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Anuario de investigaciones

versão On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.18  Ciudad Autónoma de Buenos Aires dez. 2011

 

PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA

 

Construcciones identitarias, juventud y vida cotidiana: un estudio desde la teoría de las representaciones sociales

Constructions of identity, youth and daily life: a social representations´ study

 

Seidmann, Susana1; Azzollini, Susana2; Thomé, Sandra3; Di Iorio, Jorgelina4

1 Dra. en Psicología, Prof. Titular Regular de Psicología Social Cat. I (Fac. de Psicología, UBA). Directora del Proyecto UBACyT P051. E-mail: susiseidmann@yahoo.com.ar

2 Dra. en Psicología, Investigadora Adjunta del CONICET, Prof. Adjunta Psicología Social Cat. I.

3 Lic. en Pedagogía. Prof. Adjunta Psicología Social Cat I, Fac. de Psicología, UBA.

4 Becaria de Investigación, CONICET. Jefa de Trabajos Prácticos Regular. Psicología Social Cat 1, Fac. de Psicología, UBA

 


.Resumen
Se realizó una investigación exploratoria - Proyecto UBACyT- con el objetivo de describir la representación social de la vida cotidiana que construyen jóvenes de entre 20 y 30 años, de distintos niveles socio-económicos, combinando un abordaje procesual (Jodelet, 1984, 2006; Moscovici, 1961; 1984, 2001; Banchs, 2000) y otro estructural (Abric, 1994) de las representaciones sociales.
Este trabajo presenta los resultados vinculados a la descripción de las concepciones del sí mismo, a partir de la exploración de su representación social de vida cotidiana. Se realizaron entrevistas en profundidad, que se analizaron a través de la construcción de categorías emergentes, con las que se identificó el modo en que los participantes se deinen, en función de las posiciones sociales que asumen. Se encontró que se deinen a sí mismos a partir de similitudes y diferencias con los otros, interiorizando los valores y jerarquías sociales.

Palabras clave:
Identidad; Representaciones sociales; Jóvenes

Abstract
An exploratory research was fulilled - Ubacyt project - with the aim of describing daily life social representations constructed by young people, ages between 20 and 30 years old, belonging different socioeconomical levels, through a social representation´s processual approach (Jodelet, 1984, 2006; Moscovici. 1961, 1984, 2001; Banchs, 2000) and a structural one (Abri, 1994).
This paper presents the results related to self descriptions, constructed through discourse, by the exploration of their daily life social representation. Depth interviews were carried on which were analized through the construction of emergent categories used to identify the participants´way to deine themselves in the different social positions they belong to.
The results show that the participants deine themselves through similarities and differences with other people, and the internalization of values and social hierarchies.

Key words:
Identity; Social representations; Young people


 

Introducción
La Teoría de las Representaciones Sociales (Moscovici, 1961; Jodelet, 1984) se presenta como un medio para comprender las tramas de interacciones cotidianas, por medio de las cuales las personas construyen significados sobre sí mismas y sobre los otros a través de la comunicación. Las representaciones sociales, en tanto conocimientos prácticos socialmente construidos y compartidos intersubjetivamente, constituyen una mediación que permite dar cuenta de la relación del hombre con el mundo. Las experiencias de la vida cotidiana son objetivadas, concretizadas, en las representaciones sociales, permitiendo la elaboración de las resonancias positivas y/o negativas de la misma y de las relaciones que en ella se despliegan (Jodelet, 2006).
La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada y objetivada a partir de las relaciones intersubjetivas (Berger & Luckmann, 1966) y se constituye a través de las particularidades espacio-temporales y del carácter activo del sujeto presentes en su propio desarrollo y de los procesos sociales. En este sentido, las representaciones sociales constituyen una explicación o teoría social que los sujetos, como parte de un colectivo, construyen sobre aspectos de esa vida cotidiana que les permiten definirla e interactuar en ella. Es decir, son una "totalidad significante contextualizada" (Jodelet, 2003: 118) que abarca el contenido de lo representado y la identificación y deinición del grupo que construye esa representación.
Desde la perspectiva del Interaccionismo Simbólico (Mead, 1968), el sí mismo expresa el resultado de interacciones recíprocas entre la persona, los otros y la sociedad. La conciencia social que la persona logra de sí misma, como construcción representativa del yo en su relación con los otros y con la sociedad, resulta de la internalización de los roles de los demás y es, por lo tanto, una actualización, a nivel individual, de un cierto número de construcciones y componentes sociales.
En esta misma dirección, Mugny y Carugati (1985) sugieren que las representaciones sociales también definen la identidad y la especificidad de los grupos, al situar a los individuos en el campo social. Deschamps y Moliner, (2009) consideran a la identidad como un fenómeno subjetivo y dinámico, resultante de una doble constatación de semejanzas y diferencias entre el sí mismo, los otros y algunos grupos de pertenencia y de no pertenencia de las personas. Bajo esa óptica, sugieren la noción de representaciones identitarias, orientadas hacia la representación del sí mismo y del grupo. Wagner y cols. (2011) sostienen que esta categoría grupal se naturaliza y, por ende, es tratada como si no fuese una construcción humana. O sea, constituye una entidad ontológica independiente, no susceptible de ser cambiada. No obstante, las personas modelan y remodelan activamente su mundo a la par del cambio social global y del intercambio entre la identidad intragrupal y la que resulta de las relaciones intergrupales. La construcción y la enacción de la identidad tienen como propósito implícito el fortalecimiento de los lazos entre los miembros de un grupo y de darle al grupo el estatus de entidad con razón para su existencia, una ideología, propósitos y atributos específicos.
De hecho, Tajfel (1982), desde un abordaje intergrupal, concibe la identidad social como el efecto de las categorizaciones sociales que segmentan el medio social del individuo y diferencian su grupo de pertenencia de los otros grupos:
"La identidad social será entendida (...) como aquella parcela del autoconcepto del individuo que deriva de su conocimiento de la pertenencia a un grupo (o grupos) social, juntamente con el significado emocional y de valor asociado a aquella pertenencia" (p. 290).

Es así que, en el mecanismo cognitivo de la categorización social, los sujetos necesariamente están implicados en el resultado, lo que hace que las pertenencias categoriales formen parte de la definición que cada uno hace de sí mismo, de acuerdo a su pertenencia grupal.
Tajfel, Duveen y Lloyd (2003), desde el enfoque genético de la Teoría de las Representaciones Sociales, explicitan que no todas las categorías son igualmente significativas para las personas, dado que los sujetos las reconstruyen y al hacerlo elaboran identidades sociales concretas. La persona tiene necesidad de concebirse de manera singular, diferente de otros y, al mismo tiempo, tiene necesidad de lazos sociales, que la llevan a compartir aspectos de similitud y diferencias con los otros. En ese escenario de interacción social, las prácticas sociales instituyen sistemas de acción socialmente estructuradas, relacionadas con las posiciones sociales. Son componentes de las representaciones sociales y constitutivas de la identidad, en tanto que creaciones culturales formadoras de atribución de sentido (Carretero & Castorina, 2010).
El sí mismo (Martinot, 2008) emerge en la relación con otro, a partir de la internalización de roles y modelos sociales compartidos. Bruner (1986) destaca la importancia de la intersubjetividad en el surgimiento del sí mismo. Los seres humanos se relacionan entre sí a través del lenguaje, del interjuego permanente de transacciones a lo largo del tiempo, a través de las cuales pueden tener acceso a la mente de los demás, compartir la experiencia social, dirigir la atención de los otros hacia su perspectiva particular y crear conjuntamente los significados de nuestra cultura. Por ende, el sí mismo es un resultado de nuestra capacidad conjunta de crear y relexionar sobre los significados construidos colectivamente. Estos significados se negocian en intercambios conversacionales (Bruner, 1995), y surgen con la experiencia en el acto de interpretar los intercambios intersubjetivos en nuestro espacio cultural.
Respecto a los estudios que vinculan la vida cotidiana con la identidad en los jóvenes, se realizaron investigaciones sobre las nuevas formas de encuentro y socialización (Winocur, 2006); sobre las industrias culturales, en tanto dispositivos con que los jóvenes nutren su vida cotidiana y desarrollan marcos comunes de identidad, a través de la construcción de significaciones sobre la experiencia histórica grupal (Rozas, 2000); sobre la ausencia del hábito de la lectura y el uso de las tecnologías de información con fines de diversión, que aportan otro tipo de elementos simbólicos que influyen en su vida cotidiana (Castro, 2004); sobre la centralidad del trabajo en los jóvenes y su inluencia en el proceso de construcción de su identidad (Agulló Tomás,
1998); sobre sus representaciones de la vida cotidiana, describiendo también la centralidad del trabajo productivo y reproductivo (Lozares et. al., 1998); sobre su percepción de una reorganización profunda en los modelos de socialización (Barbero, 2002); sobre la relación entre los discursos que sostienen y las categorías étnicas que utilizan tanto para clasificar a los demás como para auto-identificarse (Aguilar y Molina, 2004). Sin embargo, resultan escasos los estudios que abordan el tema desde la perspectiva de las representaciones sociales y analizan su vinculación con la construcción de la identidad.

Objetivo
Describir las concepciones del sí mismo construidas discursivamente por jóvenes de entre 20 y 30 años, de distintos grupos socio-económicos, a partir de la exploración de su representación social de la vida cotidiana.
Los resultados que se presentan en este trabajo se enmarcan en un proyecto de investigación UBACyT (P 051) que tiene como objetivo explorar y describir la representación social de la vida cotidiana que construyen jóvenes de entre 20 y 30 años, desde una perspectiva procesual y estructural.

Metodología
Tipo de estudio: Se trata de un diseño exploratorio para examinar y comprender la situación problema con el fin de permitir la familiarización con el tema. Se utilizó un abordaje cualitativo con énfasis en la identificación de los significados que los jóvenes le dan en sus discursos a distintos aspectos de su vida cotidiana.
Participantes y muestra: 40 jóvenes de ambos sexos, residentes en la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, cuyas edades oscilan entre 20 y 30 años. Las características de la muestra fueron las siguientes: 21 mujeres con un promedio de edad de 24,7 años (siete de clase alta, ocho de clase media, cinco de clase baja y una en situación de calle) y 19 varones con una edad promedio de 24,8 años (tres de clase alta, seis de clase media, cinco de clase baja y cinco en situación de calle). La clase social se operacionalizó en función de los indicadores del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (2009): cantidad de personas que duermen por cuarto, tipo de vivienda, propiedad de la vivienda, condiciones sanitarias, nivel de escolaridad, nivel de ingresos totales en relación con la canasta alimentaria básica1.
Muestreo: no probabilístico intencional; seleccionándose los participantes en función de las características establecidas y de su aceptación de participar del estudio. El número muestral quedó determinado por el criterio de saturación de la información, esto es, hasta el punto en que ya no se obtuvo nueva información y ésta comienza a ser redundante. Es decir que la propia información obtenida es la que fue guiando el muestreo.
Fuentes y técnicas de recolección de datos: Se realizaron entrevistas en profundidad, incluyendo como ejes de indagación los siguientes aspectos: estudio, trabajo, recreación y tiempo libre, grupo de pares, familia, distancia entre proyecto de vida y posibilidad de realización, valores y autoestima.
Análisis de datos: Se realizó un análisis cualitativo de los datos a partir de la utilización de categorías emergentes del discurso y del establecimiento de relaciones entre ellas.
Los relatos de los participantes se analizaron diferenciándolos por grupo social, en función del nivel socioeconómico, con la intención de describir aspectos singulares de su definición identitaria. Esta consideración toma vigencia a partir del la consideración de Moscovici en relación al lugar del lenguaje en la comunicación:
"La comunicación a través del lenguaje es posible porque las palabras, tanto en su forma actual como en su evolución, se presentan como el fruto de otras tantas experiencias petrificadas en el curso de la vida social de los hombres que pertenecen a una misma colectividad" (Moscovici, 1961: 334).

Se recurrió al soporte técnico del software Atlas.ti versión 4.1 para la sistematización y codificación de los datos.
El trabajo de codificación, sistematización e interpretación del material se desarrolló en distintas etapas. En un primer momento, el software facilitó el proceso de codificación abierta de los relatos de los participantes, en el que se construyeron categorías que permitieron caracterizar el modo en que los jóvenes describen y organizan su vida cotidiana. A partir de este análisis textual se realizaron reducciones inclusivas del material relevado que permitieron la realización de un análisis conceptual. (Flick, 2009). De acuerdo con esto se construyeron nuevas categorías que permitieron organizar la vida cotidiana en términos de una estructura homogénea -común a los participantes- y diversas estructuras heterogéneas, según las experiencias subjetivas y los significados atribuidos a las mismas.
Con estas categorías, se realizaron nuevas lecturas y codificaciones del material, con la intención de identificar en las entrevistas aquellas frases semánticamente significativas que aludieran a definiciones del sí mismo. Éste énfasis en los aspectos subjetivos, en el marco de un estudio desde la perspectiva de las representaciones sociales, responde tanto a los desarrollos de Moscovici (1961) como los de Jodelet (2008), quienes resaltan la importancia de revalorizar "ese alguien", siempre colectivo, que construye y es portador de representaciones sociales.

Resultados
El sí mismo, como construcción relacional, se crea tanto en función de las relaciones con los otros, al interior de los grupos de pertenencia y referencia, como por las relaciones de ese grupo con otros. Los argumentos sobre el sí mismo, entonces, adquieren dimensiones de comparación y de valor, siendo seleccionados, creados, transformados o conservados, según su factibilidad en la acción social.
"(...) A veces me siento y no puedo entender... A veces digo para qué existo... para qué llegué a existir por qué no me da la cabeza, pienso y pienso, y digo ¿qué soy? no soy nada, soy una basura..." (S_ varón_29 años_situación de calle)
"No sos la misma persona cuando vivías con tu familia que cuando vivís en la calle, la calle te hace cambiar mucho, te descuidas, estás en la mugre (...)"
(J_varón_20 años_situación de calle)
"(...) como que eso me interesa, no sé, a veces pienso que... como que yo no soy muy paciente y esa no es la forma de manejarse aquí..."
(I_mujer_20 años_ clase baja)
"(...) cuando estoy con mi familia vuelvo a sentir quien soy... a veces siento que tengo muchas personalidades, una personalidad con el trabajo, una con mis amigos, otra con otro grupo de amigos... "
(L_varón_24 años_clase media)
"Yo soy muy voladora. me gustaría haber desarrollado más mi espiritualidad y todo el universo interior, volverme un ser más espiritual y más viajada... intento todo el tiempo romper con la estructura y el chip que tenemos en la cabeza... no me quiero enganchar a toda esa cosa de consumo que hay ahora y de comprar todo el tiempo, me parece como que te volvés loco y nunca más estás satisfecho."
(A_mujer_23 años_clase alta)
"Estoy viviendo sola, así que un poco me estoy adaptando. y soy un bicho nocturno....tengo una vida bastante tranquila... puedo hacerme tiempo para ver a mis amigos, más tiempo a cosas más personales. Tengo muchos intereses, me aturdo y no puedo cumplir, me desorganiza, soy muy desorganizada. Huyo de la rutina todo el tiempo entonces (...) Soy una persona que todo el tiempo estoy pensando, analizando, cuestionando (...) Yo vivo en un pueblo y en un country, entonces es como que estaba como muy encerrada. Y ahora al estar acá es distinto. Se te abre la cabeza. y, además, la independencia...."
(A_mujer_23 años_clase alta)

Si bien el material fue analizado en función del grupo social de pertenencia, no se observaron acuerdos significativos que correspondieran a la especificidad del grupo social. Por el contrario, y tal como se muestra en los relatos anteriores, se registraron diferencias en el contenido o la información sobre el sí mismo, incluso entre quienes pertenecen a la misma clase social. Estas diferencias refuerzan los aspectos individuales, aunque no significa que no se incluyan dentro una lógica de producción identitaria intersubjetiva. Esta reafirmación individual aparece en el contexto narrativo, a partir del registro de similitudes y diferencias con otras personas, tanto con quienes pertenecen al sector social con el que se identifica la persona, como con los que no:

a. Similitudes con los otros
"(...) no es tan fácil, que no es solamente estar tirado sin hacer nada, sino que hay mucha gente que sufre de verdad." (J_varón_23 años_situación de calle)
" [Referencia al club de fútbol] " Soy Lobo (...) porque la gente de Lobo es así, inteligente como yo, no necesita mostrarse." (M_varón_27 años_clase baja)
"(...) hoy escuchando las asambleas en conjunto y viendo a la gente de primer año, es como que te ves relejado pero a la vez, no te gusta, o al menos, a mi no me gusta verme reflejado con otra persona, que discute constantemente las ideas del bachi ... pero entiendo también es parte del proceso que... como a mí me costó a otros también les puede costar." (I_mujer_20 años_clase baja)
" (...)Todos los que por ahí tenemos más o menos la misma edad (...) yo puedo reconocer en gente de mi edad cosas... en común puedo ver como el universo de... la niñez... y... como los dibujos animados... las obsesiones por las mismas cosas que son... como de nuestra época... " (G_mujer_24 años_ clase media)
"(...) ... en el caso de las amistades prefiero estar rodeado de amigos varones, por una cuestión no de machismo, ni de género, si no por que uno, es lógico que comparta más cosas con la gente de su género, nada, por que jugás al fútbol, por que estás todo el día, porque hablás de minas, por que salís juntos, y es lógico." (F_mujer_25 años_clase alta)

Tal como se observa en las frases seleccionadas, el distintivo de identidad común o pertenencia puede manifestarse en términos de 'cultura semejante', y no necesariamente relacionado con una igualdad a nivel económico. De esta manera, en algunos casos se constata una mayor consistencia de las atribuciones de sentido cuando se reieren a un grupo (por ej: los hinchas de Lobo; la gente de primer año) que cuando remiten a un agregado de individuos no relacionados entre sí (por ej: los que tenemos la misma edad, gente que sufre de verdad).

b. Diferencias con otros
" (...) en la calle hay de todo, tenés que ver con quienes estás (...) además cuando querés salir, estar mejor, no tirarte al abandono (...) hay algunos como que no te dejan, que les da bronca (...) también hay gente que no quiere salir, que está cómodo como está." (S_varón_29 años_situación de calle)
"(...) no me gusta la mala vida, no me gusta la pelea. yo no soy de esa gente. Algunos vienen ya de cuna, de nacimiento... o también se hacen, y a mí no me gusta ser así." (J_varón_23 años_situación de calle)
" [en referencia a los asentamientos y la inseguridad] todo el mundo los ve y no pasa nada, y hasta se sienten dueños de todo y te miran con una mirada, viste, provocativa. Pero esto... seguro que están apoyados por gente del poder, son una manga de vagos, no hacen nada, esperan un plan social y después se lo gastan en vino o en drogas, porque ahí corre y se sabe. esto es nuevo y no sé para qué los trajeron, pero nos están arruinando la región." (M_varón_27 años_clase baja)
" Hay otros coordinadores que llevan cada uno lo que vivió... este... en sus misiones y está bueno (...) y así y todo tenemos conflictos, con la gente mayor de la parroquia que así como: "piden jóvenes, piden jóvenes" y cuando llegan jóvenes después (se rie) dicen: "bueno, no hagan tanto lío... quietitos un rato" y no nos dejan hacer lo que queremos." (I_20 años_clase baja)
" Pinamar es muy careta, Mar del Plata también!... iba con mis amigas a las playas del Sur... la última vez que fui a Mardel, fuimos a la playa de Personal... y nada, eran tan idiotas todos!... las chicas vestidas como para ir al boliche, estando en la playa!... y todos los lacos, con los tubos, con música electrónica, camisitas blancas y agua mineral." (L_mujer_24 años_clase media)
"(...) de más joven o cuando empecé a tomar alcohol. Yo siempre fui muy contrera a los 16, 17 si todos tomaban alcohol yo no tomaba alcohol, si todos fumaban yo no fumaba, mi rebeldía pasaba por ahí, después obviamente caí y en algún momento empecé a tomar y si tuve excesos, no de esas cosas de llegar a los comas alcohólicos ni nada, pero sí de salir, emborracharme........ yo soy una persona poco flexible...". (A_mujer_24 años_clase alta)

Lo que se observa es cómo la definición del sí mismo se va constituyendo en la medida en que los otros, con quienes se comparte la vida social, ofrecen patrones de reconocimiento, no sólo en función del caudal de experiencias omunes, sino también por aquello que es ajeno a la comunidad de pertenencia.
Las personas no tratan de la misma manera las informaciones, una vez que su capital cultural estructura su espacio social y les confiere poder en el sentido de escapar a la influencia del otro. Cabe destacar que los jóvenes no sólo se distinguen a sí mismos y a su grupo de pertenencia respecto de otros con características antagónicas o disímiles (por ej: la gente con poder/ una manga de vagos; chicas vestidas para ir al boliche estando en la playa), sino también de aquellos aspectos a los que adhieren o rechazan (por ej.: "hay gente [en referencia a otros en situación de calle) que no quiere salir"; "hay otros coordinadores que llevan lo que cada uno vivió en sus misiones") en el marco de las interpretaciones de su propio grupo social. Esta jerarquización de los segmentos de una sociedad posibilita que se constituyan guías de interpretación que les permiten a los jóvenes percibir y percibirse en relación a los diferentes grupos de su entorno. Es así que conciben a los grupos de pertenencia y de no pertenencia, como heterogéneos u homogéneos, en función de su ubicación en la estructura social.

Conclusión
Tal como se ha expresado en trabajos anteriores (Seidmann et. al., 2010), las prácticas cotidianas y los sentidos atribuidos a las mismas, se organizan en términos de conocimientos sociales -representaciones sociales- que se anclan de manera diferente, según la pertenencia social, en función de las significaciones subjetivas que emergen de las experiencias vividas. El significado que adquieren dichas imágenes sobre la vida cotidiana, en tanto construcciones intersubjetivas, para cada grupo social se vincula con los elementos simbólico-imaginarios que cada uno de estos grupos comparte y que les permiten construir su identidad.
Según Jodelet (2006), la problemática de la identidad se constituye a partir de la relexión sobre el otro, como representante de la diversidad entre las personas y de la alteridad, como un gradiente que va de la cercanía a la diferencia y a la exclusión. El yo se forma siempre en relación a un otro, una persona diferente o similar que me constituye desde el inicio. La alteridad involucra un espacio de discriminación atribuida a algún personaje social. Tal como se observa en el material analizado, la noción de sí mismo está indisolublemente ligada al reconocimiento del otro, tanto por la semejanza como por la diferencia. La mirada del otro se constituye como un espejo que me permite tener una idea de mí mismo/a, constituyéndome así, como persona, y aproximarme a la visión del mundo desde alguna de estas perspectivas creadas en las relaciones intersubjetivas.
En este contexto, la identidad se construye tanto a partir de la otredad - el reconocimiento de un otro diferente de mí - como de la alteridad - como producto y proceso de construcción y de exclusión social (Jodelet, 2002). La relación yo/otros descripta en las narraciones de los participantes, permite definir e interpretar la identidad como procesos de construcción permanentes en términos de relaciones ternarias ego/alter/objeto (Moscovici, 1985). En ese mismo proceso, también se construye un tipo específico de saber del sentido común -representaciones sociales- en la que esta relación yo/otros adquiere una posición central: la delimitación de los contenidos, y su valoración. Las representaciones sociales, son de algo y de alguien (Jodelet, 1984), de un objeto -la vida cotidiana, en este caso- y de un sujeto. En este trabajo, se intentó dar cuenta de ese sujeto -los jóvenes- en términos de sí mismo o de "representaciones identitarias" (Deschamps & Moliner, 2009). Tal como se describió, se encontraron diferentes contenidos identitarios (basura, buenos, trabajadores, solidarios, vagos, caretas), tributarios éstos de la estructura témporo-espacial de la vida cotidiana y las significaciones atribuidas a la misma, en quienes comparten una representación social sobre su vida cotidiana. Es decir, no existe un isoformismo entre los contenidos identitarios -referidos al sujeto de la representación- y los contenidos representacionales -referidos al objeto de esa representación. Estas divergencias no pueden interpretarse en términos de representaciones sociales diferentes, responden a la existencia de una estructura heterogénea y homogénea de la vida cotidiana (Seidmann et. al, 2009, 2010), categorización que permitió diferenciar entre los aspectos que todos los sujetos necesitan satisfacer -dimensión homogénea- , y las estrategias implementadas para ello -dimensión heterogénea. Es decir, una estructura que incluye aspectos que los participantes comparten con los demás y que les permite definirse como jóvenes, y otros que los separan y los diferencia en función de las experiencias y de las vivencias intragrupales. Esto da lugar a una pluralidad de contenidos representacionales, desde los cuales se pueden describir los diversos campos semánticos que coexisten en una representación social, y que expresan las visiones de los grupos sociales. Retomando los desarrollos de Moscovici (1988) sobre los distintos tipos de representaciones sociales -hegemónicas, emancipadas y polémicas2 - Rodriguez (2001), describe distintos tipos de contenidos de las representaciones sociales: hegemónicos -colectivamente compartidos y menos susceptibles de discusión social tales como trabajo y familia - o emancipados -referidos a creencias y valores sostenidos por grupos sociales específicos, compartidas en un momento dado como caretaje, solidaridad, cachivache. Mientras que los primeros se asumen como naturales y universales, los segundos tienen una aceptación restringida al estar condicionados por la pertenencia grupal.
La estructura heterogénea de la representación social de la vida cotidiana, condiciona entonces la emergencia de significados diversos que remiten a la propia definición de identidad. Esa diversidad, o existencia de contenidos emancipados, está orientada por la biografía individual y personal, e íntimamente relacionada con las definiciones de la realidad, comprendidas en términos de representaciones sociales.

1 Si bien en este trabajó no se trabajo de manera singular sobre la problemática de las personas en situación de calle, se reconoce la especificidad de la problemática en tanto que objeto complejo multicausado (dimensiones socio-económicas, individuales, familiares y culturales, entre otras).

2 Moscovici (1988) define a las representaciones hegemónicas como aquellas que tienen un alto grado de consenso entre los miembros del grupo, las emancipadas, como aquellas que responden a subgrupos específicos, y las polémicas, en tanto que representaciones que surgen entre aquellos grupos atravesados por conflictos sociales relevantes, y que expresan, por lo tanto, formas de pensamiento divergentes.

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Fecha de recepción: 4 de abril de 2011
Fecha de aceptación: 19 de julio de 2011

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