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Avá

versión On-line ISSN 1851-1694

Avá  n.10 Posadas mar. 2007

 

RESEÑAS

Martín y Ramona
Instituto Superior San José. Corrientes

Martín y Ramona es un bellísimo libro de lectura destinado a los niños correntinos "para que lo disfruten" (como dicen los autores en la dedicatoria). Está compuesto por 112 páginas distribuidas en 19 capítulos o lecturas más dos apartados: uno, para hacer aclaraciones sobre las expresiones en guaraní y el otro, de bibliografía. Las páginas tienen un formato de 27 x 20 cm, en grueso papel ilustración mate de 170 gr., con dibujos a cuatro colores.

Resultado del trabajo que desde el año 2001 viene realizando en la provincia de Corrientes un equipo de investigación del Instituto Superior San José, encabezado por Carolina Gandulfo y Fabián Yausaz, este libro logra ser al mismo tiempo un texto para chicos y un trabajo académico. Los ojos y oídos atentos de los investigadores encontraron el guaraní escondido en las vidas de los chicos del departamento San Luis del Palmar y de los barrios Itatí y Bajo Pujol de la ciudad de Corrientes.

Como libro de lectura Martín y Ramona cuenta, en dibujos y palabras, la vida real de dos chicos correntinos. Una vida real que incluye su forma de hablar, la creciente del Paraná, la peregrinación a Itatí, y también cuenta cómo ser niño en estas regiones implica desde muy chico participar en el trabajo cotidiano de la casa para contribuir al mantenimiento de la familia: Ramona lava la ropa, cambia los pañales de su hermanito Felipe, cocina para que sus padres puedan trabajar en la chacra; Martín protesta porque no lo dejan intervenir más activamente en la fabricación de ladrillos. Los magníficos dibujos de Beatriz Fernández Salazar muestran con un realismo atento y afectuoso gestos y posturas maravillosas de los chicos: la rodilla sobre la silla, el torso apoyado sobre la mesa, los brazos en la cintura, la cara de concentración de los chicos durante el acto escolar. El diseño de Paula Agnoletti acompaña la historia de los chicos con estallidos de colores, páginas de intenso negro, violeta o verde que enmarcan una cuidadosa y respetuosa imagen del entorno de los chicos.

Pero Martín y Ramona es también una propuesta de recuperación y mantenimiento de las lenguas (en este caso del guaraní), de respeto al multilingüismo propio de esta latitud de la Argentina que, como un corredor, va de este a oeste desde el guaraní, pasando por el mocoví, el pilagá, el chorote, el toba, el wichí y todas las lenguas de inmigración imaginables hasta llegar al quichua de Santiago del Estero. En el capítulo "Aporteñada" (p. 47) aparece el dolor lingüístico de hablar distinto, de hablar poco o de ocultar la lengua de la casa. Una de las niñas de la clase, Juana, volvió de Buenos Aires hablando "aporteñado" y llora desconsoladamente en un rincón porque los chicos se burlan de ella. La maestra interviene, habla, deja hablar y escucha. Entre todos hacen una encuesta de lenguas, niveles y formas de uso: sí, no, un poco, como paraguaya. La diversidad está dentro del aula y la escuela se hace cargo de ella. No es solamente una cuestión de "respeto a la multiculturalidad" o de saber que existen "los otros" sino un hecho cierto, presente en cada aula, constitutivo de la identidad de los chicos que se comunican pasando de una lengua a otra, introduciendo palabras de una y otra lengua en su discurso cotidiano, transformando las palabras de una de las lenguas para que "entre" en la otra. Parece fundamental considerar esta perspectiva en contraste con la ley de educación aprobada hace unos días que contempla la diversidad casi exclusivamente desde una actitud de respeto -lo que por supuesto no está mal- pero preocupa la enorme dificultad que tiene para concebirla en sus aspectos lingüísticos dentro del aula.

Este libro adopta una postura muy audaz en lo lingüístico, ya que los chicos hablan, como en la vida real de las comunidades bilingües, en un continuum en el que el español y el guaraní se entrelazan. Las instituciones educativas son hostiles al cambio de código, al que en general se llama "mezclar", "confundir", "hablar mal". La escuela se concentra en separar las lenguas y, frecuentemente, propone sustituir la materna por la oficial. La propuesta de este libro es, además del reconocimiento del guaraní, un clima de trabajo en el aula que les permita a los chicos expresarse naturalmente y enriquecerse lingüísticamente en el aprendizaje de una segunda lengua en lugar de empobrecerse en la pérdida de la lengua materna.

Dijimos más arriba que este libro logra ser al mismo tiempo un libro para chicos y un trabajo académico. Resuelve además el conflicto del investigador en el campo: hace que lo recolectado entre quienes abren sus casas y saberes vuelva rápidamente transformado, en este caso, a través de sus hijos.

Durante la presentación del libro en Corrientes, el 31 de agosto pasado, se proyectaron fotos de los chicos de las escuelas mirando (y mirándose en) los libros, concentrados en la lectura, levantando la vista para hacer un comentario sobre lo que veían. Hablaron en esa reunión dos maestras y dos directoras de escuela en cuyas instituciones se hizo el trabajo de investigación. Todos esos testimonios dieron cuenta del grado de compromiso asumido por ellas en la investigación propuesta por este equipo, del cual ellas también son parte, de la reflexión que fue transformando su práctica docente y del deseo de una continuidad del trabajo.

Martín y Ramona será un apoyo ideal para los docentes que se desempeñan en las regiones bilingües de Corrientes, ya que propone además cuidar a los chicos que, como señalan los autores en la introducción, tienen dificultades escolares: "En mi escuela los chicos que pueden hablar en guaraní conmigo fluidamente, son los que no han repetido muchos años, los que repitieron mucho, ya están muy silenciosos." (Palabras de Marta Rodríguez en la Legislatura de Corrientes el día en que se instituyó el guaraní como lengua oficial alternativa).

Leonor Acuña*

* UBA-INAPL.

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