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Avá

versión On-line ISSN 1851-1694

Avá  no.32 Posadas jun. 2018

 

ARTÍCULO

Después de la protesta: Facebook y los lazos políticos locales

 

María Cecilia Ferraudi Curto*

*Investigadora adjunta CONICET/IDAES-UNSAM. Esta investigación recibió financiamiento del PICT 2013-1572. E-mail: mceciliafc@hotmail.com

Fecha de recepción del original: 25/02/18.
Fecha de aceptación: 30/06/18.


RESUMEN

A partir de una serie de movilizaciones por problemas de inseguridad en un "típico barrio del conurbano" (situado en San Justo, La Matanza), el Facebook barrial se masifica como espacio para la organización colectiva (y la circulación de las noticias locales). Luego, los mismos actores movilizados se fraccionan, dando lugar a diferentes grupos virtuales que recrean la sociabilidad política local: uno para luchar contra la inseguridad; otro para reunirse con los vecinos; un tercero para ayudar a otros. Mi interés es mostrar estas diferentes formasde socialización a partir de un enfoque simmeliano, analizando cómo se actualiza la sociabilidad local a partir de la mediación tecnológica. A la vez, se trata de mostrar cómo los lazos políticos exceden los recortes que constituimos como objetos analíticos y nos incitan a revisar los marcos desde los cuales observamos.

PALABRAS CLAVE: Lazos políticos locales; Facebook; Simmel.

ABSTRACT

From a series of mobilizations due to problems of insecurity in a "typical neighborhood of the conurbano" (located in San Justo, La Matanza), local Facebook is massified as a space for collective organization (and circulation of local news). Then, the same mobilized actors break up, giving rise to different virtual groups that recreate local political sociability: one to fight against insecurity; another to meet with neighbors; a third to help others. My interest is to show these different forms of socialization from a Simmelian approach, analyzing how local sociability is updated through technological mediation. At the same time, it is a question of showing how political ties exceed the scales we constitute as analytical objects and incite us to review the frameworks from which we observe.

KEY WORDS: Local political ties; Facebook; Simmel.


INTRODUCCIÓN

En este artículo, exploro cómo se conforman los lazos políticos en un barrio del conurbano bonaerense. En particular, analizo tres círculos diferenciados de socialización que emergen a partir de una serie de movilizaciones en demanda de seguridad. Mientras las investigaciones suelen centrarse en las acciones de protesta para dar cuenta de su fisonomía, sus causas y su desarrollo, aquí me interesa desentrañar algunos efectos de la acción colectiva mediada por el uso de plataformas ‘virtuales’ sobre el entramado barrial.

En pocas palabras, estos tres círculos pueden verse como derivas de un proceso común. La protesta constituyó un momento de efervescencia colectiva (Durkheim, 1982 [1912]), en el que los actores locales no sólo se sintieron conmovidos frente a la percepción de una amenaza de muerte cercana sino que se movilizaron contra ello fortaleciendo los vínculos que los unían. Posteriormente, esa energía colectiva se canalizó en mecanismos institucionales y monumentos conmemorativos, pero también en múltiples formas de socialización (Simmel, 2002 [1908]) más o menos estrechas y duraderas. Aquí analizaré tres formas que se destacan en tanto comparten un rasgo llamativo: se configuraron como "grupos cerrados" a partir de una plataforma virtual (Facebook).

En general, Internet es visto como un espacio de conexión global. Inicialmente, se consideraba como una fuerza deslocalizadora. Luego, las investigaciones tendieron a matizar esta mirada concluyendo que "Internet es la conexión global-local" (Castells, 2006: 239). Atendiendo a su efecto en las movilizaciones sociales, los análisis han mostrado su centralidad en la organización de acciones colectivas. Es decir, dieron cuenta de su contribución a la movilización de individuos que no se conocían entre sí, a través de mecanismos horizontales, diferentes de la jerarquía de las organizaciones tradicionales (partidos, sindicatos o medios). Estas características fueron sintetizadas en una expresión en lengua inglesa: Mass self communication (Castells, 2006). En el presente trabajo, en cambio, Internet aparece como una mediación tecnológica usada para actualizar vínculos locales durante y después del reclamo. En ese sentido, quizá contribuya a revisar la noción de mass self communication para intentar dar cuenta de modalidades específicas de lazo político, donde se entretejen vínculos cara a cara y mediación tecnológica.

Este análisis parte de una pregunta por la relevancia de los vínculos locales en la constitución de los lazos políticos. Basada en la antropología de la política brasileña, he partido de los desacuerdos disciplinares en torno de la noción de ‘política’ (y sus premisas modernocéntricas) para comprenderla como una categoría etnográfica (Peirano, 1999). Aquí tomaré la descripción del proceso como un camino de reflexión sobre las formas diferenciales de los lazos políticos locales, atendiendo a sus fines, a su composición y a sus acciones dentro y fuera del entorno Facebook.

UN TÍPICO BARRIO DEL CONURBANO BONAERENSE

Mi investigación se desarrolla en el municipio de La Matanza. Se trata del distrito más extenso y poblado del conurbano bonaerense, situado al oeste de la Capital Federal argentina. Su configuración actual puede entenderse como sedimentación de un pasado industrial. Luego de su apogeo a mediados del siglo XX, ha sufrido un fuerte deterioro en las últimas décadas (y cierta reactivación post-2001). Si bien suele ser caracterizado por la pobreza, La Matanza es un distrito socialmente heterogéneo en el que se distinguen tres zonas según su distancia relativa de la Capital (Molina Derteano, Dávolos y Diú, 2014). El barrio donde hice mi trabajo de campo está situado en el límite entre la primera zona y la segunda. En ese sentido, esta investigación intenta horadar una imagen simplificada del conurbano bonaerense, que resalta la polarización social centrando la atención en villas o countries (Carman, 2015). Aquí se trata de observar un fragmento invisibilizado comprendido en la amplia franja intermedia.

En términos políticos, el municipio ha sido gobernado por el Partido Justicialista (PJ) desde el retorno de la democracia en 1983. Pero la continuidad del PJ en el poder municipal no debe opacar ni los conflictos entre diferentes fracciones partidarias a lo largo del tiempo ni la existencia de alternativas políticas populares más o menos distantes del mismo según las coyunturas históricas (Rocca Rivarola, 2006). Durante mi trabajo de campo, La Matanza era considerada como territorio electoral clave para el gobierno nacional kirchnerista (2003-2015), elegida como lugar de cierre de las campañas. A la vez, era vista como terreno privilegiado para los desafíos políticos dada la complejidad de su situación social y la escasez de recursos propios. Como decía un funcionario, vivían "apagando incendios". En ese sentido, una relación aceitada con el gobierno nacional contribuía a sostener una gestión continuamente comprometida por múltiples focos de conflicto social.

Dentro de este contexto, me centro en un barrio de la cabecera distrital lindante con una villa recientemente urbanizada. En la página web local1, el mismo es presentado como un "típico barrio del conurbano bonaerense" de "casas bajas, algunas muy antiguas, árboles y espacios verdes". En su descripción, se suele resaltar la antigüedad del poblamiento así como los orígenes inmigrantes de sus habitantes: "italianos, españoles, portugueses, franceses, polacos, eslovenos, árabes y turcos, quienes junto a provincianos argentinos, empezaron la tarea de concebir un barrio" a partir del loteo de una serie de quintas desde la década de 1920. Es decir, a la vez que aparecen las dos grandes olas migratorias de Buenos Aires2, se agiganta el peso de la inmigración europea (usualmente asociada a la formación de la clase media). Más aún, se subraya la larga historia desde la llegada de los primeros pobladores y un horizonte de progreso basado en el trabajo, apelando a la antigüedad y al mérito como criterios de autodefinición moral. Según se explica allí, su nombre está asociado a esos inicios de "crecimiento febril": Villa Constructora.

A la vez, el barrio se destaca por la presencia de varias asociaciones locales: tres sociedades de fomento (creadas en 1926, 1932 y 1981), dos clubes sociales y deportivos (aunque a inicios de siglo estaban en decadencia, hoy han sido revitalizados a partir de la gestión sindical: uno es sostenido por un dirigente del gremio de camioneros y el otro está comandado por un grupo de delegados de la UOCRA) y un polideportivo (surgido a mediados de los años 1980 para evitar la ocupación de terrenos cercanos a una villa, en el contexto de los primeros asentamientos en La Matanza (Merklen, 1991), ha sido reconstruido luego de la urbanización de dicha villa). Actualmente, estas organizaciones son sede de actividades deportivas, recreativas y sociales. Además, un habitante del barrio se ha ocupado de recopilar sus memorias, publicadas como periódico semanal en papel y virtual: "Buenos vecinos".

De diferentes modos, y con variadas temporalidades, este entramado muestra la importancia de la vida asociativa local a lo largo del tiempo. Sin embargo, en 2013, las movilizaciones en reclamo por la inseguridad se organizaron por fuera de este entramado asociativo. Si bien estas organizaciones locales se sumaron a las protestas una vez que tomaron masividad, la coordinación de las mismas se desarrolló centralmente a través de un grupo cerrado de Facebook.

Otro aspecto a señalar es que los habitantes de Villa Constructora no pueden ser catalogados fácilmente como "clases medias" o "clases populares". Más bien, se trata de posiciones más o menos heterogéneas atravesadas por una situación de inestabilidad que se reconocen en la idea de barrio, constituido positivamente en relación a los valores del trabajo y la buena convivencia, y negativamente por diferenciación (relativa) de la villa lindante.

SIMMEL EN EL BARRIO

"Es un aferrarse superficialmente a un uso del lenguaje –aunque suficiente para la práctica externa- cuando se quiere reservar la denominación de sociedad sólo para las interacciones duraderas, para aquellas que se han objetivado en configuraciones singulares definibles: un Estado, una familia, gremios, iglesias, clases, asociaciones en función de ciertos fines, etc. Sin embargo, aparte de éstas existe una cantidad incontable de tipos de relación e interacción humanas menores y aparentemente insignificantes según los casos, que al intercalarse entre las configuraciones abarcadoras y, por así decirlo oficiales, son las que primeramente logran constituir la sociedad tal como la conocemos. (…) Con las configuraciones del tipo mencionado, que constituyen los objetos tradicionales de la ciencia de la sociedad, sería imposible componer la vida de la sociedad tal como se presenta a la experiencia" (Simmel, 2002 [1908]:32).

Al acercarme a Villa Constructora, mi intención consistía en comprender las modalidades que tomaban los lazos políticos locales en un contexto en que las políticas públicas focalizadas no ocupaban un rol central3. Partía de la villa lindera, donde las políticas de urbanización constituían el eje de la vida política local. Allí había realizado mi tesis doctoral (Ferraudi Curto, 2014). Ahora quería desafiar los límites de mi perspectiva. Por eso, mi definición inicial era puramente negativa. Decía lo que no quería ver, pero no sabía qué iba a encontrar.

Al principio, la cuestión parecía sencilla. Poco tiempo antes muchos pobladores se habían movilizado por cuestiones securitarias. Cuando preguntaba por el barrio y sus problemas, todos evocaban dicho reclamo. Entonces me dejé llevar por mis guías locales, creyendo saber más o menos hacia dónde se dirigían (Ferraudi Curto, 2015). La sorpresa fue cuando la demanda de seguridad dio lugar a otras iniciativas.

Mi desconcierto estaba asociado a los límites de mi perspectiva. Primero, me preocupaba que mi investigación careciera de tema central. En un momento, el eje parecía ser la institucionalización de la demanda securitaria. En otra ocasión, la cuestión podía ser el reclamo edilicio en una escuela barrial. A veces, ni siquiera parecía tratarse de prácticas vinculadas a la política… ¿qué estaba observando? Es decir, muchas de esas actividades (comilonas, bingos, ferias, meriendas en la plaza, posteos en Facebook) podían ser vistas como cuestiones menores, casi insignificantes en relación con mi interrogante más amplio. ¿Por qué tomarlas en cuenta? ¿Cómo interpretarlas?

Hoy puedo enunciar estos límites porque ya fueron superados. Mi punto de partida analítico fue la antropología de la política brasileña tal como es enunciada por Peirano y practicada por autores como Borges (2004) y Goldman (2006): "La categoría ‘política’ es siempre etnográfica, ya sea de quienes son observados o del observador" (Peirano, 1999: 22). Por eso, me dejaba guiar por mis interlocutores en el barrio y trataba de explicitar mis dudas. Pero no encontraba cómo hacer dialogar mis observaciones con la bibliografía académica sobre… ¿cuál era el tema?

En Argentina, las discusiones académicas sobre la política en los barrios han estado asociadas a un balance sobre las transformaciones en el régimen de acumulación capitalista, que condujo a una reconfiguración del mundo del trabajo (en términos de su inestabilidad), y se combinó con la apertura del horizonte democrático de gobierno en condiciones diferenciales respecto de los modelos clásicos (Nun, 2000; O’Donnell, 2000). Si bien el proceso se remonta a inicios de los ’80, los debates académicos se intensificaron en torno de diciembre de 2001 en tanto la larga agonía económica, social y política fue sacudida por diferentes procesos de movilización social (Merklen, 2005). A partir de la "territorialización de la política entre las clases populares" en el contexto de la reconfiguración del mundo del trabajo y la reforma estatal, muchas investigaciones se han centrado en los entramados sociales vinculados a las políticas públicas focalizadas (Auyero, 2001; Ferraudi Curto, 2006, 2014; Frederic, 2004; Manzano, 2013; Quirós, 2006, 2011, entre otros). Entre las excepciones, se destacan investigaciones abocadas a comprender los modos de gestionar reclamos en las oficinas descentralizadas del gobierno porteño (Landau, 2008; López, 2004)4, los vínculos entre política y prácticas ilegales (Auyero, 2007; Ossona, 2014) o las movilizaciones de familiares de víctimas en reclamo de justicia (Bermúdez, 2013; Pita, 2010).

Si el acercamiento a un "típico barrio del conurbano" implicó distanciarme de los análisis orientados a los territorios estatalizados y el intento de comprender las movilizaciones por la inseguridad me aproximó a las investigaciones sobre la figura de la víctima en las acciones colectivas barriales, seguir a mis interlocutores me condujo a entrever una serie de prácticas poco tenidas en cuenta en las investigaciones académicas previas sobre estos diferentes temas. Aquí, las marchas por la inseguridad constituyeron un momento de efervescencia colectiva con amplias consecuencias sobre la vida barrial poco visibles desde un enfoque orientado por esos recortes analíticos. En nuestra vida diaria, no compartimentamos los temas como hacemos cuando investigamos. Aquí retomo el análisis de Simmel para intentar entender algo de esos incontables tipos de relación e interacción aparentemente insignificantes que configuran lo social tal como lo experimentamos. Específicamente, se trata de los modos en que los habitantes de Villa Constructora intentaron dar respuesta práctica a un problema desconcertante: ¿cómo volver a las rutinas después de clamar públicamente por una sucesión de muertes violentas?

A continuación describiré los tres grupos de Facebook a partir de los cuales los pobladores de Villa Constructora respondieron a esta pregunta. Me interesa estilizar, a partir de ellos, diferentes formas de lazo político que se revelan como significativas aquí. Luego, exploraré en qué sentidos se reformula el espacio público a partir de las nuevas tecnologías (y especialmente la plataforma Facebook).

NOSOTROS DE VILLA CONSTRUCTORA

Entre mayo y julio de 2013, numerosos habitantes de Villa Constructora se movilizaron en reclamo de seguridad. La primera marcha fue organizada por un "grupo de amigos" luego de la muerte de un joven en la esquina de la casa de uno de ellos, al que intentaron robarle el auto. Posteriormente, este ‘caso’ sería constituido como primero de una serie, identificando al barrio como locus de inseguridad a través del trabajo de los actores locales y los medios de comunicación en la publicitación de la demanda.

Como parte de las tareas de convocatoria a las protestas, el grupo de amigos contactó al gestor del único Facebook barrial entonces existente: Nosotros de Villa Constructora. El grupo virtual había sido creado por un diseñador gráfico nacido en el barrio que había migrado a Europa a inicios de siglo, apodado "el Gallego". Para él, se trataba de un modo de reencontrarse con sus afectos a la distancia. Según decía, "La Villa" se lleva en el alma como ningún otro barrio.

En abril de 2013, el grupo contaba con alrededor de ciento ochenta miembros. Los posteos convocaban a alguna reunión de ex alumnos de la escuela del barrio; promovían actividades solidarias, publicitaban reclamos zonales o rememoraban a algún vecino célebre. Pero la "ola de inseguridad" trastocó las rutinas barriales, incluido el uso de Facebook. Si bien el grupo virtual también comprendía otros temas, la cuestión de la inseguridad ocupó un lugar central. A la convocatoria a las movilizaciones y otras tareas organizativas, se sumaron advertencias sobre potenciales situaciones peligrosas en el barrio así como discusiones en torno de las concepciones sobre la inseguridad reinante (causas, responsables, soluciones posibles, etc. donde se cruzaban saberes locales, temas mediáticamente vigentes e idearios políticos). Al notar la relevancia de la cuestión, el Gallego también se involucró en la organización de las movilizaciones desde Europa. Aprovechando sus saberes profesionales, diseñó un logo ("NO + [mancha roja]") que se difundió en remeras y pancartas usadas en las marchas. A medida que se intensificaban las protestas, el Facebook iba ampliando la cantidad de solicitudes de membrecía. En mayo de 2013, la cantidad de integrantes se había duplicado. A pedido del gestor, quienes habían organizado la primera movilización se incorporaron en las tareas de administración del grupo de Facebook.

Se trataba de dos parejas. Diego trabajaba en una fábrica de plásticos, donde se había incorporado hacía poco y esperaba la efectivización. Natalia, su mujer, se ocupaba de la casa y vendía souvenirs. Tenían dos hijos adolescentes. El mayor trabajaba en la carpintería de Roberto, otro de los integrantes del grupo. El negocio estaba abajo de su casa, en el terreno de sus suegros. Él se había casado un año antes con Micaela, aunque se conocían de toda la vida. Hacía poco habían tenido una beba. Ella, además, tenía una hija adolescente. En consonancia con Natalia, Micaela hacía catering para cumpleaños. Todos tenían alrededor de treinta y cinco años, y habían crecido en el barrio. Aunque conocían al Gallego de chicos, no lo habían recordado inmediatamente. Excepto Roberto, quien ni siquiera usaba Facebook, todos se incorporaron en la gestión del perfil grupal. La administración se completó con un amigo del Gallego que era un poco mayor que el resto, había pasado su adolescencia en el barrio y hacía años que vivía en Capital. Recién separado, Augusto repartía su tiempo entre el trabajo como administrativo en la universidad, la crianza compartida de sus dos hijos y el liderazgo de una banda de rock. Él era el único de los gestores que tenía militancia política previa, en una agrupación juvenil peronista.

Los administradores introdujeron un "reglamento de convivencia" para el grupo de Facebook. Si bien se temía "espionaje" (sometiendo a escrutinio los "perfiles grupales" y sospechando del uso de "identidades falsas"), el grupo admitía a toda "persona física" que quisiera sumarse y el control de los ingresantes era laxo. Además, las publicaciones debían ajustarse a ciertos requisitos: no insultar ni faltar el respeto a otros miembros; no hacer publicidad (se creó una página aparte para ello) ni criticar a los comercios del barrio; evitar imágenes o publicaciones no aptas para menores; no utilizar expresiones discriminatorias; si bien se admitían las "opiniones político-ideológicas" o "religiosas y espirituales", quedaba prohibida la propaganda de opciones "partidarias"; "no faltar el respeto a la policía ni a otras instituciones de gobierno". El mismo reglamento establecía la especificidad del rol de los administradores (o MODs), quienes podían borrar posteos o comentarios y en caso de "falta grave" expulsar al participante que incumpliera las reglas. Su accionar podía ser cuestionado públicamente de modo "respetuoso" sin "represalias" por ello. Los pedidos de reincorporación serían "supeditados a la votación de todos los MODs".

Aunque la popularización de Nosotros de Villa Constructora coincidió con la masificación de los teléfonos celulares "inteligentes" que facilitaron el acceso a dicha plataforma (en un contexto más amplio de democratización del consumo), no todos los Facebook barriales tuvieron tanta actividad en cuanto a publicaciones, comentarios y discusiones. Si las marchas por inseguridad habían conducido a la instalación de un destacamento policial en el límite entre el barrio y la villa lindera, la gestión cotidiana de la cuestión incluyó reuniones entre vecinos y autoridades policiales informadas periódicamente por el Facebook. Un año después de las movilizaciones, no sólo el Gallego había decidido volver a su barrio junto con su mujer española y la hijita de ambos sino que el grupo contaba con más de mil miembros. Los posteos se publicaban sin revisión previa. Casi todos los días, los gestores leían lo publicado y borraban aquello considerado violatorio de la normativa. Dos conflictos fueron significativos para la reconfiguración del Facebook barrial. El primero condujo a la creación del segundo grupo cerrado analizado aquí. Un habitante del barrio había ganado popularidad en el Facebook por publicar fotografías humorísticas retocadas con Photoshop protagonizadas por diferentes personas del barrio. En varias ocasiones, había sido advertido por los administradores por uso de lenguaje inapropiado o faltas de respeto. Harto de la insistencia, el Gallego discutió con él y terminó expulsándolo del grupo virtual. Aunque enseguida fue reincorporado, el hombre decidió crear otro Facebook del barrio al que llamó Simplemente Constructora mientras continuó participando de Nosotros.

El segundo conflicto se desató por una denuncia: alguien acusó a un remisero (taxista informal) de abuso a una menor, nombró la remisería donde trabajaba y describió el vehículo correspondiente. Según cuenta Micaela, apenas vio el posteo llamó al Gallego para decidir cómo actuar al respecto. Luego de explorar el "perfil" del denunciante, juzgaron que se trataba de una "identidad falsa". Decidieron borrar la denuncia, aunque ya habían transcurrido varias horas desde su publicación. A la tarde, el dueño de la remisería se presentó en la casa de Diego y Natalia, y "tiró la camioneta" sobre Diego, amenazando atropellarlo5. Mientras Natalia respondía enojada, Diego intentó calmar los ánimos. Al presenciar el ataque, Nahuel, el hijo mayor de ambos, le pidió a un amigo que lo llevara en moto hasta la remisería. Arrojaron piedras a la vidriera e intentaron huir pero la moto no arrancó. Los adolescentes fueron brutalmente golpeados por varios remiseros, quienes alegaron haberlos confundido con "chorros" (ladrones). El amigo de Nahuel debió ser hospitalizado por las heridas. Diego y Natalia presentaron una denuncia en la policía distrital. Luego, narraron lo ocurrido en el Facebook barrial junto con una foto del joven golpeado: "asi lo dejaron los remiseros x defender al alministrador de la pagina q fue agredido x una publicacion publicada (sic) por los vecinos de villa constructora..." (Posteo de Natalia, 17/03/14). Allí, la cuestión dio lugar a discusiones.

Natalia enfatizaba que ellos hacían su tarea "por el barrio", sin "ganar nada". Varios comentarios condenaban al dueño de la remisería porque su reacción violenta mostraba quién era realmente. Augusto se excusaba aduciendo nunca haber nombrado a la remisería. Una mujer cuestionaba la valentía del hijo de los administradores por huir antes que su amigo, y otros lo defendían, diciendo que fue a buscar ayuda. Varios reflexionaban sobre la violencia reinante. Muchos comentarios pedían que el denunciante "diera la cara" (o que otros lo delataran). Augusto aclaró que había actuado con un "perfil trucho". Finalmente, los administradores decidieron abandonar públicamente su tarea y adoptar un perfil falso desde el cual gestionar la página colectivamente: "Angel de VC [Villa Constructora]" (cuyo logo es un corazón con alas que sobrevuela el plano del barrio).

Con el paso de los años, el tema de la inseguridad redujo su protagonismo dentro del Facebook, aunque continuó presente. Entre las cuestiones más habituales, la pérdida de mascotas, los problemas con los servicios públicos y las conversaciones sobre noticias policiales resonantes competían con la inseguridad local como temas recurrentes. Mientras tanto, el grupo virtual superó los tres mil miembros a la vez que la separación de Diego y Natalia condujo a su alejamiento relativo como gestores del mismo.

Para concluir, en este grupo de Facebook es posible observar tanto la continuidad de la sociabilidad local dentro y fuera de Internet, como ciertas discontinuidades. En principio, la plataforma Facebook establece perfiles diferenciales para lo que llama "grupos" y otorga atribuciones y responsabilidades específicas a los "administradores". Ellos fijan las reglas, dirimen los casos conflictivos y aplican sanciones. Por ello, los otros usuarios hacen responsables a los administradores sobre los posteos publicados en la página grupal. Aquí, esta cuestión conmueve las prácticas online (y puede dar lugar a la creación de otro grupo en Facebook) pero también las excede y forma parte de la vida barrial, mostrando la labilidad de la frontera entre mundo virtual y mundo real (en parte porque el Facebook opera sobre una sociabilidad cara a cara previa pero no sólo por ello). El uso del Facebook como lugar de denuncia pública (facilitado por su carácter abierto, por la posibilidad de ocultar la identidad y por la masividad del grupo) descoloca a los MODs en su rol específico y sufren consecuencias serias por ello. Profundizando esta cuestión, la autenticidad moral de los actores es central en la dilucidación de los asuntos expuestos públicamente en el Facebook. Los gestores (y otros internautas activos) se vuelven expertos en la investigación de los perfiles, buscando rastros que permiten distinguir a los "truchos" (inauténticos) 6.

Si la cuestión se plantea en relación a la responsabilidad por los actos (porque decir también es hacer, como se ve en la denuncia), aquí la paradoja reside en que los propios administradores terminan refugiándose en un "perfil trucho" para protegerse contra agresiones. Finalmente, el grupo que creció como herramienta de coordinación colectiva en defensa del barrio y contra la inseguridad parece reactivarse frente a diferentes amenazas, mientras se ha consolidado como espacio público local donde enterarse de las novedades.

SIMPLEMENTE CONSTRUCTORA

Charly es un técnico de TV que trabaja y vive en el barrio desde sus veinte años. Hoy tiene alrededor de cincuenta. Según dice, él casi no conocía a sus vecinos hasta que se armó toda esta "movida". Asistió a algunas de las marchas por la inseguridad. Allí sacaba fotos y las subía al Facebook barrial. Después, comenzó a jugar con el Photoshop en su tiempo ocioso en el negocio. En el momento más álgido de las movilizaciones, en junio de 2013, armó una foto de Natalia abrazada por Jorge Lanata (un periodista de investigación que conducía un programa opositor al gobierno nacional en el canal del multimedio ‘Clarín’). A veces montaba fotos de algún vecino tomando un trago en una isla caribeña para preguntarle por qué hacía tanto que no se lo veía por el barrio, de sí mismo en un avión para fantasear que se iba de vacaciones o de un vecino sonriendo frente a una torta para saludarlo por su cumpleaños. En una oportunidad trucó una foto de sí mismo con varios moretones en el rostro, inventando que había sido atacado en un intento de robo. Algunos lectores distraídos caían en sus bromas; otros las celebraban o se sentían homenajeados por ellas; pero había también quienes se ofendían 7. Como ya anticipé, algunos de sus posteos fueron sancionados por los administradores del Facebook barrial. Luego de una discusión con el Gallego, a mediados de 2014, Charly fue expulsado y decidió abrir otro Facebook.

Varios de los miembros del Facebook anterior también se incorporaron en el creado por Charly. Allí él impuso dos condiciones: ser del barrio y "aportar" (postear) regularmente. Como único administrador del mismo, Charly amenazaba con "borrar" sin previo aviso a quien no cumpliera las reglas. Decía echar doscientos perfiles por semana. Sin embargo, él también medía su éxito en relación a la cantidad de miembros (más de trescientos un año más tarde) y prefería mantener la cifra aplicando sólo sanciones ejemplificadoras. A la vez, dedicaba mucho tiempo al mismo. "En el grupo, cada uno tiene su rutina", afirmaba usando un término popularizado en el show más afamado de la televisión (conducido por Marcelo Tinelli). "Lo mío es la fotografía". Sus posteos en el grupo eran personalizados, especialmente en los cumpleaños: saludaba con mensajes y fotografías trucadas para la ocasión (y era reclamado cuando no lo hacía). También posteaba chistes, opiniones y fotos dos o tres veces por día. Su rol era central dentro del nuevo grupo. Según decía, las marchas le habían servido para conocerse con los vecinos. Por eso, consideraba que lo importante era cultivar esos lazos. En el Facebook, participaban muchos vecinos pero ni se reconocían de cara cuando se cruzaban en la calle. Entonces a Charly se le ocurrió organizar encuentros.

Gracias al ofrecimiento de una abogada que vivía en el barrio y disponía de una casa grande con jardín, un grupo de cerca de veinte personas comenzó a reunirse regularmente para comer, charlar y bailar. Para otros habitantes del barrio, en Simplemente Constructora había "mucho chusmerío". Ellos, en cambio, reivindicaban un espacio para "juntarse y divertirse un rato". Aunque los encuentros solían realizarse en el barrio, también organizaron una salida al "campo" (un antiguo vecino que se había mudado a las afueras de la ciudad los invitó a un asado) y otra a la Feria de Mataderos. Incluso se armaron dos parejas. Según Charly, el grupo no sólo era "para chusmear y bromear" sino que también había mucha "solidaridad" (solían reunir fondos para ayudar a quien sufriera una desgracia dentro del grupo).

"A ver... quien se suma? Eh decidido no publicar más nada de política, creo que este es un grupo hermoso y no vale la pena los roces porque eso crea el odio que está cada vez más latente, me duele todo esto y más allá de mis razones para estar enojada elijo estar bien con los amigos que tengo en este grupo, que no compartimos el mismo pensamiento, yo no publico más sobre política! Y si se me pifia recuérdenmelo! Elijo a mis amigos!" (Posteo realizado por Luciana el 28/10/15).

Cerca de las elecciones presidenciales (en un contexto polarizado donde primaba la incertidumbre sobre los resultados), el tema de la política se entrometía en el funcionamiento de un grupo centrado en la amistad como valor fundante, generando conflictos. También solía haber altercados entre quienes participaban. Algunos integrantes se habían alejado. Aducían haberse cansado de que se hablara mal de otros en su ausencia. Estos conflictos no alteraron el funcionamiento del colectivo, hasta que involucraron al propio Charly. A inicios de 2016, el grupo virtual sufrió una purga generalizada (donde yo misma fui expulsada). Según cuentan, Charly se había enojado porque no lo habían invitado a uno de los encuentros.

Para concluir, este grupo de Facebook también muestra los dos aspectos resaltados en el anterior. Por un lado, se ve aquí también la centralidad del administrador en la fijación de reglas y su observancia. Aquí las exigencias de pertenencia barrial y compromiso colectivo son más fuertes que en el anterior. Sin embargo, aquí el administrador adquiere un rol diferente en tanto también centraliza la sociabilidad. La ruptura de ese pacto implícito conduce a la purga final del grupo. En eso se diferencia fuertemente del anterior, que ha sufrido una renovación de los administradores pero continúa. Por otro lado, aquí también se encuentran continuidades entre la sociabilidad online y la offline. Pero no se trata tanto de una actualización de vínculos previos sino de la extensión de los vínculos online en encuentros cara a cara. Finalmente, en este grupo el eje pasa por la amistad o la sociabilidad compartida (sea a través de bromas, bailes, comilonas o chusmeríos), buscando callar toda alusión a la política (entendida electoralmente).

CONSTRUCTORA SOLIDARIA

Una vez que la cuestión securitaria se había canalizado a través de varios dispositivos institucionales, las reuniones barriales por la inseguridad también dieron lugar a otras inquietudes. Algunos se habían quejado por lo abandonada que estaba la plaza, ubicada frente a la centenaria escuela pública barrial. Según decían, era lugar de "mala junta". Lili vivía a media cuadra de la plaza. Junto con un grupo de vecinas, decidió arreglarla.

A diferencia de los administradores de Nosotros…, Lili no se había criado en el barrio sino que había llegado después de casarse a fines de los años noventa, gracias a la hermana del marido que les prestaba una habitación en el fondo de su casa. Entonces, ella trabajaba como empleada doméstica y el marido, en una metalúrgica, y tenían tres hijos pequeños. Cerca de veinte años después, no sólo hacía tiempo que se habían mudado a una casa propia y ya eran abuelos (aunque recién pasaban los cuarenta) sino que Lili había dejado de trabajar después de ser diagnosticada con ataques de pánico y su marido formaba parte de una cooperativa de fundición de aluminio, formada en 2013 cuando quebró la fábrica donde trabajaba. Lili no podía viajar en transporte público o alejarse del barrio por sus ataques, pero sí había participado de marchas y reuniones por la inseguridad, además de postear asiduamente en el Facebook. Entonces, comenzó a ocuparse de la plaza.

Primero, organizó una pequeña celebración del día del niño en el lugar, reuniendo un grupo de colaboradoras. Luego, acompañada de una de sus hijas, asistió a un acto municipal en un barrio cercano para transmitir el reclamo al intendente. Según cuenta, apenas dijo que era de Villa Constructora, el intendente le pasó el teléfono de su Secretario de Gobierno. El barrio ya era conocido por las movilizaciones. Al llamar al funcionario, la respuesta fue inmediata. El Municipio reparó los juegos rotos y donó los materiales para pintarlos. Lili y el grupo que la secundaba se hicieron cargo del mantenimiento.

Además, Lili estableció la plaza como lugar de reunión. No sólo avisaba en Nosotros… cuándo iba allí a tomar mate invitando a quien quisiera sumarse sino que organizó la merienda de los sábados para los chicos que estuvieran jugando en el lugar. Pidió donaciones a una fábrica de galletitas ubicada en el barrio y a los vecinos. Cada semana, agradecía a quienes hubieran colaborado a través del Facebook barrial. A la merienda, concurrían más o menos diez chicos: hijos y nietos de las mujeres que ayudaban allí, y habitantes de las inmediaciones. La plaza era un lugar limítrofe con la villa lindante. A diferencia de otros espacios locales, concurrían chicos y padres de ambos barrios. Lili propuso también que se hiciera allí una "gratiferia" (donación recíproca de objetos en desuso), concretando otra propuesta que había surgido en las reuniones por la inseguridad. Entre otros, varios integrantes de Simplemente Constructora armaron un puesto en la feria. Los gestores de Nosotros…, en cambio, se mostraban distantes: por un lado, sentían que Lili se había apropiado de iniciativas que les pertenecían; por otro, desconfiaban de los intentos de sociabilizar con habitantes de la villa vecina.

En 2014, Lili y el grupo de mujeres que se había conformado en la plaza propusieron organizar un gran festejo para el día del niño. Ahora no sólo se reunían a tomar mate sino que, mientras tanto, crearon juegos para ese día, juntaron donaciones de golosinas y juguetes entre habitantes y organizaciones barriales (incluido el club de los camioneros y una unidad básica comandada por un concejal local), organizaron una venta de choripanes y bebidas junto con algunos miembros de Simplemente Constructora y pidieron prestado el Polideportivo barrial para el evento. Este momento fue consagratorio para el grupo de mujeres.

Mientras continuaba anunciando las actividades en Nosotros… (y saludando a sus vecinos diariamente a través del mismo grupo virtual), Lili decidió abrir un Facebook específico para las tareas que encabezaba: Constructora Solidaria. Reducido en cantidad de miembros y posteos, este Facebook ayudó a definir al grupo cercano a Lili. El día del niño, todas ellas llevaban unas remeras negras con su nombre y el del grupo.

La magnitud de la celebración generó suspicacias dentro del barrio: la venta de alimentos dio lugar a una acusación cruzada por la desaparición de mercadería y condujo al distanciamiento entre el grupo de Simplemente Constructora y el de Constructora Solidaria; además, algunos sospechaban de que Lili estaba "metida en política" (según argüían, un evento así no podría haberse realizado sin que alguien lo estuviera "bancando") y muchos veían con desconfianza la presencia de "gente de la villa" en los festejos. Ante las acusaciones, Lili esgrimía algunas justificaciones (decía que para ella todos eran iguales: por eso, pedía donaciones a quien tuviera y recibía a quien quisiera ir) pero sobre todo continuaba haciendo.

En 2015, el grupo no sólo continuó con las actividades realizadas hasta entonces sino que también amplió sus horizontes. Además de organizar bingos para recaudar fondos (ya fuera para el día del niño o para algún vecino que había sufrido una calamidad) o proponer una movilización local en la plaza como apoyo al reclamo nacional contra la violencia de género ("Ni una menos"), el grupo se involucró en el reclamo de la escuela secundaria por obras de infraestructura. Después de años sin respuesta, Lili, como madre de una alumna, propuso tomar la escuela para llamar la atención de las autoridades. Un grupo de padres llevó adelante la ocupación continua de la institución, dividiéndose por turnos. Pedían la presencia del consejero escolar municipal, ya fuera mediante la directora del colegio o directamente presentándose en su oficina para ser atendidos. Pero no tenían respuesta. Cada día, Lili y otras madres enviaban la foto del almuerzo que habían preparado contando la noticia a todos los canales de televisión vía WhatsApp. A casi una semana de la toma, el móvil de un noticiario televisivo transmitió en vivo desde el colegio. Al día siguiente, las autoridades escolares municipales se hicieron presentes en la institución junto con un funcionario de obras públicas. Prometieron realizar las obras requeridas y, mientras tanto, proveer aulas provisorias para la continuidad del ciclo lectivo. Representantes del municipio, del gremio docente y de los padres firmaron un acta de acuerdo. Las obras se iniciaron inmediatamente.

Una vez pasado el conflicto, Lili y el grupo de mujeres volvieron a organizar el día del niño en el polideportivo. Aunque esta vez el festejo fue más pequeño, retornaron los juegos, los disfraces, la música y los sorteos de juguetes. Nuevamente, las organizadoras usaron las remeras negras que las identificaban.

Para cerrar, el grupo de Facebook de Constructora Solidaria se diferencia de los anteriores. Primero, no fue soporte central de una red sino más bien una vía de comunicación accesoria orientada especialmente a la organización de las actividades del grupo. Incluso, la difusión de los eventos abiertos se realizaba a través de los otros grupos de Facebook, especialmente Nosotros. Aunque aquí también se observa la continuidad entre la vida online/offline, el grupo de Facebook aparece sólo como una herramienta de coordinación. Segundo, la centralidad de Lili no se desplegó en su rol de administradora sino en la propuesta y realización de acciones colectivas. Inicialmente retomó las líneas que se habían abierto en la movilización por inseguridad: revitalizar la plaza y montar una feria. Luego, atendió a otros problemas que emergían en el barrio y articuló acciones colectivas en torno de los mismos (o propició versiones locales de movilizaciones nacionales). Incluso, llegó a desafiar las fronteras barrio/villa que, para los otros grupos, resultaban sagradas. Finalmente, el grupo se definió en torno de esas acciones colectivas haciendo eje en la solidaridad como valor fundante (y, en cierto sentido, hizo un feminismo local maternal y desafiante8).

SEGURIDAD, AMISTAD, SOLIDARIDAD

A partir de los grupos de Facebook, he intentado describir cómo los habitantes de Villa Constructora rehicieron sus vidas luego de un momento intenso de muerte violenta y movilización colectiva. Realmente, la situación requería un trabajo de reparación y, a la vez, la energía desplegada permitió imaginar posibilidades nuevas. Para entender ese movimiento, este artículo se inspira en dos clásicos: Durkheim (1982 [1912]) y Simmel (2002 [1908]). Si Durkheim nos permite pensar la intensidad de ese momento y entender el proceso de rutinización a partir de rituales de conmemoración de las víctimas, es Simmel quien nos da la clave para interpretar esas formas de socialización que permitieron reconstituir la sociedad en la experiencia de estos habitantes de Villa Constructora.

En términos generales, la perspectiva de Simmel permite constituir aspectos usualmente minimizados de la experiencia de los actores en cuestiones relevantes para entender lo social como configuración. Más específicamente, su abordaje de la forma es pertinente para desentrañar los tres grupos que analicé aquí. "El abordaje morfogenético a la Simmel (…) considera la forma no como lo que es separado por un análisis hecho desde el punto de vista de un observador externo sino, más bien, como el trabajo de composición interna que es parte integrante de la producción de un acontecimiento o de una acción, y del cual estos reciben su unidad y su identidad, a la vez que su carácter de sucesos típicos, regulares, estandarizados, reproducibles, repetitivos, etc." (Quéré, 1988:82).

Desde esta perspectiva morfogenética, estos grupos conformados en la plataforma Facebook como actualización de la sociabilidad local después de la movilización colectiva, pueden verse como formas de socialización relativamente diferenciadas, mutuamente entrelazadas y relativamente establecidas. Cada grupo se conforma en torno de una cuestión que lo define: seguridad, amistad y solidaridad. A partir de allí, es posible comprender algunas de sus diferencias: uno apunta más contra las amenazas del afuera y refuerza los vínculos hacia adentro; otro se centra más en la sociabilidad entre iguales como fin en sí mismo; el tercero se dirige hacia otros y sus problemas, desdibujando la frontera con el exterior. A la vez, en cada uno de ellos prevalece una concepción de política diferente: mientras Simplemente Constructora pretende una separación de la política (como generadora de conflicto), los otros dos grupos valoran la demanda colectiva frente al Estado pero Nosotros se reconoce como grupo plural, habilita la discusión respetuosa y prohíbe la intervención partidaria; y Constructora Solidaria, en cambio, parece guiarse por una lógica reivindicativa dentro de una identificación social amplia con el peronismo. De todos modos, esa diferenciación no es absoluta sino que los actores circulan por todos esos grupos que hacen a la sociabilidad local, a la vez que es posible concebir a Nosotros y a las actividades vinculadas al mismo como origen y modelo de los otros dos grupos (ya sea que buscaran diferenciarse o retomar sus proyectos irrealizados). Por eso, también es posible encontrar los elementos de los otros dos grupos en Nosotros, donde confluyen diferentes perspectivas y proyectos. Aun así, la autonomización de Simplemente Constructora y Constructora Solidaria dio lugar a despliegues propios. Por último, todos ellos trabajan sobre los sentidos establecidos de Villa Constructora, actualizando una larga historia de sociabilidad local. En definitiva, se trata de tres formas de socialización no exclusivas (puede haber otras) ni cerradas entre sí (se interconectan) pero diferenciadas que hacen a la sociabilidad local en su pluralidad.

Finalmente, estas diferentes formas de socialización se elaboran a partir de usar la plataforma Facebook de un modo que ha sido poco relevado hasta ahora. Aquí Facebook no opera como mass self communication sino que es usado como manera de recrear, continuar e intensificar la sociabilidad local en sus propios términos, a la vez que introduce problemas específicos en torno de la autenticidad de los perfiles y la responsabilidad de los administradores. Más aún, estas formas localizadas de usar Facebook contribuyen a explorar cómo se reconstituye los lazos políticos cuando la relación entre prensa y opinión pública ha sido redefinida por las nuevas tecnologías. Aquí se esbozan algunos trazos de este cambio que será preciso profundizar en futuras aproximaciones.

NOTAS

1 Véase: www.villaconstructora.com.ar (consultado en octubre de 2014).

2 La población de Buenos Aires experimentó un crecimiento exponencial entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX a partir de la inmigración ultramarina. A partir de la década de 1930, tuvo lugar otro movimiento poblacional significativo desde el interior del país hacia la capital.

3 En la concepción de los lazos políticos, parto del análisis de Lefort (1988).

4 Estas investigaciones pueden verse como herederas de los estudios sobre asambleas barriales, surgidas en el contexto de las protestas de 2001 en la Capital Federal.

5 Diego era identificado por su liderazgo en las movilizaciones.

6 Esta cuestión también se presenta de modo recurrente entre los miembros del grupo secreto formado por simpatizantes kirchneristas durante el proceso electoral de 2015 en Argentina, ‘Resistiendo con aguante’ (Ferraudi Curto, Pinedo y Welschinger, 2017).

7 Estos usos del Facebook se asemejan a aquellos analizados por Welschinger (2015) entre los estudiantes secundarios beneficiarios del Programa Conectar Igualdad. Significativamente, él los entiende en términos de una tecnología del yo y de la amistad.

8 En 2016, otro tema que las activó (y las llevó a convocar a un periodista local que conocían) fue la desaparición de una vecina que, según sabían, era víctima de violencia doméstica. Sospechaban que estuviera prisionera en su propia casa y temían por los vínculos del marido con la policía. La mujer reapareció más de una semana después, dando una versión poco creíble de la situación.

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