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Circe de clásicos y modernos

versión On-line ISSN 1851-1724

Circe clás. mod.  n.10 Santa Rosa 2005- 2006

 

P.J. Rhodes
Ancient Democracy and Modern Ideology
London: Duckworth Classical Essays, Duckworth, 2003. ISBN 0-7156-3220-5. 142 páginas.

Al igual que el decisivo trabajo de M.I. Finley (Finley 1980) al que el título nos remite, el libro de Rhodes (= R.) busca explorar cómo las preocupaciones contemporáneas fueron guiando, en especial desde mediados del siglo XX, los diferentes acercamientos a la historia antigua, fundamentalmente a la democracia ateniense. La hipótesis principal de este breve ensayo, destinada a la polémica, propone que los estudios que plantean un acercamiento desprejuiciado y 'objetivo', aún reconociendo la imposibilidad de alcanzar la objetividad total, son más propensos a hacer 'buena historia' que aquellos realizados por estudiosos que, partiendo de concepciones ideológicas, buscan en la historia soluciones y explicaciones del mundo contemporáneo y sus problemas.
A diferencia de la erudición que caracteriza a sus más importantes trabajos (por ejemplo: Rhodes 1972; 1981), R. en esta oportunidad buscará, en un relato simple y dinámico, introducir al público no especialista en los debates modernos sobre la democracia ateniense, especialmente aquellos que se desarrollaron en el medio angloparlante y principalmente entre estudiosos norteamericanos.
En el primer capítulo ("History": 9-17), se trata la cuestión de la historia como disciplina, sus posibilidades y sus límites para dar cuenta del pasado. Mientras que hacia fines del siglo XIX y principios del XX, junto a la profesionalización de la historia, se plantea la necesidad de cientificidad y objetividad, desde mediados del siglo XX, este paradigma comienza a ser dejado de lado debido a la creciente influencia que el marxismo desarrollará entre los investigadores.
En este contexto, en el cual comienza a respetarse el hecho de guiar una investigación histórica teniendo en cuenta las preocupaciones del mundo moderno, florecerán los estudios sobre la esclavitud antigua. En la actualidad, la atención de los historiadores se sitúa no sólo sobre los esclavos sino también sobre otros grupos, especialmente las mujeres, en tanto que "otros" respecto de los hombres ciudadanos adultos.
Más allá de estos cambios en la historiografía, Rhodes propone que el historiador para ser tal, no puede alterar lo que pasó en la historia y, al hacer inteligible e interesante el pasado para el presente, debe respetar lo que pensaron, escribieron y actuaron los hombres que constituyen su objeto de estudio.
En el segundo capítulo ("Democracy": 18-26), Rhodes analiza qué significaban para los antiguos la demokratia y las demás formas de gobierno, proponiendo que a nivel ideológico existía cierto consenso 'relativista' según el cual no había una forma de gobierno superior a otra sino que se pensaba que diferentes constituciones se adaptaban mejor a distintos pueblos.
Más adelante, el autor afirmará que las fuentes más antiguas en utilizar la palabra demokratia son Heródoto y el Viejo Oligarca (entre el 440 y el 420 a.C.) desestimando a aquellos que afirman que el término se encontraba presente en la época de Clístenes (508/7 a.C.). Sólo a partir de Efialtes una reforma política (la del 462/1 a.C.) se piensa a sí misma como 'democrática'. A través del estudio de la palabra demos el autor infiere que demokratia heredó su misma ambigüedad ya que mientras que demos podía denotar, por un lado, a la comunidad en su conjunto (es decir, a la 'elite' y el 'pueblo') y, por el otro, a la mayoría carente de privilegios, demokratia podía significar tanto el gobierno de todos como el de las mayorías contra la elite.
En el siguiente capítulo ("Democracy: Good or Bad?": 27-33), se analizan las actitudes frente a la democracia antigua desde la Edad Media hasta nuestros días. Durante muchos siglos, el estudio de la antigüedad fue monopolizado por clérigos y, luego de la Reforma, por la gentry, es decir, gente poco propensa a aprobar la extensión de derechos políticos al demos. En consecuencia, serán Esparta y Roma quienes más llamen la atención y no Atenas. En la Era Moderna, las fisuras del absolutismo no incentivaron una búsqueda de respuestas en la democracia antigua, y se deberá esperar hasta la Historia de Grecia de Grote (1824) para encontrar el primer trabajo de un 'investigador serio' que valorice positivamente la democracia ateniense. En el siglo XX, especialmente durante su segunda mitad, la democracia adquiere un consenso casi unánime como la forma de gobierno más deseable y ello se reflejará en los estudios de la democracia griega.
El análisis de la tradición del Staatskunde da inicio al capítulo cuarto ("Democracy: Fashions in Scholarship": 34-53). Durante fines del siglo XIX y principios del XX, dicha escuela busca acercarse a las formas de gobierno antiguas a través del estudio de las 'constituciones', especialmente luego del descubrimiento en 1891 de la Constitución de los Atenienses. Rhodes propone un recorrido sobre diferentes trabajos británicos, franceses, australianos y americanos que, desde el siglo XIX hasta nuestros días, buscan explicar el funcionamiento de la 'maquinaria' democrática a través de sus instituciones.
La crítica del investigador norteamericano J. Ober a los trabajos de M. H. Hansen en relación con la negación de este último a introducir la 'agenda' del mundo moderno en la investigación sobre la antigüedad y con respecto a la centralidad que cobra en el trabajo de Hansen el análisis institucional, permitirán a Rhodes presentar un segundo grupo de investigadores de la democracia antigua, que tiene su origen en los estudiosos del mundo romano que reaccionaron, a principios del siglo XX, contra la tradición del Staatskunde para ocuparse de "la política y los políticos". Dicho enfoque, 'prosopográfico' dirá Rhodes, influyó en algunos estudios sobre Grecia que, de la mano de autores como R. Sealey, J. K. Davies, W. R. Connor, P. J. Bicknell, etc., constituyen una importante tendencia en las investigaciones actuales.
Si bien hacia fines del siglo XIX empiezan a tomarse en cuenta la explotación de los aliados, los esclavos y el maltrato a las mujeres, será desde mediados del siglo XX que dicha temática recibirá fuerte impulso gracias a los investigadores marxistas quienes centrarán sus análisis en la explotación (económica) de una clase por otra y la lucha entre ellas y caracterizarán a Atenas como una "democracia esclavista". Cuando el marxismo gane influencia entre los investigadores occidentales, se consolidará un patrón de investigación que considerará al ciudadano ateniense varón como explotador de mujeres, esclavos y pobladores no atenienses del imperio. Esta concepción de la democracia antigua estará representada por la idea de Finley sobre el avance conjunto de la esclavitud y la libertad. Sin embargo, Rhodes introducirá una cita de V. D. Hanson para hacer notar que la esclavitud, el sexismo, la explotación económica y el chauvinismo se encuentran lejos de ser un monopolio ateniense (o griego).
El quinto capítulo ("Athenian Democracy and Us": 54-69) da cuenta del momento actual de los estudios sobre la antigüedad, específicamente en el contexto norteamericano, analizando la influencia que, desde el siglo XIX, ejerce la tradición europea sobre la producción norteamericana. Otro factor de importancia que Rhodes tiene en cuenta es la tendencia editorial actual que privilegia la publicación de libros con lenguaje simple, de fácil lectura y que planteen un mensaje para el mundo contemporáneo. En el resto del capítulo, analizará aquellos trabajos que pretenden extraer, a través del estudio de la democracia antigua, lecciones para el mundo moderno. De este modo, la producción de Ober ocupará un importante lugar, no sólo por el hecho de que este autor se preocupa por la relevancia que el estudio de la historia antigua tiene para el mundo actual sino también por su crítica a aquellos que, como Hansen, no demuestran esa misma preocupación. A su vez, las publicaciones realizadas en los Estados Unidos durante 1993/94 al cumplirse 2.500 años de las reformas de Clístenes (cf. Ober & Hedrick 1997; Morris & Raaflaub 1998; etc.), intentan establecer comparaciones entre democracia antigua y moderna que Rhodes valora de modo negativo, ya que no sólo no permiten comprender mejor la historia antigua sino que las conclusiones que extraen para el mundo contemporáneo no dejan de ser ambiguas, superficiales y generales.
En el sexto y último capítulo ("How to Study Athenian Democracy": 70-90), Rhodes reconoce que hoy en día existen múltiples modos de estudiar la democracia antigua en relación con las temáticas, las metodologías, como así también con respecto al problema de la objetividad y la relación del estudio de la historia con el mundo actual. En cuanto a su propia práctica, afirma no poseer un programa que guíe sus investigaciones sino que prefiere un abordaje pluralista, aunque deja bien claro que su propuesta no es relativista. De este modo, el debate en torno al mejor modo de estudiar la democracia ateniense que se desarrolló entre Ober, quien estudia la ideología del demos, y Hansen, quien se centra en las instituciones, lleva al autor a la conclusión de que ninguna de las dos posturas es excluyente y que lo más provechoso sería, desde un enfoque pluralista, utilizar ambas perspectivas para comprender un fenómeno tan complejo como la democracia ateniense. En la parte final del capítulo, el análisis de los trabajos que buscan relacionar la democracia griega con la americana (y sus comienzos) permiten a Rhodes denunciar el peligro de encontrar en la historia lo que el investigador va a buscar en ella y no lo que realmente sucedió; concluirá por ello que: "I belive history is more useful when it does not try too self-consciously to be useful" (90).
Sin lugar a dudas, este breve ensayo y las directrices metodológicas que propone generarán polémica tanto dentro como fuera del ámbito de los estudios clásicos. Su afirmación según la cual desde mediados del siglo XX el marxismo "played an important part in the change from objectivity to subjectivity" (14), omite poner de relieve que este quiebre no implica que los estudios previos a él fueran objetivos. De hecho, tanto Finley (Finley 1980) como P. Vidal-Naquet (Vidal-Naquet 1979), entre otros, se han encargado de demostrar que los estudios previos a la época de 'auge' del marxismo eran cualquier cosa menos objetivos y despreocupados por el mundo contemporáneo. Desde nuestra perspectiva, sería más acertado decir que las determinaciones del mundo contemporáneo comienzan a ser trabajadas de modo consciente por el investigador (como lo propone de Ste. Croix 1975) y dejan de ser el 'problema' que representaba para el paradigma 'objetivista'. Sin embargo, si bien a primera vista la crítica a los estudios guiados por la present-day agenda y la forma de realizar 'buena historia' propuesta por Rhodes puede parecer conservadora, su oposición a las tendencias historiográficas y editoriales predominantes en la actualidad hacen de este ensayo un material crítico y reflexivo. De este modo, queda justificada su inclusión en la colección Duckworth Classical Essays (dirigida por Thomas Harrison) que se propone publicar "polemical, revisionist or exploratory essays on central themes of ancient history, literature and thought, and their reception in the modern world". Un breve recorrido por Ancient Democracy and Modern Ideology nos permitió comprender por qué su lugar en esta serie es ampliamente merecido.

Bibliografía

DE STE. CROIX, G.E.M. (1975). "Karl Marx y la historia de la antigüedad clásica.", trad. cast. en: AA.VV. El marxismo y los estudios clásicos. Madrid, 1981. 7- 35.

FINLEY, M.I. (1980). Ancient Slavery and Modern Ideology. Londres.

MORRIS, I. & RAAFLAUB, K.A. (eds.) (1998). Democracy 2.500? Questions and Challenges Iowa.

OBER, J. & HEDRICK, C. (eds.) (1997). Demokratia: A Conversation on Democracies, Ancient and Modern. Princeton.

RHODES, P.J. (1972). The Athenian Boul. Oxford.

RHODES, P.J. (1981). A Commentary on the Aristotelian Athenaion Politeia. Oxford.

VIDAL-NAQUET, P. (1979). "La formación de la Atenas burguesa: ensayo de historiografía 1750-1850", trad. cast. en: La democracia griega, una nueva visión. Madrid. 1992. 129-176

Diego G. Paiaro

UBA

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