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Anuario de investigaciones

versão On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. v.14  Ciudad Autónoma de Buenos Aires jan./dez. 2007

 

PSICOLOGÍA JURÍDICA

Derechos de la infancia: ley, práctica y condiciones de factibilidad en la Ciudad de Buenos Aires

Childhood rights: law, practice and workability conditions in Buenos Aires city

de la Iglesia, Matilde1; Moiguer Ostromujoff, Daniela Laura2

1 Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires: -Jefa de Trabajos Prácticos Regular Psicología Jurídica Cátedra. I. Directora proyecto investigación UBACyT 2004/07 P001 La práctica del psicólogo forense con menores judicializados por violencia familiar en el marco de la ley 24.417. Determinantes institucionales. matdelai@telecento.com.ar // mdelaigl@psi.uba.ar
2 Investigadora de apoyo del equipo UBACyT 2004/07 P001.

RESUMEN

A partir de un trabajo realizado en docencia, investigación y extensión universitaria, en la comunidad del Barrio de Once, sobre temáticas vinculadas con los derechos de la infancia, se han podido rastrear en dicho conjunto social, indicadores de categorías socioantropológicas asociadas a dichos derechos, así como algunas respuestas vinculadas al quehacer individual y social. La metodología implementada fue cualitativa focalizada en técnicas de investigación acción.
Se ha estimado que la red simbólica que produce y sostiene dicha comunidad remite a cierto vacío de significación en torno a la idea derechos de la infancia, así como un significativo desconocimiento respecto de las posibilidades de acción frente a su vulneración. Asimismo se habría podido reconocer una posición fatalista por parte de la comunidad ligada a un vacío de políticas eficaces demarcadas por los organismos legalmente responsables.

Palabras clave: Infancia; Derechos; Práctica

ABSTRACT

Starting in a work done in the environment teaching, investigation and university extension, around the community of Once zone, about childhood rights linked subjects, has been relieved in this social group, socials and anthropological categories indicators associated with childhood rights, also some answers related with individual and social tasks.
The implemented methodology was focus in investigation - action techniques. It was estimated that the symbolic net that generate and sustain childhood community refer to certain significance hole around the children rights idea, as well as an important ignorance about the action possibilities in relation with his vulnerability. Also has been recognized a fatalist position of the community linked with a luck of effective politic actions sustain by the legal organizations involved.

Key words: Childhood; Rights; Practice

El presente escrito es el producto de un trabajo crítico reflexivo, que pretende alejarse del estancamiento propio de contextos turbulentos como los que atraviesa la Argentina y Latinoamérica en general. La posibilidad de producción se sostuvo en la práctica profesional del psicólogo con la infancia desde los tres pilares que sostienen a la Universidad de Buenos Aires, la docencia, la investigación y la extensión. A tal fin se efectuó un trabajo de construcción - reconstrucción de dicha práctica desde una perspectiva institucional en sentido amplio, es decir teniendo en cuenta los marcos regulatorios de nuestra sociedad, reparando en aquellos que refieren a lo legal y cultural en simultaneidad. El posicionamiento adquirido frente a la tarea implicó la revisión de los conocimientos científicos y técnicos adquiridos en el devenir histórico-social que implica toda práctica profesional y en la revalorización del conocimiento adquirido por medio del sentido común, el cual guía cotidianamente las acciones de los distintos actores sociales. La indagación realizada demostró la necesidad de profundizar en la comprensión de los fenómenos institucionales desde una perspectiva científica que posibilite develar el sistema de fuerzas y la tensión permanente en la que transcurre la existencia de los individuos y la sociedad en su conjunto.
Las políticas de mercado se han impuesto como elementos reguladores de las relaciones sociales, a niveles macro y micro institucionales. La implementación de políticas de ajuste por parte de los Estados Latinoamericanos durante más de veinte años posibilitó que en nombre de la productividad fueran excluidos vastos sectores de la población del mercado laboral, y como consecuencia inmediata, un aumento significativo de la pobreza, el abandono de planes de vivienda, la falta de estímulo a la educación pública, la delegación de funciones estatales a la esfera privada y la deserción en todos los niveles educativos, entre otros. Las decisiones políticas, han contribuido en la erosión del concepto de Estado Benefactor en el imaginario social asociado a la letra de la Constitución Nacional, limitando el futuro tecnológico, intelectual y científico del país. Al mismo tiempo, se ha visto acrecentada una constante demanda social de justicia a partir de una realidad cotidiana que ha expuesto a los actores sociales a nuevas modalidades vinculares que se cristalizan en una diversidad de novedosas configuraciones bajo formas explícitas de poder, violentamente enunciadas y formas sutiles de dominación, rigurosamente silenciadas. El panorama social descrito, del que cada uno forma parte activa, aún bajo la premisa de la inactividad, demanda soluciones a corto, mediano y largo plazo a la comunidad académica. Cabe recordar que la Universidad de Buenos Aires -desde su fundación- se ha pensado y representado como una instancia superadora y armonizadora de los conflictos sociales y ha asumido el compromiso de formar investigadores originales y profesionales idóneos, socialmente eficaces y dispuestos a servir al país, tal como consta en el edicto de erección fechado 9 de agosto de 1821 y en el mismo estatuto universitario. Así, desde el campo de la práctica y el cuerpo de conocimientos de la Psicología Jurídica se ha trabajado en pos de los derechos de la infancia, teniendo en cuenta que cuando las imágenes, valores o ideas emprenden el camino de la acción colectiva, abandonan los espacios de la quimera para sustentar un proyecto. El mismo ha implicado una praxis, un movimiento de teorización de la práctica y aplicación de la teoría, movimiento de descomposición y recomposición discursiva de los objetos y las teorías. Ha implicado el desarrollo de una línea directriz de investigación acción participante que ha favorecido la formación, desarrollo profesional y personal de los investigadores y de los actores sociales intervinientes.

LA CONCEPCIÓN DE TRABAJO ADOPTADA SE FUNDAMENTÓ EN LOS SIGUIENTES SUPUESTOS BÁSICOS:

••Los actores sociales construyen y son construidos por la realidad en la que viven;
•• Sus relaciones son dialógicas;
•• Las comunidades y grupos en los que se desarrollan poseen su propio recorrido histórico-cultural;

•• Un proceso histórico-cultural antecede y continúa a la intervención puntual comprometida con la realidad social;
•• Se considera a cada actor interviniente, como un agente de cambio social;
•• Reconociendo el carácter histórico-cultural de los fenómenos psicológicos y sociales que se dan en simultaneidad;

•• Lo que posibilita la aprehensión de las categorías socioculturales del conjunto con el que se trabaja;
•• Se desestima la existencia de una supuesta neutralidad por parte de los actores intervinientes y se asume el compromiso de trabajar con las implicaciones que determinan el acercamiento al objeto.

LO INSTITUIDO
La ley 114 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, sancionada en diciembre de 1998 por la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -en el marco del artículo 75 de la Constitución Nacional, en el que se incorporan los derechos internacionales de niños, niñas y adolescentes-, reconoce la necesidad de abarcar todos los ámbitos de la vida y el desarrollo de la infancia; entendiendo que el incumplimiento de algún derecho fundamental vulnera también los restantes. Dicha ley exige la ejecución de políticas públicas dirigidas a proteger los derechos de los niños y adolescentes ofreciéndoles espacios en los
que puedan ser escuchados y brindándoles la posibilidad de participar en las decisiones que los afectan. Para posibilitar el cumplimiento de lo señalado se crea -en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires-, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Este será el agente responsable de promover y proteger el ejercicio de los derechos enunciados en la ley 114. A tal fin ha creado:

Línea 102: Línea telefónica gratuita que brinda a toda la comunidad la posibilidad de realizar consultas y denuncias sobre problemáticas de infancia y adolescencia, las 24 horas del día durante todo el año.
Guardia Permanente: Servicio de Atención Institucional. Equipo de abogados que atiende mediante telefonía celular todos los días del año durante las 24 hs. Su objetivo central es el reestablecimiento inmediato de derechos a niños, niñas y adolescentes, tal como lo establece la Convención Internacional sobre Derechos del Niño.
Red de Defensorías Zonales: Organismos de atención pública ubicados en distintos puntos de la Ciudad que brindan atención gratuita en todos los casos de violación de derechos, o cuando es necesario remover obstáculos que impiden el pleno ejercicio de los mismos, ofreciendo asesoramiento, orientación y patrocinio jurídico.
Centro de atención transitoria: Lugar de atención abierto, para alojar de manera transitoria a niños, niñas y adolescentes, en situación de emergencia social, derivados por los distintos programas del Consejo a través de la Guardia Permanente, o por otras instituciones.
Registro de publicación y búsqueda de niños/as y adolescentes perdidos: Este servicio lleva una base de datos actualizada en forma permanente con la información de los niños, niñas y adolescentes perdidos, difunde los datos necesarios para localizarlos, asesora y ofrece orientación para su búsqueda.
Registro de ONG's: Relevamiento y fiscalización de acuerdo a las competencias de la ley 114, de las Organizaciones de la Sociedad Civil vinculadas a la temática de infancia y adolescencia de la Ciudad.
Centro de adopción: Registro único de aspirantes a guarda con fines adoptivos para las personas y familias con domicilio en este distrito.

El Consejo cuenta con 17 Defensorías Zonales ubicadas en distintos puntos de la Ciudad, a las que pueden acudir los niños, niñas y adolescentes, así como familiares y la comunidad en general, para reclamar el cumplimiento de los derechos vulnerados de los niños, niñas y adolescentes. Los profesionales que integran los equipos técnicos de cada defensoría (abogados, psicólogos, trabajadores sociales) trabajan en pos de lograr una resolución alternativa de conflictos, evitando la judicialización de las temáticas asistenciales y difundir los principios de la Convención Internacional de los Derechos del Niño y de la Ley 114. Además de atender en forma directa situaciones conflictivas que impliquen alguna forma de vulneración de derechos. Asimismo las defensorías deben desarrollar estrategias de prevención y promoción de los derechos dentro de la comunidad en que están insertas. A través de su vinculación con organizaciones de la comunidad, estos organismos también facilitan el relevamiento de las necesidades barriales más acuciantes y desarrollan actividades comunitarias con el objetivo de articular acciones, potenciar recursos institucionales de la zona, elaborar y apoyar proyectos comunitarios y materializar estrategias de exigibilidad ante la insuficiencia de recursos. La ley 114 prevé la posibilidad de iniciativa por parte de ONG's de gestionar la creación de defensorías, a partir de la elaboración de convenios específicos con el Consejo. Así, en el Barrio de Once, funciona una de las defensorías que opera al interior de una ONG. La misma sostiene además, un convenio con la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, el cual ha posibilitado el desarrollo de un trabajo conjunto en docencia, investigación y extensión con relación al tema de derechos de la infancia, destacándose cuestiones relativas a:

•• El imaginario social del barrio acerca de qué es una niña, un niño, un adolescente;
•• Cuales son sus derechos;
•• Cuales las problemáticas que los vecinos perciben como recurrentes; y
•• Las posibilidades de acción que el barrio y cada uno de sus actores concibe ante una situación de vulneración de derechos.

LOCALIZACIÓN DEL SUJETO DE LA DEFINICIÓN
La praxis psicosocial instaura la posibilidad de interrogar los datos de la realidad comunal, intentando arribar a una formalización diagnóstica, que será entonces, una puntuación posible, gestionada en conjunto con dicha comunidad, en un tiempo y espacio histórico-social determinado: (...) el barrio, la vivienda, la institución, se nos presentan como textos a develar e interpretar; textos que en definitiva remiten a un orden gramatical, fuertemente marcado por la singularidad de quienes escriben y re-escriben las diferentes inscripciones (Carballeda, 2002). La Psicología Jurídica retomando aportes específicos de la Psicología Socialcomunitaria entiende a la comunidad como ámbito y sujeto del quehacer psicosocial, no como espacio delimitado desde la teoría, sino auto-delimitado por la comunidad misma. Y no como sujeto sujetado, definido externamente, sino autodefinido desde la propia comunidad; como sujeto activo de las acciones que en ella se llevan a cabo; como actor social, constructor de su propia realidad. (Montero, 2004).
A partir del acercamiento del equipo de trabajo en función del mencionado anudamiento entre la docencia, la investigación y la extensión a la comunidad del Barrio de Once, se ha rastreado información que daría cuenta de una compleja red simbólica-imaginaria que se podría agrupar bajo tres concepciones:

••La niñez como categoría antropológica en plena apertura y redefinición;
•• El conocimiento acerca de los derechos de niños, niñas y adolescentes (información que permite su lectura en tanto articulada a los imaginarios locales) referido al nivel de los enunciados; y
•• La posición subjetiva frente al quehacer en lo social -posición enunciativa o enunciación-.

El rastreo de las distintas significaciones en torno a temas tales como la niñez, la adolescencia, los derechos, y las obligaciones; implica indefectiblemente una mirada hacia el discurso y la práctica desde el campo de la salud; así como también, un análisis crítico de los imaginarios que sostienen la práctica en espacios públicos, y las producciones científico-académicas en las cuales dichas prácticas se sustentan.

CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS
Partiendo de una hipótesis inicial referida a la insuficiente información que posee la comunidad en relación a los derechos de los niños, niñas y adolescentes; se presentan a continuación los objetivos planteados en el marco de una de las experiencias de trabajo perteneciente a la Práctica profesional "Una lectura social comunitaria de las organizaciones" de la carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires en convenio con la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes Ideas, perteneciente a la Red de Defensorías de ONG's del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires.
Objetivo general: Conocer que información posee la población en relación a los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Objetivos específicos
Relevar información que nos permita arribar a un diagnóstico de situación acerca de:
a. Imaginarios sociales acerca del niño, la niña y el adolescente que posee la comunidad
b. Conocimiento por parte de la comunidad de los derechos de los mismos, su vulneración, así como también aquellos derechos que aparezcan recurrentemente vulnerados
c. Imaginarios sociales de la comunidad acerca de la posibilidad de intervención en dichos casos
d. Imaginarios sociales de la comunidad acerca de las defensorías en especial la Defensoría Zonal Ideas
e. Imaginarios sociales del equipo técnico de la defensoría acerca del niño, sus derechos y la vulneración de los mismos (en el marco de la ley 114)
f. Concepción por parte del equipo acerca del trabajo de prevención y promoción, y los obstáculos que perciben para los mismos
g. Imaginarios sociales del equipo acerca de la población a la que asiste
h. Imaginarios sociales del equipo acerca de las otras defensorías y su relación con el Gobierno de la Ciudad, en relación a las particularidades que surgen por pertenecer a una ONG
La modalidad de investigación respondió y responde -ya que se continúa trabajando sobre el tema- al paradigma cualitativo, lo que implica un interés especial en comprender los procesos sociales desde una perspectiva emic -desde adentro-, desde el lugar en que los propios actores sociales significan dichos procesos. Lo cualitativo, se comprende, no tanto por un tipo de dato, ni por una cuestión instrumental, sino, por los procesos involucrados en la "arquitectura" del conocimiento (González Rey, 2000). Proceso cíclico y recursivo, que responde a un continuo ir y venir en la construcción siempre parcial del objeto de estudio (Bottinelli, 2003). La adhesión a esta metodología otorga al proceso carácter histórico-cultural.
Se partió de una concepción que incluye emoción, contradicción e individualización en relación a la ciencia y no únicamente racionalización, relativizando así la pretensión de objetividad en el abordaje, análisis e interpretación. Lo que este trabajo refleja es el resultado de lo construido por individuos -como productos y productores- integrantes de una sociedad y de una cultura determinada. El enfoque participativo enriquece las explicaciones y el desafío es capturar la complejidad y diversidad de un objeto en permanente cambio (Bottinelli, 2003). Se trabajó con un diseño exploratorio-descriptivo sometido a un continuo análisis reflexivo -vigilancia epistemológica (Guber, R. 2001), sobre la interacción dialéctica de la reflexividad de:

a. el investigador como miembro de una sociedad o cultura,
b. el investigador con su perspectiva teórica, interlocutores académicos, habitus disciplinares, marcos paradigmáticos, y
c. la población objeto de estudio.

La propuesta se aleja de modelos deterministas y disyuntivos, facilitando una interrogación activa de la intersubjetividad como categoría política. En cuanto a los instrumentos, se adhiere al "paradigmade las elecciones", el que promueve el uso de un instrumento de acuerdo a su pertinencia, su adecuación al objeto y al problema (Ramos y Gogna, 1997). Se trabajó y trabaja con fuentes primarias y secundarias sometidas a un proceso de triangulación, a fin de favorecer la cimentación de las dimensiones de análisis (institucional- organizacional, simbólico-imaginaria e históricogenealógica). La propuesta para el análisis de los datos refiere al método hermenéutico-dialéctico (Souza Minayo, 1992 y 2004).

Instrumentos y fuentes:

a. Revisión bibliográfica a fin de actualizar y enriquecer el corpus teórico delimitado.
b. Revisión documental de expedientes judiciales a fin de describir la demanda del Poder Judicial a la Psicología Jurídica y la intervención de ésta.
c. Indagación de fuentes gráficas y audiovisuales. La importancia de este punto radica en la contribución de dichas fuentes a la formación del imaginario social en relación a la temática.
d. Entrevistas y encuestas, con la finalidad de rastrear los imaginarios y prácticas acerca de las diversas aristas del objeto de estudio.
e. Observación: Se recurrió al tipo simple (Botinelli, 2003) focalizando en: Actores. Acto. Personajes significativos. Vínculos. Contexto sociocultural. Desarrollo de la escena. Medio físico.

Se tuvieron en cuenta durante el proceso los siguientes criterios de rigor científico (Gogna y Ramos, 1997):
a. Credibilidad.
b. Adecuación.
c. Auditabilidad.
d. Confirmabilidad

ALGUNOS DATOS

•• Se trabajó con población de adultos de la comunidad vinculados directa o indirecta mente con la infancia. El 50% de los encuestados de un total de 80 fueron hombres y el otro 50% mujeres, la elección fue efectuad al azar. Todas las encuestas se realizaron en las plazas del barrio. Si bien la muestra no fue significativa respecto de la población general, aportó datos que corroboraron datos anteriores. Se seleccionaron algunos ítems considerados importantes en relación a la temática abordada:
•• Acerca de conocimiento de los derechos: el 32% contesto afirmativamente, pero no pudo enunciar más que 3 derechos, entre los cuales sobresalieron el derecho a la educación y a la salud.
•• Acerca de la existencia de organismos en el barrio a los cuales dirigirse frente a situaciones de vulneración de derechos: el 42% respondió que a la comisaría, el resto no sabía o no contesto.
•• Acerca de frente a quienes la infancia puede expresar sus inquietudes: el 45% respondió que no existen lugares o personas en los que la infancia pueda expresarse. En el colegio el 21% y con los padres el 17%; el otro 17% respondió que no sabía o no contesto.

Lo expuesto ha puesto de manifiesto el desconocimiento de la comunidad barrial respecto de los derechos de la infancia.

SABER, SABER-HACER Y FATALISMO DEL DEVENIR
Se habría constatado que el conocimiento respecto de los derechos de la infancia es desigual en relación a las posibilidades de actuar en caso de presenciar o estimar la vulneración de los mismos. Las posibilidades de acción parecen estar relacionadas con la información que se dispone acerca de dicho qué-hacer. La comunidad conoce acerca de la existencia de los derechos (sobre todo aquellos ligados al ordenamiento instituido frente a las instituciones tradicionales de la modernidad), pero la información no es suficiente en cuanto a la posibilidad de cómo proceder ante un hecho de vulneración así como a dónde remitirse en dichos casos.
El resultado del rastreo del nivel de conocimiento -de los adultos- acerca del régimen de defensorías, en tanto posibles facilitadoras de la circulación de los enunciados de la ley, indica un desconocimiento absoluto por parte de dichos actores, acerca del sistema de defensorías, así como también de la existencia de la Defensoría Ideas asignada a la población del barrio dada su localización geográfica.
Una de las referencias que figura en la ley 114, expresa que uno de los derechos de niños, niñas y adolescentes es el conocer sus propios derechos. En este sentido, las defensorías deberían apuntalar esta indicación, en tanto responsables de fomentar y articular acciones sociocomunitarias con el fin de promover los derechos de la infancia, considerando los contextos reales de aplicación de estrategias acordes a las necesidades y demandas poblacionales.
El desconocimiento frente al qué-hacer ha conducido a la indagación de las prácticas y los imaginarios en los que se sostiene, en tanto las decisiones jurídicas no acercan el ideal de justicia exigido por la comunidad humana más que en la medida en que esta comunidad dispone de una fuerza constrictiva para hacer respetar su ideal (Derrida, 2001). En la comunidad recurren enunciados ligados al fatalismo característico de los pueblos latinoamericanos, a partir del cual, la lectura de los hechos, las circunstancias y los devenires quedan bloqueados por una mirada de resignación e indolencia que imprimen cierta cuota de parálisis a la acción (Baró, 1987). Así, por ejemplo:
•• Mejor es no meterse;
•• Son cosas de la familia;
•• Son pibes chorros.
El vacío de significación que se configura en torno a la posibilidad de un saber-hacer, remite por otro lado, pero indefectiblemente, a la necesidad de analizar críticamente las variables que lo determinan, para profundizar en relación a las posibilidades de una acción reflexiva por parte de los equipos que sostienen la práctica en escenarios complejos y al mismo tiempo paradigmáticos de la Argentina contemporánea. La pregunta entonces, se circunscribe a las políticas de promoción -por
parte de los organismos responsables- según lo indica
la ley vigente. Políticas que en algunos casos no encuentran viabilidad posible dada la insolvencia de condiciones de factibilidad para la sistematización de proyectos y programas de promoción y prevención de derechos, objetivos demarcados por la misma ley que gestiona la existencia organizacional de las defensorías.
Pareciera, en la práctica cotidiana, que tanto la promoción de derechos como la prevención de su vulneración no se encuentran sistematizadas, sólo se realizaría desde los emergentes y para casos puntuales. Por otra parte, existen diferentes posturas frente a la idea de promoción entre los profesionales de las distintas disciplinas: Derecho, Psicología, Trabajo Social. Mientras para algunos, dicho objetivo es necesario y urgente, -en tanto existe una franja poblacional que resulta excluida de este sistema por las variables de accesibilidad a los sistemas de salud y seguridad-, desde otras posturas no aparece como un objetivo necesario o bien se lo considera un tema a tratar por otras profesiones. Allí es donde se torna necesaria la construcción conjunta del problema, pero aparece la configuración de discursos y por lo tanto de saberes disciplinares ajenos al fenómeno complejo. Téngase presente que en fluidez, los discursos resultan fragmentarios y fragmentados. Los sitios de constitución subjetiva no son estables sino contingentes (Lewcowicz, 2004).

ACERCA DEL ACTO DE LEGISLAR Y LAS TRAMAS POSIBLES
La gestión de posibilidades del paradigma de la Modernidad proveía a cada institución de un lugar en la red de instituciones, todas ellas coordinadas por el Estado Nación. Ante el declive de los marcos que aseguraban un lugar en la cadena simbólica para cada institución y para todos los sujetos que por ellas transitaban, resulta necesario que tanto la institución como los sujetos se piensen mas allá de dicha legalidad, ya que (...) junto con el Estado de Bienestar desapareció también uno de los dispositivos más relevantes para disminuir la incertidumbre en la sociedad (Carballeda, 2002). Allí donde el sujeto se encontraba frente a dispositivos de captación de la red institucional, y las posibles desarticulaciones auguraban otro enlace con la institución, hoy aparece cierto agotamiento de una instancia de anudamiento que no es sin consecuencias subjetivas. En este sentido se vuelve necesaria incluir cierta distinción: El excluido no es el explotado: el último es necesario al sistema; el primero está de más, su existencia misma es innecesaria y molesta, es un descartable social (...) allí donde el explotado tenía una identidad y un blanco: el explotador y todo lo que simbolizaba; el excluido no: su blanco es cualquiera no excluido (...) (Zaffaroni, 1999). El tránsito por las instituciones configura ciertas marcas del ordenamiento social, pero no implica de hecho un anudamiento simbólico a lo institucional. Se estima, en consecuencia, que pueden producirse ciertos desprendimientos de los sujetos a dichas marcas, pero no puede asegurarse una inserción efectiva en otro nivel institucional. Caer fuera de la institución, caer de los límites de la inclusión, no equivale a caer en otro eslabón de la cadena de instituciones porque la cadena como tal se desarticuló (Lewkowicz, 2004). La consecuencia inevitable es la caída de la subjetividad que el Estado Moderno forjó, junto con los esquemas de pensamiento y acción ciudadana que implicaban cierto ordenamiento ante la ley. Ordenamiento que no es, sin una instancia que supervise las variantes en relación al conjunto de normas sociales, en pos del contrato social que asegura la convivencia del todos. Si dicha instancia se desvanece, es posible pensar que decante consigo la posibilidad de lazo social y en su lugar surja un cúmulo de desconexiones. Se es semejante en tanto convocados por una misma legalidad que al incluirnos o excluirnos (desde la lógica disciplinar, desde la cual el excluido tiene un nombre institucional) nos hace partícipes de un mismo repertorio. Al carecer de una instancia institucional de subordinación de pensamientos, acciones y emociones, cada acto subjetivo se vuelve desconectado,des-sujetado a los anudamientos tradicionales. Así como la lógica del mercado inaugura islotes de capital visibles a partir de flujos transitorios, instantáneos e impredecibles, cada acto subjetivo se configura bajo la pregnancia de dicha lógica, sin conexión aparente con un conjunto. O mejor dicho, sin conexión con un aparente conjunto en tanto pre-configuración simbólica- imaginaria.

UNA MIRADA HACIA LOS DISPOSITIVOS DE PRODUCCIÓN DISCURSIVA
La percepción de un niño como víctima o victimario se asocia, inmediatamente, en el imaginario social a la figura institucional del padre, la escuela y la policía como instituciones que deberían intervenir. Se escenifica un círculo en el que juegan distintas violencias que sólo enmascaran en el mismo acto, todo el proceso que lo antecede. La violencia aparece claramente identificada y naturalizada en relación a las instituciones encargadas históricamente del cuidado de la infancia, configurando una modalidad de violencia menos explícita, pero constitutiva de la subjetividad, a partir de un discurso reproductor de prácticas cotidianas ligadas por ejemplo a la letra por la sangre entra. Cabe recordar que en estos días el gobierno del Japón - que tiene entre sus prioridades la reforma del sistema educativo-, estudia restaurar el castigo físico en la escuela, idea esta propuesta por un grupo de educadores para controlar la violencia estudiantil y proteger a los profesores. Aunque, los eruditos en el tema han señalado que no se tolerará el castigo con varas de mimbre, ni cualquier
tipo de represalia corporal severa.
La adhesión a la violencia y a su presunta eficacia, aparecen fomentadas por fuertes indicadores que se traducen en mecanismos de fortalecimiento de las diferencias. Diferencias que se traducen en indicios de lo intolerable, que cobra fuerza y predominio ante una fragmentación en aumento, hasta el punto en que nos encontramos con explosiones de violencia descarnada y real que no alcanzan a ser afectadas por sus interpretaciones simbólicas. (Zizec, 2005). La fluidez de la concentración de poder e información, no aparece como una forma de violencia a los ojos del sujeto social. Se configuran como operaciones naturalizadas de ejercicio de violencia, que solo engrosan la posición fatalista, en tanto escenifican la real caída subjetiva del conjunto- consumo. Allí, las instituciones aparecen en un doble juego, por un lado sustraídas de su función en tanto portadoras de significación social; y por el otro, partícipes de la creación de un discurso culpabilizador de las consecuencias subjetivas.
La lectura que los actores sociales realizan, conlleva claramente la idea de la institución Estado como responsable de los sujetos que produce, que organiza y que aloja en su interior, si bien cambia el sentido del Estado-nación, sobreviven las demandas dirigidas a él (Carballeda, 2002). Pero si las instituciones se encuentran desconectadas y subsumidas a una lógica de la contingencia del acto, entonces, el encuentro es frente a una encrucijada.

••¿En qué medida la institución moderna, el Estado Nación, junto a todos sus productos institucionales, sigue ocupando un lugar predominante en los esquemas de pensamiento, aún sin otorgar la posibilidad de respuesta en tanto esquemas que no se condicen con los datos de la realidad social?

Esquemas que al no reencarnar en nuevos andamiajes político-administrativos constituyen un saber condensado y estanco, que al no haber producido en los sujetos de su producción, la posibilidad de generar estrategias flexibles frente a la realidad, quedan endosados como la única respuesta posible. Respuesta inexistente, imposibilidad estructural.
Las organizaciones que surgen de un modelo de Estado- Nación, siguen la lógica de sus ideales de producción y reproducción. Trabajan, educan, sancionan y premian según sus parámetros. Entienden a su sujeto institucional según las ideas, axiomas o saberes que las gestaron. Siguen el propósito de representar y fomentar dicha lectura, y producir los ordenamientos sociales que aseguren su continuidad. Ahora bien, si las formas organizacionales contemporáneas, encargadas de alojar el producto subjetivo final, se acoplan a la lógica de un Estado Técnico-Administrativo, no sólo pierden de vista al sujeto que ya no es objeto de la lógica estatal, sino que terminan reproduciendo un ordenamiento cuyo estatuto principal, no se adecua finalmente a un sujeto que -aún en dichas condiciones-, puede ser -no sólo- alojado institucionalmente, sino también, repensado bajo las variantes que lo convocan.

REDEFINICIÓN DE CATEGORÍAS DISCURSIVAS Y SU SÍNTOMA
Es a partir de la indagación de los enunciados sostenidos por la comunidad, como emergen indicadores que darían cuenta de una transformación del nivel enunciativo, es decir, de la posición desde la cual se sostienen dichos relatos. La idea misma de niñez aparece acompañada de cierto vacío en la posibilidad de asignación de un estatuto social, así como de la definición del sujeto gramatical. La niñez y sus derechos, en tanto categoría social, se ven signadas por cierto vacío de significación. Es en este sentido, que las consecuencias subjetivas del agotamiento de la institución moderna, no se hacen esperar. La niñez es una de las categorías forjadas por el Estado para la formación del hombre-ciudadano. Niñez para la que se pondrían en marcha una serie de dispositivos de disciplinamiento, escuela y familia que contribuirían a su formación. Si hoy nos encontramos con redefiniciones en el seno de dichos andamiajes, la niñez se presentará como la condensación de futuros anudamientos instituyentes de dichas categorías. Corea y Lewkowicz (1999) sostenían la aparición del modelo de niño como sujeto de derecho, como eslabón fundamental del agotamiento de la categoría de niñez. Agotamiento y síntoma de las transformaciones a nivel estructural de las sociedades.
Niño como sujeto de derecho. Niño como sujeto de consumo de los objetos del mercado, desde el discurso massmediático. Ambas categorías frente a la definición por parte de la comunidad: Niño como sujeto peligroso, frente al cual resulta inimaginable un ordenamiento previsible de la experiencia; en tanto la desaparición de la infancia indica un cambio en la concepción moderna de las etapas de la vida y ese cambio, a su vez, estaría indicando una variación práctica del concepto de hombre instituido socialmente (Corea; Lewkowicz, 1999)

LA INVENCIÓN-MARCA, DEL SER EN LA EXPERIENCIA
La pregunta ronda en torno a las posibilidades de instauración de cierta legalidad, que configure un campo de acción posible, en este caso, desde la práctica concreta con niños, niñas y adolescentes del barrio. Configurar la experiencia en espacios microsociales, implica pensar en modelos de trabajo a partir de la construcción de un marco metodológico que permita dar cuenta de la singularidad, y que pueda desarrollar dispositivos de intervención que aproximen posibilidades de respuesta en un mundo fuertemente fragmentado (Carballeda, 2002);
fragmentación que ha tornado a los mecanismos clásicos de intervención en ineficaces.
Desde nuestro islote, configurar la posibilidad del ser, y del ser en la experiencia; pensar con categorías que surgen de la misma práctica; pensar desde, para y con la práctica, sería similar a la posibilidad de legislar. En este sentido el concepto de resiliencia posibilita la superación de la idea de praxis producto del acontecimiento.
El fortalecimiento y la connotación ideológica asociada en tanto concepto-indicador de la resiliencia pone en juego a la idea de adaptación como resultante de un proceso. El sujeto resiliente no es un adaptado/inadaptado sino sujeto crítico de los valores y significados de su cultura, posibles de ser apropiados subjetivamente. Existir no es un dato objetivo sino un trabajo subjetivo (Lewcowicz, 2004). Por ello, el enfoque de la resiliencia en tanto indicador debe -en términos ético-metodológicos- ser leído dentro del contexto del cual surge, es decir frente a individuos-en-población; generando así, la posibilidad de promoción psicosocial sobre la base de la cultura específica que nos nomina. Esto implicaría incorporar a las variables de análisis categorías sociohistórico- políticas de dicha cultura; formas de organización y distribución de poder; niveles de equidad y acceso a servicios; matrices institucionales que delimitan la forma de plasmación en sujetos y grupos. Incorporando, primordialmente, la pregunta por los segmentos poblacionales excluidos de dicha trama y considerando su relación con el impacto en la salud mental, incluyendo la posibilidad de resiliencia no solo a partir de una respuesta positiva en términos adaptativos, sino también como fruto de una propuesta, exigencia de cambio, o señalamiento de conflictos. La resiliencia también puede pensarse en términos de respuestas singulares que denuncian -en dicho acto- la posición subjetiva frente al acontecimiento.
Hasta aquí algunas consideraciones singulares y particulares de quienes suscriben frente a los derechos de la infancia, la ley, la práctica y las condiciones de factibilidad de los mismos en la Ciudad de Buenos Aires.

BIBLIOGRAFÍA

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Fecha de recepción: 7 de febrero de 2007
Fecha de aceptación:
10 de septiembre de 2007

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