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Anuario de investigaciones

On-line version ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.22 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires June 2015

 

Psicología Social, Política y Comunitaria

Sociabilidades en los márgenes: prácticas y representaciones sociales de personas en situación de calle en la ciudad de Buenos Aires

Sociability in the margins: practices and social representations about homeless people in Buenos Aires city of persons who are part of organizations that provide social assistance

Seidmann, Susana1; Di Iorio, Jorgelina2; Azzollini, Susana3; Rigueiral, Gustavo4

1 Dra. en Psicología. Prof. Consulta Titular Psicología Social I, Fac. de Psicología, UBA. Directora de la Maestría en Psicología Social Comunitaria, UBA. Directora del proyecto UBACyT 2014-2017 "Personas en situación de calle. Trayectorias y construcción de identidad en contextos de marginalización urbana en la ciudad de Buenos Aires". E-mail: susiseidmann@yahoo.com.ar

2 Dra. en Psicología, UBA. Prof. Adj. Interina. Psicología Social I.

3 Dra. en Psicología. Investigadora Adjunta, CONICET. Prof. Adjunta Psicología Social Cátedra I.

4 Lic. en Psicología. Docente Regular, Psicología Social Cátedra I, Facultad de Psicología, UBA.

RESUMEN
Se presentan resultados de un relevamiento preliminar de un estudio mayor sobre personas en situación de calle, que tuvo como finalidad describir las representaciones sociales que construyen los referentes de organizaciones que son parte del circuito socio-asistencial para esta población en la Ciudad de Buenos Aires e identificar en qué discursos sociales se anclan esas representaciones y prácticas. Con un muestreo intencional, participaron 10 referentes de organizaciones de ese circuito. Se realizaron entrevistas en profundidad y se construyeron categorías emergentes a partir de análisis de tipo axial y selectivo. Los resultados obtenidos permiten dar cuenta del anclaje de las representaciones sociales y las prácticas con personas en situación de calle en dos discursos o lógicas en tensión -lógica tutelar y lógica restitutiva. Se infiere que las mismas incluyen una dimensión ontológica, epistemológica y ética, que perfilan modos yuxtapuestos de concebir a las personas en situación de calle y las intervenciones con esta población.

Palabras clave:
Representaciones sociales - Gente en situación de calle - Dispositivos socio asistenciales

ABSTRACT
Results of a preliminary compilation are presented in this paper, whose aim is to describe the social representations constructed by persons who are part of organizations that make social assistance and identify social discourses in which social representations are anchored. Through an intentional sample, 10 institutional operators, who work in the social attendance circuit, participated. Depth interviews were carried on and emergent categories were constructed, through an axial and selective analysis. The results obtained discover the social representations and practices anchorage of people living in the street through two discourses or logics in tension - the tutelary logic and the restorative logic. We infer that both of them include an ontological, epistemological and ethical dimension, which outline juxtaposed ways of conceiving people living in the streets and the interventions with this population.

Key words:
Social representations - Social practices - People living in the streets - Social operators

1. Procesos de marginalización social: vivir en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires
El escenario social globalizado y de economías concentradas y transnacionalizadas que caracteriza a América Latina y al mundo, permite distinguir niveles de integración económica y social, que configuran zonas en la vida social: integración o inclusión, inestabilidad o vulnerabilidad, y marginalidad o exclusión (Castel, 2004; Bustelo & Minujin, 1997).
Estas zonas que configuran la cuestión social como consecuencia de las políticas neoliberales de la década del ‘70, intensificadas en los años ’90, son producto de la pérdida del trabajo -como soporte privilegiado de inscripción en la estructura social más que como relación técnica de producción- y de debilitamiento del lazo social.
Si bien desde el 2003 en Argentina y en América Latina puede hablarse de cierta recuperación de la actividad económica que se traduce en el surgimiento de otras formas de inclusión social, persisten zonas de pobreza tanto en las periferias como en los centros urbanos, que se traducen en la inequidad en el acceso a bienes, servicios y derechos (Kessler & Merklen, 2013). Se hacen visibles, de ese modo, grupos sociales constituidos en los padecimientos de su pertenencia a un todo social fragmentado, "que transforma sus derechos subjetivos en una manera de opresión en la que se destacan sus derechos vulnerados" (Carballeda, 2008, p. 15).
Entre estos grupos sociales se incluyen una diversidad de problemáticas sociales complejas, clasificadas a partir del concepto de exclusión social: desempleo estructural, trabajo informal, trata de personas, personas en situación de calle, criminalidad, falta de inserción educativa, usos problemáticos de drogas, trabajo infantil, explotación sexual. Esta heterogeneidad de situaciones, producto de procesos sociales y no de estados intrínsecos a determinados grupos sociales, requiere abandonar lecturas dicotómicas, para pensar en términos del continuo exclusión-inclusión (Bustelo & Minujin, 1997) o de inclusión desde la marginalidad y la expulsión (Sawaia, 2011; Bulla, Mendes & Prates, 2004). En este sentido, se puede considerar la exclusión socio-espacial, tal como ocurre con habitantes de las villas, así como los que habitan la calle, las casas tomadas o tugurios (Sánchez y Ostuni, 2012).
Se trata de una problemática asociada a la pobreza estructural, considerada como pobreza persistente, fenómeno crónico del contexto urbano y performativo de la riqueza. Se generan, de este modo, desigualdades durables, cuyo sistema de cierre, exclusión y control social impiden el acceso a bienes de consumo y derechos. Es una situación compleja genera déficits estructurales como coyunturales (Clemente, 2012).
En el campo específico de problemas configurado por la problemática de las personas que viven en situación de calle, las grandes ciudades modernas se convierten en los escenarios en los que se despliega la vida cotidiana.
La calle constituye un espacio de vivencia y supervivencia en un continuo proceso de posesión/desposesión material y simbólica (Seidmann et al., 2009). Pese a que cuando son albergados en hoteles, hogares o paradores, de manera provisoria, se los considera "incluidos", "estar en situación de calle" no se reduce a quienes literalmente utilizan el espacio público como lugar de pernocte, sino que está atravesado por dimensiones culturales, políticas, históricas, sociales y económicas.
En tanto que escenario en el que se despliega la vida cotidiana, la calle, adquiere múltiples sentidos: abrigo, en tanto que lugar donde se está alojado, modo de vida en el que se despliega una compleja red de relaciones que se torna invisible para el conjunto de la sociedad que segrega cultural, política, económica y simbólicamente, y resistencia, en tanto que cuerpos que desafían ser negados y negativizados, sujetos que tienen un saber sobre sus padecimientos y que despliegan ciertas prácticas de reconocimiento y transformación, para sí mismos y con sus grupos de pares, que desafían la lógica del déficit desde la cual se los mira.
"Estar en situación de calle" se define, entonces, como una paradójica forma de inclusión social sostenida desde la expulsión y la marginalización, la ruptura y/o fragilidad de vínculos sociales, laborales y familiares, las dificultades para cubrir necesidades materiales, simbólicas y afectivas, así como también para acceder a bienes y servicios (salud, educación, vivienda, alimentación, justicia). En tanto que problemática social compleja, constituye una de las formas en la que se expresa la exclusión social propia en los contextos urbanos, caracterizada por diferencias económicas, desigualdades jurídicas y desafiliaciones sociales y que se traducen en la vulneración de derechos (Di Iorio, 2014). El "arrasamiento deshumanizante del estar en la calle" (Aguiar, 2014), se traduce en vínculos sociales inestables y transitorios. Subjetividades devastadas, cuerpos fragmentados en los que se inscriben biografías que hacen visible lo que la sociedad niega o naturaliza. Lo efímero se convierte en constante, emergiendo "nuevas formas de padecimiento social relacionadas con las expresiones de la injusticia" (Carballeda, 2008, p. 27) que configuran identidades estigmatizadas.
En la Ciudad de Buenos Aires, según los datos oficiales, se estima que hay aproximadamente 1300 personas en situación de calle (2009). Sin embargo, Médicos del Mundo denuncia la existencia de más de 16.000 personas que subsisten en el espacio público (2012). Incluye diferentes formas de vida: dormir en la calle, perder el hogar, vivir esporádicamente en refugios o en casa de otros. Conlleva riesgos de aislamiento social, alteraciones de la salud física y mental, exposición a situaciones de violencia urbana, exposición inadecuada a cambios climáticos, desnutrición, carencia de cuidados de salud y estrés (Flick, 2007).
En esos contextos, la condición de ciudadano constituye una ficción, ya que los derechos son sólo reconocimientos formales. Este argumento permite fundamentar que sean asistidos en su desarrollo, constituyendo lo que se conoce como ciudadanía asistida (Bustelo & Minujin, 1997).

2. Discursos, Prácticas y Representaciones sociales
Pese a lo que pudiera considerarse desde una mirada ingenua, la cotidianeidad de las personas que están en situación de calle, en el sentido de la experiencia vivida (Jodelet, 2008), se caracteriza por el despliegue de un conjunto de secuencias preestablecidas temporal y espacialmente, que constituyen aquello que les permite definir, comprender y actuar en el medio (Seidmann et al., 2009, 2010). La cronificación de esta situación de vida, genera que se los inscriban simbólicamente desde la lógica del déficit, se configura una red de dispositivos socio-asistenciales integrado por organizaciones confesionales, gubernamentales, comunitarias, no gubernamentales y grupos autoconvocados (Seidmann et. al 2010). Por dispositivo se entiende un conjunto heterogéneo de elementos en los que se incluyen individuos ejerciendo distintos roles, con uno o varios objetivos en común, que surgen para atender un problema o una situación, desplegados en un tiempo particular, que "se implementan para una cierta población e implican la utilización de diferentes formas de encuadre de trabajo, requisitos y normas de funcionamiento, horarios, formas de contener, de escuchar y de orientar" (Pawlowicz et. al 2011, p. 177).
Quienes están en situación de calle recorren una territorialidad organizada por la circulación en dispositivos que ofrecen diversos servicios. Sus trayectorias configuran un espacio social vivido en el que se materializan identidades que se resisten a ser negadas, es decir, no reconocidas, y a ser negativizadas, o sea, a ser percibidas como un otro peligroso y amenazante.
Quienes están en situación de calle se convierten en sujetos de gobierno, es decir, en objetos de intervención y control por parte de programas sociales y de organizaciones no gubernamentales, configurando una nueva territorialidad: una comunidad para la gestión de la existencia individual y colectiva, es decir, "redes de lealtad con las que las personas se identifican existencial, tradicional, emocional o espontáneamente, en apariencia, más allá y por encima de cualquier valoración calculada, basada en el propio interés" (Rose, 2007, p. 122).
En ese escenario de interacción, de encuentro entre quienes ofrecen determinados servicios -operadores o referentes institucionales- y las personas en situación de calle, se configura, a partir de lógicas de gobernabilidad fundadas en significaciones y valoraciones, cierta creación social que convierte a las personas en situación de calle en el objeto de la representación social (RS).
Las RS constituyen sistemas de interpretación que rigen la relación con el mundo y con los otros, orientando y organizando las experiencias de la vida cotidiana (Jodelet, 1984) Es decir, "se organizan bajo la forma de un saber que dice algo sobre el estado de la realidad, una actividad de pensamiento, de apropiación de la actividad exterior y de elaboración psicológica y social de esa realidad" (Di Iorio, 2008, p. 51). Conforman categorías que permiten clasificar, interpretar y dar sentido a la vida cotidiana, cobrando especial relevancia en su elaboración, el contexto y la vivencia de los actores sociales involucrados, lo cual constituye un "saber experiencial" (Jodelet, 2013). Es decir, hay una relación entre el modo en que determinado objeto es deinido -RS- y las prácticas o acciones que se despliegan entre esos sujetos, existiendo entre RS y prácticas relaciones de interdependencia y transformación recíproca. Esas prácticas, que se configuran en formas institucionales específicas (dispositivos) y las RS que las condicionan, están ancladas en discursos sociales legitimados histórica y culturalmente. Esos discursos organizan lo decible, lo narrable, lo pensable, se establecen como valor de verdad y operan como instrumentos ideológicos. "Contribuyen a la construcción de identidades sociales, en tanto que ubican a los sujetos que interactúan discursivamente en ciertas posiciones que suponen particulares formas de ser y estar en el mundo" (Stecher, 2010, p. 100).
De acuerdo con esto, si la vida cotidiana de las personas en situación de calle se organiza por sus recorridos por diferentes dispositivos socio-asistenciales: ¿Qué caracteriza el tipo de vínculo que establecen con esos dispositivos? ¿Qué definiciones -RS- circulan en esos dispositivos? ¿Qué lugares identitarios configuran? ¿En qué discursos sociales están ancladas?

3. Metodología

3.1 Tipo de estudio y objetivos
El presente trabajo es parte de un proyecto de investigación-acción mayor que tiene como objetivo general indagar sobre los procesos de construcción de identidad y las trayectorias de vida en personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires, y generar un espacio de participación y reflexión colectiva con personas en situación de calle para problematizar las condiciones de la vida cotidiana, a partir de distinguir los condicionantes biográficos y los socio-históricos sobre su situación.
En esta oportunidad, se presentan los resultados de un estudio exploratorio con un abordaje cualitativo, que resulta un relevamiento preliminar, que tuvo como finalidad caracterizar las formas institucionales que adquiere la atención para personas en situación de calle en la ciudad, describir las representaciones sociales que construyen sobre la población con la que intervienen, e identificar en qué discursos sociales se anclan esas RS.

3.2 Participantes, muestra y técnicas
A partir de un muestreo teórico intencional, participaron de esta primera etapa diagnóstica 10 referentes de organizaciones que conforman el circuito socio-asistencial para personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires. Las mismas estuvieron distribuidas por cuotas de pertenencia institucional -confesional, dependencia gubernamental, dependencia no gubernamental, organización comunitaria, vecinos autoconvocados- categorización construida en estudios previos (Seidmann et. al 2009, 2012) en los que se identificó, a partir de los relatos de las personas en situación de calle, un recorrido institucional que funciona como organizador de la vida cotidiana.
Se realizaron entrevistas en profundidad para explorar representaciones sociales y prácticas en relación con su trabajo cotidiano con esta población. La guía de las entrevistas incluyó los siguientes temas: definición de la problemática, génesis de la situación de calle, relación asistente-asistido, actividades e implicación personal. Las mismas fueron registradas con un grabador de voz y luego transcriptas en formato digital para su análisis computarizado. Se realizaron en lugares consensuados con las personas que aceptaron participar, previo consentimiento informado.

3.3 Procesos de rigor
En pos de buscar garantizar la validez de los datos recabados, a lo largo de todo proceso de investigación, fueron llevados a cabo distintos procedimientos de rigor. Se cotejaron e integraron los datos encontrados con documentaciones y trabajos previos. Y se utilizó el criterio de saturación que permitió confirmar, a partir de la reiteración, conceptos/categorías construidas (Berteaux, 1993 citado en Callejo, 1998).

3.4 Análisis de los Datos
El análisis de los datos se realizó bajo el enfoque de la Teoría Fundamentada en los Hechos (Strauss & Corbin, 1998). Dicho enfoque es un método inductivo para el desarrollo de modelos teóricos donde la selección muestral, la recolección de datos y el análisis de los mismos, son implementados simultáneamente en fases integradas e interrelacionadas. A partir de los objetivos se buscó identificar y articular el discurso de los participantes respecto a sus prácticas de intervención con personas en situación de calle en la Ciudad.
Se utilizó el software Atlas.ti (Dowling, 2008) como soporte técnico para el análisis de los datos. Fueron efectuados los análisis de tipo axial y selectivo (Strauss & Corbin, 1998). La codificación axial se realizó a partir de categorías emergentes surgidas de una primera categorización abierta de los datos, identificando las variaciones (dimensiones) de las mismas. En un segundo momento, se reintegraron y refinaron esas categorías, y a partir del establecimiento de relaciones entre las mismas se identificó una categoría central explicativa (codificación selectiva).

4. Resultados
Prácticas y representaciones sociales se presentan mutuamente dependientes y llevan a resignificar las situaciones que los sujetos atraviesan y sus experiencias vitales. A los fines de poder identificar las relaciones entre los modos de intervención con personas en situación de calle que los voluntarios y/o profesionales relatan, y los modos en que definen y comprenden la problemática, se realizó una primera categorización de los datos a partir de los cuales se construyeron las siguientes categorías y dimensiones:

Tabla 1: Codificación abierta - Primera categorización

1. Representación social de las personas en situación de calle (PSC): a partir de los relatos de los entrevistados se identificó, como parte del contenido de la RS, una definición de las personas con las cuales intervienen, así como un conjunto de argumentos explicativos sobre las causas y motivos por los cuales se encuentran en esa situación.
1.1 Definición PSC: en los relatos se diferencian definiciones centradas en lo que se define como "procesos del des" (desafiliado, desenganchado, desempleado), es decir de lo que falta, y aquellas desde "procesos del re" (reinsertar, reintegrar, reeducar, reafiliar), es decir, desde lo que se debería hacer, tal como se muestra en los siguientes fragmentos:

Tabla 2: Codificación RS_Definición

1.2 Génesis de la situación de calle: si bien se reconoce la complejidad de la problemática y su multidimensionalidad, toman centralidad algunos aspectos, que permitieron diferenciar dos tipos de explicaciones: las centradas en aspectos de la historia individual y familiar (asociadas a separaciones, violencias, fallecimientos y otras problemáticas de lo familiar, padecimientos mentales y consumos problemáticos de sustancias psicoactivas) en contraposición a explicaciones centradas en condicionamientos socio-históricos (flexibilidad del mercado de trabajo, pobreza persistente, consumo de drogas como problema social, marginalización social):

Tabla 3: Codificación RS_Génesis situación de calle

A partir de esos contenidos, se configura como núcleo figurativo, una imagen de la persona en situación de calle definido desde el déficit, y sobre el que hay que intervenir para recuperar aquello perdido, invisibilizándose procesos de reafiliación o de configuración de nuevos lazos sociales.

2. Prácticas de intervención con PSC: al describir sus prácticas, los entrevistados dan cuenta de un tipo de vínculo que establecen con las PSC, delimitan objetivos de sus prácticas, así como también dan cuenta de motivaciones o grados de compromiso en relación con su tarea.
2.1 Tipo de vínculo: se van conformando relaciones interpersonales (PSC/operador o profesional) basadas en el reconocimiento de las diferencias o en la rigidización de la desigualdad, lo que se traduce en un tipo de relación en la que el otro es considerado como un objeto de saber e intervención por parte de los equipos (desigualdad) o como un sujeto con atravesamientos sociales diferentes, al que se lo reconoce desde su singularidad.

Tabla 4: Codificación PRÁCTICAS_Tipo de vínculo

 

2.2 Objetivo de la intervención: los entrevistados diferencian objetivos en las prácticas socio-asistenciales con las personas en situación de calle, según estén orientados por una lógica de restitución de derechos y empoderamiento o por una lógica asistencialista:

Tabla 5: Codificación PRÁCTICAS_Objetivo intervención

 

A partir de estos planteos se infiere cómo algunas intervenciones serían generadoras de autonomía, mientras que otras reproducirían las condiciones de vulnerabilidad.

2.3 Implicación personal: alude a las referencias que hacen los entrevistados sobre el compromiso personal y colectivo en relación a la intervención con PSC. Se identificó un estilo altruista, basado en la caridad, a diferencia de un estilo político, basado en la crítica al sistema de reproducción social:

Tabla 6: Codificación PRÁCTICAS_implicación


Si bien entre los participantes se comparte una RS de la persona en situación de calle como problemática multidimensional (explicaciones individuales, familiares y sociales), definida desde la lógica del déficit, en el plano de las PRÁCTICAS, parecen distinguirse dos lógicas, que se organizan en la ecuación DIFERENCIAS-EMPODERAMIENTO-ESTILO POLÍTICO, y DESIGUALDAD-ASISTENCIALISMO-ESTILO ALTRUISTA.
A partir de las categorías construidas, se distingue en cada una de estas lógicas cuáles son las características del vínculo que promueven entre los sujetos que las atraviesan. Las mismas no sólo definen las características de la relación entre los sujetos, en este caso particular entre las personas en situación de calle y los dispositivos por los cuales transitan, sino que también permiten diferenciar los dispositivos, según la lógica dominante.

Tabla 7: Lógicas de intervención con PSC

El sistema de asistencia, entonces, parece organizarse a partir de la convivencia de estas dos lógicas, que no pueden considerarse como excluyentes, sino por el contrario conviven en las instituciones. Cada lógica se define como un paradigma, en tanto que conjunto sistemático de ideas y prácticas que configuran un modo o modelo de conocer, que incluye una concepción del individuo, una concepción del mundo y de las relaciones entre ambos (Montero, 2004). Estas lógicas en tensión, permiten comprender y definir prácticas y representaciones de quienes intervienen, incluye una dimensión ontológica, referida a la naturaleza de lo que se conoce, una dimensión epistemológica, que hace referencia al modo en que se producen esos conocimientos, y una dimensión ética, que alude a la relación con ese otro.

5. Conclusiones
Describir las lógicas que sostienen el sistema de asistencia para personas en situación de calle supone indagar el modo en que este sistema impacta sobre el desarrollo de alternativas de integración social. Siguiendo a Rose (2007), podría afirmarse que las formas de entender, clasificar y actuar sobre las personas en situación de calle, en tanto que sujetos de gobierno, tienen implicancias no sólo en las prácticas de los equipos técnicos y referentes institucionales, sino también en las que las propias personas implementan para gobernarse a sí mismas.
Si por un lado, desde la lógica tutelar, se genera un predominio de lo provisorio y propicia un tipo de participación pasiva dentro de un entramado asistencial de amplia extensión; por el otro, desde la lógica restitutiva, se exige la construcción de nuevos dispositivos en los que se focalice en "la necesidad de la participación de las personas, en el apoyo a sus cualidades positivas y en el fomento de sus capacidades, es decir, en el fortalecimiento de esos individuos y grupos para que logren por sí mismos transformaciones positivas que mejoren su calidad de vida y su acceso a bienes y servicios de la sociedad a la cual pertenecen" (Montero, 2003, p. 59), pero de la que son continuamente expulsados.
Sin embargo, tal como se ha mencionado a partir del análisis de los datos, el predominio de una u otra lógica, no depende de la pertenencia institucional formal. Por el contrario, practicas sostenidas desde lógicas diferentes coexisten en las instituciones por las que transitan las personas en situación de calle. La descripción de las dimensiones ontológica, epistemológica y ética tanto de la lógica tutelar como de la lógica restitutiva, tiene implicancias prácticas (técnicas o metodológicas) y de conocimiento (construcción de RS).1
Los contenidos de esas dimensiones orientan las intervenciones, y por lo general operan de manera invisibilizada. Es decir, requieren de un ejercicio reflexivo de problematización. Específicamente, la dimensión ética, tiene un carácter político, en tanto que "reside en el reconocimiento y la aceptación del Otro en su diferencia, en su aceptación como sujeto cognoscente con igualdad de derechos (...) en la intersubjetividad que al reconocer la humanidad del Otro permite que, por ese acto, el Uno también sea humano" (Montero, 2004, p. 106). Y de esa relación, de que sea liberadora o no, depende la construcción de autonomía o reproducción de las condiciones de exclusión.
Pero los actores sociales se inscriben siempre en un contexto social, desde el que existe un interjuego permanente entre intervención y la construcción de conocimientos sociales (RS), de modo que ambas se modifican recíprocamente en el curso de innumerables interacciones. En este sentido, estas lógicas, en tanto que producciones culturales socio-históricas, constituye una de las esferas de pertenencia de las RS. Aluden al espacio social público en el que se relacionan los procesos subjetivos e intersubjetivos a través de la comunicación, cultura, normas, valores, mentalidades que orientan las prácticas sociales.
Esta esfera, denominada por Jodelet (2007) como transubjetiva, se interconecta con la esfera de pertenencia subjetiva, referida al modo en que se individualizan esos conocimientos, inscribiéndose en contextos que le otorgan identidad, y la esfera intersubjetiva, que alude a la negociación y circulación de significados.
"Las posiciones subjetivas son producto de la construcción de conocimientos sobre el mundo y sobre sí mismos, pero en su relación con otros. Esos conocimientos se abordan en términos de representaciones sociales. Éstas, se desarrollan en complejos procesos que involucran estabilidad de largo alcance y antinomias - themata - que definen las situaciones de tensión, inherentes y propias, del devenir del sentido común" (Seidmann, 2015). La lógica tutelar y la lógica restitutiva, puede entonces, ser comprendida en términos de themata, en tanto que dan cuenta de las posiciones desde donde se conoce e interviene en relación con las personas en situación de calle, y responden a los intereses de los diversos grupos sociales participantes. Los themata involucran perspectivas en relación, pensamiento del sentido común presentes en todas las culturas y que se trasmiten de una generación a la siguiente de manera irreflexiva.
Retomando a Rose (2007), la co-existencia de las lógicas descritas en lo que respecta a la intervención con personas en situación de calle, reproduce la oposición entre ser mirado y reconocido (lógica restitutiva) y no ser mirado y desconocido (lógica tutelar). Permite caracterizar el tipo de vínculo que se establece con ellas, en tanto que juego un continuo proceso de construcción de alteridad-pluralidad-identidad. Quienes están en situación de calle, son considerados, desde la lógica tutelar, como no afiliados "a ninguna colectividad en virtud de su incapacidad para gestionarse a sí mismos como sujetos, o se los considera afiliados a algún tipo de "anticomunidad" cuya moralidad, estilo de vida o comportamiento se consideran una amenaza o un impedimento" (Rose, 2007, p. 130). Mientras que, desde la lógica restitutiva, se les concede una nueva relación activa con su estado, "en términos de sus estrategias y capacidades para la gestión de sí mismos: o bien han rehusado los lazos de civilidad y auto-responsabilidad o bien aspiran a ellos pero no han recibido las habilidades, aptitudes y medios para hacerlo" (íbid. pp 138).
En este sentido, la identificación de los discursos sociales en los que se anclan representaciones sociales y prácticas, permite abordar no sólo que tipo de sujeto producen, sino también que resistencias y estrategias asumen esos cuerpos frente a esos discursos.

1 Un análisis sobre las tensiones entre las lógicas tutelares y las lógicas de protección de derechos en el campo de las problemáticas de la niñez se puede encontrar en Di Iorio, J. & Lenta, M. (2013) La construcción de una perspectiva ética-relacional en las investigaciones del campo de la infancia y adolescencia. Libro de ponencias del V Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia. Infancia, Adolescencia y Cambio Social. Ministerio de Desarrollo Social. Presidencia de la Nación pp. 173-178 Disponible en: http://vcongresoinfancia.sanjuan.gov.ar/ebook/index.html#1/z ISBN 978-987-27770-8-1

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Fecha de recepción: 18/05/15
Fecha de aceptación: 09/09/15

 

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