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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. v.12  Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./dic. 2005

 

PSICOANÁLISIS

Los nudos de las psicosis en la enseñanza de Jacques Lacán

The knots of the psychoses in Jacques Lacan' teaching

Pablo D. Muñoz1

1 Lic. en Psicología (UBA); Becario de investigación UBACyT (categoría Doctorado); Maestrando de la Maestría en Psicoanálisis y Doctorando en el Doctorado en Psicología (UBA); docente de la cátedra II de Psicopatología.

Resumen
Jacques Lacan ha abordado la psicosis realizando numerosos aportes a la elaboración de su teoría y reconocimiento clínico. Sobre el final de su enseñanza, cuando revisa sus categorías clínicas y las aborda con el soporte de la teoría de nudos, la conceptualiza como una forma particular de anudamiento. En esta novedosa formalización, sin embargo, no se encuentra un abordaje unívoco sino que desde 1971 hasta 1981 presenta diversos tipos de anudamientos. Hasta la actualidad, no se conocen trabajos en que los especialistas los estudien sistemáticamente. El proyecto de investigación UBACyT TP34 (implica una novedad en este sentido pues formula algunas conclusiones sobre el tema. Este trabajo se propone revisarlas y ponerlas en tensión para verificar su adecuación con los textos de Lacan. Tarea imprescindible para poder abordar el objetivo máximo del proyecto becado en curso: explorar el modo en que la concepción nodal reordena la variedad clínica de la psicosis (paranoia, esquizofrenia, parafrenia, manía, melancolía).

Palabras clave:Teoría de nudos; Psicosis; J. Lacan

Abstract
Jacques Lacan has approached the psychosis carrying out numerous contributions to the elaboration of its theory and clinical recognition. On the end of their teaching, when he revises their clinical categories and it approaches them with the support of the theory of knots, he conceptualizes it like a form peculiar of knotting. In this novel formalization, however, it is not approached in a unified way but rather from 1971 up to 1981 presents diverse knottings types. Until the present time, works are not known in that the specialists study them systematically. The investigation project UBACyT TP34 (1998-2000) implies a novelty in this since sense it formulates some conclusions on the topic. This work intends to revise them and to put them in tension to verify its adaptation with the texts of Lacan. Indispensable task to be able to approach the maximum objective of the project granted a scholarship in course: to explore the way in that the nodal conception reorders the clinical variety of the psychosis (paranoia, schizophrenia, mania, melancholy).

Key words: Theory of knots; Psychoses; J. Lacan

1.Introducción
El1 aporte de Lacan al campo de las psicosis podrá ser reconocido o no, pero tiene una orientación muy clara. En su enseñanza se funda una clínica que ordena el trabajo de miles de analistas en el mundo: la clínica diferencial neurosis-psicosis, con la que nos enseña que intervenir en un caso u otro no es idéntico, que deben seguirse coordenadas singulares que de ningún modo podrían haberse descrito previamente (esto último ideal propio de la generalización a la que tiende la ciencia) y que debemos reconocer pues eso orienta las decisiones que -en tanto clínicos- tendremos que tomar.
Y en ese sentido avanza su obra, estableciendo formu-laciones estructurales a partir de conceptos y matemas que intentan constituir una formalización transmisible, conceptualizando con claridad inequívoca una perspectiva diferencial que establece una delimitación muy rigurosa de las fronteras entre psicosis y neurosis, todo lo cual conduce a la revisión de la vigencia del término "borderline" por su ambigüedad con la que contrasta.
Lacan establece esta distinción en un momento preciso de su enseñanza, pues no la encuentra en la psiquiatría de su época, aunque afirma haberla leído en Freud, valiéndose de la noción de "estructura". Esa rigurosa delimitación es producto de la concepción estructural que adopta a partir de los años '50 y que termina por formular claramente en su Seminario 3 "Las psicosis". Es decir que con anterioridad, hay un Lacan que a su modo y con sus términos ha utilizado categorías similares a la de borderline, borde, límite. Pero la estructura, en el período final de su enseñanza, no es la que había definido en aquella década, la del significante -estructura de la cual el lenguaje es su forma epónima-; sino que a partir de 1970 la estructura es anudamiento de los registros real, simbólico e imaginario. Podríamos definir este desliza-miento como el pasaje desde una estructura en la que se reconocían tres registros, a los tres registros como estructura. En el siguiente punto sitúanse las coordenadas de este deslizamiento.
A partir de este viraje en su teoría, revisa sus categorías clínicas y las aborda con el soporte de la teoría de nudos. De este modo, conceptualiza la psicosis como una forma particular de anudamiento. En esta novedosa formali-zación, sin embargo, no se encuentra un abordaje unívoco sino que desde 1971 hasta 1981 Lacan presenta diversos tipos de anudamientos. Hasta la actualidad, casi no se encuentran trabajos en que los especialistas, aunque han efectuado numerosos estudios sobre ella, hayan explo-rado sistemáticamente sus diversas presentaciones.
El proyecto de investigación UBACyT TP34 (1998-2000): "El concepto de síntoma en el último período de la obra de J. Lacan (1975-81)", dirigido por Roberto Mazzuca, implica una novedad en este sentido. Si bien investigó el alcance y uso de los conceptos de síntoma y sinthome y su aplicación para delimitar los procedimientos de las psicosis estabilizadas, formula algunas conclusiones sobre las diversas formalizaciones de las psicosis en términos de teoría de nudos.
Estas conclusiones derivadas constituyen un aspecto no buscado en el proyecto pues no formaba parte de los objetivos e hipótesis iniciales. En ese sentido, puede considerarse que no han sido reconfirmadas aún.
Por tanto, este trabajo se propone tomar dichas conclu-siones, revisarlas, ponerlas en tensión y verificar en la obra escrita y oral de J. Lacan correspondiente, en un recorrido lo más minucioso posible, su adecuación.
En las conclusiones finales de este trabajo se presenta una visión panorámica sobre cómo el autor ha empleado la teoría de nudos para abordar las categorías clínicas al final de su enseñanza, especialmente las diversas formalizaciones que de la psicosis realiza en su diferencia con la neurosis.
Este trabajo se considera imprescindible para poder abordar el objetivo máximo del proyecto de investigación becado en la categoría Doctorado para el período 2004-2006: "La concepción de la psicosis y sus variedades clínicas según la teoría topológica de nudos del último período de la obra de J. Lacan (1971-81)": explorar el modo en que la concepción nodal reordena la variedad clínica de la psicosis, particularmente las formas clínicas que Lacan ha trabajado a lo largo de su enseñanza (paranoia, esquizofrenia, parafrenia, manía, melancolía). En ese sentido es un trabajo preparatorio, que sirve de punto de partida y funciona como telón de fondo de lo que se indagará en adelante, en la medida en que deja establecidos algunos antecedentes que pueden contribuir a la concreción del objetivo mencionado.

2. LA ESTRUCTURA TRINITARIA
Al final de su enseñanza J. Lacan señala su interés por los que denomina nudos borromeos -definidos como "cadena de tres, tal que al desatar uno de los anillos de esta cadena los otros dos se deshacen" [LACAN, 1971-72]- y su utilidad en psicoanálisis.2
Ello no implica que las referencias estructurales que él ha mantenido a lo largo de su enseñanza sean cuestionadas sino, muy por el contrario, en el último Lacan se sostienen, pero ordenadas en una concepción novedosa ligada al interés que aquel recurso topológico le suscita: la estructura es nodal.
Los tres registros introducidos en 19533 son reconsiderados a la luz de la cadena borromea4 en el Seminario 21 "Los no-incautos yerran o Los nombres del padre" en los siguientes términos: "El nudo borromeano no puede estar
hecho sino de tres. Lo Imaginario, lo Simbólico no bastan, hace falta el elemento tercero, y yo lo designo como lo Real" [6-11-73]. A partir de los años '70, entonces, la estructura es un anudamiento de los tres registros. La última escritura de la estructura en Lacan es nodal, lo que lo llevará a extraer nuevas consecuencias, tanto clínicas, en la dirección de la cura como en el fin de análisis. El recurso a la teoría de nudos no supone en Lacan la necesidad de hallar modelos matemáticos para "representar" aquello que se encontraría en lo real. Más bien, demuestra en L'étourdit [LACAN, 1972: 478] que su topología no es modelo, que es la estructura y que es de lo real.
La primera consecuencia que de ello se extrae es que la estructura del sujeto es el anudamiento RSI, donde lo Real se anuda a lo Imaginario por medio de lo Simbólico. En el Seminario 21 la define así: "con relación a esos tres ustedes están arrinconados: en tanto sujetos, ustedes no son más que los pacientes de esa triplicidad" [15-01-74]. Esto supone que las tres estructuras clínicas serán revisadas con esta nueva formalización, de lo que en cada caso resultarán diversos anudamientos. Lo cual explica que en los últimos años las referencias topológicas de Lacan se circunscriban esencialmente al nudo borromeo.
La peculiaridad que resalta con ello es la heterogeneidad de los registros, lo que desde el vamos provoca resistencias al pensamiento, pues, con el recurso de la cadena borromea, RSI se definen por no tener ninguna relación6, siendo eliminada toda preeminencia. En la clase inaugural de este seminario no los llama registros sino que los presenta como las "tres dimensiones del espacio habitado por el hablante" [6-11-73] y define el espacio como puntos determinados de un modo diverso que con la geometría antigua, la de las coordenadas cartesianas; dice que se trata de una geometría diversa, "cuyos puntos se determinan por el calce de aquello que ustedes quizás recuerden, y que he llamado 'mis redondeles de hilo'". Y agrega: "Esto parte de otra manera de considerar el espacio; y al calificar a esas tres dimensiones enhebrándolas a los términos que incluso pareció que yo precisamente diferencié, los términos Simbólico, Imaginario y Real, lo que estoy anticipando es que se los ha hecho estrictamente equivalentes".
Con ello reformula una pregunta que había quedado planteada desde el seminario anterior, "Aun". Allí decía: "Si hasta cierto punto el soporte de lo que queda de todo lenguaje cuando se escribe son simplemente los nudos del Uno, ¿cómo postular una diferencia?" [LACAN, 1972-73:155]. Es una buena pregunta: si los tres eslabones son "equivalentes", iguales y una vez que se anudó la cadena borromeanamente no hay posibilidad de distinguir cuál de los tres es el que anudó a los otros dos, a punto tal que podemos cortar cualquiera de los nudos para desatar la cadena entera y dejar sueltos a los otros, entonces cómo diferenciarlos. En efecto, es una "cadena estrictamente homogénea" [ibídem, 157]. La respuesta que nos acerca entonces es que la única diferencia entre ellos sólo puede venir de algo externo, de las letras: escribir en cada uno de esos redondeles "R", "S", "I".
Si en los inicios de la obra de Lacan -anterior a 1950- se encuentra acentuado el registro de lo imaginario, y en su enseñanza propiamente dicha -fechada por él mismo a partir de 1953 con la introducción de la lingüística estructural- el registro de lo simbólico, es claro que la cadena borromea elimina los acentos sobre los registros en tanto cada uno de los tres se sostiene de los otros dos.
Para precisar bien las características de esta propiedad del nudo borromeo o, más precisamente, cadena borro-mea, es imprescindible recurrir a la teoría de nudos y cadenas en su faz de imágenes presentables, mostrables.

3. EL RECURSO A LA TEORIA DE NUDOS
La topología es una rama de las matemáticas que estudia las propiedades que tienen las figuras en el espacio más allá de sus deformaciones: continuidad, contigüidad, limitación. Leibniz la había llamado inicialmente análisis situs. El espacio topológico no se limita al espacio euclidiano (de dos y tres dimensiones) ni a los espacios adimensionales, es decir que no toma en cuenta la distancia, la forma, el área, el ángulo y se basa en la proximidad o la vecindad.
Para dar una definición genérica de a qué se llama nudo, lo que se puede llamar su uso común, se debe decir que es un lazo que se aprieta y cierra de tal forma que no se suelta fácilmente, y que más se estrecha cuanto más se tira de cualquiera de sus extremos, es decir que supone un efecto de atadura. Por ejemplo el nudo marinero. Pero nuestra lengua también permite un uso figurado del término nudo, utilizándolo habitualmente para señalar la principal dificultad o duda en algunos asuntos. También como expresión habitual se usa al poner en palabras una sensación angustiosa o de congoja o susto que se siente en el cuerpo: "un nudo en la garganta". Otra expresión figurada es la del "nudo gordiano": el que ataba al yugo la lanza del carro de Gordio, antiguo rey de Frigia, hecho, según la leyenda, con tal artificio, que resultaba imposible descubrir sus dos extremos. Esto en cuanto al uso cotidiano y habitual del término. Veamos ahora el uso técnico, el uso matemático del término nudo que es el que hará Lacan en sus referencias topológicas.
Nudo es una línea cerrada sumergida en el espacio. Un nudo es entonces lo siguiente -lo cual en teoría de nudos se conoce como nudo trivial

La primera aparición de la teoría de nudos en Lacan se produce en el Seminario 9 "La identificación", en la clase del 28 de marzo de 1962. Refiriéndose a la topología de la superficie llamada toro, dice que no es la única forma de superficie no esférica interesante y recomienda referirse a la topología algebraica en tanto "la geometría que está en juego [en ella] se presenta en sí misma como la geometría de las figuras de goma. [...] se trata de figuras deformables y que a través de todas las deformaciones permanecen en relación constante. [...] el campo está abierto a las invenciones más exorbitantes. No crean por otra parte que la imaginación se presta de tan buen grado al forjamiento de esas formas flexibles, complejas, que se enrollan, se anudan a sí mismas. No tienen más que tratar de abandonarse a la teoría de los nudos para percibir cuán difícil es ya representarse las combinaciones más simples; aún esto los llevará lejos". Aunque como bien se ve en esta cita Lacan no extrae mayores utilidades de la teoría de nudos, parece sospechar que ella puede llevar lejos. Intuición que encuentra su razón 10 años más tarde.
Efectivamente, recién en el Seminario 19 "... o peor", la clase del 9 de febrero de 1972, la retoma presentándola a partir de trabajar la frase "Yo te demando que rechaces lo que te ofrezco porque no es eso". Tres verbos: demandar, ofrecer, rechazar. Tres sujetos: yo, tu y algo que no es eso: el (a); a partir de los que construye un esquema tetrádico. Lo que se desea destacar es que la lógica argumentativa que comienza a utilizar Lacan aquí es ya borromea, con lo que empieza a anticipar su introducción de la cadena borromea. Dice que esta frase es un nudo y que conviene "desanudar cada uno de esos verbos de su nudo con los otros dos".
A continuación precisa que en ese esquema tetrádico no se trata de un esquema espacial: "No es del espacio que se trata, es del espacio en la medida que nosotros proyectamos nuestros esquemas objetivos", con lo que indica que son esos esquemas los que comandan la noción del espacio del sujeto y no las percepciones: "estamos inclinados a creer que son nuestras percepciones las que nos dan las tres dimensiones". Idea que ya había explorado en el Seminario 9: "psíquicamente no tenemos acceso más que a dos dimensiones" [2-05-62]. En el Seminario 21 le da un giro más a aquella afirmación: "somos seres de dos dimensiones" [4-12-73], lo que quiere decir que percibimos en dos dimensiones, que no tenemos el sentido del volumen, la profundidad, el espesor. Nos queda entonces el perfil, la silueta - dice Lacan. Y en eso es que el nudo borromeo es importante pues es la única manera de abordar el volumen, porque, como decíamos antes, el nudo borromeo es de tres dimensiones: "El nudo borromeano no puede estar hecho sino de tres".
Para sortear la dificultad espacial del esquema tetrádico, por fin, propone entonces suplantarlo por la cadena borromea: "mientras que con mi geometría de la tétrada me interrogaba ayer sobre la manera con que les presentaría esto hoy, me sucedió, cenando con una persona encantadora que escucha los cursos de M. Guilbaut,6 que, como anillo al dedo me fue dado algo que quiero mostrarles, algo que no es nada menos parece que los emblemas de los Borromeos" - y entonces presenta por vez primera en su Seminario una cadena de tres eslabones anudados borromeanamente.7 Y explica a su auditorio el método de construcción: se trata de colocar dos anillos uno sobre el otro y anexar un tercero que los anuda pasando por arriba del de arriba y por debajo del de abajo, propiedad borromea que diferencia este tipo de cadenas de otras como por ejemplo la de los cinco anillos de los Juegos Olímpicos en la que si uno corta alguno de los eslabones los otros se mantienen juntos. A partir de ese momento los tres eslabones se mantienen unidos y uno comprueba que es un anudamiento borromeo porque por el sólo hecho de cortar uno cualquiera de ellos, se sueltan todos. Es decir que lo que rige es un al-menos-tres.
A continuación Lacan empieza a operar -discretamente todavía- con esta topología. Pues afirma: "es necesario recordar que cuando hablé de cadena significante, estaba siempre implicada esta concatenación". Es decir, la cadena significante es cadena anudada borromeanamente. Del mismo modo, define al objeto (a) en función de este anudamiento, en tanto no se sostiene nunca por dos sino por tres elementos anudados; lo cual -asegura- es su fundamento. En efecto, más adelante lo sitúa en el punto de intersección de los tres eslabones de la cadena borromea, en lo que se llama el punto de calce.
En esa misma línea retoma la cadena borromea en el Seminario 20 "Aun", en la clase titulada "Redondeles de cuerda". En el primer parágrafo Lacan resalta la importancia de la formalización matemática a punto tal que dice ser "nuestra meta, nuestro ideal [...] porque sólo ella es matema, es decir, transmisible" [LACAN, 1972-73:144]. Y esto es así en tanto la formalización matemática para él es escritura. No será casual entonces que ese parágrafo termine con una referencia a que la introducción a la cuestión de las dimensiones se hace efectiva por el hecho de garabatear líneas sobre una página.
En el parágrafo 2 entra en el problema de la transmisión de las figuras topológicas, de su representación escrita en tanto se trata de objetos matemáticos. Entonces, ordena el campo puntualizando que si el punto tiene cero dimensiones, la línea tiene una dimensión, la superficie tiene dos y el espacio tiene tres. Poniéndolos en relación, establece que el punto corta la línea, la línea corta la superficie, la superficie corta el espacio. Con ello señala las dificultades de escribir sobre una página representaciones de objetos de más de una dimensión. Esto le sirve para introducir la diferencia entre el espacio de tres dimensiones y su representación escrita en una hoja. Y presenta una primera figura de un lazo con tres cruces pero cuyos extremos no están unidos (Véase
figura 1 de la pág. 148 del Seminario). De esta escritura dirá que "representa el achatamiento de un nudo" [ibídem, 148]. Como podrá apreciarse allí, para representar la relación arriba-abajo entre las líneas en una hoja, Lacan recurre a escribirlas entrecortadas: "En esta figura, cuando una línea corta a otra, quiere decir que le pasa por debajo" [ibídem].8
Lacan asegura que la cuerda ideal es un toro. Por eso, la segunda escritura que propone es "un toro retorcido" [ibídem], que estrictamente hablando, en teoría de nudos se conoce como (Véase figura 2 de la pág. 149). A continuación se reproducen dos presentaciones diferentes del nudo trébol:

Del cual demuestra que se puede volver "a hacer tres toros con eso, mediante el truquito que les enseñé [es claro que alude a la clase del Seminario 19 que se ha comentado] y cuyo nombre es el nudo borromeo" [ibídem, 149]. E indica cómo construir la cadena de tres, pero también cómo no es la única pues se pueden construir cadenas con un número infinito de eslabones a condición de respetar la propiedad borromea.9

4. LA PRIMERA FORMALIZACION DE LA PSICOSIS
En el tercer parágrafo de la misma clase de "Aun" que se ha comentado en el punto precedente, Lacan formula la primera referencia a la psicosis en términos de teoría de nudos.
Comienza indicando el interés que tiene para él el redondel de cuerda: "es ciertamente la representación más eminente del Uno, en cuanto no encierra más que un agujero" [ibídem, 153]. Con ello intenta mostrar la utilidad de introducir en psicoanálisis estas complejas formaciones topológicas y se pregunta: "¿Quieren un ejemplo que les muestre de qué puede servir esta hilera de nudos plegados que vuelven a ser independientes con sólo cortar uno? No es muy difícil encontrarlo, y no por nada, en la psicosis" [ibídem, 154]. Es decir que la primera referencia con los nudos a una estructura clínica es a la estructura psicótica. Y el primer caso que elige es el de Schreber.
Trae entonces uno de los fenómenos que lo distinguen: las frases interrumpidas que -dice- "dejan en suspenso no sé qué sustancia" [ibídem]. Y agrega lo que más nos interesa que es la primera explicación nodal de un fenómeno psicótico: "Se percibe ahí la exigencia de una frase, sea cual fuere, que sea tal que uno de sus eslabones, al faltar, libere a todos los demás, o sea, les retire el Uno" [ibídem]. Esta frase permite entender otras dos, la del párrafo anterior y la del que sigue, es decir: es la frase que borromeanamente anuda a las otras dos que quedarían, sin ella, sueltas, desanudadas, sin sentido.
Al comenzar la página se preguntaba qué hacer con ese nudo borromeo y contestaba que puede utilizarse para representar el uso del lenguaje, la cadena, que es cadena significante. El párrafo que sigue a la frase antes destacada introduce el lenguaje matemático en tanto es esencialmente manejo de letras, donde con que una sola letra no se sostenga alcanza para que todas las demás "no sólo no constituyen nada válido en su ordenamiento, sino que se dispersen" [ibídem]. Es decir que, aplicando la misma metáfora de la cadena borromea, la ausencia de un eslabón hace que todos los demás eslabones queden sueltos, dispersos, desordenados. Lo que se quiere destacar es, entonces, tres pasos en la argu-mentación de Lacan:

1. que la cadena borromea de tres metaforiza la cadena significante
2. que -como en matemáticas- la ausencia de un eslabón en la cadena, la destruye dejando desanudados todos sus elementos, y
3. que el fenómeno aislado en Schreber de las frases interrumpidas se explica por este desanudamiento como cadena rota, deshecha.

Siendo las dos primeras afirmaciones anudadas por la tercera, se deduce que Lacan ya está concluyendo -en una primera lectura borromea de la psicosis- que ella se define por el desanudamiento de los eslabones de la cadena.
Es a partir de eso que llamó antes "retirar el Uno" lo que lo lleva a pensar algo fundamental que es la diferencia que hay entre los eslabones de una cadena. Lacan se da cuenta que si el desanudamiento de la cadena es producto de esta operación de retirada del Uno, "el nudo borromeo es la mejor metáfora del que sólo procedamos del Uno" [ibídem], y esto introduce el problema de que la cadena borromea es un anudamiento de unos que no tienen relación, que se definen por no tener la menor relación excepto que sean al menos tres. En conclusión, en este seminario entonces, el desanudamiento es el paradigma de la psicosis - tesis expresamente formulada por Roberto Mazzuca en Las dos clínicas de Lacan, publicación producto del proyecto de investigación mencionado (cf. 1.Introducción).10 Lo cual puede entenderse como un modo novedoso de reelaboración del concepto de desencadenamiento de la psicosis de los primeros años de su enseñanza.
Manipulando los nudos puede ensayarse en qué puntos debe producirse una modificación en el anudamiento de una cadena borromea -lo que Lacan llama "lapsus del anudamiento"- para que se desanude, dejando libres los tres eslabones. Lo cual puede pensarse como el pasaje de la psicosis estabilizada a la psicosis clínica, de la
psicosis anudada, no desencadenada, a la psicosis clínica, desencadenada - hipótesis personal no formulada expresamente en el proyecto citado pero que sigue su lógica.

5. NEUROSIS-PSICOSIS, UNA OPOSICION NODAL
Los desarrollos propuestos en este punto retoman las conclusiones del trabajo de investigación UBACyT TP34 volcadas en Las dos clínicas de Lacan [MAZZUCA y otros, 2000: 122], especialmente en el cap. V, donde se pro-pone explorar la diferenciación neurosis-psicosis en la última parte de la enseñanza de J. Lacan, delimitando con precisión las diversas formas de anudamiento que les corresponden a esas estructuras clínicas. Allí se identifica un primer problema: "no hay una respuesta unívoca en la enseñanza de Lacan. [En] nuestra opinión se pueden delimitar dos posiciones diferentes y antitéticas en la diacronía del período que estamos considerando" [MAZZUCA y otros, 2000:122]. En este apartado (punto 5) y en el siguiente (punto 6) se exponen ambas posiciones.
La tesis propuesta en el punto anterior (punto 4) -que el desanudamiento es el paradigma de la psicosis- se formaliza con más precisión un breve lapso de tiempo más tarde en el Seminario 21, donde toma el emblema de las Olimpíadas (los círculos anudados de modo tal que el primero se anuda con el segundo, este con el tercero, etc), lo cual significa que si uno desanuda alguno de los círculos de los extremos la cadena no se desanuda pues los círculos pasan por el agujero del otro. Dice entonces: "la pérdida de una cualquiera de las tres dimensiones, la condición para que el nudo se sostenga, es que la pérdida de una cualquiera de esas tres dimen-siones debe volver locas, es decir, libres una de la otra, a las otras dos" [4-12-73]. Es decir que el desanudamiento es lo que vuelve loco, es la psicosis. Esta formalización es una manera novedosa de releer su escrito sobre la causalidad psíquica donde liga psicosis y libertad. En efecto, dice: "donde yo anudo la libertad y la locura, donde digo que una no se concibe sin la otra lo que, desde luego, perturba porque igualmente ellos piensan de inmediato que yo digo que la libertad es la locura..." La psicosis es la libertad, entendida como desanudamiento de los eslabones de la cadena borromea: "cuando a ustedes les falta uno de esos redondeles de hilo, ustedes deben volverse locos... cuando una de las dimensiones les reviente, por una razón cualquiera, ustedes deben volverse verdaderamente locos".
A esta formalización de la estructura psicótica Lacan le opone la de la estructura neurótica, presentada bajo la forma de la cadena olímpica: "si uno de vuestros redondeles de hilo les... revienta, por así decir, debido a algo que no les concierne, ustedes no se volverán locos por ello. Y esto porque, lo sepan o no, los otros dos nudos se sostienen juntos, y eso quiere decir que ustedes están neuróticos". En ese sentido concluye: "los neuróticos son irreventables".
Para ilustrarlo recurre a Juanito. Plantea que su fobia está "en ese nudo triple cuyos tres redondeles se sostienen juntos. Es en esto que es neurótico puesto que, así corten ustedes uno, los otros dos se sostienen siempre", es decir que los eslabones no están anudados borromeanamente.
En conclusión: la psicosis es el desanudamiento de la cadena borromea, la neurosis es la cadena anudada olímpicamente, que no es un anudamiento borromeo sino una cadena que hace Uno, porque si se le retira un eslabón sigue siendo Uno. En última instancia, la oposición neurosis-psicosis aquí es abordada como anudamiento vs. desanudamiento, anudamiento no borromeo vs. desanudamiento de la cadena borromea. La necesidad de atender a esta diferencia entre tipos de anudamiento fue establecida por R. Mazzuca en la publicación citada: "es necesario introducir la diferencia entre un anudamiento borromeo y otro no borromeo para dar cuenta de la distinción estructural entre neurosis y psicosis" [MAZZUCA y otros,2000: 123].
Sobre este punto conviene una aclaración. Cuando Lacan plantea que la neurosis es la cadena olímpica porque al retirar un eslabón "cualquiera" la cadena no se desanuda, no toma en consideración qué eslabón se puede retirar y cuál no. Debe dejarse claro que no es cualquiera: la cadena olímpica de tres eslabones tiene un ordenamiento que no lo tiene la cadena borromea. El eslabón del medio no puede ser retirado porque por su situación está anudado al primero y al tercero. Si se lo revienta, la cadena se desanuda y eso es la psicosis.
Quizás sea la imprecisión recién señalada de esta incipiente teoría la que lleva a Lacan a no retomar la cadena olímpica para oponer neurosis y psicosis el año siguiente. En efecto, en el Seminario 22 "R.S.I.", ya no trabaja la neurosis con esta caracterización sino que la presenta como los tres registros anudados de modo borromeo: "los tres que están ahí funcionan como pura consistencia, a saber que no es sino por sostenerse entre ellos que consisten" [17-12-74].
Su abordaje no es unívoco y a lo largo de ese año de trabajo la formaliza de modos diversos. No se estudian aquí los detalles de esa elaboración pues excede los límites de este escrito pero se deja la indicación de sus oscilaciones.11 Primeramente, la neurosis es formalizada con el anudamiento borromeo RSI pero articulada con los términos freudianos Inhibición, Síntoma y Angustia. Estos tres de Freud se articulan con los tres de Lacan como avances o intrusiones de un registro sobre otro. Por ejemplo, el Síntoma se define como "efecto de lo simbólico en lo real" [10-12-74].
En la clase siguiente afirma, sin embargo, que ello no ha operado de ese modo para Freud pues en él "estos no se sostienen [...] están puestos el uno sobre el otro [...]
él ha hecho el nudo de cuatro con esos tres que yo le supongo" [13-01-75] agregando un cuarto eslabón: "una realidad psíquica que anude estas tres consistencias" [01-75].12 El cuarto eslabón repara los lapsus del anudamiento que hace que en Freud los tres estén desanudados. Esto es lo que en el seminario del ciclo lectivo que sigue Lacan llamará sinthome.
A ese cuarto en "R.S.I." lo articula con los nombres del padre: "lo que él [Freud] llama la realidad psíquica tiene perfectamente un nombre, es lo que se llama complejo de Edipo". De este modo se puede indicar que -aunque Lacan no lo diga expresamente- es factible leer allí la oposición neurosis-psicosis como anudamiento-desanudamiento. Si lo que en Freud anuda los tres es el nombre-del-padre, su forclusión implica el desanudamiento. Entonces, si la estructura psicótica se distingue por la forclusión de ese significante, en este seminario sigue formalizándose como desanudamiento de la cadena, mientras que en la neurosis se trata del anudamiento borromeo de los tres registros por la vía de un cuarto que los sostiene. Cuarto eslabón con el que Lacan intenta expresar la particularidad del modo de gozar de cada sujeto. Este anudamiento de cuatro introduce en la generalidad de todo sujeto que habla -arrinconado por lo real, lo simbólico y lo imaginario- la singularidad del goce de cada quien, su goce sinthomático.
Es importante destacar que esta idea es formalizada recién sobre el final del Seminario 22, antes de llamar a eso "sinthome"13 en el Seminario 23, cuando propone que en la neurosis el anudamiento de los tres puede darse por la Inhibición, el Síntoma o la Angustia: "De tres consistencias no se sabe nunca cuál de las tres es real; es precisamente por eso que es necesario que sean cuatro, porque cuatro es lo que en este doble bucle soporta la Simbólico de eso para lo cual, en efecto, está hecho, a saber el nombre del padre" [15-04-75].14

6. DEL DESANUDAMIENTO A LA CONTINUIDAD
Siguiendo la lectura establecida por R. Mazzuca, quien encuentra que en el Seminario 23 "Le sinthome" la formalización de la psicosis propuesta por Lacan varía de un modo notable respecto de la anterior, nos hallamos ante lo que en Las dos clínicas de Lacan llama: "la segunda concepción" [op. cit., 125]. En efecto, en la clase del 16-12-75 Lacan dice: "Hubo un tiempo en el que yo avanzaba en una cierta vía, antes de que estuviera en la del análisis, es el de mi tesis: De la psicosis paranoica en sus relaciones, decía con la personalidad. Si tanto tiempo he resistido a la nueva publicación de mi tesis, es simplemente por esto: es que la psicosis paranoica y la personalidad como tal no tienen relaciones, simplemente por esto: es porque eso es lo mismo. En tanto que un sujeto anuda de a tres lo imaginario, lo simbólico y lo real, no es soportado más que por su continuidad, los tres son una sola y misma consistencia. Y es en eso que consiste la psicosis paranoica". Es decir que la paranoia -una forma de psicosis pero no cualquiera para Lacan, sino paradigmática de la estructura- no supone ahora el desanudamiento sino la continuidad de los tres registros, figurada en una sola cuerda anudada sobre sí misma, lo que da la figura del nudo trébol, que conserva el triskel central de la cadena borromea de tres.15
Una cita de R. Mazzuca destaca la novedad de la propuesta: "Sic, se ve claro que aquí la psicosis no es que los registros estén sueltos sino, por el contrario, la continuidad entre ellos al punto de no distinguirse entre sí" [ibídem].
Respecto de la construcción de este anudamiento, dice Lacan: "De la manera en que los tres se equilibran, se superponen, no hay mucho esfuerzo que hacer para juntar los puntos de la puesta en plano que de ellos harán continuidad". Es decir que de la cadena borromea de tres puede obtenerse el trébol recortando y pegando sucesivamente las cuerdas en tres puntos precisos (Se encuentra una figura que lo esclarece muy bien en la pág. 127 de Las dos clínicas de Lacan). Ello modifica notablemente las propiedades del anudamiento en la psicosis. Si en el anudamiento borromeo de tres los registros tienen una relación de no-relación, en el nudo trébol la relación es opuesta, al extremo: es una relación de continuidad, tienen tanta relación que se continúan uno en otro. Los puntos de pegado, de empalme de las cuerdas no son cualesquiera sino que son los puntos que imprescindiblemente deben conectarse para que los tres registros puedan continuarse indiferenciándose en una única consistencia: el nudo trébol. Sus propiedades dan una clave más para pensar esta nueva formalización de la psicosis. Ya no se trata de tres consistencias que se anudan o desanudan borromeanamente sino de una sola cuerda pero que no por ello deja de ser consistente. En el nudo trivial Lacan diferencia tres términos a los que aplica luego a las diferentes cadenas: consistencia, agujero y ex-sistencia. Mientras que esta última la refiere a lo real y el agujero a lo simbólico, la consistencia es referida a lo imaginario. Aquí ya están entonces también los tres. Pero ello, siguiendo la definición del Seminario 23 citada párrafos atrás, resalta en el nudo trébol la función de la consistencia. Se puede decir entonces que si bien en este nudo los tres registros en continuidad están indiferenciados, por el hecho de estarlo en una única consistencia, es un nudo con el que Lacan acentúa el registro imaginario.
Luego intenta aplicar esta novedad al caso de Joyce, dice: "Lo que yo levanto como cuestión al final de este chamuyo, es saber si, sí o no, Joyce era loco. ¿Por qué no lo habría sido? Eso no es un privilegio. En la mayoría, lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real están embrollados hasta el punto de continuarse el uno al otro [...]. Cada uno de esos bucles continúa en el otro de una manera no distinguida" [10-02-76]. Es decir que psicosis aquí es la continuidad de los registros de modo tal que se hacen indistinguibles.
A partir de ello trata de dar cuenta de la particularidad de Joyce, delimitada por un nudo trébol que se ha "trivializado" pero cuyo error en el punto de cruce es reparado por una cuerda adicional; dice: "De esto, que es pura y simplemente un redondel, resulta por rebatimiento este 8" [10-02-76]. Un lapsus en el anudamiento del trébol por rebatimiento resulta un nudo trivial, ya sea presentado como 8 o en su presentación más sencilla. Dice Lacan a continuación: "[este lapsus del anudamiento] podemos remediarlo poniendo en este esquema un bucle, gracias a lo cual el nudo de trébol no se desflecará"16 [02-76]. Y precisa en la clase siguiente: "Lo que yo soporto del sínthoma, que aquí está marcado con un redondel, por un redondel de hilo, está considerado por mí que se produce en el lugar mismo donde el trazado del nudo produce un error" [17-02-76].
A continuación se pregunta, afirmándolo: "¿El caso de Joyce no responde a una manera de suplir a este desanudamiento? El deseo de Joyce de ser un artista que ocuparía a todo el mundo [...] ¿no es exactamente lo compensatorio del hecho de que su padre jamás ha sido para él un padre?" [10-02-76]. Es decir que se trata de la función reparadora del sinthome del nudo trébol, homólogo a lo que se había situado respecto de la neurosis aunque allí en relación con los tres registros desanudados, puestos uno sobre el otro.
Pero Lacan no pretende dar cuenta de las características singulares del "caso Joyce" por medio del nudo trébol, sino que le sirve para mostrar cómo un lapsus del nudo puede repararse por medio de otra cuerda que evita el desanudamiento. Esta función sinthomática es lo que allí llama suplencia de desanudamiento y ello es lo que pretende demostrar sucede en Joyce.
Respecto de la formalización de la estructura joyceana su búsqueda prosigue y en la clase "El ego de Joyce" presenta otro anudamiento: "no va de suyo que, habiendo encontrado el pretendido nudo borromeo, trate de forzar las cosas para utilizarlo a propósito de Joyce. Joyce no tenía ninguna especie de idea del nudo borromeo" [11-05-76]. Esto puede entenderse en el sentido de que en Joyce no se trata del nudo borromeo de tres anudado por un cuarto en calidad de sinthome, del anudamiento neurótico. Y más adelante: "En él, lo que se llama corrientemente el ego ha jugado un muy otro papel que el que juega en el común de los mortales. Y la escritura es esencial a su ego" [11-05-76].
Entonces, el anudamiento de Joyce es diverso: se trata de una cadena anudada al modo olímpico entre R y S, donde I quedaría desanudado si no fuera por un cuarto término (EGO) que lo anuda a los otros dos. El lapsus del anudamiento que desanuda RSI borromeanamente y anuda R y S de otro modo sin la reparación sinthomática de Joyce, se produce a partir de que el registro S que estaba debajo de R pasa por arriba en un único punto. Como dice Lacan, "supongan que en mi nudo, la escritura cometa aquí una falta. ¿Qué resulta de ello? El I sólo tiene que abandonar el campo, desliza" [11-05-76] (Véase la figura escrita por Lacan en la clase del 11-05-76).
Esta formalización expresa una particularidad del registro imaginario en Joyce: "esto es lo que Joyce siente tras haber recibido su paliza - la relación imaginaria no tiene lugar [...] Joyce testimonia de ello tras haber recibido los bastonazos, no demanda más que irse, dejarse caer como una mondadura [...] tuvo una reacción de asco concerniente a su propio cuerpo, el sentimiento del desprendimiento de algo como una cáscara" [11-05-76]. Es decir, el desanudamiento que deja libre al registro imaginario. Esta famosa escena de la paliza es comentada por Lacan brevemente: "unos camaradas lo han atado a una barrera de alambre de púas, y Héron quien dirigía todo el asunto, le ha pegado durante cierto tiempo" [05-76]. A continuación cuestiona la posibilidad de que allí haya obtenido algún goce masoquista en esa paliza, y dice: "Pero esa vez él no ha gozado, tuvo una reacción de asco concerniente a su propio cuerpo, el sentimiento del desprendimiento de algo como una cáscara, como alguien que pone entre paréntesis y echa el mal recuerdo. La forma de dejar caer la relación con el propio cuerpo es completamente sospechosa para un analista". La sospecha instilada por Lacan deja claro de qué se trata: el desanudamiento propio de la psicosis.
El texto en que se encuentra la escena de la paliza es El retrato de un artista adolescente (Cap. 2), donde hallamos también otras escenas en que esa particular relación con el cuerpo se repite. Luego del relato de la paliza, escribe: "Y aun aquella noche, al regresar vacilante hacia casa había sentido que había una fuerza oculta que le iba quitando la capa de odio acumulado, en un momento, con la misma facilidad con la que se desprende la suave piel de un fruto maduro". He ahí la mondadura de la que habla Lacan. Debe destacarse que lo que se desprende como la suave piel de un fruto maduro no es el cuerpo, es la capa de odio. Es a partir de estos elementos que Lacan trae esto de que lo imaginario se va, se desanuda.
Por último, la reparación. Que el sinthome se anude a R y S en la figura propuesta por Lacan nos indica el lapsus del anudamiento en Joyce. La reparación de Joyce por la vía de su deseo de ser artista indica que el anudamiento psicótico entonces no es un anudamiento borromeo. El deseo de ser artista se liga a la publicación, que tiene un efecto compensatorio, allí justo en el punto del error del nudo: compensatorio del padre que no tuvo. Luego de demostrar cómo esta forclusión deja el eslabón I libre, desanudado, el paso que da es ubicar qué función tiene para Joyce el Ego. Lo define del siguiente modo: "La idea de sí como cuerpo tiene un peso - es lo que se llama el ego" [11-05-76]. Entonces el Ego es la idea de sí como cuerpo. Agrega: "Si el ego es llamado narcisista, es que en cierto nivel algo soporta al cuerpo como imagen. Ahora bien, en el caso de Joyce, el hecho es que esta imagen no está interesada" [11-05-76]. El lapsus del anudamiento deja libre el registro imaginario y lo que Lacan sugiere es que en Joyce "el ego viene a corregir la relación faltante, por este artificio de escritura se restituye el nudo borromeo" [05-76]. Lo que no quiere decir que el anudamiento sea borromeo sino que la reparación sinthomática vía el Ego repara la cadena pero anudada de modo no borromeo. Entonces, la idea de Lacan es que el Ego de Joyce relacionado a la publicación, a querer hacerse un nombre famoso, viene a reparar el error del nudo, esa falta que hace que lo imaginario se suelte. Pero donde el sinthome no anuda lo imaginario sino que se aplica a reparar el lapsus del nudo, no permitiendo que lo imaginario se libere.
Además, estos tres datos del "caso Joyce" (liberación del nudo I, anudamiento olímpico de R y S, y la reparación sinthomática del Ego) es muy claro que no se dejan formalizar por medio del nudo trebol

. Anudado o no, reparado su desanudamiento o no, su escritura resalta la consistencia, casi lo opuesto al desprendimiento del afecto formalizado como desanudamiento del registro imaginario en Joyce.
Ahora bien, de la hipótesis lacaniana sobre el nudo de Joyce, justamente por este último dato, algunos especialistas en el tema postulan la posibilidad de que la psicosis de Joyce sea una esquizofrenia, por la particular situación del cuerpo en esa categoría clínica. Si ello fuera así, obtendríamos entonces una oposición interna en la formalización de dos variedades de psicosis: la paranoia bajo la forma del nudo trébol donde RSI están en continuidad, y la esquizofrenia bajo la forma del anudamiento olímpico RS que deja libre I, lo cual expresa muy bien los fenómenos de fragmentaciones corporales propios de la esquizofrenia. No se apoya aquí esa tesis, pero se reconoce que se trata de diversas escrituras dentro del campo de la psicosis. R. Mazzuca propone leer esta diversidad ordenada en términos de la oposición continuidad-interpenetración: "En ambos casos se trata de algo no borromeo, pero una cosa es la paranoia, del lado de la continuidad entre los registros, y tal vez sea algo distinto que los registros no se pongan en continuidad sino que estén interpenetrados" [MAZZUCA y otros, 2000:138]. Pero, sea como fuere, la psicosis, de este modo queda excluida del anudamiento borromeo.

7. EL GIRO DEL SEMINARIO 24
Por último, podemos agregar un viraje más pero ahora en el campo de la neurosis, viraje que no había sido destacado en el proyecto que ha servido de punto de partida para estas reflexiones. En el Seminario 24 Lacan ubica la histeria en relación con lo que llama "la armadura del amor al padre" [14-12-76] y lo articula con una particular construcción topológica que llama "garrote" (jugando con la equivocidad de los términos franceses "torique" -tórico- y "trique" -garrote-). Con ello demuestra que la armadura del amor al padre posibilita en la histeria recubrir lo real.
Ahora bien, sin entrar en las consideraciones de estos desarrollos teóricos y centrándose solamente en las propiedades del anudamiento propuesto, se advierte que Lacan sostiene ahora que el anudamiento histérico -y la histeria no es una neurosis más sino paradigmática (tal como se ha dicho de la paranoia respecto de la psicosis)- no es borromeo.
En efecto, la construcción del "garrote" supone dos toros anudados al modo olímpico. Lacan lo dice así: "Si, tomando dos toros que hacen cadena...." [14-12-76]. Aclaremos que si dos toros hacen cadena, no se trata de una cadena borromea que, como ya se ha demostrado, requiere de al-menos-tres eslabones. Reanudando la lectura de la cita: "Si, tomando dos toros que hacen cadena, ustedes hacen un corte aquí, obtienen el garrote salvo que éste está ahora en el interior" [76], y Lacan reenvía a la figura 2 de la misma clase que se recomienda examinar. Allí se verifica que a partir de dos eslabones tóricos anudados como la cadena olímpica, si se produce un corte sobre uno de ellos y se lo rebate, se lo da vuelta haciendo que lo del interior quede en el exterior, necesariamente el eslabón no cortado queda dentro del otro. Lo cual supone una trasgresión de la propiedad borromea donde ningún eslabón incluye a otro, relación borromea que se puede definir como relación de no-relación.
Ahora bien, una complicación se adosa. En la misma clase del Seminario 24, unos párrafos más adelante, Lacan propone los tres toros real, simbólico e imaginario anudados de modo borromeo, y reenviando a la figura 8, pregunta: "¿Qué vamos a ver al volver sobre sí mismo lo simbólico, procediendo por un corte? Una disposición completamente diferente del nudo borromeo" [14-12-76]. En efecto: lo que se obtiene rebatiendo el toro simbólico anudado borromeanamente con los toros imaginario y real es que estos dos últimos se ven envueltos totalmente. Lacan afirma que esta operación implica una estructura de naturaleza diferente de la del nudo borromeo. En ambos casos se trata de la cadena borromea "desborromeizada" por el rebatimiento del toro, pero queda por explicar la razón por la que se refiere a la histeria con la cadena de dos eslabones y no con la de tres.
De este modo, Lacan retoma la posición desplegada en el Seminario 21 y se opone a la propuesta posterior, en el Seminario 22: la neurosis es anudamiento no borromeo.

8. DIEZ CONCLUSIONES ANUDADAS SOBRE LOS NUDOS DE LAS PSICOSIS

"En lo que a mí respecta,
nunca me he considerado un investigador.
Como dijo una vez Picasso, para gran escándalo de quienes lo rodeaban: no busco, encuentro".
J. Lacan, El Seminario 11, clase 1
.

La polisemia con que se titula este trabajo, y sus conclusiones, porta un mensaje. La ambigüedad que está allí en juego en "los nudos de las psicosis" juega con cierta polisemia que apunta a destacar por un lado el abordaje de esta estructura clínica con el soporte topológico de la teoría de nudos, que es la que comienza a trabajar Lacan en el último período de su enseñanza, pero también apunta a resaltar, tal como ya se ha enfatizado al comienzo, los obstáculos y dificultades encontrados en semejante empresa, por ejemplo con la expresión "nudo gordiano". Y aún más, nos permite señalar ciertos puntos nodales de la estructura psicótica, es decir los nudos no sólo como embrollo sino también como indicación o señalamiento de ciertos puntos cruciales, de ciertas claves que no pueden soslayarse.
En función de la utilización de la teoría de nudos a partir de 1972 en la enseñanza de Lacan, se presentan ordenadas y sistematizadas las conclusiones del trabajo, en las que se anudan las propuestas del proyecto de investigación confirmadas, las lecturas aquí agregadas y la novedad del giro introducido a fines de 1976. Se concluye:

1. Que Lacan ha propuesto una primera formalización de la psicosis en su Seminario 20 (1972-73) como desanudamiento de la cadena borromea. Lo cual induce a una relectura del término des-encadenamiento de la psicosis como des-encadenamiento de los eslabones de la cadena. A partir de lo cual, la cadena borromea anudada puede leerse como psicosis no des-encadenada.
2. Que en el Seminario 21 (1973-74) sostiene esta presentación pero intentando distinguirla de la neurosis formalizada como cadena olímpica anudada. De tal modo, la oposición neurosis-psicosis se define como oposición anudamiento no borromeo-desanudamiento borromeo.
3. Que ha ensayado en este período diversos modos de presentación de esta oposición, no siempre compatibles entre ellas. Así, por ejemplo, mientras en los seminarios recién citados la oposición y diferencia entre un anudamiento borromeo y otro no borromeo da cuenta de la distinción estructural entre neurosis y psicosis, en el Seminario 22 (1974-75) afirma, por el contrario, que la neurosis es la cadena borromea anudada y la psicosis -aunque no lo manifieste explícitamente se da a leer- es, como hasta entonces, su desanudamiento. A su vez, si bien la neurosis ya no es presentada como anudamiento no borromeo -tipo cadena olímpica- de tres eslabones, su presentación como anudamiento borromeo varía en la cantidad de eslabones compro-metidos (primero tres, luego cuatro).
4. Que en este mismo período de su enseñanza Lacan propone una segunda concepción de la psicosis ya no entendida como desanudamiento de la cadena borromea sino como continuidad de los tres registros real, simbólico e imaginario, formalizada con el nudo trébol. Si bien esta presentación es propuesta explícitamente para la paranoia, puede aplicarse más ampliamente a la estructura de la psicosis, a la vez que propone otro encadenamiento para casos de psicosis como el de James Joyce, donde la conse-cuencia de la "Verwerfung de hecho" o "carencia" paterna produce el anudamiento de lo real y lo simbólico al modo olímpico y el desanudamiento de lo imaginario.
5. Que de ello se deduce una diferencia interna en el grupo nosológico en tanto es posible delimitar formas de psicosis a partir de la definición de la continuidad de los tres registros, y otras formas a partir de anudamientos no borromeos donde los registros se relacionan al modo de la cadena olímpica.
6. Que más allá de esas diferencias internas, la psicosis se caracteriza por anudamientos no borromeos, por oposición a la neurosis que se caracteriza por anudamientos borromeos.
7. Que la noción de sinthome definida en el Seminario 23 como cuarto eslabón que conservaría el encadena-miento de los tres registros repara el lapsus del anudamiento en Joyce, impidiendo la liberación del registro de lo imaginario.
Definición que après coup puede aplicarse también al anudamiento borromeo de cuatro eslabones que Lacan propone para la neurosis en el Seminario 22.
8 Que, entonces, el modo de reparación neurótica del lapsus del anudamiento es borromeo, mientras que el modo psicótico no lo es. Donde vemos reaparecer la oposición anudamiento borromeo-no borromeo aplicada inicialmente a la oposición entre ambas estructuras clínicas pero ahora invertida.
9. Que en el Seminario 24 el anudamiento neurótico vuelve a considerarse no borromeo, a partir de lo sostenido en relación con la estructura del garrote en la histeria.
10.Que esta innovación en el abordaje de la oposición neurosis-psicosis con el recurso de la teoría de nudos genera una nueva perspectiva para revisar con mayor rigurosidad el ordenamiento nosológico y descriptivo de sus variedades
clínicas.

EPILOGO

Tal como ya fue expuesto, estas conclusiones constituyen una presentación ordenada del estado actual del conocimiento sobre el problema a investigarse en el proyecto becado para el período 2004-2006. Pero ello no obsta dejar indicados algunos interrogantes sobre las conclusiones presentadas y que no aparecen resueltas.
A lo largo del trabajo se han señalado algunas oscilaciones en las definiciones propuestas por Lacan, las cuales culminan a veces en decir lo contrario de lo que se había dicho inicialmente, en un lapso de tiempo tan breve que pueden entenderse como contradicciones o incon-sistencias. Por ejemplo, que la psicosis es desanudamiento de la cadena borromea y luego es la continuidad de los registros o el encadenamiento olímpico. O que la neurosis es primero cadena olímpica de tres eslabones, luego cadena borromea, y finalmente otra vez cadena olímpica pero de dos eslabones (histeria). No está claro si se trata de inconsistencias, de diferentes elaboraciones que responden a cambios de opinión sucesivos, o se trata, en esas aparentes contradicciones o inversiones de posición, de propuestas que el autor formula a sabiendas de las consecuencias que conlleva para la concepción de las categorías clínicas afectadas. Si fuera así, una definición no sustituiría a la otra. Pero entonces queda también por explorar el objetivo y el sentido de tales propuestas.
Por otra parte, ¿el anudamiento olímpico no supone una continuidad entre registros? Es decir: si la Verwerfung del nombre-del-padre en Joyce es escrita por Lacan por el anudamiento olímpico entre R y S, ¿no es equivalente a la continuidad entre R y S que se verifica en el nudo trébol paranoico? Estos problemas y preguntas irresueltos serán retomados en trabajos posteriores.
Por último, se ha afirmado la novedad del aporte del trabajo de investigación sobre el que se asienta este escrito. También queda como tarea para la prosecución de la investigación actual constatar si sus conclusiones, en relación con el estado previo del tema, son efecti-vamente novedosas o ya habían sido formuladas con anterioridad.
Para terminar, en un trabajo de investigación como este, que pretende dar cuenta de un recorrido conceptual sobre un aspecto de la obra de un autor como Jacques Lacan, pero señalando sus oscilaciones e impasses, no puede faltar una referencia -justamente por esto último- a su posición de investigador. Las marchas y contramarchas destacadas en este trabajo respecto de los nudos y la relación de los mismos con la neurosis y la psicosis, son productos en buena parte de las hesitaciones de Lacan en estos asuntos, incluso podríamos decir también que son consecuencias del carácter oral de su enseñanza. De todos modos, anticipando lo que a nuestro juicio serían los puntos firmes -más que los cambios- sobre los que se puede apoyar un uso de los nudos en el contexto de una clínica diferencial de la neurosis y la psicosis, y para complementar la perspectiva utilizada, podemos sugerir que esas oscilaciones, más que de una dificultad en el método de Lacan, dan cuenta de un intento de articular lo general con lo singular: lo general de la escritura de la estructura neurótica y su diferencia con la estructura psicótica -escritura formalizada en términos de teoría de nudos-, y lo singular del anudamiento sinthomático de cada sujeto, aquello que de ningún modo podría describirse previamente a la intervención del psicoanalista que ha escuchado lo suficiente la posición de sujeto de aquél cuya cura dirige.
Pero creemos también ajustado, en la acepción de más justo, considerar la posibilidad de que la causalidad de dichas oscilaciones reside en un cambio en la posición del mismo Lacan. A lo largo de este escrito se verifica que la posición picassiana de los comienzos de su enseñanza ya no se sostiene en el período final. Si algo nos hemos dejado en claro es que ya no puede suscribir el "Yo no busco, encuentro" de Pablo Picasso sino, muy por el contrario, asistimos a un Lacan que, como él mismo confiesa, ya no encuentra tan certeramente: "Me parece difícil interesarse en lo que es [...] en lo que se vuelve una búsqueda; quiero decir que comienzo a hacer lo que implica el término búsqueda: a girar en redondo. Hubo un tiempo en el que yo era un poco estridente. Decía como Picasso - porque eso no es mío - yo no busco, encuentro. Pero ahora me cuesta más desbrozar mí camino" [17-02-76]. En efecto, este Lacan ya no encuentra, busca. Busca, sin cesar... de escribir.

NOTAS

1En este escrito se presentan los primeros avances del proyecto de investigación becado por UBACyT en la categoría Doctorado para el período 2004-2006: "La concepción de la psicosis y sus variedades clínicas según la teoría topológica de nudos del último período de la obra de J. Lacan (1971-81)". Este trabajo de investigación se inscribe en el proyecto financiado por UBACyT: "La estructura del nudo borromeo en la caracterización de la histeria en el último período de la obra de J. Lacan (1974-1981)", dirigido por Roberto Mazzuca. El cual forma parte de una serie de proyectos de investigación que el equipo viene realizando en el marco de los programas UBACyT, destinada al esclarecimiento de conceptos del último período de la obra de Lacan con el propósito de aplicarlos a la resolución de problemas de diagnóstico diferencial.

2 Desde ya debemos diferenciar la aplicación tradicional de la matemática que diversos autores de los más diversificados campos hacen en la construcción de modelos, del uso que hace Lacan de los objetos de estudio de la topología. De modo general, la relación de Lacan con la topología asume variadas formas, pero esencialmente siempre para él ella importa como escritura.

3 En su conferencia del año 1953: "Lo simbólico, lo imaginario y lo real".

4 Esta es la última manera en que Lacan los presenta.

5 La expresión "ninguna relación" es un modo de llevar al extremo la novedosa eliminación de toda preeminencia de un registro sobre otro. En efecto, Lacan los ha hecho estrictamente equivalentes, en sus términos: homogéneos. Proponer a partir de ello que la relación de los tres registros es una relación de no-relación quiere decir que ninguno es "dominante" respecto de los otros y que, además, los tres son constitutivos de la subjetividad. En todo caso, su relación de no-relación dependerá del tipo de anudamiento.

6 Esta referencia de Lacan no cuenta con una publicación pero sí con una historia. Guilbaut dictaba un curso de iniciación elemental a la topología en el marco de la enseñanza sobre epistemología de las ciencias humanas en el Departamento de Filosofía de la Universidad de París X-Nanterre. A dicho curso refiere Lacan en su seminario.

7 La expresión "nudo borromeo", que se hace cada vez más frecuente en la enseñanza de Lacan a partir del 9 de febrero de 1972, remite -como indicamos en la última cita- a la historia de la ilustre familia Borromea. El escudo de armas de esa dinastía milanesa, en efecto, estaba constituido por tres anillos en forma de trébol, que simbolizaban una triple alianza. Si se retiraba uno de los anillos, los otros dos quedaban libres, y cada uno remitía al poder de una de las tres ramas de la familia. Esto es mencionado en varias oportunidades por Lacan. Por ejemplo, en el Seminario 23 (18-11-75): "Para que fuese expresamente planteada la condición de que a partir de tres anillos se haga una cadena tal que la ruptura de uno solo cualquiera volviera a los otros dos libres el uno del otro, fue preciso que nos diéramos cuenta de que eso estaba inscripto en las armas de los Borromeos. El nudo por este hecho llamado borromeo estaba ya ahí sin que nadie se hubiese advertido de sacar las consecuencias de ello".

8 Se llama "aplanamiento o achatamiento de un nudo" a un esquema dibujado en el plano que permite estudiar, mediante reglas combinatorias, algunas propiedades de los nudos. El aplanamiento puede pensarse como una vista del nudo desde cierta perspectiva; por eso, es preciso disponer de ciertas reglas que digan en qué casos dos esquemas distintos corresponden a aplanamientos de un mismo nudo. Una de las herramientas más comunes para trabajar con nudos aplanados es el grupo de movimientos conocido como movimientos de Reidemeister.

9 Véase por ejemplo página 150 de ese Seminario.

10 Cap. IV: "Un orden de hierro". Véase el apartado "La psicosis como desanudamiento", pp. 118-120.

11 Para profundizar en este estudio, puede consultarse el trabajo de Fabián Schejtman: La trama del síntoma y el inconsciente, especialmente el cap. "RSI...Σ".

12 Respecto de su forma de construcción: el nudo de cuatro consta de tres anillos, uno encima del otro, y el cuarto pasa por debajo del de abajo, por arriba del de arriba y por debajo del del medio.

13 "Es preciso desde entonces suponer tetrádico el lazo borromeo. El cuarto, en la ocasión, es el sínthoma" [18-11-75]. Y luego: "Lo que para la primera vez he definido como un sínthoma, es lo que permite a lo simbólico, a lo imaginario y a lo real mantenerse juntos, aunque ninguno se sostenga ya con el otro, esto gracias a dos errores. Eso no hace nudo de tres, pero tiene el aspecto" [17-2-76]

14 De pasada debemos dejar señalado que de este modo la cadena borromea de tres eslabones desaparece: "eso ya no es un nudo, puesto que los tres no se sostienen más que por el síntoma" [9-12-75], es decir que RSI ya no se sostienen del anudamiento sino que sueltos sólo pueden mantenerse unidos por el cuarto.

15 Esto es reconocido por Lacan: "El triskel es algo que realiza esos tres circulitos tales como habitualmente se los dibujo en la pizarra como punto de partida, y a ese triskel así reducido, que es lo mismo un nudo borromeo que su forma completa, a ese triskel estaría adjunta la indicación escrita de 'trinitas'". Este poco conocido vocablo (en su forma española trisquelión) alude al emblema simbólico que se compone de tres ramas, brazos o piernas, que irradian de un centro. En su valor adjetivante significa que tiene tres lados o tres caras. En Numismática señala al conjunto de tres piernas replegadas en triángulo que se encuentra inscripto sobre ciertas medallas antiguas, generalmente a guisa de contraseña. En el arte militar se alude a la forma de colocarse los fusiles dispuestos culata contra el suelo y sostenidos entre sí por la cruz de sus bayonetas.

16 No entramos aquí en la consideración de que la reparación del lapsus se produzca en uno u otro de los cruces posibles. Es evidente que una vez producido el lapsus es difícil saber en cuál de los cruces se produjo.

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