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Anuario de investigaciones

versión On-line ISSN 1851-1686

Anu. investig. vol.22 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2015

 

Psicología del Desarrollo

Constitución subjetiva en un ambiente confiable: juego y apego

Subjective constitution in a reliable environment: play and attachment

Paolicchi, G.1; Kohan Cortada, A.2; Núñez, A. M.3; Sorgen, E.4; Colombres, R.5; Maffezzoli, M.6; Abreu, L.7

1 Licenciada en Psicologia, Universidad de Buenos Aires. Profesora Regular Adjunta, Cátedra II Psicologia Evolutiva Niñez, Facultad de Psicología, UBA. Directora del Proyecto UBACYT “Tipo de Apego y actitudes hacia el juego infantil”. Codirectora del Programa de Extensión Universitaria “Juegotecas Barriales”, Facultad de Psicologia, UBA. E-mail: gpaolicchi@fibertel.com.ar

2 Doctora en Psicología, USAL. Metodóloga del Proyecto UBACYT “Tipo de Apego y Actitudes hacia el Juego Infantil.” Profesional Adjunta, CIIPME-CONICET.Prof. Titular de Metodología, carrera de Psicología, USAL. Directora del Proyecto de Investigación: “Apego, impulsividad y rendimiento académico en alumnos de nivel superior”, USAL.

3 Licenciada en Psicología, UBA. Profesora Titular Regular, Cátedra Psicodiagnóstico: Rorschach. Integrante del Proyecto UBACYT “Tipo de Apego y actitudes hacia el juego infantil”. Integrante del equipo del Programa de Extensión Universitaria “Juegotecas Barriales”, Facultad de Psicología, UBA.

4 Licenciada en Psicología, UBA. Jefa de Trabajos Prácticos Regular, Cátedra II Psicología Evolutiva- Niñez, Facultad de Psicología, UBA. Integrante del Proyecto UBACYT “Tipo de Apego y actitudes hacia el juego infantil”. Integrante del equipo del Programa de Extensión Universitaria “Juegotecas Barriales”, Facultad de Psicología, UBA.

5 Licenciada en Psicología, UBA. Docente Regular, Cátedra II Psicología Evolutiva- Niñez, Facultad de Psicología, UBA. Integrante de Proyecto UBACYT y del equipo del Programa de Extensión Universitaria “Juegotecas Barriales”, Facultad de Psicología, UBA.

6 Licenciada en Psicología, UBA. Docente Regular, Cátedra II Psicología Evolutiva- Niñez, Facultad de Psicología, UBA. Integrante de Proyecto UBACYT y del equipo del Programa de Extensión Universitaria “Juegotecas Barriales”, Facultad de Psicología, UBA.

7 Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Universidad de Buenos Aires. Becaria Doctoral, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Maestranda en Comunicación y Cultura, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Integrante del equipo del Programa de Extensión Universitaria “Juegotecas Barriales”, Facultad de Psicología, UBA y del equipo de investigación UBACyT.

RESUMEN
El presente trabajo expone algunos resultados de investigación e intervención llevados a cabo en el marco del Programa UBACyT “Actitudes hacia el juego infantil y modalidades de apego en adultos” (Programación científica 2012-2015) que se articula con el Programa de Extensión Universitaria “Juegotecas Barriales”. El marco teórico asumido resalta la importancia del juego en tanto actividad que posee un valor insustituible en la estructuración del psiquismo.
Se esbozan conceptualizaciones acerca de la secuencia del desarrollo de la actividad lúdica en el proceso de constitución subjetiva, la necesidad del “otro” -a través de la función materna- para el despliegue de los procesos de simbolización y de la actividad lúdica, posicionando lo intersubjetivo como antecedente lógico de la trama subjetiva. Así como también, se plantean conceptualizaciones sobre los tipos de apego que informan los adultos y las actitudes hacia el juego infantil.
Este trabajo incluye resultados obtenidos durante la investigación de campo. Desde el enfoque cuantitativo, con los instrumentos estandarizados aplicados, como también desde el cualitativo, tomando algunas situaciones expuestas en fragmentos relativos a escenas de constitución de la función lúdica.

Palabras clave:
Juego - Apego - Intervención - Constitución subjetiva

ABSTRACT
This paper presents some results of research and intervention carried out under the program UBACyT “Attitudes towards children’s play and adult attachment patterns” (Scientific Program 2012-2015) that articulates with the University’s Extension Program “toy libraries neighborhood”. The assumed theoretical framework highlights the importance of play as an activity which has an irreplaceable value in structuring the psyche.
Conceptualizations about the sequence of development of playful activity in the process of subjective constitution, the need for the “other”, through the maternal function, for the deployment of the processes of symbolization and playful activities, positioning it intersubjective as logical antecedent of the subjective plot. And also, conceptualizations of attachment types that inform adults and attitudes towards children’s play arise.
This work includes results obtained during field research. From the quantitative approach, with standardized instruments applied, as well as from the qualitative, taking some situations fragments exposed in scenes relating to the constitution of the playful function.

Key words:
Game - Attachment - Intervention - Subjective constitution

Introducción
En este trabajo se presentan algunas de las tareas realizadas por el equipo de investigación del Proyecto UBACyT “Actitudes hacia el juego infantil y modalidades de apego en adultos”. Dicha investigación se enlaza con el Programa de Extensión Universitaria “Juegotecas Barriales”, desde ese marco se implementan dos dispositivos simultáneos coordinados por integrantes de los equipos de Investigación y Extensión. Estos dispositivos propician la investigación e intervención en la comunidad a través de la coordinación de juegotecas escolares y comunitarias y de talleres dirigidos a padres y docentes.
Se realizó un recorrido teórico de los fundamentos conceptuales articulados en el trabajo en terreno.
Se comenzó a trabajar bajo el supuesto que plantea que las actitudes de los adultos con respecto al juego infantil, se relacionan con sus propios tipos de apego. A partir de este punto se propuso como objetivo general analizar los tipos de apego que los adultos informan y describir las actitudes que en el presente ellos explicitan acerca del juego infantil.
Los objetivos específicos consistieron en: a) analizar las modalidades de apego que ellos mismos reportan acerca de sus vínculos primarios y b) analizar las actitudes de los adultos significativos en situación de vulnerabilidad frente al juego infantil.
Dentro de la metodología cualitativa y cuantitativa se estudiaron las intervenciones realizadas en las instituciones escolares y comunitarias. En los diferentes dispositivos de Juegotecas para niños, Talleres con docentes y padres, se obtuvieron datos significativos acerca de las actitudes de los adultos frente al juego infantil, que se trabajaron con un enfoque cualitativo.
En forma paralela se planeó la posibilidad de complementar los análisis con una escala estandarizada que sirviera para evaluar el apego en adultos.

Aspectos teóricos
Como punto de partida o variable primaria estudiamos el constructo de apego y sus implicaciones. El apego es un fenómeno que se circunscribe a aquellas conductas que llevan tempranamente adelante las crías de diversas especies -incluida la humana- de búsqueda activa de una figura protectora. Los interrogantes que han despertado estas conductas han merecido, en el campo psicológico diversas respuestas ya sea desde el Conductismo, el Psicoanálisis o la Teoría Etológica de Bowlby.
Parece importante destacar que la Teoría Psicoanalítica freudiana no representa un modelo homogéneo, ya que el propio Freud redefinió muchos de los conceptos a lo largo de su vida, y se pueden retomar de su obra tanto puntos de vista semejantes a los de la teoría del apego de Bowlby, como también postulados abiertamente opuestos (Fonagy, 2001). Se puede retomar el estudio del clásico debate entre la importancia o primacía de la realidad externa (objetiva) vs mundo interno (fantasía) para la constitución subjetiva. Por ejemplo, en su propuesta de un “narcisismo primario”, Freud sitúa a un niño cerrado a los estímulos externos y da lugar a una idea de desarrollo psíquico orientado primariamente alrededor de las pulsiones generadas endógenamente y dirigidas hacia su gratificación (Freud, 1900,1905,1915,1920). Podemos considerar al apego como secundario respecto a la gratificación oral y libidinal, a las pulsiones sexuales infantiles apuntaladas en aquellas de orden autoconservativa. Estaríamos en la línea de la primacía del mundo interno, del endogenismo pulsional, que no toma en cuenta el papel que el medio ocupa en la estructuración íntima de la pulsión.
Pero en la otra dirección encontramos postulados tan importantes y útiles a la hora de analizar el conflicto humano como el de las “Series Complementarias”, que considera el interjuego entre factores constitutivos y adquiridos y que de alguna manera supera la alternativa según la cual habría que elegir entre factores exógenos o endógenos (a la hora de analizar el trauma psíquico y por extensión la constitución subjetiva); estos factores son, en realidad, complementarios, pudiendo cada uno de ellos ser “tanto más débil cuanto más fuerte es el otro”, de tal forma que el conjunto puede ser ordenado dentro de una escala en la que los dos tipos de factores varían en sentido inverso; sólo en uno de los extremos de la serie se encontraría un solo factor (Diccionario de Psicoanálisis, 1981). En una de sus últimas obras, El Moisés y la religión monoteísta Freud (1939) retoma la conceptualización del trauma como impresiones únicas o repetidas de vivencias tempranas “realmente acontecidas”, con lo cual da pie a toda una serie de investigaciones y postulados dentro de la Teoría Psicoanalítica acerca de la importancia, antecedencia y primacía de lo intersubjetivo en relación a lo intrasubjetivo, con la concepción de un inconsciente abierto a las influencias de lo que acontece en el intercambio con los otros sujetos y en el contexto.
Bowlby, en su teorización sobre el apego, se mostró particularmente contrario a la formulación que aboga por una idea de infante “forzado” a ir hacia el objeto después de que el proceso primario de alucinación del pecho ha fracasado en conseguir la gratiicación de la pulsión. Para los teóricos del apego el interés en los objetos es algo vital, el niño muestra preferencia por particulares tipos de configuraciones visuales y auditivas y disfruta de su capacidad para lograr que ocurran cosas en el mundo -físico y vincular- a través del “uso” variado de objetos. En consecuencia, el desarrollo temprano está basado en las relaciones, en las interacciones con el cuidador primario -con el “ambiente facilitador” diría Winnicott (1971)- que eventualmente conducirán a la interiorización de la relación, dando lugar a la conformación de los llamados “modelos operantes”, entendidos como un sistema interno de
expectativas sobre sí mismo y los otros que les permiten a los niños anticipar y dilucidar la conducta de sus figuras de apego (Bowlby, 1979). Bowlby estudió medicina y se dedicó a la psiquiatría. Comienza su formación psicoanalítica en Londres alrededor de los años 30 con Melanie Klein como su supervisora. Entre 1941 y 1945, en la Asociación Psicoanalítica Británica, se desarrollaron grandes polémicas referentes a cuestiones de teoría y técnica.
Como resultado de estas discusiones se dividió la asociación en tres grupos: freudianos, kleinianos e independientes. Esta división aún existe y cada grupo tiene su propia estructura orgánica dentro de la institución. En el grupo de los llamados independientes se ubican analistas como Bowlby, Balint, Fairbairn, Winnicott, Bion, Bollas, entre otros, siendo una de sus características distintivas la búsqueda del origen de la psicopatología en sucesos reales (Fonagy, 2001).

En ese contexto, Bowlby postula una nueva forma de pensar los sistemas de motivación que impulsan la conducta humana, una de cuyas ideas centrales será que la necesidad que motiva la formación y mantenimiento de las relaciones de apego es primaria y diferenciada de la necesidad que motiva la conducta sexual o de alimentación. Para ello toma aportes de diversos campos disciplinarios de su época: la biología, la teoría de la evolución, la etología -con los descubrimientos de Lorenz sobre el fenómeno de imprinting-, la cibernética, y la teoría de los sistemas de información. Así, entiende la organización psíquica en términos de un sistema cibernético o de control homeostático, que lleva adelante un procesamiento inconsciente de información. De esta forma, en lugar de centrarse en un modelo energético que busca la descarga, plantea como conceptos centrales los derivados del sistema conductual de interacción social y su control o regulación a partir de intercambios de información y la consecuente retroalimentación negativa, que piensa como una forma conductual de homeostasis.
Bowlby cuestionó las teorizaciones psicoanalíticas sobre la “relación de objeto”. En principio decidió abandonar el uso de la palabra “objeto” debido a que consideraba que era un término inexacto que se prestaba a interpretaciones diferentes, ya que la palabra objeto se vincula tanto a una concepción innata sobre el otro (que en opinión de algunos autores precede a la experiencia interpersonal), como a representaciones mentales de otra persona (que se originan en la vida real). Además, el objeto puede ser considerado como un objeto total o parcial. Por ello, en lugar de referirse al cuidador primario como un objeto exterior, prefirió el término de “figura de apego”. En vez de considerar la representación interna del otro como un objeto interno, utilizó el término de “modelo operativo interno” de las figuras de apego (Marrone, 2001).
El nuevo modelo fue más adecuado para que Bowlby pensara su trabajo con familias y niños que desempeñó como psiquiatra, y le permitió observar el impacto de los problemas parentales sobre los hijos; llegó a la conclusión que lo más importante, a nivel etiológico, era la interacción entre el individuo y su entorno. De esta forma propició un retorno, con variantes, a la primera teoría de la neurosis de Freud (la teoría traumática), que tanta importancia le otorgaba a las experiencias en la génesis de los síntomas. Es válido recordar que si bien Freud abandonó su hipótesis sobre la seducción originaria a favor de su segundo modelo en donde enfatizó la teoría del desarrollo psicosexual endógeno y el papel jugado por la fantasía, el mismo Freud nunca suprimió completamente su teoría de la seducción. Por ejemplo en la 23ª Conferencia de Introducción al Psicoanálisis afirma: “Particular interés presenta la fantasía de la seducción, aunque sólo sea porque a menudo no es una fantasía sino un hecho real” (Freud, 1917).
Según Bowlby el apego se transforma en cuatro etapas: fase de preapego (0-6 semanas), fase de formación del apego (6 semanas-8/6 meses), fase de apego propiamente dicha (6/8 meses-18/ 24 meses) y formación de relaciones recíprocas (18-24 meses en adelante). Durante los primeros meses de vida el niño muestra muchas de las respuestas que constituyen lo que más tarde será la conducta de apego, pero la pauta organizada se desarrolla durante la segunda mitad del primer año de vida. A partir de los nueve meses la gran mayoría de los bebés responden con protestas y llantos cuando se los deja con una persona desconocida, y también con el enojo y el rechazo más o menos prolongado de dicha persona. Estas observaciones demuestran que el niño tempranamente conforma un patrón o “modelo operativo interno” (MOI, Modelos Operativos Internos o IWM, Internal Working Models) de la madre que se vuelve accesible para él con el fin de establecer comparaciones durante su ausencia y de reconocerla cuando regresa. Como complemento a su modelo de madre, desarrolla un “modelo operante” de sí mismo en interacción con ella; y lo mismo hace con su padre. Estos patrones o matrices (MOI) signan los orígenes de las estructuras intrapsíquicas (Dio Bleichmar, 2005) en base a la organización paralela de un sistema conductual cuya finalidad es mantener la proximidad del cuidador; la interacción deviene un sistema de control homeostático que favorece la regulación de los afectos frente a situaciones ansiógenas.
Progresivamente el niño pasará de orientarse únicamente hacia sus cuidadores en búsqueda de protección, lo que da lugar a estructurar relaciones asimétricas, para orientarse hacia la relación con sus pares, que dará lugar a la estructuración de relaciones recíprocas, ya que la exploración del entorno, incluyendo el juego y las diversas actividades con los compañeros es considerada un componente básico de la conducta de apego (Bowlby, 2009).
Es decir que el apego, en tanto lazo de dependencia, permite establecer una “base segura” que habilita la exploración y el dominio del entorno. Si el cuidador es una figura cercana a la que el niño puede volver en caso de riesgo, proporcionará experiencias de apego seguras; si por el contrario, la figura de apego no está adecuadamente disponible y no es receptiva a las necesidades del niño, éste experimentará inseguridad, miedo y ansiedad. A su vez, las expectativas de disponibilidad y accesibilidad se incorporan a los distintos modelos operativos de funcionamiento del apego, que como se ha dicho, reflejan experiencias tempranas y son transferidos a relaciones futuras actuando como “guiones” que orientan percepciones y conductas (Feeley y Nooler, 2002).
Cabe señalar, que la noción de “modelos operativos” es compleja. Se piensa que estos se componen además de “memorias” -de carácter procedimental o “en acción”, episódica y semántica- biográfica de las experiencias de apego, de creencias, actitudes y expectativas. (Dio Bleichmar, 2005; Casullo, 2005).
El apego constituye un sistema conductual y operativo de carácter adaptativo. De allí que un punto clave en la teorización de Bowlby lo constituya el estudio de la capacidad del yo para crear defensas que organicen la constitución caracterológica y sintomática. Por ello, durante toda su obra, Bowlby se preocupó por describir con detalle los mecanismos de distorsión perceptual y cognitiva necesarios para el funcionamiento de los Modelos Operativos Internos, en donde la meta es protegerse de percepciones, sentimientos y pensamientos que de otro modo causarían ansiedad intolerable y sufrimiento psicológico (Bowlby, 1980). El estudio de los mecanismos de defensa contra la ansiedad de separación mostró que estos mecanismos no son generados internamente, sino que surgen como respuesta a sucesos interpersonales (Marrone, 2001). De este modo, se piensa que las defensas psíquicas son estrategias interpersonales para lidiar con ambientes por debajo de lo óptimo. Su meta no es tanto preservar la integridad del individuo cuando éste es confrontado con los conflictos de sus pulsiones internas, sino más bien tratar de mantener el apego enfrentado a fuerzas que amenazan con destruir el vínculo (Holmes, 2001).
El sistema de conducta del apego se va constituyendo y transformando a lo largo de toda la vida en la siguiente secuencia, según Bowlby, J.: a) En la fase de preapego la conducta del niño se manifiesta a través de la presencia de reflejos innatos que tienen un gran valor para la supervivencia. Haag destaca que uno de los primeros trabajos psíquicos del niño gira en derredor no de la simbolización de la presencia-ausencia materna sino de la detección de similitudes y diferencias entre experiencias previas y las actuales. (Haag, 1985). b) Luego, en la fase de formación del apego el niño orienta su conducta y responde a su madre de una manera más clara en relación a cómo lo había hecho hasta entonces. Bowlby sostiene que no es la privación de la madre lo que provoca enojo en este momento, sino la pérdida de contacto humano. El sistema de apego posibilitará la representación e inscripción psíquica de las variaciones de las respuestas de la figura de apego; esto se corresponde con una cierta forma de representación de las manifestaciones del objeto “presente” (Golse,1993). c) Posteriormente, en la fase de apego propiamente dicha el vínculo afectivo hacia la madre es tan claro y evidente que el niño suele mostrar gran ansiedad y enojo cuando se separan. Por ejemplo, a partir de los nueve meses el bebé responde con protestas y llantos si se lo deja con una persona desconocida. Se piensa que estos cambios son producto de una transformación psíquica: como ya se mencionó, el bebé va inscribiendo en su psiquis las respuestas “tipo” maternales en términos de apego, y en cada encuentro interactivo con ella mide el desvío entre la respuesta materna presente y las representaciones “tipo” que se ha forjado de ella. Ahora bien, estas respuestas irán conformando un patrón o “modelo operativo interno” (MOI o IWM: Internal Working Models) de la madre que el niño toma como parámetro con el fin de establecer comparaciones. En esta fase dichas comparaciones ya no se llevan adelante sólo en presencia de la figura auxiliar, sino también durante su ausencia. De esta forma se inauguran los procesos de simbolización en ausencia de la figura auxiliar. Es importante señalar que como complemento a su representación “tipo” o MOI de madre, el bebé desarrolla una representación “tipo” o MOI de sí mismo en interacción con ella; y lo mismo hace con su padre. d) Finalmente, tiene lugar la fase de formación de relaciones recíprocas que se inicia hacia los dos años de vida. Los procesos de simbolización en “ausencia” del objeto se ven fortalecidos permitiendo al niño predecir el retorno materno luego de su partida. Durante el segundo año de vida y la mayor parte del tercero, con la ampliación del campo lingüístico y perceptual, y el aumento de la capacidad para comprender los hechos del mundo que le rodea, se producen cambios en las circunstancias que disparan las conductas de apego propiamente dichas. En el curso normal de los acontecimientos, la conducta de apego dirigida hacia la madre va debilitándose gradualmente a partir de los cuatro años. Para Fonagy (1999) la actividad lúdica incrementa los llamados “procesos de mentalización”, la capacidad humana de suponer que el accionar humano está condicionado por procesos internos tales como el pensamiento o las intenciones. Esta capacidad permite comprender y reflexionar respecto del estado mental de sí mismo y del prójimo, que Fonagy llamará “capacidad de mentalizar” o “función reflexiva”. Al desplegar el hacer como si en el espacio de juego, el niño es progresivamente capaz de experimentar los sentimientos e ideas como totalmente representacionales. Durante la latencia de un niño normal, la conducta de apego sigue siendo una parte muy importante de su vida. En la adolescencia, el vínculo de apego que une al hijo con sus padres cambia nuevamente: se produce cierto distanciamiento de las figuras parentales que son usadas para oponerse y diferenciarse en la búsqueda de autonomía. En la vida adulta, el vínculo con los padres retorna a cierto equilibrio, afectando la conducta de diferentes maneras.
Actualmente existen discusiones teóricas referidas a cuál es el instrumento más adecuado para la evaluación de los estilos o vínculos de apego. (Fraley y Spieker, 2003) Por un lado, se debate si los patrones de apego en adultos deben ser considerados categorías o dimensiones, en tanto que, a su vez, se plantea cuál es la mejor manera de conceptualizar las dimensiones subyacentes a los tipos de apego; no queda claro hasta el momento si se deben contemplar variables cognitivas o bien conductuales.
Tanto el estudio de Ainsworth como el de Main se ubican en una primera línea de investigación que relaciona los estilos de apego con categorías. Su objetivo consiste en evaluar por la vía de entrevistas semiestructuradas (EAA), u observaciones en el caso de niños (SE), los diversos modelos internos del apego. La segunda línea de investigación en apego adulto fue iniciada a mediados de la década de 1980 por psicólogos sociales, quienes estudiaron el apego en el marco de las relaciones amorosas. La propuesta de los modelos dimensionales es la búsqueda de componentes comunes que engloben las categorías tradicionales y las dimensiones cuantitativamente. La mayoría de los que utilizan estos modelos (Hazan & Shaver, 1987; Bartholomew, 1990; Casullo, 2005; Fraley, R., 2009, entre otros), a su vez utilizan autorreportes y cuestionarios intentando dar cuenta de un comportamiento de apego en relaciones interpersonales pasadas o actuales.

Juego
A partir del concepto de juego que propone la teoría psicoanalítica se procuran establecer relaciones con las etapas de la conformación del apego en la infancia propuesta por Bowlby, quien trabaja los conceptos de juego y apego planteando que en momentos de ansiedad el niño no juega, sino que busca a las figuras protectoras; en momentos de confianza y seguridad se hace posible la exploración y el juego gracias a la consolidación de los modelos operantes internos del otro y del sí mismo. Freud, S. en Más allá del principio del placer (1920), describe el primer juego autocreado de su nieto de año y medio conocido por las palabras que pronunciaba el niño al arrojar y traer hacia sí un carretel: “fort-da” (“se va-viene”). Agrega que el juego le permitió al niño llevar adelante la primera renuncia pulsional que la cultura le impuso: aceptar la partida de la madre sin protestas. Protegido por el juego, se le hace posible aceptar la soledad sin que esto suponga sentirse desvalido. De esta forma el juego es pensado como un espacio de trabajo psíquico que permite elaborar, simbolizándolas, situaciones traumáticas. Este proceso de re-presentación de un objeto ausente (la madre), así como el cambio de lugar que el “como si” del juego ofrece al niño, trueca la pasividad de la vivencia por la actividad, por el placer de sentirse agente (no es ella que se va, es él que la hace ir cada vez que arroja el carretel). Winnicott (1971) valora formas tempranas de representación o simbolización, que sólo son posibles gracias a la presencia adecuada del objeto (“creatividad primaria” o “proceso de ilusión”).
A su vez, echa luz sobre la función de la agresividad que da lugar a nuevos procesos de simbolización que habilitan a tolerar el proceso de desilusión y a diferenciar el mundo interno del externo; todo esto con la condición de que el objeto “sobreviva” a la avidez espontánea del sujeto, es decir, no se deje destruir y se mantenga presente sin cambiar su cualidad. Se origina entonces un nuevo espacio para mantener tanto separados como unidos esos mundos: la zona intermedia de experiencia. Golse entiende por simbolización a “toda forma de re-presentación (corporal o psíquica) con función de comunicación o no comunicación”. El autor propone llamar “simbolización primaria” a la que se produce en presencia del otro que cuida y acompaña al niño, mientras que llama “simbolización secundaria” a aquella que tiene lugar en ausencia del otro auxiliar, ligada a los procesos que se despliegan en el juego “a solas” o en los procesos reflexivos. Estos dos tipos de simbolización son necesarios y pueden no excluirse: tanto la ausencia como la presencia se revelan como fundamentalmente indisociables, no hay ausencia sin previa presencia y no puede haber presencia sin posibilidad de ausencia.

Intervención
Se implementaron dos dispositivos de investigación e intervención en la comunidad, uno de ellos consistió en la generación de espacios para realizar juegotecas comunitarias y escolares; el otro consistió en la coordinación de talleres dirigidos a padres y docentes.
Las Juegotecas para niños se realizaron con una frecuencia mensual en una Fundación durante los años 2012 y 2014, la misma se encuentra ubicada en la zona de Villa Soldati, donde funciona un jardín de infantes y un comedor comunitario, en un Centro de Salud Comunitaria ( CeSAC) ubicado en la zona del Bajo Flores y en una Juegoteca de la zona de Almagro, CABA. En las actividades de la Fundación mencionada participaron grupos de 15 niños (en algunas ocasiones con sus padres) y 4 estudiantes de Psicología. Descripción de la actividad: se coordinaron y planiicaron actividades lúdicas con los niños del Jardín de Infantes. Se realizaron actividades de Juego Literario, Juego Libre y de Expresión Corporal. Se entregaba a las docentes y coordinadora docente la fundamentación teórica de las actividades que se realizaba con los niños y los sustentos conceptuales del trabajo. Las docentes expresaron en reiteradas ocasiones una gran valoración de las intervenciones. En el Centro de Salud y Acción Comunitaria N° 19 (Flores) se trabajó con una frecuencia quincenal durante los años 2013 y 2014 y participaron en las actividades 30 niños, 6 profesionales (psicólogos, médicos y terapistas ocupacionales), 4 estudiantes de Psicología. El CeSAC se ubica en inmediaciones de las villas 13, 13 bis y 11-14 de CABA. Allí funcionan dos juegotecas: una para niños de 0 a 5 años y otra para niños de 6 a 12 años. Los profesionales del equipo interdisciplinario mencionado que trabajan en el CeSAC coordinaban las juegotecas y entrevistaban a los padres. Las estudiantes del equipo de Investigación tuvieron la posibilidad de observar y participar realizando notas de campo e incluyéndose en las actividades de las juegotecas. Se pudo observar el desarrollo del apego. Se evidenció que si este se había consolidado el niño lograba jugar con pares y adultos, de modo que la figura de apego podía seguir activa pero no de forma primordial. Se presenta una viñeta que da cuenta de las experiencias en relación al apego, al juego y a procesos de simbolización. R. (12) es un niño que vive en un barrio vulnerable con su madre y abuela, quienes no fueron alfabetizadas. El niño, que no sabe leer ni escribir, concurre a una Escuela de Recuperación donde le redujeron el horario de clases por motivos de “mal comportamiento”, según refieren los docentes de la escuela. Mientras los niños jugaban, R. salía y corría hacia la calle, irrumpía en el comedor cuando los profesionales del centro almorzaban y solía reaccionar con fuertes explosiones de rabia, intentaba generar disturbios en el grupo, burlándose y quitándoles objetos bruscamente a otros niños y ante esto, los adultos a cargo intervenían para dar continuidad a la tarea grupal. Por su parte, R. indiferente a las coordinadoras, persistía en su conducta y sin lograr armar alguna escena de juego. Se decidió entonces que en cada oportunidad un profesional se abocaría, de manera casi exclusiva, a R. y se mantuvieron encuentros con la madre del niño, orientados a instalar límites por parte del adulto. Poco a poco, R. dejó de deambular, comenzó a jugar en un juego uno a uno, y luego se integró paulatinamente a los juegos grupales. Se observó a R. jugando a ser “director supremo” de una escuela, alternaba su rol: de director a profesor, de profesor a constructor, de constructor a ladrón. El niño hablaba todo el tiempo, no dejaba jugar a una compañera, pero luego de la intervención de una estudiante, la niña se pudo incorporar al juego y tomar el papel de la directora.
Se cambiaron los roles, y R. le hablaba con expresiones que reconocían su jerarquía en lo lúdico, “Si señora, no señora, lo que usted mande señora, enseguida se lo termino”. Posteriormente, el niño jugó a destruir el colegio para construir uno nuevo
. Se destacó la evolución positiva en relación al juego. De la indiferencia y conducta perturbadora, R. logró armar un juego con pares y con un adulto que lo sostenía, respetaba, acompañaba y empatizaba con él, en la juegoteca, que funcionó como un verdadero espacio potencial. A diferencia de la institución escolar, la juegoteca lo acogió y facilitó procesos de adaptación, proponiendo una modalidad relacional dónde el niño fue alojado, mirado y cuidado. Durante el año 2014, en el espacio de la “Juegoteca Almagro” (GCABA) se realizaron tres encuentros con los coordinadores y dos observaciones. Participaron dos Licenciadas en Psicología, una trabajadora social y un animador lúdico de la institución: tres integrantes del equipo de investigación, una Terapista Ocupacional y dos estudiantes. Los temas tratados refirieron a las dificultades en el trabajo con la integración de niños que padecen Síndrome de Down. Se acordó realizar observaciones a los fines de orientar en torno a la problemática mencionada. Se observó que era contemplada, respetada y acompañada la elección de la actividad que cada niño hacía espontáneamente. Se registró un clima de libertad y confort, se asesoró en este sentido y se puso en evidencia la función placentera del juego como así también la adaptación del adulto a las necesidades singulares de cada infante. Se planteó la problemática de la identidad sexual en la niñez, prejuicios y nuevos paradigmas, se orientó sobre la necesidad de poner el foco en algunos niños que si bien se mostraban tranquilos y no perturbaban el funcionamiento del espacio, se los observó muy inhibidos y con déficit en el juego. Asimismo se sugirió fomentar el ingreso de los padres al espacio de la Juegoteca.

Talleres dirigidos a docentes
Los Talleres dirigidos a docentes se realizaron en un jardín de infantes con una frecuencia mensual. Participaron siete docentes, tres Licenciadas en Psicología y dos estudiantes. Los temas abordados se vincularon con la necesidad de fomentar encuentros con las familias de los niños. Se destacó la importancia de contar con el aporte especializado para reflexionar sobre las problemáticas.
¿Cómo comprender o cómo deslindar situaciones entre lo familiar y lo escolar? Se pudo observar durante el trabajo en las salas, que las docentes propiciaban un tipo de acercamiento afectivo de características dependientes con los niños, por lo cual se analizó y concluyó que en ese espacio de nivel inicial, era necesario trabajar en la modalidad de implicación: el cambio de un modo de vinculación de mucha proximidad física a otras formas de relación que estimulen los procesos de autonomía en los niños. El objetivo de los talleres era propiciar una mayor capacidad de relexión acerca de los aspectos del desarrollo y favorecer así que en el vínculo intersubjetivo el niño interprete de manera favorable las actitudes del adulto así como este último interpretaría adecuadamente la conducta infantil.
Las docentes, al escuchar las temáticas de violencia familiar referida por los padres, se enfrentaban a formas intensas de malestar. La instalación de un espacio de interlocución entre pares junto al equipo de la Facultad, posibilitó reflexionar en torno a las potencialidades y límites dentro del espacio escolar y la función docente. Los relatos denotaban aspectos de competencia entre ellas, medido de acuerdo a la confianza que cada padre depositaba en una u otra. Asimismo, a esta situación se sumaba lo dramático de los relatos docentes por la complejidad de los temas que abordaban respecto a los conflictos familiares, como por la implicación en esos temas. Se propuso la apertura de espacios, en los cuales se propició el diálogo entre las docentes. Se generaron así, nuevos significados y con ello se logró bajar la competencia entre ellas. Este trabajo favoreció la tarea docente que se revelaba como esencialmente compleja. Todo ello contribuyó a mejorar el desempeño de las maestras en esa institución educativa de nivel inicial.

Talleres de Reflexión con padres
El material utilizado para analizar las actitudes de los adultos significativos frente al juego infantil fue recolectado en los talleres con padres. Una de las propuestas fue elaborar narraciones biográficas que permitan obtener información sobre sus experiencias infantiles y sus vínculos para dar lugar a biografías lúdicas. De esta forma se esperó que los padres al narrar sus historias puedan reflexionar sobre los vínculos con sus propios hijos, sobre
sus modelos identificatorios primarios, los que se considera que se han constituido como el sostén de las funciones parentales. Se realizaron preguntas abiertas en las instituciones escolares vinculadas a juego y a ciertos aspectos de la relación con sus hijos. En este sentido, los padres y madres dieron respuestas donde explicitaban dificultades en cuanto al desempeño de sus funciones.
Durante los años 2012 y 2013 se realizaron talleres con padres en el Jardín de Infantes de la Fundación, con ocho padres de niños de 1 y 2 años, con una frecuencia mensual. Estuvieron a cargo de dos Licenciadas en Psicología, una Terapista Ocupacional y dos estudiantes. También estuvo presente la Coordinadora Regional del área de nivel inicial. Los temas tratados refirieron a la historia infantil de los padres reactualizada en las dificultades que se manifiestan en el vínculo parento filial: pérdidas famliares, duelos no elaborados en la infancia y sus efectos en la actualidad, la transmisión de historias traumáticas, abandonos en la infancia, crianzas delegadas, efectos del trabajo infantil (no asistencia a la escuela, con el concomitante efecto compensatorio en sus hijos, a quienes exigen estudiar lo que ellos no pudieron). Se propició reflexionar sobre estos recuerdos, se trató de reubicar las diferencias referidas a la asimetría adulto/niño: adultos que cuidan y niños que necesitan ser cuidados. En este marco, los padres rememoraron los mandatos familiares como guía en la crianza de sus hijos y surgieron algunos interrogantes: ¿qué, cómo y cuándo transmitir? ¿Qué palabras utilizar?
Se enfatizó acerca de la necesidad del niño de ser escuchado, de responder a sus preguntas e inquietudes y de los efectos negativos de poner “rótulos”. Se plantearon cuestiones relativas a descuidos, accidentes de los hijos y cómo son vividas por los padres. Se trabajó acerca del tiempo libre: compartir canciones, lectura de libros y su efecto positivo al diferenciar realidad y fantasía. Se abordó la temática de hablar idiomas diferentes- dado que se trata de población migrante- en el hogar y en la escuela.
En el trascurso de los encuentros se propuso establecer relaciones basadas en la confianza y la cooperación entre los asistentes al taller y los coordinadores.
En otro encuentro asistieron siete padres de niños de 3 años, dos Licenciadas en Psicología, una Terapista Ocupacional, un estudiante, docentes y la coordinadora de la institución. Los padres comentaron situaciones pasadas de conflicto y de violencia familiar, y cómo, a partir del ejercicio de la parentalidad, lograron encontrar nuevos sentidos vitales. Se planteó además el temor a la exclusión y marginación de sus hijos de la escolaridad primaria y la preocupación frente a embarazos y posibles adicciones en los hijos adolescentes, que muchas veces repiten historias de los padres. Desde la Terapia Ocupacional uno de los objetivos en el trabajo comunitario fue intervenir de modo personalizado sobre los casos que precisaban sostén individual y presentaban dificultades en las ocupaciones cotidianas. Se trabajó también en la facilitación del juego, en la relevancia de la participación de la familia dentro del espacio escolar, a los fines de estimular el involucramiento en el proceso educativo, como así también, en las funciones parentales.
Se realizaron talleres dirigidos a padres en un colegio de la ciudad de Salta capital, al cual asistieron veinte padres, directivos y docentes del colegio y una Licenciada en Psicología. Los padres refirieron recuerdos infantiles respecto de a qué jugaban, con quién, y acerca de la reactualización de estas vivencias pasadas en la crianza de sus hijos. Enfatizaron Ia importancia de la presencia parental en sus infancias, y cotejaron los vínculos pretéritos y actuales. Abordaron problemáticas relativas a la puesta de límites y del tiempo dedicado a los hijos; destacaron la importancia de la mirada de los padres y sus efectos en cada hijo. Otro de los tópicos sobre los cuales se reflexionó, se vinculó con el colecho, la cohabitación y las dificultades propias de estas situaciones. Surgieron vacilaciones y dudas referidas a la crianza de sus hijos frente al uso de las nuevas tecnologías y el consenso en las decisiones parentales, para fomentarlas o limitarlas. Otra de las dificultades explicitadas, se relacionó con el ingreso de los niños a la escuela primaria, ¿cómo acompañarlos, sostenerlos y permitir su progresiva autonomía?. Como temas planteados por la dirección del colegio, se mencionó la presencia de manifestaciones de la sexualidad que se evaluaron como dificultades en la instalación de los diques psíquicos, en etapas del desarrollo en que debían estar más consolidados.

Instrumento:

Antecedentes de la escala
Según la sugerencia de Bartholomew y Shaver (1998) para ahondar más acabadamente en el concepto psicológico del apego, se vuelve necesario combinar distintos formatos de evaluación, integrando los estudios de orientación psicoanalítica con investigaciones empíricas. Fueron tres los estilos de apego que se definieron en un inicio en los estudios sobre el apego adulto (Hazan y Shaver, 1987; Main, Kaplan y Cassidy, 1985) por analogía a la clasificación tradicional del apego infantil, investigaciones posteriores ampliaron la tipología a cuatro estilos afectivos: seguro, evitativo, preocupado y ambivalente (Bartholomew, 1990; Bartholomew y Horowitz, 1991). Fraley, Waller y Brennan (2000) estos autores analizaron los inventarios más utilizados en la evaluación del apego adulto y concluyeron que, bajo las categorías evaluadas por estos instrumentos, se encuentran dos dimensiones independientes: evitación y ansiedad. Fraley, R. toma como antecedentes los trabajos de Bartholomew sobre apego en adultos.
El modelo mejorado y modiicado por Fraley (2009) fue el elegido y puesto a prueba en esta investigación, para realizar una primera adaptación y los análisis psicométricos.
Esta escala indaga acerca de la percepción de apego de los adultos con respecto a cuatro posibles figuras de apego, a saber: madre, padre, pareja y mejor amigo/a. Tiene una estructura Likert compuesta por diez itemes incluyendo un distractor, cada uno de ellos brindan siete opciones para responder (desde: Totalmente en Desacuerdo a Totalmente de Acuerdo), respecto de cada figura de apego, con 10 itemes (uno distractor) para 4 figuras, con un total de 40 ítemes. La dirección de cuatro ítemes del factor evitación son inversos y los restantes directos. Esto fue estipulado así por el autor, para evitar la aquiescencia al responder. Lo que se esperaba era relevar el MOI que el sujeto expresaba en relación con cada una de las figuras mencionadas. En primer término se utilizó el método de back translation y con la colaboración de traductores profesionales, se procedió a efectuar la traducción del inglés al castellano y posteriormente una nueva traducción al inglés.
Luego de la aplicación se llevaron a cabo los estudios psicométricos pertinentes.
La amplitud de puntajes variaban entre un mínimo de 40 y un máximo de 280 puntos. Se pudieron obtener los puntajes medios para cada factor y para madre, padre, pareja y amigo por separado. Con lo cual se pudo conocer las características del apego o modelo interno de relación, informado por el sujeto con cada una de esas figuras por separado y, por otro lado, también se pudieron calcular las correlaciones entre estos puntajes.

Procedimiento de recolección de los datos
Se planeó la posibilidad de complementar los análisis con una escala estandarizada que sirviera para evaluar el apego en adultos, sin embargo dado que el grupo de padres del jardín de infantes con el que se trabajó era pequeño y su asistencia a los talleres era irregular, no fue posible llevar a cabo el estudio psicométrico adecuado. Se decidió probar la escala para realizar dicho estudio con una muestra mucho mayor de padres y poder así validar la escala con el objetivo de aplicarla a posteriori en los grupos locales.
Es así que tuvimos la oportunidad inestimable de acceder a padres del colegio de Salta. Teniendo el apoyo y compromiso de las autoridades de la misma y la disposición de los padres, decidimos llevar adelante el estudio.
Los protocolos se enviaron a los padres del colegio en sobres cerrados quienes irmaron el consentimiento informado y aceptaron participar de manera voluntaria y anónima. Posteriormente se recibieron de la misma manera.
Las discrepancias entre la cantidad de sujetos que respondieron a las distintas escalas se debieron a que, en algunos casos, hubo respuestas faltantes en las encuestas recibidas por el equipo de investigación.
Se explicita a los evaluados, que si alguna de las figuras ha fallecido, responda pensando en función del recuerdo o bien de la figura que haya tomado ese lugar, y en el caso de no tener pareja, se le pide que responda en función de alguien con quien le hubiera gustado tener este tipo de relación.

Muestra
La muestra incidental de Salta estuvo compuesta por 185 padres de niños de una escuela primaria privada, 146 mujeres (78,9%), 34 hombres (18,4%) y los 5 restantes (2,7%) no especificaron el sexo. Sus edades estaban comprendidas entre 28 y 57 años y la Media era de 38,15 años (DS= 0,653). El nivel socio-educativo era medio alto, el 71,9% había completado estudios superiores, el 18,4% secundarios y el 1,1% primarios (el 8,6% no respondió).
Informaron acerca de sus hijos, de los cuales, un 52,4% eran varones y el 47,0 % mujeres, cuyas edades oscilaban entre 4 y 13 años, con una media de 9,35 y DS= 2,11.

Resultados
Lo primero que se realizó fue el Análisis Discriminativo de los itemes, esto es un contraste de medias entre los grupos de respuestas inferior (C1) y superior (C3) de la escala, y todos los contrastes dieron diferencias estadísticamente significativas con p<.001.
El grupo obtuvo un puntaje para el total de la escala del 83,962 y un DS=2,960.
Para estudiar la estructura interna del instrumento se llevó a cabo el Análisis Factorial Exploratorio. Luego de comprobar, mediante la prueba de Kaiser, Meyer, Olkin, que la matriz de correlaciones contenía ítemes aceptablemente correlacionados de. 756, indicando que la matriz era apta para ser factorizada, se aplicó la rotación Varimax.
Se obtuvieron dos factores latentes (ortogonales) claramente diferenciados que explicaban el 42,21% de la varianza. También se calculó la consistencia interna de la escala, mediante el procedimiento del Alfa de Cronbach con un valor α=. 901 para la escala completa y se obtuvo el Alfa de Cronbach para cada factor Ansiedad y Evitación con valores α=. 86 y α= 74 respectivamente. Se observó sin embargo complejidad factorial con lo cual “carga” en los dos factores, esto podría atribuirse a la redacción o interpretación del ítem por parte de los sujetos (ítem 4: “Me resulta cómodo (o fácil) depender de esta persona”). Se propone volver a redactar nuevamente el ítem y aplicarlo a nuevas muestras para intentar mejorar el funcionamiento del mismo. Sin embargo se debe señalar que los valores de la confiabilidad no resultaron altamente comprometidos, y por tratarse de una primera aplicación, no se descartó el ítem.
También se estudiaron las correlaciones y se observó una concordancia con estudios anteriores (Steele, M., Steele, H. & Fonagy, P., 1996).
Las correlaciones más fuertes se presentaron entre el tipo de apego de la madre y la pareja, siendo menos fuertes entre el padre y la pareja. Esto permitiría hipotetizar que la madre es la que imprime con mayor fuerza el estilo de apego en los hijos, siendo menor la fuerza en el caso del padre.
La población estudiada mayoritariamente refiere un tipo de apego seguro (69%) y al responder a las preguntas en relación con el juego, manifestó realizar juegos simbólicos preferentemente con sus hijos. Este tipo de juego remite tanto a facilitar posibilidades creativas como a crear un marco de condiciones de sostén y estimulación de lo lúdico por parte de los padres. Desde esta perspectiva se promoverá una base segura en un ambiente facilitador. Se pudo evidenciar en las respuestas de los padres que obtuvieron puntajes correspondientes al apego inseguro (31%), carencias en la función parental, diicultades en el intercambio lúdico y tiempo muy acotado dedicado al juego compartido o ausencia de juego.

Conclusiones
Con el fin de analizar las actitudes de los adultos significativos frente al juego infantil, el trabajo llevado a cabo se centró en la observación y estudio de los docentes de nivel inicial, quienes dieron cuenta de la transformación que ocurre después de los tres años, cuando la mayoría de los niños adquiere un grado mucho mayor de confianza hacia figuras subsidiarias de apego en ambientes extraños. Se trabajó sobre dicha temática, afianzando la sensación de seguridad que debían proveer las figuras subsidiarias con las que el niño estaba familiarizado, se propició que hayan sido conocidas -preferentemente- en compañía de la madre, priorizando la atención en el niño, quien debía gozar de buena salud y no sentirse alarmado.
Se resaltó la importancia de ofrecer un ambiente confiable, que permita al niño estar calmo, en ausencia de la madre y confiar en que pueda restablecer el contacto con ella en un plazo breve.
Abordar la temática de la presente investigación supuso establecer relaciones entre apego seguro y promoción de la salud. El propósito de los talleres dirigidos a padres y a docentes fue instalar un espacio a modo de zona intermedia de experiencia, permitiendo la reflexión sobre las funciones parentales, las experiencias lúdicas y los vínculos intersubjetivos. De esta forma, padres y docentes pudieron pensar sobre la crianza y la educación, junto a los profesionales y construir así una red grupal en beneficio de los niños. Este punto en sí mismo fundamentó la articulación de las juegotecas conjuntamente con los talleres destinados a padres y docentes.
Fue el propósito de la juegoteca y el equipo de investigación, colaborar con la elaboración de escenas traumáticas, y de este modo utilizar el juego como vía regia para facilitar el camino hacia la simbolización. Asimismo, se propiciaron experiencias vinculares que promovieron en el niño una imagen positiva de sí mismo y de los otros, contribuyendo a la conformación de un apego seguro.
Guiados por el propósito de dar al juego un lugar central en la crianza de los niños y a su vez generar recursos para la construcción de herramientas y un espacio de oportunidad para promover el tipo de apego seguro el equipo universitario brindó: orientación a padres, asistencia técnica y consultoría a las instituciones escolares y comunitaria. Se realizó un convenio entre la Facultad de Psicología y la Fundación mencionada, durante el transcurso de la investigación.

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Fecha de recepción: 18/05/15
Fecha de aceptación: 06/09/15

 

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