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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.22 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2015

 

Psicoanálisis

Psicoanálisis y hermenéutica: Ricoeur y Schafer

Psychoanalysis and hermeneutics: Ricoeur and Schafer

Herbert Mainero, Arturo J. 1

1 Lic. Psicología. Maestreando en Psicoanálisis y Diplomado de Psicoterapias Psicoanalíticas en la UBA. Integrante del proyecto de investigación UBACyT, acerca de “Filosofía y Psicoanálisis”, Directora: Julieta Bareiro. E-mail: arturoj.herbert@gmail.com

RESUMEN
En el presente artículo se brinda un panorama parcial de algunas propuestas de Paul Ricoeur en su artículo Hermenéutica y psicoanálisis, principalmente en dos áreas:
1) una justificación entre el psicoanálisis y la hermenéutica según Paul Ricoeur, sin ahondar en las temáticas pertenecientes a la disciplina de la hermenéutica, pues el objetivo es analizar las propuestas descritas por Ricoeur.
2) Enfocar la reformulación que existe entre psicoanálisis y la hermenéutica propuesta por la corriente anglosajona y especialmente en el lenguaje de acción, propuesta de Roy Schafer y basada en su libro A new language for psychoanalysis.

Palabras clave:
Hermenéutica - Ricoeur - Schafer y lenguaje de acción

ABSTRACT
The present article offers a partial panorama of the proposals of Paul Ricoeur in his article Hermeneutics and psychoanalysis, organized in the next way: 1) A justification between hermeneutics and psychoanalysis by Paul Ricoeur. With no pretensión to go deeper in the thematics that belong to the discipline of hermeneutics, because the principal goal is to analyze the proposal that are described in the text of Paul Ricoeur. 2) To focus in the reformulation that exists between psychoanalysis and hermeneutics proposed by the current angloamerican and especially the action language. For this development the irst proposal related to Roy Schafer based on his book A new language for psychoanalysis.

Key words:
Hermenutics - Ricoeur - Schafer and action language

Ricoeur, la hermenéutica y el psicoanálisis:
Ricoeur define la hermenéutica como una disciplina de interpretación de textos, y que se encarga de las condiciones de posibilidad de interpretación de los textos en general (Ricoeur 2009, pág. 56). Por otro lado, el psicoanálisis es, para Freud, al menos tres cosas: 1) procedimiento de investigación de los procesos psíquicos, 2) un método de tratamiento de los desórdenes psíquicos, 3) a una reunión de concepciones psicológicas que se han desarrollado según estas líneas y han cobrado gradualmente la consistencia de una nueva disciplina científica (Freud, 1923 retomado de Ricoeur, 2009, pág. 56 y 57).

La problemática que se establece es si es o no, el psicoanálisis, una ciencia natural tal y como lo proponía Freud. De ser afirmativo, entonces tendría que responder a las críticas formuladas por los filósofos de la ciencia acerca de la validez que tiene el psicoanálisis hacia un estatuto como una ciencia natural, es decir, que todo concepto formulado por su teoría sea falseable y observable. Del mismo modo, debería poder predecir, controlar y sistematizar las observaciones que tienen bajo la evidencia empírica; así como poder presentar conceptos tales como la pulsión o el complejo de Edipo que puedan ser falseables y que sean correspondientes con los hechos empíricos observables. Esto implicaría ir más allá de la coherencia que mantiene entre los conceptos expresados entre la primera tópica y la segunda tópica. De esta forma tratar de demostrar experimentalmente aquellos procesos que se explican por las relaciones entre la tópica y económica se vuelven dudosos, siendo donde las críticas por parte de los filósofos de la ciencia toma parte, lo que Ricoeur considera injustas (Ricoeur, 2009).

Los criterios justificables para relacionar el psicoanálisis y la hermenéutica:
Ricoeur plantea que quizás sea un problema epistemológico y que se debería reformular que lo que vale como “hecho” en psicoanálisis no es lo mismo que en las ciencias naturales. Esto plantea que hay que establecer el criterio de “observable” de en otro modo y su relación con la articulación entre método de estudio y la teoría. Para esto Ricoeur propone cuatro criterios para establecer lo que podría considerarse como hecho en psicoanálisis:

1- El primer criterio solo entra en el campo de investigación y de tratamiento esta parte de la experiencia capaz de ser dicha (Ricoeur 2009, pág 60). Esto debido a que solo entra aquello que sea capaz de poseer significación, pues es capaz de ser descifrado, traducido o interpretado. Para la teoría psicoanalítica lo que quizás debería de valer como hecho es tener en cuenta la significación del deseo, por lo que su objeto no es observable, solamente mediante fenómenos los aspectos semánticos de la motivación.

2- La situación analítica no es solamente centrada a lo que puede decirse sino lo que se comunica hacia otra persona. El criterio epistemológico es fundamental pues se trata de todo aquello relacionado con la transferencia como concepto intermedio que permite reforzar el criterio de hecho mencionado anteriormente. Esto es dada su relación con lo que es posible decir no solamente a sí mismo, sino también hacia alguien más que igualmente habla desde lo que desea. Otra característica de lo que vale como hecho en psicoanálisis es que el deseo entra dentro del reino del símbolo por el complejo de Edipo, el cual se despliega a través de dos sexos para tres personas. Pero lo necesario a considerar según Ricoeur, es la dimensión constitutiva del deseo humano la cual se expresa en una dimensión intersubjetiva, también hacía deseo del otro (Ricoeur, 2009).

3- El siguiente criterio está relacionado con la realidad psíquica a diferencia de la realidad material, la cual debe tener una congruencia con respecto a las manifestaciones y resistencias del inconsciente. Esta se encuentra relacionada con la inmensa gama fenómenos psicoanalíticos: las fantasías inconscientes, las escenas infantiles, los recuerdos encubridores, los mitos personales, etc.

4- El último criterio se relaciona con la historia de caso.
Aquello que es considerado un hecho en psicoanálisis es el poder restablecer una narración de la vida singular del paciente a partir de los efectos de la rememoración y el trabajo de la reelaboración, que para Ricoeur, parecen ser el fenómeno fundamental de la vida imaginaria (Ricoeur, 2009 pág. 65).

Los criterios anteriormente presentados, justifican la relación establecida entre psicoanálisis y hermenéutica. Para poder conocer los hechos inconscientes es necesario que éste sea dicho y que posea significación, además de que se establezca una relación de tipo intersubjetivo relacionado con la realidad psíquica y que contenga un carácter narrativo. El procedimiento de investigación y método de tratamiento, poseen una relación entre la hermenéutica y el psicoanálisis. Este se ejemplifica de forma en que si el procedimiento para la interpretación de los sueños es el mismo que la formación del síntoma, entonces es justificable y aplicable a otras situaciones como los chistes, lapsus, juegos de palabras, mitos personales, etc.

En consecuencia, la relación que guarda el procedimiento de investigación y el tratamiento permite sugerir a Ricoeur la posibilidad de reformular el metalenguaje, es decir, ciertos conceptos que son sustituidos por otros pero siempre tratando de mantener la relación entre método de tratamiento, procedimiento de investigación y teoría. Con esta influencia de Ricoeur, se han intentado hacer dos reformulaciones independientes entre sí: la primera de la escuela de filosofía del lenguaje; la segunda a partir de la escuela crítica de Frankfurt.

La propuesta por la reformulación hermenéutica por Roy Schafer:
En este apartado se describe la propuesta de Roy Schafer sobre el lenguaje de acción y la escuela anglosajona de psicoanálisis. Esta escuela guarda una relación muy profunda con Ricoeur en el primer intento de reformular la teoría antes de rechazarla por completo, tomando un marco de referencia lingüístico en donde prevalece el llamado lenguaje de acción. Según Ricoeur este último pone en juego una gramática, irreductible a los aspectos morfológicos y sintácticos, que rigen tanto nuestro discurso y nuestras acciones físicas. Hablar de acción es hablar de las reglas de un juego de lenguaje (2009 pág. 69 y 70), pero advierte Ricoeur que esto solamente toma en cuenta hablar, de intención, motivo, agente etc. Pero por lo mismo no se permite sustituir los motivos como causas. Porque los motivos son razones para actuar de tal o cual manera, mientras las causas son antecedentes constantes de los cuales son lógicamente distintos (2009 pág. 69 y 70). De este modo, el psicoanálisis se reformula como ampliación del lenguaje de acción, siempre y cuando, se considera que pueden existir: motivos e intenciones inconscientes y se sigan las reglas preestablecidas del lenguaje de acción.

En su libro Nuevo lenguaje para el psicoanálisis, Roy Schafer plantea una re-conceptualización de la teoría psicoanalítica. Para él, la metapsicología freudiana contiene ciertas confusiones explicativas al tomar lenguaje de disciplinas como la biología y la física: la investidura, libido, destinos pulsionales, mecanismos psíquicos, etc. Así, la teoría psicoanalítica se vuelve demasiado compleja de manejar y explicar los fenómenos psíquicos que se deben de comprender en la práctica analítica (Schafer, 1976).

Ante esto, sugiere dos alternativas:
1. Dejar atrás toda noción que contenga significados referidos a una fuerza o términos que provengan de la biología y la manera de referirse a ellos.
2. Reformular un metalenguaje más adecuado para la práctica, un lenguaje de acción.

El lenguaje de acción y sus reglas:
El lenguaje de acción se define, como un conjunto de reglas para interpretar el discurso del paciente; sustituyendo las interpretaciones de la metapsicología freudiana solamente en su orden. Con respecto a la sustitución, Schafer no quiere suplir de manera total la metapsicología freudiana, solamente la organiza de otro modo que él considera más adecuado a la práctica analítica. Debido a que en gran parte la metapsicología es un conjunto de conceptos que no se refieren a una entidad sino que sustituyen acciones del paciente, el lenguaje propio para una teoría psicoanalítica debería definir estas acciones de la manera más apropiada posible. Es preciso señalar que por acción Schafer no se refiere a una conducta, sino a la gama más general posible de actividades que realiza la persona en el consultorio, incluyendo hablar, pensar o cualquier tipo de actividad.

Sea consciente o inconsciente, no quiere decir que solamente se apegue este marco interpretativo a ser únicamente descriptivo, sino que se limita a reglas prescriptivas del lenguaje de acción; es decir, que una vez que se interpreten cierto conjunto de acciones, estas se pueden describir como modos de acción. Schafer propone que la metapsicología no tendría que recurrir a explicaciones que valgan como presuposiciones, sino que se limita a ordenar de manera general las interpretaciones de acuerdo a las características del lenguaje de acción.

Las nociones generales de su propuesta son:
1- Todo proceso psicológico, evento, experiencia o comportamiento será tomado en cuenta como una actividad y por ende una acción. A su vez, será designada dicha acción con un verbo y si es aplicable, a su cualidad un adverbio. No se deberían usar las frases como “mundo interior”, “sentimientos inconscientes de culpa”, “miedo a la castración”; no se deben usar sustantivos y adjetivos para referirse a procesos metapsicológicos, aunque no nos abstenemos de tomar en cuenta procesos que sean de índole inconsciente, solamente se excluyen aquellos comportamientos de índole biológica, el lenguaje de acción trata con motivos, no con causas (Schafer, 1976).
2- No interpretar o referirse a las acciones psicológicas con localidades psíquicas, fuerzas e intenciones internas; por ejemplo: “su yo está entrando en posición depresiva”. También se reformulan los procesos “internos”, como la identificación, la fantasía, la introyección, etc. (Schafer, 1976).
3- Al interpretar, no manejar el verbo tener con respecto a una actividad psicológica. Por ejemplo: No tenemos sentimientos. Se propone cambiar a que alguien se siente o actúa de manera triste y manifiesta un síntoma; se puede sustituir el verbo tener por ser: alguien “está triste” o “habitualmente es de esta forma u otra”.
4- Utilizar únicamente el modo de voz activa para describir actividades psicológicas, debido a que solo se sustituyen los conceptos en verbos y modos. La voz pasiva volvería difícil establecer la relación establecida bajo este marco interpretativo. Por ejemplo: en vez de decir “me parece que cambió de estar contento a comportarse nostálgico”, a “él cambió de sentirse contento a sentirse triste”.
5- No tomar en cuenta ciertas clases de procesos especiales que promueven las actividades mentales, por ejemplo el narcisismo primario, el masoquismo erógeno, etc.
Dado que todo es una acción, esta debe ir acorde a otras reglas de interpretación, para explicar los motivos por los cuales el paciente actúa de esta u otra manera y evitar ciertos procesos que difícilmente podrán ser sustituidos al lenguaje de acción propuesto.

Relectura de los conceptos inconsciente, fantasía y pulsión:
Una vez descrito el lenguaje acción junto con sus reglas generales, se describe cómo funciona dicho lenguaje de acción para establecer pautas generales de la interpretación en la práctica analítica. El lenguaje de acción funciona para descartar toda noción energética, debido a que tenemos que presuponer que existe una fuerza que impulsa a la acción.

Schafer propone que la toda acción no puede ser explicada en términos causales, debido a que las causas son antecedentes de la acción con lo cual, forzosamente se usan sustantivos, lo cual impide el manejo del lenguaje de acción. En cambio, se debe intentar explicar que toda acción se tome en cuenta en términos motivacionales, sean conscientes o inconscientes. Toda acción debe estar orientada por motivos e interpretar estos motivos desde el discurso del paciente y el lenguaje de acción. Describir cómo funciona el lenguaje de acción y su relación con la metapsicología en torno a los procesos inconscientes y conscientes, los procesos de identificación, fantasía e identificación, el yo, la resistencia y el afecto junto con sus dificultades para ser sustituido por el lenguaje de acción (Schafer, 1976).

Inconsciente y consciente:
Primeramente se tiene que tener una aproximación fenomenológica de estos procesos, principalmente el inconsciente. Generalmente lo que se le atribuye al inconsciente son los fenómenos de doble sentido como el lapsus, el chiste y los sueños. Todos estos tienen en común que son acciones en donde el curso de acción toma otro rumbo.
En el lapsus, por ejemplo, cuando alguien quería decir algo sobre alguna cosa y se dice otra cosa que en lo que verdad quería decir. Se puede decir que lapsus es para lenguaje de acción dos acciones tomadas a la vez. De la misma forma, en el chiste también hay dos acciones tomadas a la vez (Schafer, 1976).

Schafer propone que el inconsciente serían las acciones realizadas por personas inconscientemente en donde el sujeto de la oración no se reconoce en la oración o no está claramente orientado. Frases como: “No sé qué fue lo que me pasó”, “me ganó el impulso”, “me deje llevar por mi corazón”, “siento algo en mi interior que me aterra”, conllevan a que el emisor de la acción no asume algo de sí en la acción, que se expresa en el otro sentido de la misma. Con esto no se refiere a que todas las acciones inconscientes son de naturaleza patológica, sino que en la vida diaria realizamos acciones que por algún motivo, no sabemos de ellas o no ponemos atención en estas acciones u otras. Un modo de experimentar estas experiencias es la pasividad, en frases como “solo esto me puede pasar a mí”, “me sucedió esto y no pude hacer nada al respecto” (Schafer, 1976).

El consciente para Schafer, al igual que el inconsciente, son modos de acción llevados a cabo por el sujeto. En tanto por conciencia solamente el uso de verbos y adverbios: “soy consciente de esto”, “él conscientemente piensa esto”. Pero cualitativamente se puede definir lo consciente cuando alguien organiza e integra su historia con su presente mediante unas acciones u otras. En general toda acción consciente se encuentra relacionada con los siguientes adverbios, está orientada a metas, decisiones, creativa de significados y orientada por los modos activos de vivir la experiencia. Por ejemplo “yo hice esto”, no “me sucedió aquello”, son acciones adecuadas en el lenguaje de acción (Schafer, 1976).

Fantasía e identificación:
Así pasamos a los “procesos” por donde se expresa la persona inconscientemente, estas son las fantasías, las identificaciones y pasar a tratar de describir los procesos “internos”. Estos últimos traen consigo complicaciones pues, como hemos dicho antes todo aquello que ocurra como un proceso interior, pues tendríamos que explicar cómo funciona esto de manera interna, es decir cómo funciona biológicamente o localizar esta “realidad interna”, donde ocurren este conjunto de acciones.

El concepto de fantasía no puede describirse en sustantivos, ni adjetivos, sino como una acción que realiza una persona: fantaseando, soñando despierto etc. Incluso se le puede describir con adverbios: fantasiosamente. La fantasía entonces, no puede ser tomada en cuenta por medio del lenguaje de acción, solamente si es algo que esta persona hace y si podemos ordenarlo de acuerdo a las reglas del lenguaje de acción. Así la forma de sustituir toda la gama de procesos internos como introyección, identificación, incorporación, mundo interno de acuerdo a las siguientes propuestas:

1- La identificación es el proceso más complejo a ser reconceptualizado, pues es una exteriorización afectiva por lo cual no se refiere directamente a algo que la persona internamente es. Sino que alguna vez fue externo y ahora forma parte de la estructura de la personalidad. Así pues se propone que la identificación solamente queda como el rol que una persona manifiesta, hacía versiones de personajes significativos en su vida privada y pública, a la hora de analizarla en tiempo presente. Pero la dificultad es también que la identificación es un proceso que permite ir formando las estructuras psíquicas tal como el ello, yo y súper-yo. Por eso solamente se re-conceptualiza de acuerdo a una versión que asume una persona con respecto a una figura significativa para él (Schafer, 1976).

La libido, la pulsión de muerte y la emoción:
Ahora pasamos a un tema central en el libro de Schafer que es el lugar de las emociones. El cual pasa a ser un tema de difícil abordaje, debido a que las emociones no se deben de confundir con los motivos pero también tampoco deben de explicarse de manera causal de acuerdo a las reglas del lenguaje de acción y tampoco deben de tomarse como entidades. Sin embargo Schafer demuestra su dificultad pues una emoción es un impulso que motiva a la acción. Y como el autor tiene la intención sustituir la noción de energética y todos sus derivados conceptuales, como la libido, el amor primario y todos aquellos impulsos que provienen de las pulsiones, debido a que se consideran como entidades, por lo que la emoción es un tema que complica las ideas anteriormente expuestas con respecto al lenguaje de acción. Pues de ahora en adelante solo se admiten como verbos y adverbios. Es decir toda emoción no se habla de ella o define en sí misma, solamente se admite en el verbo estar, como estar enojado, asustado, angustiado, como adverbios es decir que alguien puede comportarse angustiosamente, temerosamente etc. (Schafer, 1976). Así Schafer trata este complejo tema referente a las emociones relacionadas con el lenguaje de acción:

1- De las metáforas corporales y su relación con las emociones: En nuestra habla cotidiana hay expresiones como “me rompiste el corazón”, “eres un hígado”, “nervios de acero”, “me tiemblan las rodillas”. Todas estas metáforas se refieren a ciertas expresiones que se refieren a motivos por los cuales alguien siente algo, es decir una emoción. Por lo tanto la expresión de sentir “mariposas en el estómago por alguien”, se refiere a que alguien está enamorado o enamorándose por alguien más. Pero dejando claro que no hay una definición exacta como tal de la emoción como tal solamente de las acciones e interpretaciones que se hacen posteriormente de las emociones como tal (Schafer, 1976).

2- Con esto solamente vamos a tomar dos emociones relacionadas con las pulsiones. Con esto el autor no pretende sustituir el concepto de pulsión, sino la manera en cómo se definen las acciones que pueden ser tomadas como lo pulsional. Así pues la primera emoción que viene a ser sustituida sería la libido o el amor. Primeramente el amor no se define como una cosa u entidad sino es una acción, que puede ser definida en términos de verbos y adverbios. Es decir de ahora en adelante solo definiremos la libido como sus derivados en acciones que están relacionados con el la acción de amar, por ejemplo: todas las ganas de acciones que se refieren a estar en esta clase de verbo, “estar enamorado”, “querer a alguien”, “gustar” etc. O como adverbio es decir actuar “amorosamente”, “cariñosamente”, “gustosamente” etc. (Schafer, 1976).

Para seguir con la siguiente emoción principal seguimos con las emociones consideradas como negativas o relacionadas con la pulsión de muerte. Con respecto a esto Schafer se refiere a la pulsión de muerte con aquellos referentes relacionados, con acción destructivas o autodestructivas, es decir no toma en cuenta el aspecto de volver a lo inorgánico o que la pulsión de muerte se trata de des-ligar las representaciones o interpretar que la pulsión de muerte es muda etc. Ahora tomando la pulsión como todo aquel principio destructivo, primeramente se pasa a la agresividad, que al ser un verbo o adverbio solamente se puede conceptualizar, de la siguiente manera “actuando agresivamente”, “está enojado con”. También falta conceptualizar la culpa que pasaría ser reformulada en términos de verbos y adverbios, de igual forma que la agresividad, es decir se va a definir como sustantivo sino acción. De esta forma es adecuado decir que alguien se comporta culposamente o auto-punitivamente, pero alguien no tiene culpa ya que tendríamos definir donde, a menos que su acción esté relacionada con el otro conjunto de acciones asumidas o no asumidas por el agente de esas acciones (Schafer, 1976).

En síntesis:
Por último mencionamos con respecto a Schafer y sus tentativas de la reformulación de la metapsicología freudiana, una breve síntesis de sus intenciones al tratar de sustituir ciertos conceptos y nociones de la metapsicología freudiana por el lenguaje de acción:
1. La noción de energía psíquica no es compatible con el lenguaje de acción, es decir que no es posible de hablar de la pulsión como un sustantivo. Pero que sí es posible de hablar que alguien “impulsivamente”, “enfáticamente” etc., puede llevar a cabo tal o cual acción.
2. No es posible concebir que exista una explicación previa a la acción. Es decir de ahora en adelante todo es acción y que no se puede tener una explicación causal primera como: la represión primaria, el sadismo primario, el masoquismo primario y la identificación primaria.
Debido a que las explicaciones tienen que ser de origen causal. En cambio lo que psicoanálisis hace es interpretar, por eso Schafer sugiere sustituir la causa con modos de acción o motivos.
3. No es posible definir los conceptos metapsicológicos a través de sustantivos o adjetivos. Debido a que el primero se refiere al sujeto de una acción, el segundo es debido a que una persona objetivamente no experimenta un concepto metapsicológico.
4. En cambio lo que sí podemos interpretar son acciones que una persona hace. Por lo que de ahora en adelante toda interpretación tiene que ir acorde a una acción. Es decir, a través de la relación del uso de verbos y adverbios.
5. De ahora en adelante no se usarán explicaciones sino sólo modos de acciones que sean acordes a las reglas del lenguaje de acción. Dejando de antemano que no existe una correcta interpretación a los modos de acción que realiza la persona. Debido a que los modos de acción siempre dependen del contexto específico en que se desenvuelve la persona.
6. Una acción es cualquier cosa relacionada con la actividad realizada o por hacer por una persona dentro de un contexto. Aquí es necesario recalcar el énfasis, en que la acción puede estar por realizarse o que se quisiera hacer, debido a la gama de procesos inconscientes que estudia el psicoanálisis.
7. De ahora en adelante el lenguaje de acción, como cualquier lenguaje no es ni verdadero o falso, sino que se enfoca a interpretar o describir los modos de acción de las personas y si ha de lograr una consistencia en comprender ciertos modos de acción, entonces si poder aspirar a cierto valor de verdad. Por lo tanto el lenguaje de acción no pretende bajo ningún modo desmentir la metapsicología de Freud, sino reforzar mediante este nuevo enfoque.

Obstáculos del lenguaje de acción:
Se pasa a comparar las ideas de Schafer con la propuesta y análisis de Ricoeur por sugerir una reformulación de la teoría psicoanalítica por una hermenéutica, desde el punto de vista de Schafer. Este se realizará en dos partes: a) la primera toma la consideración y dificultad con respecto a esta propuesta de sustituir las explicaciones psicoanalíticas de origen causal por motivos o modos de acción y b) que consiste en crear una gran dificultad que reside en cómo explicar el paso de un motivo inconsciente a uno consciente. Así pues pasamos a exponer las limitantes:

a) Entonces si los motivos son causas se corre el riesgo de perder o entrar en conflicto con lo que es la definición del psicoanálisis. De hecho hasta cierto punto sería incompatible, pues lo que el psicoanálisis siempre hace es confundir los motivos con causas. También es debido a que si es una teoría entonces no puede sustituir los motivos o modos de acción por causas, ya que la metapsicología es un conjunto de teoría que intentan explicar los fenómenos anímicos desde una perspectiva tópica, económica y dinámica (Ricoeur 2009).

b) La otra dificultad o limitante es que al perder este nivel explicativo de la metapsicología freudiana, a partir de aceptar las premisas de Schafer, es que no podríamos explicar de manera causal el paso o intercambio entre instancias, es decir que al nivel práctico no podríamos explicar porque una pasa a ser consciente o inconsciente, sino simplemente limitarnos a indicar fenoménicamente que una acción dejó de ser consciente o inconsciente (Ricoeur 2009).

Conclusiones:

Pasando a hacer una breve síntesis de los temas expuestos en este artículo podemos señalar los siguientes puntos:
1- Este trabajo trata de analizar la propuesta de Ricoeur hacia las sugerencias y análisis entre las relaciones que puede tener el psicoanálisis con la hermenéutica. Esta propuesta se analiza y compara a su vez con la propuesta del Roy Schafer. Para después mostrar las observaciones que hace dicho Filósofo con dicha propuesta.

2- Mostrar la justificación que tiene Ricoeur para entablar un diálogo entre estas disciplinas que aparentemente son distintas pero que tienen puntos en común. Estos puntos en común son cuatro: que el psicoanálisis sólo analiza la experiencia capaz de ser enunciada, que esta experiencia pasa por ser dialógica, esta lidia solamente con la realidad psíquica y por último esta experiencia se encuentra constituida por una trama o narrativa.

3- Después se pasa a comparar dichas ideas con la sugerencia realizada por Roy Schafer en torno a la reformulación de la metapsicología con respecto al lenguaje de acción. Este lenguaje de acción es un modelo lingüístico que intenta ordenar los modos de acción a través de un conjunto de reglas gramaticales aplicadas a un metalenguaje. Esto se encuentra justificado debido a que a veces existen confusiones dentro de la metapsicología freudiana, que se pueden resolver aplicando un reordenamiento sintáctico de los usos del lenguaje metapsicológico.

4- Después pasamos con la intención de ejemplificar dichas aplicaciones del lenguaje de acción a la metapsicología. Para eso primero pasamos a mostrar las reglas del funcionamiento del lenguaje de acción: 1) de ahora en adelante todo es acción por esta no se entiende una conducta, sino cualquier tipo de actividad realizada por una persona 2) Consecuentemente todo concepto metapsicológico debe estar ordenado en las frases como un verbo o adverbio, 3) Por ende no es posible usar los conceptos metapsicológicos, como sustantivos o adjetivos 4) el término de inconsciente, consciente y preconsciente, solamente puede ser usado como acción es decir una cualidad a una actividad realizada por alguien 5) Los términos libido o referidos a energías dentro del aparato psíquico no se deben de tomar en cuenta, sino solamente términos de emociones y estas deben de estar conjugadas por el verbo de acción “estar enojado” etc.

5- Pasando a la parte sintética que tiene las ideas de Schafer con las de Ricoeur. Tenemos las siguientes conclusiones:

1. Que al sustituir el lenguaje terminológico propio de la teoría freudiana, por el lenguaje de acción esto causaría una dificultad que consiste en sustituir los motivos por causas. Esto es traería como conflicto que la teoría no podría determinar cuándo un evento o experiencia sería solamente por un modo de acción o causal para la formación de síntoma u otra explicación para la formación de instancias psicológicas.

2. La otra dificultad consistiría en que esta teoría dado que sustituye los modos de explicación causal por motivos y modos de acción, no se podría explicar cómo una interpretación puede establecerse en la interacción entre las instancias consciente, inconsciente y pre-consciente. Lo cual no podríamos explicar cuando algo inconsciente pasa a devenir consciente y traería grandes dificultades para la práctica clínica y su relación con la metapsicología.

Para terminar este artículo queremos señalar que para el próximo se tratará de una lectura crítica a los ojos de Ricoeur, parte de la obra de Alfred Lorenzer y en miras de trata su reformulación hermenéutica bajo la perspectiva de la teoría de las ideologías.

BIBLIOGRAFÍA:

1- Freud, S., Volumen XVIII Más allá del principio de placer, Psicología de la masas y análisis del yo y otras obras (1920-1922) (Amorrortu 1979), Argentina Buenos Aires.         [ Links ]

2- Ricoeur, P. (1979-2009), Escritos y conferencias en torno al psicoanálisis, editorial siglo veintiuno, México D. F.         [ Links ]

3- Rodríguez Mariano González (2000), Narración y conocimiento, el caso del psicoanálisis hermenéutico, Revista de Filosofía vol. XIII (Universidad complutense).         [ Links ]

4- Schafer, R. (1976), A new Language for psychoanalysis, New Haven London Yale University Press.         [ Links ]

Fecha de recepción: 30/04/15
Fecha de aceptación: 26/08/15

 

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