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Comechingonia

versión On-line ISSN 1851-0027

Comechingonia vol.21 no.2 Córdoba dic. 2017

 

Artículos 

TECNOLOGÍA TEXTIL HISTÁRICA EN CONTEXTOS RITUALES PREHISPÁNICOS. ANTOFAGASTA DE LA SIERRA, CATAMARCA, NOROESTE ARGENTINO.

TEXTILE HISTORICAL TECHNOLOGY IN RITUAL PRE-HISPANIC CONTEXTS. ANTOFAGASTA DE LA SIERRA, CATAMARCA, NORTHWEST ARGENTINA.

 

M. Soledad Martínez1

1 ISES-CONICET, Instituto de Arqueología y Museo, Universidad Nacional de Tucumán. San Lorenzo 429, (4000) Tucumán, Argentina, solemartinez216@hotmail.com

Presentado: 07/11/2016 - Aceptado: 19/07/2017


Resumen

En el presente artículo analizamos una muestra compuesta por textiles y cordeles  con atributos de características autóctonas y  modernas1,  recuperados en estructuras arquitectónicas vinculadas a prácticas rituales. Las mismas corresponden al sitio Peñas Coloradas 3 Cumbre, definido como un ámbito de baja intensidad residencial con prácticas rituales y de depósito, además de tratarse de un punto de control visual del paisaje (Cohen 2014). Presentamos un estudio tecno-morfológico de la evidencia textil y, a su vez, indagamos sobre posibles connotaciones identitarias de dichas materialidades que si bien corresponden al Período Republicano fueron halladas en estructuras prehispánicas vinculadas a los ancestros. A partir del estudio de la tecnología textil histórica recuperada en excavaciones sistemáticas en el área de estudio destacamos la continuidad de ciertos atributos tecnológicos en los textiles y cordeles que perduran desde tiempos de cazadores recolectores hasta momentos históricos en contextos rituales. Proponemos que estas materialidades se constituyeron, desde el pasado más lejano al más reciente, como referentes identitarios que sedimentan la perduración de ciertos modos de hacer, aún con la reformulación de lo antiguo con nuevas tícnicas y significados.

Palabras clave: prácticas textiles, ritualidad, Período Republicano, identidades sociales

Abstract

In this paper we study a sample composed by textiles and cordages displaying both modern and native characteristic attributes1, recovered from architectonical structures related with ritual practices. These structures correspond to the archaeological site of Peñas Coloradas 3 Cumbre, defined as a low intensity residential environment with both ritual and deposit practices, also working as a visual control point of the landscape (Cohen 2004).  We present a techno-morphological study of the textile evidence and, at the same time, we ask ourselves about the possible identitary connotations of such materialities that, although corresponding to the Republican Period, were found in pre-Hispanic structures linked to the ancestors. Taking the study of historical textile technology recovered by systematics excavations in the study area as a starting point, we highlight the continuity of certain technological attributes in textiles and cordages, from hunter-gatherers until historical moments in ritual contexts. We argue that these materialities were constituted, from the oldest to the more recent past, as identitary referents anchoring certain ways of doing, even with the reformulation of the "old" in new techniques and meanings. 

Keywords: textile practices, ritual contexts, Republican period, social identities


 

Peñas Coloradas 3 Cumbre. Antofagasta de la Sierra, Catamarca.

 

Peñas Coloradas 3 Cumbre (en adelante PC3-c), de donde proviene la muestra analizada, corresponde a un sitio con ocupaciones que abarcan desde el Período Tardío hasta momentos republicanos. El mismo se encuentra emplazado en la cumbre de una peña columnar de ignimbrita ubicada sobre la margen izquierda del río Las Pitas (afluente principal del río Punilla) en la cuenca endorreica de Antofagasta de la Sierra, a ca. 3565 msnm, región de puna al noroeste de la provincia de Catamarca, Argentina (Figura 1).

 


Figura 1. Ubicación del área de estudio en Antofagasta de la Sierra y del sitio Peñas Coloradas 3 Cumbre, en la localidad Peñas Coloradas.

 

Teniendo en cuenta que la muestra textil corresponde a momentos históricos es importante destacar que el área de estudio enfrentó complejas situaciones territoriales y políticas a lo largo del Siglo XIX, formaba parte de la Puna de Atacama territorio en disputa por Bolivia, Chile y Argentina. Antofagasta de la Sierra perteneció a Bolivia hasta 1879, a partir de esta fecha pasó a formar parte de Chile y recien en 1899 se constituyó como parte del territorio argentino. En el siglo XX (1901) se crea el Territorio Nacional de Los Andes y entre sus tierras se encontraba la localidad antofagasteña (Benedetti 2005).

 

El sitio Peñas Coloradas 3 -cumbre es investigado por la Dra. Lorena Cohen quien lo interpreta como un punto de control visual de las vías de circulación y los recursos productivos próximos y un escenario de ritualidad con residencias estrechamente asociada a estas dos prácticas. Propone que PC3c intervino activamente en el mantenimiento de las autonomías locales dentro de las decisiones que repercuten en la reproducción social asociada a las prácticas rituales, productivas y de interacción e intercambio (Cohen 2010, 2014).

 

Las investigaciones precedentes plantean la relevancia del lugar donde se emplaza  Peñas Coloradas 3 cumbre como parte de una localidad marcada y significada por una gran concentración de manifestaciones plásticas con grabados que datan desde Período Arcaico Tardío hasta momentos históricos (Aschero 1999).

 

A partir del relevamiento planialtimítrico y estudio de las diversas modalidades constructivas se determinó que la cumbre de PC3 presenta 24 estructuras arquitectónicas  de diversas modalidades definidas como falsa bóveda,  cista, estructura de pircado de dimensiones mayores, hondonada, estructuras en corte y muralla perifírica (Cohen 2010). A su vez,  las características del relieve permitieron definir que en la selección de la Peña Colorada 3 hubo interís en escoger un espacio alto de acceso restringido, y de reducida superficie para posibilitar el control del acceso y  la dinámica en el interior de la cima.  Se propuso entonces, que la fuerte presencia de manifestaciones plásticas en la localidad Peñas Coloradas permite visualizarla como un paraje monumentalizado por la perduración de la memoria social  como un lugar convocante en tanto sus marcas en la piedra,  sus aptitudes productivas (corrales, vega, agua permanente, un canal que acercaba el agua a las peñas) y su posición intermedia en las vías de circulación entre diferentes sectores de la cuenca. La cima pudo comenzar a ser habitada dos siglos antes del segundo milenio y tal como revelaron los contextos arqueológicos de excavación las prácticas residenciales articularon ámbitos de vivos y difuntos articulados en un mismo escenario. La representación de los ancestros estuvo dada por las falsas bóvedas y cista, estructuras arquitectónicas que nos interesan en este trabajo, mientras que los contextos residenciales que mostraban tareas de procesamiento, de consumo de alimentos, residuos, entre otras se vinculaban con estructuras de hondonada y pirca de grandes dimensiones (Cohen 2014).

El conjunto de textiles y cordeles proviene de las excavaciones sistemáticas de falsas bóvedas y cista, presenta características artesanales e industriales en su confección. Registramos fragmentos de telas y tejidos, cordeles con distintos tipos de hilados con y sin procesos de tinción, de diferente materia prima -animal y vegetal- y en algunos casos piezas donde conviven diferentes tradiciones tecnológicas,  no registramos piezas enteras sino piezas fragmentadas.

 

Falsas bóvedas y cista: características arquitectónicas, contextos de excavación y dataciones radiocarbónicas.

 

La muestra ha sido recuperada en las falsas bóvedas (estructuras I, II y XIII) y cista (estructura XI), ambas modalidades son estructuras cubiertas, tanto la falsa bóveda XIII como la cista se encuentran a una distancia cercana en relación a las demás estructuras arquitectónicas en la cumbre. Presentamos la caracterización de las dos modalidades arquitectónicas  definidas por Cohen (Figura 2) como tambien los contextos de excavación y las dataciones asociadas.

 

C:\Users\Sole\Desktop\PC3 plano y estructuras-001.jpg  
Figura 2. Plano de Peñas Coloradas 3 Cumbre, modificado de Cohen (2014: 57), vista de la peña desde el norte y modalidades arquitectónicas que contenían textiles y cordeles.

 

Cohen (2014) destaca una mayor dedicación relativa en el modo constructivo de las estructuras cubiertas, en relación a la selección de piedras de muro, pisos nivelados con abundante material arcilloso, escalones, entre otras características específicas.

 

Las plantas de falsas bóvedas I, II y XIII  presentan un promedio de 2 m de diámetro y ístas poseen 1 m de altura en el interior, un rasgo distintivo es su aspecto monticular que sobresale de la superficie, no sólo por el abovedado sino tambien por el material detrítico acumulado en su perímetro, a modo de bordos anulares. Además, estas estructuras cuentan con escalones en los accesos y un revestimiento arcilloso en sus pisos, y en un caso, como argamasa entre rocas de muro y techo.

 

La evidencia material recuperada en la falsa bóveda XIII  corresponde a un fragmento de cestería de tejido plano el cual pudo formar parte de una vincha debido a sus atributos tecno-morfológicos (Martínez 2012), una aguja de espina de  cardón (cactácea de Valles), abundante cantidad de textiles, cordeles y vellones, y una hoja de un cuchillo de metal (posiblemente acero) quebrado en el sector del enmangue.  Este particular hallazgo del cuchillo asociado a los cordeles teñidos de colores vistosos nos permitió pensar en la señalada, práctica ceremonial andina  realizada por  pastores y pastoras para marcar a los animales de sus rebaños,  empleando un cuchillo para cortarles un pequeño pedazo de piel en la oreja (Zorn 1987). 

 

Asociados a estos materiales se hallaron macrorestos vegetales: 12 endocarpos de variedad de Prosopis (nigra, aff flexuosa, sp.), un Fabaceae mimosoidea y dos fragmentos de vaina de Hoffmanseggia eremophila, todas especies "recolectables". El mortero que se descubrió al excavar, la capa 2 fue muestreado para analizar los micorestos pero sin evidencias claras de almidones o fitolitos de vegetales comestibles dada la interferencia de los flóculos de arcilla a la clara visualización al microscopio. El material óseo  faunístico está escasamente representado y se identificaron marcas de origen antrópico de cortes con instrumentos filosos  de golpes intencionales en restos de artiodáctilos. La entomofauna está representada por exoesqueletos de artrópodos, puparios de mosca y alas de insectos (Urquiza 2010). Con respecto al material lítico, íste es escaso, con tres instrumentos de Vc1 y un desecho de Vc no diferenciada, lo cual no es representativo de ninguna actividad de talla.

 

A su vez, se recuperó medio tortero de cerámica oxidante decorado con pintura negra sobre rojo, hallado sobre el piso de la falsa bóveda I.  Sumado a la evidencia  de elementos vinculados a la práctica textil se identificaron dos fragmentos de mineral  (por difracción RX3) como Atacamita Cu2+Cl(OH)3, fueron hallados en las falsas bóvedas I y II, respectivamente;  la fuente más cercana de este mineral se halla en la región del desierto de Atacama, actualmente la III Región de Atacama, Chile, a 197 Km en línea recta hacia el SO desde Antofagasta (Cohen 2014).

 

Por su parte, las estructuras cista XI y V, se construyeron de forma subterráneas (aproximadamente 80 cm por debajo de la superficie actual) habrían tenido un techado resuelto con lajas planas, según permite inferir la casi completa conservación de la arquitectura de la primera (op.cit.). El contexto de excavación de la estructura muestra un cuero plegado con pelo negro, que pertenecería a una extremidad de llama (Cohen 2014), junto a un fragmento de tejido vegetal en malla (Martínez 2012). Esta última pieza puede pensarse como restos de una bolsa para almacenar vegetales contemplando la determinación de la presencia de curculiónidos (gorgojos), que pueden asociarse  a depósitos de vegetales (Urquiza 2010). A su vez, en la cista se recuperó un atado (compuesto por textiles de diferentes tradiciones tecnológicas, cordeles con y sin proceso de tinción, sogas, vellones, fragmento de cuero  vinculado a la hacienda puneña, restos de prendas de vestir,  cordeles con nudos "rosarios") asociado a prácticas rituales (Cohen y Martínez 2012). El mismo fue desarmado para el correspondiente análisis de cada pieza de manera individual y forma parte de los resultados presentados en este trabajo.

 

En relación al material óseo  faunístico, se hallaron restos óseos de una vizcacha con restos de piel y se observaron de marcas de roído en restos óseos de esta estructura, esto  permitió a Urquiza (2010) proponer que este animal fue el autor de la remoción del sedimento.

 

En cuanto a la entomofauna fueron registrados pupas de calliphoridae (mosca verde) y tenebrionidae (escarabajos), los primeros fueron hallados en las estructuras de falsa bóveda I, II y XIII, y la cista XI; otros insectos como los curculiónidos fueron hallados en la cista XI  (Ortiz y Urquiza 2012).

 

A partir del análisis contextual Cohen propone que las estructuras de falsa bóveda superficial y cistas se asociaron a prácticas de depósito que abarcaron desde materias primas (vellones,  minerales); herramientas (agujas, torteros, artefactos líticos, piezas cerámicas, bolsas de tejidos vegetales, entre otros); alimentos (partes animales, endocarpos de Prosopis nigra, alba y sp.) y objetos que pudieron formar parte de ofrendas y/o ajuares funerarios (torteros, vincha de cestería, atados rituales, flores de la hacienda en la señalada; Cohen 2010; Cohen y Martínez 2012; Martínez 2012). Dichas estructuras remiten a contextos de depósito pero con un marcado carácter religioso, depósitos de significación ritual (Cohen 2010, 2014). Esto último es lo que nos interesa resaltar un contexto vinculado a la ritualidad donde la tecnología textil cobra relevancia.

 

En ambos tipos de estructuras, en el caso de las falsas bóvedas en la estructura XIII y en el caso de las cistas la estructura XI, se obtuvieron fechados radio carbónicos sobre evidencia textil. El fragmento de cordel vegetal procedente de la estructura XI arrojó un fechado de 1720-1890 cal DC y el fragmento de cestería recuperada en la estructura XIIII  presenta un fechado de 1720 -1820 cal DC (Cohen 2010-2014). Sin embargo, debemos señalar que los fechados obtenidos en las estructuras de falsa bóveda I y II de 1030 -1220 cal DC  y1450 -1650 cal DC (op.cit.) respectivamente, indican que este tipo de recintos fue construido y utilizado en ípocas prehispánicas y posiblemente en colonial temprano , de modo que por este motivo, tal como lo indica el título del trabajo, estructuras prehispánicas destinadas a un uso ritual son reocupadas, motivo por el cual hallamos textiles históricos que son objeto de nuestro estudio.

 

En este sentido, el caso de rituales en los que intervienen textiles y cordelería es un tema del cual se tiene fuerte testimonio arqueológico para los sitios próximos a Peñas Coloradas asociados, por ejemplo,  los cordeles teñidos participando en rituales de marcación (López Campeny 2006-2007), o los contextos de entierros funerarios y pozos con ofrendas (Aschero com. pers., López Campeny 2001); así como tambien en el mismo sitio Peñas Coloradas 3 Cumbre el hallazgo de un "atado moderno" enterrado en la cista  XI que constituyó una práctica identitaria muy fuerte (Cohen y Martínez 2012)

 

Antecedentes arqueológicos e históricos de la práctica textil en Antofagasta de la Sierra.

 

La práctica textil  conjuga una serie de elementos naturales y culturales, saberes históricos y relaciones sociales humanas y no humanas para su ejecución; por ejemplo en el caso del textil de fibra animal: el pastor o la pastora que cuida de la hacienda, la realización de la esquila con sus propias manos (en determinadas ípocas del año), la ardua tarea de separar y limpiar el vellón para luego hilar y torcer, y por último, la confección del tejido (Martínez 2012, Arnold y Espejo 2013).  Las investigaciones arqueológicas en el área de estudio dan cuenta de que la práctica textil presenta una gran profundidad temporal en Antofagasta de la Sierra  (Martínez et al. 2010; López Campeny et al. 2013; López Campeny 2014).

 

En investigaciones vinculadas a la materialidad textil para momentos prehispánicos López Campeny (2001, 2006-2007)  plantea el importante rol que desempeñan la actividad textil y sus diversos productos en las comunidades andinas,  involucran tanto actividades vinculadas con el plano económico - productivo, variados eventos y escenarios sociales del quehacer cotidiano, así como diversas prácticas asociadas a rituales y ceremonias de carácter religioso o festivo.

 

La recuperación de textiles y cordeles en contextos funerarios prehispánicos  en sectores cercanos a Peñas Coloradas  (a 3 km de distancia en línea recta hacia el Norte) muestra la participación de elementos textiles en el ritual mortuorio, concretamente a travís de cordeles de hilado de torsión zurda o llok-Te2 y de los nudos rituales (López Campeny 2001, 2006-2007). Los mismos han sido identificados en piezas textiles recuperadas en diferentes contextos funerarios, procedentes de dos sitios arqueológicos: Punta de la Peña 9 y Punta de la Peña 4, de diferente cronología. Las piezas textiles recuperadas en la tumba de PP9 (III) incluyen, además de un importante conjunto de elementos de cordelería, una chuspa o contenedor de pequeñas dimensiones, un unku o túnica andina, un manto, dos posibles bolsas funerarias, una faja y doce fragmentos de tela indiferenciados de variadas dimensiones (López Campeny 2000, 2002). Las piezas procedentes del alero PP4 constituyen un conjunto más reducido, integrado por un elemento de cordelería que cumplía con las funciones de "amarre" del fardo funerario, un unku o túnica andina y dos bolsas o contenedores identificados como costales (López Campeny y Aschero 2006). A partir de los análisis de datación realizados se demuestra una distancia cronológica entre ambos contextos de recuperación de ca. 900 años. Por un lado el fechado asociado con el contexto funerario de Punta de la Peña9 (III) es de 1480 ± 40 años AP y, en el sitio Punta de la Peña 4, una muestra de fibras textiles de un cordel con una edad radiocarbónica convencional de 570± 80 años AP. La distancia cronológica planteada entre ambos contextos de recuperación de las prendas permite analizar la persistencia temporal de ciertos atributos materiales, de carácter simbólico, vinculados con la participación de los textiles en el ritual funerario (López Campeny 2006-2007, 2009).

 

En cuanto a los textiles y cordeles recuperados en otros contextos rituales  en los sitios cercanos a Peñas Coloradas (de 2 a 3 km hacia el Norte próximos a la margen sur del río Las Pitas) podemos mencionar los depósitos  intencionales de objetos  en los sitios Peñas Chicas 1.5  (Hocsman 2006); Punta de la Peña 9, en el recinto semi-subterráneo E3 emplazado en sector I del asentamiento (Babot et al. 2006) y por último en Piedra Horada, en el recinto E1 (López Campeny 2009).

 

El depósito de objetos recuperado en  el Sitio Peñas Chicas 1.5 presenta una concentración de vellones y elementos hilados, entre los cuales se registraron hilados zurdos, en algunos casos confeccionados además con hebras de colores contrastantes o tipo moliní (Schmitz s/f., en López Campeny 2014), elementos torsionados tanto en fibra vegetal como animal; con y sin proceso de tinción y un conjunto óseo faunístico que fue datado en ca. 3800 años AP (Aschero et al. 2012, en López Campeny 2014).

 

En tanto, en el recinto E3 del sector I de Punta de la Peña 9 se recuperó en el interior de varios pozos excavados un variado conjunto de ítems materiales que incluía: restos vegetales (maíz, chañar y vegetales carbonizados), artefactos de madera, cuentas minerales de diversos colores, pigmento rojo, planchas de mica y otros minerales, restos faunísticos de camílidos (óseos, fibras), plumas, artefactos de molienda y líticos tallados, elementos torsionados de fibra vegetal y animal, por lo que se ha planteado su conformación en vinculación con rituales domísticos, desarrollados por grupos agropastoriles, desde los primeros momentos de ocupación de la E3, en torno a unos 1400 años AP (Babot et al. 2007). En apoyo a esta hipótesis  los elementos textiles analizados presentan un conjunto de hilados de fibra animal unidos a travís de un medio nudo central, entre los que fue posible identificar un tramo correspondiente a un hilado de torsión zurda o llok-Te, confeccionado además sobre un hilado moliní (López Campeny 2014).

 

Por último, el tercer conjunto de objetos conformado por elementos hilados, vellones de camílido y fragmentos de mandíbula de caballo (Equus sp.) hallado en el recinto (E1) del sitio Piedra Horadada  corresponde al período de ocupación más reciente del sitio, con una cronología comprendida entre ca. 700 a 200 años AP (López Campeny 2014). En base a la evidencia material y en análisis contextual se plantea que el uso de dicho recinto  está asociado a prácticas rituales vinculadas a monolitos-huancas, las que involucraron a poblaciones pastoriles hasta momentos posteriores al contacto hispano-indígena (López Campeny 2009; Urquiza et al. 2010).

 

En relación a antecedentes históricos, ya para momentos republicanos, la mención de prácticas relacionadas al textil en Antofagasta de la Sierra a principios del siglo XX se vincula con las prácticas del vestir y modos de confección de los mismos, destacamos la referencia  realizada por D. Cerri (1903) en su paso por el lugar. Describía algunas prácticas de los pobladores del lugar:

 

"cuando hay alguna feria en Guari (Bolivia) o Jujuy, con excepción de los viejos y enfermos, los demás se ponen en viaje a pie, en forma de caravanas más o menos numerosas, marchan enormes distancias a travís de abruptas serranías, para acortar camino, llevando por delante sus llamas o burritos cargados con productos de la caza y sus labores. Los hombres visten sacos y pantalones cortos, sombreros blancos o simplemente vincha. Las mujeres enaguas con corpiño en número de tres o cuatro según los fríos. Calzan guantes y usan medias gruesas de lana y una especie de sandalias que llaman ojotas. Todos estos vestidos son confeccionados por las mujeres, que son trabajadoras y hábiles para tejer e hilar lana de oveja, llama, vicuña y cabra. Estas mujeres son muy laboriosas, tejen en un telar rústico colocado a la sombra de alguna peña, confeccionan los potajes para sus alimentos, lavan y cuidan de los rebaños en ausencia de los hombres que van a la caza. Los indígenas para mordiente de las tinturas que aplican a sus tejidos utilizan alumbre, se pueden ver minas de alumbre alrededor del volcán negro, en cercanía a la laguna de Antofagasta"

 

Sumado a estos antecedentes, existen evidencias actuales, de la intervención de textiles y cordeles en la marcación de los animales mediante el enfloramiento de la hacienda: como en la confección de flores de lana y chimpear3; a su vez forman parte de las ofrendas a la Pachamama, donde se depositan los cordeles zurdos acompañando a las comidas, coca, alcohol y bebidas alcohólicas en un hoyo en el patio de sus casa o en el corral; tambien utilizan esta materialidad en las prácticas funerarias, en el  acompañamiento a los muertos adultos y niños con la vestimenta de túnica y cordón blanco,  cordón con nudos, etc. ( García y Rolandi 2000; Martínez 2013). 

 

Tecnología textil: Metodología de análisis y resultados.

 

Tanto el estudio de los textiles como de los cordeles comprendieron dos etapas, siguiendo una metodología que combinó la propuesta de análisis realizada por López Campeny (2001) y por Salerno (2006). El análisis cualitativo se basó en la observación y estudio de cada pieza y en el relevamiento de una serie de atributos morfológicos y tecnológicos que se consideraron relevantes para la descripción de cordeles y textiles. El análisis cuantitativo se realizó combinando los atributos morfológicos y tecnológicos analizados en tírminos de presencia/ausencia y frecuencia. A su vez, se discriminaron estos datos para cada estructura de procedencia (cista XI o falsas bóvedas I, II y XIII).

 

Los atributos seleccionados para la descripción de los cordeles arqueológicos corresponden a: largo (en cm), diámetro (en mm), nº de segmentos por cm, tensión torsión, color Munsell, elementos teñidos, materia prima, tipo de hilado, nudos- cantidad, ubicación, nombres- y observaciones. A partir de la caracterización se confeccionó una base de datos que ordenó de forma sistemática el análisis tícnico y formal de los cordeles

 

En cuanto a la descripción del material textil se siguió la propuesta de  López Campeny (2001)  y en los casos que se creyó necesario se ingresaron algunos atributos propuestos por Salerno (2006) quien trabaja con restos de prendas de Períodos Históricos. En las fichas tícnicas se volcaron los siguientes datos: identificación de la pieza; procedencia; dimensiones; materia prima; estructura, tipo y variedad; densidad; descripción de hilos de urdimbre y de trama; diseño y color; bordes; costuras; hilos de costura; estado de conservación y observaciones (Martínez 2011).

 

Exponemos los resultados obtenidos mostrando gráficos y tablas con las combinaciones de los diversos atributos; se contempla además, la  frecuencia  y la presencia/ ausencia (de atributos y sus combinaciones) en la muestra, según la procedencia de cada material.

Tabla 1. Distribución de textiles y cordeles en las diferentes estructuras arquitectónicas.

Sitio Peñas Coloradas 3 Cumbre

Estructura XI - Cista

Estructura XIII -" Falsa Bóveda

Estructura II -" Falsa Bóveda

Estructura I -" Falsa Bóveda

Total y %

Textiles

16,67 %

80,95 %

2,38 %

-

100 %

Total

7

34

1

-

42

Cordeles

40,32 %

54,84 %

1,61 %

3,23 %

100 %

Total

50

68

2

4

124

Observamos a partir de la tabla superior que la mayor recuperación -tanto de los textiles como de los cordeles- se llevó adelante en la estructura de falsa bóveda; en el caso de los textiles predomina en la estructura XIII con más del 80 % sobre una muestra total de 42 ejemplares . En el caso de los cordeles arqueológicos se observa que el 95% de la muestra (N=124) - se distribuyen en las estructuras XI y XIII, siendo mayor en esta última con el 55% de cordeles recuperados.

 

Los textiles fueron recuperados en la cista y en las estructuras de falsa bóveda XIII y II. A diferencia de los cordeles, que fueron encontrados en las tres falsas bóvedas y en la cista. Ahora bien, hay un alto porcentaje -de ambos materiales- en las Estructuras XI y XIII.

 

Los cordeles arqueológicos. Entre cabos torsionados-¦

 

Presentamos la muestra de cordeles arqueológicos de acuerdo con la frecuencia de distribución de los atributos (en datos numíricos). A su vez, exponemos las combinaciones de los atributos señalados, en tírminos porcentuales con el empleo de tablas y gráficos dinámicos.

Tabla 2. Presentación general de la muestra de cordeles

Cordeles

Materia prima/dirección de torsión/presencia nudos

 

Animal

Vegetal

 

Torsión final S

Torsión final Z

Torsión final S

Torsión final Z

 

c/nudo

s/nudo

c/nudo

s/nudo

 

Tipo de hilado/tinción

 

Mishmido

c/tinción

-

-

-

-

-

 

 

s/tinción

-

7

4

11

-

 

22

Moliní

c/tinción

2

3

-

-

-

 

5

s/tinción

4

7

-

3

-

 

14

Simple

c/tinción

4

13

1

3

1

 

22

s/tinción

6

33

4

7

6

5

61

Total

16

63

9

24

7

5

124

 

En el caso de la identificación de materia prima de las diferentes fibras realizamos una determinación macroscópica comparando con colección de referencia. Las fibras naturales se dividieron en animal y vegetal, las primeras corresponden a fibras proteicas y las últimas a fibras de celulosas.

 

La muestra se compone por un alto porcentaje de cordeles elaborados a partir de la materia prima proteica (90%) y el resto corresponde a fibra de celulosa. Los tipos de hilados que se encuentran en la muestra son simple4, moliní5 y mishmido6.

 

En cuanto al atributo tensión de la torsión los cordeles presentan todas las categorías específicas planteadas para el análisis: suelta, media, ajustada y  muy ajustada. En este caso se agregó la categoría no determinada: ND.

 

En lo que respecta al atributo dirección de la torsión, los cordeles se asignan tanto una dirección final de torsión hacia la derecha como hacia la izquierda. Tambien se registran cordeles con retorsión, utilizando 3 y hasta 4 cabos. Los cordeles exhiben torsiones en ambas direcciones (derecha e izquierda) en los tres tipos de hilado detectados en la muestra. Ahora bien, la dirección final hacia la izquierda -ya sea torsión y/o retorsión- en el caso de la materia prima fibra natural animal se observa en casi el 22% de esta porción de la muestra (n: 24; N=112). A diferencia de lo que ocurre con los cordeles de fibra natural vegetal, en los cuales hay una proporción más equilibrada en cuanto a la dirección de la torsión final hacia la derecha o hacia la  izquierda.

 

En cuanto a los elementos teñidos se registran cerca del 20% de los elementos analizados (n: 27; N= 124), entre los cuales sólo un fragmento es de fibra natural vegetal y el resto corresponde a fibra natural animal. El tipo de hilado, en elementos teñidos, ha sido confeccionado de forma simple o moliní, siendo mayoritario el primero. Es importante destacar que en cuanto a los cordeles confeccionados con mishma no presentan elementos teñidos, son de color natural.

 

En relación  a la presencia de nudos a lo largo del cordel se registraron 50 nudos en toda la muestra, que se distribuyen en 25 cordeles; en algunos casos una misma pieza contenía varios nudos consecutivos. Es el caso de un cordel de fibra natural animal de hilado moliní, se registraron doce nudos consecutivos  la torsión final es derecha y no presenta elementos teñidos.

 

Los textiles arqueológicos: entre tramas y urdimbres-¦

 

La muestra textil se caracteriza morfológicamente por la diversidad que presenta en cuanto a modos de confección, según se observa en la separación entre textiles artesanales y textiles industriales. Los primeros corresponden a los elaborados por tejedoras de una manera manual, ya sea en telar o tejidos con agujas y en los segundos implica el uso de telares mecánicos para lograr el producto final.  Es importante aclarar cuando hablamos de tejido nos referimos exclusivamente a lo confeccionado con agujas, y telas incluye lo realizado a partir de telar artesanal y/o mecánico, todos forman parte del conjunto mayor de materialidades englobado bajo el tírmino textil.

 

A partir de lo expuesto en la tabla  3 se desprende que predominan los textiles elaborados con materia prima vegetal con un 88% (n=37, N=42)7.En cuanto a las formas de producción un 85 % de los textiles corresponden a manufactura industrial (n=36, N=42).

 

En cuanto a los tipos de estructura registramos llana balanceada8, llana no balanceada9,  sarga10, tafetán11 y tejido en punto12.

Tabla 3. Presentación general de la muestra de textiles.

Textiles

Materia prima

Fibra animal

Fibra vegetal

Tícnica de manufactura

Llana balanceada

Llana no balanceada

Sarga

Tafetán

Tejido en punto

Llana balanceada

Llana no balanceada

Sarga

Tafetán

Tejido en punto

 

Artesanal

2

1

 

 

 

2

1

 

 

 

6

Industrial

2

 

 

 

 

24

3

3

1

3

36

Total

4

1

 

 

 

26

4

3

1

3

42

 

La primera estructura expuesta que es la llana balanceada presenta una homogeneidad en los modos de producción artesanal e industrial de los textiles que fueron confeccionados con fibra animal.  A diferencia de lo que sucede con los textiles elaborados en dicha estructura con fibra vegetal ya que se observa una clara predominancia de los elaborados  industrialmente (n=24, N=37).

 

En cuanto a la estructura llana no balanceada con fibra natural animal sólo hay una pieza realizada en forma artesanal. De las demás estructuras mencionadas no hay evidencia en este tipo de materia prima.

 

Es importante destacar la frecuencia del lienzo, 42,85% sobre el total de los textiles recuperados en las distintas estructuras (figura 5). A su vez, de estos lienzos el 28,57%  muestran la conjunción de materias primas diferentes y características propias de momentos socio-históricos como son los casos de lienzo (foráneo)13 con cordeles de lana (autóctono) en sus costuras, ya sean de unión, reparación y/o decoración.

 


Figura 3. Tipos de estructuras registradas en la muestra textil con microscopio USB 200x: A. Llana balanceada. B. Llana no balanceada. C. Sarga. D. Tafetán. E. Tejido en punto (anverso). F. Tejido en punto (reverso).

 

 


Figura 4. Combinación de tradiciones tecnológicas, lienzo con costura de cordel artesanal.

 

Se puede observar una mixtura de modos de hacer en las diferentes telas y tejidos. La muestra presenta por un lado textiles industriales, como se mencionó con anterioridad estas telas confeccionadas mecánicamente, y por otro lado telas y tejidos artesanales, ya sean realizados con telar los primeros y con agujas los segundos. A su vez lo singular es que se combinan en una misma pieza, se mezclan lo local con lo foráneo. Es decir algo local y puneño como el cordel de lana o de fibra (provienen de sus haciendas) incorporados a telas industriales a travís de costuras de unión de reparación, o incluso hasta decorativas.

 


Figura 5. Telas y tejidos y diversas combinaciones de tradiciones tecnológicas.

 

Casi un 30% del total de lienzos que han sido recuperados presentan esta conjunción de materias primas, animal y vegetal.

 

En cuanto a las estructuras del textil, de las 42 piezas analizadas sólo cuatro (9,52%) de ellas presentan estructura de calada como el tafetán y la sarga.

               

 En relación con el color de los textiles, íste varía predominando coloraciones naturales y en el caso de teñidos se presentan el rojo y azul. En cuanto a los diseños algunas piezas industriales presentaban rayas y franjas paralelas. Un caso particular se da en una tela roja con flores blancas pintadas, que es parte del atado recuperado en la cista. En el caso de las telas artesanales no presentaban elementos teñidos en sus estructuras, sí en los cordeles incorporados a las mismas.

 

Presentamos a continuación los gráficos dinámicos confeccionados a partir de las distintas combinaciones de atributos y  los datos de su procedencia.

 

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Figura 6. Relación entre tipo de hilado, materia prima, elementos teñidos y procedencia (estructuras I-II-XI-XIII y zaranda).

 

A partir de la combinación de estos atributos (figura 6) se puede ver que predominan los cordeles de fibra animal sin teñir, elaborándose en los tres tipos de hilados. En todas las estructuras se recuperaron cordeles de hilado simple siendo mayor su frecuencia en la cista y en la falsa bóveda XIII.  En esta última se encontró el mayor número de cordeles de fibra animal teñida, sólo se halló un cordel de fibra vegetal teñido en toda la muestra y se ubica en la falsa bóveda. Esto es importante destacar en cuanto a lo que proponemos como enfloramiento de los animales en la  hacienda, vinculada a la práctica ritual de la señalada.  Los cordeles de esta materia prima sin elementos teñidos corresponden a la falsa bóveda I. En cuanto al tipo de hilado podemos ver que el confeccionado con mishma sólo es de fibra animal. Los cordeles de hilado moliní sin teñir se localizan tanto en la cista como en la falsa bóveda XIII, a su vez sólo en esta última se encuentran los cordeles de hilado moline teñidos.

 

En la figura 7 se combinan los atributos materia prima y dirección de torsión, en relación a la procedencia de los materiales. En la estructura I sólo se registran cordeles de fibra vegetal con torsión final hacia la derecha. En la estructura II el único cordel que se recupera es de fibra animal y tiene una dirección de torsión hacia la izquierda. En cuanto a la estructura XI,  los cordeles hallados han sido confeccionados tanto con fibra natural animal como vegetal, de esta última su presencia es mínima en comparación de con la anterior, se registran cuatro de N=49; de los cuales tres de ellos tienen dirección final de torsión hacia la izquierda y el restante hacia la derecha. Los cordeles de fibra animal presentan una dirección de torsión final tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. De la torsión hacia la derecha (S) se encuentran 31 piezas  y con dirección final hacia la izquierda 14 ejemplares. Dentro de este último grupo se encuentra el único cordel con retorsión procedente de la cista.

 

C:\Users\Sole\Desktop\Rec-torsion-mp.jpg
Figura 7. Relación entre la materia prima, dirección de torsión según la procedencia y procedencia (estructuras I-II-XI-XIII y zaranda).

 

A su vez, en la estructura XIII predominan los cordeles elaborados con fibra animal, 64 piezas de un total de 66. En la torsión final hacia la izquierda con esta materia prima se confeccionan sólo 16 cordeles, y el resto presenta una dirección de torsión hacia la derecha. Se reconocieron 6 cordeles que presentan una retorsión con 3 cabos y sólo uno con 4 cabos, todos ellos direccionan la torsión  hacia la derecha.

 

Sólo observamos dos piezas realizadas con materia prima vegetal, una corresponde a un cordel con torsión hacia la derecha y el otro corresponde a un hilo, es decir un conjunto de fibras torsionadas no llega a formar un cordel y la dirección de torsión es hacia la izquierda. Si tenemos en cuenta que las direcciones son inversas, se supone que en el caso de formar parte de un cordel la dirección de torsión final sería hacia la derecha.

 

En la figura 8 se observan, tanto en la cista como en la falsa bóveda, cordeles que presentan nudos. En la cista no se observan elementos teñidos, los hilados de los cordeles son simple y mishmido. En el caso de los cordeles de hilado simple todos ellos presentan un nudo; en el caso de las piezas elaboradas con mishma dos de ellas presentan cinco nudos en su largo, las demás presentan uno y dos nudos. Este tipo de cordeles a modo de collar nos permite pensar en la práctica de vestir a los animales de sus haciendas no sólo en la señalada sino tambien en los distintos viajes que realizaban los arrieros, prácticas muy bien documentada en el mundo andino (Flores Ochoa 1988, Iñiguez y  Alem 1996, Lecoq y Fidel 2003).

C:\Users\Sole\Desktop\hilado-et-nudos.jpg
Figura 8. Relación de tipo de hilado, elementos teñidos y presencia de nudos en el cordel según la procedencia (estructura XI y XIII).

 

A su vez, en la estructura XIII se encuentran cordeles con dos tipos de hilados, simple y moliní; en ambos casos se hallaron elementos teñidos. Sin embargo en los cordeles simples -tanto los teñidos como los que no presentan alteración en su color- se distinguen entre uno y dos nudos en su largo, siendo más predominante la presencia de los nudos en el caso de las piezas teñidas. Sólo dos cordeles de hilado moliní con elementos teñidos procedentes de esta estructura presentan un nudo. Las demás piezas con este tipo de hilado con colores naturales (sin proceso de tinción) presentan en su largo uno, dos y hasta doce nudos consecutivos. Este último caso de cordel de hilado moliní sin proceso de tinción y doce nudos, "hilo overo", es lo que mencionan  pastoras y tejedoras de Antofagasta de la Sierra como "rosario" (Martínez 2012).

Materialidades textiles en contextos rituales: vinculando temporalidades.

 

Presentamos a lo largo del trabajo un análisis tecnológico de una muestra compuesta por textiles y cordeles recuperados en excavaciones arqueológicas vinculada a contextos rituales en el sitio Peñas Coloradas 3 cumbre, cuya ocupación se remonta desde el  800 cal DC hasta 1890 cal DC. La muestra analizada se encuentra asociada a los últimos niveles de ocupación. Consideramos que estos datos son relevantes si tenemos en cuenta la escasa sistematicidad del estudio de los textiles históricos, por este motivo  el estudio de la tecnología textil histórica presentada a lo largo de este trabajo constituye un gran aporte para la disciplina.

 

Entre los resultados logrados,  pudimos determinar que del total de la muestra  más del 80% de los textiles fueron recuperados en las estructuras con modalidad constructiva de falsa bóveda,  principalmente en la falsa bóveda XIII,  y  registramos un 55% del total de cordeles en esta estructura y el resto en la cista XI. Ambas estructuras abovedadas se encuentran próximas y se ubican al suroeste de la cumbre. El  90% de los cordeles son de fibra animal esto nos remite a una posible  relación con la hacienda familiar y la producción de hilados, tejidos, sogas, hondas y  peleros provenientes de sus rebaños (García et al 2002). El 22% del total  tiene una torsión final zurda  -recordemos la connotación ritual en el área andina meridional de este tipo de torsión final (Rolandi y Jimínez 1983-1985, Gisbert 1987, Grebe e Hidalgo 1988, Arnold 2000,  García y Rolandi 2000, López Campeny 2000, 2006-2007, 2014), en este sentido es importante destacar que la ritualidad es parte de la vida domística en el mundo andino  tal es así que se reutilizan estructuras arquitectónicas prehispánicas de características particulares para depositar estos materiales.

 

Se observa que el 20 % presenta elementos teñidos con colores vistosos, proponemos entonces una posible relación con los cordeles  utilizados en las señaladas para marcar a los animales de cada familia (Zorn 1987, Lecoq y Fidel 2003,  López Campeny 2006-2007, Martínez 2012). La relación entre los cordeles teñidos depositados en las estructuras de cista y falsa bóveda y el floreo de la hacienda con la señalada de los animales puede fortalecerse mediante la asociación de algunos de estos cordeles a  una hoja de un cuchillo de metal (posiblemente acero) quebrado en el sector del enmangue ¿Acaso correspondería a una herramienta  con la que realizaron cortes en las orejas de los animales durante la señalada ritual?, ¿o con la que practicaron matanzas o cortes de los animales?. De un modo u otro, pensamos q se vincula a una manipulación del rebaño, al igual que los cordeles. 

 

En cuanto a los cordeles sin proceso de tinción sólo los de un tipo de hilado, mishmido, no presentan este proceso. Estos cordeles de hilado mismhmido son utilizados para trabajar con la hacienda y maniatar a los animales, y a su vez para amarrar  las cargas de los mismos en los viajes realizados (García et al. 2002, Martínez 2012).

 

Podemos destacar que  el 85% de los textiles corresponden a un modo de hacer industrial y casi el 43% fue identificado como lienzo; de ese número el 29% presenta una conjunción de materias primas diferentes artesanales e industriales, ya que las costuras de unión y reparación son realizadas con cordeles de fibra animal oveja y/o llama. Este dato de un claro predominio  de producción  industrial en los textiles recuperados nos permitió hablar de características modernas en relación al atributo tícnica de manufactura.  Cuando se indagó por este tipo de telas a pastoras/es y tejedoras de Antofagasta de la Sierra (Martínez 2012, 2013) algunos de ellas/os  narraron que el lienzo hace muchos años atrás era utilizado como costal, como unidad de medida para los productos que se intercambiaban en los valles y a su vez, que estas mismas telas de deshacían y se confeccionaban como ropa interior, entonces reutilizaban el lienzo pero transformando su función, pasaban de ser bolsas contenedoras a formar parte de la vestimenta de los pobladores.

 

Teniendo en cuenta el rol del textil -"en sentido amplio- en las prácticas sociales de los/las puneños/as, vinculado a prácticas pastoriles, del vestir, religiosas, consideramos que es una materialidad que "acompaña" a los sujetos históricos en su cotidianidad.  Ejemplos de ello lo constituyen, el "floreo" de  la hacienda con coloridos cordeles en momentos de señalada, el acompañamiento del ritual funerario o de los cuerpos de los difuntos incluso su protección con determinados cordeles o el uso de otros para conmemorarlo a travís del rezo y la reparación múltiple de textiles para extender su vida útil y su valor simbólico (Rolandi de Perrot y Jimínez de Pupareli 1985;  Arnold 1998, 2000; García y Rolandi 2000;  Van Kesel 2001; Martínez 2013; López Campeny 2014). Los amplios significados que se le otorgan a esta materialidad se manifiestan hasta la actualidad en Antofagasta de la Sierra (Martínez 2012, 2013).

 

En base a todo lo anterior, la interpretación de los materiales depositados en las estructuras de cista y falsas bóvedas se vincula a las prácticas que se llevan a cabo durante la vida de los/as puneños/as. Esas materialidades  se encuentran enlazadas con la historia de vida de los actores, es decir con su forma de habitar el paisaje (Ingold 1993), desde el vestir pasando por prácticas pastoriles, los viajes hacia los valles  y diversos rituales (García et al. 2002; López Campeny 2006-2007; Martínez 2013).  Esta materialidad en el sentido de Ingold (2007), nos permite pensar a "las cosas" como referente material de los vínculos que uno traza con las formas de ver el mundo y vivirlo.

 

En este sentido, nos preguntamos por quí en estas estructuras arquitectónicas de cista y falsas bóvedas  se depositaron dichos materiales y no en las restantes. En el caso de las estructuras I y II un anillo de sedimento o bordo perimetral  "monticulizó" u otorgó un aspecto monticular, a las estructuras visibilizándolas de manera notable (Cohen 2010). Además estas estructuras junto a las XI y XIII presentan características arquitectónicas particulares como pisos nivelados y arcillosos, accesos con escalones, techumbres abovedadas o de lajas planas que conformaron verdaderos espacios de cámaras, muchas con ofrendas durante la construcción arquitectónica o anterior, como el encendido de fuego previo al armado del piso.  

 

La apropiación de este paisaje para los habitantes del siglo XIX de Peñas Coloradas significó una apropiación de este lugar con sus marcas de historias previas, historias que formaron tambien su sentido de pertenencia.  Se entrelazaron, se mezclaron con esas antiguas arquitecturas rituales, no como actividades aisladas sino como parte del habitar la puna, su puna  imprimiendo una continuidad en la ocupación.

 

Proponemos entonces que estas materialidades textiles se relacionan con la vida de los actores puneños y su modo de relacionarse con el entorno (en particular sus animales, sus lugares) y la manera de ver el mundo. Ejemplo de ello son los restos de telas de lana y telas de fibra de algodón, lienzos reparados, pañuelos y fragmentos de barracán que  se relacionan con la vestimenta de estos actores; la aguja de espina de cardón, el fragmento de tortero, restos de vellones, el fragmento de cestería y el tejido vegetal visibilizan  la práctica del tejer con sus distintos modos de hacer;  los cordeles teñidos y overos que a su vez representan significados complejos  se vinculan con la esfera ritual, con la madre tierra y con cosmovisiones inter penetradas entre el complejo mundo ritual andino y moderno.

 

¿Quí se intenta resguardar en estas estructuras arquitectónicas abovedadas? esta pregunta nos permitió pensar en las formas de perdurar la materialidad textil; se  mezcla lo local y lo foráneo transformándolo en lo propio. Proponemos entonces, que se buscan proteger los referentes materiales de las identidades puneñas,  están marcando un paisaje que fue propio, vivido y trabajado de manera de perdurar en tiempo y espacio, mostrando una continuidad en la ocupación.

 

A su vez, es importante resaltar que desde el estudio de los textiles históricos registramos ciertos atributos tecnológicos como la torsión final zurda, la presencia de nudos,  el hilado moliní y el hilado mishmido que participan en contextos rituales abarcando una profundidad temporal de milenios, desde tiempos prehispánicos como propone López Campeny (2006-2007, 2009, 2014). Destaca la perduración en el tiempo de ciertos rasgos textiles asociados a contextos de prácticas rituales, como el caso del hilado de torsión zurda, considerando los datos arqueológicos y la información actual en Antofagasta de la Sierra que registra una continuidad de casi cuatro milenios de participación de este hilado de torsión zurda en diferentes esferas de actividades que requieren siempre de su particular agencia (López Campeny 2014).

 

Las materialidades textiles, con el complejo mundo de relaciones humanas y no humanas que involucra, depositadas en las falsas bóvedas y cista se convirtieron en un vínculo entre pasados y presentes; al ser  halladas en un lugar convocante con manifestaciones rupestres de múltiples temporalidades vinculadas a la memoria social y a los ancestros, pero a su vez en un escenario de prácticas de significación ritual  resguardadas en la cima de una peña. Se conjugan memoria social  y ancestros en el farallón y en la cumbre y a su vez en las estructuras abovedadas se resguardan materialidades textiles con  tradiciones tecnológicas pasadas pero con cambios propios de los nuevos contextos sociohistóricos, mezclando las "antiguas prácticas"  con las "nuevas prácticas modernas" resignificando y construyendo la materialidad textil propia.

 

En este sentido, en la relación de textil y memoria social es importante destacar la propuesta de Arnold y Espejo (2013) de apreciar a los textiles como formas de respuesta a los cambios políticos y sociales en una sociedad, y la documentación de estos procesos dinámicos en una coyuntura determinada.

 

Teniendo en cuenta esto, entendemos la multiplicidad de factores involucrados en la confección del textil que a su vez tienen significados complejos cuando participan en distintas prácticas sociales en determinados contextos socio históricos.

 

Agradecimientos: en primer lugar agradezco a la Dra. Lorena Cohen por estar siempre atenta a mis consultas, por la lectura y los valiosos comentarios de este manuscrito, y a los evaluadores anónimos cuyos comentarios y observaciones me permitieron mejorar la primera versión de este trabajo. Ninguno de ellos, sin embargo, es responsable de lo aquí expuesto. Gracias al Arql. Matías Lípori por ayudarme con la confección del abstract. Mi gratitud al Lic. Carlos Aschero por su interís en mi investigación y su inagotable generosidad, y a la flia. Morales por la hospitalidad de siempre en Antofagasta de la Sierra. Infinitas gracias a mi compañero de viaje, Miguel Ángel y a nuestro nuevo sol Benicio.

 

Notas

1 En referencia a la producción industrial del textil. In reference to the industrial production of textiles.

2 Para uso ritual se hace el hilado en sentido antihorario, es decir hacia la izquierda. En aimara, este hilado recibe el nombre de "lloque" y tiene un sentido mágico y ritual (Gisbert et al. 1987: 49).

3 En Antofagasta, "chimpear" es señalar a las ovejas con hilos de colores en el lomo (García y Rolandi 2000).

4 Son aquellos cordeles que presentan torsión de dos cabos o hilos de idíntico color, diámetro y materia prima (López Campeny 2001)

5 Son aquellos cordeles que presentan hilos de al menos dos colores diferentes, los que producen efectos de color en el tejido, o dos materias primas diferentes, lo que produce efectos decorativos por texturas. Es decir que, el hilado moliní corresponde a la utilización combinada de distintos tonos, colores o materiales para la confección del cordel.

6 Reciben este nombre ya que se confeccionan con una mishma o palo de hilar. Como resultado los hilos producidos son muy gruesos, de un diámetro muy irregular o variable y de un torcido no muy fuerte (Rolandi de Perrot y Jimínez de Pupareli 1985).

7 Las telas elaboradas en materia prima vegetal se encuentran en proceso de análisis microscópico.

8 Cuando el número de urdimbres y de tramas es igual en una unidad de medida determinada del tejido (por ejemplo un cm cuadrado). Esta característica implica que los hilos utilizados para formar ambos elementos del tejido tambien son idínticos en diámetro y espaciado. Tanto los elementos de la urdimbre como los de la trama quedan visibles en ambas caras del tejido (López Campeny 2001).

9 Puede ser confeccionado en faz de urdimbre ("warp faced, reps de urdimbre" o "urdimbre vista" según Gisbert et al. 1987) o en faz de trama ("weft faced, reps de trama o trama vista", según Gisbert et al. 1987).

10 En este caso, cada uno de los hilos de trama o urdimbre hace una basta sobre dos o más hilos en la dirección opuesta. Una basta puede ser entendida como la sección de un hilo que cruza dos o más hilos perpendiculares (Deslandres 1985; Hollen et al. 2001; Espinoza y Gruzmacher 2002; Raffellini 2004; Bares 2005, en Salerno 2006). El punto de ligadura se mueve en una progresión de uno a la derecha o izquierda de los hilos subsiguientes. Ello permite la formación de una diagonal o "espiga" característica (Hollen et al. 2001, en Salerno 2006).

11 Es la estructura de ligamento más simple, de la cual derivan todas las demás. En la misma, cada uno de los hilos de trama o urdimbre pasa alternativamente por encima y por debajo de cada uno de los hilos en la dirección opuesta. El telar utilizado para el desarrollo de esta tícnica solo necesita dos lisos; uno que se mueva hacia arriba, y otro hacia abajo en el momento que se forma la calada. Por ello, el tafetán se describe como un ligamento (Hollen et al. 2001, en Salerno 2006). 

12 Su elaboración demanda la utilización de agujas, a travís de las cuales se forman mallas. En estas, uno o más hilos dan lugar a una serie de bucles o loops entrelazados. Las telas que se obtienen son elásticas, porosas y resistentes (Deslandres 1985; Turnau 1993; Hollen et al. 2001; Raffellini 2004; Bares 2005b, en Salerno 2006).

13 Se lo considera foráneo porque no se produce en la puna, sumado a que es una tela industrial diferente a las telas y tejidos artesanales que circulan en Antofagasta de la Sierra.

 

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