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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. v.16  Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./dic. 2009

 

PSICOLOGÍA CLÍNICA Y PSICOPATOLOGÍA

Hábitos alimentarios e insatisfacción con la imagen corporal. Un estudio comparativo entre mujeres y varones estudiantes de escuelas secundarias

Eating habits and body image dissatisfaction. A comparative study between young women and men from high schools

Murawski, Brenda María1; Elizathe, Luciana2; Rutsztein, Guillermina3

1 Murawski, Brenda María; Becaria de Investigación UBACyT, Categoría Estímulo, 2007/2008. Ayudante de Trabajos Prácticos de Segunda de la 1º Cátedra de Estadística, Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Investigadora Estudiante del Proyecto UBACyT (P803) "Imagen corporal y trastornos alimentarios en estudiantes de ballet". Estudiante de la Licenciatura en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. E- mail: bmurawski@psi.uba.ar
2 Elizathe, Luciana; Licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Becaria Interna Doctoral tipo I del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Investigadora de apoyo del Proyecto UBACyT (P803) "Imagen corporal y trastornos alimentarios en estudiantes de ballet". Ayudante de Trabajos Prácticos de Primera de la 2º Cátedra de Clínica Psicológica y Psicoterapia - Psicoterapias, Emergencias e Interconsultas, Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. E-mail: lucianaelizathe@yahoo.com.ar
3 Rutsztein, Guillermina: Licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Doctora de la Universidad de Buenos Aires, en Psicología. Profesora Adjunta Regular de la 2º Cátedra de Clínica Psicológica y Psicoterapia - Psicoterapias, Emergencias e Interconsultas, Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Directora del Proyecto UBACyT (P803) "Imagen corporal y trastornos alimentarios en estudiantes de ballet". Investigadora Formada del Proyecto UBACyT (P031) "Un estudio sobre perfeccionismo en estudiantes universitarios argentinos y su relación con malestar psicológico, calidad de vida y rendimiento académico". E- mail: grutsztein@psi.uba.ar

Resumen
Objetivo: El presente estudio se propone comparar el grado de satisfacción con la imagen corporal, así como los hábitos, conductas y actitudes hacia la alimentación de mujeres y varones de escuelas secundarias. Metodología: La muestra está conformada por 454 adolescentes, mujeres y varones, estudiantes de cuatro escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, con edades entre 13 y 18 años. Los participantes completaron un Cuestionario sociodemográfico, el Eating Disorder Inventory-2 (EDI-2) y el Figure Scale (FS). Además, los sujetos fueron pesados y medidos por un médico con el fin de calcular su Índice de Masa Corporal. Resultados: Las mujeres presentan puntajes significativamente mayores en Búsqueda de delgadez, Bulimia, Insatisfacción con la imagen corporal, Ineficacia y Conciencia interoceptiva, que sus pares varones. A su vez, una proporción significativamente mayor de mujeres presenta conductas compensatorias inadecuadas con el fin de mantener o bajar de peso y se encuentran insatisfechas con su imagen corporal. Discusión: Los resultados de este estudio son consistentes con otros estudios que indican que las mujeres se diferencian de los varones en cuanto a sus actitudes alimentarias y su grado de satisfacción con su propia imagen corporal.

Palabras clave: Trastorno alimentario; Imagen corporal; Adolescencia

Abstract
Objective: The aim of the study is to compare the degree of satisfaction with body image, eating habits, behaviours and attitudes in young women and men from high schools. Method: The sample included 454 adolescents, young women and men, from high schools in Buenos Aires, aged between 13 and 18 years. The subjects completed a Sociodemographic questionnaire, the Eating Disorder Inventory-2 (EDI-2) and the Figure Scale (FS). A physician measured height, weight and calculated body mass index. Results: Young women show significantly higher score in Drive for thinness, Bulimia, Body dissatisfaction, Ineffectiveness and Interoceptive awareness than the men. Also, a significantly higher proportion of young women show inadecuate behavious to try to maintain or lose weight and dissatisfaction with their body image. Discussion: The results of this study were consistent with other studies that indicate that the young women are different to the men about eating attitudes and the degree of satisfaction with body image.

Key words: Eating disorders; Body image; Adolescence

Introducción
Los trastornos alimentarios (TA) se caracterizan por la presencia de alteraciones en la conducta alimentaria acompañadas por un gran temor a engordar y una excesiva preocupación por la comida, el peso y la imagen corporal (Rutsztein, 1997). El temor a engordar lleva a quienes padecen estos trastornos a realizar conductas inadecuadas para bajar de peso, tales como ayunos, actividad física excesiva, vómitos autoinducidos, consumo de laxantes y diuréticos. Entre estos trastornos actualmente se reconocen las siguientes entidades nosológicas: a) anorexia nerviosa (AN), caracterizada fundamentalmente por el rechazo a mantener el peso corporal dentro de los valores mínimos normales y la distorsión de la imagen corporal; b) bulimia nerviosa (BN), caracterizada por episodios recurrentes de voracidad seguidos de conductas compensatorias inapropiadas; c) trastornos alimentarios no especificados (TANE), que son aquellos que presentan síntomas de trastorno alimentario pero no alcanzan a cumplir los criterios de algún trastorno específico (American Psychiatric Association, 1994).
Los índices de prevalencia e incidencia de los trastornos alimentarios están aumentando progresivamente (Vega Alonso, Rasillo Rodríguez, Lozano Alonso, Rodríguez Carretero & Martín, 2005; Machado, Machado, Goncalves & Hoek, 2007) configurándose así como un problema muy importante a ser abordado por la salud pública, ya que estas patologías traen aparejadas graves consecuencias clínicas para los sujetos que las padecen. Un indicador del reconocimiento de la gravedad de estos trastornos es la creciente atención que organismos internacionales y estatales comenzaron a conceder a los mismos, a través del desarrollo de programas de prevención y de tratamientos especializados (Canalda, Villanueva & Rodríguez, 2003; Soldado Mérida, 2006). En nuestro país es reciente la sanción de la Ley 26.396 que asegura la cobertura de su tratamiento por los efectores del sistema de salud y crea un Programa Nacional de Prevención y Control de los trastornos alimentarios en el ámbito del Ministerio de Salud.
Por otra parte, diversos estudios hallaron que la prevalencia de trastornos alimentarios difiere según el sexo. La Asociación Americana de Psiquiatría estima que la prevalencia de anorexia nerviosa en mujeres jóvenes y adolescentes de países desarrollados o en vías de desarrollo es de 0.5% a 1%, el nivel de bulimia nerviosa es de 1% a 3% y el nivel de trastornos de la conducta alimentaria no especificados es de 3% (American Psychiatric Association, 1994). En cambio, la prevalencia de trastorno alimentario entre los varones es nueve veces menor (Peláez Fernández, Labrador Encinas & Raich Escursell, 2005).
A su vez, estudios realizados con población general afirman la existencia de diferencias significativas entre los hombres y las mujeres en cuanto a sus hábitos alimentarios y el grado de satisfacción con su imagen corporal, siendo ellas las que presentan mayor búsqueda de delgadez e insatisfacción con su imagen (Casullo, Castro Solano & Góngora, 1996; Lameiras Fernández, Calado Otero, Rodríguez Castro & Fernández Prieto, 2003; Rutsztein, et al., 2004; Herrero & Viña, 2005). En relación a la imagen corporal, un estudio realizado con adolescentes de entre 11 y 18 años, halló que las mujeres se mostraban más preocupadas e insatisfechas que los varones, y que dicha preocupación incrementaba con la edad (Espina, Ortego, De Alda, Aleman & Juaniz, 2001). Estos resultados son coherentes con los hallados por Cruz y Maganto (2003), donde el 63.9% de las adolescentes mujeres presentaron insatisfacción con su imagen corporal, en tanto que entre los varones, menos de la mitad de la muestra lo hicieron. A su vez, estos autores encontraron que entre los varones, la proporción de sujetos que deseaba tener una figura más delgada es similar a quienes deseaban presentar una figura superior, en tanto que en las mujeres, casi el 90% de las insatisfechas deseaban verse más delgadas.
Por otra parte, esta disconformidad con el peso y la imagen corporal que presentan las adolescentes mujeres, las lleva a realizar dietas y conductas compensatorias inapropiadas para bajar de peso (Leiderman & Triskier, 2004), que a su vez, las dejan en riesgo de desarrollar algún trastorno alimentario.
Según la literatura especializada sobre el tema, los sujetos que poseen un alto riesgo de presentar estos trastornos son las mujeres, posiblemente, debido al efecto que sobre ellas poseen los ideales de belleza de extrema delgadez instituidos socialmente (Rutsztein, 1997) y porque ellas poseen rasgos, actitudes y conductas alimentarias que las hacen más propensas a desarrollar esos trastornos (Leiderman & Triskier, 2004). Siguiendo esta línea, un estudio reciente señala que las mujeres presentan una mayor búsqueda de delgadez en relación a sus pares varones, y que ésta podría estar ligada a la percepción de si mismas como objetos sexuales (Smolak & Murnen, 2008). Entre las mujeres, se halló que específicamente las adolescentes son un grupo de riesgo, ya que en los últimos años de la infancia y los primeros de la adolescencia los sujetos son más vulnerables a las influencias socioculturales (Vega Alonso, et al., 2005).
Por último, considerando que se han identificado algunos factores que se vinculan al desarrollo de trastornos alimentarios, tales como la insatisfacción con la imagen corporal, la conducta dietante, o la presencia de conductas purgativas (Rivarola, 2003; Rutsztein, et al., 2008), resulta necesario investigar como éstas se presentan diferencialmente tanto en adolescentes varones como en adolescentes mujeres, a fin de contribuir al desarrollo de programas de prevención y tratamientos específicos para cada grupo.
En base a lo expuesto, este trabajo, que forma parte de
un estudio más amplio1 y se ha realizado en el marco de una Beca Estímulo2, se propone comparar los hábito s, conductas y actitudes alimentarias, así como el grado de satisfacción con la imagen corporal de adolescentes varones y mujeres escolarizados pertenecientes a población general.

Metodología

Sujetos
La muestra, de tipo intencional, está conformada por 454 adolescentes (283 mujeres y 171 varones), estudiantes de cuatro escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires (dos públicas y dos privadas). Todos los sujetos decidieron participar del estudio de manera voluntaria. La edad media de los sujetos estudiados es 14.75 años (DE = 1.28) con un rango entre 13 y 18 años.

Materiales
Para la evaluación se utilizaron los siguientes instrumentos auto-administrables:
- Cuestionario sociodemográfico: sexo, edad, nivel de escolaridad. Además, se preguntó acerca del peso deseado, los hábitos alimentarios, la realización de dietas y la presencia de algunas conductas compensatorias inadecuadas que son utilizadas con el fin de mantener o bajar de peso (actividad física excesiva, provocación de vómitos, y consumo de laxantes, diuréticos y pastillas para adelgazar). La actividad física fue considerada excesiva cuando se realizaba con una frecuencia igual o superior a 2 veces por semana durante una hora o más y con la intención de mantener o bajar de peso.
Además, los sujetos fueron pesados y medidos por un médico. A partir de dichos datos se calculó el Índice de Masa Corporal (IMC), el cual se trata de un indicador que permite relacionar el peso con la altura de la persona con el fin de evaluar si ésta presenta un peso saludable.
- Eating Disorder Inventory-2 (EDI-2; Garner, 1991). El EDI-2 es una prueba multidimensional de auto informe que evalúa aspectos cognitivos y conductuales de los trastornos alimentarios. Este inventario está conformado por 11 subescalas que organizan a 91 ítems a los que se puede responder con las siguientes 6 posibilidades: siempre, casi siempre, a menudo, a veces, casi nunca y nunca. Las tres primeras subescalas son "Escalas de riesgo" y evalúan actitudes y comportamientos con respecto a la alimentación, el peso y la imagen cor poral. Ellas son: Búsqueda de delgadez, Bulimia e Insatisfacción corporal. Las subescalas restantes evalúan rasgos psicológicos asociados a los trastornos alimentarios que son clínicamente relevantes (Ineficacia, Perfeccionismo, Desconfianza interpersonal, Conciencia interoceptiva, Miedo a madurar, Ascetismo, Impulsividad e Inseguridad social).
- Figure Scale (FS; Collins, 1991). Se trata de una escala gráfica de siluetas femeninas para las mujeres, y masculinas para los varones, que conforman una graduación que se extiende desde una silueta muy delgada hasta la última que representa un sobrepeso importante. Esta escala evalúa el grado de satisfacción con la imagen corporal y la diferencia entre la imagen corporal que desea tener un sujeto y la imagen corporal que cree tener. Se consideró Alto grado de insatisfacción con la imagen corporal cuando un sujeto con un IMC mayor o igual a 30 se quiere ver 5 o más figuras más delgado respecto de la figura con la que se percibe o cuando un sujeto con un IMC menor a 30 se quiere ver 3 o 4 figuras más delgado respecto de la figura con la que se percibe.

Procedimientos
Tanto a las instituciones educativas como a los alumnos y a sus padres se les informó que la investigación se trataba de un estudio sobre hábitos alimentarios e imagen corporal. A las instituciones educativas y a los padres se les solicitó el consentimiento correspondiente para llevar a cabo el estudio. A los sujetos se les aseguró el carácter voluntario de su participación y la confidencialidad de los datos recabados. Los alumnos que aceptaron participar de la investigación fueron agrupados en aulas y se les entregó, previa introducción y lectura del instructivo, los cuestionarios auto-administrables que debían completar. Luego, fueron pesados y medidos por un médico.
El análisis de los datos se llevó a cabo mediante el paquete estadístico SPSS para Windows (versión 11.0). Se utilizó la prueba estadística U de Mann-Whitney para el análisis de las variables que no cumplen con los supuestos para ser analizadas mediante pruebas paramétricas; y en las que sí los cumplen se utilizó la prueba t de Student. Para la comparación de las proporciones se utilizó la prueba de proporciones.

Resultados
Variables antropométricas y peso deseado
En la Tabla 1 se presentan los puntajes promedio de estas variables para ambos grupos.

TABLA 1 - Variables antropométricas y peso deseado

La edad media de las mujeres es 14.77 años (DE = 1.27) y la de los varones es 14.71 años (DE = 1.31) no siendo significativamente diferentes.
El peso actual promedio de las mujeres es 54.08 kg. (DE = 9.75), mientras que el de los varones es 63.14 kg. (DE = 12.67). La altura actual media de las mujeres es
1.61 m. (DE = 0.07), mientras que la de los varones es 1.72 m. (DE = 0.08). Si bien, tanto el peso como la altura actual de las mujeres son significativamente inferiores, no lo es el IMC (Media = 20.83 y DE = 3.23 en las mujeres y Media = 21.37 y DE = 3.84 en los varones).
El peso deseado de las mujeres es significativamente menor que el de los varones. Las mujeres desean pesar en promedio 49.60 kg. (DE = 6.22) y los varones 61.17 kg. (DE = 9.85). Si bien ambos desean pesar menos de lo que pesan, la diferencia promedio entre el peso deseado y su peso actual en las mujeres es significativamente mayor que en sus pares varones. La diferencia media entre el peso deseado y el actual para las mujeres es -4.49 kg. (DE = 6.44) y para los varones es -1.96 kg. (DE = 8.65).

Imagen corporal - Figure Scale
En la Tabla 2 se presentan los puntajes promedio en el Figure Scale de las mujeres y los varones.

TABLA 2 - Figure Scale (FS)

Las mujeres se ven y desean verse significativamente más delgadas que los varones. Las mujeres se ven en promedio como la figura 4.73 (DE = 1.63) y desean verse en promedio como la figura 3.81 (DE = 1.15). Los varones se ven en promedio como la figura 5.3 (DE = 1.21) y desean verse en promedio como la figura 5.19 (DE = 0.57). Mientras que las mujeres desean verse bastante más delgadas de lo que se perciben, no ocurre lo mismo con los varones. La diferencia entre la figura deseada y la figura percibida es significativamente mayor en las mujeres que en los varones. La diferencia promedio entre la figura deseada y la figura percibida para las mujeres es de -0.91 (DE = 1.53) y para los varones es de -0.11 (DE = 1.08).
Se observó una proporción significativamente mayor de mujeres (10.1%) que de varones (0%) con un Alto grado de insatisfacción con la imagen corporal (ver Tabla 3).

TABLA 3 - Alto grado de insatisfacción con la imagen corporal según el Figure Scale

Conductas tendientes a mantener o bajar de peso
En la Tabla 4 se presenta el porcentaje de adolescentes que llevan a cabo algunas conductas con el propósito de mantener o bajar de peso.

TABLA 4 - Conductas tendientes a mantener o bajar de peso

Se halló una proporción significativamente mayor de mujeres (24.7% de mujeres vs. 7% de varones) que realizaron dieta para adelgazar en los últimos 12 meses. También, se halló una proporción significativamente mayor de mujeres (10.6% de mujeres vs. 4.1% de varones) que bajaron 5 kg. o más por la dieta para adelgazar.
Si bien se encontró una proporción mayor de mujeres (17.7% de mujeres vs. 13.5% de varones) que realizan ejercicio físico más de dos veces por semana para mantener o bajar de peso, dicha diferencia no resultó significativa.
Se halló una proporción significativamente mayor de mujeres (10.6% en mujeres vs. 2.3% en varones) que presentan alguna conducta purgativa una vez al mes o más con el fin de mantener o bajar de peso. El 3.2% de las mujeres consume laxantes, mientras que el 0.6% de los varones lo hace. El 2.5% de las mujeres consume píldoras adelgazantes, mientras que el 1.2% de los varones lo hace. El 1.4% de las mujeres consume diuréticos, mientras que ningún varón lo hace. Aunque se observe mayor proporción de mujeres que presentan las conductas anteriormente mencionadas (consumo de laxantes, píldoras adelgazantes y diuréticos) en ningún caso las diferencias halladas son estadísticamente significativas. En cambio, la diferencia sí resulta ser significativa al evaluar la presencia de vómitos autoinducidos, donde se encuentra que el 7.4% de las mujeres se provoca vómitos, mientras que el 1.2% de los varones lo hace.

Subescalas del Eating Disorder Inventory-2
En la Tabla 5 se presentan los puntajes promedio en las subescalas del EDI-2 de las mujeres y los varones.

TABLA 5 - Puntajes promedio en las subescalas del EDI-2 de las mujeres y los varones

Se encontró que las mujeres presentan puntajes promedio significativamente mayores en cinco de las once subescalas del EDI-2: Búsqueda de delgadez, Bulimia, Insatisfacción con la imagen corporal, Ineficacia y Conciencia interoceptiva. En cambio, en Perfeccionismo son los varones los que poseen un puntaje promedio significativamente superior. En las subescalas restantes (Desconfianza interpersonal, Miedo a madurar, Ascetismo, Impulsividad e Inseguridad social) no se hallaron diferencias significativas entre las mujeres y los varones.

Discusión
Los resultados hallados son consistentes con la mayoría de las investigaciones realizadas en poblaciones similares a la estudiada.
En el EDI-2 se encontraron puntuaciones significativamente mayores en las mujeres en aquellas subescalas que evalúan conductas y actitudes con respecto a la alimentación, el peso y la imagen corporal asociados específicamente a los trastornos alimentarios (Búsqueda de delgadez, Bulimia e Insatisfacción con la imagen corporal). Otra investigación llevada a cabo en Argentina, arribó a resultados similares (Casullo, Castro Solano & Góngora, 1996). Por otra parte, en un estudio realizado con una muestra española, Herrero y Viña (2005) encontraron que las mujeres presentan significativamente mayor búsqueda de delgadez e insatisfacción con la imagen corporal.
Analizando las subescalas del EDI-2 que miden rasgos psicológicos asociados a los trastornos alimentarios, encontramos que las mujeres presentan puntajes medios significativamente superiores en Ineficacia y Conciencia interoceptiva, en tanto que los varones sólo superan significativamente a las mujeres en Perfeccionismo. Otros autores hallaron también diferencias significativas en esta misma subescala, puntuando los varones más que las mujeres (Casullo, et al., 1996; Herrero & Viña, 2005). Si bien diversos autores han señalado al
perfeccionismo como una característica propia de los trastornos alimentarios (Cockell, et al., 2002; Fassino, et al., 2006; Chang, Ivezaj, Downey, Kashima & Morady, 2008), resulta sugerente que en este estudio sean los varones los que puntúan significativamente más alto en esta subescala siendo que son las mujeres las que presentan medias significativamente superiores en las tres subescalas del EDI-2 que miden riesgo de desarrollo de trastorno alimentario. Por otra parte, Grammas y Schwartz (2009) encontraron que una de las dimensiones del perfeccionismo es una variable clave para comprender la insatisfacción con la imagen corporal en varones. No obstante, hallaron que la insatisfacción en ellos no estaría ligada al ideal de delgadez, como en las mujeres, sino al ideal de muscularidad. Otras investigaciones arribaron a conclusiones similares (Rutsztein, et al., 2004). De hecho, en un estudio realizado con universitarios, Smolak y Murnen (2008) hallaron que mientras que las mujeres buscan la delgadez, los hombres se interesan por la muscularidad, pero ambos grupos exhiben puntuaciones similares en Búsqueda de liviandad, definida como el interés por mantener un cuerpo sano y libre de grasa corporal. Esto podría sugerir la necesidad de incluir estas escalas en futuras investigaciones, a fin de conocer la particularidad de los varones en la exhibición de conductas relacionadas a la preocupación por el peso y la imagen corporal, que también podrían resultar riesgosas para su salud. Mc Cabe y Ricciardelli (2004), arribaron a una conclusión similar luego de una revisión de la literatura acerca de la insatisfacción con la imagen corporal en hombres, en tanto plantean la necesidad de llevar a cabo estudios que evalúen la insatisfacción corporal en ellos con el fin de comprender la relación existente entre dicha insatisfacción y los problemas psicológicos y comportamentales que padecen.
Por otro lado, se encontró que, mientras que el IMC promedio tanto de las mujeres como de los varones es saludable de acuerdo a los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (World Health Organization, 2006), ambos sexos desean pesar menos de lo que pesan. No obstante, hay que destacar que la distancia entre el peso deseado y el actual en las mujeres es significativamente mayor que en los varones. Resultados que indican la misma tendencia fueron hallados por Leiderman y Triskier (2004) y por Bay, et al. (2005). Por otra parte, mientras que las mujeres desean verse bastante más delgadas de lo que se perciben, no ocurre lo mismo con los varones. Esto último podría deberse a que, tal vez, el ideal de los varones respecto a su cuerpo no se relacione con la delgadez, sino con la muscularidad, como se señaló anteriormente.
A su vez, esto se vincula con nuestros hallazgos en relación a la imagen corporal. En el presente estudio se encontró que una proporción significativamente mayor de mujeres presenta un alto grado de insatisfacción con la misma. Esto podría deberse a la presión sociocultural que recae sobre ellas en relación al ideal de delgadez (Rutsztein, 1997; Bay, et al., 2005). Los resultados aquí presentados en relación a la insatisfacción con la imagen corporal son similares a los hallados en la mayoría de lo estudios sobre el tema, donde las mujeres se muestran más insatisfechas que los varones (Cruz & Maganto, 2003). De hecho, en un estudio español, Baile, Raich & Garrido (2003) hallaron que las medias que presentan las mujeres triplica a las medias de los varones, en distintas escalas que miden insatisfacción con la imagen corporal. Resulta importante señalar que todos estos estudios evalúan la insatisfacción con la imagen corporal en relación con la delgadez.
Analizando las conductas realizadas con el propósito de bajar de peso, se encontró que la proporción de mujeres que realizaron dieta en los últimos 12 meses es significativamente mayor a la proporción de varones. A su vez, una proporción significativamente mayor de mujeres realiza conductas purgativas (específicamente vómitos autoinducidos). Leiderman y Triskier (2004) hallaron los mismos resultados y plantean que la disconformidad con el peso y la imagen corporal conducen a la realización de dietas y de conductas compensatorias inapropiadas, las cuales son factores que se encuentran relacionados con los trastornos alimentarios.
Teniendo en cuenta que los adolescentes tienen un riesgo elevado de padecer algún trastorno alimentario, y que éstos comienzan a manifestarse frecuentemente en esa etapa, resulta necesario continuar con el estudio que aquí se presenta, el cual se espera, contribuya a un mejor conocimiento del t ema con el fin de encarar tareas de prevención en ámbitos educativos.
Para concluir podemos señalar que una limitación de la presente investigación tiene que ver con que el segmento de la población adolescente evaluada no incluye a quienes no están insertos en el sistema formal educativo.

Notas

1 Proyecto UBACyT (P803) "Imagen corporal y trastornos alimentarios en estudiantes de ballet". Programación UBACyT 2006/2009. Universidad de Buenos Aires. Directora: Prof. Dra. Guillermina Rutsztein.

2 Beca de Investigación UBACyT, Categoría Estímulo, 2007/2008. Universidad de Buenos Aires. Título del Proyecto: "Imagen corporal y conductas alimentarias. Un estudio comparativo entre mujeres y varones estudiantes de escuelas secundarias". Becaria: Brenda María Murawski. Directora: Prof. Dra. Guillermina Rutsztein.

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Fecha de recepción: 3 de marzo de 2009
Fecha de aceptación: 21 de abril de 2009

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