SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.18Cuerpo e imagen: Acerca de la construcción de imaginarios sociales sobre cuerpo, derechos e infanciaBuridan en la clínica: elecciones del ser hablante índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.18  Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2011

 

PSICOANALISIS

 

Acerca del acto analítico y el vacío

Analytical act and empty

 

Acuña, Cynthia1

1 Doctora en Psicología, UBA. Docente de Clinica Psicoanalítica II, Fac. Psicología UBA. Investigadora del Proyecto UBACyT Programación Científica 2008-2011: "Manuscritos inéditos: versión crítica a partir de 1920 de los textos metapsicológicos freudianos". Director: Dr. Juan Carlos Cosentino. E-mail: cacuna@psi.uba.ar

 


Resumen
En este trabajo intentaré hacer pensable una dimensión del inconsciente que no es la del sujeto sino la del objeto. Parto de las referencias que da Jacques Lacan en "El acto psicoanalítico" sobre la "experiencia de saber" y desarrollo el tema tomando como eje un cuento oriental, el de un arquero que dispara con un arco vacío.
En las conclusiones, subrayo que el acto analítico se relaciona con esta dimensión, en la que "ello piensa" sin sujeto, acorde a la idea lacaniana de que el analista opera por no pensar.
Este trabajo forma parte una investigación UBACyT con sede en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

Palabras clave:
Acto analítico; Saber; Vacío; Zen

Abstract
In this work I will try to do thinkable a dimension of the unconscious that is not the one from subject but object. I start from the references that Jacques Lacan give in "The Analytical act" on the "expérience du savoir" and I work the topic taking as central to an oriental tale, that of an archer who shoots an empty bow.
In the conclusions, I stress that the analytic act relates to this dimension, in which "Id thinks" without a subject, according to the Lacanian idea that the analyst operates for not thinking.
This work is part of an UBACyT research in the School of Psychology at the University of Buenos Aires.

Key words:
Analytical act; Knowledge; Empty; Zen


 

Presentación
Como en toda presentación, creo necesario situar algunas coordenadas para el lector. Especialmente porque este artículo es, en cierto modo, la continuación de otro anterior, me refiero a Versiones del Vacío1. En dicho texto, propuse pensar dos versiones del vacío: por un lado, el vacío en el sentido del Tao, por otro lado, el vacío en la línea del Goce (tomando a la pintura china en el primer caso y a la literatura en el segundo, como modelos para pensar estas nociones). Retomaré, en este trabajo, aquella distinción, sin desarrollarla extensamente pero dando las claves para poder seguir la lectura. El lector puede remitirse a dicha publicación para profundizar en el tema. Me propongo ahora abordar el tema del vacío desde otro lugar: el acto analítico. Esta inquietud surge a partir del Coloquio organizado en 2010 por la Escola Letra Freudiana de Brasil 2, en las que participó el equipo de investigación del que formo parte. En aquella oportunidad, se trabajó alrededor de una noción que da Lacan en "El acto psicoanalítico", la noción de "experiencia de saber" 3. Esto suscitó el interés en el tema y generó una serie de actividades y trabajos conjuntos4 . De toda esa experiencia surge este artículo, con el objetivo de volcar en una publicación el producto de trabajo de muchos meses. Pero también este texto abre nuevas preguntas. Una pregunta que recorre el texto y que actúa como motor del desarrollo del mismo es: ¿qué signiica que el analista se hace producir de objeto a? Para abordarla parto de un breve relato: el de un arquero zen que dispara con un arco vacío. Las referencias a la ilosofía zen servirán de guía, de acercamiento al tema.
Al inal del trabajo, introduzco la distinción entre el inconsciente como saber no sabido y el inconsciente como experiencia de saber sin sujeto. Se trata de abordar una dimensión del inconsciente en relación al objeto a de Lacan.

Disparar con un arco vacío
Al hablar del acto analítico, Jacques Lacan señala que se trata del momento en que un analizante pasa a ser psicoanalista. Se trata de un acto que, además, se define porque implica una destitución, la del analista. Pero ¿de quién es el saber en juego en ese acto? Sabemos que el analista no es sujeto y que «opera por no pensar». Su acto, podríamos decir, es inmóvil. No tiene que ver con ninguna de las manifestaciones de lo que se mueve.
Según el Tao5 "lo inmóvil es el poder que domina al movimiento" (Lao Tzu, 2004: 107). El acto no supone un movimiento ni tampoco supone una anticipación o un pensamiento. El acto marca, a la manera de un corte, un antes y un después. La temporalidad del acto es la del instante. Y el instante vale por lo que abre, no por su duración en tanto no se da en un circuito temporal.
Para hablar del acto se alude generalmente a Julio César y a la famosa frase "La suerte está echada" (frase adjudicada a Julio César al cruzar con su ejército el río Rubicón en el año 49 a.C., dando inicio a la guerra civil romana), para subrayar que el acto debe ubicarse en relación a sus consecuencias. Pero hay otro aspecto del acto que me interesa destacar -especialmente, en relación con el acto analítico- y es la vinculación del acto con el vacío. Esto se aprecia en las artes marciales orientales. De ello habla el relato del arquero zen, un aprendiz de arquero que busca en su maestro las claves de la arquería. Me reiero a un corto traducido al inglés como "To Shoot Without Shooting": "Para disparar sin disparo". 6 Este narra la historia de un joven arquero, Ji Chang, que quiere convertirse en el mejor arquero del mundo. Busca la ayuda de un arquero consagrado, Fei Wei, que puede disparar las hojas de sauce fuera de los árboles.
Este maestro entrenará a Ji Chang pero no precisamente a través de la transmisión de contenidos o de la adquisición de destrezas especiales tales como apuntar al blanco, manejar el pulso, etc. sino que lo que hace es derribar cada uno de los sentidos que sostiene su discípulo. Llevarlo a los límites de su propio saber. Ahí donde el aprendiz cree que sabe, que alcanzó un saber, el maestro le muestra la inconsistencia de ese saber -no en la línea del superyó, que pide más y más, sino en el sentido de romper con el ideal: ser un arquero famoso y admirado por su puntería, etc.- Pero también -y este es el aspecto más interesante- lo precipita a una experiencia nueva respecto de su cuerpo.
Lo primero que le pide el maestro a Ji Chang es que aprenda a dormir sin parpadear. Luego de dos años, cuando el aprendiz logra dormir con los ojos abiertos, el maestro le dice que aprenda a ver algo en su mano, algo casi invisible. El arquero no logra verlo. Entonces, se sienta frente a la ventana y, a través de ella, mira cosas
diminutas: una pulga, bichitos casi imperceptibles, pájaros. Luego de tres años, forma sus ojos para ver detalles pequeños (insectos, movimientos sutiles, telarañas invisibles a la vista). A partir de entonces, el discípulo comienza a aprender del maestro, al punto que el maestro le regala su arco, le dice que de él ya aprendió todo.
Ji Chang comienza entonces un viaje por el mundo, ya que aún no estaba satisfecho. En este viaje va a ver a un sabio muy anciano, Gan Ying. Frente a él quiere demostrar sus habilidades. Pero este sabio le señala que no se trata de eso, de las habilidades que aprendió, y que seguramente lo que no aprendió es a disparar sin disparo. Esta frase sí que lo intriga, lo interroga. El creía que ya había aprendido todo. El anciano lo lleva a la cima de una montaña, en el borde de una roca que da a un precipicio. Es una experiencia límite, incluso desde lo físico. Y entonces le muestra cómo puede disparar sin el arco y derribar un ave. Hace el gesto de tensar el arco pero en el lugar del arco hay vacío, no está el objeto. No obstante, uno podría decir que sí lo hay. Pero es un objeto que ha sido vaciado de su espesura, de su consistencia como objeto central del arquero. ¿El arco se volvió una parte del cuerpo? El ave cae frente al arquero y éste queda conmovido. Es quizás el punto más verdadero de su entrenamiento. El relator nos dice: es la primera vez que él despierta a la verdadera naturaleza de este arte. Poder derribar un ave que vuela en el cielo sin el uso de la lecha, es decir, con un arco vacío. Sólo entonces el arquero está en el borde de una experiencia de saber. Un saber que no proviene del conocimiento ni mucho menos del aprendizaje. Ji Chang se convierte en el orgullo de la ciudad, conocido como el maestro arquero que nunca tocó un arco. Solía decir: "La mayor obra es abstenerse de la acción. La esencia del discurso es el silencio." El acto, entonces, no se vincula a la acción sino a la no-acción. E implica un saber que no parte el sujeto.

La experiencia de saber (sin sujeto)
Freud decía que hay distintos tipos de saber. No es idéntico el saber del médico que el saber del paciente. Lacan lo enuncia de este modo: "que haya inconsciente quiere decir que hay saber sin sujeto" (sin sujeto del inconsciente) (Lacan, 1988: 48-49). ¿Qué significa que hay saber sin sujeto? Significa que hay un saber vinculado al objeto. En el acto se trata de la experiencia del objeto. La experiencia de saber es diferente de la experiencia de la angustia a la que alude Freud en Lo siniestro donde la ausencia de objeto se convierte en una presencia ominosa para el sujeto. Y donde el vacío no se expresa más que como un exceso, en el sentido del goce. Cabe señalar, en este sentido, que no hay un único modo de funcionamiento del vacío:
Por un lado, el vacío puede funcionar como exceso, acorde al Principio de inercia freudiano, en la línea del Goce. Un ejemplo nos lo aporta la literatura: en Metafísica de los tubos, Amélie Nothomb, presenta a una niña-Tubo, una niña que carece de deseo y que, al nacer, no mira, no llora y vive sin que nada deje una marca, como si funcionase bajo el modelo del relejo. El Tubo, en ese caso, es un exceso porque se presenta como si no estuviera mediado por el campo del Otro. Es puro Goce sin huella.

Pero hay otro modo de funcionamiento del vacío que podría ejempliicarse con la pintura china o, incluso, como lo hago aquí, con las artes marciales japonesas. El vacío en esta línea -que es la del Tao- funciona como un motor del movimiento, del acto, de la creación. Y fundamentalmente supone una pérdida. Incluso, podría decirse, que se trata de un vacío que ha sido "vaciado" de consistencia. Es el caso del arquero al inal del recorrido. El vacío, por lo tanto, no es la nada sino un borde que funciona como motor del movimiento, también de la mirada y de la voz.

Tomo la frase de Lacan: El analista se hace de objeto a (se hace producir de objeto a) (Lacan, 1988: 52-53). Como el arquero zen que ha podido disparar sin disparo. Que ha podido vaciar su arco. Es decir, su disparo será eficaz cuando pueda perder algo de la mirada, por ejemplo, para poder dar en el blanco prescindiendo del goce de la mirada, de su consistencia, de sus atributos más pesados. De aquello que la mirada apresa y no puede soltar (que es fantasmático). Que se hace producir de objeto a, podría leerse así: se hace en la operación de vaciar la consistencia del objeto a de su fantasma. Pero no se trata sólo de una operación de resta sino que hay un plus. En el vaciamiento, en el trabajo de restar hay producción. Lo real produce cuerpo. Cuerpo propio. O lo precipita. Sin mediación del sujeto. ¿Es por eso que Lacan se reiere a lo que el objeto a coordina de una experiencia de saber? Porque aquí, en esta frase, la diicultad es la ausencia del sujeto.
Situar un saber sin sujeto.
En su libro El zen y el arte de los arqueros japoneses, Eugen Herrigel dice de su iniciación en el arte de la arquería zen en Japón:

"Me llevó mucho tiempo lograr lo que el Maestro quería, hasta que por último lo conseguí. Aprendí a "perderme" en la respiración y con tanta facilidad que a veces tenía la sensación de no estar respirando, sino -a pesar de lo extraño que ello pueda parecer- siendo respirado". (Herrigel, s.f.: 11)

Se trata de una experiencia en la cual se pierde la oposición sujeto/objeto, exterior/interior. Este es un principio de la filosofía zen: se trata de perderse a sí mismo, desprenderse del yo. Cuando a través de una extensa práctica se logra esto, lo que sucede es que el objetivo (el blanco) y el tirador son uno. ¿Qué signiica esta aniquilación de sí? Esta pregunta es muy importante porque el riesgo es confundirlo con algo así como una despersonalización. No se trata de eso. Entender este punto implica entender la relación que Lacan ha establecido entre el zen y el psicoanálisis. Veamos una cita de Herrigel:

"El hombre es una lecha pensante pero sus más grandes obras sólo las realiza cuando no está pensando o calculando. La puerilidad debe ser recuperada a través de largos años de adiestramiento en el arte del olvido de sí, y cuando lo logra, el hombre piensa aunque no piense. Piensa como la lluvia que cae del cielo, como las olas que se agitan en el océano, como las estrellas que iluminan el cielo nocturno, (...). En realidad, él es la lluvia, el océano, las estrellas..." (Herrigel, s.f.: 2)

Hay una apelación a un saber proveniente de lo real y no del sujeto en tanto ego, conciencia o yo. El aprendiz debe poder perder aquello que lo impulsa a relexionar acerca de su acto, que es lo que le sucedía a Herrigel, en su esfuerzo por dar en el blanco fracasaba cada vez porque no podía "perderse a sí mismo". En una oportunidad Herrigel pregunta a su maestro cómo se logra esto. El maes-tro le dice: "dejándose ir, dejando atrás a usted mismo y todo lo suyo en forma tan decisiva que sólo quede de su persona una tensión sin objeto". (Herrigel, s.f.: 14)
El maestro le sugiere que el tiro se produce sin su voluntad, no es él el creador del tiro. El alumno entonces le pregunta, incrédulo:

"-¿Cómo puede dispararse el tiro si «yo» no lo hago?
-Ello lo hará -respondió.
-Le he oído decir eso mismo en varias oportunidades, de modo que permítame que le formule la pregunta de otra manera: ¿cómo puedo esperar el tiro si yo ya no estoy allí?
-Ello espera en el punto de máxima tensión.
-Y ¿quién o qué es ese Ello?" (Herrigel, s.f.: 23)

Por supuesto, el maestro no responde esta pregunta. Se supone que no es algo transmisible o posible de ser explicado, excepto por la experiencia propia del aprendiz. Pero, en este caso, el alumno pasó años queriendo que el maestro le responda -no olvidemos que se trata de alguien occidental, además profesor de ilosofía, él quería una explicación. El maestro le responde:

"-Usted se engaña (...) si se imagina que una comprensión, digamos aproximativa, de estas oscuras relaciones bastará para ayudarlo. Hay procesos que van más allá de toda posibilidad de comprensión. No olvide que aun en la naturaleza existen relaciones prácticamente imposibles de desentrañar y sin embargo son tan reales que nos hemos acostumbrado a ellas, como si no pudieran ser de otra manera. Le daré al respecto un ejemplo: es un problema que he estudiado muchas veces. La araña teje su tela sin saber siquiera que existen moscas que serán apresadas por ella.
La mosca, que revolotea indiferente en un rayo de sol, es apresada por la red sin saber lo que le espera. Pero a través de la una y de la otra actúa Ello y ambas están unidas exteriormente e interiormente en la ocasión. Así el arquero da en el blanco sin haber apuntado. Es todo lo que puedo decirle." (Herrigel, s.f.: 25)

El acto analítico se produce, se precipita, cuando el analista puede soportar la posición del arquero sin arco. Es desde allí, desde el lugar del vacío, que un analista podrá escuchar, intervenir y producir un acto, una interpretación, por ejemplo, o un corte de la sesión. Sólo desde el lugar del vacío -en el sentido del Tao- podrá hacer lugar al goce del paciente y a su sufrimiento sintomático.

En cuanto a la experiencia de saber, podría decirse que es una experiencia que se caracteriza por la pérdida más que por la acumulación. Pero por una modalidad particular de pérdida. No se trata de perder el objeto, la mirada, por ejemplo, sino de perder del objeto ciertos lazos que le dan su consistencia. La consistencia del objeto tiene relación con el sentido y con la pulsión. Hay toda una trama de sentido ligada al objeto; una trama infantil, muda, encarnada en el cuerpo. Estos lazos de sentido fantasmáticos, que se juegan a nivel del cuerpo, están tomados por el circuito pulsional. La acción del analista hace que esta trama se desarme, que ese circuito se modiique y pierda su espesura. Al inal de la experiencia no hay un saber de la conciencia ni del sujeto sino del objeto. Es otro modo de pensar el inconsciente, como experiencia de saber del objeto.

Palabras finales
Para finalizar la exposición, quisiera trazar una distinción entre el inconsciente como saber no sabido y el inconsciente como experiencia de saber sin sujeto. El inconsciente como un saber no sabido alude a la dimensión simbólica del inconsciente, allí donde somos sorprendidos por el acto fallido, donde surge el chiste o la equivocación. Esta es una dimensión del inconsciente que se vincula con el sujeto; se trata de la división que produce el significante. Al mismo tiempo, remite a lo reprimido.
Pero hay otra dimensión del inconsciente, que no es la del sujeto sino la del objeto a de Lacan. Es por eso que la referencia es el vacío. El objeto a no es el pecho o la mirada, es un objeto borde, no tiene en sí mismo consistencia. En todo caso, es en el fantasma infantil que el objeto adquiere consistencia, peso, fijeza, signiicación. Al final del análisis, la trama de sentido que anuda al objeto se disipa, se disuelve. Y esta pérdida es lo que hace que el objeto se transforme en motor, en un vacío que produce otro "saber". Esta vertiente real del saber es un "pensamiento sin pensador" o un "tiro sin arquero" o un espacio en donde ambos se encuentran indiferenciados o en cierta continuidad (pensemos en una banda de Moebius).

1 Ver: Cynthia Acuña, «Versiones del vacío», en Qué es el inconsciente, Bs. As., Mármol izquierdo, 2009, pp. 105-117

2 "Experiencia de saber", Coloquio llevado a cabo entre el 5 y el 8 de agosto de 2010, en Salvador de Bahía, Brasil, organizado por la Escola Letra Freudiana.

3 Jacques Lacan, «El acto psicoanalítico», en Reseñas de enseñanza, Bs. As. Manantial, 1988.

4 Durante el año 2009, con el equipo de investigación UBACyT, nos dedicamos a revisar la noción de "experiencia de saber". A raíz de ello, presenté en julio de ese año, en un Ateneo de investigación, una lectura del texto lacaniano "El acto psicoanalítico", que se denominó "Notas sobre la experiencia de saber". En octubre de 2010, se llevaron a cabo las II Jornadas de Trabajo en Psicoanálisis en la Biblioteca Nacional, en las que se exponían algunos resultados acerca de cómo leer esta referencia que da Lacan. Allí elaboré un texto: "El instante del acto. Marcas sobre la experiencia de saber", en el que proponía pensar la posición del analista en relación con el vacío. El trabajo presentado aquí es un desarrollo más extenso, con muchas correcciones, de aquella presentación. Todas las actividades mencionadas fueron antecedentes valiosos de este trabajo.

5 La obra completa de un filósofo, en China, lleva el nombre de dicho filósofo. Así, Tao Te King es el nombre de la obra de Lao Tze, uno de los ilósofos más inluyentes de la cultura china. El Tao es un libro complejo y fundamental, base de la ilosofía oriental (taoísmo), de las artes y las letras, incluso, de la concepción de cuerpo, arraigada en la cultura china. La noción de vacío es muy importante en dicha obra, aunque no hay deiniciones ni explicaciones, dicha noción se desarrolla a lo largo de todo el texto.

6 La historia fue escrita por Atsushi Nakajima y el corto -realizado con muñecos de arcilla- por Kihachiro Kawamoto en 1988, se puede ver en URL: http://www.youtube.com/watch?v=xinR19CfABw&translated=1

Bibliografía

1- Acuña, Cynthia, «Versiones del vacío», en Qué es el inconsciente, Bs. As., Mármol izquierdo, 2009, pp. 105-117        [ Links ]

2- Herrigel, Eugen, «El zen y el arte de los arqueros japoneses», digitalizado por Biblioteca Upasika, URL: www.upasika.com        [ Links ]

3- Kawamoto, Kihachiro, «To shoot Without Shooting», 1988, Japón        [ Links ]

4- Lacan, Jacques, «El acto psicoanalítico», en Reseñas de enseñanza, Bs. As. Manantial, 1988        [ Links ]

5- Lao Tzu, Tao Te Ching, Bs. As., Pluma y papel, 2004         [ Links ]

6- Nakagawa, Hisayasu, Introducción a la cultura japonesa, s.l., Muselina, 2006        [ Links ]

Fecha de recepción: 31 de marzo de 2011
Fecha de aceptación: 21 de septiembre de 2011

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons