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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.18  Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2011

 

PSICOANALISIS

 

La "aptitud de analista": una respuesta inédita frente a la segregación

The "analyst's aptitude": an unpublished response opposite to the segregation

 

Delgado, Osvaldo L.1; Mozzi, Viviana; Pino, Silvia; Meli, Yamila2

1Doctor en Psicología. Profesor Titular de Psicoanálisis Freud 1, Facultad de Psicología. UBA. Director de Proyecto UBACyT (2010-2012) "La Aptitud del Analista y la segregación contemporánea", Facultad de Psicología, UBA. Investigador Formado Proyecto UBACyT (2010-2012), "Proyectos terapéuticos bajo la clínica psicoanalítica en el hospital público", Directora: Prof. María Inés Sotelo. E-mail: od@osvaldodelgado.com.ar

2 Lic. en Psicología. Docentes de la Cátedra I Psicoanálisis Freud. Investigadoras UBACyT, Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

 


Resumen
El presente trabajo presenta desarrollos preliminares surgidos a partir del eje de investigación: las incidencias que los procesos de segregación tienen sobre la "aptitud de analista".
Para abordarlo la referencia freudiana obligatoria es el capítulo VII de "Análisis terminable e interminable" [Freud: 1937], en el que Freud se pregunta por la aptitud -eignung (idoneidad)- y se responde por la aptitud -tauglich (saber hacer)-.
Este avance de investigación está orientado por la preocupación acerca de las consecuencias posibles de los"saldos lamentables" de los análisis de los analistas, los mismos son manifestaciones de hostilidad, odio y partidismo, tanto en la producción doctrinaria como en los lazos con otros analistas y con la comunidad en general.
Cómo pensar la enseñanza freudiana acerca de la "aptitud de analista" para pensar un colectivo social donde se pueda establecer con los otros un lazo que no rechace lo diferente.

Palabras clave:
Aptitud del analista; Segregación estructural; Psicoanálisis; Real; Verdad

Abstract
The present work presents preliminary developments arisen from the axis of investigation: the incidents that the processes of segregation have on the " analyst's aptitude". To be approached, the Freudian obligatory reference it is the chapter VII of " Analysis terminable and endlessly ", where Freud asks himself about the aptitude-eignung (suitability) - and it is answered by the aptitude -tauglich (to be able to do)-.
This advance of investigation is orientated by the worry brings over of the possible consequences of the " lamentable balances " of the analyses of the analysts, the same ones they are manifestations of hostility, hatred and partisanship, both in the doctrinaire production and in the bows with other analysts and with the community in general.
How to think the Freudian bequest brings over of the " analyst's aptitude " for thinking a social group where it could establish with others a bow that does not reject the different thing.

Key words:
Analyst's competence; Structural segregation; Psychonalysis; Real; Truth


 

Introducción1
Para abordar la "aptitud de analista", la referencia freudiana obligada, en el campo del psicoanálisis, es el capítulo VII de "Análisis terminable e interminable" [Freud: 1937] que es considerado por Jacques Lacan [Lacan: 1953-1954], como un escrito testamentario, en el que Sigmund Freud se pregunta por la aptitud -eignung (idoneidad)- y se responde por la aptitud -tauglich (saber hacer)-.
Dice Freud:

"[...] Entonces, ¿dónde y cómo adquiriría el pobre diablo aquella aptitud [einung] ideal que le hace falta en su profesión? La respuesta rezará: en el análisis propio, con el que comienza su preparación para su actividad futura. Por razones prácticas, aquel sólo puede ser breve e incompleto; su fin principal es posibilitar que el didacta juzgue si se puede admitir el candidato para su ulterior formación. Cumple su cometido si instila en el aprendiz la firme convicción en la existencia del inconciente [...]." [Freud: 1937, 250]

Allí ya sitúa una creencia que inaugura (en la existencia del inconciente), y prosigue más abajo:

"[...] Esto por sí solo no bastaría como instrucción, pero se cuenta con que las incitaciones recibidas en el análisis propio no han de finalizar una vez cesado aquel, con que los procesos de la recomposición del yo continuarán de manera espontánea en el analizado y todas las ulteriores experiencias serán aprovechadas en el sentido que se acaba de adquirir. Ello en efecto acontece, y en la medida en que acontece otorga al analizado aptitud [tauglich] de analista." [Freud: 1937, 250]

Quiere decir, que hay una "aptitud" en relación con el talento y también aquí con el saber, pero no basta. Para lograr la "aptitud de analista" es preciso que, en el análisis del analista, se conmuevan las propias fijaciones pulsionales.
Esa diferencia es la que va a indicar la posible respuesta inédita, propia del campo del psicoanálisis, respecto a las formas de segregación y violencia.
Entonces, respecto de la adquisición de la "aptitud de analista".
En los escritos freudianos en los que interroga el quehacer del analista, se puede ubicar la preocupación de Freud por la formación de los analistas y por aquello que denominó como los "saldos lamentables" del análisis de los analistas.
Esta preocupación se justifica en el hecho de que una de las consecuencias posibles de estos "saldos lamentables" son las manifestaciones de hostilidad, odio y partidismo tanto en la producción doctrinaria como en los lazos con otros analistas y con la comunidad en general. Estos "saldos lamentables" del análisis del analista, toman en Freud en "Análisis terminable e interminable" [Freud: 1937], el nombre de mecanismos de defensa y dice de ellos que nos condenan a falsificar la percepción interna (del ello) y a posibilitarnos sólo una noticia deficiente y desigurada de nuestro ello.
Entonces, los mecanismos de defensa como modos de defenderse de lo intolerable de la propia satisfacción y de la castración, con el costo de la "alteración del yo", restableciendo la homeostasis que demanda el principio de placer. El yo paga con su alteración el no querer saber.
Dice en "Análisis terminable e interminable":

"El aparato psíquico no tolera el displacer, tiene que defenderse de él a cualquier precio, y si la percepción de la realidad objetiva trae displacer, ella -o sea, la percepción- tiene que ser sacrificada." [Freud: 1937, 239]

Los mecanismos de defensa son, entonces, respuestas estereotipadas que se ijan en el interior del yo deviniendo unos modos regulares de reacción del carácter al servicio de velar la percepción del peligro produciendo una alteración permanente.
A su vez, estos mecanismos de defensa, sostenidos en las resistencias estructurales del ello, se constituyen, en el trabajo analítico, en los obstáculos máximos para la finalización de un análisis.
Las dos resistencias estructurales que se pueden pensar en Freud son la resistencia del ello (compulsión de repetición y respuesta estereotipada de los mecanismos de defensa) y la resistencia del superyó (reacción terapéutica negativa), articulándose, cada una con el masoquismo femenino y el masoquismo moral, respectivamente, cuyo fundamento será el masoquismo erógeno como primario en el aparato.
Desde esta perspectiva freudiana, un analista que conduce sus tratamientos desde sus propios mecanismos de defensa queda ubicado como obstáculo al análisis, en tanto los mismos operan como defensa manteniéndolo preservado del encuentro con la castración.
Se desprende de la lectura de Freud la necesidad de resolver lo estereotipado de los mecanismos de defensa y la necesidad de conmover los puntos de fijación de la pulsión como operaciones para la adquisición de la "aptitud de analista" (en tanto eignung).
Podemos pensar una línea, entonces, que va de la preocupación freudiana al final de su obra, acerca de cómo resolver lo estereotipado de los mecanismos de defensa así como conmover los puntos de fijación de la pulsión, pregunta freudiana acerca de cómo concluir los tratamientos; a la preocupación de Lacan en la última época de su enseñanza, por cómo se puede en un psicoanálisis acceder a lo real más allá de los semblantes, pero contando con ellos.
Es el modo en que se retoma la pregunta freudiana por el destino de lo irreductible. Respecto de los colectivos sociales, el destino de lo irreductible a la civilización, lo ineducable, lo ingobernable y lo inanalizable.

La realidad en Freud
Ahora, ¿cuáles son los efectos que esta operación produce sobre el vínculo con la realidad? Los textos que situamos de Freud para esta operación de lectura son "El porvenir de una ilusión" [Freud: 1927] y "Fetichismo" [Freud: 1927], momento en el que ya cuenta con su última
reformulación metapsicológica.
Según los comentarios de James Strachey, Freud comienza a escribir "El porvenir de una ilusión" [Freud: 1927] en la primavera europea y lo termina en septiembre de 1927. A su vez, "Fetichismo" [Freud: 1927] queda concluido la primera semana de agosto de ese mismo año. Es decir, los escribe en paralelo y esto es razonable ya que podemos decir que el primer texto conduce al segundo.
El "Fetichismo" [Freud: 1927] responde al título sobre "El porvenir de la ilusión" [Freud: 1927].
Freud en "El Porvenir..." [Freud: 1927], mantiene la existencia de una "realidad" que califica de efectiva respecto de las representaciones religiosas.
Ya conocemos la tesis clásica freudiana sobre las religiones, basada en la añoranza de un padre. Se creará un tesoro de representaciones engendrado por la necesidad de volver soportable el desvalimiento humano.
Dicho de otro modo, Freud deine las representaciones religiosas como enseñanzas, enunciados sobre hechos y constelaciones de la realidad exterior (o interior) que comunican algo que uno mismo no ha descubierto e implican y demandan creencia.
Se accede a un sentido, es decir, la creencia en las representaciones religiosas abre un campo del sentido para el ser humano que pacifica y vuelve soportable el desamparo. El precio a pagar será la desmentida de la realidad efectiva, la realidad de la diferencia sexual. Lo insoportable es en verdad el goce que resulta extranjero.
Freud sostiene que la religión "contiene un sistema de ilusiones de deseo con desmentida de la realidad efectiva" [Freud: 1927, 21]. Dirá que:

"[...] las representaciones religiosas provienen de la misma necesidad que todos los otros logros de la cultura: la de preservarse frente al poder hipertróico y aplastante de la naturaleza". [Freud: 1927, 43].

Desde 1920 en adelante sabemos que se está refiriendo al poder hipertrófico de la pulsión.
La noción de progreso implica el abandono de ese "sistema de ilusiones de deseo con desmentida de la realidad efectiva" que es la religión, para acceder a modos de conocimiento de la "realidad efectiva" que no "demanden creencia" acorde a los criterios de la ciencia moderna.
Ahora, la conianza de Freud respecto a la evolución que conduciría a los hombres a abandonar las representaciones religiosas para acceder al pensamiento científico no va a ser sin dudas o reparos.
En textos posteriores, retoma estas conceptualizaciones desde una posición más crítica, por ejemplo en "¿Por qué la guerra? (Einstein y Freud)" [Freud: 1933 (1932)].
Llega, entonces, al texto sobre el fetichismo preocupado por entender ese proceso que lleva a la resignación de una ilusión que funciona como defensa.
El fetiche, también viene al lugar de una creencia a la que no se está dispuesto a renunciar, sostiene Freud. El niño rehúsa darse por enterado de un hecho de su percepción, y presenta la desmentida para dar cuenta del destino de la representación de un fragmento de la realidad.
En el fetichismo, frente a la observación, la creencia se salva pero no queda incólume: la conserva y la resigna. Se presenta un conlicto y llega a una solución de compromiso. El precio a pagar siempre es la desmentida de la realidad efectiva.
La religión le queda a Freud enfrentada al psicoanálisis. Sin embargo, en ese mismo movimiento en que escribe "El porvenir de una ilusión" [Freud: 1927], se encuentra con la necesidad de escribir el "Fetichismo" [Freud: 1927] como su síntoma.
Se considera que las elaboraciones de Jacques Lacan permiten ordenar y sistematizar las perspectivas freudianas. Decíamos que a Freud la religión le queda enfrentada al psicoanálisis.
Sin embargo, a Lacan la religión y el psicoanálisis le quedan del mismo lado. Contando con los nudos, Lacan ubica a la religión realizando lo simbólico de lo imaginario (sentido) y le queda el psicoanálisis del mismo lado que la religión.
Frente a una pregunta por aquello que se podría homogeneizar del psicoanálisis y la religión, Jacques-Alain Miller responde:

"En cuanto a la verdad, se ubicarían en el mismo plano, a saber: es preciso creer. Psicoanálisis y religión se sostendrían tan sólo en la creencia. ¿Real o verdadero? Lo verdadero es lo que se cree tal. La fe, e incluso la fe religiosa, he ahí lo verdadero, lo que tiene nada que ver con lo real." [Miller: 2003-2004].

Freud se pregunta qué diferencia el psicoanálisis de la religión y sostiene:

"[...] nuestra ciencia no es una ilusión. Sí lo sería creer que podríamos obtener de otra parte lo que ella no puede darnos". [Freud: 1927, 55].

Esa es la respuesta freudiana en "El porvenir de una ilusión" [Freud: 1927].
Freud elige el camino hacia lo real sosteniendo una posición que no empuja a la totalidad y deja abierta la dimensión de la imposibilidad.
Si bien, a partir de Lacan, podemos afirmar que el amor por la verdad conduce al padre en la dirección contraria al encuentro con la dimensión de lo imposible, sin embargo, la lectura de algunas relexiones lacanianas sobre Freud permiten discriminar en la obra freudiana el amor al padre como obstáculo epistemológico de la posición como analista orientado por lo real.
Lacan en su primera clase de "El Seminario 21" [Lacan: 1973] hace referencia a Freud, quien al inal de "La interpretación de los sueños" [Freud: 1900 (1899)], se plantea la cuestión de la realidad que califica de psíquica.
Lacan hace una lectura del atolladero freudiano respecto de la realidad. Afirma que Freud ya no la llama con tanta certeza, que vacila y retrocede para aferrarse a la realidad material. No queda saldada, en la obra freudiana, la rela- ción de la realidad material con la realidad psíquica y Lacan se pregunta: ¿qué tendrá que ver con lo Real? La construcción de su topología le permite a Lacan abordar de otro modo la realidad psíquica freudiana. El hecho de contar con los tres registros -Real, Simbólico e Imaginario- le permite a Lacan interrogarse ¿qué es lo Real para Freud?

Lacan dice que Freud era incauto (dupe) de lo Real:

"Era incauto de lo Real aunque no creyera en ello. Y de esto se trata. Para el buen incauto, el que no yerra, es preciso que haya en alguna parte un Real del que él sea incauto." [Lacan: 1973]

Respecto de la verdad, dirá:

"Si es cierto que hay psicoanalista, nos encargamos de recoger la 'verdad marcada por la división'. Que la verdad no puede decirse toda." [Lacan: 1973]

Lo verdadero es lo que se cree tal. Lo verdadero que no tiene nada que ver con lo real. [Lacan: 1976-1977].
Freud en su escrito "Carta a Romain Rolland («Una perturbación del recuerdo en la Acrópolis»)" [Freud: 1936], ya con 80 años, testimonia cómo el amor con la verdad (superar al padre-culpa), es una defensa respecto a la conmoción de la realidad psíquica por el invento mismo del psicoanálisis.
La orientación hacia la verdad unifica a los sujetos.
Es la orientación de "Psicología de las masas y análisis del yo" [Freud: 1921] en relación con lo hostil y al Ideal.

La orientación a la verdad, entonces, unifica a los sujetos y tiene un efecto de apaciguamiento al velar lo imposible, mientras que la orientación a lo real, ubica lo singular, lo que va contra lo que hace masa, conmoviendo la fijación pulsional y por lo tanto el lazo.
Es la relación con lo imposible que no disgrega ni produce aglutinamiento.

La segregación y la aptitud de analista
Cómo podemos usar la enseñanza freudiana sobre "la aptitud de analista" para pensar un colectivo donde se pueda establecer con los otros un lazo que no rechazando lo diferente, permita una "lejana cercanía", oximorón heiddegeriano [HEIDEGGER: 1936-1940] con lo que resulta extranjero, el goce del semejante o la extranjeridad de lo propio.
La segregación es lo que aparece como respuesta al encuentro con lo radicalmente Otro. Para Freud lo que se segrega es lo mas intimo y retorna como unheimlich, Lacan nos da el neologismo "extimidad" [Lacan: 1959-1960] pero es Jacques-Alain Miller quien lo pone a trabajar en su seminario del año 1986.
Segregación que Lacan sitúa en El Seminario 17 [Lacan: 1969-1970], como estructural y que es necesario diferenciar de los fenómenos segregativos. Dice:

"[...] Esta manía de la fraternidad, dejando de lado el resto, la libertad y la igualdad [...]. Sólo conozco un origen de la fraternidad -quiero decir la humana, de nuevo el humus-, es la segregación. Nos hallamos por supuesto, en una época en que la segregación, ¡pufff! [...], todo lo que existe se basa en la segregación, y la fraternidad lo primero. Incluso no hay fraternidad que pueda concebirse si no es por estar separados juntos, separados del resto, no tiene el menor fundamento, como acabo de decirles, el menor fundamento científico.
[...] Sea como sea, descubren que son hermanos, uno se pregunta en nombre de qué segregación. Es decir que, en cuanto al mito, resulta más bien algo lojo." [Lacan: 1969-1970, 121]

Lo que está en juego en lo social no es el tema de los objetos en el mundo sino el tema del objeto en el sujeto, tal como nos enseña Freud en "Psicología de las masas..." [Freud: 1921]. La ausencia de comunidad de objetos en la masa nos revela el verdadero carácter disolvente de ésta y se encuentra en el fundamento de los fenómenos segregativos sostenidos en una phatologica compulsión a la síntesis.
Compulsión a la síntesis que está en la base de los procesos defensivos del yo respecto de la satisfacción. Esta compulsión a la síntesis en la masa puede llevar hasta la locura colectiva, como realización plena de la identificación.
Se trata de sostener abierta la juntura entre verdad y Real, operación que en la cultura Lacan reconoce a Freud y lo lleva a nombrarlo como un verdadero revolucionario.

Algunas conclusiones
Decíamos entonces, que ubicábamos a la "aptitud de analista" (tauglich), como una respuesta inédita frente a la segregación.
En "Psicología de las masas y análisis del yo" [Freud: 1921], Freud postula que el odio puede tener un valor unitivo en la conformación de masas.
Los lazos sociales que se conforman bajo la lógica de masa generan la ilusión de una identidad de goce en común. En este sentido es que se podría plantear que las construcciones de colectivos, sostenidos en la convicción de una identidad compartida, resultan segregacionistas. La adquisición de la "aptitud de analista", conlleva la orientación hacia el UNO por UNO, se sostiene en la diferencia, reconociendo la "segregación estructural" propia del goce, en oposición a las masas.
Retomamos el término "extimidad", para situar un poco más eso que llamamos "segregación estructural". Para ello seguimos a Jacques-Alain Miller en su curso Extimidad [Miller: 1985-1986].
Allí Miller ubica lo "éxtimo" en el sentido que conocemos: lo que está más próximo, lo más interior que no deja de ser exterior. El concepto freudiano que nos remite a esto es el de unheimlich (lo ominoso), pero Lacan obtiene este concepto ("éxtimo") del freudiano das Ding.
Siempre hay dificultad en aceptar eso "éxtimo" al sujeto y es por eso que presenta diferentes envolturas.
Está el envoltorio de los tipos clínicos donde la "extimidad" se vuelve pathos, en tanto aquello que afecta al sujeto, es la
imposibilidad de la identidad, la proton pseudos freudiana.
Hay también un envoltorio político por parte del amo que, dice Miller, hace creer que eso viene del exterior, librando de la "extimidad" al sujeto.
Un envoltorio amoroso, por ejemplo La mujer en el amor cortés.
Un envoltorio religioso, hacer ocupar ese lugar extraño por Dios.
Y hay, un envoltorio psicoanalítico. Miller ubica allí la segunda tópica freudiana en relación con los tres lacanianos, ya sea que se haya acentuado el yo o el superyó o se haya considerado reabsorver ese ello en tanto "yo malo".
Pero Lacan, va a leer ese yo-ello-superyó, como ocupando ellos mismos, el lugar de "extimidad", y se vio obligado a distinguir él mismo el lugar del sujeto que, desde cierta perspectiva, se ubica en el lugar de "extimidad".
La afectación de la defensa, tal como propone Freud, una "ventajosa alteración del yo":

"Vencer las resistencias es la parte de nuestro trabajo que demanda el mayor tiempo y la máxima pena. Pero también es recompensada, pues produce una ventajosa alteración del yo, que se conserva independientemente del resultado de la transferencia y se afirma en la vida. Y simultáneamente hemos trabajado para eliminar aquella alteración del yo que se había producido bajo el inlujo del inconciente, pues toda vez que quisimos pesquisar dentro del yo los retoños de aquello, señalamos su origen ilegítimo e incitamos al yo a desestimarlos." [Freud: 1940 (1938), 179-80]

Dicha "ventajosa alteración del yo" se diferencia de las alteraciones provocadas por la compulsión a la síntesis por ahorrarse represiones y fijaciones. Tal operación posibilitaría que el sujeto se conecte en la civilización más allá de los ideales como reguladores del goce. Es la relación con lo imposible que no disgrega ni produce aglutinamiento. Un colectivo social por fuera de la lógica del todo que se puede pensar en la fórmula "UNO de nosotros" para pensar la problemática de los colectivos sociales.
Esta fórmula sostiene los significantes Amo, semblantes admitidos y compartidos, que no separarían al sujeto de la civilización, sino que lo reconectarían en un más allá de los ideales como reguladores.
Seguimos la orientación de Freud y Lacan que no se situaron nunca como revolucionarios respecto de los semblantes de su época.
Para escapar de la lógica del todo hay que dirigirse a hombres y mujeres, para tratar lo desigual como tal, sin homogeneizar. La lógica del no-todo es una lógica desegregativa. Se circunscribe lo singular, permitiendo en esta operación abordarlo como certeza: un saber sobre el propio goce
.

1 Este artículo está referido a la investigación "La aptitud de analista y la segregación contemporánea". Facultad de Psicología, UBA. Código 20020090100300, UBACyT 2010-2012, Director Doctor Osvaldo Delgado.

Referencias bibliográficas

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Fecha de recepción: 31 de marzo de 2011
Fecha de aceptación: 23 de junio de 2011

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