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Circe de clásicos y modernos

versión On-line ISSN 1851-1724

Circe clás. mod. vol.16 no.2 Santa Rosa dic. 2012

 

RESEÑAS

GARCÍA BAZÁN, Francisco
Plotino y la mística de las tres hipóstasis
El hilo de Ariadna, Buenos Aires, 2011, 533 págs. ISBN 978-987-23546-2-6

por Juan Carlos Alby
[Universidad Católica de Santa Fe ~ jcalby@hotmail.com]

Esta obra del reconocido especialista en filosofía e historia de las religiones culmina un ciclo de investigación iniciado hace más de treinta años, cuyos primeros resultados se dieron a conocer públicamente con el libro del mismo autor Neoplatonismo y Vedanta. La doctrina de la materia en Plotino y Shánkara, Buenos Aires, 1982. Este trabajo fue continuado con Plotino. Sobre la trascendencia divina: sentido y origen, Mendoza, Universidad Nacional de Cuyo, 1992. Entre ambos, se hace necesario mencionar el eslabón establecido por la publicación de Neoplatonismo - Gnosticismo- Cristianismo, Cuadernos del Nao II/4, Buenos Aires, 1986, que incluye parte del material utilizado para el libro que comentamos. Precede a todos estos estudios Plotino y la gnosis, Buenos Aires, Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 1981, trabajo pionero en el análisis de las relaciones conflictivas entre el helenismo y el judeocristianismo en general, y entre Plotino y los gnósticos, en particular.
Con la aparición de Plotino y la mística de las tres hipóstasis asistimos al punto más elevado de esta prolongada y fecunda investigación sobre el gran filósofo alejandrino, la que lejos de quedar confinada al horizonte de los estudios especializados de la filosofía neoplatónica, se proyecta hacia el ámbito intelectual del cristianismo con el que Plotino y sus seguidores mantuvieron contacto.
Luego de una concisa y, al mismo tiempo, indispensable introducción sobre el Neoplatonismo y la figura de Plotino, la obra se estructura en cuatro capítulos que a su vez están subdivididos en tópicos analíticos que facilitan y potencian su estudio. Quien frecuenta los trabajos de Francisco García Bazán no resulta sorprendido por la vasta y abigarrada erudición que el autor despliega en ellos, animado por la generosidad intelectual que busca constantemente brindarle al lector los recursos y fuentes en los que se basan sus investigaciones. No obstante ello, a aquel que estudia esta obra le resulta imposible no quedar deslumbrado por la abundancia de datos, referencias bibliográficas y vinculaciones insospechadas entre las fuentes más variadas del pensamiento neoplatónico, cristiano y hermético, así como también de la filosofía caldaica, lo que en conjunto configura una trama tan rica como compleja que permite situar la comprensión del pensamiento plotiniano en una perspectiva inusual y superadora respecto de la que brindan los estudios tradicionales sobre el filósofo neoplatónico.
El primer capítulo está consagrado a la realidad o hipóstasis primera en el pensamiento de Plotino. Para descubrir el núcleo de la exposición plotiniana sobre la realidad en sí misma, el autor expresa la conveniencia de observar el orden cronológico de la redacción de los tratados eneádicos. Este itinerario le permitirá al lector advertir que el desarrollo de tal enseñanza por parte del filósofo responde a los dictados de su experiencia íntima personal enriquecida por ajustadas precisiones que delatan su prolongado ejercicio como maestro y forjador de una tradición escolar. Esa experiencia de lo inefable, a la que Plotino le imprime una originalidad y rigor intelectual descollantes en la historia del pensamiento, era compartida bajo diversas representaciones por variadas orientaciones espirituales vigentes en su época. Tal fenómeno impone la tarea de considerar su pensamiento en el contexto de las corrientes más arriba mencionadas, a las que García Bazán presenta con amplitud y profundidad. Todo el capítulo está dedicado al Bien/ Uno que excede al Intelecto o Noûs y culmina en dos cuestiones dignas de ser tenidas en cuenta. Por un lado, se presenta el contraataque plotiniano a la gnosis valentiniana, basado en la negación de que en el Uno haya una voluntad que le permita hacerse conocer cuando lo ha deseado (Enéada V. 3. 12. 28-32; cfr. Tractatus Tripartitus 55. 27-39). Por otro, se destaca la diferencia y oposición que existe entre el Uno como dýnamis panthon y el carácter en potencia propio de la materia como posibilidad impasible de necesitar y recibir todas las cosas, pues, mientras lo Uno es iniciativa por naturaleza imposible de detener, la materia es pasividad por antonomasia por siempre carente de todo (p. 99).
El capítulo segundo trata sobre la concepción del Intelecto según Plotino y se abre con una consideración acerca de la consistencia interna del Noûs alethinós, inteligencia verdadera que es conocimiento total y siempre conocimiento (cfr. Enéada V. 9. 1-2. 10). Continúa con una explicación acerca del modo de derivación y autoconstitución del Intelecto como segunda hipóstasis, que responde a la siempre difícil cuestión acerca de cómo es posible la aparición del Noûs, puesto que lo múltiple procede de lo Uno. Finalmente, se refiere al Intelecto como intermediario entre el Bien/Uno y el Alma, destacando su poder como generador de esta tercera hipóstasis. Estas consideraciones suscitan problemas que han de ser tratados en el capítulo IV del libro, postergación que resulta necesaria para la comprensión más completa del tema, ya que se impone la exigencia de introducir previamente una discusión sobre un aspecto capital que, hasta el presente libro, solo se había abordado en forma aislada y fragmentaria: el de la tríada ser-vida-conocimiento, que se registra en el primero de los escritos filosóficos de Plotino, a saber, el tratado Sobre lo Bello (Enéada I. 6 (1). 7. 10 ss.). El capítulo concluye con importantes testimonios sobre la experiencia mística que permiten hacer más transparente el pensamiento de Plotino sobre la realidad en sí y esclarecer la distinción entre la experiencia y su descripción, es decir, reflexión, ya que es el fundamento teórico el que permite diferenciar entre experiencia y lenguaje, así como la subordinación de este a la primera.
El tercer capítulo, dedicado al Alma, el mundo y el hombre en la enseñanza de Plotino, pone el acento en la concepción, relaciones y paralelos existentes entre el alma en sí misma, el alma universal, el alma del mundo y el mundo, por una parte, y el alma no descendida, el alma particular y el cuerpo individual viviente, por otra. Se completa de esta manera el pensamiento plotiniano, que ha seguido la exégesis sobre las hipóstasis acerca del uno del Parménides y los tres reyes de la Carta II de un platónico de la época de Arcesilao, que sostuvieron Eudoro de Alejandría y Moderato de Gades. También se aprecia la influencia directa de Amonio Saccas, a quien Plotino descubrió en Alejandría y con quien permaneció once años, lo que le permitió asimilar su método basado en la conservación de la vertiente platónico-pitagorizante. Esto explica la afirmación del filósofo acerca de que estas doctrinas no son nuevas ni de hoy, sino que han sido enunciadas desde hace mucho tiempo implícitamente, y nuestras explicaciones actuales son exégesis de aquellas (Enéada V. 1(10). 8).
El capítulo final desarrolla los antecedentes histórico-doctrinales del Deus absconditus y de la derivación ontológica por hipóstasis. Es precisamente aquí donde se aprecian de manera notable las múltiples y complejas conexiones entre Plotino, el neoplatonismo, el judeocristianismo, el gnosticismo, Numenio de Apamea, los Oráculos caldeos y el hermetismo, y que hace de este libro una obra única en el género de los estudios plotinianos. En este capítulo, además, la presencia de Espeusipo, su proyección hacia Jámblico y la dimensión de la teúrgia emergen con tal claridad que le permiten al lector integrar en una sola lectura lo que de otro modo le hubiera sido únicamente posible contando con un acervo bibliográfico innumerable y de difícil acceso, tanto por su cantidad como por su variedad de idiomas y de difícil disponibilidad en nuestro medio.
En síntesis, estamos en presencia de un libro ineludible para el investigador de la Filosofía antigua, tardo-antigua, el Neoplatonismo, el cristianismo y, en particular, del pensamiento de Plotino.