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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.18  Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2011

 

NEUROPSICOLOGÍA Y PSICOLOGÍA COGNITIVA

 

Reconocimiento facial de emociones básicas y complejas en una población de pacientes con demencia frontotemporal variante frontal

Facial recognition of basic and complex emotions in a population of patients with frontal variant of frontotemporal dementia

 

Tabernero, María Eugenia1; Politis, Daniel G.2

1Lic. en Psicología. Becaria de Doctorado UBACyT. Docente de la materia Neuropsicología, Facultad de Psicología, UBA. E-mail: eugeniatabernero@yahoo.com.ar

2Médico. Doctor de la Universidad de Buenos Aires. Profesor Asociado Regular, Cátedra de Neurofisiología I, Facultad de Psicología, UBA. Investigador Adjunto, CONICET. Director de Proyecto de Investigación UBACyT 2008 -2010 "Evaluación de las Apraxias en pacientes con demencia". E-mail: dpolitis@psi.uba.ar

 


Resumen
La variante frontal de la Demencia Frontotemporal (DFTvf) se caracteriza por un severo trastorno de la conducta y la personalidad, explicado por alteraciones en el procesamiento emocional y/o en la Teoría de la Mente (TdM).
Objetivo: Evaluar los procesos cognitivos involucrados en a resolución del Test de Caras (Baron-Cohen et al., 1997) en comparación con el test Lectura de la Mente en los Ojos (LMO) (Baron-Cohen et al., 2001) y la utilidad de ambos para el diagnóstico de alteraciones en la TdM en pacientes con DFTvf.
Población: 20 pacientes con diagnóstico de DFTvf, media de edad 66,9 años y escolaridad 6,25 años.
Resultados: Correlación significativa entre LMO y el Test de Caras. Doble disociación entre ambas pruebas.
Conclusión: La presencia de correlaciones indica que ambas pruebas se afectan en esta demencia, resultando herramientas de igual valor clínico. El hallazgo de disociaciones indica que cada una de ellas evalúa procesos cognitivos parcialmente independientes

Palabras clave:
Demencia frontotemporal; Emociones; Teoría de la Mente; Test de Caras; Lectura de la Mente en los Ojos

Abstract
The frontal variant of frontotemporal dementia (FTDfv) is characterized by a severe behavioural and personality impairment, explained by alterations in the emotional process and/or in Theory of Mind (ToM).
Objective: To assess the cognitive processes involved in performing the Faces Test (Baron-Cohen et al., 1997) in comparison with Reading de Mind in the Eyes Test (RME) (Baron-Cohen et al., 2001), and the utility of both in the diagnosis of ToM alterations in FTDfv patients.
Subjects: 20 patients diagnosed with FTDfv, mean age 66,9 years and mean education 6,25 years.
Results: Significative correlation between RME and Faces Test. Double dissociation between these tests.
Conclusion: The presence of correlations indicates that both tests are affected in this dementia, being both useful as clinical tools. The dissociations founded indicates that each one assesses partially-independent cognitive processes.

Key words:
Frontotemporal dementia; Emotions; Theory of Mind; Faces Test; Reading de Mind in the Eyes Test


 

Introducción
La Demencia es definida como un síndrome adquirido capaz de producir una pérdida progresiva y espontáneamente irreversible de las funciones intelectuales respecto del nivel previo, que deriva en una incapacidad funcional tanto social como laboral (López-Pousa, 2006).
La Demencia Frontotemporal (DFT) es la tercera causa de demencia degenerativa (Neary et al., 1998). Se han descrito, de acuerdo a la región anatómica afectada, dos variantes de esta demencia: la variante frontal (DFTvf) y la temporal. Esta última, menos frecuente que la primera, se subdivide en dos cuadros: la Afasia Progresiva Primaria, caracterizada por una afasia de tipo no fluente, y la Demencia Semántica, en la que se observa una pérdida progresiva de los conocimientos semánticos, con habla fluente.
La DFTvf se caracteriza por un severo trastorno de la conducta y la personalidad. La sintomatología conductual incluye agitación, depresión, desinhibición social y sexual, apatía, conductas de hiperfagia y utilización, entre otras (Muñoz, D., 2006; Mangone, C., Allegri, R., Arizaga, R. y Ollari, J., 2005). El diagnóstico de estas alteraciones conductuales es especialmente importante en tanto suelen preceder a las alteraciones cognitivas en estadios iniciales. Una vez instalado el cuadro, la afectación de las Funciones Ejecutivas y de la Teoría de la Mente (TdM) constituyen los síntomas neuropsicológicos cardinales de esta demencia.
En la literatura podemos hallar dos explicaciones acerca de estas manifestaciones conductuales. Ellas no son mutuamente excluyentes. Por una parte, se postula que las alteraciones conductuales que muestran estos pacientes sugieren un procesamiento emocional anormal como resultado de las regiones anatómicas afectadas en esta demencia (lóbulo frontal y, en menor medida, amígdala) (Rosen et al., 2004). Por la otra, los cambios observados en la personalidad resultan de alteraciones en TdM (Torralva et al., 2007).
El Diccionario de la Real Academia Española (www.rae.es) define 'Emoción' como una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática. La percepción de un estímulo interno (pensamientos, recuerdos) o externo desencadena cambios fisiológicos en el organismo, configurando la respuesta emocional. Un aspecto crucial de las emociones es su naturaleza episódica (Scherer, 2000), es decir, el episodio emocional es fácilmente identificable al tratarse de un cambio fásico en el cuerpo que dura cierto tiempo, va decreciendo en intensidad, hasta que desaparece.
Se pueden distinguir dos grandes tipos de emociones (Damasio, 1994; Ekman, 1999; LeDoux, 1999):
1. Emociones primarias o básicas: estados emocionales determinados biológicamente cuya expresión es universal e innata. Alegría, tristeza, enojo, miedo e ira son las que parecen haber recibido mayor acuerdo. Se manifiestan de forma constante en todas las personas ya que la musculatura facial activada es prácticamente la misma para el estímulo que activa de forma característica esa emoción. Se trata de emociones determinadas biológicamente, de comienzo rápido y duración limitada, ligadas a conductas fundamentales para la supervivencia. Dado su valor adaptativo, este repertorio emocional estaría presente en otras especies. (LeDoux, 1999; Ekman, 1999).
Damasio (1994) lleva a cabo un análisis minucioso acerca del origen y manifestación de las emociones. Sostiene que en las emociones el cuerpo siempre está implicado ya que ellas se originan en las mismas estructuras subcorticales que tienen a cargo la regulación biológica básica. Cada vez que un sujeto experimente un estado emocional este tendrá su correlato isiológico, habrá alteraciones de la homeostasis en los parámetros viscerales, musculoesqueléticos, endócrino-glandulares, etc. Así, siguiendo los postulados de William James, explica que habría un mecanismo de activación que determina un patrón específico de reacciones corporales ante la presencia de determinados estímulos que denomina emociones primarias. Sería este mecanismo biológicamente determinado de las emociones primarias el que nos permite responder emocionalmente de manera preorganizada al percibir ciertas características de un estímulo externo o interno - como por ejemplo el tamaño o el tipo de movimiento que lleva a cabo un animal, o las configuraciones particulares del estado del cuerpo al momento sufrir un infarto de miocardio - .
2. Emociones secundarias: se trata de un amplio abanico de estados emocionales que surgen de la combinación de emociones primarias. Por ejemplo, el resentimiento surgiría de la combinación de tristeza y rabia (LeDoux, 1999). El reconocimiento de estos estados emocionales se logra a través de la TdM.
Se entiende por TdM la capacidad de adscribir estados mentales a nosotros mismos y a los demás, hecho que nos permite significar y predecir las acciones de las personas que nos rodean (Tirapu-Ustárroz, J., Pérez-Sayes, G., Erekatxo-Bilbao, M. y Pelegrín-Valero, C., 2007). El intercambio social se ve regulado entonces en función de la creencia de que quienes nos rodean poseen una mente distinta de la nuestra, con intenciones, creencias, deseos y estados emocionales que podemos inferir e interpretar. Fue definida por Premack y Woodruf como la habilidad de conceptualizar estados mentales de otras personas (metarrepresentaciones) para poder explicar y predecir gran parte de su comportamiento (Call y Tomasello, 2008).
Entre las capacidades que requieren TdM se encuentra el reconocimiento facial de emociones complejas o secundarias. Dada su sutileza y complejidad, inferir estos estados emocionales implica suponer que el interlocutor posee una mente distinta de la propia, y para reconocer aquello que está expresando es necesario llevar a cabo una elaboración cognitiva en un contexto social.
¿Existe alguna relación entre el reconocimiento facial de emociones básicas y la TdM? La respuesta a este interrogante es controvertida. Hasta la fecha esta pregunta no ha sido abordada desde un punto de vista teórico/clínico. Puntualmente, no ha sido establecido el impacto de alteraciones en el reconocimiento facial de emociones básicas para el reconocimiento facial de emociones secundarias.
Algunos autores abordan tangencialmente la relación emociones básicas - emociones secundarias. Baron-Cohen (2005) propone un modelo explicativo de la ontogenia de TdM y la empatía. El mismo está compuesto por tres módulos iniciales: el Detector de Intencionalidad, el Detector de Dirección de la Mirada y Detector de Emociones. Describe este último como un mecanismo neurocognitivo abocado a la detección de estados emocionales tanto básicos como complejos, percibidos desde cualquier modalidad sensorial. Por otra parte, para Damasio (1994) los sentimientos dependen de la percepción conciente de los cambios isiológicos producidos por la activación emocional en yuxtaposición con las imágenes mentales que gatillaron las emociones. A diferencia de las emociones, los sentimientos implican la toma de conciencia de la activación emocional. Cuando tomamos conciencia de las variaciones en el estado corporal ligadas a emociones básicas, estamos en presencia de lo que el autor denomina Sentimientos de emociones universales básicas. Los sentimientos que son variaciones sutiles de las emociones básicas están ainados por la experiencia, y reciben el nombre de Sentimientos de emociones universales sutiles. Damasio postula que el mecanismo de las emociones secundarias se apoya en el sustrato neural de las emociones básicas - amígdala, hipotálamo y corteza singular anterior -, pero requiere además de la activación de las capas prefrontales ventromediales.

Objetivo
El presente trabajo tiene por objetivo evaluar los procesos cognitivos involucrados en la resolución del test de Caras (Faces Test) (Baron-Cohen, S., Wheelwright, S. y Jolliffe, T, 1997) en comparación con el test Lectura de la Mente en los Ojos (LMO) (Baron-Cohen, S., Wheelwright, S., Hill, J., Raste, Y. y Plumb, I., 2001) y la utilidad de ambos para el diagnóstico de alteraciones en la TdM en pacientes con DFTvf.

Material y Método
Muestra
Se evaluaron 20 pacientes del Laboratorio de Deterioro Cognitivo del HIGA Eva Perón - CONICET con diagnóstico de DFTvf de acuerdo a los criterios de Lund y Manchester (1994). Los pacientes seleccionados fueron aquellos que presentaron SPECT con hipoperfusión fronto temporal, sin antecedentes de enfermedades psiquiátricas. La media de edad es de 66,9 años (± 8,74) y de escolaridad 6,25 (± 3,68).
Para el diagnóstico de demencia se utiliza una extensa batería Neuropsicológica, que incluye las siguientes pruebas: MMSE (Folstein M.F., Folstein S.E., Mc Hugh P.R., 1975); Test del Reloj (Freedman et al., 1994); California Verbal Learning Test, Fluencia Verbal Fonológica - P,M,R - y Dígitos Directos e Inversos de la Batería Neuropsicológica Española (Artiola L.F, Hermosillo Romo D, Heaton R, Roy E., 1999); Fluencia verbal semántica (animales) (Parkin,1999); Test de denominación por confrontación visual de Boston (Goodglass y Kaplan,1986; Versión española Serrano et al., 2001); Wisconsin Card Sorting Test, 64 Card Version (Kangs, S., Thompson, L., Iverson, G., Heaton, R., 2000); Trail Maiking Test A y B (Reitan, Wolfson y Tucson, 1985); Figura Compleja de Rey (Meyers y Meyers, 1995); Analogías, Matrices, Vocabulario y Diseño con Cubos de la Escala de Inteligencia para Adultos WAIS III. (Wechsler, 2002).
Pruebas que evalúan Cognición Social: Iowa Gambling Task (Bechara, A.; Damasio, A.; Damasio, H.; Anderson, S., 1994; Bechara, A.; Damasio, H.; Tranel, D.; Damasio, A., 1997); Faux Pas (Stone, V., Baron-Cohen, S., Kight R., 1998); Falsa creencia de primer orden (Wimmer y Perner, 1983).
Método:
Se llevó a cabo un estudio múltiple de casos aislados
Instrumentos:
Test de Caras (Faces Test) (Baron-Cohen et al., 1997) - emociones primarias y secundarias: Consta de 20 fotografías de la cara completa de la misma actriz. Diez de ellas expresan estados emocionales básicos, y las otras diez estados emocionales complejos. Cada fotografía se acompaña de dos palabras que describen estados emocionales. El paciente debe seleccionar aquella que describa mejor el estado emocional expresado en la imagen. La prueba incluye un glosario. Al evaluar estados emocionales tanto básicos como complejos se trata, entonces, de una prueba mixta.
Lectura de la Mente en los Ojos (LMO) (Baron-Cohen et al, 2001) - emociones secundarias: Consta de 36 fotografías de la región de los ojos, cada una rodeada por cuatro palabras que denominan estados emocionales complejos y estados mentales. El sujeto debe seleccionar entre las opciones cuál describe mejor el estado mental de la persona en la fotografía. La prueba incluye un glosario. Este test evalúa estados emocionales complejos o secundarios exclusivamente. Para reconocer este tipo de emociones es necesario poder atribuir mente al otro (TdM), ya que solo mediante esta atribución mental se puede llevar a cabo la elaboración cognitiva que da lugar a la activación emocional compleja expresada en los ojos. Por estas razones LMO evalúa TdM.
Para ambos tests fueron utilizadas las normas del autor. (Baron-Cohen et al, 1997, 2001)

Resultados
Se encontró correlación significativa entre LMO y el Test de Caras (r de Pearson= 0,024)

Tabla 1: Correlaciones entre Lectura de la Mente en los Ojos (Baron-Cohen et al, 2001) y Test de Caras (Baron-Cohen et al, 1997)

Se evidencia además la presencia de doble disociación entre ambas pruebas: 5 pacientes presentan alteraciones en LMO y rendimiento normal en el Test de Caras, y 2 pacientes muestran la disociación complementaria.

Tabla 2: Rendimiento en Lectura de la Mente en los Ojos (Baron-Cohen et al, 2001) y en el Test de Caras (Baron- Cohen et al, 2001)

Tabla 3: Rendimiento de los pacientes en las pruebas que evalúan Cognición Social: Iowa Gambling Task (Bechara, A.; Damasio, A.; Damasio, H.; Anderson, S., 1994; Bechara, A.; Damasio, H.; Tranel, D.; Damasio, A., 1997); Faux Pas (Stone, V., Baron-Cohen, S., Kight R., 1998), y Falsa creencia de primer orden (Wimmer y Perner, 1983).

Conclusión
La utilidad del test LMO para el diagnóstico de alteraciones en TdM ha sido probada, especialmente en pacientes con autismo y Síndrome de Asperger (Baron Cohen et al, 2001).
Varios autores plantean el valor de este test para el diagnóstico de alteraciones en TdM en pacientes con DFTvf (Gregory et al., 2002; Torralva et al., 2007). Nuestros hallazgos refuerzan lo planteado por estos autores. La presencia de correlaciones entre esta prueba y el Test de Caras, indica que ambas se afectan en los pacientes con DFTvf, resultando herramientas de igual valor clínico para la población en estudio.
El hallazgo de disociaciones entre ambas pruebas indica que cada una de ellas evalúa procesos cognitivos parcialmente independientes. El Test de Caras evalúa tanto el reconocimiento facial de emociones básicas como la TdM, mientras que LMO evalúa específicamente TdM. A su vez, el Test de Caras requiere, para su resolución, reconocer el estado emocional expresado en el rostro completo, a diferencia del test de LMO, integrado por fotografías de la región de los ojos. Es posible inferir, entonces, que el reconocimiento facial de emociones básicas, presente en el Test de Caras, es un proceso cognitivo disociable del de la inferencia de estados emocionales secundarios a partir de la mirada.
Estos hallazgos coinciden con lo reportado por otros autores (Rosen et al., 2004; Fernández Duque y Black, 2005; Lough et al., 2005; Keane, J., Calder, A., Hodges, J.y Young, A., 2002), quienes encontraron alteraciones en el reconocimiento facial de emociones básicas en grupos pequeños de pacientes con DFTvf.
Seria útil seguir profundizando esta línea de investigación mediante el empleo de pruebas que evalúen más específicamente emociones básicas en una muestra representativa de pacientes, a in de establecer con mayor certeza la presencia de alteraciones en el reconocimiento facial de emociones en DFTvf, y de arrojar luz sobre la relación entre emociones básicas y TdM.

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Fecha de recepción: 30 de marzo de 2011
Fecha de aceptación: 1 de agosto de 2011

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