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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. v.14  Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./dic. 2007

 

PSICOLOGÍA DE LA SALUD, EPIDEMIOLOGÍA Y PREVENCIÓN

Estresores ocupacionales, soporte social y consumo de alcohol en jóvenes

Work stressors, social support and alcohol consumption in youngs

Cuenya, Lucas1

1 Becario Estímulo UBACyT 2006-2007. Estudiante avanzado de la Licenciatura en Psicología, Facultad de Psicología, UBA. lucascuenya@yahoo.com.ar

RESUMEN
El objetivo principal del estudio fue indagar las posibles relaciones entre los estresores ocupacionales, el soporte social percibido y el consumo de alcohol en jóvenes. El diseño utilizado fue descriptivo-correlacional y transeccional. Muestra: 188 sujetos, jóvenes adultos de entre 18 y 30 años, asalariados y estudiantes de diversas instituciones educativas de la Ciudad de Buenos Aires. Instrumentos: Cuestionario de datos socio-demográficos y socio-laboral (construido para la presente investigación), Inventario de Estrés Ocupacional (OSI, de Osipow y Spokane, 1987; adaptación: Schufer, 1998). Medidas de consumo y abuso de alcohol: se indagó la máxima ingesta en una misma oportunidad y la frecuencia de conductas de embriaguez en los últimos treinta días. Resultados: Se hallaron diferencias en algunas de las medidas de estresores ocupacionales en función del no consumo, el consumo moderado, y el consumo excesivo de alcohol. También se encontró una asociación directa entre el soporte social y la intensidad de ingesta alcohólica.

Palabras clave: Estresores laborales; Soporte social; Alcohol

ABSTRACT
The main purpose of this study was to investigate the possible relation between work stressors, perceived social support and alcohol use in young people. A descriptive- correlation and cross-sectional design was used. Sample: 188 subjects, wage-earning young adults between 18 and 30 years old, all students from different educational institutions from the City of Buenos Aires. Instruments: a sociodemographic and sociolabour questionnaire (developed for the present investigation), Occupational Stress Inventory (OSI, Osipow & Spokane, 1987; adaptation: Schufer, 1998). Alcohol use and abuse measures: we assessed the maximum ingestion on a same occasion and the frequency of drunken behaviour on the last thirty days. Results: We found some differences between some of the occupational stressors measurements as a function of non-use, moderate use, and excessive alcohol consumption. There was also a direct association between social support y alcohol ingestion intensity.

Key words: Work stressors; Social support; Alcohol

INTRODUCCIÓN
En la Argentina, la ingesta de alcohol se encontraba asociada históricamente a una amplia permisividad a la bebida como condimento placentero y natural de las comidas, tal vez debido a la influencia de la inmigración italiana que trajo consigo el patrón de ingesta cotidiana de vino que prevalecía en aquel país. Sin embargo, la pauta de ingesta de alcohol en la Argentina mostró cambios significativos en las últimas dos décadas. La bebida alcohólica comenzó a independizarse de lo alimentario y lo cotidiano, para empezar a ser ingerida de forma episódica o intermitente y con mayor intensidad por ocasión (Míguez, 2005). Hoy más que en otras épocas se pone en evidencia que el alcohol no sólo es un condimento de la alimentación, sino también una sustancia psicoactiva (SPA), vale decir, posee diversos efectos sobre el sistema nervioso central: ansiolíticos, antidepresivos, euforizantes y deshinibidores.
A su vez, estudios epidemiológicos actuales de la Subsecretaría de Asistencia de las Adicciones (SADA) verifican que las conductas abusivas con relación al alcohol se presentan con una mayor prevalencia en edades cada vez más tempranas: un estudio del 2003 en el conurbano bonaerense mostró que el 23,2% de los adolescentes entre 15 y 17años y el 31,2% de los jóvenes de entre 18 y 25 años abusaron del alcohol en losúltimos 30 días (Míguez, 2003).
Estos estudios muestran que en la actualidad los jóvenes de nuestro país presentan un patrón de consumo de alcohol que los posiciona en una particular situación de vulnerabilidad psicosocial. Datos actuales evidencian que es el alcohol la sustancia psicoactiva que con mayor frecuencia se presenta en los procedimientos policiales que muestran indicios de uso indebido de sustancias (Míguez, 2003).
Diversas hipótesis han sido generadas y contrastadas para abordar el consumo de SPA en jóvenes, y en particular el consumo de alcohol. Uno de los conceptos que ha generado una de las líneas más prolíferas y fecundas de investigación en relación al consumo de SPA es el estrés. Lazarus y Folkman (1986, pp. 43) definen al estrés psicológico como "una relación particular entre el individuo y el entorno que es evaluado por éste como amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en peligro su bienestar". La hipótesis que ha guiado a una gran parte de los estudios que vinculan el estrés con el consumo de alcohol es la llamada "hipótesis de la reducción de tensión". Se asume que la ingesta de alcohol resulta en una reducción de la tensión o estrés psicológico y que cuando las personas se encuentran bajo estados de estrés, es más probable que consuman alcohol (McCreary y Sadava, 1998).
No obstante, diversos estudios sugieren que la relación que postula la hipótesis de reducción del estrés no sería tan robusta. Se ha hallado, por ejemplo, que las personas con alta ansiedad social tienden a beber menos que aquellos con baja ansiedad social (Rohsenow, 1982; citado en McCreary y Sadava, 1998). Pareciera ser que distintos estresores presentarían asociaciones diferenciales con el consumo de alcohol.
El paradigma del estrés laboral (Frone, 1999) ha intentado explicar o relacionar el consumo de alcohol con los estresores propios de la vida en el trabajo. Por estresores laborales se entiende aquellas condiciones de trabajo, por lo general aversivas, que pueden generar estrés psicológico en los sujetos que las experimentan, por ejemplo, conflictos interpersonales con superiores o pares, sobrecarga ocupacional, inseguridad laboral, ambientes de trabajo nocivos, insuficiencia del rol, entre otros. Dawson, Grant y Ruan (2005) hallaron en un estudio con jóvenes de entre 18 y 24 años que los estresores laborales y legales arrojaban asociaciones más fuertes con el consumo de alcohol que los estresores sociales y los estresares relacionados con la salud. En una investigación longitudinal, se ha encontrado que los hombres que reportaban altas demandas y bajo control en sus trabajos presentaban mayor probabilidad de desarrollar conductas abusivas y/o dependencia de alcohol que los hombres que reportaban bajos niveles en ambos estresores (Crum, Muntaner, Eaton, y Anthony, 1995; citado en Frone, 1999).
A su vez, en diversas investigaciones se han propuesto variables que funcionen como moderadoras de la relación entre el estrés laboral y el consumo de alcohol, siendo el soporte social una de las más destacadas (Seeger y Elderen, 1996; Frone, 1999). Los estudios sugieren que contar con un alto soporte social, es decir contar en buen grado con ayuda de los otros, podría reducir el estrés laboral, y a su vez, las conductas asociadas al mismo. No obstante, parecería no existir pleno consenso en torno a la anterior afirmación. Hagihara, Miller, Tarumi y Nobutomo (2003) concluyen en su estudio que el soporte social podría estar asociado tanto a una reducción del consumo de alcohol como a una mayor ingesta de dicha sustancia. En este estudio, se halló que una interacción del soporte social proveniente de los hijos y elevadas demandas laborales estaría asociada a un menor consumo de alcohol, mientras que una interacción entre el soporte social informal y altas demandas laborales estaría significativamente relacionada con un incremento de la ingesta. En una investigación con adolescentes se hallaron correlaciones positivas entre el consumo de sustancias en jóvenes e influencias negativas de sus pares y la utilización del tiempo libre en contextos no estructurados (Malatestinic, Mcovic, Kendel, Zdenka, y Novadovic, 2005).
También es factible que la relación entre estresotres ocupacionales y consumo de alcohol muestre diferencias en función de ciertas variables sociodemográficas, como por ejemplo la edad. Una de las características del mercado laboral actual de la Argentina es la creciente imposibilidad de incluir a las nuevas generaciones en el
mercado laboral (Beccaria y Serino, 2001; Livszyc, 2003). Según el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) el desempleo en los jóvenes de entre los 17 y los 20 años rondaría en la actualidad el 30% (Clarín, 13-08-2006).
Podría pensarse que el estrés por mantener el trabajo en un mercado con escasas posibilidades de reempleo y una cada vez más elevada prevalencia de consumo de alcohol serían dos situaciones que caracterizarían las condiciones de vida de los jóvenes trabajadores de nuestro medio en la actualidad. Por esto, cabe preguntarse acerca de la existencia de posibles relaciones entre los estresores ocupacionales percibidos y el consumo y abuso de alcohol en los jóvenes, y de la posibilidad de que esta relación se vea influida por el soporte social percibido.
El objetivo principal de la presente investigación es explorar las posibles relaciones existentes entre el consumo de alcohol, los estresores ocupacionales y el soporte social percibido en jóvenes trabajadores. Los objetivos específicos son:

1. Conocer la intensidad de consumo. y la frecuencia de abuso de alcohol de los jóvenes de la muestra.
2. Analizar la existencia de patrones diferenciales de consumo y abuso de alcohol en función de la edad y el sexo.
3. Obtener datos sobre los estresores ocupacionales percibidos y el soporte social percibido por los jóvenes.
4. Analizar la relación entre el soporte social percibido y los estresores ocupacionales percibidos por los jóvenes.
5. Indagar las relaciones existentes entre las distintas medidas de estresores ocupacionales y el consumo de alcohol.
6. Analizar la relación entre el soporte social percibido y el consumo y abuso de alcohol.

MÉTODO

Diseño: Descriptivo-correlacional / transeccional.

Muestra: Se trata de una muestra incidental de 188 jóvenes (missing=2) asalariados y estudiantes de distintas instituciones educativas (escuelas secundarias para adultos, institutos terciarios, distintas comisiones del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, y comisiones de la Licenciatura en Biología de la Universidad CAECE), de entre 18 y 30 años (Media: 22,04; D.E: 3,33), de ambos sexos (52,7% hombres), de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, que participaron de manera voluntaria y anónima de una encuesta autoadministrada en presencia del encuestador. Los contactos con las instituciones educativas y la obtención de la muestra se realizó en el marco del proyecto de Beca Estímulo "El impacto de la precariedad laboral sobre el consumo de sustancias enjóvenes: la importancia de las variables moderadoras" (ver Tabla 1 para otros datos sobre características sociodemográficas y laborales de los sujetos de la muestra).

Tabla 1. Características sociodemográficas y laborales de la muestra

N Total: 188

Instrumentos:
- Cuestionario de datos socio-demográficos y socio-laboral (construido ad-hoc para la presente investigación). Objetivo: caracterizar la muestra en función de aspectos socio-demográficos (edad, sexo, estado civil, nivel educativo) y aspectos ocupacionales (tipo de ocupación, cantidad de horas, antigüedad, tipo de contrato). - Inventario de Estrés Ocupacional (OSI, de Osipow y Spokane, 1987; adaptación: Schufer, 1998) Del inventario se seleccionó el Cuestionario de Roles Ocupacionales (CRO) con el objetivo de valorar los estresores ocupacionales percibidos a través de seis subescalas, cada una compuesta por diez items con escala Likert de cinco opciones (de Nunca a Siempre): Sobrecarga ocupacional (SO), valora el grado en que las demandas ocupacionales exceden los recursos y el grado en que el individuo es capaz de cumplir con la carga esperada en el trabajo (ej., "se espera que desempeñe tareas para las cuales nunca fui preparado"); Insuficiencia del Rol(IR), valora el grado en que el entrenamiento, la educación, las habilidades y la experiencia del individuo están ajustadas a los requerimientos del trabajo (ej., "siento que estoy usando mi talento"); Ambigüedad del Rol(AR), valora el grado en que las prioridades, expectativas y criterios de evaluación, en su lugar de trabajo, son claros para el individuo (ej., "mi superior pide una cosa pero realmente quiere otra"); Fronteras del Rol (FR), valora el grado en que el individuo experimenta demandas de rol y lealtades conflictivas en su ambiente de trabajo (ej., "en el trabajo estoy tironeado por diferentes grupos o personas"); Responsabilidad (RES), valora el grado en que la persona tiene o siente que tiene una gran responsabilidad sobre el desempeño o el bienestar de otros en el trabajo (ej., "en el trabajo, pierdo tiempo preocupado con los problemas que otras personas me traen"); Ambiente Físico (AF), valora el grado en que el individuo está expuesto a altos niveles e toxicidad ambiental o a condiciones físicas extremas (ej., "en mi trabajo estoy expuesto a altos niveles de ruido"). A través de la suma de los puntajes obtenidos por los sujetos, se obtienen seis medidas de estresores ocupacionales o laborales específicos, y una medida global compuesta por la suma de las seis subescalas (CRO). Por otro lado, del Cuestionario de Recursos Personales (CRP), se seleccionó la subescala Soporte Social (SS), la cual valora el grado en que el sujeto siente apoyo y ayuda por parte de los demás (ej., "tengo un grupo de amigos que me valoran"). Para facilitar la lectura de los resultados que serán expuestos, las escalas y subescalas se mencionarán por medio de sus siglas.
-Medidas de Consumo y Abuso de Alcohol: con el objetivo de identificar la intensidad de consumo de alcohol, se indagó a través de un item la cantidad de vasos que el sujeto estimaba haber consumido como máximo en una misma oportunidad, en los últimos 30 días ("En losúltimos 30 días, cuántos vasos tomó de las siguientes bebidas como máximo en una misma oportunidad?"). Para discriminar el consumo moderado del consumo abusivo del alcohol, se han obtenido las Unidades de Bebida (UB), es decir, los gramos de alcohol puro ingerido por un sujeto en la misma ocasión. Cada UB equivale a 10 gramos de alcohol puro. Se consideró más de 7 UB como indicador de abuso de alcohol. Por otro lado, también se indagó la frecuencia con que en losúltimos 30 días el sujeto se embriagó a través de un item conformado por seis opciones de frecuencia, de Ninguna vez a Más de 10 veces ("En los últimos 30 días, cuántas veces se ha emborrachado?").

Procesamiento y análisis de datos. El análisis estadístico de los datos se realizó por medio del programa SPSS versión 11.5. Se utilizó la prueba de Chi cuadrado para el análisis de posibles asociaciones entre el consumo de alcohol y la frecuencia de abuso con las variables de edad y sexo. Se utilizó correlaciones de Pearson para indagar las relaciones entre las distintas medidas de estresores ocupacionales, el soporte social y las Unidades de Bebidas consumidas. Se utilizó además la prueba no paramétrica H de Kruskal Wallis con el fin de realizar comparaciones de las variables de estrés laboral y soporte social en función de la intensidad de consumo de alcohol (No consumo / Consumo moderado / Consumo excesivo). Finalmente, se utilizó el estadístico U de Mann Whitney para la comparación de las variables en estudio en función de la ocurrencia o no ocurrencia de conductas de embriaguez en los últimos 30 días.

RESULTADOS

Variables sociodemográficas y consumo de alcohol
Con el fin de analizar si el consumo y abuso de alcohol se asocia diferencialmente a las categorías de sexo y edad, se cruzaron dichas variables en tablas de contingencia (ver Tabla 2 y 3). La intensidad de ingesta máxima en una misma oportunidad en los últimos 30 días (UB) fue recodificada en tres categorías: No consumo, Consumo moderado (hasta 7 UB) y Consumo excesivo (más de 7 UB). Se observa que dentro de los hombres, el 20,4% no consumió alcohol en el último mes, mientras el 33% de las mujeres perteneció al grupo de no consumo. A su vez, también se registran diferencias superiores a los diez puntos porcentuales entre hombres y mujeres en torno al consumo excesivo de alcohol: mientras el 41,8% de los primeros consignó haber superado las 7 UB en alguna ocasión, la misma condición es cumplida por el 30,7% de las mujeres. Con relación a la edad no se observan grandes diferencias porcentuales entre los sujetos de 18 a 23 años y los sujetos de 24 a 30 años: mientras entre los mas jóvenes el 25% no consumió la sustancia, tampoco lo hizo el 30% de los mayores, y mientras el 37,5% de los menores presentó un consumo excesivo, entre los mayores este tipo de ingesta fue consignada por el 34%. Si bien se observa a partir de las tablas de contingencias una mayor intensidad de ingesta entre los hombres, las diferencias entre las frecuencias esperadas y observadas no resultan ser significativas en una prueba de Chi cuadrado, ni en el caso del cruce con la variable sexo (X2:4,373; p=0,112), ni tampoco con la edad (X2: 0,492; p=0,782). La variable de frecuencia de conductas abusivas de alcohol (embriaguez) en los últimos 30 días (ver Tabla 3) fue recodificada en tres categorías: ninguna vez, una vez, y dos o más veces. Consignaron no haberse emborrachado ninguna vez el 63,6% de los hombres y el 77% de las mujeres, mientras que se emborracharon dos o más veces el 18,2% de los hombres y el 8% de las mujeres. Esta relación continúa marcando una diferencia en el patrón de consumo de alcohol entre hombres y mujeres, mostrando una mayor frecuencia de abuso entre los primeros. No obstante, una prueba de Chi cuadrado arroja un p valor de 0,081 (X2=5,016), no alcanzando las diferencias la significación estadísitca. Con respecto a la edad, el 67,6% de los sujetos de entre 18 y 23 años y el 76% de los sujetos de entre 24 y 30 años consignaron no haberse emborrachado en ninguna ocasión el último mes, mientras el 14,7% de los más chicos declara haberse emborrachado dos o más veces, la misma categoría es ocupada por el 10% de los mayores (X2=1,259; p=0,533).

Tabla 2. Tablas de contingencia entre la intensidad máxima de consumo de alcohol en una misma ocasión, en los últimos 30 días, y variables sociodemográficas

N Total: 186

Tabla 3. Tabla de contingencia entre la frecuencia de embriaguez en los últimos 30 días y variables sociodemográfica

N Total: 186.

Estresores Ocupacionales, Soporte Social y Consumo y Abuso de Alcohol
Para analizar posibles relaciones entre las variables en estudio, se analizaron las asociaciones intratest (las dimensiones del Cuestionario de Roles Ocupacionales, el puntaje global de dicho cuestionario, y el Soporte Social) a través de una Correlación de Pearson, y a su vez también se incorporó la medida de Unidades de Bebidas consumidas con el fin de hallar posibles relaciones con las variables evaluadas. Se observó, tal como se esperaba, que las distintas medidas de estresores ocupacionales arrojaron asociaciones positivas entre la distintas subescalas (ver Tabla 4). Exceptuando las asociaciones entre Sobrecarga Ocupacional e Insuficiencia del Rol, Responsabilidad e Insuficiencia del Rol, Responsabilidad y Ambigüedad del Rol, Ambiente Físico y Ambigüedad del Rol, todas las demás correlaciones fueron moderadas o altas y resultaron ser significativas a un nivel de significación del 0,01. También se observan correlaciones inversas moderadas entre el
Soporte Social y Sobrecarga Ocupacional, Insuficiencia del Rol, Ambigüedad del Rol, Fronteras del Rol, y Cuestionario de Roles Ocupacionales. Es decir que a mayor soporte social percibido, menos estresores ocupacionales percibidos y viceversa.

Tabla 4. Correlaciones de Pearson entre medidas de estresores ocupacionales, Soporte Social y Unidades de Bebida

* p valor menor a 0,01. SO: Sobrecarga Ocupacional; IR: Insuficiencia del Rol; AR: Ambigüedad del Rol; FR: Fronteras del Rol; RES: Responsabilidad; AF: Ambiente Físico; CRO: Cuestionario de Roles Ocupacionales; SS: Soporte Social; UB: Unidades de Bebida.

No se observan correlaciones significativas entre las Unidades de Bebidas consumidas y las medidas de estresores ocupacionales, lo cual indicaría o bien una ausencia de relación entre la intensidad de consumo de alcohol y los estresores laborales percibidos, o bien una ausencia de una relación lineal entre estas variable. Vale destacar, finalmente, que sí se halla una asociación positiva entre las UB y el Soporte Social (r=0,191; p=0,009). Es decir que los sujetos con mayores puntajes en Soporte Social tenderían a ser aquellos que más UB consignaron ingerir como máximo en una misma oportunidad, en los últimos 30 días. Sin embargo, vale aclarar que la asociación encontrada entre estas dos variables posee una baja intensidad.
Con el fin de discriminar con mayor precisión una posible relación entre el consumo de alcohol, los estresores ocupacionales y el Soporte Social que pudieran no ser captadas con una prueba de correlación lineal, se llevó a cabo una prueba no paramétrica H de Kruskal Wallis. En el análisis, se tomo como variable de agrupación las UB, definiendo los siguientes tres grupos: No consumo / Consumo moderado (hasta 7 UB) / Consumo excesivo (más de 7 UB). El estadístico arrojó diferencias significativas entre los grupos cuando estos eran contrastados en las subescalas de Responsabilidad (p=0,038), el Cuestionario de Roles Ocupacionales (p=0,048), y el Soporte Social (p=0,003). En el caso de las subescalas de Ambigüedad del Rol y Fronteras del Rol, se observa para ambas una tendencia a la significación con un p valor de 0,073 (ver Tabla 5).

Tabla 5. Prueba H de Kruskal Wallis: consumo de alcohol como variable de agrupación, estresores ocupacionales y Soporte Social

* p valor inferior al 0,05. ** p valor inferior al 0,01.

Estos resultados pueden ser mejor explicados al observar los rangos promedios obtenidos por los tres grupos en cuestión. En la subescala de Responsabilidad, el grupo de No consumo presenta un rango promedio de 75,92, el de Consumo moderado un 97,35, y el de Consumo excesivo un 99,71. Se constata de este modo que los sujetos que consumieron de forma excesiva en elúltimo mes poseen rangos superiores en Responsabilidad que los que consumieron de un modo moderado, y que estos últimos superan a los sujetos que consignaron no haber consumido alcohol. Del mismo modo, el grupo que presentó un consumo excesivo obtuvo en el soporte social un rango promedio de 111,09, superior al grupo que consumió moderadamente (85,62), superando este último al grupo de no consumo (80,18). Diferente pareciera ser el caso de la medida global del Cuestionario de Roles Ocupacionales: el mayor rango promedio lo obtuvo el grupo de consumo moderado (103,75) en comparación con el grupo de consumo excesivo (86,82) y el grupo de no consumo (80,94). Pareciera ser entonces que los jóvenes de esta muestra que consignaron haber consumido moderadamente, presentarían puntajes más elevados en los estresores laborales que los jóvenes que presentaron un consumo excesivo (con excepción de la subescala de Responsabilidad), mientras que el grupo de consumo excesivo estaría mayormente vinculado a una alta Responsabilidad y un mayor Soporte Social percibido. Finalmente, con el objetivo de analizar si las conductas de abuso del alcohol se asociaban significativamente a las variables en estudio, se dicotomizó la variable de frecuencia de episodios de embriaguez, conformando un grupo con aquellos jóvenes que no se emborracharon en los últimos 30 días, y otro grupo con los jóvenes que lo hicieron al menos en una ocasión. A través de una prueba U de Man Whitney se constató que los grupos de abuso y no abuso no se diferenciaron en relación ni a los estresores ocupacionales, ni en relación al soporte social percibido (ver Tabla 6).

Tabla 6. U de Mann Whitney. Variable de agrupación: presencia / ausencia de embriaguez en los últimos 30 días; estresores ocupacionales y Soporte Social.

CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
El objetivo del presente estudio fue analizar las posibles relaciones entre los estresores ocupacionales y el consumo y abuso de alcohol en jóvenes trabajadores, y a su vez, indagar el papel del soporte social en dicha relación.
El análisis descriptivo de los datos reveló que en esta muestra de jóvenes asalariados la prevalencia de consumo y abuso de alcohol se asemejó mucho a datos epidemiológicos recientes sobre población adolescente y joven adulta de nuestro país (Míguez, 2003; Schmidt, Messoulam, Abal y Molin, 2003). A su vez, se observa un mayor consumo entre los hombres, resultado consistente con numerosas investigaciones previas (Hagihara et al., 2003; Schmidt, Messoulam, Abal, 2006), aunque en este caso, la diferencia no fue estadísticamente significativa.
Se hallo que los grupos de jóvenes que presentaron un consumo moderado arrojaron mayores puntuaciones en las medidas de estresores ocupacionales que aquellos sujetos que o bien no consumieron alcohol, o bien consumieron de modo excesivo. Por otro parte, en torno a la subescala de Responsabilidad se constató que el grupo que mayores puntajes obtuvo fue el de los jóvenes que habían consumido alcohol de modo excesivo. No se hallaron correlaciones lineales entre los diferentes estresores percibidos por los jóvenes y la intensidad de consumo de alcohol medida en Unidades de Bebida. Tampoco se encontraron diferencias en los valores de estresores laborales y el Soporte Social en función de la ocurrencia o no ocurrencia de conductas de embriaguez en los últimos 30 días.
En principio, estos datos nos alertan que las relaciones entre los estresores percibidos por los jóvenes trabajadores y el consumo de sustancias pueden variar según el tipo de estresor laboral. El hecho de que los sujetos que mayor intensidad de consumo sean los que mayores puntajes obtengan en Responsabilidad puede estar indicando un intento por afrontar los estados de tensión y/o ansiedad producto de dicho estresor. Esto último estaría en concordancia con la hipótesis de reducción de tensión, según la cual las propiedades psicoactivas del alcohol reducirían las reacciones displacenteras generadas por los estresores percibidos, lo que explicaría una asociación entre altos niveles de Responsabilidad y una mayor intensidad del consumo de alcohol (MacCreary, 1998). Sin embargo, el que la medida general del Cuestionario de Roles Ocupacionales (CRO) haya arrojado las mayores puntuaciones en el grupo de consumo moderado podría estar indicando que la ingesta abusiva esté influida por otras variables relevantes, como por ejemplo el Soporte Social.
En este estudio, se halló que el Soporte Social correlacionó significativamente de forma inversa con las medidas de estresores laborales, y de forma directa con la intensidad de consumo. Es decir que aquellos sujetos que más apoyo y ayuda percibieron de los otros fueron aquellos que menos estresores ocupacionales consignaron percibir en sus ámbitos de trabajo, y a su vez, también serían aquellos sujetos que con mayor intensidad habrían consumido alcohol. La relación entre Soporte Social y estresores ocupacionales no sería tan controvertida como la que presenta con el consumo de alcohol, puesto que la primera fue documentada en diversas investigaciones previas (Seegers at al., 1996, Leibovich de Figueroa, Schmidt, 2004).
Hagihara et al. (2003), a partir de datos empíricos, señala que el Soporte Social podría tener tanto efectos positivos como negativos en la relación entre el estrés laboral y el consumo de alcohol. Los resultados del estudio de Hagihara mostraron que una interacción del soporte social proveniente de los hijos y elevadas demandas laborales estaría asociada con un menor consumo de alcohol, mientras que una interacción entre el soporte social informal y altas demandas laborales se relacionaría con un incremento del consumo. Sin embargo, vale tener en cuenta que dicha investigación fue llevada a cabo con sujetos mayores de 25 años, marcando una diferencia sustancial con los jóvenes trabajadores de entre 18 y 30 años que fueron encuestados en la presente investigación. Es razonable pensar que los jóvenes comprendidos entre estas edades posean un soporte social más informal que los sujetos mayores, y que las actividades compartidas con sus vínculos sociales se encuentren fuertemente relacionadas con la ingesta de alcohol. De hecho, parte de los cambios descriptos por Míguez (2005) en el patrón de consumo de alcohol en la Argentina remiten a un incremento de la ingesta excesiva y episódica, que con gran frecuencia se observa en actividades informales, como por ejemplo encuentros en plazas o calles.
Siendo uno de los objetivos de este estudio hallar relaciones entre los estresores ocupacionales y el consumo y abuso de alcohol, cabe destacar que diversos autores señalan la dificultad en encontrar asociaciones directas entre estas variable. Frone (1999) en su revisión teórica Work Stress and Alcohol Use, destaca que muchas investigaciones han fallado en encontrar relaciones directas entre el estrés laboral y el uso del alcohol por el hecho de no incorporar variables mediadoras en dicha relación, como por ejemplo la satisfacción laboral, depresión o tensión psicológica. Vasse, Nijhuis y Kok (1998), hallaron en un estudio empírico que los estresores laborales no tuvieron una asociación directa con el consumo de alcohol, pero sí se confirmó una asociación entre las reacciones de estrés percibido y el consumo, lo que indicaría que los estresores del trabajo sólo tendrían una asociación directa con el consumo de alcohol a través del incremento del estrés percibido. Uno de las posibles razones que podrían explicar no haber encontrado fuertes asociaciones entre los estresores laborales y el consumo y abuso de alcohol en los jóvenes de esta muestra podría residir en que esta relación estuviese mediada por variables psicológicas intermedias, como por ejemplo la tensión psicológica, o la ansiedad. Vale mencionar que en un estudio inédito realizado por el equipo de investigación del Proyecto UBACyT P0161, se encontró, en una muestra de noventa trabajadores, que los sujetos que consignaron no haber consumido alcohol en los últimos 30 días presentaban puntajes significativamente menores en una escala de tensión personal que los sujetos que consignaron haber consumido de forma habitual.
También es necesario mencionar una serie de limitaciones metodológicas que existen en este estudio. Por un lado, una investigación de carácter transversal como la realizada no permite conocer las direcciones de las relaciones halladas. Si bien por investigaciones previas es posible hacer suposiciones acerca de cuales son las variables antecedentes (en este caso, los estresores ocupacionales y el Soporte Social) y las variables consecuentes (en este caso, medidas de consumo y abuso de alcohol), las relaciones inversas también son factibles, impidiendo hacer conjeturas apresuradas sobre las causas del consumo y abuso de alcohol de los jóvenes encuestados. Por otro lado, al tratarse de una muestra intencional, heterogénea aunque incidental, los resultados no pueden ser generalizados a otros grupos de jóvenes. Para superar estas limitaciones, sería necesario contar con un diseño longitudinal y una muestra representativa de sujetos.
Consideramos que la identificación de variables asociadas a una mayor probabilidad de consumo y abuso de alcohol en jóvenes es un paso previo imprescindible para futuras estrategias de prevención e intervención. Los resultados hallados en la presente investigación ponen en evidencia la necesidad de contar con modelos teóricos cada vez más específicos, que tengan en cuenta las particularidades de los jóvenes trabajadores para contribuir con el desarrollo de conocimientos válidos sobre las relaciones existentes entre los estresores laborales y el consumo de sustancias psicoactivas, así como también, sobre las posibles variables que mediaticen y moderen esta relación.

Nota

1Institución: UBACyT. Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología (UBA). Proyecto Beca Estímulo 2006-2007: "El impacto de la precariedad laboral sobre el consumo de sustancias en jóvenes: la importancia de las variables moderadoras". Inserto en Proyecto UBACyT P016. Directora: Dra. N. Leibovich de Figueroa. Co-directoras: Dra. M. Schufer y Dra. V. Schmidt.

Agradecimientos:
Se agradece la colaboración en la traducción al inglés del resumen del presente artículo a la alumna Valeria Pedron.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Fecha de recepción: 16 de febrero de 2007
Fecha de aceptación: 20 de julio de 2007

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