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Comechingonia

versión On-line ISSN 1851-0027

Comechingonia vol.25 no.1 Córdoba abr. 2021

 

Artículos

EL APORTE DE LOS ESTUDIOS DE IMPACTO A LA Arqueología de la quebrada de Villavil (departamento Andalgalá, Catamarca, Argentina)

THE CONTRIBUTION OF IMPACT STUDIES TO THE ARCHEOLOGY OF THE VILLAVIL RAVINE (ANDALGALÁ DEPARTMENT, CATAMARCA, ARGENTINA)

Norma Ratto1 

Claudia Aranda2 

Leandro Luna3 

Anabel Feely4 

1 Universidad de Buenos Aires, Instituto de las Culturas (IDECU, UBA-CONICET), Facultad de Filosofía y Letras,Moreno 350, CP 1091, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Email: nratto@filo.uba.ar

2 Universidad de Buenos Aires, Facultad de Odontología, Cátedra de Endodoncia, Marcelo T. de Alvear 2142, C1122 AAH, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Email: arandaclau@gmail.com

3Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU); Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Moreno 350, CP 1091, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Email: lunaranda@gmail.com

4 Universidad de Buenos Aires, Instituto de las Culturas (IDECU, UBA-CONICET), Facultad de Filosofía y Letras, , Moreno 350, CP 1091, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Email: anabel.feely@gmail.com

Resumen

Presentamos los contextos arqueológicos registrados, documentados, excavados y analizados que provienen de la quebrada de Villavil (departamento Andalgalá, Catamarca), los que fueran intervenidos en el marco de los estudios de impacto arqueológico realizados en ese espacio y relacionados, por un lado, con un cambio de trazado del mineroducto de la empresa Minera Alumbrera Ltd. y por otro con los monitoreos arqueológicos anuales que se realizan en el marco de su política ambiental. Las características de los contextos funerarios informados, sus fechados radiométricos y los análisis bioarqueológicos, isotópicos y tecnológicos del material asociado aportan a la construcción del pasado cultural de este sector del espacio y a delinear los cambios y continuidades en las prácticas en los ámbitos de la vida y de la muerte de las sociedades del primer milenio con respecto a la tardía e inca. Los resultados remiten a la ocupación de la quebrada desde el primer siglo de la era, con prácticas de entierros directos para adultosy en urna para infantes en función de los contextos. Los individuos en edad reproductiva presentan dietas balanceadas, un buen estado de salud general y un uso intenso del cuerpo para actividades cotidianas.

Palabras clave: contextos funerarios; bioarqueología; isótopos; tecnología cerámica

Abstract

We present the characteristics of the archaeological contexts from the Villavil ravine (Andalgalá department, Catamarca) that were registered, documented, excavated and analyzed during archaeological impact studies related, on the one hand, to a change in the layout of the Minera Alumbrera Ltd. pipeline and, on the other, to the annual archaeological monitoring carried out within the framework of its environmental policy. The characteristics of the reported funerary contexts, their radiometric dates and the bioarchaeological, isotopic and technological analyzes of the associated material contribute to the construction of the cultural past of the societies of the first millennium and to delineate changes and continuities in practices in the sphere of life and death with respect to the late period and the Inca societies. The results refer to the occupation of the ravine since the first century of the era, with direct burial practices for adults and urn burial for infants. Individuals of reproductive age have balanced diets, good general health, and intense use of the body for daily activities.

Keywords: funerary context; bioarchaeology; isotopes; ceramic technology

Introducción

Desde el año 1997, por la quebrada de Villavil (departamento Andalgalá, Catamarca, Argentina) se desplaza un tramo del mineroducto de Minera Alumbrera Ltd. (MAA), cuyo caño estaba inicialmente enterrado dentro del cauce del río homónimo. En el año 2005 comenzaron a realizarse una serie de estudios de impacto arqueológicos para poder concretar la Variante Carrizal o Villavil (en adelante VCoV), que consistía en un cambio del trazado del mineroducto para retirar el caño del cauce del río y desplazarlo por la terraza fluvial de la margen izquierda(Ratto 2010a). Esta quebrada se extiende a lo largo de 19 km lineales desde su naciente a la altura de Carapunko (2120 ms.n.m.) hasta la RP 46 en el fondo de valle de Andalgalá (1600 ms.n.m.), pasando por el pueblo de Villavil.También por esta quebrada se desplaza un tramo de la línea eléctrica de alta tensión de 132 kW Villa Quinteros-Andalgalá-Belén-Tinogasta, que requirió el montaje de una cantidad de columnas a fines de la década de 1990, sin que se hubieran realizado estudios de impacto previos. Como consecuencia, esta obra afectó la evidencia cultural tanto en los lugares de fundación de las torres como en los caminos de accesos abiertos.

Las distintas intervenciones realizadas en el marco de los estudios de impacto (prospecciones, excavaciones y análisis de materiales) entre los años 2006 y 2009, junto con la dispar información regional edita existente (Álvarez Candal y Gazi 2014;Berberián 1969;Gordillo et al. 2010; Ratto y Coll 2009; Rattoet al. 2016, 2020; entre otros), permitieroncontinuar aportando a la definición de los procesos sociohistóricos locales que se desarrollaron en este sector del departamento andalgalensedesde tiempos prehispánicos hasta la actualidad. Sin embargo, la quebrada de Villavil no fue sujeta a prospecciones intensivas, con excepción de los trabajos realizados por Gordillo y colaboradores (2010), en gran parte por la baja visibilidad que presenta el área.

Así, la interrelación de los datos procedentes del campo arqueológico, antropológico e histórico permitió delinear los diferentes usos, valorizaciones y significaciones del espacio a lo largo del tiempo, los que generaron una sucesión de paisajes culturales de alto contenido productivo, inmersos en distintos contextos ambientales, sociales, económicos, políticos y seguramente ideológicos. Dichos paisajes son producto delas sociedades que habitaron y habitan ese espacio andalgalensecomprendido por la terraza fluvial izquierda del río Villavil y su quebrada homónima, por lo que la superposición de las distintas prácticas productivas desarrolladas a lo largo del tiempo conviertea esa quebrada en un espacio persistente (sensu Schlanger 1992).

La larga secuencia temporal abarca aproximadamente 2000 años. Está representada en distintos sectores de la quebrada, donde fueron documentadas evidencias de viviendas, funebria y agricultura (terrazas agrícolas y morteros) de las sociedades del primer milenio de la era, artefactos de momentos incaicos en poder de pobladores locales, un camino histórico de fines del siglo XIX, cuya construcción alteró las manifestaciones culturales previas dispuestas sobre su traza, cambios en la dinámica fluvial registrados en la memoria oral de los pobladores y la presencia de infraestructura actual, tanto eléctrica como minera (Ratto 2010a, 2010b; Ratto y Coll 2009).

En este marco, presentamos los sitios excavados, mayormente contextos funerarios, sus análisis bioarqueológicos, isotópicos y dataciones radiométricas, y las características tecnológicas de los artefactos asociados, los que remiten a las sociedades del primer milenio que habitaron la quebrada de Villavil. También informamos de otro contexto cuyo fechado radiocarbónico retrotrae el habitar de estos espacios al Arcaico Medio. Consideramos que dar cuenta de estos nuevos hallazgos arqueológicos resinifica la historia prehispánica de la quebrada de Villavil.

La quebrada de Villavil: estudios de impacto y academia

Antecedentes arqueológicos

La región de Andalgalá fue sujeta a distintos tipos de intervenciones arqueológicas durante los siglos XIX y XX, resumidas en Gordillo y colaboradores (2010), donde se observa claramente que la quebrada de Villavil no fue un punto neurálgico ni central de esos trabajos. Información más fina sobre la historia cultural de esta quebrada surge como resultado de estudios de impacto arqueológico. Al respecto, Ratto y Orgaz (2002) realizaron relevamientos en el sector superior de la quebrada de Villavil conocido como Carapunko, donde registraron recintos dispersos de planta cuadrangular o rectangular y terrazas de cultivo con obras de posible funcionalidad hidráulica asociada. El material cerámico superficial asociado con estos espacios se presentó muy erosionado, en tamaños pequeños, mayormente sin decoración, aunque aquellos con rasgos diagnósticos corresponden a los estilos decorativos de los períodos Formativo, Desarrollos Regionales e Inca. Aunque no se ofrecen en ese trabajo dataciones radiométricas, los autores consideraron que esta formatización del espacio con fines agrícolas respondería a un desarrollo desde épocas tempranas hasta la ocupación incaica de la región, momento en el que podría haber alcanzado su máxima expresión.

Con posterioridad, durante 2004 y 2005, Gordillo y colaboradores (2010)llevaron a cabo prospecciones en varios ambientes de la región de Andalgalá (piedemonte, quebradas subsidiarias y quebrada de Villavil). En esta última unidad realizaron tres transectos en sentido Sur-Norte, sobre la margen este del río en la franja altitudinal de 1600-1850 ms.n.m. Fueron registrados andenes, cuadros de cultivo, canales y reservorios de agua, morteros comunales, recintos aislados y concentraciones artefactuales. En las prospeccionesrecuperaron un conjunto cerámico muy fragmentario (n=214), en el cual predominan los tamaños pequeños y medianos, y que por sus características tecno-morfo-decorativas responde a distintos momentos de desarrollo cultural regional (Formativo, Desarrollo Regionales e Inca), el que está mayormente asociado conalineamientos de piedras (132:214), concentraciones artefactuales (72:214) y recintos (10:214) (Gordillo et al. 2010:268).Los autores destacan las obras de infraestructura agrícola que conforman el paisaje de la quebrada de Villavil y coinciden con Ratto y Orgaz (2002) cuando afirman que estos espacios agrícolas fueron utilizados por las sociedades productivas desde momentos tempranos hasta la ocupación incaica de la zona, cuando alcanzaron mayor intensidad y extensión.Desgraciadamente, en ese trabajo no se presentan las coordenadas geográficas, ni mapas en detalle, de los lugares prospectados ni fechados radiométricos.

La mayor diversidad arqueológica se registró en las intervenciones realizadas entre los años 2006y 2009, las que están directamente relacionadas con las etapas de factibilidad, diseño y construcciónde la VCoV(Ratto 2010a). El nuevo trazado se desplazó por la terraza fluvial, en su margen izquierda;nace a la altura de la Finca El Carrizal (1640 ms.n.m.) y se extiende hacia el norte por aproximadamente 3000 m hasta empalmar con el trazado actual del mineroducto, en cota de 1870 ms.n.m. (Figura 1).

La nueva traza está inserta dentro de la Provincia Biogeográfica del Monte (Cabrera 1971) y cuenta con unidades florísticas de distintos tipos: (a) bosques ribereños o en galerías; (b) bosques abiertos con estrato arbustivo espinoso y cardones; (c) estepas de jarillas y (d) comunidades riparias de la planicie de inundación (Morlans 1985). Este escenario ambiental determina que la visibilidad arqueológica oscile entre regular y mala principalmente debido a la alta cobertura vegetal de tipo arbustivo y arbóreo, a lo cual también se suma una elevada tasa de sedimentación. Por lo tanto, gran parte de la evidencia arqueológica de la quebrada de Villavil está totalmente enterrada, sin visibilidad en superficie, lo que obligó a realizar desbroces sectorizados y seguimientos de muros para poder registrar y documentar la evidencia artefactual, arquitectónica y biológica recuperada. Al respecto, Ratto (2010a) detalla la realización de relevamientos intensivos, sondeos exploratorios y excavaciones extensivas, que permitieron definir áreas de alta sensibilidad arqueológica donde fue registrada la abundancia de manifestaciones culturales prehispánicas, como por ejemplo, terrazas de cultivo, morteros comunales, concentraciones de fragmentos cerámicos, restos de muros de posibles viviendas afectadas por la dinámica fluvial del río Villavil e inhumaciones tanto directas como posiblemente en urna (ver más adelante).

Figura 1: Quebrada de Villavil, dpto. Andalgalá. Sitios arqueológicos en el sector sur y norte de la VCoV y en el área de Carapunko. Ubicación de la infraestructura minera (PS3), fincas y puestos, y entierros El Zapallar. Referencias: VSS= Variante sector sur (detalle en ampliación); P.EZ.: Puesto El Zapallar; P.A.: Puesto Acosta; F.ECz.: Finca El Carrizal; el trazado de la variante en línea amarilla. 

A lo largo de los 3000 m de extensión de la variante,la evidencia arqueológica está más concentrada en el sector sur (VSS) con respecto al norte (Figura1) y en gran parte fue afectada por la construcción del camino histórico del siglo XIX que fuera reportado por Ratto y Coll (2009). Para este panorama cultural prehispánico e hispánico tan diverso se aplicó una metodología multipropósito que abordó el análisis de la historia oral, fuentes documentales de la actividad económica y vialdel siglo XIX (Ratto y Coll 2009), de microrrestos vegetales (fitolitos) sobre artefactos de molienda, geoarqueológicos, de tecnología cerámica y bioarqueológicos (Ratto 2010a;Ratto et al.2016). La mayor parte de esta información de base continúa inédita y es presentada en este trabajo, complementándose con otros análisis, principalmente isotópicos y de dataciones absolutas (Ratto et al.2020), que mayormentese realizaron luego de finalizarse los estudios de impacto. En el marco de los trabajos llevados a cabo en la VCoVse intervinieron los sitios arqueológicos La Zanja (LZ) y Villavil-Entierros 1/3 (Vill-E1/3), que serán presentados en detalle en la próxima sección, pero también se documentó otro tipo de evidencia, como un mortero comunal dentro de un área agrícola, denominado Vill-M2(Figura 1). Esta área fue afectada por la fundación de torres de la línea de alta tensión Villa Quinteros-Tinogasta y especialmente por la apertura de un acceso en el sector de piedemonte. En recorridas pedestres por estos espacios, alejados aproximadamente 100 m al este con respecto al trazado de la VCoV, se identificó un sitio, al que llamamos Dante, conformado por recintos de forma circular, muy colmatados, inmersos dentro de un ambiente de monte tupido, con escasa cerámica reductora en superficie del llamado horizonte gris (Figura 1). Estos espacios residenciales pudieron haber sido lugares de vivienda relacionados con las áreas agrícolas y de funebria intervenidas en la Variante del ducto.1

También en el marco de la arqueología de contrato, durante los años 2007 y 2011 se realizaron rescates arqueológicos de entierros en el área de Carapunko, trabajos que se enmarcan enlos monitoreos arqueológicos anuales del programa ambiental de MAA Ltd.(Figura 1). En un caso se trató de dos entierros en urnas, con y sin recuperación de restos óseos, denominándose Carapunko-V1 (CK-V1) y Carapunko-V2 (CK-V2), respectivamente, ambos reportados por Ratto (2010a) e identificados como CK-V1/2 en la Figura 1. El otro es un entierro primario directo, denominado sitio CarapunkoEsq.1 (CK-Esq.1), informado en Ratto (2011). En el mismo sentido, en el año 2014 se realizó un nuevo rescate de un entierro primario directo extendido (Ratto 2014) que fue denominado Bordo o Barranca Villavil-1 (BVill-1). Sobre estos contextos funerarios volveremos en la próxima sección.

Por último, la quebrada de Villavil cuenta con los antecedentes de rescates arqueológicos realizados por la autoridad de aplicación provincial, específicamente el personal del Museo Arqueológico Provincial Samuel Alejandro Lafone Quevedo de Andalgalá, el cual realizóintervenciones de urgencia en El Zapallar,paraje del sector alto de la quebrada, cercanoal área de Carapunko, que es parte de la Finca El Carrizal (Figura 1). En esa oportunidad se rescató un entierro en urna pequeña tipo Andalgalá de un infante de meses de vida, como así también de adultos en urnas (Álvarez Candal y Gazi 2014), cuyos restos están depositados en esa institución. Los entierros estaban dispuestos sobre el faldeo del cerro, en una zona de fuerte pendiente y sin asociación con espacios productivos y/o residenciales. Desgraciadamente no se cuenta con dataciones radiométricas de estas inhumaciones, pero en los alrededores del puesto actual, distante unos 2 km del área de entierros, se registraron estructuras arqueológicas tardío-incas (David Álvarez Candalcom. pers.). Al respecto, el poblador Don Jorge Haddad,propietario de la Finca El Carrizal, tiene en su poder fragmentos de piezas de metal y de aríbalos.

Los sitios: materiales y métodos

Las diversas intervenciones realizadas en sectores de la quebrada de Villavil informan sobre la historia de las sociedades prehispánicas que vivieron en la región, principalmente relacionada con la modificación del paisaje con fines agrícolas (terrazas de cultivo)e inhumaciones dentro de esos espacios. Los sitios se localizan en el sector sur de la variante (VSS) y en el área de Carapunko (Figura 1). A saber:

a) Villavil-Entierros-1/3 (Vill-E1, Vill-E2, Vill-E3,Latitud S 27 31 36.8 Longitud O 66 11 24.4, Datum WGS84, 1750 ms.n.m.). Se trata de tres inhumaciones primarias simples directas,sin asociación con elementos culturales y con distinto grado de completitud y preservación, que fueron dispuestas debajo del piso de ocupación de un recinto ubicado dentro del área agrícola del sector medio de la quebrada (Figuras2a y b). Dicho recinto fue afectado por la rectificación de la barranca del río Villavil, producto de su dinámica fluvial, y por la apertura de la traza del camino histórico del siglo XIX que también impactó en forma negativa en las terrazas de cultivo (Ratto y Coll 2009).Los entierros 1 y 2 se ubicaban al borde de una barranca. Del primero de ellos solo se identificaron en su posición original los huesos articulados del miembro inferior derecho y del miembro superior izquierdo, ubicados inmediatamente por encima del cráneo del entierro 2. El esqueleto de este último entierro fue recuperado casi completo; fue depositado decúbito dorsal, con las piernas hiperflexionadas sobre el tronco y los miembros superiores parcialmente flexionados hacia la derecha, de manera que la mano izquierda se ubica sobre el pecho, y la derecha, al costado del cráneo. La posición de inhumación fue con el cráneo orientado hacia el sudoeste. Por último, se destaca la disposición muy similar del entierro 3, el cual fue inhumado en posición decúbito lateral derecho, con los miembros inferiores hiperflexionados y los miembros superiores parcialmente flexionados; la mano derecha se ubicaba por debajo de la cabeza, y la izquierda, en la zona del pecho.El cráneo estaba orientado hacia el noreste y también el este caso el esqueleto fue recuperado casi completo.

b) Bordoo Barranca Villavil-1 (BVill-1, Latitud S 27 31 39.8Longitud O 66 11 27.5, Datum WGS84, 1730 ms.n.m.). Es unentierro primario simple directo, depositadodecúbito dorsal extendido,con el cráneo orientado al norte, del que se recuperó casi la totalidad de los restos óseos y dentales. Fue inhumado dentro del área agrícola del curso medio del río, distante 120 m de Vill-E.1/3, que también fue afectado por el movimiento de suelo producido por la apertura del camino histórico (Ratto y Coll 2009), ya que los sedimentos removidos fueron depositados por encima del lugar de la inhumación, conformando un bordo del camino (Figura 2c y 2d).

c) La Zanja (LZ, Latitud S 27 31 34.7 Longitud O 66 11 22.3,Datum WGS84, 1755 ms.n.m.). El sitio se ubica a escasos 90 m de los entierros Vill-E.1/3. La evidencia artefactual y ecofactual fue recuperada dentro del área agrícola, debajo del área afectada directamente por la apertura del camino histórico, por lo que los materiales cerámicos aparecen aplastados, posiblemente producto del peso del tránsito durante la construcción vial del siglo XIX (Figura 2e). Por debajo de este conjunto se recuperaronescasos restos óseos humanosmezclados (fragmentos de huesos largos), los cuales, en función de su datación radiocarbónica, pertenecieron a un contexto mucho más temprano (ver más adelante).

Figura 2: Sitios de la quebrada de Villavil: (a) terrazas de cultivo dispuestas por debajo de la traza del camino histórico y lugar de inhumación de los entierros Vill-E1/3 y BVill-1; (b) lugar de inhumación de Vill.E1/3 en el borde de la barranca del río Villavil; (c) vista de la traza del camino histórico del siglo XIX, actual pista del ducto, y a la derecha, el bordo que se formó por su apertura y movimiento de suelo, por debajo el entierro BVill-1, también inhumado en el espacio agrícola; (d) excavación entierro BVill-1; (e) vista de la excavación por decapage en el sitio La Zanja, (f) vista de la excavación del entierro CK.Esq.1. 

d) Carapunko-Esqueleto 1 (CK-Esq.1, Latitud S 27 29 03.0 Longitud O 66 09 11.7, Datum WGS84, 2150 ms.n.m.). Esta inhumaciónse localiza a 6 km lineales al norte de las anteriores, en las cabeceras de la quebrada de Villavil.Se trata de un entierro primario simple directodepositado decúbito lateral derecho hiperflexionadodispuesto en las inmediaciones del área agrícola de Carapunko, que presenta un grado de completitud medio(Ratto y Orgaz 2002). Se recuperaron el miembro superior izquierdo, el húmero y la mano derecha, la cintura pélvica, ambos miembros inferiores y parte del cráneo, mientras que se destaca la ausencia de piezas dentales. Su descubrimiento se debió a la apertura de una cárcava que expuso los restos óseos a la superficie, a raíz delo cual se planificó el rescate (Figura 2f). Unos 600 m al sudeste se rescataron dos vasijas ordinarias (denominadas J y K) dentro del área agrícola de Carapunko, ubicadas muy próximas una de otra (Figura 1, CK-V1/2). Solo dentro de la primera se recuperaron escasos restos esqueletales humanos (costillas) en un muy mal estado de preservación (CK-V1). El otro entierro, CK-V2, está conformado por la olla K,dentro de la cual se hallaron fragmentos de una vasija gris con decoración incisa, denominada pieza L, que por sus características tecno-morfo-decorativas puede relacionarse con el sitio La Zanja comentado más arriba (ver más adelante).

Los análisis bioarqueológicos preliminares de los entierros fueron realizados en la instalación del proyecto minero, y luego se realizaron los trámites correspondientes para trasladar los restos al Instituto de las Culturas (UBA-CONICET) para profundizar los estudios. No se llevaron a cabo en esta instancia estudios tafonómicos detallados debido a queel desarrollo completo de los análisis será abordado en el futuro en el marco de un proyecto de tesis doctoral. Para estimar el sexo de los individuos adultos, en los casos en los que se recuperaron los coxales y los cráneos, se relevaron el arco ventral, la concavidad subpúbica, la región isquipúbica, la escotadura ciática mayor y el criterio del arco de los primeros y la cresta nucal, las apófisis mastoides, el margen supraorbital, la glabela y la prominencia mentoniana de los segundos (Buikstra y Ubelaker 1994; Bruzek2002). En un caso (LZ), dado que no se recuperaron dichos elementos, el sexo fue estimado a partir de la medición del diámetro superoinferior mínimo del cuello del fémur (Stojanowskiy Seidemann1999). Para el subadulto procedente de BVill-1, se relevaron los iliones y la mandíbula considerando en el primer elemento el ángulo de la escotadura ciática mayor, el criterio del arco, el índice de la escotadura ciática mayor y la posición de la profundidad máxima de la escotadura ciática mayor (Fazekas y Kósa 1978; Holcomb y Konigsberg 1995; Schutkowski 1993) y en el segundo la prominencia mentoniana, la forma del arco dental anterior, la eversión de la región goniana, el ángulo mandibular y la forma del cuerpo mandibular (Schutkowski 1993; Mollesonet al. 1998; Loth y Henneberg 2001). Respecto de la edad de muerte, para los adultos se relevaron las sínfisis púbicasy las superficies auriculares de los coxales (Brooks y Suchey 1990; Meindl y Lovejoy 1989; Todd 1921a, 1921b). Una vez obtenidas las estimaciones de edad, los individuos fueron incluidos en una de las siguientes categorías: Adulto joven (20-35 años), adulto medio (35-50 años) y adultos maduros (50+ años) (Buikstra y Ubelaker 1994). La edad del subadultofue estimada considerando el grado de calcificación dental y la longitud de los huesos largos (AlQahtaniet al.2010; Schaefferet al. 2009; Ubelaker 1982). Asimismo, se estimó la estatura en vida de los adultos mediante la medición de la longitud máxima de los huesos largos, considerando las fórmulas publicadas en Bass (1987).Por último, se llevó a cabo también la evaluación escópicadetallada de todos los elementos recuperados para identificar las características del desgaste dental y cualquier tipo de lesión patológica metabólica, mecánica, traumática, etc. (Grauer 2012; Henderson et al. 2013; Hillson 2000;Luna et al. 2017; Molnar 1971; Ortner 2003; Scott 1979; Smith 1984; Stuart-Macadam1991; Waldron 2009).

Por su parte, los artefactos asociados con los entierros fueron analizados aplicando un análisis morfo-tecno-decorativo a nivel macroscópico y submacroscópico en el caso de las pastas cerámicas. Al respecto, los materiales cerámicos recuperados fueron sujetos a trabajos de remontaje y registro de variables que dieran cuenta de sus características tecno-morfo-decorativas a nivel macroscópico, siguiendo los criterios especificados en Feely y Ratto (2013). Estos materiales fueron mayoritarios sobre otras clases artefactuales, ya que solo se recuperó una conana y un fragmento de placa lítica de contorno ovalado formatizado por retalla marginal, posiblemente una azada, los cuales fueron recuperados en el sitio La Zanja y las terrazas de cultivo asociadas (ver más adelante).

Articulando evidencia

Los restos humanos analizados cuentan con dataciones absolutas que son las únicas existentes para la quebrada de Villavil, como así también de valores isotópicos a través de los cuales es posible aproximarnos a la estimación de la dieta y del estado de salud de los individuos (Tabla 1). La profundidad temporal del proceso cultural se inicia en siglos anteriores al cristianismo y se extiende hasta el siglo VII de la era. Por lo tanto, ofrece un panorama inicial del proceso cultural de las primeras poblaciones aldeanas de la región. Sin embargo, es interesante que la ocupación y transformación de este espacio puede ser aún más antigua, en función de la datación radiométrica obtenida sobre los restos humanos recuperados por debajo del sitio La Zanja, que remite a momentos del Arcaico Medio (ver más adelante, Tabla 1). A continuación, presentamos e integramos la información recuperada de cada uno de los contextos analizados.

Sitio Villavil Entierros 1/3 (Vill-E1/3)

Los restos del sitio corresponden a tres estructuras de entierro diferentes, que fueron afectadas en forma diferencial por la reactivación de la barranca del río Villavil (Figuras 1 y 2b). Respecto del Entierro Nº 1, dado que no se recuperaron las sínfisis púbicas ni las superficies auriculares, solo es posible afirmar que se trata de un individuo masculino adulto a partir del relevamiento de las variables dimórficas del cráneo y la presencia de toda la dentición permanente.Su estatura estimada es de 174 ± 3 cm, obtenida a partir de la medición de la tibia derecha. Solo los huesos correspondientes al miembro inferior derecho y al miembro superior izquierdo se encontraban en posición anatómica, mientras que los restantes fueron recuperados de la base de la barranca. El análisis paleopatológico permitió identificar la presencia de nódulos de Schmorl en dos cuerpos de vértebras lumbares, lo que indica que este individuo habría acarreado grandes pesos sobre su espalda en forma sistemática (Faccia y Williams 2008; Ortner 2003). Además, una falange proximal de la mano presenta una fractura consolidada de la diáfisis, con alteración leve en su dirección, de manera tal que la funcionalidad del dedo correspondiente se vio parcialmente afectada(Ortner 2003).

El esqueleto perteneciente al Entierro N° 2 se ubicaba inmediatamente por debajo de los restos del Entierro N° 1 y fue recuperado casi completo, ya que el retroceso de la barranca solo afectó parcialmente al cráneo. A partir del relevamiento de los indicadores del coxal y del cráneo se pudo establecer que se trata de un individuo femenino adulto medio. La estatura pudo estimarse en 154 ± 3 cm por la medición de la longitud máxima de la tibia izquierda, y no se identificaron patologías de ningún tipo.

Por último, el Entierro Nº 3 fue dispuesto en forma transversal a la orientación de la barranca del río y no se vio afectado por la dinámica fluvial. Se recuperó el esqueleto casi completo dentro de un contexto de sedimento compacto. Los restos presentan un estado de preservación regular, con una alta frecuencia de pérdida de epífisis. Se trata de un entierro primario simple perteneciente a un individuo femenino adulto maduro, lo cual pudo estimarse mediante el relevamiento del coxal y del cráneo.Luego de la aplicación de las propuestas metodológicas de Molnar (1971), Scott (1979) y Smith (1984), se estableció que todos los dientes recuperados presentan grados altos de desgaste de la corona; en algunos casos la estructura del esmalte se encuentra casi completamente ausente. Se detectaron asimismo numerosas pérdidas antemortem, principalmente de la dentición posterior inferior derecha, con reabsorción alveolar completa.

Asimismo, se identificaron seis vértebras dorsales con proliferaciones óseas periarticulares de intensidad media. También se detectaron nódulos de Schmorl en dos cuerpos vertebrales dorsales, lo que indicaría que el individuo habría acarreado elementos pesados sobre su espalda en forma sistemática (Faccia y Williams 2008; Ortner 2003). Además, varias falanges proximales y medias de la mano presentan hipertrofia de las zonas entesiales, lo cual apunta a uso continuo y probablemente exigido de las manos. Las inserciones musculares del fémur (principalmente la línea áspera) también sugieren una exigencia muscular importante de los miembros inferiores (Henderson y Cardoso 2013; Henderson et al. 2013; Stone y Stone 1990). Por último, se observó una fractura consolidada en el tercio distal de la diáfisis de la clavícula izquierda (Figura 3). Todos estos análisis indicarían hábitos culturales de uso del cuerpo que implicaban una alta demanda mecánica del sistema músculo-esqueletal.

Figura 3: Fractura completamente remodelada en el tercio distal de la diáfisis de la clavícula izquierda deVill-E3. 

Se cuenta con fechados radiométricos de los Entierros N° 1 y N° 3, que los ubican en los siglos IV y VI DC, respectivamente; es interesante, a su vez, que ambos individuos presenten valores isotópicos similares (Tabla 1), lo cual indica el consumo de dietas mixtas y moderadamente equilibradas, ya que los correspondientes a δ15N reflejan una ingesta proteica relativamente buena, mientras que los de δ13C señalan una mezcla de carbono C3 y C4 (Ratto et al. 2020). Estas características también son compartidas con el entierro CK-Ent.1, que fue contemporáneo con el individuo del Entierro N° 1 (ver más adelante).

Tabla 1: Sitios arqueológicos, tipos de contextos, fechados radiométricos y datos isotópicos. Referencias: no pert. = no pertinente; s/d= sin dato; M = masculino; F = femenino; Ad. M = adulto maduro; Ad.: adulto; Ad. J. = adulto joven. 

En Ratto (2010a) se reportan los resultados del análisis de seis muestras de sedimentosprocedentes de este sitio, que dan cuenta de pH alcalinos (rango entre 8,3y 9,3)que no favorecen la preservación delos restos óseos, y de valores bajos y altos de fósforo, los que oscilan entre 20-50 ppm y 110-180 ppm, procedentes de los niveles superiores e inferiores, respectivamente. Los elevados valores de fósforo son ocasionados por la descomposición de las partes blandas y la liberación de hidroxiapatita de los huesos de los individuos inhumados, lo que corrobora los datos referidos a la forma de inhumación para los entierros 2 y 3, que indica que se trata de entierros primarios (Gordon yBuikstra 1981).

Sitio Entierro Barranca o Bordo Villavil-1(BVill-1)

Los restos humanos se encontraron dispuestos debajo del bordo artificial formado por la disposición de los sedimentos en el proceso de apertura de la traza del camino histórico al Tucumán del siglo XIX, cuya construcción afectó también el área agrícola prehispánica (Figuras 1, 2c y 2d). Durante el proceso de intervención se constató que un único cuerpo había sido depositado sobre un estrato rocoso natural compuesto por clastos de tamaños variados. Las porciones esqueletales recuperadasen posición anatómica corresponden principalmente al sector superior del esqueleto (parte del cráneo -incluidas todas las piezas dentales salvo tres primeros incisivos y tres terceros molares; Tabla 2-, columna vertebral, omóplato, cúbito y radio derechos, y ambos coxales), las cuales no estaban asociadas a ningún tipo de resto cultural. Durante la intervención se constató que un clasto apoyaba a la altura de la mandíbula. Los huesos pertenecientes a ambas extremidades inferiores y a la superior izquierda fueron desplazados por el derrumbe y recuperadosdurante la recolección superficial. Del análisis de los coxales y del cráneo surge que se trata de un individuo masculino de entre 12 y 16 añosal momento de su muerte, con deformación craneal del tipo tabular erecta.

Tabla 2: Cuantificación de las hipoplasias de esmalte identificadas en el entierro BVill-1. 

Respecto de los indicadores de estrés, en primer lugar, se observó una discordancia entre la edad dental y la edad esqueletal (9,5-12 años según las longitudes máximas de los huesos largos), lo cual da cuenta del impacto de estresores socioambientales inespecíficos que actuaron durante periodos prolongados, afectando negativamente su metabolismo corporal. La presencia de numerosas hipoplasias de esmalte (líneas, pitting y áreas;Goodman y Rose 1990; Hillson 2000;Ogden et al. 2007) en 12 de las piezas dentales recuperadas, tanto de la dentición anterior como de la posterior (Tabla 2), también abona dicha interpretación.Por último, la datación radiométrica obtenida ubica a este individuo en el rango temporal entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C., mientras que la información isotópica (valores de δ13Ccol y δ15N) da cuenta de una dieta con un aporte importante de proteína animal y de ingesta de carbono C3 (Ratto et al. 2020).

Sitio La Zanja (LZ)

En este rescate arqueológico se recuperaron artefactos cerámicos y líticos, ecofactos y restos esqueletales no articulados; por su posición, estos últimos se ubicaban por debajo del contexto definido por los otros materiales (Figura 2e). El conjunto es mayoritariamente cerámico, con excepción de dos piezas líticas. Algunas vasijas se presentaron rotas, pero como si hubieran sido “aplastadas”, lo que puede estar relacionado con los procesos de formación generados por la construcción del camino histórico. Los trabajos de clasificación, remontaje y análisis tecno-morfo-decorativo de los tiestos permitieron reconstruir varias vasijas sobre una muestra compuesta por más de 600 fragmentos(Figura 2e). Las piezas restauradas, con y sin decoración, presentan estados de fragmentación diferenciales y sus morfologías corresponden a ollas grandes (piezas A, H e I), un botellón (pieza B) y un vaso (pieza D) (Figura 4;Tabla 3). Por su parte, el conjunto lítico está compuesto por: (i) una conana pequeña, de forma subcircular (17 cm de diámetro máximo y 3 cm de profundidad de la boca), de materia prima granítica, que fue recuperada en posición invertida y en asociación con las piezas cerámicas A y B; y (ii) un fragmento de posible azada en materia prima metamórfica (pizarra), con pulido posiblemente por uso, con retalla marginal en filo activo, de 11,8 y 7 cm de largo y ancho, respectivamente, y 0,35 cm de espesor, el cual fue recuperado en superficie por lo que puede estar directamente relacionado con las terrazas de cultivo del área agrícola que contiene al entierro.

Figura 4: Sitio La Zanja: piezas cerámicas restauradas (ver Tabla 3). 

Tabla 3: Sitio La Zanja: características tecno-morfo-decorativas de las piezas restauradas (ver Figura 4). Todas las medidas en cm. 

Originalmente se hipotetizó que los hallazgos daban cuenta de un contexto doméstico, pero los resultados del análisis de los sedimentos no apoyaron esa interpretación (Ratto 2010a). Las cuatro muestras analizadas presentaron valores de pH alcalinos, que oscilaban entre 8,2 y 8,5, además de muy bajos de fósforo (menor a 20 ppm), lo que indica un depósito con muy baja alteración de los sedimentos, como pueden ser áreas de descanso, de realización de actividades culticas, o de almacenamiento de vasijas cerámicas, entre otras. Los datos disponibles no permiten descartan ninguna hipótesis, pero la relación del contexto con otros rescates realizados, ubicados dentro de los espacios relevados, nos permite plantear otra lectura. Al respecto, proponemos que el sitio La Zanja fue un área de funebria dentro del espacio agrícola, posiblemente de entierros de párvulos en urna, alterada durante la construcción del camino histórico.Esta hipótesis se sustenta en un rescate realizado en el área agrícola de Carapunko (Figura 1), en el sector norte de la quebrada de Villavil (Ratto y Orgaz 2002), donde se recuperaron dos vasijas ordinarias de tamaño grande, sin decoración. Dentro de una de ellas (CK-V1, Pieza J, Figura 5) se hallaron fragmentos de costillas humanas, pequeñas, con mala preservación, lo que permitió inferir que se trataba de un entierro en urna de un posible infante. La otra olla (CK-V2, Pieza K, Figura 5) tenía dentro fragmentos de una pieza (CK Pieza L, Figura 5) con forma, pasta y decoración con técnica por incisión fina por peine, similar a la recuperada en el sitio La Zanja (LZ pieza D, Figura 4), pero no se recuperaron restos humanos, quizás producto de procesos de formación postdepositacionales (Tablas 3 y 4).

Figura 5: Sitio Carapunko: piezas cerámicas restauradas (ver Tabla 4). 

Tabla 4: Sitio Carapunko: características tecno-morfo-decorativas de las piezas restauradas y recuperadas en rescate arqueológico (ver Figura 5*). Todas las medidas en cm. 

Por lo tanto, es posible que la pieza con modelado de mamelones recuperada en el sitio La Zanja (Figura 4, LZ pieza D) conformara un caso similar y fuera depositada dentro de una de las ollas domésticas que formaban parte del contexto arqueológico alterado por la construcción del camino histórico del siglo XIX, que, junto con otros procesos de formación, fueran los causantes de la ausencia de restos esqueletales de baja densidad ósea como suelen ser los de infantes.En definitiva. la función de entierro de este conjunto se le asigna sobre la base del contexto regional, no particular, dada la ausencia de materiales esqueletarias.

Por debajo de la dispersión de materiales se recuperaron restos óseos desarticulados (un radio y un fémur perteneciente a un individuo adulto), con una preservación regular. No se pudo estimar la edad de muerte de este individuo, si bien el tamaño y la morfología de los huesos indican que se trata de un adulto posiblemente femenino, sin patologías visibles. En un comienzo se pensó que los estos restos habían sido re-transportados por agentes naturales, pero en el análisis bioarqueológico no se identificaron rasgos de alteración por rodamiento. La datación radiométrica remite a tiempos del Holoceno medio (Tabla 1). La evidencia disponible solo permite alertar sobre una ocupación muy profunda en el tiempo de la quebrada de Villavil por sociedades con economías cinegética (cazadores-recolectores). Consideramos que este dato es importante para los investigadores que emprendan proyectos de investigación en la región.

Sitio Carapunko-Esq. 1

El rescate se realizó debido a la exposición de restos humanos como consecuencia de la apertura de una cárcava. El lugar se emplaza a 30 m de la pista-ducto en su lateral izquierdo en el sentido de la dirección de flujo del mineral concentrado por el mineroducto (Figura 1). El lavado natural de los sedimentos dejó expuestos fragmentos de un cráneo humano, de coxales y de una cabeza de fémur, mientras que el resto del esqueleto se encontraba totalmente enterrado. Como resultado de la intervención se recuperó un esqueleto incompleto que corresponde a un entierro primario depositado decúbito lateral derecho hiperflexionado, con el cráneo orientado hacia el norte, el cual sufrió la acción de agentes postdepositacionales en forma intensa, principalmente en los sectores del tórax y de los miembros superiores. Se trata de un individuo femenino adulto joven que solo presentó alteraciones osteoartrósicasleves producto de un proceso de estrés funcional articular en las epífisis distales de dos metatarsos y en los extremos proximales de tres falanges del pie y ambos húmeros. No se identificó ningún tipo de asociación con restos culturales y su cronología lo ubica temporalmente en el siglo III DC. Considerando sus valores isotópicos, son comparables con aquellos registrados en los entierros Vill-E1/3 descriptos anteriormente (Tabla 1), a pesar de que se ubican en momentos posteriores dentro de la secuencia temporal regional (Ratto et al. 2020).

Balance de la evidencia y algunas inferencias

Por todo lo desarrollado, observamos que los distintos sitios presentados dan cuenta de entierros directos de adultos y un juvenil, y de potenciales inhumaciones de niños dentro de ollas domésticas, con acompañamientos de otras piezas, dispuestos dentro de extensas áreas agrícolas que fueron modificadas por la construcción del camino histórico en el siglo XIX. Desgraciadamente, solo hemos recuperado escasos restos óseos dentro del entierro en urna CK-V1 (Vasija J, Tabla 4), y consideramos, por comparaciones con el conjunto cerámico, que también en el sitio La Zanjase inhumó un párvulo en una urna, aunque no contamos con los restos esqueletales en ese caso debido a la acción de intensosprocesos postdepositacionales. En general, estas inhumaciones están formadas por piezas cerámicas con pastas muy porosas que dan idea de cocciones con oxidación incompleta y a bajas temperaturas.

La mayor parte de los restos esqueletales provienen de entierros directos, sobre los que es factible realizar una completa lectura de sus características de edad, sexo y condiciones de salud al momento de su deceso. La data bioarqueológica no da cuenta de la existencia de patologías graves, sino solo de enfermedades relacionadas principalmente con la edad y con usos demandantes del cuerpo, a excepción del individuo subadulto BVill-1, que presenta indicadores de estrés corporal que dan cuenta de alteraciones metabólicas recurrentes a lo largo de gran parte de su vida. Por otra parte, la información isotópica revela dietas mayormente equilibradas entre vegetales de fotosíntesis C3, C4 y CAM para las poblaciones aldeanas del primer milenio que habitaron la quebrada de Villavil. Es interesante que no se haya recuperado ningún tipo de acompañamiento asociado a las inhumaciones en tierra.

Discusión y conclusiones: la Quebrada de Villavil en contexto regional

Los entierros directos en tierra de individuos en edad reproductiva de las poblaciones aldeanas de la quebrada de Villavil contrastan con las inhumaciones de adultos depositados dentro de las grandes urnas andalgalenses, que remiten a momentos tardíos-inca.Esta es una diferencia altamente significativa en las prácticas mortuorias en distintos momentos de la historia regional local.

Las urnas tipo Andalgalá se asocian tanto con vasijas de estilo Belén (Berberián 1969) como incaicas (Moralejo 2010; Williams y de Hoyos 2001). Lamentablemente, solo se han realizado análisis bioarqueológicos con los restos precedentes de Río Chaquiago y Agua Verde. En el primer caso, Marcellino (1969) estudió un individuo masculino de 40-50 años con osteoartrosis en las vértebras lumbares y en la mano derecha, y con una salud bucal deficiente. Por su parte, el entierro múltiple en urna de Agua Verde (Williams y de Hoyos 2001) estaba compuesto por tres individuos: uno femenino de 20-22 años, otro masculino de alrededor de 45 años y 1,70 m de altura,junto con un inmaduro de 12-18 años. El femenino adulto no presentaba patologías y en el masculino adulto las autoras destacan su estatura (similar a la documentada para Vill-E1), la presencia de deformación craneana intencional tabular oblicua, una dieta balanceada inferida por estudios isotópicos, ausencia de indicadores de estrés metabólico y evidencias de osteoartrosis severa en la rodilla derecha, las últimas dos vértebras dorsales y todas las lumbares, consideradas como una patología laboral. El entierro se ubica dentro del período de ocupación incaica (siglo XV).

Las características mortuorias del período Tardío y de contacto incaico contrastan con las del primer milenio de la era. Coronel (2000) informa del rescate de un entierro múltiple directo de 14 individuos (cinco adultos y nueve subadultos) en la finca de Venidlo Rojas, ubicada en el distrito El Potrero, a unos 10 km de Andalgalá; los esqueletos estaban asociados a piezas cerámicas típicas del primer milenio. Tres fechados por termoluminiscencia lo ubican entre 200 a.C. y 650 d.C. En cuatro de los niños se identificaron huevos de Ascarislumbricoides en el sedimento abdominal, que permiten inferir un proceso de parasitismo y malas pautas de higiene personal (Pau y Coronel 2008). Este rescate proviene de la zona de Choya, ubicada 50 km lineales al oeste de la quebrada de Villavil, por lo que son comparables con los presentados en este trabajo, tanto por la modalidad del entierro como por los fechados radiométricos obtenidos, con la única excepción que en la quebrada de Villavil los entierros directos no contaban con acompañamiento de ningún tipo.

Es altamente probable que las modalidades de entierro de párvulos y niños en urna sean una práctica extendida en el tiempo, tanto para las sociedades aldeanas del primer milenio como para las tardías-incaicas de momentos posteriores, y que pudieron convivir con las modalidades de entierros directos como los reportados por Coronel (2000). Al respecto, recientemente, los rescates de urgencia realizados en El Zapallar, al noroeste de la quebrada de Villavil (Figura 1),reportaron un entierro en una urna pequeña tipo Andalgalá de un infante de unos pocos meses de vida, como así también de adultos en urnas, adscripto a momentos de las sociedades tardías-inca (Álvarez Candal y Gazi 2014).

Lo dicho nos lleva a pensar si las distintas modalidades de entierro que convivieron en determinados momentos de la historia regional, en tierra y en urna, luegofueron reemplazadas por una de ellas,por factores que aún desconocemos, y la otra, la modalidad de entierros en tierra, se perdió en el tiempo. Esta lectura es compatible con lo afirmado por Álvarez Candal y Gazi (2014) cuando sostienen que las prácticas de entierros en urna de niños y adultos en las urnas Andalgalá no son producto de contactos foráneos con poblaciones de la foresta sino modalidades propias de la historia local.Al respecto, el entierro de adulto en urnas también fue registrado en el valle de Belén (Palamarczuk y Ratto 2015; Ratto et al. 2016) y recientemente en el valle de Abaucán (Ratto y Basile 2020) con temporalidades que remiten a los siglos XII y XI, respectivamente, siendo minoritarias con respecto a otras modalidades de entierros de adulto.

En este proceso consideramos que la nueva información proveniente de los estudios de impacto realizados en la quebrada de Villavil aporta a delinear aspectos de las sociedades aldeanas del primer milenio, que se remontan a varios siglos antes de Cristo, las que presentan la particularidad de que los sitios residenciales están asociados con extensas áreas de cultivo dentro de las cuales enterraron a sus muertos.No menor es el dato de ocupación de estos espacios desde el Arcaico Medio por sociedades cazadoras-recolectoras, aunque somos conscientes de que la evidencia presentada no es concluyente y de que se requiere de un mayor caudal de información para poder identificar tendencias más robustas. De todas formas, una vez más se destaca la importancia de articular los estudios de impacto con la academia (Ratto 2010b).

Agradecimientos: Al inolvidable Dante Coronel, que participó activamente en la ejecución de los trabajos arqueológicos. A las autoridades y personal de Minera Alumbrera Ltd. por apoyar las recomendaciones, análisis y estudios específicos realizados durante el tiempo de duración de los trabajos. A la comunidad de Villavil por sumarse e integrarse al trabajo colectivo y compartir los registros de la historia oral. Un agradecimiento especial a David Álvarez Candal, director del Museo Samuel Lafone Quevedo de Andalgalá, por la información inédita sobre el sitio El Zapallar que nos suministró. A Luis Coll por el armado de la figura 1 y a Karen Borrazo por el aporte para la clasificación de la pieza lítica fracturada. Los estudios sobre los restos esqueletales y fechados radiométricos fueron realizados con el aporte de los proyectos CONICET-PUE-2017-22920170100002 y 20020170100351BA.

Notas

1 El sitio Dante se ubica en coordenadas geográficas S27° 31’ 11.4” y W66° 11’ 03.5” (datum WGS84), en cota de 1845 ms.n.m. El permiso de trabajo emitido por la autoridad de aplicación provincial estaba circunscripto para realizar intervenciones solo dentro del área de la Variante, por lo que no se pudo relevar sistemáticamente.

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Recibido: 25 de Mayo de 2020; Aprobado: 02 de Septiembre de 2020

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