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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. v.15  Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./dic. 2008

 

TÉCNICAS Y PROCESOS DE EVALUACIÓN

Adaptación y validación del inventario de respuestas de afrontamiento de moos (CRI-A) para adultos

Adaptaton And Validation Of The Moos Coping Response Inventory (CRI-A) For Adults

Mikulic, Isabel María1; Crespi, Melina Claudia2

1 Prof. Titular Regular de Teoría y Técnicas de Exploración y Diagnóstico. Módulo I, Cátedra I, Facultad de Psicología, UBA. Directora del Proyecto UBACyT P015 "Calidad de Vida y Resiliencia: Estudio del Afrontamiento de las Crisis Vitales desde una perspectiva integrada con el Modelo de Ecuaciones Estructurales".
2 Becaria de doctorado CONICET. Investigadora becaria UBACyT P015. Docente de la Facultad de Psicología, UBA.

RESUMEN

El presente estudio se propone presentar la versión adaptada del Inventario de Respuestas de Afrontamiento - CRI (Moos ,1993 Adaptación Argentina: Mikulic, 1998) y los resultados obtenidos en el análisis de las propiedades psicométricas del mismo. Participaron 805 adultos de Capital Federal y Provincia de Buenos Aires entre las edades de 20 a 50 años (M=30,5 ; SD= 8,7) 53,5% mujeres y 46,5% hombres. Se analizó la consistencia interna del inventario así como su validez factorial. El coeficiente alpha del instrumento total fue elevado (.85), y los coeficientes de las escalas específicas adecuados. El análisis factorial identificó dos factores principales: aproximación y evitación, agrupándose las escalas como lo plantea el autor, con excepción de la escala Búsqueda de Gratificaciones Alternativas que satura el factor contrario al postulado teóricamente, coincidiendo esto con otros estudios. Los resultados obtenidos confirman que esta versión reúne condiciones psicométricas adecuadas para evaluar el afrontamiento en nuestro contexto.

Palabras clave: Inventario de respuestas de afrotamiento; Validez; Confiabilidad

ABSTRACT

Present study introduces adapted version of Coping Responses Inventory (CRI-A, Moos, 1993; adapted version Mikulic, 1998) and results obtained after analyzing psychometric properties. It was administered to a sample of 805 participants residing in Buenos Aires, ages between 20 and 50 years old, (M=30,5 ; SD= 8,7) 53,5% women and 46,5% men. Alpha found shows high internal consistency (.85) and specific subscales present acceptable coefficients Factorial Analysis allowed us to identify two main components: approach and avoidance, and subscales grouping as proposed by Moos theoretical approach. Only one difference arose, Seeking Alternative Rewards loaded on the opposite factor: These findings confirmed this adapted version psychometric properties make it a valid instrument to assess coping in our context.

Key words: Coping Response Inventory; Validity; Reliability

INTRODUCCIÓN

La conceptualización de los procesos de afrontamiento es un aspecto central en las teorías actuales sobre la adaptación de las personas y el proceso de estrés que las mismas enfrentan en su vida cotidiana. El afrontamiento se enfoca como un factor estabilizador que puede ayudar a los individuos a mantener su adaptación psicosocial durante períodos de alto estrés (Lazarus y Folkman, 1984; Moos y Schaefer, 1993). Fleishman (1984) define el afrontamiento como las respuestas cognitivas o comportamentales que se implementan para reducir o eliminar el distrés psicológico o las condiciones estresantes. Desde un marco transaccional Lazarus y Folkman (1984) plantean la necesidad de focalizar este constructo como un proceso que implica la interacción entre el sujeto, sus recursos y el ambiente. Estos últimos, conciben el afrontamiento como aquellos esfuerzos cognitivos-conductuales constantemente cambiantes que realiza el sujeto para manejar las demandas internas y/o externas percibidas como excedentes o desbordantes de los propios recursos. Es decir que desde el punto de vista conceptual el afrontamiento es valorado por diversos autores como una variable mediadora o moderadora que modifica los efectos desestabilizadores del estrés.
Asimismo las teorías contemporáneas enfatizan los aspectos multidimensionales de las estrategias de afrontamiento abordando distintas perspectivas para su clasificación. Existen básicamente dos líneas predominantes del afrontamiento. Un punto de vista pone énfasis en la orientación o el foco, diferenciando entre formas de afrontamiento activas versus formas pasivas de afrontar un problema. Una segunda clasificación, según el foco, es la efectuada entre respuestas por aproximación, entendidas como esfuerzos cognitivos o conductuales para manejarse directamente con el evento estresante, y respuestas de afrontamiento por evitación que incluye los esfuerzos cognitivos y/o conductuales para evitar pensar en el estresor o para intentar reducir la tensión a través de conductas de escape (Moos, 1993). Desde esta última perspectiva se contempla además del foco de afrontamiento, el método implementado, pudiendo ser éste cognitivo o conductual.
En torno a la conceptualización del afrontamiento, el punto de interés no solo contempla la problemática de su clasificación, sino también, la necesidad de incrementar el caudal de conocimientos, a partir de estudios empíricamente rigurosos, acerca de la funcionalidad y la eficacia de los procesos de afrontamiento en el plano de la salud y el bienestar psicológico de los sujetos. Si bien, distintos estudios reconocen el papel central que el afrontamiento tiene en el manejo de diversas situaciones estresantes que pueden afectar la salud y la calidad de vida de las personas, no existe un acuerdo acerca de qué modalidad o tipo de estrategias resultan óptimas frente al estrés.
Algunas investigaciones ponen de relieve que el afrontamiento centrado en el problema disminuye el malestar psicológico, mientras que las estrategias focalizadas en la emoción lo incrementan (Griffith, Dubow y Ippólito, 2000). Las estrategias activas parecen relacionarse con la salud y las evitativas con el desarrollo de distintas enfermedades (Törestad, Magnusson y Oláh, 1990; Billings y Moos, 1984 ). En esta línea, al trabajar con pacientes depresivos y sus familias, Mitchell, Cronkite y Moos (1983) han podido comprobar que el uso de las estrategias de afrontamiento centradas en el problema, sirve de "buffer" ante los potenciales efectos negativos de los estresores de vida. En contraposición a estos hallazgos, otros estudios han demostrado que tal relación no siempre resulta evidente, encontrando incluso resultados contrarios (Baum, Fleming y Singer, 1983). Desde otro marco, se asume que no puede establecerse "a priori " o en forma directa qué tipos de estrategias de afrontamiento resultan de mayor eficacia, sino que su funcionalidad depende en alto grado del tipo o naturaleza del evento estresante.
Como plantea Moos (1993) las características y la naturaleza de los sucesos a los que se enfrentan los sujetos influyen en la disponibilidad y en la movilización de recursos, así como también en las modalidades de afrontamiento de los mismos. Desde el modelo de afrontamiento que plantea este autor, las características específicas de una crisis o transición vital y la evaluación que un sujeto hace de la situación, contextualizan la selección de respuestas específicas de afrontamiento. En tal sentido, se ha observado que sucesos estresantes, tales como enfermedades físicas, tienden a promover mayor cantidad de respuestas de afrontamiento activo conductual y los debidos a relaciones interpersonales más de afrontamiento focalizado en la emoción (Moos, 1986). En esta misma línea Holahan, Moos y Brennan (1997) demostraron que varían las respuestas de afrontamiento en relación a la severidad del estresor. A mayor cantidad de sucesos de vida negativos y estresores crónicos menor uso de respuestas por aproximación al problema y más uso de respuestas por evitación. En cuanto a la evaluación de los sucesos vitales estresantes, se ha demostrado que cuando los estresores son evaluados como un desafío tienden a provocar respuestas de afrontamiento por aproximación más que de evitación. De modo que, tanto el tipo, como la severidad y la evaluación realizada de las situaciones de crisis influyen en las respuestas de afrontamiento, lo que evidencia la necesidad y la pertinencia de considerar el interjuego que se establece entre las modalidades de afrontamiento y la especificidad de la situación por la que se atraviesa.
Otro factor que es pertinente considerar refiere al grado de controlabilidad que el suceso estresante tiene. Se ha demostrado que la controlabilidad percibida del elemento estresante incide en el tipo de estrategia usada y en la efectividad de la misma para reducir el grado de estrés (Mattlin, Wethington y Kessler, 1990). Moos y Shaefer (1993) por su parte, plantean que los procesos de afrontamiento por aproximación deberían ser más efectivos en situaciones que sean valoradas como cambiables y controlables.
En esta línea, estudios anteriores (Mikulic, Crespi, 2003; 2004) realizados con sujetos en situación de privación de libertad, han permitido identificar un predominio de respuestas de afrontamiento evitativas que se relacionan con la percepción de no poder operar sobre la situación de encarcelamiento que genera malestar, en tanto existe una multiplicidad de variables que escapan al control de los propios sujetos. Todas estas perspectivas de abordaje y los conocimientos que aportan en el plano de la relación entre estrés y afrontamiento, ponen al descubierto la necesidad de continuar profundizando sobre los múltiples vínculos y el impacto que el afrontamiento tiene en el bienestar psicológico y la salud de las personas. Consecuentemente, resulta imprescindible disponer de instrumentos de evaluación, válidos y confiables, que garanticen con rigor científico el estudio de esta compleja problemática.
Es por ello que el Inventario de Respuestas de Afrontamiento de Moos, CRI-A, constituye un importante aporte al estudio de los procesos de afrontamiento en población adulta ya que es un instrumento con propiedades psicométricas estudiadas en múltiples contextos socioculturales. No obstante, para un tratamiento de esta temática en población local, cobra particular relevancia el disponer de instrumentos validados ecológicamente y adaptados a las características culturales del contexto específico en el que se propone la investigación. Si bien, se han identificado estudios anteriores que analizan la estructura interna del CRI (Forns, Amador, Kirchner, Gómez y Muro, 2005; Mohino, Kirchner y Forns, 2004; Vallejo, Osorno, Mazadiego y Segura, 2007), los mismos han trabajado con población adolescente y en otros contextos socio-culturales. Dada la poca evidencia disponible en relación a las características psicométricas de la versión Inventario de Afrontamiento para Adultos, CRI -A; y en términos generales, en torno a la aplicación de esta prueba en población argentina; este estudio pretende ser un aporte en este sentido, al presentar los resultados obtenidos en el análisis de la consistencia interna del Inventario, las correlaciones entre las diferentes escalas y su validez factorial.

MÉTODO

Participantes
Participaron en este estudio 805 sujetos adultos argentinos, entre las edades de 20 a 50 años (M=30,5; SD= 8,7); 53,5% mujeres y 46,5% hombres. El 56% de los participantes reside en Provincia de Buenos Aires y el 44% restante en Capital Federal. En relación al nivel educativo, el 63% de los participantes concluyó los estudios secundarios, mientras que el restante se distribuye entre: 16% universitario, 11,5% terciario y 9,5% primario.

Instrumento
Se utilizó el Inventario de Respuestas de Afrontamiento para Adultos de Moos (1993), Adaptación: Mikulic (1998). El Inventario CRI, desde un marco conceptual ecológico social, combina dos perspectivas al evaluar el afrontamiento de un sujeto, por un lado considera la orientación o el foco del afrontamiento y por el otro el método de afrontamiento. Desde el foco de afrontamiento, las respuestas se dividen en: aproximación y evitación. Cada uno de estos dos grupos de respuestas se divide en dos categorías que reflejan los métodos de afrontamiento cognitivo y conductual. En general, el afrontamiento por aproximación se focaliza en el problema y refleja los esfuerzos cognitivos y conductuales para manejar o resolver los estresores vitales. En cambio, el tipo de afrontamiento por evitación tiende a estar centrado en la emoción; refleja intentos cognitivos y conductuales para evitar pensar en un estresor y sus implicancias, o para manejar el afecto asociado al mismo. El Inventario se compone de 48 ítems que evalúan ocho respuestas de afrontamiento:
Análisis Lógico (AL): intentos cognitivos de comprender y prepararse mentalmente para enfrentar un estresor y sus consecuencias.
Revalorización Positiva (R): intentos cognitivos deconstruir y reestructurar un problema en un sentido positivo mientras se acepta la realidad de una situación.
Búsqueda de Orientación y Apoyo (BA): intentos conductuales de buscar información, apoyo y orientación
Resolución de Problemas (RP): intentos conductualesde realizar acciones conducentes directamente al problema.
Evitación Cognitiva (EC): intentos cognitivos de evitarpensar en el problema de forma realista.
Aceptación/Resignación (A): intentos cognitivos dereaccionar al problema aceptándolo.
Búsqueda de Gratificaciones Alternativas (BG): intentos conductuales de involucrarse en actividades substitutivas y crear nuevas fuentes de satisfacción.
Descarga Emocional (DE): intentos conductuales dereducir la tensión expresando sentimientos negativos.

Las subescalas de AL, R, RP y BA se consideran estrategias de aproximación y las subescalas de EC, A, BG y DE se definen como estrategias de evitación. Desde el punto de vista del método de afrontamiento, las estrategias que pertenecen a la dimensión cognitiva son AL, R, EC y A, mientras que RP, BA, BG y DE corresponden a la dimensión conductual. En cada uno de estos dos grupos, las primeras dos escalas evalúan las respuestas cognitivas, y la tercer y cuarta escala las respuestas conductuales del afrontamiento, según se sintetiza en el Cuadro 1.
Al responder este cuestionario, los sujetos seleccionan y describen un estresor o problema reciente en función del cual responden a los 48 ítems utilizando una escala entre 0 y 3, cuyas opciones varían entre "Nunca" y "Muchas Veces".

Procedimiento
Para este estudio se utilizó la adaptación argentina del CRI-A (Mikulic, 1998).
Dado que el cuestionario fue elaborado en idioma inglés la primer etapa del proceso de adaptación correspondió a la traducción del instrumento a fin de generar una versión que se correspondiera con el idioma local y los estilos lingüísticos propios del contexto en el que se aplicaría. Se realizó una evaluación lingüística y conceptual del significado de los ítems considerando la terminología que más se adecuaba a nuestro contexto cultural, y al mismo tiempo a los aspectos que el cuestionario evalúa. Se utilizó el método de traducción inversa o "backward translation", que implicó una traducción inicial del idioma original al español, y luego una traducción al idioma inglés realizada por psicólogos traductores, comparándose posteriormente las dos versiones para determinar su grado de equivalencia. El Inventario fue administrado respetando las instrucciones planteadas por Moos en el manual del instrumento original; y fue aplicado por psicólogos especialmente entrenados para tal fin. Los participantes respondieron al inventario en forma voluntaria y se les aseguró la confidencialidad y el carácter anónimo de la evaluación realizada.

Análisis de Datos
Se realizó el análisis de consistencia interna (Coeficiente Alpha de Cronbach) de la escala total, y de las escalas globales y específicas del Inventario.
Se utilizó la correlación de Pearson para analizar las relaciones entre las escalas del CRI-A. y el análisis de componentes principales (rotación oblimin) para analizar la dimensionalidad del Inventario. Previamente para determinar si los datos se ajustaban al análisis factorial se calculó el Indice de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO), se decidió que si el índice era mayor a 0,7 se justificaba el análisis factorial (Hair, Tatham y Black, 1999). También se calculó la prueba de esfericidad de Bartlett. Para la consideración de una escala como representativa de un factor se tomó como criterio una carga igual o superior a .45 como punto de corte, según las recomendaciones de Tabachnick y Fidell (1989).
Los análisis de datos se han realizado con el programa estadístico SPSS versión 11.5.

RESULTADOS

Estadísticos Descriptivos y Consistencia Interna
En la Tabla 1 se presentan los estadísticos descriptivos de las diferentes escalas del CRI-A. Las escalas aproximación, evitación, conductual y cognitiva se componen de 24 ítems cada una, mientras que las escalas combinadas se conforman de 12 ítems y las 8 escalas específicas de 6 ítems.

TABLA 1 Estadísticos Descriptivos de las escalas del CRI-A

Se calculó el coeficiente alpha como coeficiente de fiabilidad basado en la consistencia interna de los elementos. Tal como se observa en la Tabla 2 se calcularon los coeficientes alpha de Cronbach para la escala total, las escalas globales, las escalas combinadas y las escalas específicas del Inventario.

TABLA 2 Coeficientes Alpha de Cronbach de las Escalas del CRI-A

Se puede apreciar que el coeficiente alpha es alto para la escala total y aceptable para las escalas globales y combinadas. Los coeficientes alpha son menores para las escalas espec íficas, lo cual puede deberse a la reducción de ítems que se produce al considerar en forma independiente estas escalas.

Correlaciones de Pearson
En las Tablas 3 y 4 se observan las correlaciones de Pearson obtenidas entre las escalas de la prueba. Se evidencia que las correlaciones más altas se presentan entre las escalas globales y son menores en las escalas específicas, especialmente entre las escalas Resolución de Problemas y Evitación Cognitiva y entre Búsqueda de Orientación y Apoyo y Evitación Cognitiva, lo cual es esperable dado que se trata de estrategias que no comparten ni el foco del afrontamiento (aproximación- evitación) ni el método (cognitivo-conductual).

TABLA 3 Correlaciones entre escalas globale

TABLA 4 Correlaciones entre escalas específicas

La correlación entre las escalas globales por aproximación y por evitación es de .35, y entre las escalas globales cognitivas y las conductuales de .48.
Las correlaciones entre las puntuaciones de las escalas espec íficas según el foco es mayor que según el método ya que las correlaciones de las escalas por aproximación varían entre .31 y .52, y entre .21 y .46 en las escalas de evitación; mientras que las correlaciones entre estrategias cognitivas y conductuales oscila entre .11 y .42 para las primeras y entre .15 y .39 para las segundas.

Análisis de la Dimensionalidad del Inventario CRI-A
Se realizó un análisis factorial exploratorio mediante el método de componentes principales con rotación Oblimin, debido a que las estrategias no son independientes y en tanto es uno de los métodos de rotación que goza de mayor aceptación (Hair, Tatham y Black, 1999). Se obtuvo un índice KMO = 0,765, valor mediano según el baremo de Kaiser, y un valor de p= .000 en la prueba de la esfericidad de Bartlett, mostrando la adecuación de un Análisis Factorial para nuestros datos. Se utilizaron los puntajes directos de las ocho escalas específicas con lo que se obtuvo una matriz estructural de dos factores que explican el 56,1% de la varianza. En la tabla 5 se exponen las saturaciones factoriales de cada variable, las mismas varían entre .48 y .87.

TABLA 5 Matriz Factorial de las Escalas CRI-A específicas.

Cabe destacar que para decidir el número de factores a conservar se obtuvo el gráfico de sedimentación, así como también se consideró el criterio de Kaiser (conservar factores con valores propios mayores a 1), coincidiendo ambos métodos en la conservación de dos factores. En relación a los factores identificados, el primer factor está constituido por las escalas de Análisis Lógico, Revaloración Positiva, Búsqueda de Orientación y Apoyo, Resolución de Problemas y Búsqueda de Gratificaciones Alternativas. El factor se corresponde con lo que Moos (1993) considera como la Escala Global de Acercamiento o Aproximación. Sin embargo, incluye una escala específica (Búsqueda de Gratificaciones Alternativas) que pertenece a la Escala de Evitación. El segundo factor está conformado por las escalas de Evitación Cognitiva, Aceptación/Resignación y Descarga Emocional, correspondiendo este segundo factor a la Escala Global de Evitación (Moos, 1993).

DISCUSIÓN

El Inventario de Respuestas de Afrontamiento CRI-A es una prueba elaborada para evaluar la modalidad de estrategias de afrontamiento implementadas por población adulta ante diversas situaciones percibidas como estresantes. Este estudio presenta los resultados obtenidos en el análisis de la validez y confiabilidad de la adaptación argentina de dicha prueba.
A partir del análisis de consistencia interna efectuado puede decirse que la prueba es confiable. Los coeficientes de consistencia obtenidos resultan adecuados tanto para la prueba en su conjunto, como para cada dimensión específica. Si bien, la consistencia es mayor cuando se considera la prueba en su totalidad y disminuye -aunque todavía queda dentro de los márgenes de lo aceptable- al considerar solo las escalas específicas. Todos los valores de alpha obtenidos se corresponden con los valores reportados por el autor de la prueba (Moos, 1993), lo que nos permite utilizar con garantía la adaptación realizada de este instrumento.
Se obtuvo una correlación moderada entre los factores de Evitación y Aproximación lo que sugiere un cierto grado de interdependencia entre estos factores teóricamente distintos, tal como se observó en otros estudios (Forns, Amador, Kirchner, Gómez y Muro, 2005). Acerca de esta posible relación, la literatura indica que, tanto el tipo como la severidad y la evaluación realizada de los estresores influyen en las respuestas de afrontamiento. Los estresores severos movilizan más respuestas de ambos tipos, existiendo una tendencia a emplear todas las estrategias de afrontamiento posibles (Moos, 1993; Cunningham, 2002)
Los resultados también reflejan la naturaleza recíproca y dinámica de las relaciones entre aproximación y evitación, y entre cognitivo y conductual en el proceso de afrontamiento del estrés.
En el análisis factorial realizado la solución factorial obtenida explicó un 56,1% de la varianza y estuvo conformada por dos factores con pesos factoriales comprendidos entre .48 y .87. Los dos factores encontrados reproducen, en términos generales, el modelo teórico propuesto por Moos (1993) a través de la distinción entre Respuestas de Afrontamiento por Aproximación y Respuestas por Evitación, excepto en lo que respecta a la ubicación de una escala. Los resultados del análisis factorial ponen de manifiesto que, si bien la mayoría de las escalas que pertenecen a un mismo factor cargan con pesos elevados en ese factor y con cargas pequeñas en el otro, una de las escalas carga más fuertemente en el factor contrario al postulado teóricamente. Específicamente la escala Búsqueda de Gratificaciones Alternativas satura en el factor 1 (identificado con la dimensión de afrontamiento por aproximación) con una carga de .48 y en el factor 2 (identificado con el afrontamiento por evitación) con una carga inferior de .32. El mayor peso está dado en el factor correspondiente a Aproximación y no en el de Evitación tal como postula el autor. De manera que la respuesta de Búsqueda de Gratificaciones Alternativas es utilizada por los participantes como forma de afrontar activamente distintos eventos estresantes. Estos resultados coinciden con los obtenidos en otras investigaciones realizadas en España y en México (Forns, Amador, Kirchner, Gómez y Muro, 2005; Mohino, Kirchner y Forns, 2004; Vallejo, Osorno, Mazadiego y Segura, 2007). Los hallazgos obtenidos en este estudio y las correspondencias mencionadas con investigaciones anteriores, sugieren que si bien el instrumento reúne suficientes requisitos de validez factorial y consistencia interna, existe una imperiosa necesidad de revisar la escala original del instrumento respecto a la ubicación de la estrategia de Búsqueda de Gratificaciones Alternativas. De gran utilidad sería el análisis en profundidad de los reactivos que conforman esta escala a fin de depurar con mayor precisión aquellos que demuestren menor poder discriminatorio. Asimismo resulta necesario avanzar en el conocimiento de los aspectos psicométricos de la prueba, replicando los datos obtenidos mediante estudios confirmatorios que pongan a prueba la solución factorial obtenida.
El afrontamiento es un tema de crucial importancia por su probada relación con el bienestar psicológico y la salud de los sujetos que deben sobrellevar situaciones estresantes. Avanzar en el conocimiento de este constructo implica necesariamente, entre otros aspectos de relevancia, avanzar en torno a la construcción y adaptación de instrumentos de recolección de datos válidos y confiables, a través de estudios que demuestren el grado en el que la evidencia empírica y la lógica teórica apoyan la concepción y conveniencia de las inferencias y acciones que se realizan con tales instrumentos. De los diferentes tipos de evidencia que se pueden recolectar para establecer la validez y confiabilidad de un instrumento, en el caso del Inventario de Respuestas de Afrontamiento se recolectó información valiosa sobre su estructura interna, a través del análisis factorial y el análisis de consistencia (Hogan, 2004). Si bien, estos aportes resultan relevantes, no agotan el espectro de inferencias que pueden establecerse en este sentido. Por ello, es necesario continuar con los correspondientes análisis de fiabilidad y validez que permitan verificar la utilidad de este inventario en nuestro entorno sociocultural.

GRÁFICO 1 Escalas del Inventario de Respuestas de Afrontamiento (CRI-A) para población Adulta (R. Moos, 1993; Adapt. I.M.Mikulic, 1998

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Fecha de recepción: 25 de marzo de 2008
Fecha de aceptación: 28 de mayo de 200
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