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Circe de clásicos y modernos

versión On-line ISSN 1851-1724

Circe clás. mod. vol.16 no.2 Santa Rosa dic. 2012

 

RESEÑAS

RODRÍGUEZ CIDRE, Elsa y BUIS, Emiliano Jerónimo (Editores)
La pólis sexuada. Normas, disturbios y transgresiones del género en la Grecia Antigua
Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2011, 398 págs. ISBN 978-987-1785-06-3

por Constanza Filócomo
[Universidad Nacional del Sur ~ constanzafilocomo@gmail.com]

La pólis sexuada es producto de un proyecto de investigación de la Universidad de Buenos Aires, llevado a cabo entre 2008 y 2010, por estudiosos de diversas disciplinas en distintos grados de formación. Una publicación de esta índole representa una forma de transferencia que enriquece a otros investigadores. Pero este no es el único mérito de La pólis sexuada, sino que otros dos aspectos acentúan su valor: por un lado, que el texto sea producto de la continuidad de las investigaciones de género iniciadas por Elena Huber (docente e investigadora de la UBA, de quien los editores han sido discípulos, como señalan en la introducción); por otro lado, el carácter interdisciplinario del enfoque, defendido desde la formación académica de quienes llevan adelante el proyecto (con formación filológica y en derecho), y de quienes participan de él (integrantes que provienen de áreas diversas como arte, filosofía y psicología). Los autores se proponen revelar de qué manera los textos cuestionan el orden establecido, mediante el análisis de la representación de las mujeres en la literatura griega, el examen de los institutos socio-jurídicos vigentes que se vinculan con el rol del género e indagando las tensiones que se generan entre mujer/parentesco/derecho.
En una breve introducción, los editores resumen el contenido de cada uno de los capítulos y explicitan los objetivos de la obra. Siguiendo criterios temáticos, la obra está dividida en tres partes (cada una de ellas con cuatro o cinco capítulos): I. Cuerpos de mujer. Representaciones visuales de lo femenino (pp. 13-113); II. Palabras de mujer. Discurso e institucionalización de lo femenino (pp.115-253); III. Espacios de mujer. Terrenos de la exclusión a la inclusión, de lo privado a lo social, de la periferia al centro (pp. 255-350).
En el primer capítulo de la parte inicial (Veinte años no es nada: los avatares del cuerpo en la Odisea), Alicia M. Atienza, investigadora de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, destaca las tensiones de los cuerpos en la épica. Se detiene en las mutaciones de los hombres por acción divina que son claves para el desarrollo de la trama, rescatando la importancia central del cuerpo y los valores que asume en contextos narrativos diferentes. El cuerpo es entendido como metáfora material del poder, la política y la lucha en el ámbito de la masculinidad. La autora corrobora que el recurso homérico de la metamorfosis permite la construcción de la belleza como patrón social de integración o aislamiento. Asimismo, propone como ideal masculino a Odiseo, a quien Atenea favorece por medio del embellecimiento corporal; mientras que el ideal femenino es Penélope, en quien se enfatiza el aspecto erótico de la belleza en el marco del matrimonio.
Jorge L. Caputo, investigador del Área de Artes Escénicas del Centro Cultural de la Cooperación y estudiante de Letras de la Universidad de Buenos Aires, en el capítulo titulado La tragedia como experiencia: lenguaje, cuerpo y objeto en Agamenón de Esquilo, enfatiza la idea de que el cuerpo es lo trascendental en el teatro. Reconoce la importancia de la palabra en tanto conforma una estrategia complementaria de apropiación empírica. Se detiene en el Agamenón para analizar los procedimientos que hacen que el peso de los cuerpos se imponga como material concreto y la escena sea un espacio de experiencia. Así, el lenguaje de Casandra y del Coro adquiere una corporalidad específica, un estatuto performativo. Ello evidencia cómo Esquilo sustituye la experiencia del acontecimiento dotando a las palabras de una fuerza teatral real.
En Mostrar los pechos: la tragedia euripidea y la problemática del cuerpo en escena, Elsa Rodríguez Cidre, directora del proyecto, se propone revelar y analizar las mostraciones del seno en las tragedias de Eurípides para calibrar sus cargas sémicas y su función en la estructura general de las obras, teniendo en cuenta que la relación con lo corporal es intrínseca en el registro dramático (pp. 59-60). Si bien menciona un antecedente homérico (Hécuba) y otro trágico (Clitemnestra), el estudio se centra en las figuras femeninas de Eurípides: Helena y Hermíone en Andrómaca, Políxema en Hécuba, Yocasta en Fenicias y Clitemnestra en Electra y Orestes. Salvo Hermíone, en todos los otros casos los pechos son descubiertos a través de la palabra. La autora observa que, a excepción de Helena, ninguna de las mujeres logra cumplir el objetivo que se había propuesto con su exhibición. El rasgo común es la violencia física y la desarticulación familiar que se ciernen sobre todas ellas.
Cora Dukelsky, Profesora de Historia del Arte de la Universidad de Buenos Aires, analiza la figura de Clitemnestra en la cerámica en el capítulo Clitemnestra, esposa violenta, mujer con poder. Una interpretación de su iconografía en la cerámica griega. Indica que la cerámica cuenta con la ventaja, respecto a otras artes, de hacer percibir el suspenso, compartir la emoción, revivir la experiencia del espectador de la Antigüedad en su particular apreciación de la narración dramática (p. 113). Se centra en el estudio de la Crátera de Boston (c. 480 y 470 a.C.), cuyo lado A muestra el asesinato de Agamenón en el que Clitemnestra está eclipsada, mientras que el reverso exhibe la muerte de Egisto, y allí Clitemnestra se destaca por su pose agresiva. Compara esta representación de los crímenes con otras versiones literarias e iconográficas. Luego de evidenciar cómo la reina es descripta pictóricamente con particularidades que la alejan de lo femenino y manifiestan su apropiación de roles de varón, define a Clitemnestra como una antimujer: engañadora, rebelde, dispuesta a matar, adúltera y audaz.
El capítulo inicial de la segunda parte, titulado πῶς φράσω τέλος; Casandra narradora: la travesía del lógos por el tiempo y desarrollado por el Licenciado en Letras Tomás Bartoletti, se centra en el entrelazamiento de la narración trágica y de la histórico política, a través de las palabras de Casandra en el Agamenón de Esquilo. Con esto, el autor procura revelar las ideas de cambio de la pólis ateniense. Demuestra de qué manera se entrelazan el tiempo y el lógos en relación con sus manifestaciones humanas y divino-cósmicas. Luego de precisar la concepción griega del tiempo y de la narración en la Poética de Aristóteles, demuestra que hay un télos en la vida de los personajes, un télos para la obra y un télos para la pólis (p. 148). Compara el empleo de las palabras de Casandra con las de Clitemnestra, y concluye que Casandra en la obra une la experiencia temporal de la cognición con la experiencia temporal de la narración.
Juan Gatti, estudiante de Filosofía, en Palomas y halcones: violencia y persuasión en Suplicantes de Esquilo, analiza una serie de pasajes de la obra, a fin de comprender la complejidad argumental que implica el rechazo del matrimonio por parte de las Danaides. En la tragedia, la persuasión se vuelve central, ya que en ella se basan las decisiones de la Asamblea argiva; la violencia, por otro lado, cobra importancia ya que el rechazo a los pretendientes se debe a su talante violento. Habiendo mencionado que el problema familiar se resuelve dentro de la pólis democrática, Gatti infiere que el autor de la tragedia plantea la necesidad de que la relación conyugal se asemeje a la que se da en una democracia.
En el séptimo capítulo (¿Bastardo sin gloria? Herencia y legitimidad en Hipólito de Eurípides), Hernán Martignone, doctorando de la UBA, examina la condición del otro en la pólis al valorar como central la bastardía de Hipólito en la obra de Eurípides. Teniendo en cuenta la ley de ciudadanía ateniense del 451-450 a.C., analiza la brecha generacional del protagonista con su padre Teseo. La hipótesis de la centralidad de la bastardía se comprueba al advertir que determina el carácter de Hipólito, da lugar a las sospechas de Teseo respecto a su hijo y genera la mentira de Fedra. Concluye Martignone que Eurípides, con esta obra, demuestra qué ocurre con aquel que se aparta de la sociedad.
Emiliano J. Buis, investigador especialista en derecho y comedia antigua, se ocupa del modo en que Aristófanes trata el problema de la visión del relativismo sofístico de la justicia en el universo religioso de las mujeres atenienses en La musa aprende a debatir: escenificaciones femeninas de la praxis política en Tesmoforiantes de Aristófanes. Analiza en esta obra las estrategias retóricas que potencian los discursos de los personajes femeninos y su participación pública. Rescatando el vocabulario religioso y las alusiones a la Asamblea, y poniendo en boca de las mujeres el juego entre derecho positivo y derecho natural, Buis explica cómo se da el reemplazo progresivo de un ámbito religioso (femenino) por un espacio político (masculino). Las mujeres, con sus palabras, unen lo masculino y lo femenino, lo mortal y lo divino, el autor y su público, transformándose en portavoces de una praxis político-religiosa. Concluye que Aristófanes, con esta comedia, instruye al público sobre los límites de la convencionalidad del derecho humano. Una fe de erratas subsana la lamentable omisión editorial de las notas a pie de página de la parte final del capítulo.
El último capítulo de la segunda parte, Matrilinealidad y poliandria: polémica en torno a la interpretación de las fuentes en las Historias de Polibio, está dedicado a la construcción de Polibio del discurso histórico y a su polémica con Timeo en torno a la instauración de un linaje matrilineal y la poliandria en Esparta. María Mercedes Turco, docente e investigadora de la UBA, desarrolla estos temas para examinar de qué manera Polibio se apropia de las fuentes documentales, cómo hace creíble su relato y de qué modo su interpretación ha generado polémicas sobre lo femenino en la Antigua Grecia. Revela que gracias al uso de procesos pre-poéticos y herramientas lógico-discursivas, la utilización de otras fuentes documentales para cotejarlas, la inclusión de pruebas empíricas para fundamentar su relato y la construcción del discurso desde un razonamiento lógico, la versión de Polibio, aunque polémica, es factible.
La tercera parte comienza con un trabajo de Katia Obrist (Universidad Nacional del Comahue): Aberturas femeninas en el teatro griego. Algunas reflexiones en torno a la puerta central de Traquinias de Sófocles. Centrándose en la significación del espacio escénico de la tragedia sofoclea, y teniendo en cuenta que las heroínas trágicas no se ajustan al modelo de mujer de la época, se propone examinar cómo los espacios teatrales, en tanto construcción semiótica, aportan tensiones y ambigüedades a los personajes femeninos. Para ello, analiza los significados que promueve la construcción discursiva del espacio doméstico, los vocablos propios al campo semántico del conocimiento-pensamiento enunciados por Deyanira y observa cómo las salidas y entradas por la puerta exponen su carácter ambiguo e implican cambios en la construcción mental de la audiencia sobre el oîkos y el interior de Deyanira. Obrist manifiesta que la abertura en el centro de la skené permite la presencia de la otredad y de su discurso de resistencia. Si bien la necesidad de conocer de Deyanira constituye una irrupción en el mundo de los hombres, ella es derrotada, reafirmando la alteridad de las mujeres.
Con un enfoque interdisciplinario avalado por su formación en Psicología y Filología, Cecilia Josefina Perczyk, aborda la personalidad, manifestaciones y accionar de Lýssa para analizar cómo es afectado Heracles en El diagnóstico del héroe en Heracles de Eurípides. Una aproximación desde la medicina hipocrática y la psiquiatría actual. Con el fin de acceder a la construcción de la locura trágica desde una perspectiva psicológica y antropológica, combina el método filológico con la historia de las mentalidades y la psicología. Lýssa, caracterizada como un daímon, es el puente entre el plano humano y el divino. Los efectos que ella provoca en el héroe asocian la locura a un ritual báquico; a su vez, la autora señala el distanciamiento respecto de la figura heroica. Observando la correlación de los síntomas de Heracles con los caracterizados en los Tratados Hipocráticos y los Problemas de Aristóteles, y examinando su enfermedad en términos de la psiquiatría actual, enfatiza la idea de un agente exterior como causa de esta locura. La rehabilitación de Heracles en la obra se produce a partir del diálogo con Teseo y la relación de philía.
Mariel Vázquez, estudiante de Filosofía, comienza su trabajo (Un manto para el pueblo. Tejido social y trama cómica en Lisístrata de Aristófanes) señalando que Lisístrata enuncia su proyecto político en términos de tejidos e hilados. Sostiene que el uso de la metáfora de la lana, además de producir comicidad, obedece a la herencia de la tradición literaria. Las acepciones del término hyphaíno son examinadas para comprender las referencias al arte de tejer en Lisístrata. Teniendo en cuenta que la polaridad hombre: guerra-poética y mujer: tejido debe ser matizada, entiende que los modos de organización del oîkos se extienden a la pólis. El tejido, observa, se convierte en el medio de expresión para las mujeres silenciadas, como Filomela, Helena o Penélope. La autora demuestra cómo Aristófanes se vale de la concepción de las mujeres como simples tejedoras para hacer presentes todos los sentidos subyacentes en la acción del tejer.
En el decimotercer y último capítulo (Helena y Andrómaca en clave moralizante: una lectura romana de los personajes homéricos en la Ilias Latina), el doctorando Federico Koll comienza con la descripción de los problemas de datación y autoría del poema, objeto de análisis de su trabajo. Luego, examina la función de Helena y Andrómaca y el cambio de caracterización respecto de su modelo griego. Comprueba que Helena pierde la dignidad y su caracterización en la versión latina es dominada por una lectura en tono moralizante; mientras Andrómaca, si bien asume su papel tradicional, es la esposa desesperada que pierde la cordura y resulta transformada por la intensificación del páthos. La fidelidad al modelo griego solamente es vista en el contenido narrativo.
El libro da cuenta en su parte final de una vasta bibliografía e incluye una somera descripción de la trayectoria académica de cada uno de los autores, lo que permite entender la multidisciplinariedad de los estudios que comprende La pólis sexuada. La obra no solo cumple con sus propósitos (explorar las estrategias con las que se polemizan los comportamientos previstos teniendo en cuenta variables jurídicas y sociales vinculadas con el rol del género), sino que el estudio filológico de cada texto y la complejización de las tensiones estudiadas despiertan interés por cada una de las investigaciones que lo constituyen. En suma, La pólis sexuada. Normas, disturbios y transgresiones del género en la Grecia Antigua constituye un verdadero aporte a los estudios de género.