entre circa 1227 y 560 años AP. En el sitio se identificaron dos sectores: la cima del montículo donde se desarrollaron diversas actividades relacionadas con la ocupación de la estructura y un núcleo de inhumación de entierros humanos en la ladera este del montículo, en la intersección con la planicie. Con los objetivos de reconstruir los artefactos originalmente manipulados por los ceramistas e identificar las funciones desempeñadas por la alfarería en contextos domísticos y funerarios, se realizaron remontajes y se relevaron patrones de distribución de las huellas producidas por el uso de los contenedores. Estos estudios fueron complementados con el análisis de las partículas biosilíceas adheridas a las paredes de los recipientes como proxies reconocidos en la literatura arqueológica regional para el establecimiento de estrategias de manufactura y uso de las vasijas. La integración de los resultados de estas líneas de evidencia permitió inferir que las vasijas fueron utilizadas en actividades domísticas (cocción y servicio de alimentos), pero que en los últimos momentos de sus historias de vida adquirieron una función funeraria, al ser depositadas y fragmentadas en asociación con entierros humanos.

Palabras clave: alfarería asociada a contextos funerarios, huellas de uso y alteración, historias de vida de las vasijas, remontaje y reconstrucción morfológica

Abstract

This paper presents the results derived from the reconstruction of forms and the analysis of use-alteration traces of vessels associated with the human burials of the archeological site Los Tres Cerros 1 (LTC1). LTC1 is a mound structure of anthropic origin, known regionally as "cerrito", which was inhabited by groups of hunters, gatherers, fishers and small scale horticulturalists between circa 1227 and 560 years BP. Two sectors were identified on the site: the top of the mound where different activities related to the occupation of the structure were developed, and a núcleo de inhumación of human burials on the eastern side of the mound, at the intersection with the plain. With the aims of reconstructing the artifacts originally handled by potters and identifying the role played by the pottery in funerary contexts, reassamblies were performed and distribution patterns of the marks produced by the use of containers were recorded. These studies were complemented with the analysis of the biosiliceous particles adhered to the walls of the vessels as recognized proxies in the regional archaeological literature for the establishment of manufacture strategies and use of the vessels. The integration of the results of these lines of evidence allowed us to infer that the vessels were used in domestic activities (cooking and food service), but in the last moments of their life histories they acquired a funerary function, given that they were deposited and fragmented in association with human burials.

Keywords: pottery associated with human burials, use-alteration traces, vessels life histories, reassamblies and morphology reconstruction


 

Introducción

 

La localidad arqueológica Los Tres Cerros (en adelante LTC, Figura 1) se ubica en el departamento Victoria, en la provincia de Entre Ríos, y está conformada por tres estructuras monticulares denominadas "cerritos" (LTC1, LTC2 y LTC3), que fueron elevadas a travís de la incorporación de fangos arcillosos, arenas y tiestos por las poblaciones de cazadores recolectores y pescadores que ocuparon el área entre ca. 1227 y 560 años AP (Castiñeira et al. 2013; Politis et al. 2011) . Hasta el momento, el mayor cúmulo de resultados para LTC se ha obtenido de las excavaciones y sondeos realizados en la estructura LTC1. La intervención arqueológica contó con la apertura de una excavación de 33 m2y la realización de numerosos sondeos en el montículo y en la planicie circundante.

 

En el sitio se identificaron dos sectores (Figura 2), la cima del montículo donde se hallaron posibles "pisos" de vivienda inferidos a partir de la presencia alternante de sedimentos fangosos termo alterados, fogones y lentes carbonosas (Castiñeira et al. 2013) y, un núcleo de inhumación asociado a un área de acumulación de desechos y restos alimenticios en la ladera este, donde el montículo intersecta la planicie (Bastourre 2014; Scabuzzo y Ramos van Raap 2011; Scabuzzo et al. 2015) . De acuerdo con las diferentes líneas de investigación desarrolladas a partir de las evidencias recuperadas, en LTC1 se realizaron tareas diversas tales como prácticas mortuorias, procesamiento y consumo de fauna, y elaboración, uso y descarte de alfarería (Bastourre 2014; Bonomo et al. 2011 a y c; Di Prado 2015; Di Prado y Castro 2014; Politis et al. 2011; Politis et al. 2012;  Scabuzzo y Ramos van Raap 2011; Scabuzzo et al. 2015).

 


Figura 1. Ubicación del sitio arqueológico LTC1.

 

El estudio de los depósitos superficiales y subsuperficiales que conforman la secuencia sedimentaria del epicentro monticular ha permitido diferenciar y caracterizar dos sistemas depositacionales: uno natural y otro antrópico (al respecto Castiñeira et al. 2013) . El Sistema de Depositación Natural (SDN) se conforma por depósitos aluviales de la planicie de inundación sobre los cuales pudieron haberse desarrollado las primeras ocupaciones de la localidad arqueológica LTC, hace circa 1400 años AP (Castiñeira et al. 2017). En tanto que el Sistema de Depositación Antrópico (SDA) se constituye por depósitos de fangos seleccionados y modificados para construir y elevar el montículo.

 

De acuerdo a las cronologías radiocarbónicas, el proceso constructivo pudo iniciarse hace ca. 1000 años AP. Para el núcleo de inhumación, los estudios geoarqueológicos proponen una sucesión de depósitos de gínesis mixta, con aportes de sedimentos relacionados  al  SDA  del  montículo y a la incorporación de grandes cantidades de materia orgánica producto de las actividades de consumo y procesamiento de alimentos (Castro y Castiñeira 2017). Los restos óseos humanos se concentran en una secuencia de aproximadamente 40 a 45 cm de potencia vertical y fueron dispuestos en diferentes modalidades de inhumación, entre los cuales destacan los entierros primarios, secundarios, acumulaciones óseas y restos aislados. En algunos casos se registró la aplicación de pigmentos y arcilla sobre las piezas óseas (Scabuzzo y Ramos van Raap 2017) .

 

Figura 2. Vista de la cima y el núcleo de inhumación del sitio LTC1.

 

Con el objetivo de identificar la función desempeñada por la alfarería en el contexto funerario de LTC1 y aportar a la discusión sobre la asociación de los conjuntos cerámicos y los entierros humanos en el Delta Superior del Paraná, en este trabajo se reconstruyeron las formas y dimensiones de las vasijas asociadas a los entierros humanos del núcleo de inhumación y se relevaron las huellas de uso y los patrones de alteración presentes en las mismas. Asimismo se estudió la composición biosilícea de los sedimentos y adherencias preservadas en el interior de las vasijas.

 

Materiales y mítodos

 

En LTC1 se llevaron adelante tareas de excavación y sondeos sistemáticos en sucesivas campañas arqueológicas durante los años 2006 a 2010. Se excavaron 23 m2 en la cima del montículo y 10 m2 en el núcleo de inhumación, mediante la apertura de cuadrículas de 1 m2 y a travís de decapado por niveles artificiales de 5 cm.

 

Para este trabajo se analizaron los fragmentos cerámicos recuperados tridimensionalmente (n= 124) en los niveles en los que se hallaron los entierros humanos (niveles 3 a 17),  ya  fuesen  primarios  o  secundarios  de  las  cuadrículas  12, 14, 30, 31 y 32 (Figura 3). Para el tratamiento del conjunto cerámico se implementó la tícnica de remontaje que permite la reconstrucción de las formas y tamaños de las vasijas (Balfet et al. 1992; Cremonte y Bugliani 2006-2009; López y Caramís 2003) Los fragmentos son agrupados de acuerdo con el grado de similitud en algunas de sus características macroscópicas (color, tratamiento de superficie, grosor de la pared) y luego ensamblados. Además de hacer posible la reconstrucción de formas y perfiles cerámicos, los remontajes permiten identificar procesos de dispersión vertical y horizontal de los tiestos (Ramundo 2002-2004) . A partir de los remontajes obtenidos, se relevaron los patrones de distribución de las huellas producidas por el uso siguiendo las propuestas de Hally (1983) y Skibo (1992) .

 

Figura 3. Ubicación de las cuadrículas 12, 14, 30, 31 y 32.

 

Para el análisis del contenido biosilíceo se seleccionaron diez muestras de polvo obtenidas mediante el raspado de las paredes internas de cada uno de los contenedores reconstruidos. Las mismas fueron pretratadas siguiendo el protocolo establecido por Capdepont y Del Puerto (2013) y, posteriormente  montadas en preparados fijos con Naphrax® y observadas en microscopio biológico. Para la identificación y cuantificación biosilícea se siguieron los criterios morfológicos clasificatorios empleados para el área de estudio por Castiñeira et al. (2013, 2015 ); Colobig et al. (2015) y Sánchez et al. (2013) .

 

Para determinar la asociación entre la cerámica y los restos óseos humanos se utilizaron las notas de campo y las observaciones realizadas en las plantas, así como tambien en las etiquetas, ya que en muchas de ellas se dejó asentada la asociación directa entre los materiales. Se procedió al  escaneado y digitalización de las plantas mediante el programa de software libre INKSCAPE 0.91, de esta forma se pudo recuperar la ubicación de los fragmentos y los restos óseos y situar las reconstrucciones de las vasijas obteniendo así un esquema de su disposición en las cuadrículas del núcleo de inhumación. A los fines de este trabajo sólo se digitalizaron los fragmentos de las piezas cerámicas reconstruidas y los restos óseos humanos dejando por fuera los fragmentos cerámicos no remontados y los abundantes restos de fauna.

 

Resultados

 

La muestra cerámica está integrada por 124 fragmentos cerámicos de los cuales 69 corresponden a cuerpos (53,4%), 33 a bordes (25,5%) y 13 a posibles bases (10%). Además se hallaron tres apíndices recortados y macizos (2,3%), tres asas (2,3%), tres fragmentos de campanas (2,3%) y cinco masas de arcilla (3,8%).

 

Remontajes

 

Se realizaron diez remontajes que agrupan 35 tiestos. El conjunto está representado por cinco contenedores grandes (de 36 a 23 cm) y cinco medianos (de 16 a 14 cm) (tomando las categorías de tamaño modificadas de Balfet et al. 1992) . En cuanto a los tratamientos de superficie predomina el alisado irregular (n=6), seguido del pulido (n=3) y finalmente el alisado (n=1). Los bordes son mayormente rectos (n=4) con labios redondeados y planos, seguidos de los evertidos/levemente evertidos (n=3) con labios biselados y planos y, finalmente, los invertidos (n=3) con labios planos (Tabla 1).

 

En cuanto a las alteraciones que pueden ser asociadas al uso, las más frecuentes son los chips1 (sensu Skibo 1992), seguidas por la presencia de hollín y manchas de oxidación2 (sensu Hally 1983). Tambien se registraron, en menor medida, grietas y efecto pedestal (Tabla 2).

 

Remontaje

Borde

Labio

Trat. Superficie

Diam. Max (cm)

% boca

Tamaño

Tiestos agrupados

SE

SI

32.5.47

invertido

plano

ali. irreg

ali. irreg

23

25

grande

4

30.6.135

evertido

plano

ali. irreg

ali. irreg

27

50

grande

4

32.7.53

evertido

biselado

pulido

pulido

14

45

mediano

3

31.8.140

Recto

plano

ali. irreg

ali. irreg

32

10

grande

7

30.14.275

lev. evertido

piselado

ali. irreg

ali. irreg

34

19

grande

2

12.15.84

invertido

redondeado

ali. irreg

ali. irreg

30

10

grande

2

14.15.139+140

recto

redondeado

pulido

pulido

15

30

mediano

6

14.15.141

recto

redondeado

ali. irreg

ali. irreg

14

20

mediano

3

12.17.92

recto

redondeado

pulido

pulido

36

45

mediano

2

12.17.99+100

invertido

plano

alisado

alisado

16

15

mediano

2

 

Tabla 1. Características generales de los remontajes realizados y atributos tecnomorfológicos de las piezas reconstruidas. Referencias: Trat. Superficie= tratamiento de superficie; Diam. Max= diámetro máximo; lev.= levemente; ali. irreg= alisado irregular.

 

Si bien estas evidencias pueden ocasionarse por procesos posdepositacionales, en nuestro caso de estudio la distribución de las mismas dentro de las vasijas reconstruidas, los patrones de asociación y la recurrencia de diferentes huellas en un mismo contenedor, y la presencia de microrrestos óseos y biosilíceos adheridos a las paredes de las piezas cerámicas, permitirían inferir que las alteraciones son producto de las actividades de uso y del desgaste generado en la manipulación de las vasijas.

 

Tabla 2. Alteraciones relevadas en los remontajes realizados. Referencias: SE=superficie externa; SI=superficie interna.

Remontaje

Hollín

Chips

Grietas

Efecto pedestal

Manchas

32.5.47

 

SE

 

 

SE

30.6.135

SE

SI

SE

 

 

32.7.53

 

SE

 

 

SE

31.8.140

 

SI

 

 

SI

30.14.274

SE

 

 

 

SE

12.15.84

 

 

 

 

SE y SI

14.15.139+140

 

SE

 

 

 

14.15.141

SE

 

SI

SE y SI

 

12.17.92

 

 

SE y SI

SE y SI

 

12.17.99+100

SE

SE

 

SE

 

 

Vasijas reconstruidas y asociación con los entierros humanos

 

En los niveles superiores (3 a 10) se depositan la mayor cantidad de inhumaciones, correspondientes a cuatro entierros primarios (LTC1-P2, P4, P5 y P6), dos entierros secundarios que comprenden ocho individuos de diferentes edades (LTC1-S3 y S4) y una acumulación ósea integrada por al menos tres individuos (Figura 4). Asociadas a estos entierros se hallaron cuatro vasijas, de las que destacan dos por su nivel de completitud (se pudo recomponer más del 50% del contenedor) y por la distribución de los tiestos que las componen, esparcidos en las proximidades de los esqueletos en agrupaciones discretas. Uno de estos contenedores (31.8.140) se recuperó a escasos centímetros del cráneo de un individuo adulto de sexo femenino hallado en posición lateral izquierda con las piernas flexionadas (LTC1-P4). Está conformado por la agrupación de siete tiestos y posee forma abierta y perfil simple con un diámetro máximo de 32 cm y una altura máxima de 9 cm. Es un cuenco de tamaño grande con buena accesibilidad al interior (Figura 5a). En su superficie externa se observaron chips o desprendimientos en el borde y cuerpo medio. Asimismo,  la base presenta una especie de "pulido" circular.

 

                                    

Figura 4. Esquema de la distribución espacial de los entierros humanos y las vasijas asociadas a ellos en el núcleo de inhumación de LTC1.

 

Tabla 3. Fechados radiocarbónicos obtenidos para el núcleo de inhumación.

Entierro

Modalidad

ID

Laboratorio

Edad 14C AP

Vasijas asociadas

Referencia

LTC1-P3

Primario

AA98853

849 + 45

7

Scabuzzo et al. 2015

LTC1-P4

Primario

AA103891

801 + 46

Scabuzzo et al. 2015

LTC1-S3

Secundario

AA103892

802 + 48

Scabuzzo et al. 2015

LTC1-P5

Primario

AA-103893

763 + 45

3

Scabuzzo et al. 2015

LTC1-P1

Primario

AA98852

657 + 43

Scabuzzo et al. 2015

LTC1-S5

Secundario

LP2292

650 + 70

Politis et al. 2011

 

 

La segunda vasija (30.6.135) fue hallada a un lado del cráneo de un individuo adulto de sexo masculino hallado en posición dorsal extendida (LTC1-P2). Está conformada por un conjunto bien delimitado y discreto de cuatro tiestos que fueron dispuestos uno encima del otro. El contenedor reconstruido posee forma abierta y perfil simple con un diámetro máximo estimado en 27 cm y una altura máxima de 3 cm. Es un plato de tamaño grande y con buena accesibilidad al interior (Figura 5b). En la superficie externa, en el cuerpo superior y borde se observaron depósitos de hollín que desaparecen al llegar a la base. Además, se relevaron chips a lo largo del labio. Las dos vasijas restantes (32.5.47 y 32.7.53) tambien se hallaron asociadas al individuo P2, en las cercanías de las piernas y sobre el coxal derecho. Corresponden a un cuenco mediano de perfil simple con decoración incisa cercana al borde que posee chips en el labio (Figura 6a); y un cuenco grande de perfil simple con el borde invertido en el que se observó un desprendimiento circular en la superficie externa (Figura 6b).

 

              

Figura 5. Vasijas asociadas a los entierros P4 y P2. Referencias: a= vista del entierro P4 y los tiestos dispuestos al lado del cráneo (arriba izquierda) y vasija 31.8.140 reconstruida (abajo izquierda); b= vista del entierro P2 y los tiestos dispuestos al lado del cráneo (arriba derecha) y la vasija 30.6.135 reconstruida (abajo derecha).

 

Figura 6. Vasijas asociadas al entierro P2. Referencias: a= cuenco 32.7.53 hallado en las piernas; b= cuenco 32.5.47 hallado en el coxal.

 

En los niveles inferiores (10 a 17) se hallaron dos entierros primarios (LTC1-P1 y P3) y tres entierros secundarios que comprenden seis individuos de diferentes sexos y edades (LTC1-S1, S2 y S5) (Figura 4). La cronología más antigua obtenida para el núcleo de inhumación es de 849 + 45 años 14C AP, registrada para P3, y la más reciente corresponde a S5 en 650 + 70años 14C AP (ver Tabla 3). Asociadas a estos entierros se hallaron seis vasijas; tres corresponden a cuencos medianos y tres a contenedores de gran tamaño.

 

El entierro P3 corresponde a un individuo adulto femenino hallado en posición ventral con los miembros extendidos que poseía abundante cantidad de ocre; asociado a íl se recuperó un cuenco mediano compuesto por seis tiestos (14.15.139-140). Presenta un perfil inflexionado, decoración incisa en superficie externa a lo largo del cuerpo superior y medio y aplicación de pigmento rojo en la superficie interna del borde (Figura 7a). Muy cercano a este, se halló un cuenco mediano (14.15.141) que tiene en la superficie externa una capa de hollín lustroso que cubre el cuerpo medio e inferior de la vasija, acompañado de un incipiente efecto pedestal que tambien se aprecia en la superficie interna (Figura 7b). Al entierro secundario S2, compuesto por dos individuos adultos, uno masculino y otro femenino, se asoció un contenedor de gran tamaño (30.14.275) con rastros de hollín en su superficie externa, cercanos al borde (Figura 7c).

Finalmente, se reconstruyeron tres contenedores: una fuente de gran tamaño (12.17.92) que posee un perfil simple con borde recto y labio redondeado y registra en ambas superficies grietas orientadas en varias direcciones y efecto pedestal (Figura 8a); un cuenco mediano (12.17.99-100) de perfil levemente inflexionado con borde invertido y labio plano con incisión en la superficie externa, posee una capa de hollín que cubre el cuerpo superior y borde, combinado con un marcado efecto pedestal en la superficie externa y algunos chips en el labio (Figura 8b); y una fuente grande (12.15.84) de perfil simple y borde invertido con labio redondeado (Figura 8c). Estas tres vasijas se encontraron asociadas al entierro secundario S1, integrado por dos individuos adultos, uno femenino y otro masculino, y al entierro P1 de un adulto joven femenino en posición dorsal extendido.

 

Figura 7. Vasijas asociadas a los entierros P3 y S2. Referencias: a y b= vasijas 14.15.139-140 y 14.15.141 asociadas el entierro P3; c= vasija 30.14.275 asociada el entierro S2.

 

Identificación de los componentes biosilíceos

 

En las muestras correspondientes al raspado de las caras internas de los cuencos se reconoció una mayor participación del contenido de morfotipos fitolíticos, seguidos de frústulos de diatomeas y escasas espículas de espongiarios (Figura 9a). La asociación fitolítica observada presentó diversidad de morfotipos (Tabla 4), entre los que se destacan: halteriformes bilobados correspondientes a la familia de gramíneas panicoides (Figura10a); cruces oryzoides; conos truncados pertenecientes a la familia Danthonioideae (Figura 10b); elementos con forma de bote correspondientes a la familia Pooideae (Figura 10c); formas elongadas irregulares y proteriformes características de Podostemaceae (Figura 10d); y, por último, morfotipos no diagnósticos como los abanicos y los aguzados (Figura 10e).

 

                  

Figura 8. Vasijas asociadas a los entierros P1 y S1. Referencias: a= vasija 12.17.92; b= vasija 12.17.99-100; c= vasija 12.15.84.

 

Dichas asociaciones concuerdan con las registradas en los materiales cerámicos procedentes del epicentro de la estructura monticular LTC1 y de los sedimentos constitutivos de dicha estructura, referidos en Bonomo et al. (2011 a y c), Castiñeira et al. (2013), Colobig et al. (2015) y Sánchez et al. (2013). Los morfotipos reconocidos son correlacionados con vegetales silvestres presentes en la localidad LTC, así como tambien con recursos de interís cultural pertenecientes a las familias Arecaceae, Cucurbitaceae, Poaceae, Oryzaceae y Maideacea (Sánchez et al. 2013).

 

De acuerdo con Castro y Castiñeira (2017), los depósitos que albergan los entierros humanos del núcleo de inhumación, presentan una asociación biosilícea marcada por el dominio alternante de diatomeas y fitolitos, seguido por una escasa presencia de espículas y cistos de crisófitas (Figura 9b). Por su parte, la asociación biosilícea registrada en las muestras procedentes de los contenedores cerámicos aquí analizados presenta un claro y constante dominio de fitolitos, seguidos por una representación menor de frústulos de diatomeas y otros componentes biogínicos (Figura 9a). Teniendo en cuenta las medias ponderadas podemos notar que en las muestras procedentes de las vasijas, los fitolitos superan  en  un  40%  a  las diatomeas, mientras que en las muestras de los sedimentos, esta relación es mucho menos marcada, superando los fitolitos solo en un 15% a las diatomeas (Figura 9).

 

Tabla 4. Abundancia de morfotipos fitolíticos hallados en las muestras obtenidas de los raspados de las paredes internas de las vasijas de LTC1, con acrónimos asignados en Patterer et al. (2011) y Sánchez et al. (2013)

Muestra

Morfotipos fitolíticos

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

Formas no diagnósticas (K, L, M y N)

32.5.47

9,80

19,61

10,78

5,88

4,90

7,84

0,00

1,96

0,00

0,00

39,22

30.6.135

12,26

22,64

8,49

7,55

8,49

11,32

0,00

6,60

1,89

0,00

20,75

32.7.53

3,88

11,63

10,85

6,98

7,75

11,63

0,00

3,88

2,33

0,00

41,09

31.8.140

5,26

10,53

11,58

5,26

6,32

9,47

0,00

3,16

1,05

0,00

47,37

30.14.275

7,09

17,73

11,35

2,84

8,51

7,09

0,00

2,84

1,42

0,00

41,13

12.15.84

5,10

15,31

13,27

3,06

8,16

15,31

0,00

5,10

1,02

0,00

33,67

14.15.139-140

5,88

19,33

14,29

5,04

4,20

10,08

0,00

7,56

0,84

0,00

32,77

14.15.141

7,41

18,52

7,41

5,93

3,70

6,67

0,74

0,00

0,00

0,00

49,63

12.17.92

6,45

18,28

12,90

4,30

10,75

10,75

2,15

4,30

0,00

0,00

30,11

12.17.99-100

6,82

12,12

7,58

6,82

10,61

9,09

0,00

1,52

0,00

0,00

45,45

 

 

Discusión

 

La reconstrucción de las vasijas asociadas a los entierros humanos de LTC1 permitió conocer el rol que desempeñaron los contenedores en el contexto funerario del sitio. Se registraron formas abiertas, tales como posibles platos, fuentes y cuencos de tamaños grandes y medianos. La gran variabilidad de las inhumaciones imposibilita distinguir un patrón que estructure la relación entre el registro cerámico y los entierros humanos. Los contenedores fueron hallados acompañando todas las modalidades de entierro, ya sean primarios, secundarios o acumulaciones óseas, sin distinciones en cuanto al sexo y edad de los individuos inhumados. De todas formas, si se consideran las cronologías asociadas a las inhumaciones (ver Tabla 3) podemos notar que siete contenedores fueron hallados en asociación a los entierros más tempranos, mientras que a los más tardíos se asocian solo tres vasijas.

 

Con respecto a las huellas de uso, destaca la presencia de chips y desprendimientos (presentes en seis vasijas), generalmente asociados a la presencia de hollín (relevado en cuatro vasijas) y manchas de oxidación (observadas en cinco vasijas); en menor medida se registraron grietas (en tres vasijas) y efecto pedestal (en tres vasijas). Los patrones recurrentes de chips localizados en los bordes y labios de los contenedores pueden producirse  cuando  son  apilados  para  su  almacenaje,  al  ser  tapados y destapados o por golpes con utensilios al revolver y servir. A su vez, los desprendimientos y huecos generalmente presentes en el cuerpo medio de las vasijas pueden generarse durante acciones abrasivas (e.g. limpieza), mientras que si se observan en las bases pueden deberse a la acción de apoyar, rotar y arrastrar el contenedor (Skibo 1992: 129). Por otro lado, los rastros de hollín que suelen concentrarse en la parte superior de las vasijas y desaparecen llegando a las bases son evidencia de su uso directo sobre el fuego, y generalmente se dan junto con manchas de oxidación de coloración castaña que brindan información sobre la posición que adoptaron las vasijas junto a la fuente de calor (Hally 1983).

 

Figura 9. Composición biogínica de las muestras obtenidas de los raspados de los contenedores reconstruidos y de los sedimentos del núcleo de inhumación de LTC1.

 

 

Figura 10. Morfotipos fitolíticos identificados en las muestras obtenidas de los raspados de las caras internas de los contenedores de LTC1 y sus acrónimos asignados. Referencias: a= fitolitos halteriformes bilobados (A, B y C); b= fitolitos con forma de conos truncados (F); c= fitolito elongado en forma de bote (E); d= fitolitos irregulares (H); e= morfotipos no diagnósticos con forma de abanico (arriba) y aguzado (abajo) (L y M); f= diatomeas; g= espículas de espongiarios. Escala= 40µm.

 

Teniendo en cuenta los trabajos que se vienen realizando en relación a la alfarería del sitio (Di Prado 2015; Di Prado et al. 2013; Di Prado y Castro 2014) no se registran en el núcleo de inhumación recipientes con características tecnomorfológicas distintivas que los diferencien de los reconstruidos hasta el momento para la cima del montículo. Además, los remontajes realizados,  la disposición de los tiestos que conforman los contenedores reensamblados   y   el   nivel  de  completitud  en  que   se  hallaron  algunas  de  las  vasijas permitieron plantear que el ingreso del material cerámico al núcleo de inhumación podría haberse dado por actividades distintas.

 

Por un lado, luego de haber utilizado las vasijas en las actividades domísticas, algunas de ellas fueron seleccionadas para acompañar los entierros humanos. En este sentido se sustenta que los contenedores 31.8.140 y 30.6.135 ingresaron al núcleo de inhumación en un estado de completitud cercano a su morfología original. Para ello fue necesario descartar el grado de perturbación generado por los procesos postdepositacionales que pudieron haber afectado a los registros así como tambien la perturbación generada por la recurrencia de los eventos de inhumación llevados a cabo en el núcleo. En estos dos casos en particular, no se reconocieron evidencias que puedan ser asignadas a pisoteo, remoción por agentes naturales (roedores o raíces) ni translocación o relocalización de los tiestos que conforman estas vasijas, ya que los fragmentos se disponen unos encima de otros en agrupamientos discretos y poco disturbados (Figura 5). Por otro lado, esta idea se sustenta en el hecho de que en un mismo nivel de excavación se encuentran asociadas estas agrupaciones discretas de fragmentos que pudieron reensamblarse, junto a numerosos tiestos dispersos que no han podido remontarse ni asignarse a contenedores individualizados. La forma en que se hallaron los tiestos que componen el contenedor 30.6.135 permite considerar una posible fractura in situ del mismo junto al cráneo del entierro P2. Esta práctica ha sido relevada etnográfica y arqueológicamente para distintos grupos de Amírica (Amazonía, Míxico y Perú) y Europa (Andalucía), estando bastante generalizada en el mundo andino (Gordon 1984; Ocampo et al. 2001).

 

Por otro lado, otros contenedores ingresaron al núcleo de inhumación como material de descarte producto de su abandono luego de la utilización en las tareas cotidianas. Esto, acompañado de la presencia de silicofitolitos, rastros de hollín y diversas huellas de uso podría estar sugiriendo que los contenedores hallados en contextos funerarios habrían tenido inicialmente un uso domístico, para luego pasar a formar parte del acompañamiento de los restos humanos.

 

Finalmente, en lo que respecta al análisis biosilíceo, las muestras obtenidas de las vasijas muestran un dominio muy claro de los fitolitos por sobre los demás marcadores biogínicos aquí considerados, característica que las diferencia sustancialmente de las muestras obtenidas de los sedimentos del núcleo de inhumación. Por otro lado, la diversidad de morfotipos fitolíticos identificados en el interior de las vasijas es similar a la registrada en la matriz sedimentaria del epicentro monticular de LTC1. En este sentido, no hemos podido distinguir una representación fitolítica que pueda ser atribuida al acopio o producción de vegetales específicos (e.g. maíz, arroz) como fue propuesto en Sánchez et al. (2013: 215) pero sí  podríamos  sugerir,  de  acuerdo  a  la  asociación morfotípica hallada y a la presencia de adherencias de microrrestos óseos, que las vasijas reconstruidas estarían relacionadas a actividades de manejo, producción y servicio de variados alimentos en los que intervendrían diferentes recursos vegetales y animales.

 

Figura 11.Vasijas con evidencias de fractura in situ. Referencias: izquierda= vasija del sitio Huimpil (tomada de Gordon 1984); derecha= vasija 30.6.135 fragmentada al lado del cráneo del entierro P2 de LTC1.

 

Conclusiones

 

En este trabajo se presentaron resultados que permitieron aproximarnos a la caracterización del contexto de inhumación en el sitio LTC1 y conocer el rol que cumplió el registro cerámico en la dinámica funeraria de la estructura monticular. Las diez vasijas reconstruidas formaron parte del acompañamiento depositado junto a los entierros presentes en el núcleo de inhumación, pero no se puede distinguir un patrón específico ya que se encuentran asociadas a todo tipo de entierros. La obtención de los contornos parciales de las piezas, el relevamiento de huellas de uso y alteración y, el análisis de los componentes biosilíceos contenidos en las vasijas, permitieron inferir que estos contenedores fueron utilizados en actividades domísticas y residenciales (cocción y servicio de alimentos), pero que en los últimos momentos de su historia de vida adquirieron un carácter funerario, al ser depositados en asociación con los restos óseos humanos. Teniendo en cuenta que la muestra analizada comprende solo los materiales recuperados de forma tridimensional en los niveles directamente asociados a los entierros humanos de cinco de las diez cuadrículas excavadas en el núcleo de inhumación, los resultados aquí expuestos representan tendencias generales que están siendo ampliadas con el análisis de más materiales y la incorporación de nuevas líneas de evidencia.

 

Notas

1 Skibo los define como desprendimientos producidos por el impacto (o sucesivos impactos) de la vasija con algún material más duro y enumera diversas actividades de uso que pueden producirlos (Skibo 1992: 129).

2 Hally las define como porciones de las paredes externas de las vasijas que presentan una decoloración localizada que adquiere colores castaños, generalmente asociadas a la presencia de hollín. Propone que la distribución de estas manchas en el contenedor evidencia la posición en la que las vasijas fueron dispuestas en relación a la fuente de calor (Hally 1983: 11-12).

 

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