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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.20 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene. 2013

 

PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA

El dogmatismo: sistema cerrado de creencias, autoritarismo e intolerancia

Dogmatism: closed system beliefs, authoritarianism and intolerance

Etchezahar, Edgardo1; Jaume, Luis2; Biglieri, Jorge3; Cervone, Nélida4

1Investigador Proyecto UBACyT. Becario CONICET.
2Investigador Proyecto UBACyT. Becario UBA.
3Investigador Proyecto UBACyT. 
4Directora Proyecto UBACyT.

Resumen
El concepto de dogmatismo teorizado por Rokeach (1960) surgió como alternativa a los desarrollos de la personalidad autoritaria de Adorno et al. (1950) cuya teorización del fenómeno autoritario se circunscribía a la esfera política de derechas. La propuesta de Rokeach (1960), estudia el fenómeno del dogmatismo como la convergencia de tres conjuntos de variables íntimamente relacionadas: los sistemas de creencias, el autoritarismo y la intolerancia. Esta perspectiva tuvo como eje central las creencias de las personas, y su propósito fue analizar los niveles de tolerancia de un individuo hacia otros que piensan de modo diferente. De esta manera, la propuesta teórica de Rokeach (1960) permitió analizar si los individuos defendían sus creencias de manera dogmática, independientemente del contenido de las mismas (e.g. científicas, religiosas, políticas). El objetivo principal de este trabajo fue analizar los diferentes componentes del dogmatismo, particularmente la intolerancia y el autoritarismo (Duckitt, 2010).

Palabras Clave:
Dogmatismo; Autoritarismo; Intolerancia; Sistemas de creencias

Abstract:
The concept of dogmatism theorized by Rokeach (1960) emerged as an alternative to the development of the authoritarian personality by Adorno et al. (1950) whose theory of the authoritarian phenomenon confined to the right wing political orientation. Rokeach (1960) studies the phenomenon of dogmatism as the convergence of three closely related sets of variables: belief systems, authoritarianism and intolerance. This perspective meeting focused people's beliefs, and its purpose was to analyze the levels of tolerance of an individual to others who think differently. Thus, the theoretical proposal of Rokeach (1960) allowed to analyze whether individuals defending their dogmatic beliefs, regardless of their content (e.g. scientific, religious, political). The aim of this paper was to analyze the different components of dogmatism and intolerance particularly authoritarianism (Duckitt, 2010).

Keywords
Dogmatism; Authoritarianism; Intolerance; Closed system beliefs

1.  Introducción
Desde una perspectiva psicológica el estudio del autoritarismo se remonta a los trabajos pioneros de Reich (1933), Fromm (1941/2008) y Adorno et al. (1950). Estos estudios se publican antes, durante y después de la segunda guerra mundial y están vinculados a algunas de sus causas y a algunas de sus consecuencias, tales como el nacionalismo, etnocentrismo, racismo y antisemitismo, entre otras (Duckitt, 2010). La personalidad autoritaria desarrollada por el Grupo de Berkeley (Adorno et al., 1950) ha sido considerado por muchos autores (ver Meloen, 1993) como el estudio más completo de las razones psicológicas de la adhesión al fascismo. Asimismo, es una obra clave que impulsó la investigación sobre los entre-cruzamientos de la ideología y la personalidad. El tema central de ese estudio fue la identificación de un prototipo de persona quien reunía una serie de características de personalidad que se consideraban autoritarias (Funke, 2005). Tal categorización se aplicó para comprender los orígenes del antisemitismo, especialmente en su forma límite manifestada en la Alemania nazi, así como el descubrimiento de un síndrome de personalidad que incluye el prejuicio generalizado hacia el exogrupo y la aceptación de creencias de extrema derecha (Giampaglia & Roccato, 2002). Para este fin, Adorno et al. (1950) construyeron la escala F que incluye la medición de una serie de factores: convencionalismo, sumisión autoritaria, antiintraceptividad, superstición y estereotipos, poder y fortaleza, destructividad y cinismo, proyectividad y aspectos sexuales. Años después de teorizado este marco interpretativo, el concepto de personalidad autoritaria comienza a ser ampliamente discutido ya que se le señalaron una serie de críticas tanto teóricas como metodológicas (Christie & Jahoda, 1954), las cuales apuntaban a que la escala F no evaluaba a un autoritarismo general, sino que se circunscribía a la indagación de un autoritarismo del ala de derechas y que, por lo tanto, quedaba relegado el espectro político de izquierdas (Feldman, 2003; Shils, 1954). En el marco de éstas críticas a los trabajos de Adorno et al. (1950), cobran relevancia los estudios de Rokeach (1960) quien propuso una nueva conceptualización de la temática (Duckitt, 2010).

2.  La emergencia de un nuevo marco interpretativo
A través de la investigación pionera de Adorno et al. (1950) se produjeron significativos avances teóricos y empíricos en cuanto a la comprensión del fenómeno del autoritarismo y la intolerancia. La investigación sobre la personalidad autoritaria se puso en marcha en un momento histórico en el que el problema del fascismo y su consecuente antisemitismo y etnocentrismo era una preocupación primordial para las ciencias sociales en general. En este marco, el problema general del autoritarismo era equivalente a la adhesión a la ideología fascista y la intolerancia étnica (Giampaglia & Roccato, 2002). El planteo de Rokeach (1960) propone ir más allá de la reducción del Grupo de Berkeley a estudiar el autoritarismo en el plano ideológico político. Según Rokeach, su teoría permite analizar al autoritarismo y la intolerancia, sin la necesidad que los mismos sean de tipo fascista o étnica (Funke, 2005). De esta manera, el rango total de los fenómenos que pueden considerarse como indicadores del autoritarismo es considerablemente más amplio que el estudiado por Adorno et al. (1950). Rokeach (1960) afirma que teóricamente el autoritarismo tiene una mayor afnidad con inclinaciones a las ideologías antidemocráticas en su contenido, pero sin embargo esta no es necesariamente la única relación entre las ideologías y el autoritarismo (Duckitt & Fisher, 2003).

3.  El dogmatismo como expresión del autoritarismo
Según Rokeach (1960, 1985) un único sistema de creencias guía la conducta del individuo y sostiene su autoestima a partir de una organización jerárquica de creencias, actitudes y valores, los cuales se encuentran funcional-mente interconectados. Las creencias son las afirmaciones que la gente hace sobre sí mismo y el mundo, ya sean generales o específicas, y están dispuestas dentro de dicho sistema en términos de su centralidad e importancia para la autoestima (Feldman, 2003). En el centro del sistema de creencias se encuentran aquellas que son, relativamente inmutables que forman el núcleo de vista de uno mismo y del mundo (Duckitt, 2010). En la periferia del sistema se encuentran muchas creencias sin importancia, las cuales pueden ser fácilmente intercambiables. Según Funke (2005), hay tres hipótesis sobre el sistema de creencias desarrolladas por Rokeach (1960):
a.  Las creencias varían en términos de centralidad-periferia.
b.  Cuanto más central sea la creencia, más resistente es a cambiar.
c.  Un cambio en una creencia central producirá un cambio más general en el sistema que generará una modificación en la creencia periférica.

4.  Dogmatismo: el sistema cognitivo cerrado
De acuerdo con Rokeach (1960), si bien el contenido específico de las creencias y no creencias varía de un sistema cognitivo a otro, es posible señalar ciertas uniformidades en el contenido formal de las creencias en una ubicación central que, en la medida en que forman parte de un sistema cerrado, constituyen las bases cognitivas para el autoritarismo y la intolerancia (Duckitt, 2010).

4.1. El autoritarismo
Según el nivel de cierre del sistema cognitivo, varían las creencias acerca de la autoridad en términos absolutos, ya sean estos positivos o negativos, así como otras creencias estrechamente relacionadas que representan los intentos de reforzar y perpetuar la autoridad (Altemeyer, 2002). De esta manera, a mayores niveles de dogmatismo aumentará la admiración o glorificación de aquellos que son percibidos en posiciones de autoridad positiva (Rokeach, 1952). Pero también el miedo será cada vez mayor, siendo la consecuencia del odio y la difamación de aquellos que son percibidos en posiciones de autoridad opuestos a quien se considera como autoridad positiva (Feldman, 2003). Otro de los puntos centrales que destaca Rokeach (1960) es el aumento de la fuerza de la creencia en una sola causa y, concomitantemente, una tendencia decreciente a reconocer la legitimidad de otras (Rokeach, 1952). Las manifestaciones de la fuerza de la creencia en una sola causa conllevan a sentir lástima por aquellos que piensan diferente, o considerar que aún no lo pueden ver (Giampaglia & Roccato, 2002). Muchas veces estas afrmaciones son justifcadas a partir de los sistemas ideológicos en los cuales un individuos pueda encontrarse involucrado (e.g. capitalismo, comunismo, catolicismo, judaísmo). Una creencia común que caracteriza al individuo dogmático es que debe estar constantemente en guardia contra la posible subversión desde dentro o fuera de los grupos que sustentan la causa, considerando que es mejor morir peleando que someterse a una causa que no es la propia (Altemeyer, 2002). Por último, el autor destaca que el individuo dogmático posee una fuerte creencia en una élite, la cual es portadora de una verdad que debe ser diseminada por el mundo a cualquier costo (Rokeach, 1952). Generalmente, la justificación de la construcción de élite se ampara en creencias del orden político, hereditario, religioso o intelectual (Funke, 2005).

4.2. Intolerancia
Tales creencias en una autoridad positiva y en otra negativa, la élite y la causa, son la materia prima de la intolerancia hacia lo diferente, ya que un mayor dogmatismo implica diferencias cognitivas cada vez más polarizadas entre los fieles e infieles, la ortodoxia y la herejía, la lealtad y la subversión, el amigo y el enemigo (Rokeach, 1948). Aquellas creencias que difieren con las propias deben ser rechazadas, ya que quienes las difunden son enemigos de Dios, la patria, el hombre, la clase obrera, la ciencia o el arte (Altemeyer, 2002). Asimismo, las creencias que no contradicen a la propia causa, pero que no necesariamente la defiende, son aceptadas de manera condicional durante un tiempo bajo la expectativa de que en algún momento cambiará su forma de pensar.

5. Conclusiones
La emergencia de un nuevo marco interpretativo para pensar al autoritarismo propuesto por Rokeach (1960) tuvo su declinación dos décadas más tarde de su teorización (Altemeyer, 1981), debido a dos problemas fundamentales: el reduccionismo teórico al plano cognitivo y las fallas en la evaluación empírica del constructo. Con respecto al primer punto, el auge de las teorías cognitivas que dotaban de contenido a la caja negra, se presentaban en aquél entonces como enfoques renovadores, acordes al espíritu de la época (Duckitt, 2001, 2010). Además, los trabajos de Adorno et al. (1950) se centraron en el autoritarismo y la intolerancia, pasando por alto la estructura cognitiva central caracterizada por un sistema de creencias cerrado que posee un individuo dogmático. De esta manera, Rokeach (1960), desliga al concepto de dogmatismo de la especificidad de una ideología política o religiosa, extendiéndolo a cualquier área la cual agrupe un conjunto de creencias a nivel individual (Feldman, 2003). No obstante, muchos autores han discutido este punto, ya que al circunscribir un fenómeno psicosocial al plano de las creencias, podría perderse el sentido por el cual emerge y se sostiene (Meloen, 1993).
Por otra parte, en cuanto a su evaluación empírica, si bien Rokeach (1960) desarrolló su propia evaluación del dogmatismo, la misma no daba cuenta del modelo teórico propuesto por el autor, ya que únicamente permitía indagar el autoritarismo sesgado políticamente (al igual de lo hacía la escala F de Adorno et al., 1950). Uno de los estudios que demostró con mayor contundencia la imposibilidad de evaluar a un autoritarismo no sesgado fue el realizado por Di Renzo (1967). El autor lleva a cabo un estudio con parlamentarios italianos, miembros de partidos políticos extremistas quienes responden a la evaluación del dogmatismo propuesta por Rokeach (1960). Los resultados principales indican que los niveles más altos de dogmatismo se observan entre partidarios neo-fascistas, mientras que los políticos que se posicionaban en la extrema izquierda del continuo ideológico político obtuvieron las puntuaciones más bajas de la muestra (Giampaglia & Roccato, 2002). Años después, Knutson (1974) comunico resultados similares a los de Di Renzo, tomando como muestra a seis partidos políticos norteamericanos, entre ellos el Partido Comunista y el partido neo-nazi estadounidense Socialista Popular Blanco (Funke, 2005). El objetivo de este trabajo ha sido resaltar algunos de los puntos principales del ascenso y declive del concepto de dogmatismo en un determinado momento histórico, el cual fue la base de futuras conceptualizaciones psicológicas del autoritarismo (Altemeyer, 1981, 1996, 2002). Consideramos pertinente el planteo del problema que desarrolló Rokeach (1960): no es posible circunscribir al fenómeno únicamente a la esfera política de derechas ya que los individuos podemos defender diferentes tipos de creencias (no necesariamente políticas) de manera autoritaria (Feldman, 2003; Funke, 2005; Giampaglia & Roccato, 2002). Sin embargo consideramos que aún es necesario continuar trabajando tanto en la conceptualización del fenómeno, como en su evaluación empírica, si se pretende poder dar una respuesta más acabada a problema planteado.

REFERENCIAS

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Fecha de recepción: 28 de mayo de 2013
Fecha de aceptación: 8 de octubre de 2013

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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