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Avá

versão On-line ISSN 1851-1694

Avá  n.15 Posadas dez. 2009

 

ARTÍCULOS

Sin trabajo y sin casa. Subjetividades de la exclusión social

María Andrea Benítez* y Blanca Noelia Sobol**

* Arquitecta. Mg. En Epistemología y Metodología de la Investigación. Doctorando en Antropología Social UNAM. Investigadora del Centro de Estudios Sociales de la UNNE y de la FAU UNNE. Docente  de Sociología Urbana y Metodología de las Ciencias Sociales. Centro de Estudios Sociales UNNE- Facultad de Arquitectura UNNE. Correo Electrónico: andreabenitez67@yahoo.com.ar
** Lic. en Relaciones Laborales (UNNE). Maestranda en Ciencias Sociales, Universidad Virtual de Quilmas, Docente de Sociología de las Organizaciones, FaCENA, UNNE y del Seminario de Aplicación Metodológica de la Lic. en RRLL, UNNE. Correo Electrónico: blancasobol@hotmail.com

Resumen

Este estudio aborda la problemática de la exclusión laboral y habitacional, considerando que para quienes las padecen, la exclusión del trabajo (en términos de empleo) y de condiciones dignas de habitación, implica una condición estigmatizante y deshonrosa que se desea abandonar, pero paradójicamente, visibilizar esta condición, puede constituir un paso para la superación de la misma, a través de la obtención de planes laborales o de asistencia habitacional. De esta forma se constituye una tensión que estructura los procesos de subjetivación y en consecuencia los modos de socialización de quienes atraviesan situaciones de exclusión del hábitat y el trabajo.
Este trabajo se realizó sobre la base de entrevistas en profundidad a informantes que han vivido carencias de casa y trabajo. En ellas se privilegió la narración de las vivencias y definiciones propias de los actores.

Palabras clave: Exclusión Laboral; Exclusión Habitacional; Condiciones estructurales; Procesos de Subjetivación.

Abstract:

This study is focused on non - inclusion problematic related to labor and housing contexts. It considers a main paradox: the persons who are affected by non-inclusion situations because they have not granted minimum conditions of full employment and decent habitation, feel that those situations are stigmatizing and shameful. But in order overcome this non-inclusion condition -by obtaining employment plans or housing assistance- they have to make it visible. In this scenery emerges a conflict that configures subjectivity constitution and socialization processes.
The study was based on opened interviews developed to a group of subject who have experienced a lack of home and work. The interviews emphasized subjective narrative of actors' experiences.

Key Word: Non-inclusion in labour and employment contexts; Structural Conditions; Processes of constitution of Subjectivities

Fecha de recepción: Diciembre 2008
Fecha de aprobación: Octubre 2009

Pensarse a sí mismo: la construcción de subjetividad

Nos hemos propuesto en esta ponencia caracterizar la subjetividad estructurada por el atravesamiento de la situación de carencia habitacional y de inserción laboral, a la vez que analizar la forma cómo construyen sus definiciones sobre sí mismos y sobre sus condiciones de vida aquellos agentes, que desde la perspectiva etic, son los portadores de la condición de exclusión. Este trabajo se inscribe en un proyecto sobre exclusión social en el NEA, en el marco del cual hemos construido un conjunto de definiciones que tratan de vincular estructuras con subjetividades y que ponen el acento principal en el sujeto y su praxis.1

En esta línea de relacionar estructura social, prácticas y construcción de subjetividad,  adoptamos una perspectiva relacional y estructuralista, que reconoce que existen condicionamientos objetivos o externos que modelan las prácticas de los agentes sociales, en el marco de los cuales la subjetividad resulta el proceso de dar sentido,de producción de significados, y que puede analizarse en el nivel individual o en el social (Bourdieu, 1988).

Por ello, la subjetividad debe ser entendida en términos de proceso en estructuración y no de estatus definido, como matriz de percepción y apreciación del mundo circundante, sistema cognitivo y evaluativo que se adquiere en la experiencia en mundo social, y dependen de la posición en él. Se trata así, de una construcción operada bajo condiciones estructurales en la que necesariamente los agentes sociales se encuentran en una relación de percepción y reconocimiento, identificaciones mutuas, igualaciones y diferencias de "otros". 

Esta perspectiva, tributaria en gran medida de las formulaciones de Bourdieu, permite:

  • analizar lo social, poniendo en relación tanto las posiciones de los agentes (su lugar en la estructura) como así también sus tomas de posición subjetiva, que a la vez dependen de, y ayudan a constituir esa estructura;

  • evitar captar la acción de los individuos como actos voluntarios y concientes, acabados en sí mismos y verlas como prácticas naturalizadas que se desenvuelven dentro de estructuras objetivas que las producen;

  • entender que los agentes tienen un rol activo en la reproducción y modificación de la estructura como esta a la constitución de su subjetividad. Participan de la producción y reproducción de la estructura desde su propia biografía y se subjetiva por ella;

  • reconocer el carácter sistémico del proceso en el que se subjetivan los agentes. Configurando un espacio en el que algunos ocupan las situaciones más favorables y con ello logran imponer una visión del mundo. Tanto la construcción del mundo de los agentes como sus representaciones varían según su posición (y los intereses asociados) y según su habitus. El habitus que funciona como esquema abierto de producción, percepción y apreciación de prácticas y que, a la vez, se adquiere sólo mediante la práctica. Aunque es un sistema abierto, estructura de manera tal la subjetividad de los agentes que permite afirmar que los agentes sociales poseen una subjetividad socializada, una personalidad sobre la que se puede historiar y en la que encontramos incorporada, en parte, la estructura objetiva del mundo social. Con la noción de "el sentido de las prácticas", Bourdieu apunta a reflexionar sobre las posibilidades de aprehender la lógica que ponen en marcha los agentes sociales que producen su práctica, que actúan en un tiempo y en un contexto determinado;

  • destacar que las posiciones desiguales que los agentes ocupan en el espacio social implica que los significados se generan dentro de ciertos límites espaciales y temporales y se vinculan con significados acumulados socialmente que los actores no eligen. El cuerpo expresa lo subjetivo, pero esta expresión no necesariamente es voluntaria o depende de una intensión, debiendo diferenciarse motivos manifiestos -que los agentes pueden expresar conscientemente- y latentes, y ambos pueden no coincidir. Estos significados no son compartidos por consenso sino que implican jerarquías sociales y de poder, y con ello la posibilidad de la imposición, en el sentido que la producción y la acumulación de significados implican procesos de selección de significados socialmente aceptados, en los que las jerarquías de poder de los grupos sociales están presentes. De este modo, la densidad significativa de las prácticas de los agentes no es uniforme sino variable (Foucault, 1968).

Por último y como una consideración de índole metodológica, es necesario señalar que en el abordaje de construcción de subjetividad opera una doble hermenéutica, en tanto que la comprensión del significado subjetivo de la conducta de los agentes, no tiene porqué coincidir con el significado que tiene para  el observador, porque solo es posible captar los datos externos de los agentes y a partir de ellos, postular su interioridad. Es decir, las vivencias se expresan a través de un sistema de signos pero no necesariamente la significación corresponde a la vivencia, el significado es reflexión sobre la vivencia pero no la vivencia misma (Habermas, 1980).

Argentina, últimos 50 años. Condiciones estructurantes de subjetividad

En Argentina, durante los primeros gobiernos peronistas se impuso la máxima "de la casa al trabajo y del trabajo a la casa". Esta expresión, más que otras de las que constituyeron el imaginario peronista de mediados del siglo XX resume de manera cabal, por un lado, el disciplinamiento promovido por el imaginario moderno para el asalariado, a la vez que sintetiza un orden moral. Por otro lado, permite apreciar la vinculación existente entre dos signos emblemáticos de identidad y pertenencia: el ámbito de la obligación social y el ámbito de desarrollo de la vida doméstica, de reproducción de la vida. Ambos, diferenciados, pero interdependientes, constituyeron referencias básicas para la construcción de la socialización moderna, en la medida que estructuraron y organizaron la percepción del tiempo y el espacio.

Por estas razones, las dimensiones materiales, el trabajo y la casa, constituyeron símbolos inequívocos de inclusión social, a la vez que se encuentran entre las principales conquistas obtenidas por las clases trabajadoras, y esta es la cuestión que más interesa a este trabajo.

Estas construcciones se fueron fortaleciendo en el marco del Estado benefactor, el cual comienza a insinuarse a partir de la crisis del '29 y se consolida después de la segunda posguerra, interrelacionado con las medidas económicas del Keynesianismo. En América Latina, la implementación de este paradigma tiene particularidades diferentes a la de los países centrales, en la medida en que nuestras economías revisten un carácter de dependientes de las de aquellos, entre otras razones vinculadas a las tradiciones políticas

Se puede distinguir, en este modelo, una primera etapa denominada de sustitución de importaciones, la que se constituyó un parte aguas en el modelo económico: fin del esquema agro-exportador y consolidación de un proyecto económico que tendrá como eje central a la industria, que tendrá una gran incidencia en la identidad de las clases populares que perdurará por largo tiempo.2

En el período 1946-1955 se inaugura un nuevo Estado, organizado según un modelo redistribucionista, que impulsó la industrialización, la integración económica, social y política de los trabajadores y la promoción de una burguesía nacional. En Argentina, este modelo estuvo encarnado en los dos primeros gobiernos peronistas, a la vez que fue el contexto donde se cristalizó la máxima que recordamos al inicio.  

La conjunción de expansión de la producción, el empleo industrial y la creciente participación de los trabajadores en la distribución de la renta fue posible mediante una profundización de la intervención estatal en los procesos económicos. En lo referente al sector financiero, se destaca el impulso dado a la nacionalización de los depósitos bancarios por parte del Banco Central y la creación del Banco Hipotecario Nacional (Basualdo, 2004).

En cuanto a la clase trabajadora, podemos decir que la misma vio realizada su participación en un nuevo modelo estatal, que operó concretando reivindicaciones, tales como convenios colectivos por actividad, tribunales laborales, salarios mínimos, seguridad social, aguinaldos. Respecto a las mismas, cabe aclarar que muchas de estas "conquistas" ya habían sido formuladas por los trabajadores en las décadas anteriores, a través de sus diversas representaciones políticas y sociales -anarquistas, socialistas, radicales irigoyenistas, etc.-, otras ya estaban establecidas legalmente pero no se cumplían y algunas fueron legisladas.3

De este modo se fue desarrollando una nueva matriz social  en la cual los asalariados industriales integraron uno de los bloques que disputarán la definición del carácter del Estado, el grado de apertura, las políticas, etc.4

En términos de las políticas del Estado, se produjo una ruptura con las instituciones de beneficencia pública, a partir de que fuese implementando el concepto de seguridad social, que implicó un conjunto de instituciones que garantizaban servicios sociales a los trabajadores y sus familias, tal como vacaciones pagas, servicios médicos, jubilación, etc. Con esto, se pretendía posibilitar a amplios sectores de la población, el acceso al consumo de bienes y servicios, pero, fundamentalmente, estas instituciones crearon derechos garantizados jurídicamente e incorporados como derechos adquiridos en la conciencia de la población (Isuani, 1991).

Estas condiciones económicas y políticas, contribuyeron a la construcción de subjetividad de los sectores populares y tuvieron como elemento estructurante la seguridad y la identidad definida centralmente por la vinculación al trabajo a la condición de trabajador.

Pero, el crecimiento sostenido, sobre el que se construyó este imaginario promovido por los primeros gobiernos peronistas, que encarnaron la versión vernácula del estado de bienestar, a partir de las décadas del '70 en adelante, ingresó en período de descenso.5 A mediados de los ´70, en sintonía con un proceso similar en casi toda Latinoamérica, se interrumpió, mediante violentos procesos represivos, la implementación del modelo económico de la industrialización sustitutiva iniciándose una profundización de las tendencias de centralización del capital y concentración de la producción y el ingreso.

De este modo, desde el '76, el estado pasó a ser el principal agresor de las clases populares, a través de la represión política y regresión social. Este proceso se expresó, en lo económico, en la liberalización de la economía y la retirada del Estado de sus anteriores roles empresariales en el campo de la producción y el consumo. En términos políticos, se manifestó en la reorganización de las competencias estatales y las funciones entre los diferentes niveles de administración territorial y en cuanto a las políticas sociales, se re definieron las formas de intervención en el campo social. Cabe agregar a esto, la notoria disminución de la fuerza social y de iniciativa de los sindicatos, impotentes para defender el empleo e incapaces de contener a quienes quedaban fuera de las relaciones salariales (Merklen, 2004).

En términos concretos estas redefiniciones se expresaron en la drástica regresividad en la distribución del ingreso y el programa de privatización de las empresas públicas, precisamente porque es allí donde coincidían los intereses de los acreedores externos y el capital concentrado interno. Sin embargo, los mayores conflictos entre estos grupos, estuvo dado en el proceso de desregulación de la economía.

La crisis de 1989 y la consecuente reestructuración económica y social presentan: la pugna por la distribución del ingreso entre el capital concentrado interno versus los acreedores externos. En este nuevo esquema quedaron fuera del conflicto los asalariados y el Estado, que ya estaban subordinados a la lógica del patrón dominante de acumulación. No obstante, en la resolución de la crisis, ambos se vieron afectados, los asalariados, por un lado, a partir de la disminución en la participación del ingreso, el desempleo y la precarización del empleo, y por el otro, el Estado a partir de las privatizaciones y la desregulación del mismo (Basualdo, op.cit; Torrado, 2004).

Nuevamente en los'90, el peronismo encarnó, durante los gobiernos menemistas, el rol del "reformador del Estado", pero esta vez, en función a los lineamientos fijados por los organismos financieros internacionales en el "consenso de Washington", basados en la desregulación de las actividades económicas; la modificación del rol del Estado en la promoción de las actividades económicas con vistas a dar mayor participación a los agentes privados; y la apertura de la economía hacia una mayor libertad de comercio y participación de los agentes internacionales. Todo esto operó consolidando el mayor proceso de empobrecimiento que atravesó el país.

Lo acontecido en el área de vivienda y hábitat durante el modelo aperturista constituye uno de los hechos más emblemáticos de la polarización social emergente. Entre 1976 y 2000 se desmantelaron las instituciones que operaban para posibilitar el acceso a la vivienda a amplios sectores de la población. Se redujeron drásticamente los recursos al FONAVI6 para transferir fondos al sistema previsional y a las provincias, se eliminó el Banco Hipotecario como entidad crediticia para sectores de ingresos medios con cierta capacidad de ahorro, y se reconvirtió el rol de la Secretaría de Vivienda (Torrado, op.cit) sustituyéndose el sistema de producción de viviendas masivas provistas por el Estado a través del sistema FONAVI, por una creciente participación en la financiación de organismos internacionales de crédito  (Barreto,2002;Benítez, 2002).

Se puede decir, entonces, que si bien la Argentina había adquirido la distintiva característica, en el contexto latinoamericano, de país semi-industrializado en el marco del desarrollo de una sociedad salarial (Peñalva, 2000) donde se distribuían los ingresos, las políticas sociales implementadas durante la década del '90, terminaron de desmontar las viejas instituciones sociales del sistema laboral y de seguridad social fundadas en el periodo anterior y también las políticas redistributivas asociadas a estas. Las principales modificaciones estuvieron dadas por las sucesivas leyes de reformas laborales conocidas como de "flexibilización laboral" -que acarreó la precarización del empleo formal- y la privatización del sistema de jubilaciones y pensiones, que operaron como un fuerte factor de exclusión de amplias capas de la sociedad Argentina.

La relación del Estado con el mercado, a favor de éste ultimo, es otra de las transformaciones destacadas de esta época, junto con el cambio en la relación entre el Estado y las clases populares -devenidos "sectores vulnerables"-. Este vínculo estuvo lejos de debilitarse, por el contrario, fue fortalecido bajo la implementación de políticas públicas, que con el objetivo explícito de constituirse en un paliativo de las consecuencias sociales de la implementación de los ajustes, se organizaron según la modalidad de gestión focalizada. Estos han contribuido a consolidar los procesos de exclusión impactando regresivamente en las relaciones al interior de los grupos primarios (familia nuclear, familia extensa, vecinos), y en los procesos sociales de trabajo (Bialakowsky, 2003, García Delgado, 2003). Uno de los emergentes más dramáticos, son las "formas perversas de integración" representadas por el clientelismo, la criminalidad, el comercio ilegal, la proliferación de guetos y poblaciones marginales, y la persistencia de modos brutales de explotación de mano de obra, que consolidan democracias representativas excluyentes con una minoría de ciudadanos plenos, y una mayoría carente de redes adecuadas de protección social. (Nun, op.cit)

Se determinó, de esta manera, el aumento de las desigualdades, la exclusión social,7  y la fijación de las clases populares a la negatividad. Este proceso suele ilustrarse como el pasaje del "trabajador" -como figura emblemática de la sociedad asalariada vinculada al sistema de seguridad social- al "pobre" como la figura emblemática de una sociedad constituida por individualidades negativas y un campo social fuertemente fragmentado y atomizado (Merklen, 2004).

Se desarrolló, así, una nueva subjetividad de los sectores populares que tienen como elemento estructurante ya no la seguridad y la identidad definida por una condición específica (trabajador, asalariado, etc.) sino, por el contrario, la percepción de la incertidumbre. Esta nueva subjetividad tiene como elementos centrales la relación con el Estado y las instituciones públicas (excluidos del mercado, éstas se constituyen en las interlocutoras para la obtención de asistencia), y la necesidad de armonizar principios y valores diversos.

A nivel de los agentes sociales la tensión se expresa en la búsqueda de ser respetados en su condición de desocupados o pobres etc., a la vez que esta es una condición estigmatizante que desean abandonar, pero que deben asumir y hasta reconocer públicamente y con ello, existir políticamente y obtener asistencia estatal. A nivel colectivo, a nivel de las organizaciones sociales, esta tensión se expresa en la demanda vinculada a la construcción de un proyecto político a largo plazo y la urgencia de la resolución de las condiciones de vida.

Consideramos que esta tensión estructura los modos de socialización, y es la base de prácticas contradictorias que pueden ser leídas como desvíos morales, según estándares definidos por los valores dominantes, y hacen imperativo profundizar en la comprensión su mirada sobre el mundo y sobre sí mismos.

Una aproximación etnográfica

Este análisis se ha realizado sobre la base de registros etnográficos a residentes de asentamientos que protagonizaron ocupaciones de tierra, estos actores han sido interrogados en diferentes contextos, en entrevistas individuales o de pequeños grupos en contextos en los que fue posible obtener un clima de intimidad, y los informantes se expresaban brindando sus opiniones en forma personal, en contexto grupal (madre e hija o tres amigos) y así mismo hemos tomado el registro de instancias colectivas, de debates públicos, en los que es posible captar otras expresiones no ya personales sino de un "yo" colectivo. Esta confrontación nos ha permitido revisar distintos niveles de enunciación.

Nos hemos preguntado cómo se conciben a así mismos, las respuestas que elaboran frente a su situación, y por el modo en que van significando el proceso de construcción de su cotidianeidad presente a través de sus vivencias.

Las notas principales  identificadas se agrupan en los siguientes tópicos:

'Estamos marginados'. En los discursos hay un reconocimiento explícito de pertenencia a los sectores sociales subalternos, los agentes asumen identificaciones de adscripción a categorías ya legitimadas por las ciencias sociales y/o por el poder político, para referirse a quienes ocupan los lugares desfavorecidos socialmente:

"Yo por ejemplo tengo 10 manzanas, y ustedes piensen lo que yo podría hacer en ese terreno si tuviera una ayuda, para que ustedes tengan una idea nosotros aparte de criar animales y plantar verduras, queremos hacer emprendimientos como criar codornices, pero no tenemos ayuda, y estamos marginados". (Varón, 50 años residente de un asentamiento).

"(A) lo que pasa es que este asentamiento, se hizo directamente la clase más baja que puede haber,
(N) eso sí...
(A) la clase más baja...
(N) acá están todos los humildes (Varones, 25 y 31 años, residentes de un asentamiento)
Qué lindo es tener un traje, llegar a tu casa y tener el mate servido y la comida servida, pero nosotros los que vivimos dentro de los asentamientos no tenemos trajes, no tenemos comida, no tenemos nada, ¿Por qué eso?, porque el gobierno que está ahora en este momento mandando tiene que fijarse si puede cambiar la camioneta, no fijarse en nosotros, si nos falta el techo o la tierra, etc.." (Varón, 25 años, residente de un asentamiento).

Esta conceptualización que tienen de sí mismos y de sus condiciones de vida, deriva en la naturalización del rol de asistido, se trata de personas que se reconocen portadores de saberes, de capacidades (lucha, de organización), de valores, sin embargo en general hay una subjetividad marcada por la impotencia.

De todas formas en lo que hemos denominado la naturalización del rol de asistido, se diferencian distintos niveles,

Confianza. En el nivel de las relaciones de parentesco y comunitarias, se identifica una reciprocidad en el intercambio, 

(A) "Yo económicamente no necesito tanta plata de los $120 (del Plan estatal) porque tengo mucha ayuda de mi papá, sea mercadería o plata siempre me ayuda mucho a mí, yo no le pido... yo me voy y ya me da, parece que ya sabe, no sé como padre... ya debe saber (Varón, 25 años, residente de un asentamiento).

(B) Porque la necesidad... y tener confianza en uno mismo y después tener confianza en el que está al lado tuyo pero la confianza tiene que salir de la casa, dentro tuyo" (Varón, 25 años, residente de un asentamiento).

Del mismo modo, trascendiendo la familia, en el círculo de vecinos, en el ámbito del asentamiento:

(N) "acá nosotros anduvimos mucho con él para conseguir lo que nosotros conseguimos, por eso mismo que  nosotros le ayudamos al que podemos nosotros le ayudamos (Varones, 25 y 31 años, residentes de un asentamiento).
(N) yo tengo una cama que es mía que me regalaron y tengo un colchón que es prestado
(A)¡¡ Y  yo también la cama que tengo me regaló él!!" (Varones, 25 y 31 años, residentes de un asentamiento).

En cambio en las relaciones por fuera de las redes de familiares, en la vinculación con otras organizaciones el intercambio no siempre es de intercambio recíproco, la relación oscila entre distintos grados de asociación a vínculos signados por la diferencia o la contienda,

(A)"No de este barrio éramos 10 los más necesitados que salíamos a pedir algo,
(N) de este barrio éramos 10, después se unían todos Villa Facundo, esos, pero de acá del barrio éramos 10,
(A) y después cuando ellos vieron  veían que se conseguían las cosas, se quisieron juntar, pero ya es tarde, nosotros conseguíamos para los 10 que éramos primero....
(N) ahora estamos peleando un poquito más parejo, estamos peleando más parejo (Varones, 25 y 31 años, residentes de un asentamiento).
Debemos optar por actitudes más drásticas para ser oídos, otros barrios aprietan y tienen soluciones nosotros no" (Varón, 30 años, residente en un asentamiento).

La demanda. Con las instituciones públicas, en cambio todos los discursos coinciden en la interlocución desde la visibilización de la carencia y la necesidad de asistencia.

(A) "Peleamos por el trabajo, insistimos...
Por ejemplo como él decía quemar cubiertas, cortar rutas...
(A) cualquier cosa, el tema es conseguir trabajo
(N)...y por lo menos si no conseguís trabajo, conseguir algo para sustentar la semana
¿Qué les dan?
Mercaderías
Mercaderías  o alguna clase de ayuda para comedor o algo, siempre te alcanzan algo" (Varones, 25 y 31 años, residentes de un asentamiento).

El Estado, es de todos los agentes sociales el que dispone de mayor legitimidad a la hora de imponer sus clasificaciones, esto se expresa al constatar que las categorías estatales se encuentran impregnando en gran medida, las adscripciones identitarias, y las valoraciones, y las buenas formas de actuar,

"·Y que empiece a dar a los pobres
Que haya más trabajo, que no dé, que no te regale nada...
(N) pero yo lo que digo es que acá hay gente que no necesita que les den un bolsón, yo por ejemplo no necesito que me den un bolsón, la mayoría necesita laburo" (Varones, 25 y 31 años, residentes de un asentamiento).

-"¿Cómo es tu nombre?
-Molina (dice su apellido)
-¿Cómo?
-Claudia (en adelante C)" (Mujer, 23 años, ocupante desalojada, adjudicataria de una vivienda estatal).

Esta especie de casi control que significa, el ingreso mensual que ya te organiza... porque $150 te organizan la vida o la bolsa alimentaria que vos dijiste, te dicen lo que tenés que comer... (Varón, 35 años, residente de un asentamiento tiene una radio comunitaria e integra una ONG).

"Y  vos como sabías que así te tenías que manejar, digamos
(C) porque así realmente es, porque en el papel que te dan dice que no hay que vender ni alquilarla casa, también te dijo cuando te entregan la casa te dicen que cualquier motivo o circunstancia que tengan tienen que recurrir al AIPO y a la Comisaría mas cercana del barrio (Mujer, 23 años, ocupante desalojada, adjudicataria de una vivienda estatal)
(A) no, no, no porque por ejemplo los de esta manzana... cada uno en su casa, de su casa a su trabajo y  de su trabajo a su casa" (Mujer 45 años, ocupante desalojada, adjudicataria de una vivienda estatal).

La asistencia: un bien escaso por el que hay que estar dispuesto a disputas en diferentes contextos colectivos (participando en organizaciones de diferentes alcances y anclajes territoriales) o estar dispuesto a exponerse en forma individual,

(N) "yo cobro $160 porque yo trabajo en la municipalidad... y mis $160... (Se ríe)
(A) vos estás ocupando el lugar de otro porque a otro le cortaron la cabeza en desarrollo social,  y le metieron a él, pero nosotros le peleamos, le peleamos y le digo no, sin laburo no me dejés
Ese es otro tema el de los planes, en vez de aumentar le va cambiando...
(A) sí,  le sacan a él y le dan a otro, van rotando, ahora cuando termine nuestro contrato no sé adonde nos vamos a ir, y acá va a quedar dos o tres, no sé...
(N) yo le dije a mí llevame donde sea, a Fontana, a Bs. As., donde sea,  basta que sea laburo pero yo todos los meses quiero mi sueldo, yo le dije ahí en desarrollo" (Varones, 25 y 31 años, residentes de un asentamiento).

En muchos caso, cumplir las instancias políticas establecidas por el poder político como condición de obtención de la asistencia (retirarse de la ocupación de tierra de la que participó, asistir a las reuniones que se realizaban para constituir los grupos para la relocalización) y cumplir los requisitos burocráticos que se exigen, es visto como la contraparte de una relación desigual pero que puede ser fructífera, es el incumplimiento de los compromisos por parte del poder político estatal, y no las malas condiciones de vida, lo que habilita a reclamar sin intermediaciones.8 

(A) "quedó ella sin casa hasta que ella misma le habló al gobernador,
(C) no me querían dar porque tenía un solo hijo que me iban a hacer después
todo los días cuando aparecían listas nuevas, yo me iba y.... nunca mi nombre ni mi apellido, hasta que un día me fui y le lloré y le dije: "si ustedes no me dan una casa yo me voy a ir y voy a agarrar una casa cualquiera" le dije, (...) pero yo lamentablemente me voy a ir a meter",  y dale y "pará, no, ya te va a salir, ya te va a salir" y yo seguía esperando,  hasta que un día vino el Gobernador, se hizo acá una inauguración de la luz y no sé que mas, y entonces yo le hablé a él, le llamé así aparte y yo le digo: yo estoy viviendo mal le digo, a veces me peleo con mi suegra por esto por lo otro porque mi hija tocaba algo lo otro y lamentablemente tenía que salir y venir acá en la casa de mi mamá, mi mamá vivía mal, porque era chiquita la casa, todavía no tenía cerrado la galería le digo y yo tengo que venir a encimarme otra vez acá porque realmente no tengo donde ir, no me da el cuero para alquilarme una piecita, porque si a mí me daría el cuero para alquilar una piecita y no estoy llorando atrás de nadie" le digo" (Mujer 23 años, ocupante desalojada y adjudicataria de una vivienda estatal).

Tener derecho. Está muy arraigado en las narrativas la referencia a un derecho, sin embargo el derecho es invocadodesde una utilidad retórica, como instrumento de legitimación de la práctica del reclamo o de hacer "uno mismo lo que el Estado no hace" como la ocupación de un terreno, para instalar la casa, pero el logro no es entendido como el cumplimiento de un derecho sino atribuido a la suerte, a la eficacia del reclamo (hablar con el que correspondía), o incluso como un acierto en la línea de apoyo implementada por algún agente con poder político.

"Debemos seguir adelante y pedir nuestra vivienda digna, el pan y el trabajo para nuestras casas, la vivienda digna sobre todo porque la tierra es un engaño, la tierra es el primer paso, todo debe apuntar a nuestra vivienda digna, donde tengamos un buen techo y que no se fundan nuestros muebles, que quizás algunos ni tenemos, tenemos colchones sin forros y nuestros hijos zapatillas rotas" (Varón, 25 años, residente de un asentamiento).

"porque yo también tenía el derecho de decirle a mi hija "este es tu techo" y no decirle: "este, mamita, algún día va a ser tuyo", no, ahora tengo el derecho de decirle esto es de ustedes,¿por qué? porque este techo está a mi nombre, porque yo cuando me inscribí pronto ya puse a mi nombre por cualquier cosa que llegaba a pasar, bueno yo tenía mi casa y yo podía decir esto es mío y de mis hijos, esa fue la suerte mía, gracias a dios de darme una casa" (Mujer 23 años, ocupante desalojada y adjudicataria de una vivienda estatal).

"Certificado de propiedad, certificado de domicilio, fotocopia de documento, partida de nacimiento de los chicos... si sos  concubino tenés que hacer una declaración jurada, todo...  es mucho trámite, mucho trámite pero gracias a dios se consiguió..." (Mujer 23 años, ocupante desalojada y adjudicataria de una vivienda estatal).

Las tensiones. La característica más sobresaliente en la organización de las narrativas que emergen de las entrevista y registros, son las contradicciones que son indicadores de un conjunto de tensiones en las que desarrollan sus vidas aquellos que devinieron los grupos más desfavorecidos, contradicciones  que pueden comprenderse en el marco de los condicionamientos generales, las formas de operar del poder político y que expresan las tensión entre lo vergonzante y lo que es condición necesaria hacer visible, para superar o paliar

"Nosotros nos dijeron que íbamos a crear ranchos en los terrenos, pero se equivocaron porque plantamos verduras y hortalizas para vender al mercado cautivo ideamos la forma de poder plantar y hacer las cosas que necesitábamos y vender (...), cuando entramos en la Rubita los peores calificativos eran para los rubiteros, ahora el rubitero se educa, se capacita, hace lo que la sociedad le pide, arma una asociación, se supera" (Varón,  55 años).

"Y  ¿yo les pregunto a ustedes les gustaría vivir siempre dentro de cuatro chapas de cartón?, ¿He? (Varón, 25 años, residente de un asentamiento).

Entre la autonomía y el asistencialismo, este es el punto más crítico y que expresa la derrota ideológica que padecieron las clases populares, y que, aunque proviene del desgastamiento material, tienen consecuencias más duraderas, la sensación de que no hay salida sin intervención externa.

"Tenemos la posibilidad de autoabastecernos, pero necesitamos que el gobierno nos de ese comodato para poder acceder a un crédito, no queremos que nos regalen nada, la tierra no queremos que nos regalen, esto yo creo que es una decisión política nada más" (Varón, residente en un asentamiento, 50 años) .

Entre la búsqueda de la aceptación por medio del disciplinamiento y la confrontación. La protesta, la confrontación, la negociación con el poder político, la cooperación y hasta la cooptación, constituyen un ciclo que muchas de las organizaciones de base atraviesa en el transcurso de intentar mejorar las condiciones de vida, y este transcurso mismo es lo que deteriora y fragmenta a las incipientes organizaciones.

"Los compañeros contaban sus experiencias de que se educaron, instruyeron, se burocratizaron, hicieron los trámites, ya no quemaban gomas, no cortaban rutas, y ahora proponen de nuevo volver a sus tradiciones de lucha" (Varón, 50 años residente en un barrio precario, militante de un movimiento de trabajadores desocupados).

Entre el proyecto a largo plazo y la subsistencia

"...nosotros no tenemos trabajo y a quien pedimos eso, al gobierno, y ellos que nos dicen, salen a decir:...-Hemm. presentáte un proyecto.... ¡y eso nos dijo!... a mí y al compañero Sena de Villa Facundo, ellos salen a pedir los bolsones de mercaderías, pero ustedes creen que con 12 Kg de mercadería van a comer todo el mes, y a veces un mes y quince días, ¡No!, nosotros queremos el trabajo, la vivienda y la tierra, tenemos que seguir juntos por nuestros hijos, no nos vendamos por 10 Kg. de mercaderías, si tenemos que salir todos juntos tenemos que salir juntos, mandan de por medio a las ONG que son las organizaciones no gubernamentales y ellos rompen todos los esquemas dentro de los asentamientos" (Varón, 25 años, residente de un asentamiento).

"...  nosotros debemos crear alternativas ante el mercado egoísta y liberal" (Varón, 55 años, ocupante desalojado, integrante de una asociación civil).

Reflexiones finales

Desde el punto de vista de la construcción subjetiva, el análisis realizado puede sintetizarse en la imposibilidad de pensarse como sujeto de derechos, la dificultad para pensarse como sujeto de transformación, impregna las significaciones expresadas aún en los casos seleccionados para este trabajo, en que los relatos se estructuran en torno de la narración de la estrategias desplegadas como búsqueda  (y logro en muchos casos) de mejorar las condiciones de vida, en los cuales la casa y el trabajo continúan siendo referentes de seguridad, puntos de llegada en la trayectoria vital.

El otro signo dominante lo constituye la negación de la dimensión política  implicada tanto en las prácticas de protesta o reclamos individuales o colectivos, tanto como en las prácticas desplegadas por los agentes estatales, de manera que el significante lucha aparece con frecuencia connotando esfuerzo, y vaciado de la connotación vinculada a la contienda  de poder.

Las formas de socialización siguen entonces este esquema, asociado a la aceptación naturalizada de relaciones asimétricas, aún en el nivel de las acciones colectivas guardan este sesgo.

Para dar sentido a las situaciones concretas,  los agentes "echan mano" de códigos que se van organizando y acumulando socialmente, según un esquema de poder y jerarquías sociales que van prefigurando diferentes espacios subjetivos. La incorporación rutinaria por parte de los agentes de estos códigos acumulados constituyen los habitus, conformando esquemas  cognitivos, valorativos, sentimentales, expresados discursivamente y en las praxis a través de categorías del razonamiento cotidiano.

Pero en los procesos sociales estas categorías se van reconfigurando por asimilación de nuevos códigos, emergencia de otros que estaban sumergidos, re jerarquizaciones, polisemias y cambios de intensidad significativa. (De la Garza Toledo, 2001)

El estado, las políticas que implementa y los discursos sobre los que se asientan esas políticas tienen una incidencia primordial, en la constitución de esos códigos que pasan a constituir el acervo discursivo dominante, y reproductor de las relaciones sociales y de la estructura social. De esta manera, poner las expresiones personales en el contexto de los discursos dominantes permite profundizar en la comprensión de la forma como la manera de ver el mundo de los agentes y de ver sus propias prácticas.

Notas

1 La exclusión, es conceptualizada operando un modelo teórico metodológico desarrollado por el equipo de investigación, que involucra simultáneamente un plano material, un plano subjetivo, mediados por un plano institucional/ normativo. PÉREZ, Ana M. - BENÍTEZ, Andrea- BARBETTI, Pablo- ORAISÓN, Mercedes- SOBOL, Blanca. (2006) Los procesos de exclusión social en la región NEA. Un modelo de análisis Multidimensional. En línea: http://www.unne.edu.ar/Web/cyt/cyt2006/index.html

2 La segunda etapa corresponde al denominado desarrollismo y comprende el período 1958-1975 (Basualdo, op.cit)

3 Como complemento en 1945  fue sancionada la ley de Asociaciones Profesionales que fortaleció y expandió la formación de sindicatos.

4 Junto al empresariado nacional, el otro bloque es el formado por el Capital extranjero y la oligarquía diversificada (Basualdo, op.cit)

5 Nun  (siguiendo a Brenner, 1998)  caracteriza el proceso de crecimiento económico distinguiendo: un largo ascenso años '50-'60; caída de ganancias y crisis en los años 60-73; largo descenso: '73 hasta hoy. (Nun: 2001)

6 Fondo Nacional de Viviendas

8 El tema de las relaciones clientelares no constituye un tema específico de esta ponencia, sino mas bien como los sujetos significan su participación en ellas. Un estudio de caso y análisis de la expresión del estado como patrono, puede verse en Barreto, M.A. y Benitez, M.A. (2006).CONFLICTOS POLÍTICOS EN LA ASIGNACIÓN CLIENTELAR DE LA VIVIENDA SOCIAL EN EL CHACO Y SUS RAMIFICACIONES: Una aproximación al estudio del Estado patrono (15 págs.) Ponencia presentada al 8vo. Congreso Argentino de Antropología Social (CAAS),  Mesa de Trabajo: Antropología Urbana. Universidad Nacional de Salta UNS (Arg.). 19 al 21 de Septiembre de 2006

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