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Anuario de investigaciones

versão On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. v.14  Ciudad Autónoma de Buenos Aires jan./dez. 2007

 

NEUROPSICOLOGÍA Y PSICOLOGÍA COGNITIVA

La localización temporal de recuerdos autobiográficos

The temporary location of autobiographical memories

Azzollini, Susana1; González, Federico2

1 Dra. en Psicología. Investigadora Asistente del Conicet. Prof. Adjunta de Psicología Social (Fac. de Psicología-UBA). susana1060@yahoo.com.ar
2 Lic. en Psicología. Prof. Adjunto Regular Psicología General (Fac. de Psicología-UBA).

Resumen

Se realizó un estudio con los objetivos de: analizar la recuperación de recuerdos episódicos y conocer qué proporción de los eventos recordados incluye la recuperación de su localización temporal. Además, se buscó identificar la asociación entre la recuperación de la localización temporal de los recuerdos y su saliencia, su emocionalidad y su importancia relativa en la construcción de la imagen personal. Para llevarlo a cabo, dos investigadores consignaron diariamente eventos de su vida diaria durante 1 año en una planilla donde se debía localizar temporal y espacialmente el hecho, las personas involucradas, lo que había sucedido y el sentimiento o emoción asociada. Al cabo de un mes del último registro, se eligieron al azar registros sobre los que fueron utilizadas las pistas qué, quién, cuándo, dónde y sentimiento involucrado. Los resultados evidencian que resultó mayor la recuperación de hechos infrecuentes y de mayor emocionalidad, sin embargo, no parece depender del placer/displacer asociado a ellos. La información cronológica fue a menudo olvidada del recuerdo del evento y tampoco resultó útil como criterio de búsqueda, es decir que los eventos, en general, no son almacenados por fechas. La pista privilegiada para la recuperación de recuerdos fue "qué", lo cual sugiere que los recuerdos autobiográficos están organizados predominantemente en categorías no temporales.

Palabras clave: Memoria autobiográfica; Localización temporal; Emocionalidad; Imagen personal

Abstract

The aim of this study was to analyse the recovery of episodic memories in order to know which was the proportion of the recovery of temporal location included in remembered events and to identify the relationship between temporal location memories recovery with its saliency. Secondly, the relationship between the outgoing with the emotion and its relative importance in the self image construction. Two researchers daily checked events of their life for one year. They had to take notes about where the event had taken place, the people involved, the feelings or emotions provoked to it. They had to put marks in different scales: frequency, saliency, emotionality, pleasure/displeasure and which grade of importance was attributed to their self image construction. After a month of the last registry of the clues: what, who, when, where and feelings involved; a few of them were chosen at random. The results showed a big augment of recovery of more emotional infrequent facts. Nevertheless, it does not seem to depend on the pleasure/ displeasure associated to them. Chronological information had been forgotten several times in the memories and it was not useful as a search criterion. These findings evidence that in general the events are not stored per dates. The clue privileged for the recovery of memories was what, which suggests that autobiographical memories are mostly organised in non temporary categories.

Key words: Autobiographical memory; Temporary location; Emotionality; Personal image

"A cierta edad (...) el pasado empieza a importar más que el futuro, no porque uno se vuelva reaccionario, (...) ni porque todo pasado haya sido mejor. (...) sino que el presente ha perdido magia, para mí, porque le he visto ya el truco a la vida, al universo, a la naturaleza, al hombre, a la historia. Y el futuro ha perdido interés porque no puede traerme sino una mediocre repetición de cosas, sorpresas que ya no lo son (...) y éxitos que no son sino malentendidos. Entonces resulta que la magia que antes tenía el futuro, ahora la tiene el pasado".
Francisco Umbral

I. Introducción y cuestiones teóricas
La perspectiva del tiempo es la "mirada" sobre los acontecimientos de la propia vida, es situarse en la temporalidad. En la búsqueda de un pasado olvidado se descubre el hecho de un sí mismo, que posee la capacidad de representar y de representarse. Un presupuesto de la vivencia del tiempo es también la unidad de la oposición entre la identidad inmutable y el constante cambio en la vida del sujeto. En otras palabras, la perspectiva del tiempo es siempre al mismo tiempo la perspectiva de un yo dado en el tiempo, pero idéntico consigo mismo (self).
De acuerdo con diferentes autores (e.g., Belli, 1998; Conway, 1999) el conocimiento relevante para la construcción del self es probablemente jerárquicamente organizado "...a lo largo de los caminos temporales y temáticos que dirigen el proceso de la recuperación'' (Belli, 1998: 385).
Según Bluck (2003) la estructura cognoscitiva de la memoria autobiográfica presenta tres funciones principales: da a uno mismo su posición social, así como una continuidad en el presente, y el futuro (Neisser, 1988) y tiene una función directiva en la guía de los comportamientos de una persona, solucionando problemas, y desarrollando actitudes (Cohen, 1989). Este tipo de memoria puede ser vivo y exacto, especialmente cuando la gente las estima como muy importantes (Wright & Nunn, 2000).
La memoria autobiográfica no es, según Conway and Pleydell-Pearce (2000), un sistema de memoria per se (e.g., Tulving, 1985), sino un sistema de memoria del self que emerge de la interacción entre la base del conocimiento autobiográfico y la construcción del self actual. Esto significa que una construcción mental transitoria del sistema de memoria del self comprende el conocimiento relativo al self y las metas actuales de la construcción del self. Una meta momentánea de la construcción del self determina, entonces, el acceso a la base de conocimiento del self y define el modelo de recuperación que funciona en el proceso de búsqueda: top-down (pista temática, por ej.: he vivido con X) y/o bottom-up (pista sensorial, tal como un olor). Las metaestructuras, además, se ligan a las memorias para las experiencias emocionales, implicando que pueden tanto facilitar como inhibir el acceso al conocimiento y de esta manera, en la recuperación de experiencias emocionales puede no reexperienciarse el afecto previo o estar atenuado (Conway & Pleydell-Pearce, 2000).
En síntesis, todo sugiere que la memoria autobiográfica es duradera, específica y de significación para el concepto de uno mismo (Nelson, 1993); es decir, para la identidad personal (Conway & Holmes, 2004).
El recordar, en palabras de Neisser (1988, p. 357), satisface dos intentos: "...utilidad (que usa al pasado para lograr un fin del presente) y verdad (que usa la memoria para recapturar lo que realmente ha sucedido en el pasado)''. Los recuerdos sirven también como directivas diarias: "...informan, guían, motivan e inspiran'' (Pillemer, 2003: 193).
De este modo, los recuerdos autobiográficos se encuentran fuertemente unidos al concepto de "self", en tanto resulta experienciador y producto de las experiencias. Nigro y Neisser (1983) encontraron que cuando los sujetos examinaban sus propios recuerdos, algunos eran recordados desde el punto de vista original del experienciador pero una gran cantidad de recuerdos parecían ser vistos desde afuera, desde el punto de vista de un observador externo.
Estos recuerdos observados no podían ser copias de la percepción original y debían haber sido reconstruidos. Asimismo, estos autores reportaron que los recuerdos recientes eran más proclives de ser recuerdos tipo-copia reexperienciados desde el punto de vista original, en comparación con los recuerdos antiguos que eran más proclives a ser reconstruidos desde el punto de vista de un observador externo. Otero (2001) ubica a la memoria autobiográfica dentro de la episódica, distinguiéndola de la de hechos públicos, y la define como: "Conjunto de episodios ordenados cronológicamente, espacial y afectivamente marcados, comunicable pero intransferible, que implican una armonía histórica (antes, durante y después) y constituyen la base de la individualidad" (Otero, 2001: 23).
Las relaciones entre memoria episódica y autobiográfica, aparecen expuestas en Tulving (1972): "La memoria episódica recibe y almacena información sobre episodios y acontecimientos fijados temporalmente, y las relaciones témporo-espaciales entre tales acontecimientos. Un acontecimiento perceptivo sólo puede almacenarse en el sistema episódico en términos de sus propiedades o atributos perceptivos; y es siempre almacenado en términos de su referencia autobiográfica a los contenidos ya existentes en el almacén episódico" (Tulving, 1972: 385).
La memoria autobiográfica consiste en episodios recolectados de la vida pasada de los individuos. El estudio de la memoria autobiográfica se ha incrementado en las últimas dos décadas a partir de una aproximación cognitiva a la misma. Es una tarea dificultosa el tratar de descubrir los principios generales que gobiernan la codificación, almacenaje y recuerdo de experiencias
acumuladas a lo largo de la vida por diferentes individuos con diferentes historias personales.
Las experiencias personales son almacenadas usualmente sin una intención conciente de memorizarlas y pueden ser de diferentes clases. Los recuerdos autobiográficos pueden ser declarativos o experienciales; específicos o genéricos (Baddeley, 1998). Neisser (1986) encontró que la memoria personal puede ser representativa de una serie de eventos similares, la cual corresponde al tipo de memoria "episódica".
El recuerdo de las experiencias personales es influenciada por muy diferentes factores. Eventos que son personalmente importantes, únicos (Waheeduddin, A. & Hasan, Q., 1998), y/o emocionalmente placenteros (Walker, W. et al, 1997) son pasibles de ser mejor recordados y de manera más vívida (Raspotnig, M., 1997). Dado que estas variables tienden a co-ocurrir es difícil distinguir la relativa contribución de cada una. El recuerdo es también afectado por variables que operan durante la retención, tal como cuán frecuentemente se habla o se piensa sobre ese evento, así como por la edad durante la cual fue experimentado y la edad de la persona en el momento del recuerdo.
La capacidad de fechar recuerdos es crucial para la organización cronológica. Los recuerdos son almacenados dentro de un marco temporal de referencia, y son unidos a eventos marcadores de la vida pública y de la vida personal. Wilson y Ross (2000) confirmaron experimentalmente la idea de sentido común sobre que se utilizan los eventos del propio pasado más que los hechos sociales para realizar comparaciones que permitan ubicar un evento en el tiempo. Los marcadores sociales son fundamentalmente utilizados cuando las personas están motivadas para realizar una evaluación más precisa. Éste es un ejemplo de cómo los estudios se han centrado en la exactitud de la fecha y en la clase de inferencias temporales usadas en la estimación de la fecha.
Uno de los problemas de la investigación de memoria autobiográfica es que usualmente no hay manera de chequear si los recuerdos reportados son verídicos. Field (1981) analizó entrevistas llevadas a cabo en gente a los 30, a los 47 y a los 70 años, respondiendo preguntas sobre familia, educación, ocupación y relaciones con esposos e hijos. La correlación para preguntas sobre hechos fue de 0.88 y para las preguntas sobre emociones y actitudes fue de 0.43.
Fink y otros (1996) encontraron que determinadas áreas cerebrales del hemisferio derecho (temporal, posterior y prefrontal) son las encargadas del almacenamiento de la carga afectiva de la información autobiográfica.
Linton (1982) llevó a cabo un estudio sistemático sobre su propia memoria para eventos de su vida diaria. Diariamente escribía en tarjetas una breve descripción de al menos dos eventos ocurridos durante ese día. Todos los meses releía dos de esas descripciones que eran seleccionadas al azar; así, el período de retención era variado. Esta autora intentaba recordar los eventos descriptos, estimar el orden temporal en el cual ellos ocurrieron y la fecha de cada evento. También marcaba cada recuerdo en función de su saliencia y de su emocionalidad y volvía a hacerlo en el momento de la recuperación. Un aspecto sorprendente del estudio de Linton fue que no encontrara ninguna relación robusta entre la importancia y emocionalidad consignadas y el subsecuente recuerdo. Es decir, que las características de un evento en el momento de la codificación solamente afectaban a la memorización si las mismas cualidades estaban aún presentes en el momento de la recuperación. Asimismo, Linton estudió las estrategias de recuerdo, lo cual mostró que muchos eventos eran organizados cronológicamente y eran recordados en una búsqueda por orden temporal. Algunos eran organizados en categorías y eran recuperados a través del nombre de esas categorias. Para eventos que tenían más de 2 años, había un pasaje desde una búsqueda cronológica a una búsqueda categorial, reflejando un cambio en la organización mnémica.
Wagenaar (1986) empleó métodos similares grabando eventos de su vida diaria por un período de 6 años. Específicamente, grababa cada evento en términos de "quién", "qué", "dónde" y "cuándo", además de algunos detalles críticos identificatorios. Este formato tenía dos ventajas: el autor podía determinar bajo cuál de estas categorías un evento era mejor recordado y también cuál proveía las mejores pistas para recuperar el resto de la información. También clasificaba a cada evento en una escala de placer, de emocionalidad y de saliencia. La saliencia fue definida como la expectativa acerca de la vigencia del evento como potencialmente recordable; así, eventos únicos eran clasificados con alta saliencia, y eventos rutinarios con saliencia baja. La función de retención mostró que el porcentaje de preguntas respondidas correctamente caía en el período del cuarto año de un 70% a un 35%. Los eventos placenteros eran mejor recordados que los displacenteros o los neutrales, pero la retención fue también relativa a las otras dimensiones de saliencia y emocionalidad. El orden de eficacia de las pistas de recuerdo fue: "qué", "dónde", "quién" y "cuándo". "Qué" fue la pista más poderosa y "cuándo" fue la más débil. La información cronológica a menudo no formaba parte del recuerdo del evento y tampoco pudo ser usada con eficacia como criterio de búsqueda. Wagenaar concluyó que sólamente un pequeño grupo de eventos marcadores fueron precisamente fechados en la memoria, y los eventos no eran, en general, almacenados por fechas. Además, el poder de la pista "qué" sugiere que los recuerdos autobiográficos están organizados predominantemente en categorías. En el presente estudio se seguirá el paradigma Linton- Wagenaar de consignación diaria de eventos de la vida personal; no obstante, se realizaron dos modificaciones: a) se solicitó a los participantes que valoraran la importancia del evento en relación a la construcción de su imagen personal y b) se le dio especial importancia al análisis de la pista "cuando" para determinar su peso en la organización de la memoria autobiográfica.

II. Objetivos e hipótesis
Objetivos:
• Analizar la recuperación de recuerdos episódicos, según la frecuencia de aparición otorgada al evento a recuperar.
• Conocer qué proporción de los eventos recordados incluye, a su vez, la recuperación de su localización temporal.
• Identificar la asociación entre la recuperación de la localización temporal de los recuerdos y su saliencia.
• Identificar la asociación entre la recuperación de la localización temporal de los recuerdos y su emocionalidad.
• Identificar la asociación entre la recuperación de la localización temporal de los recuerdos y su importancia relativa en la construcción de la imagen personal.
Hipótesis:
1. Los eventos infrecuentes serán recordados en forma más completa que los frecuentes, en razón de que los últimos competirían interfiriéndose contra otros eventos dentro de su categoría
2. Las pistas qué y quién facilitarán más la evocación que la pista cuándo.
3. La mayoría de los recuerdos autobiográficos carecerán de una evocación temporal asociada.
4. A su vez, los eventos más infrecuentes presentarán una mayor evocación de su localización temporal que los frecuentes.
5. Los eventos más salientes, de mayor emocionalidad y más importantes en la construcción de la imagen personal serán más recordados y tendrán mayor precisión en la localización temporal.

III. Materiales y métodos
Sujetos y muestra:
2 investigadores sin antecedentes de enfermedades mentales, neurológicas o psiquiátricas consignaron diariamente eventos de su vida diaria durante 1 año.
Procedimiento:
Al cabo de un mes del último registro, se eligieron al azar 24 registros de hechos infrecuentes y 24 registros de eventos muy frecuentes (12 y 12 de cada persona, según la propia calificación de los mismos). Estas cuotas se tomaron en función del máximo de registros de eventos infrecuentes obtenido para el sujeto con menos registros de este tipo. Luego se utilizaron las pistas en el orden qué, quién, cuándo, dónde y sentimiento involucrado, para cada uno de los registros, en el orden en que habían sido seleccionados al azar. Se solicitaba la recuperación del evento, la cual era clasificada como No (si no se recuperaba nada), Parcial (si se recuperaban al menos dos pistas), Total (si se recuperaban tres o más pistas). En los casos en que la pista-estímulo no era "cuándo", se solicitaba expresamente la localización temporal del recuerdo, la cual también era categorizada como: No (si no existía o era errónea), Parcial (si se recuperaba el mes de ocurrencia o un período de días en el que se encontraba la fecha de ocurrencia del hecho) y Total (si se recordaba el día y mes de ocurrencia).
Materiales:
Para la recolección de los datos se utilizó una planilla (véase el Anexo) donde se debía localizar temporal y espacialmente el hecho, las personas involucradas, lo que había sucedido y el sentimiento o emoción asociada. También los sujetos debían marcar en escalas: la frecuencia, la saliencia, la emocionalidad, el placer/ displacer y el grado de importancia atribuido respecto a la construcción de su imagen personal, siendo esta última una variable incorporada al paradigma Linton- Wagenaar.

IV. Resultados

Tabla I
Recuperación de recuerdos, según la frecuencia del hecho

Tal como se anticipaba en la hipótesis, se observó relación entre la recuperación de los eventos y su nivel de frecuencia (según reporte de los sujetos). En efecto, entre los eventos infrecuentes, un 33,3% fue recuperado en forma total; contra apenas un 4,2% entre los eventos muy frecuentes. Recíprocamente, para el caso de lo eventos infrecuentes sólo se verificó un 20,8% de recuperación nula; contra un ostensible 79,2%, para el caso de los muy frecuentes. Estos resultados fueron estadísticamente muy significativos (χ2 = 16,878 y p<0.001).
En la tabla II se observa que las pistas privilegiadas en la recuperación de recuerdos son "qué" y "quién", ya que sobre la base de la primera se evocó un 77,7% de los recuerdos parciales y totales (33,3% y 44,4%, respectivamente) y en función de la segunda, un 57,9% de ambos (13,5% y 44,4%).

Tabla II
Recuperación de recuerdos, según pista utilizada

Tabla III
Recuperación de localizaciones temporales, según frecuencia del hecho

La pista "dónde" resultó de valor medio ya que sólo permitió evocar un 37,8% de los recuerdos parciales y totales (26,7% y 11,1%, respectivamente). En cambio, las pistas "cuándo" y "sentimiento" fueron las que presentaron menor eficiencia en la recuperación, no presentando ningún recuerdo total y sólo un 13,3% de los recuerdos parciales, en ambos casos.
Estas diferencias sobre el peso relativo de las pistas son significativas desde un punto de vista estadístico (χ2 = 17,02 y p<0.05).
Respecto a la recuperación de las localizaciones temporales (sin considerar los recuerdos sobre los que se daba la pista "cuándo"), a un nivel general (columna de totales), la mayoría (76,9%) de los eventos no pudo asociarse a una fecha ni a un período de tiempo determinado, un 20,5% presentó una recuperación temporal parcial (ubicación en el mes o en un período de días) y sólo un 2,6% (un único caso) presentó una recuperación temporal total (fecha exacta).
En cuanto a la relación entre localización temporal y frecuencia de los eventos, vuelve a verificarse una asociación significativa: en los eventos catalogados como muy frecuentes, una amplia mayoría (94,7%) no evidenció recuperación de localizaciones temporales; contra un 60%, para el caso de los eventos infrecuentes.
En cambio, un 35% de los hechos infrecuentes presentó localizaciones temporales parciales, contra sólo un 5,3% de los eventos frecuentes. Es decir que los eventos de la vida poco frecuentes tienen mayor probabilidad de ser ubicados temporalmente, al menos de modo parcial.
Las asociación entre ambas variables resultó estadísticamente significativa (χ2= 6,756 y p<0.05).

Tabla IV
Recuperación de eventos en función de su saliencia (vigencia del evento como potencialmente recordable)

En la tabla precedente se presentan los datos que relacionan la recuperación del evento y la vigencia atribuida al mismo como potencialmente recordable. Más específicamente, puede observarse que conforme aumenta la vigencia de recordabilidad del evento, aumenta la probabilidad de recordarlo. En efecto, la mayoría (85,7%) de los eventos con saliencia de 1 día no fueron recuperados y sólo un 14,3% fueron recuperados parcialmente. Para una saliencia de 1 semana, más de la mitad (52,9%) de los eventos no fueron recuperados, un 35,3% fueron recordados parcialmente y sólo un 11,8% en forma total. En cambio, la mayoría de los eventos con una saliencia de 1 mes, fueron recuperados parcial (58,3%) o totalmente (16,7%). También fueron recuperados en forma completa todos los eventos con una saliencia de uno o cinco años. Estos resultados fueron significativos desde un punto de vista estadístico (χ2= 34,058 y p<0.000).

Tabla V
Recuperación de datos temporales en función de la saliencia otorgada

En la Tabla V se observa cómo los datos temporales están asociados a la saliencia atribuida a los eventos: a mayor saliencia, mayor es la recuperación de la localización temporal del mismo.
Efectivamente, a medida que aumenta la emocionalidad disminuye el olvido de la localización temporal. Así, en aquellos eventos con una saliencia de apenas 1 día, el porcentaje de olvido fue total (100%); ese porcentaje baja ligeramente (88%) al ascender a una saliencia de 1 semana; vuelve a descender (75%) para la saliencia correspondiente al mes; baja abruptamente (25%) para la saliencia anual y, finalmente, se hace nulo para la saliencia correspondiente a los 5 años. Recíprocamente, los porcentajes de localización parcial que comienzan nulos para la saliencia de 1 día, tienden a crecer a medida que la saliencia aumenta (11,8%, 25%, 50% y 100%).
Estos resultados también son estadísticamente significativos (χ2= 21,416 y p<0.01).

Tabla VI
Recuperación de recuerdos en función de la emocionalidad

Respecto a la asociación entre la recuperación y la emocionalidad, nuevamente se evidencia asociación: a mayor emocionalidad, mayor es la recuperación de eventos.
Efectivamente, más de la mitad (58,8%) de los eventos sin emocionalidad o de emocionalidad escasa (64,3%) no fueron recordados; en cambio, la mitad de los eventos con una emocionalidad moderada y todos a los que se les había atribuido una considerable emocionalidad, fueron recordados, ya sea de modo parcial o total.
La asociación entre la recuperación de los recuerdos y la emocionalidad de los mismos resultó también significativa (χ2= 17,173 y p<0.01).
Por último, no se observan asociaciones significativas entre la recuperación de la localización temporal y la emocionalidad del evento registrado (χ2= 7,318 y p>0.05); entre la recuperación de recuerdos y el placer/ displacer asociado a ellos (χ2= 9,901 y p>0.05) y, tampoco, entre la recuperación de la localización temporal y el nivel de placer/displacer (χ2= 11,823 y p>0.05).

Tabla VII
Recuperación de recuerdos en función de la importancia para la construcción de la imagen personal

En cuanto a la relación entre la recuperación del evento y su importancia para la construcción de la imagen personal, se observa que a mayor importancia atribuida, mayor es la recuperación.
Así, más de la mitad (58,8%) de los eventos calificados sin importancia respecto a la imagen personal no fue recuperado y un 35,7% se recuperó sólo parcialmente; en cambio, una amplia mayoría (80%) de los eventos que tenían alguna importancia y todos los que tenían bastante, fueron recordados en forma total.
Estos resultados también resultan estadísticamente significativos (χ2= 19,185 y p=0.01).

Tabla VIII
Recuperación de localizaciones temporales en función de la importancia otorgada respecto de la construcción de la imagen personal.

Considerando el detalle, se analizó la relación entre la importancia del recuerdo y la recuperación de su localización temporal, observándose otra vez que al aumentar una, aumenta la otra.
Efectivamente, una amplia mayoría (88,1%) de los eventos catalogados sin importancia para la construcción de la imagen personal, no se recuperan con su localización temporal; en cambio. Entre los eventos calificados como de alguna importancia, ya aparece un 40% de localización parcial y, finalmente, esa cifra asciende al 100% para el caso de los recuerdos de mayor importancia. Los resultados fueron significativos desde un punto de vista estadístico (χ2= 17,073 y p<0.01).

V. Discusión
Los resultados relativos a la mayor recuperación de hechos infrecuentes resulta congruentes con los hallazgos de Waheeduddin & Hasan (1998), y confirman la hipótesis que sostiene que los eventos únicos son potencialmente más recordables, en razón de no tener que competir contra eventos de la misma clase.
Por otra parte, la asociación detectada entre la recuperación de los recuerdos y la emocionalidad de los mismos resulta congruente con los hallazgos de Walker et al (1997). Sin embargo, a diferencia de lo encontrado por estos autores, dicha recuperación no parece depender del placer/displacer asociado a ellos. Estos datos sugieren que la escala utilizada podría resultar insuficiente, ya que aquellos eventos que generan ambivalencia emocional podrían no haber sido juzgados en forma adecuada. Los datos encontrados pueden vincularse con los hallazgos de Ritchie et al. (2006) respecto a que los eventos no ambivalentes aún con menor contenido emocional son más fácilmente evocados y con más detalle que los ambivalentes. Considerando el constructo de ambivalencia en la literatura de las actitudes (Breckler, 1994), es probable que en futuros estudios resulte conveniente obtener medidas separadas sobre el monto de emocionalidad positiva y el monto de emocionalidad negativa producidos por el evento, tanto al momento de su ocurrencia como de su recuerdo.
En cuanto a los datos temporales, la información cronológica fue a menudo olvidada del recuerdo del evento y tampoco resultó útil como criterio de búsqueda. Lo cual evidencia que los eventos, en general, no son almacenados por fechas (Wagenaar, 1986).
En cuanto a las pistas privilegiadas para la recuperación de recuerdos, el "qué" y el "quién" resultaron ser las más poderosas; secundariamente, la pista "donde" fue útil, aunque sólo en la recuperación de eventos infrecuentes; por último, las pistas más débiles fueron "cuándo" y "sentimiento". Estos hallazgos resultaron congruentes con los de Wagenaar (1986).
En definitiva, el poder de la pista "qué" sugiere que los recuerdos autobiográficos están organizados predominantemente en categorías no temporales.
Por último, en cuanto a la localización temporal: a) no parece estar asociada a la intensidad emocional de los eventos registrados, sean éstos placenteros o displacenteros, lo cual debería retestearse según se propone en los párrafos previos y; b) parece mejor evocada por factores vinculados a la importancia otorgada al evento en relación a la construcción de la imagen personal y a su potencial de recordación.
De esta forma, el ordenamiento cronológico de la memoria autobiográfica quedaría condicionado a aquellos eventos que el sujeto "selecciona" como importantes para la construcción de su identidad. Es decir que este hallazgo parece sustentar la idea de Wilson y Ross (2003) sobre una relación bidireccional entre la identidad y la memoria autobiográfica. En el mismo sentido, Conway y Holmes (2004) destacan que "los recuerdos autobiográficos definen el self" (461); es decir que, si se asume que la función principal de hablar del pasado es ayudar a construir una comprensión de uno mismo a través del tiempo, entonces la manera en la cual el self y el pasado son construidos se influyen mutuamente, en una permanente relación dialéctica (Fivush y Nelson, 2004).

Anexo: Instrumento utilizado para la recolección de los datos

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Fecha de recepción: 28 de diciembre de 2006
Fecha de aceptación: 11 de mayo de 2007

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