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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. v.15  Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./dic. 2008

 

PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA

La práctica del "apoyo mutuo" en situaciones límites entre trabajadores y trabajadoras de empresas recuperadas*

The "Mutual Support" Practice In The Edge Situations Between Male And Female Workers Of Recovered Enterprises

Robertazzi, Margarita1; Pertierra, Lidia Isabel2; Ferrari, Liliana3

* Proyecto UBACyT 2004-2007 P057 "Análisis psicosocial comparativo del proceso de constitución de bienes de utilidad social. Resiliencia comunitaria en empresas recuperadas".
1 Lic. en psicología, UBA. Magíster Scientiae en Metodología de la Investigación, UNER. Ph. D. en Psicología, Universidad de Palermo. Profesora Adjunta Regular en el Área Psicología Social Comunitaria, a cargo de Psicología Social II. Facultad de Psicología, UBA. Directora del Proyecto de Investigación P057
2 Lic. en Psicología, UNMP. Profesora Adjunta de Psicología Social II, Facultad de Psicología, UBA. Investigadora en el Proyecto de Investigación P057.
3 Lic. en Psicología, UBA. Magíster y Dra. en Psicología Social, Universidad Autónoma de Barcelona. Profesora Adjunta Regular de Psicología del Trabajo. Profesora Adjunta a cargo de Problemas Sociológicos en Psicología y Profesora Adjunta de Psicología Social II, Facultad de Psicología, UBA. Codirectora del Proyecto P057.

RESUMEN

Este artículo presenta resultados parciales de una investigación que se propone como objetivo general comparar diferentes cursos de acción en empresas recuperadas por sus trabajadores y trabajadoras. El diseño consiste en un estudio de casos intencionalmente seleccionados que son abordados con metodología cualitativa. Las técnicas utilizadas son el relato biográfico (obtenido mediante entrevistas participativas) y la observación participante.
El foco del análisis está referido a los procesos psicosociales que se despliegan durante el proceso de apropiación de la fuente de trabajo.
Se recortan en este artículo algunos acontecimientos vividos en tres organizaciones -La Nueva Esperanza, Chilavert, IMPA- que se caracterizan por la práctica del apoyo mutuo. En todos ellos la solidaridad se hace presente en situaciones límites y llega de modo inesperado, reparando en alguna medida las situaciones traumáticas vividas.
Estos acontecimientos -tal como ocurre con el trauma, aunque en distinto sentido- implican un impacto subjetivo que no puede olvidarse.

Palabras clave: Apoyo mutuo; Trabajadores/as; Empresas recuperadas; Situaciones límites

ABSTRACT

This paper presents partial results of a research that proposes as a general objective the comparison of the different ways of action among the workers in the recovered enterprises. The research design is based on a study of intentionally selected cases with a qualitative approach. The chosen techniques are the biographic self-story (through participative interviews) and the participative observation.
The focus of the analysis refers to the psychosocial processes displayed during the time elapsed in the appropriation of the work source.
The outline is placed in several events that happened in three organizations - La Nueva Esperanza, Chilavert, IMPA - in which the mutual support is the main characteristic. Solidarity is unexpectedly present in all of them, especially in the edge situations, as a manner to repair in some way the traumatic situations occurred. These events - as it occurs with the trauma - implicate a subjective impact that cannot be forgotten.

Key words: Mutual support; Workers; Recovered enterprises; Edge situations

INTRODUCCIÓN

En este artículo se presentan resultados parciales que son producto de la ejecución del proyecto de investigación UBACyT P 057, "Estudio psicosocial comparativo del proceso de constitución de bienes de utilidad social. Resiliencia organizacional y comunitaria en empresas recuperadas por sus trabajadores y trabajadoras", el que tiene por sede el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Psicología, UBA, y que se enmarca en la Programación Científica 2004-2007.
El tipo de estudio es descriptivo y aborda, con metodología cualitativa, una serie de casos intencionalmente seleccionados.
El objetivo central de la investigación es reconstruir críticamente distintos procesos de apropiación de la fuente de trabajo por sus trabajadores/as y comparar el tipo de prácticas psicosociales, psicopolíticas y psicoculturales involucradas.
Las principales técnicas administradas para la elaboración de los datos fueron interactivas, utilizando, de modo especial, la observación participante y las entrevistas participativas, con la finalidad de reconstruir un relato de la vida laboral de los protagonistas, referido al antes, durante y después de la recuperación de la empresa.
Un procedimiento previo al análisis de contenido (Taylor y Bogdan, 1984) fue la transcripción de todos los discursos, elaborando las categorías a posteriori. Se ordenaron los textos identificando empresas, entrevistados/as, entrevistadores/as, datos contextuales, y lo mismo se hizo con los registros obtenidos en las observaciones. Posteriormente, se seleccionaron enunciados con la finalidad de analizar los discursos. Sin intentar enmascarar el carácter interpretativo de las modalidades de análisis utilizadas, puede afirmarse que se procuró observar en todos los casos una posición de respeto hacia las personas entrevistadas, escuchando, grabando y transcribiendo con atención para no distorsionar sus dichos (Farías y Montero, 2005).
La selección de casos, inicialmente, fue producto de las conversaciones y sugerencias de interlocutores claves, referentes de los movimientos sociales que nucleaban a las organizaciones. A medida que se concretó el acceso al campo, el equipo de investigación conoció directamente a los protagonistas, alcanzando así una mejor comprensión de los procesos psicosociales, psicoculturales y psicopolíticos desplegados y pudiendo entonces tomar contacto con distintos acontecimientos -en el sentido en que Badiou (2005) los define- cruciales que señalaban la dirección a seguir.
Fue así que, a posteriori, comenzaron a estudiarse casos no previstos en la planificación, en los que la recuperación parecía estar estancada, o aun a punto de naufragar, como dan cuenta anteriores artículos publicados por este equipo (Robertazzi, Ferrari, Pertierra & Bancalari, 2006)1. No obstante el permanente interjuego proentre continuidad y cambio que pudo observarse en estas organizaciones permite afirmar que algunos de esos procesos resultan hoy más alentadores.
Sintéticamente, puede decirse que el estudio psicosocial comparativo que este equipo emprendió hacia 2003 permitió comprender de qué manera la experiencia adquirida por la clase trabajadora en una recuperación era una guía para las siguientes, aunque cada caso fuera en sí mismo único. En tal perspectiva, la transmisión del modelo de acción social para recuperar empresas resultaba fundamental, por lo que, desde el principio, estuvo presente la práctica del apoyo mutuo: "hacer que otros conozcan la experiencia". Tal difusión, en la que se invertían e invierten muchos recursos, no implicaba necesariamente que el modelo fuera replicado. La información no resultaba suficiente, se requería la confluencia de otros factores que operaran simultáneamente para llevarlo a la práctica.
Desde el comienzo de esta línea de investigación, se analizaron múltiples discursos de trabajadores y trabajadoras, que aportaron distintas versiones en torno al concepto de apoyo mutuo. Ya, en un primer momento, el equipo de investigación recurrió a la concepción de philia en Aristóteles para dar cuenta del intercambio generoso entre iguales (Robertazzi, Ferrari, Pertierra y Pérez Ferretti, 2003), pues ese proceso fue uno de los más notables y que mayor impacto produjo, tanto en las personas investigadas como en el equipo de investigación. De un modo más específico, en este artículo, el foco de interés busca analizar un tipo particular de apoyo mutuo, el que deja una marca imborrable en quien la recibe. Si bien el análisis de contenido de cada una de las organizaciones estudiadas muestra que una de las categorías centrales es la solidaridad, o las alianzas fortalecedoras, según las distintas denominaciones que proporcionaron los protagonistas, sólo en algunas empresas recuperadas ese tipo particular de apoyo mutuo ocupó un lugar especialmente relevante en el despliegue de la historia colectiva.
Se presentarán en esta oportunidad algunos relatos destacados de trabajadores de tres empresas recuperadas: Chilavert, IMPA y La Nueva Esperanza. Se atenderá especialmente a la última organización pues, hasta el momento, este equipo de investigación no ha dado a conocer ningún aspecto del trabajo de reconstrucción histórica crítica allí realizado.

LA NUEVA ESPERANZA: ALGUNAS CARACTERÍSTICAS SINGULARES DE LA RECUPERACIÓN

La historia de la recuperación de esa fábrica de globos, cuyo antiguo nombre era Global, comienza de modo similar a la recuperación de la Gráfica El Sol, es decir con un momento de sobresalto (Malfé, 1978; Robertazzi, Ferrari, Pertierra & Ávalos, 2005)2. Así como un día, los obreros y obreras gráficas llegaron, como siempre, a trabajar y el patrón no estaba; del mismo modo, las personas empleadas en Global llegaron a su fábrica y encontraron la puerta cerrada. Uno de los protagonistas lo relata de este modo: "En el año 2004, un día lunes, vinimos a trabajar y un cartel decía 'Cerrado hasta nuevo aviso'; nosotros no entendíamos nada de qué había pasado".
Hasta ese momento, tanto en una como en otra empresa, había algunos signos que podían anticipar el vaciamiento: los sueldos estaban atrasados, se adeudaban vacaciones, aguinaldos y, en oportunidades, se entregaban vales en lugar de dinero, no obstante la producción no se había paralizado. Sin embargo, el grado de naturalización al que habían llegado esas prácticas de la clase empresaria en Argentina llevaba a que las personas que allí trabajaban ni imaginaran el desenlace que finalmente se produjo.
Una de las diferencias entre las empresas comparadas consistió en el tipo de acciones llevadas a cabo por sus dueños: mientras que el propietario de la empresa gráfica desapareció dejando la maquinaria en su lugar, aunque con la expectativa de llevársela después; los dueños de la fábrica de globos, durante un fin de semana, lograron retirar todas las máquinas, trasladándolas inclusive durante la noche, según informaron a los trabajadores y a las trabajadoras algunas personas vecinas. La fábrica de globos había quedado totalmente vaciada.
Otro aspecto divergente fue que El Sol Artes Gráficas se encontró con un camino allanado por la experiencia que previamente había acumulado la recuperación de Chilavert Artes Gráficas, su antecedente más directo, y, desde luego, las de otras organizaciones, aunque pertenecieran a otros rubros y sus actividades e historias fueran disímiles. La gente de El Sol Artes Gráficas lo expresaba diciendo que no habían tenido una transición larga, sino sólo de quince días.
Por otra parte, en el momento en que el que se sorprendieron por la ausencia del patrón, la empresa gráfica recibió apoyo sindical y del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas3 (MNER), e inclusive contaron con la buena disposición de un juez para resolver sus conflictos y también con la de algunos/as legisladores/as. Esa red de contención funcionó muy bien, aunque había sido diferente, poco tiempo antes, cuando Chilavert recuperó la empresa.
La situación en la fábrica de globos provocó igualmente, por sorpresiva, un efecto de sobresalto angustioso, pero con el agravante de que tanto el patrón como las máquinas habían desaparecido durante un fin de semana. A esta situación singular, habría que agregar que tampoco las trabajadoras y trabajadores contaban con un grupo que funcionara como sostén o respaldo.
Algunos miembros de la empresa recordaron un antiguo proyecto de la patronal para mudarse a la provincia de Buenos Aires, con la finalidad de abaratar costos. A partir de ese recuerdo, decidieron salir a buscar las máquinas. Sin ellas, habrían perdido todo.
Desde luego que recurrieron a la justicia porque tenían cuestiones que denunciar, básicamente el vaciamiento de la empresa, pero las respuestas tardaban mucho tiempo en llegar4 y fue así que tuvieron que pasar a lo que podría considerarse "acción directa". Primero, fue una larga peregrinación buscando las máquinas, luego el hallazgo casi providencial, a posteriori la custodia permanente instalados en una carpa y, finalmente, luego de casi un año, el reingreso de las máquinas a la fábrica. Tanto el momento de reencontrarse con las máquinas robadas, como el otro en el que pudieron recuperarlas y trasladarlas a la empresa, poseen para los y las protagonistas las marcas de lo inolvidable.
Así como soportan el trauma provocado por lo inesperado del vaciamiento, llevan consigo esos otros recuerdos también imborrables, pero de sentido contrario.
En un caso, no estaba ya aquello que debería haber estado; en el otro, aparece algo donde no había nada.

EL APOYO MUTUO Y EL PROCESO PSICOSOCIAL DE LA SOLIDARIDAD

El concepto de apoyo mutuo ha sido teorizado un siglo atrás por Pedro Kropotkin. Su concepción de una sociedad que aboliera toda forma de gobierno, y prescindiera de instituciones estatales, atribuía a la cooperación y al apoyo mutuo un lugar central en la evolución de las especies animales y también de los seres humanos.
Kropotkin (1902/1989), en su obra sobre el apoyo mutuo, se proponía contrarrestar las consecuencias antisociales derivadas del darwinismo, mediante las ideas propias de su filosofía social. El hombre, para él, no es lo que es sino por su sociabilidad, es decir por la fuerte tendencia al apoyo mutuo y a la convivencia permanente; oponiéndose de ese modo al contractualismo, tanto en la versión pesimista de Hobbes, que fundamenta el absolutismo monárquico, como en la versión optimista de Rousseau, sobre la cual se considera basada la democracia liberal.
Para Kropotkin, igual que para Aristóteles5, la sociedad es tan connatural al hombre como el lenguaje. Nadie como el hombre merece el apelativo de animal social (dsoón koinonikón). Según Kropotkin la existencia del hombre depende siempre de su coexistencia (Cappelletti, 1989). A partir de haber reunido una gran masa de datos zoológicos y geográficos, infiere Kropotkin que el principio del apoyo mutuo constituye un hecho científicamente comprobado como factor de la evolución, paralelo y contrario al concepto darvinista de "lucha por la vida". Si tanto se esfuerza por demostrar que el apoyo mutuo es un factor biológico es porque sólo así quedan igualmente satisfechas y armonizadas sus ideas filosóficas y socio-políticas en una weltanschaung, acorde, por lo demás, con el espíritu racionalista de su época (Cappelletti, op. cit.).
En los capítulos dedicados a "la ayuda mutua en la sociedad moderna", abunda en ejemplos de construcción incesante de asociaciones, sociedades, clubes, uniones, asociaciones políticas a lo largo del siglo XIX, que respondían a todos los intentos de los Estados Modernos por destruir las organizaciones que obreros, comerciantes y artesanos se daban para la práctica de la ayuda mutua. Refiriéndose a las asociaciones políticas y a los múltiples renacimientos de esas uniones libres, dice: "La política, como es sabido, constituye precisamente el campo donde los hombres egoístas entran en las más complicadas combinaciones con los hombres inspirados por tendencias sociales" (Kropotkin, 1902/ 1989, p.261).
Defiende y sostiene que la cooperación conducirá a la humanidad a una forma armoniosa y superior, pues entre quienes cooperan se desarrollan ideales más amplios de bienestar público y de solidaridad entre ellos mismos. Semejantes asociaciones, naturalmente, no cambian la estructura económica de la sociedad, pero, especialmente, argumenta, en las ciudades pequeñas6, ayudan a nivelar las diferencias sociales y, puesto que ellas tienden a unirse en grandes federaciones nacionales e internacionales, sólo por esto contribuyen al desenvolvimiento de las relaciones amistosas personales entre toda clase de personas diseminadas en las diferentes partes del globo.
Para quien es una de las figuras más representativas del pensamiento anarquista, la ayuda mutua, la justicia y el espíritu de sacrificio -valores que se encuentran presentes en los acontecimientos que se narran y analizan a continuación- constituyen los tres elementos primordiales de toda moral.

EL APOYO MUTUO ENTRE TRABAJADORAS Y TRABAJADORES DE EMPRESAS RECUPERADAS

Es frecuente caracterizar a las empresas recuperadas por trabajadoras y trabajadores como un ejemplo de economía solidaria (Caracciolo Basco & Foti Laxalde, 2003), dado que frecuentemente estas organizaciones vuelven a producir bajo el formato de cooperativas, en las que sus asociados/as no perciben salario, sino que distribuyen equitativamente -en mayor o menor medidalas utilidades. Al mismo tiempo, procuran tomar sus decisiones de modo horizontal, organizándose bajo un formato asambleario.
Las autoras citadas refieren una articulación entre economía y capital social que identifica y caracteriza alternativas sostenibles de trabajo y generación de ingresos que impacten en superar la pobreza y contribuyan al desarrollo local. Es indudable que buena parte de sus definiciones reflejan con claridad el derrotero seguido en las organizaciones estudiadas por este equipo de investigación, inclusive cuando describen el proceso que enriquece el capital social, transformando la lucha por la subsistencia en una participación en ámbitos más amplios, ya sea municipales, nacionales o internacionales.
Cabe aclarar, no obstante, que este artículo no se ocupa de analizar el cooperativismo, sino un tipo especial de práctica de apoyo mutuo, vivida en un encuentro personal, cara a cara, entre semejantes y que -por lo inesperado- produce sorpresa, reparación, gratitud y compromiso en quien la recibe. A la vez que genera efectos en la subjetividad, llegando, incluso, en algunas organizaciones, a afianzar la convicción de que el proceso psicosocial de la solidaridad debe ser la consigna que motorice la resistencia junto al resto de la clase trabajadora.
Si bien se partió de la concepción de apoyo mutuo o solidaridad en Kropotkin, estos conceptos, a lo largo de un siglo, fueron teorizados en las ciencias sociales desde distintos enfoques y por distintos autores. Entre ellos, Hernández (1996) lo considera como uno de los criterios que definen el trabajo que, desde la psicología social comunitaria, contribuye al desarrollo local. En su perspectiva, la solidaridad va desplegándose desde la espontaneidad y la coyuntura hasta llegar a convertirse en un compromiso permanente y, finalmente, en una acción estratégica y articulada.
Esas transformaciones de la solidaridad o apoyo mutuo se constatan en la conformación de bienes de utilidad social o cooperativas de empresas recuperadas. Sus distintas manifestaciones van tomando forma en el difi- cultoso camino hacia la autogestión. La práctica del apoyo mutuo, abonando alianzas fraternas (Malfé, 1994), emerge con mayor nitidez entre los/as trabajadores/ as y otros actores sociales en el momento en que se instala el conflicto laboral y la recuperación de la empresa. En los casos estudiados, los y las protagonistas recibieron muestras de la solidaridad espontánea del vecindario, por ejemplo cuando la gente de la ex-Global acampaba custodiando las máquinas, o cuando la de Chilavert pasó largos seis meses de ocupación dentro de la planta, o en las reiteradas oportunidades en las que la gente de IMPA, desalojada de la fábrica, permanecía en la vereda. A la vez, las manifestaciones de solidaridad estratégica provinieron de los movimientos sociales más amplios y han estado presentes desde un principio, como las de organizaciones populares y asambleas barriales. En algunos casos, también recibieron muestras de solidaridad articulada de parte de sindicatos e inclusive de un sector de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Es indudable que cualquiera sea el tipo de solidaridad que se ponga en juego, contribuye a generar alianzas fortalecedoras, o redes sociales, es decir un entramado de relaciones complejas de intercambio entre múltiples y diversos actores, con variados estilos de acción, que mantienen un flujo y reflujo constante de informaciones y mediaciones organizadas, las que se establecen en pro de un fin común: el desarrollo, fortalecimiento y cumplimiento de metas específicas de una comunidad en un contexto particular (Gonçalvez de Freitas & Montero, 2003).
En tres de las empresas recuperadas estudiadas, el relato de las personas entrevistadas resalta la recepción de la ayuda en momentos que pueden definirse con el concepto freiriano de "situaciones límites", es decir cuando resulta imposible sostener el estado de cosas.
En los tres episodios que se analizan a posteriori, el grupo o la organización se encuentran en un completo estado de desamparo social (Sennett, 2000, 2006), lo que se conecta con vivencias de desamparo infantil (Laplanche & Pontalis, 1971). En esos momentos de intensa angustia, donde no hay a quien referirse, de pronto llega la ayuda, de donde no se la esperaba. A pesar de que las acciones desplegadas para obtenerla han sido innumerables, el momento de la recepción parece "mágico", dado que contrasta con una vivencia de máximo despojo.

EL APOYO MUTUO EN UNA SITUACIÓN LÍMITE: LA NUEVA ESPERANZA

Podría calificarse de estratégica la ayuda que Eduardo Murúa, uno de los principales referente del MNER, brinda al grupo de la empresa ex-Global. Así lo relata un protagonista de esos acontecimientos: "Bueno, como les venía contando... nosotros queríamos recuperar las máquinas, porque eso era lo esencial para nosotros, sin eso no podíamos hacer nada... si nosotros perdíamos eso (...) a lo mejor se nos acababa todo... cansados de estar, pasamos el 24 de diciembre ahí, el 31 de diciembre pasamos ahí...".
El entrevistado hace referencia a los largos meses del año 2004, cuando estuvieron en una carpa, custodiando las máquinas que la patronal había ocultado en un depósito de Pacheco, Provincia de Buenos Aires, con la intención de abrir otra fábrica, descartando a las antiguas personas empleadas. Ya habían recurrido a la justicia, a los medios de comunicación e intentaban vincularse con otros que atravesaran situaciones semejantes: "Resulta de que ahí (en la Legislatura de la C.A.B.A.) nosotros, ahí nos hemos comunicado... hemos conocido a este muchacho, Eduardo Murúa7, que andaba con eso, cooperativas, con las fábricas recuperadas... ese recuerdo que nunca nos vamos a olvidar".
En aquel momento el grupo de dieciocho trabajadores/ as no tenía demasiado conocimiento sobre lo ocurrido en otras organizaciones y desconocía la existencia de las Leyes de Expropiación:

Claro, no sabíamos cuál era el alcance de esa Ley para nosotros. ¡Muy lindo!. ¡Ese fue... ese fue un día inolvidable!. Me acuerdo que yo estuve con una chica que está acá adelante, este... otras chicas y... nosotros festejábamos en el alambre, porque había seiscientas personas por lo menos festejando, de todas las cooperativas, estaban todas las cooperativas. Estaba trepado al alambre yo también y... entonces lo veo a él, a este muchacho que viene corriendo de adentro de la Legislatura, porque... (...) Yo no lo conocía, no lo conocía a él yo, ¡nadie lo conocíamos!, ¡no sabíamos quién era Eduardo Murúa!".

El entrevistado recrea en su relato el momento en el que se conecta con la persona de la que provendría el apoyo indispensable para seguir resistiendo. Un desconocido a quien sólo se ve entrar y salir, "moverse" en la Legislatura. Esta intuición, que parecía un "hallazgo", no obstante implicó para el grupo de trabajadores otros dos meses de espera:

Claro, ¿no?, moverse... entonces le hago seña yo, así, y lo toca a él y le dice y... '¿me das tu TE, tu celular?'. Le pasé la lapicera, se arrimó y me dio y me puso: 'Eduardo Murúa, el vasco', abajo.
Pasó, vinimos, les conté en la carpa lo que pasó, que esto que pasó. Lo llamaba por TE, nunca me podía comunicar, nunca, no se qué pasaba con el celular. Y en ese momento, ¡qué se yo!, habrán pasado dos meses... pero ya... ya había caído en el olvido eso... insisto otra vez y me comunico... ¡con él!, le digo: 'Yo soy el que le pedí el TE -le digo- aquella vez de la Legislatura', este... 'Sí, ¿qué problema tenés?'. 'Sí, yo soy el que estoy en una carpa', eh... no se cuántos meses hacía que le dije. 'Estamos... estamos a la miseria, nos queremos mudar, el vaciamiento en tal año, queremos volver, estamos ahí...'. 'Bueno ... -me dice yo lo voy a llamar, yo lo llamo'. '¿Seguro que... ¿no quiere que lo llame yo'. 'No, yo lo voy a llamar'.
Pasó otra vez, no me llamaba, habrá pasado un mes, no me llamaba, ¡buen!, dijimos que no, que no pasaba nada. Un día me acuerdo acá, en mi casa, al mediodía pensaba... no se qué, adónde me iba, pero la cuestión que estaba poniendo llave a la puerta de mi casa, me iba y suena este celular... y me dice: 'Soy Eduardo Murúa, ¿te acordás?'. '¡Sí! -le dije- me acuerdo, ¿cómo te va?'. Le digo: 'No, no me puedo comunicar, no me podía comunicar con vos, ¿qué pasó?'. Le dije: 'yo quiero hablar con vos personalmente, quiero tener una reunión'. Entonces me dice: '¿Dónde me puedo reunir con vos?'. Y le digo: 'Acá, acá, en mi casa' (...) Era... me acuerdo que era un día lunes: 'Dame la dirección', me dice (...) le di la dirección y me dice: 'Buen, yo voy a estar a las 3 de la tarde el miércoles ahí'. '¿Seguro? -le digo- ¿quiere que lo llame para hacerlo acordar?'. 'No, no, nada, no me hagás acordar nada', me dice. !!!Una alegría!!!. Ahí parece que era... un poco más de vida, llamé a la carpa, me fui a la carpa, ya hicimos una asamblea con los compañeros 'que nos vamos a reunir con fulano', pero no lo conocían.
Bueno, le dije a las compañeras, me acuerdo (...) esta chica llegó, como dos y media habrá llegado, para las tres, a la cita con él, este... llamé a todos los compañeros que se reunieran para las tres porque iba a llegar él.
Eh... dos y media vemos un coche que va cruzando y digo: '¡Ahí va, ahí va!', dos y media. Se presentó media hora antes, estábamos tomando unos mates con los compañeros, se presentó y bueno... le contamos ahí nomás qué es lo que pasó, que nos pasó, cuántos meses hace que estaba así y así, once meses que estábamos, que no aguantábamos más, que nosotros necesitábamos una persona que nos patrocine a nosotros para hacer la mudanza para acá, porque la única solución nuestra es que queríamos hacer la mudanza por nuestros propios medios, pero que necesitábamos una persona que nos de fuerza.

En el caso de la fábrica de globos, aunque conocieran el modelo de acción social para recuperar empresas, no podían reproducirlo, dado que la ocupación de la fábrica resultaba inútil en la medida en que las máquinas habían sido llevadas a otro lugar. Después de tantos meses de desamparo, carencia e incertidumbre requerían la ayuda que la justicia les había escatimado, porque se sentían ya sin fuerza y energías para resistir.
Cuando ya se conoce el final de la historia, no es sencillo imaginar lo que deben haber significado esos once meses plagados de riesgos, en una carpa, custodiando las máquinas y esperando infructuosamente ser amparados por la justicia. El entrevistado continúa su relato pormenorizado, reproduciendo los diálogos que mantuvieron en aquel momento:

'Bueno, nos vamos a mudar, yo voy a poner un camión grande, yo soy de la... yo soy -dice- de la cooperativa el IMPA, donde están los compañeros, vamos a ir en colectivo, los vamos a ayudar, vamos a venir así...'. Bueno, todo muy lindo (...) y... bueno ¿viste?, yo pensé, yo nomás, once meses, estamos allá y este señor viene y nos quiere poner una solución en... en un rato. '¿Será verdad?', ¡pensamiento mío!. Y bueno, le digo que... hicimos una pausa... y le digo: '¿cuándo podrá ser esa mudanza..., Murúa?'. 'El lunes' -me dice, pero así sin consul... ¡sin nada!, ¡el lunes!, era un miércoles; dice- 'Prepárense Uds., arreglen todo, búsquense algunas camionetas -dice- que yo voy a poner un camión grande para esto'.
Bueno, fue el preparativo así, en esos tres días que faltó, nos pusimos en campaña a buscar todo y ¡fue así!. Ese lunes llegó, me acuerdo que... eh... yo fui temprano de acá, con dos camionetas que había conseguido de acá, empecé, llegué allá, empezamos a cargar nosotros, antes que él llegara con... con la comitiva de él y, cuando él llegó con el camión, yo ya había salido ¿viste? con las dos camionetas para acá. Aparte fui con un... que conoce todo cuestión de mudanza, porque nosotros no teníamos ningún permiso, ni ningún papel, para... para justificar que hacíamos la mudanza ni nada. Era todo... nosotros también hacíamos un vaciamiento de allá, veníamos...'.

¿Se estaba haciendo un vaciamiento o se estaban recuperando las máquinas que habían sido robadas?. Cuando lograron reingresar a la empresa encontraron el lugar abandonado; inclusive la propiedad -y toda la manzana- se habían salvado de un intento de incendio provocado por los mismos propietarios. El entrevistado sigue su relato suspirando profundamente y lleno de emoción:

No, estaba cerrado, claro, totalmente. Eso fue todo el día, esquivábamos a los puestos de policía, a los controles. Fue una mudanza terrible, todo el día, 35º, el 10 de enero de... del 2005, eso... inolvidable para nosotros, ¡nos salió todo bien!, que... la policía no nos paró para nada (...) todo nervio, nervio todo el día, nervio, alegría, desesperación, ansiedad, de ver... acá había un pasto así de alto... (...) Todo abandonado. Y bueno, se llegó la tarde, se iba acabando... el sol se iba escondiendo, llegó la nochecita, llega el primer... llega el último camión grande, del IMPA, que viene con todas las cosas más pesadas, más importantes de... de... cortamos la... ahí la calle y enseguida cinco patrulleros que... Ya no nos dejaban descargar. Ya estaba Murúa ahí, él peleaba ahí con la policía, les decía que es... que es una empresa que habían hecho un vaciamiento, que hemos recuperado con una cooperativa, que esto... y mientras él les peleaba, ahí con ellos, nosotros descargábamos, cuando ellos se dieron cuenta, nosotros ya terminamos de descargar (...) Ya estaba todo colocado acá adentro y él seguía y, después, cuando la policía vio que... cerramos el portón y quedó ahí... bueno... hasta que terminó haciéndose amigo con la policía...
Este momento de la narración es uno de los más emotivos, el entrevistado casi no puede hablar y las entrevistadoras también están emocionadas. Dice: "ese es... es el momento este... más lindo y el recuerdo más lindo". No obstante, esa noche todavía les esperaba otra sorpresa, también imborrable:
Yo me acuerdo que... que de noche ¿no?, y cerramos todo ya y no teníamos luz, no teníamos nada. Un compañero me dice: 'Che, ¿qué comemos?, no tenemos nada'. 'Y... vemos', le digo. Había mucha gente, vinieron ya de otras cooperativas, muchas cooperativas. 'Vamos a ver qué hacemos'.
De repente, salimos del comedor y vamos (...) vimos un fuego que estaba (...) carbón que había, vimos que había chorizos, vimos que había pan, vimos que había gaseosa, ¡vimos que había todo! Y había sido que estas cooperativas venían con todo preparado, había sido que nos trajeron todo (...) sí, sí, sí. Ya teníamos todo, teníamos agua, teníamos gaseosa, comimos... todo, fue una cosa, ¡buen!... muy linda cosa.

Este relato no sólo informa sobre los acontecimientos vividos sino que los recrea merced a la minuciosidad narrativa, reviviendo dramáticamente la carga emotiva y trasmitiéndola con toda su intensidad a las entrevistadoras. Son para señalar las figuras hiperbólicas: "nos trajeron todo", y la reiteración innecesaria del "vimos" y "teníamos" que le da fuerza y colorido a la narración. A la vez, la reconstrucción de ese momento en el que el fuego, el pan, las gaseosas y los chorizos significan todo para alguien ayudan a imaginar la situación traumática vivida.

EL APOYO MUTUO EN UNA SITUACIÓN LÍMITE: CHILAVERT ARTES GRÁFICAS

En la gráfica Chilavert la recuperación lleva las marcas del apoyo mutuo, de la solidaridad. Es tal vez en ese sentido una de las empresas estudiadas más emblemáticas, lo que hoy la hace definirse como una "fábrica de puertas abiertas", en la que sólo hay que tocar el timbre para ser atendido.
En artículos anteriores se han presentado algunas de las características singulares de esta organización, su modo de vinculación con el afuera (Robertazzi, Ferrari, Pertierra & Calcagno, 2003). Una de nosotras ha tenido oportunidad de estudiar en profundidad el apoyo social desinteresado y extendido, al haber entrevistado a varias personas ajenas a la organización, fuentes de apoyo, mientras realizaba allí su trabajo de tesis (Robertazzi, 2007).
Esta empresa recuperada fue receptiva de intensos lazos de solidaridad, coyunturales y estratégicos. Recibió apoyo de las asambleas barriales, del MNER, del barrio, del Centro de Jubilados que se encuentra enfrente de la imprenta, de los y las universitarios, y la lista se hace interminable y llega hasta quienes se definen como "vecinos" de Chilavert pero viven en el exterior del país (Robertazzi, op. cit.).
Las situaciones límites en la empresa gráfica han sido múltiples, a modo de ejemplo se señala el tener que enfrentar un desalojo y hacer frente a una ocupación durante seis meses, permaneciendo en la fábrica que no contaba ni siquiera con los servicios mínimos e indispensables, como luz y gas. Los episodios en los que la ayuda llegaba de manera inesperada, también son muchos. En uno de ellos se relata el modo en que dos universitarias, una canadiense y otra estadounidense, envían desde el exterior el dinero que habían obtenido de unos libros que compraron en Chilavert, "¿Qué son las asambleas populares?", y que vendieron en sus lugares de origen. El siguiente es el relato de uno de los trabajadores de la empresa gráfica, donde rememora las vicisitudes vividas antes de obtener la Ley de Expropiación y mientras pensaban en alquilar el edificio para poder continuar con la producción:

Pasó el tiempo, nosotros arreglamos acá, estábamos sin luz, el síndico pidió la luz, o sea que la deuda de la luz pasó a la quiebra. El síndico pidió la luz para hacer un inventario y luego la volvían a cortar. Nosotros pedíamos la planta en alquiler al juez y, a su vez, estábamos tramitando la expropiación, pero era diferente si pedíamos la expropiación con la fábrica en funcionamiento. Cosa que el juez quería rematar en cuatro meses y no quería alquilar. En todo eso pasaban los meses, y, cuando nos dieron la luz, el primer mes, 900 pesos, los teníamos que pagar nosotros, con el fondo de huelga que teníamos nosotros, porque pensábamos que ya nos daban en alquiler. El juez nos iba pidiendo cada vez más cosas, iba rechazando... el segundo mes, una cuota de 700 pesos, pagamos también y el tercer mes una cuenta de 500 pesos, y ya se nos había acabado la plata. Y... bueno, salimos a buscar, fuimos a IMPA, que siempre nos apoyaba, justo, en ese momento, Murúa estaba en una toma, conocíamos a otra gente de IMPA, pero no teníamos tanta confianza. La cuestión... mientras eso lo hacían otros compañeros, tocan timbre acá y llega una encomienda de EE.UU, y venía una revista y una carta que decía que mandaban 150 dólares que nos alcanzó para pagar la luz...

Para muchos trabajadores de Chilavert el apoyo social se convirtió en "obligación moral" de devolver a la comunidad todo lo que recibieron de ella:

Yo lo sentí a partir de la obligación moral. Uno tiene que tomar la obligación moral, porque en la defensa de nuestros intereses, es decir de nuestra fábrica, venía gente que ni nos conocía, ni sabía nada de nosotros, dispuestos a que les rompieran la cabeza... ellos habían asumido un compromiso y, a partir de eso... eso fue lo que me cambió. No fue tanto la lucha, sino ver a gente que no tenía nada que ver con nuestra lucha, pero la habían tomado como propia y eso era muy fuerte, como para uno no comprometerse con la lucha de los demás. Y sabemos por experiencia que defendiendo al otro uno se está defendiendo. Como nosotros tenemos esa experiencia...

EL APOYO MUTUO EN UNA SITUACIÓN LÍMITE: IMPA COMO FUENTE DE APOYO

Se presenta aquí el relato de una práctica de apoyo mutuo desde quien funciona como fuente del mismo, no desde quien lo recibe. Cabe consignar que las entrevistadoras desconocen cuál es la empresa receptora de la solidaridad. El entrevistado, un trabajador de IMPA, no lo mencionó, es sólo "un grupo de muchachos" y resultaba innecesario averiguarlo, pues en su relato quedaba claro que ese tipo de apoyo pudo haberlo recibido cualquier otro colectivo que atravesara una situación semejante:

Se habló que hay que ayudarlos, cuando vengan empresas que están en problemas, lo que le podamos dar... acompañarlos (...) que su fábrica esté segura. Nosotros hicimos mucha historia en ese sentido, a mí, en La Plata, me fueron a ver un día que fuimos por Gatic, fuimos a la planta, y vino un grupo de muchachos... Claro, a uno, más o menos, lo conocía, ¡tanta gente!. 'Que este es el señor que me prestó los 3.000 pesos'. Estaban muy mal, pero nosotros ya habíamos empezado a facturar aquí, no estábamos bien, pero ayudar a un compañero que estaba mal... ¡tenían que conectar la luz!. Eduardo les preguntó cuánto necesitaban: 'Y... tres mil pesos son'. 'Y, bueno, vayan por IMPA', a ver si se podía dar una mano, no se les dijo que le íbamos a prestar. Y, cuando vinieron, estaban en la oficina con... el tesorero, fuimos a buscar, teníamos tres mil pesos empaquetaditos, entramos en la oficina... cuando los pusimos, ¡la cara de uno de ellos se cambió cuando vieron la plata!, y más en una situación crítica como estaban ellos. Se ve que fue inolvidable para ellos. 'Miren, si nos pueden devolver cuando trabajen, nos devuelven, y si no hagan lo mismo que estamos haciendo nosotros ahora, con otro que esté necesitando'. Pero sí, la primera facturación que hicieron, devolvieron la plata, por eso digo hay gente muy buena, nada más que hay que saberla tratar...

Este tipo de lógica del intercambio que se ha popularizado como "cadena de favores", en estos casos, parece propia del modo de operar de las personas que alcanzan un suficiente desarrollo de su conciencia de clase, una característica que asemeja a muchos trabajadores/ as que conforman el MNER. Podría sintetizarse en apoyar a quien lo necesite, en la medida en que puedan reunirse los recursos necesarios para hacerlo. Por otro lado, quien recibe la ayuda no queda en deuda con quien la dio, no obstante se intenta comprometerlo para que, cuando pueda y esté en condiciones, ayude a otros, tal y como fue ayudado. Habría que señalar además que, si bien este tipo de solidaridad, estratégica o espontánea, es inolvidable para quien la recibe, produce una enorme alegría también en quien la otorga, como muestra el relato del entrevistado, en el que no se vanagloria del hecho, sino que lo narra como una práctica habitual.

CONCLUSIONES

Este artículo se ha referido a un tipo de apoyo mutuo, el que llega en momentos donde la situación ya no puede sostenerse, y debe ocurrir algo que la cambie con urgencia. Como ha podido advertirse, no se trata de situaciones en las que lo necesario para resolver la cuestión sea imposible de conseguir, o se requiera algo desmesurado: más bien se trata de pagar la luz, de comer o de que "alguien" intervenga para revertir la terrible injusticia que se padece.
Las personas o grupos de los que proviene la ayuda tampoco son sujetos poderosos, sino otros más o menos desamparados: trabajadores/as de otras empresas recuperadas, jubilados/as, vecinos, o jóvenes estudiantes en el caso que narra el trabajador de Chilavert. Algunos de ellos serían definidos por Dussel (1998) como víctimas del actual sistema económico, que proclama derechos que no están contemplados en la práctica para la mayoría de las personas. En el caso de los protagonistas de estas historias no sólo son víctimas por ser obreros, sino por haber sido considerados como "población superflua" (Bauman, 2006). Este mismo autor, en otro texto, sostiene que el deseo de vivir con dignidad y sin miedo es un terreno común para la acción y concepción de la solidaridad, afirmando además, con gran tenacidad, que, de no refundar la solidaridad de los destinos de la humanidad común, sólo quedaría la mutua destrucción (Bauman, 2005).
A pesar de que la ayuda no sea objetivamente abundante, debería considerarse que sí lo es, porque quien la ofrece no lo hace porque algo le sobre, y quien la recibe se ha olvidado ya cómo era ser objeto de la ayuda. La frecuencia del apoyo no es alta y el espectro potencial es escaso. Asimismo se trata de una solidaridad instrumental, tangible, material, en contextos de crisis, como diría Mannheim (Veiel, 1990).
Se han recortado fragmentos del discurso de tres trabajadores de distintas empresas recuperadas, utilizando citas destacadas, justamente para que ellos "hablen" dentro de este artículo. El uso del discurso directo ha procurado remarcar la presencia de la alteridad, sin formas enmascaradas, evitando la fusión de puntos de vista (Reyes, 1993).
El discurso de estos trabajadores está plagado de marcas de heterogeniedad y de evidencialidad8, pues narra hechos que se conocen con certeza por haberlos vivido y recrea diálogos que se sostuvieron en los momentos límites. Se ha intentado conservar la gran potencia narrativa de los relatos y su fuerte carga emotiva, por tal razón se ha dado bastante espacio para reproducir las voces de las personas entrevistadas -fuentes y objetos de la solidaridad- entremezcladas con las de las entrevistadoras, lo que otorga a la investigación una mayor validez ecológica (Montero, 2006). Sólo se han incluido marcas tipográficas, negritas, con la finalidad de resaltar algunos enunciados que refuerzan la situación de desamparo y de impacto en el momento de la recepción del apoyo.
Probablemente, por el mismo motivo, se ha seleccionado el texto de Kropotkin, de 1902, para definir apoyo mutuo: impresiona la integridad política y emocional del autor para la comprensión de estos acontecimientos. Otras bibliografías más actuales no logran reflejar del mismo modo la dimensión subjetiva de quien ha recibido ayuda, será porque el autor incluye en su escritura la pasión política. En su discusión con Darwin -y sin descartar el popular concepto de la lucha por la vida- introduce la práctica del apoyo mutuo y del renacer de las organizaciones de las uniones libres. En los casos estudiados, como decía Kropotkin, hay lucha por la vida, pero también hay cooperación, por lo que podríamos preguntarnos si no es que sobreviven los más aptos para practicar la ayuda mutua. Las organizaciones que se presentaron en este artículo son también un producto de la tensión que se genera entre egoísmo y sociabilidad.
Dice Sennett (2002) que, en un sistema que irradia indiferencia, se pierde la conexión con el mundo y se corrosiona el carácter, en tal contexto, este tipo de experiencias parecen ser estimulantes de la capacidad de resistencia y resiliencia: contribuyen a superar la adversidad, mientras que personas y organizaciones se fortalecen y se transforman.
El que resulta ser receptor de ayuda deja de ser sólo una víctima para transformarse en un igual, al ser considerada su igualdad de derechos, aquellos que indican que cualquiera tiene el derecho de poder vivir. Una última aclaración es que no se trata de una posición meramente discursiva pues el tipo de proceso que se analiza consiste en una práctica concreta, que tampoco podría caracterizarse de utópica, dado que, en los casos presentados, efectivamente, tuvo lugar.

Notas

1 En ese artículo se analizaban especialmente las diferencias producidas por distintos estilos de liderazgo entre los referentes de los distintos movimientos sociales en que se organizaban las empresas recuperadas por sus trabajadoras y trabajadores.

2 En el artículo "Configuraciones vinculares fantasmáticas en dos empresas recuperadas por sus trabajadores y trabajadoras", publicado en el XIII Anuario de Investigaciones de la Facultad de Psicología, puede leerse la perspectiva que este equipo de investigación sostiene sobre la recuperación de la empresa El Sol Artes Gráficas, en la que el sobresalto ha ocupado un lugar central. Asimismo se presenta el modo en que la historia previa de las organizaciones y las personas que trabajan interviene en la forma que toma el desenlace posterior.

3 Hacia el año 1999, se conformó el Movimiento Popular por la Economía Solidaria (MOPES) que fue nucleando cooperativas de vivienda, mutuales barriales y fábricas recuperadas. A partir de este antecedente se organiza el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), del que luego se desprenderá el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas (MNFRT).

4 A tal punto que los trabajadores y trabajadoras tuvieron que llevar adelante un expediente paralelo, como dicen los testimonios que ha registrado en el documental sobre esta recuperación el grupo Alavío.

5 Debe consignarse que se opone a Aristóteles al no admitir la equivalencia que éste establece entre animal social y animal político (dsoón politikón).

6 Las autoras de este artículo encuentran oportuna esta cita y la referencia a hábitats pequeños por los efectos barriales y comunitarios relevados durante la investigación.

7 Eduardo Murúa, uno de los principales referentes del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), es uno de los protagonistas iniciales de la acción social de recuperar empresas en nuestro país.

8 Una muestra de que la evidencialidad es una cuestión central para los y las trabajadoras de La Nueva Esperanza es que, al recibir a las personas que los visitan, los invitan a mirar el documental que el grupo Alavío filmó mientras se trasladaban las máquinas desde el depósito de Pacheco hasta la fábrica original. De ese modo, reafirman que fueron protagonistas de sucesos que efectivamente conocen por haberlos vivido

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Fecha de recepción: 25 de marzo de 2008
Fecha de aceptación: 21 de agosto de 2008

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