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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.17  Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./dic. 2010

 

PSICOANÁLISIS

Psicosis y significación en Freud

Psychosis and signification in Freud

Berdullas, Pilar1; Malamud, Marta2; Ortiz Zavalla, Graciela3

1Lic. en Psicología. Profesora Adjunta Regular de la Cátedra I de Psicoanálisis: Freud. Directora del Proyecto P414 de la programación UBACyT 2008-2010. E-mail: mberdull@psi.uba.ar
2Lic. en Psicología. Profesora Adjunta Regular de la Cátedra I de Psicoanálisis: Freud. Codirectora del Proyecto 414 de la programación UBACyT 2008-2010. E-mail: mmalamud@psi.uba.ar
3Idem 2. E-mail: gracielazavalla@yahoo.com.ar

Resumen
El objetivo de este trabajo es establecer la particular construcción de la significación en las psicosis y sus diferencias con la significación en las neurosis. Se toman como referencia algunas de las elaboraciones freudianas acerca de la represión y la proyección. Modalidades actuales del diagnóstico diferencial neurosis/psicosis desatienden el anudamiento preciso de la significación en los síntomas.

Palabras clave: Significación; Psicosis; Neurosis; Represión; Proyección; Síntoma

Abstract
This paper aims to ground the peculiar process of signification in psychosis and to make a distinction between this and the signification in neurosis. The reference is the elaboration of S. Freud about the different mechanisms of repression and projection. Some present ways to carry out a differential diagnosis between psychosis and neurosis don't pay attention to the tight articulation of signification in symptoms.

Key words: Signification; Psychosis; Neurosis; Repression; Projection; Symptom

a. Introducción
El presente trabajo se inscribe en el Proyecto de Investigación "Vigencia de los conceptos freudianos en el abordaje psicoanalítico de las psicosis", UBACyT P414 (2008-2010).
El propósito del trabajo es articular la problemática de la significación con algunos desarrollos freudianos relativos a la psicosis. Se ubicarán distintos momentos del desarrollo teórico en la obra de Freud donde aparece dicha problemática. El trabajo busca enlazar la operatoria restitutiva propia de la psicosis con el plano de la significación y ubicar su diferencia con la operatoria represión-sustitución en las neurosis.

B. Acerca de la significación
Una afirmación reiterada por Freud y plena de consecuencias es que un acto psíquico, incluso un sueño o un síntoma, está provisto de un sentido y que todo acto psíquico comienza siendo inconsciente1. Por lo tanto, aproximarse al sentido de un acto psíquico implica atender a la legalidad del inconsciente que participa en su producción. La significación resulta ser una dimensión habilitada desde la condensación y el desplazamiento, y por consiguiente, la interpretación analítica se deja guiar por las asociaciones superficiales o externas, es decir aquéllas en las que prima la multivocidad, la homofonía de las palabras, en desmedro de las asociaciones regidas por la coherencia de un sentido compartido2. En el caso de las psicosis, ese proceso de significación que define a las formaciones propias del inconsciente, queda subvertido.

C. Creencia - increencia
Desde los inicios de sus desarrollos teóricos ha existido una preocupación en Freud por delimitar el mecanismo presente en las psicosis y establecer las diferencias con la operatoria propia de las neurosis en la formación de síntomas. En el "Manuscrito H", en el "Manuscrito K" -ambos incluidos en la correspondencia con Fliess- y en "Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa"3, tal elucidación lo conduce a introducir la proyección4 (y también la represión por proyección) a propósito de las psicosis. En el último de los trabajos mencionados, se vale de una breve presentación de un caso de paranoia crónica -o más bien de demencia paranoide como referirá más tarde-5 para señalar que a diferencia de lo que ocurre en la neurosis obsesiva, en la paranoia se le quita reconocimiento al reproche.
El reproche, ligado a una vivencia infantil de carácter sexual, deviene, en función de la defensa, desconfianza respecto de los otros y retorna desde el exterior en posteriores ideas delirantes y voces alucinadas; a diferencia del autorreproche que en la neurosis obsesiva se continúa en principio en una escrupulosidad exacerbada, síntoma primario que busca quitarle sustento. En la paranoia, el rechazo de la idea intolerable conlleva un particular mecanismo aislado por Freud en términos de negación de creencia, mecanismo diferente al rechazo de la represión que supone la creencia en lo rechazado. Por proyección, la idea delirante es sostenida con la misma energía que la idea intolerablemente penosa rechazada fuera del yo. Esto implica que el proceso de desplazamiento y sustitución, al igual que la represión y sus retornos, están profundamente alterados según se trate de paranoia o de neurosis obsesiva, ambas consideradas psiconeurosis en los trabajos referidos anteriormente.
En la paranoia se rechaza la representación y el afecto correspondiente sin que el afecto se desplace a una idea sustitutiva. En esa comparación entre la paranoia y la neurosis obsesiva, el acento está puesto en indicar acerca de la paranoia, la increencia respecto de cualquier autorreproche, en contraste con la notoria convicción que alcanzan las ideas delirantes. Y en contraposición, la creencia en el autorreproche resulta característico de la neurosis obsesiva. La increencia6 participa de la fundamentación de un diagnóstico diferencial; no sólo opera el mecanismo de la proyección: es necesaria la increencia para que la certeza delirante retorne desde el exterior.
En el "Manuscrito K", al abordar la paranoia, Freud plan
tea que el reproche primario, en tanto se le ha denegado creencia, queda disponible sin límite, y así el yo es incitado a intentos de explicación que no serían sino un delirio de asimilación que da comienzo a una alteración del yo, expresión de su avasallamiento. El proceso continúa al modo de la melancolía, a la que define como pequeñez del yo (la pequeñez del yo es una consecuencia posible de la denegación de creencia en el reproche primario) o al modo de la formación delirante protectora (se refiere al delirio de grandeza). Ya sea por medio del empequeñecimiento o de la exaltación, se arriba a la certeza7 de una significación fija en el marco de un yo avasallado.

d. Transferencia
En el punto que lleva por título "El discernimiento de lo inconsciente", del artículo "Lo inconsciente" perteneciente a los trabajos sobre metapsicología de 1915, plantea Freud:
"En la esquizofrenia, que tampoco rozamos aquí sino en cuanto nos parece indispensable para el conocimiento de lo inconciente, surge la duda de si el proceso represivo que en ella se desarrolla tiene algún punto de contacto con la represión de las neurosis de transferencia"8. Freud retoma la pregunta acerca de la represión, en esta oportunidad para la esquizofrenia, una vez trazada la delimitación de las estructuras clínicas en función de la transferencia.
La transferencia implica desplazamiento y sustitución: en las neurosis de transferencia hay renuncia al objeto real y la libido sustraída revierte sobre un objeto fantaseado y desde ahí sobre uno reprimido. Se afirma con énfasis que la investidura de objeto permanece con conservación de su energía. La transferencia reside en ese proceso en virtud del cual el analista queda mediatizado por las cargas de objeto inconscientes. Esta mediatización se articula con los procesos de significación.
En la conferencia "La transferencia"9 (1916/1917), Freud ubica el lugar del analista con relación al vacío de los objetos irreales de la libido. La cura es posible porque al no poder alcanzar las causas últimas de las neurosis, se opera con la relación al analista como causa. En las psicosis no se presenta la transferencia del modo en que lo hace en las neurosis.
En el historial de Schreber (1910)10 surge que el neurólogo Flechsig no sustituye al padre sino que lo presentifica en la anulación hacia su persona (Schreber lo denomina asesino de almas). Flechsig no representa al padre sino que lo es. La escena fantasmática no mediatiza la relación con el neurólogo, por el contrario, se realiza en los delirios de persecución.
Cuando Freud se refiere a la esquizofrenia -en el artículo antes mencionado perteneciente a sus escritos metapsicológicos11- plantea que después del proceso represivo, la libido no busca ningún nuevo objeto sino que se retrae al Yo, reconstituyéndose así un primitivo estado narcisista carente de objeto diferenciado del yo. Su hipótesis central es la cesación de la investidura de objeto en las neurosis narcisistas.
Observa en la esquizofrenia una alteración del lenguaje con referencias a los órganos del cuerpo: "El dicho esquizofrénico tiene aquí un sesgo hipocondríaco, ha devenido lenguaje de órgano". También afirma que la formación sustitutiva esquizofrénica se despliega en el orden de la expresión verbal, con ausencia de intervención de la investidura de objeto. Esta ausencia relativa a la investidura reviste un valor importante, ya que en las neurosis, por el contrario, el resultado del proceso represivo es una ausencia de traducción12 con conservación de la investidura de objeto: "Ahora podemos formular de manera precisa eso que la represión, en las neurosis de trasferencia, rehúsa a la representación rechazada: la traducción en palabras, que debieran permanecer enlazadas con el objeto. La representación no aprehendida en palabras, o el acto psíquico no sobreinvestido, se quedan entonces atrás, en el interior del inconciente, como algo reprimido."13 Podemos concluir entonces que la economía libidinal de las investiduras tiene un estatuto ligado al lenguaje, del mismo modo que la represión queda definida en relación al orden lingüístico como negativa de traducción de las investiduras inconscientes.
El lenguaje esquizofrénico al que Freud se refiere, tiene un valor restitutivo: es una tentativa de curación que apunta a recobrar el objeto por la vía de las representaciones de palabra.
En las neurosis, por el contrario, se diferencian tópicamente las representaciones de cosa y las de palabra. En los síntomas de las neurosis, como también en los lapsus, sueños, chistes, las representaciones de cosa en
su vinculación con las representaciones de palabra, irrumpen e imponen un orden nuevo y particular en el plano de la significación.14 Es ésa una dimensión ausente en la psicosis.
En una nota a pie de página en "Lo inconsciente"15, Freud destaca una semejanza entre el neologismo en la esquizofrenia y las frases o expresiones "esquizofrénicas" que pueden presentarse en un sueño; en los dos casos las palabras son tratadas como cosas. Sin embargo no tienen un mismo estatuto, y hay que destacar que lo que aquí aparece como un mismo mecanismo, se transforma en una "diferencia decisiva" en "Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños"16. En la esquizofrenia no hay regresión tópica, las investiduras de palabras no son atraídas desde investiduras de cosa -a diferencia de lo que ocurre en la elaboración onírica- y las palabras son tratadas conforme al proceso primario. En el sueño, el camino que la censura busca cerrar es el que va de las representaciones de cosa a las representaciones de palabra, en cambio nada se interpone en la dirección contraria. Y en lo que respecta al proceso primario en el sueño, si éste muestra su eficacia en la producción de "frases esquizofrénicas" es tan sólo porque las palabras han sido reconducidas por la regresión a las representaciones de cosa respecto de las cuales rige en el sueño el proceso primario.
En el contexto de estas precisiones freudianas, la disposición a la transferencia en sus variantes y la introducción del narcisismo a propósito del yo como objeto libidinal, posibilitan una nueva delimitación en la que, sin abandonar la teoría de la libido17, se distinguen las neurosis de transferencia (histeria de conversión, histeria de angustia y neurosis obsesiva) de las neurosis narcisistas18 (paranoia, Dementia praecox, melancolía)19. Años más tarde y sin abandonar una orientación que proviene de la transferencia, diferencia neurosis, psicosis y reserva el término neurosis narcisista para la melancolía.20

e. Cuerpo y lenguaje en el diagnóstico diferencial
Freud hace referencia, en el artículo antes mencionado en relación al discernimiento de lo inconsciente, a un caso relatado por Tausk21. El paciente se conducía como un neurótico obsesivo y empleaba largas horas para asearse y vestirse. Lo que le llama la atención es que este paciente explicaba sin resistencia el sentido de sus inhibiciones: "Cuando se ponía las medias le perturbaba, por ejemplo, la idea de tener que estirar los puntos del tejido, vale decir, los agujeros, y todo agujero era para él un símbolo de la abertura genital femenina". Un neurótico obsesivo con la misma dificultad para ponerse las medias sólo pudo arribar a la significación fálica de su síntoma una vez vencidas las resistencias: el pie, símbolo del pene y el acto de ponerse el calcetín, un símbolo del onanismo. La significación fálica está reprimida. Estas observaciones de Freud ubican un diagnóstico diferencial con respecto al estatuto que tiene la significación fálica; en la neurosis, dicha significación no está al alcance de la conciencia y rige inconscientemente la determinación de los síntomas.
A propósito del caso relatado por Tausk, es interesante destacar que Freud una vez más no elabora un diagnóstico diferencial atendiendo a la presentación fenomenológica de los síntomas, sino al orden de la significación. Es muy probable que quien fundamentara el diagnóstico en el DSM aseguraría en nuestros días que se trata de un Trastorno Obsesivo Compulsivo.
A partir de Freud es necesario deslindar la diferente relación entre cuerpo y lenguaje en la neurosis y en la psicosis. En esta última hay predominio de la representación verbal por sobre la objetiva y las palabras quedan sometidas al proceso primario. La ausencia de investidura de objeto conduce a una relación distinta de las palabras con el cuerpo. El contenido de una o más frases bien puede quedar representado en su totalidad por la referencia a un órgano del soma. Así sucede en el caso de otra paciente de Tausk mencionada por Freud; la paciente construye frases bizarras, tales como: "Los ojos no están derechos, están torcidos"22. Al seguir hablando, ella misma explica la frase. Está enojada con su novio quien le hace ver las cosas torcidas, es un torcedor de ojos.
Freud afirma que una histérica hubiese torcido los ojos sin poder explicar la razón de esos movimientos. En el síntoma histérico, el cuerpo es el cuerpo atravesado por múltiples expresiones de la lengua compartida y al mismo tiempo recorrido por trayectos singulares de satisfacción23. La represión, operante en las neurosis de
transferencia, hace que en el síntoma histérico se encarne una significación que no está al alcance de la conciencia (esto lo diferencia del lenguaje hipocondríaco de la psicosis).

f. La realización asintótica del deseo
Freud discute que, tal como figura en tratados de Psiquiatría, la transformación del delirio persecutorio en delirio de grandeza sea el modo del que dispone el enfermo para arribar a una explicación de la persecución. Afirma en su análisis del caso Schreber24 que el desencadenante de la enfermedad fue la emergencia de la fantasía optativa femenina cuyo objeto era Flechsig. La defensa contra esto transformó la fantasía en delirio persecutorio. Las transformaciones subsiguientes llevaron el delirio persecutorio a un delirio de grandeza. Flechsig queda sustituido por Dios, y la fantasía femenina cobra un lugar en el nuevo delirio, en tanto su transformación en mujer se desplaza a un lejano futuro. Denomina a este proceso temporal realización asintótica del deseo25.
La discusión con la Psiquiatría se sustenta en la búsqueda de Freud de fundamentar el delirio de grandeza en algo diferente a una racionalización. Va al padre para explicar el delirio. Si el análisis del neurótico descubre en la figura del padre un perturbador de la satisfacción sexual, en el desenlace del delirio de Schreber hay, por el contrario, un triunfo de la voluptuosidad que Dios (el padre) exige al sujeto: su transformación en mujer y la posibilidad de procreación. Freud aclara que no se trata de homosexualidad en el sentido vulgar del término, sino de la posición femenina con respecto al padre, que alcanza hacia el final una estabilización, con cese de las ideas persecutorias. Por lo tanto es la incidencia del complejo paterno el que fundamenta la enfermedad.
La discusión con la Psiquiatría es, entonces, una polémica acerca de cuál es el fundamento de la significación. Para Freud la significación y las fallas en su construcción se articulan con el modo particular en que funciona el eje falo- castración. Al padre perturbador del goce de las neurosis, se opone el padre de las psicosis que llama a la satisfacción. La realización asintótica del deseo habla de una infinitización de la satisfacción a partir del lugar que tiene el padre en la estructura. Schreber se infinitiza en partenaire del padre-Dios.
Podría concluirse entonces que la feminidad de Schreber es asintótica en tanto la castración no funciona como posibilidad de construcción de un límite.
Freud construye la frase "Yo (un varón) lo amo (a un varón)" para designar la posición libidinal paranoica. Las variantes a las que la somete -cambiando el sujeto, el verbo y el complemento- dan las fórmulas del delirio persecutorio, de la erotomanía y del delirio de los celos. En esas variantes el "pues" y el "porque" son marcas de una significación que se ha restituido a través de la operación paranoica.

g. Realidad - Castración - Significación
En "La pérdida de la realidad en las neurosis y en las psicosis"26, Freud lleva adelante una diferenciación que tiene su eje en las servidumbres del yo. En lo que concierne a las psicosis, el desasimiento inicial de la realidad -resultado, en ese caso, del conflicto entre el yo y la realidad- es seguido por una etapa en la que la realidad es reconstruida. Mientras la neurosis nada quiere saber de la realidad y la desmiente, la psicosis se aboca al intento restitutivo de darse una realidad nueva en las formaciones delirantes y en las alucinaciones.
Esta perspectiva de diferenciación parece ser desechada más tarde, cuando un renovado análisis del fetichismo27 muestra al yo desmintiendo y al mismo tiempo reconociendo un fragmento de la realidad, y aún más cuando ese análisis se prueba válido no sólo en el caso del fetichismo, sino también en el campo de las neurosis. Sin embargo deja abierta la posibilidad de que a lo adelantado acerca de las psicosis -en los textos "Neurosis y psicosis" y "La pérdida de realidad en la neurosis y la psicosis"- correspondería una indagación ulterior más que una rectificación28.
En uno de sus trabajos póstumos, "La escisión del yo en el proceso defensivo"29 de 1938, Freud articula el lazo con la realidad y la creencia en la realidad de la castración. El caso que menciona es también un caso de fetichismo en el que el yo se escinde: desmiente la castración que reconoce. Afirma: "Este acto de nuestro paciente se nos impone como un extrañamiento respecto de la realidad, como un proceso que tenderíamos a dejar reservado para la psicosis"30. Sin embargo, Freud advierte un rasgo diferencial en tanto este paciente no ha alucinado un pene donde no lo había, sino que ha transferido el significado del pene a otra parte del cuerpo. Esta posibilidad de transferencia de significación fálica plantea una delimitación con respecto al campo de la psicosis.

h. A Modo de conclusiones
Desde los comienzos de su obra, Freud busca diferenciar estructuras clínicas a partir de delimitar la operatoria relativa a cada una. Así, diferenciará en los primeros tiempos las neuropsicosis de defensa de las neurosis actuales en función de la presencia o ausencia de la defensa con respecto a representaciones psíquicas. Más adelante, delimitó las neurosis de transferencia de las psiconeurosis narcisistas en función del lugar que ocupa el analista en la cura. Posteriormente diferenció las psicosis, las neurosis y las neurosis narcisistas, valiéndose de la segunda tópica.
El campo que inaugura Freud en el terreno del pensamiento tiene como fundamento el planteo de la existencia de un sentido en los síntomas, sueños, lapsus, y demás formaciones. El enfermar porta un sentido y ese sentido tiene que ver con la sexualidad.
Nuestro trabajo ha buscado en distintos períodos de su obra diversas formas en que Freud articula el plano de la significación con la operatoria actuante en la psicosis. Hemos encontrado esta articulación planteada de diferentes maneras de acuerdo al marco teórico que ordena su investigación. Más allá de las diferencias del ordenamiento teórico, hay una línea conductora que resalta el estatuto particular que tiene la significación en la psicosis en los diversos momentos de la enfermedad y que resulta de gran valor para la clínica.

Notas

1Cf. FREUD, S., "La regresión", en La interpretación de los sueños (1900), Obras completas, vol. V , (p. 527), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980. Y Cf. FREUD, S., "Lo inconciente" (1915), Obras completas, vol. Xiv, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

2"Y puesto que nosotros sabemos de tales desplazamientos, en la interpretación de los sueños nos confiamos, sin reparo alguno, también en las asociaciones superficiales." FREUD, S., La interpretación de los sueños (1900), Obras completas, vol. V , (p. 525), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

3Cf. FREUD, S., "Manuscrito H" (24/08/1894) y "Manuscrito K" (01/01/1896), en "Fragmentos de la correspondencia con Fliess" (1892-1899), Obras completas, vol. I , Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980. FREUD, S., "Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa" (1896), Obras completas, volumen III , Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

4La proyección habría de tener un desarrollo teórico importante en la escuela inglesa de psioanálisis a partir de los trabajos de Melanie Klein. Por su parte, Lacan la considera una operación imaginaria.

5En una nota a pie de página del año 1924, Freud vuelve sobre el diagnóstico del caso como paranoia crónica y observa que se trataría: "Más correctamente, de dementia paranoides". Cf. FREUD, S., "Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa" (1896), Obras completas, volumen III , Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

6Será objeto de otro trabajo retomar las nociones de creencia e increencia tal como aparecen en estos textos a fin de confrontarlas, por un lado, con la operatividad de la desmentida (Verleugnung) en los fenómenos de creencia y en la formación de síntomas que incluyen a las psicosis; y por otro lado, con la negación (Verneinung). En el trabajo que Freud dedicara a ésta última, enlaza la función de juicio a la economía libidinal dentro de un desarrollo que supone el segundo dualismo pulsional. Escribe: "La afirmación -como sustituto de la unión- pertenece al Eros, y la negación -sucesora de la expulsión-, a la pulsíón de destrucción. El gusto de negarlo todo, el negativismo de muchos psicóticos, debe comprenderse probablemente como indicio de la desmezcla de pulsiones por débito de los componentes libidinosos". Cf. FREUD, S., "La negación" (1925), Obras completas, volumen XIX (p. 257), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

7La diferencia entre paranoia y neurosis obsesiva podría ser continuada en esta misma línea tomando en consideración la incertidumbre en la neurosis obsesiva: "También aquí es harto nítido lo mucho que los enfermos ponen de sí para esquivar una certidumbre y poder aferrarse a una duda (...) La producción de la incertidumbre es uno de los métodos que emplea la neurosis para sacar al enfermo de la realidad y aislarlo del mundo, lo cual constituye, por cierto, la tendencia de toda perturbación psiconeurótica". Cf. FREUD, S., "A propósito de un caso de neurosis obsesiva" (1909), Obras completas, volumen X (p. 190), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

8Cf. FREUD, S., "El discernimiento de lo inconsciente" en "Lo inconciente" (1915), Obras completas, vol. XIV (p.199), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

9Cf. FREUD, S., "27° conferencia. La transferencia", en Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-1917), Obras completas, vol. XVI (p. 392), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

10Cf. FREUD, S., "Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia paranoides) descrito autobiográficamente" (1911)), Obras completas, vol. XII (p. 11), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

11Ver nota 8.

12Ibíd. También se refiere a la represión como falta de traducción en la carta dirigida a Fliess del 6 de diciembre de 1896. Cf. FREUD, S., "Carta 52. (6 de diciembre de 1896)", en "Fragmentos de la correspondencia con Fliess" (1892-1899), Obras completas, vol. I , Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

13Ver nota 8, (p. 200).

14En ellos, la interpretación freudiana ha descubierto actos psíquicos plenos de sentido.

15Ver nota 8.

16Cf. FREUD, S., "Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños" (1917), Obras completas, vol. XIV , Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

17Cf. FREUD, S., "Introducción del narcisismo" (1914), Obras completas, vol. XIV , Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

18Cf. FREUD, S., "26ª conferencia. La teoría de la libido y el narcisismo", en Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-1917), Obras completas, vol. XVI , Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

19Ibíd. En esta ocasión, no nos detendremos en el término parafrenia propuesto en distintas oportunidades por Freud para referirse a la dementia precox de Kraepelin o a la esquizofrenia de Bleuler.

20Leemos: "El análisis nos da cierto derecho a suponer que la melancolía es un paradigma de este grupo, por lo cual reclamaríamos para esas perturbaciones el nombre de «psiconeurosis narcisistas ». Y en verdad no desentonaría con nuestras impresiones que hallásemos motivos para separar de las otras psicosis estados como el de la melancolía." Cf. FREUD, S., "Neurosis y psicosis» (1924), Obras completas, vol. XIX (p.159), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

21Ver nota 8.

22Ibíd.

23Entre otras referencias posibles: Cf. FREUD, S., "Algunas consideraciones con miras a un estudio comparativo de las parálisis motrices orgánicas e histéricas" (1893), Obras completas, vol. I, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980. Cf. FREUD, S., "IV. Sobre la psicoterapia de la histeria", en "Estudios sobre la histeria" (1893-1895), Obras completas, vol. II, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

24Ver nota 10.

25Al modo en que en geometría la asíntota designa la línea recta que indefinidamente se acerca a una curva y se hace tangente a ella en el infinito.

26Cf. FREUD, S., "La pérdida de realidad en la neurosis y la psicosis (1924), Obras completas, vol. XIX (p.271), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

27Cf. FREUD, S., "Fetichismo" (1927), Obras completas, vol. XXI , Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

28Ver nota 27 . Nos referimos a la siguiente advertencia con la que concluye el cuestionamiento de lo establecido en los trabajos publicados en 1924: "Me es posible, en consecuencia, mantener la expectativa de que en el caso de la psicosis una de esas corrientes, la acorde con la realidad, faltaría efectivamente." (p.151).

29Cf. FREUD, S., "Escisión del Yo en el proceso defensivo" (1938), Obras completas, vol. XXIII (p.271), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980.

30Ibíd. P. 276.

Referencias bibliográficas

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19- Freud, S. (1938) "Escisión del yo en el proceso defensivo" en Obras completas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1980, volumen XXIII.         [ Links ]

20- Lacan, J. (1955/1956) El Seminario de Jacques Lacan, Las psicosis, Libro 3, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1984.         [ Links ]

Fecha de recepción: 30 de septiembre de 2010
Fecha de aceptación: 3 de septiembre de 2010

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