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Circe de clásicos y modernos

versión On-line ISSN 1851-1724

Circe clás. mod. vol.25 no.1 Santa Rosa ene. 2021

http://dx.doi.org/https://doi.org/10.19137/circe-2021-250102 

Artículos

Sobre la sátira en Bizancio: ‘Ignorante’ o ‘El que se dice profesor’ de Teodoro Pródromos

On the satire in Byzantium: 'Ignorant' or 'Who claims to be a teacher ' by Theodorus Prodromos

1Conicet/ Universidad de Buenos Aires/ Universidad Católica Argentina

Resumen

Se ofrece una traducción española del texto mencionado, con introducción, anotación y comen­tario interpre­tativo, y se destaca que la obra representa el género satura en Bizancio, según una tradición amplia recogida por el 'clasicismo' del s. xii.

Palabras clave Bizancio; sátira; Pródromos; tradición; Ἀμαθής

Abstract

It is offered here a Spanish translation of the Ἀμαθής, with introduction, notes and interpreting commentary; it is highlighted that this work represents the genre satura in Byzantium, according to a large tradition assumed by the 'classicism' of the xiith century.

Keywords Byzantium; satire; Prodromos; tradition; Ἀμαθής

A propósito de nuestro estudio general sobre la literatura griega en Bizancio, queremos hacer avances sobre textos representantes de la sátira. Entendemos por tal lo mismo que la satura latina pero en prosa (al estilo de Luciano de Samósata), es decir, no un poema ni un mimo con tintes satíricos sino un ensayo de contenido filosófico, ‘mez­cla’ de te­mas, estilos, lenguajes, es­cenas, anécdotas; con una crítica grotesca, severa, sub­je­ti­va, de la rea­li­dad con­tem­po­rá­nea pero con espíritu intemporal, con narración ame­­na, contrastiva, a veces hi­per­bólica, a veces obs­cena o grosera, carente de un con­te­ni­do 'político' en sentido es­tricto como podía incluir Aristófanes en sus comedias; un texto que une tradiciones literarias y erudición con experiencia personal del autor, quien en ge­ne­ral tiene insatisfacción respecto de la realidad o de aspectos de ella.

En esta ocasión vamos a incursionar en un texto de Teodoro Pródromos (.. 1100 - .. 1170, Constantinopla). Es uno de los más impor­tan­tes y más famosos literatos del milenio bizantino[1]. Novelista, orador, filólogo, filósofo, poeta, compuso mimos literarios en prosa, Venta de vidas y Amaranto [2], es decir, obras dramáticas como la tragedia paródica Katomyomakhía, 'Batalla de gatos y ratones', mientras que con­si­deramos sátiras al menos tres de sus piezas: 'Ignorante' o 'El que se dice profesor', Filo­pla­tón o curtidor y Ver­du­go o médico. Sátiras en verso son La vieja prostituta y El viejo barbilargo, cada uno con ciento dos dodecasílabos. Quizás lo sea también Los apuntes del ratón .Σχέδη τοῦ μυός [3]), texto atribuido al mismo Pródromos, en el que una posible sátira a la mundanidad de los monjes se es­con­de en una escena fabulesca.

Podestà publicó estos textos satíricos tras una descripción de los manuscritos y una lista de edi­cio­nes pre­vias, señalando que Φιλοπλάτων y Δήμιος estaban entonces inéditos: incluyó el texto grie­go y la traducción italiana, con aparato crítico y notas, de Ἀμαθὴς ἢ παρὰ ἑαυτῷ γραμ­μα­τι­κός = 'Ignorante' o 'El que se dice profesor' [4]; de Φιλοπλάτων ἢ σκυτοδέψης = Filoplatón o curtidor [5] (149 H)[6]; de Δήμιος ἢ ἰατρός = Verdugo o médico [7] (148 H). Estas tres pie­zas fue­ron tradu­ci­das tam­bién al italiano por Romano en su estudio sobre la sátira[8].

Aquí nos centraremos en la primera de estas obras mencionadas, siguiendo la edición de Migliorini (2010), en la que corresponde al texto III, equivalente a 144 Hö­rand­ner (1974). El texto res­ponde al testimonio del códice Vaticanus gr. 305, f. 50v ss., si bien está testimoniado también por otros manuscritos: Matritensis Graecus 99, Bodleia­nus Baroccianus Grae­cus 165, Baroccianus Graecus 187, Vaticanus Ottobonianus Graecus 466. Los dos códi­ces va­ti­canos aportan las tres sátiras y los dos mimos.

Esta sátira, el Ἀμαθής, fue publicada previamente por Johannes Cramer en Anec­­dota Graeca Oxoniensia III, 222-227, Oxford, 1836, cuyas lecturas Podestà incluye en aparato.

Ofrecemos, pues, una traducción española con anotación y comentario, a fin de difundir el texto pero también argumentar sobre nuestra interpretación de que se trata de una sátira en el sentido pleno del género.

En la traducción indicamos el número de folio del manuscrito y el número de sector corres­pon­diente a la edición de Migliorini.

Traducción

La indicación [f.] remite al folio; [P] a la página de Podestà; [R] a la página de Romano.

'Ignorante' o 'El que se dice profesor' [9]

[f. 50 v] [P 242] [R 298]

(1a) Si alguien preguntara a Marsias el auleta[10] “¿Qué[11]? Querido Marsias, ¿afir­mas ser el culmen en el conocimiento aulético?", y él afirmara "Y mucho, en efecto, hombre, por­que también con Apólone competí alguna vez acerca de él", (1b) y aquél dijera "En­tiendo también eso, Marsias, que alguna vez competiste acerca del arte con el pelo-no-cortado[12] y que las Musas[13], tras escuchar a ambos[14], otorgaron la victoria al dios; (1c) y ciertamente escucho las otras cosas de la historia y las llagas que te fueron inferidas por parte de Apólone y cómo de allí, a partir de las sangres, devino un río y a partir de ti re­cibió su nombre; (1d) mas si de otro modo esto no es ni cuento ni ambi­ción poética, ¡vamos!, tras tomar la flauta esta, muéstrate"; (1e) y al mismo tiempo le[15] pusiera el ór­gano junto a las manos, ¿aprobaríamos al hombre, si así indagara con su­ti­leza al flau­tista? (1f) Y aun si aceptara no fácilmente lo del citarista de Me­timna[16], [f. 51r] el canto aquel [P 243] y el delfín aquel y la nueva cabalgata sobre el agua y, testi­mo­niando a­quél que no de otro modo sostendría el cuento, (1g) dijera "venerables son es­tas cosas para ti, Arión, mas yo no sé cómo no soy capaz de confiar en el cuento si, tras ajus­tar pri­me­ro la cítara, no cantas tal como lo de aquel momento en la proa..."; (1h) si aquél recla­ma­ra esto, parecería toparse con la verdad al otro lado de la puerta[17].

(2a) ¿Podríamos concederte[18] ser gramático, oh querido compañero, [R 300] por­que vo­tas a favor de ti mismo en cuanto a la ciencia, y no te reclamaríamos[19] que, del modo que sea, al actuar acerca de ella se demostrara lo bien estimado? Pero ¿es preciso tam­bién afir­mar sobre ti aquello de "Él mismo afirmaba", como otrora en lo del Samio sa­bio[20]? (2b) Y efec­ti­va­mente, si estas cosas son así, ¿por qué, entre los otros científicos y ar­tis­tas, no te llamas tam­bién a ti mismo no sólo músico sino también médico y geó­me­tra y as­tró­no­mo? (2c) ¿Por qué no representas a Trasimedes[21]? ¿Por qué no a Jaron­das el de Ca­ta­na[22]? De éstos, uno se diferenció de los demás en la estatuaria, el otro be­ne­­fició no poco con las le­gis­la­cio­nes a Italia y Sicilia. (2d) ¿Por qué no te apropias de lo de Tales de Mi­leto y no te nombras primer sabio como él? Por las otras cosas y porque ha injertado el alma en el ámbar y el magneto[23]...

(3a) Pero en nada te rebajes tú a los otros, no en obra, no en renombre: habla tan sólo y muéstrate según lo dicho; o ni siquiera esto, sino pon en tu ánimo ser todo y serás todo. (3b) Mas yo no acordaría[24] con una opinión tal, como no fácilmente diría a al­guien 'talabartero', [P 244] incluso si "la fuerza de Diomedes"[25] se me impusiera con una es­pa­da que me golpeara la espalda, si no tomara[26] con talento el cincel y no dis­pu­sie­ra[27] bien la aguja y el zapato y no cosiera artesanalmente el borceguí y la sandalia. (3c) Pues ¿qué argumento me convencerá de que Ánito no representa a Aristides[28] y a Is­me­nias De­mó­­filo[29]? ¿Dónde sé si bajo una piel de león también rebuznará a su vez un asno y si el ratón acusará a la comadreja, hasta entonces la novia, y si tras vociferar el cuervo pa­sará hambre[30]? (3d) ¿O cuándo o a partir de qué alguien ha sido denomina­do propio del pugi­la­to o de la palestra, sin haber competido con los puños o en la lu­cha atlética, en Nemea o en el Istmo[32]? ¿Cuándo ganó el pino o el apio[33]? ¿Quién, ade­más, coronó al te­sa­lio Poli­da­mante antes de que éste se hubiese mostrado en el pan­cracio?[34] [f. 51v]

(4a) No será entonces suficiente ni siquiera para ti el decir ser gramático para demostración de ser tal, sin ser probado antes. Pues rápidamente la piedra lidia exa­minará lo falso[35] y el Rin al bastardo[36] [R 302] y el sol al aguilucho[37]. (4b) Efectivamente, o bien de­berás negar también el nombre, o bien el que se niega a esto deberá aceptar la prueba; porque yo te preguntaré brevemente también sobre eso de lo que está en los pro­emios del arte. (4c) Pues dime, ¿cómo el que enseña un arte[38] pone como arte la gra­má­tica y luego define a ésta como experiencia? (4d) ¿Qué? ¿me pones que son dos las gra­máticas, una muy incompleta y otra muy completa, y consideras que una es lla­ma­da experiencia y la otra arte? (4e) ¿O a ambas das el nombre de una, como si fuesen lo mis­mo arte y experiencia? (4f) Pero tú –creo– no propondrías como una misma cosa arte y experiencia [P 245] ni yo acordaría[39] contigo al proponerlo en tanto escuche que Aristóteles genera la experiencia a partir de muchos recuerdos y de ésta extrae el ar­te[40]. (4g) Temo por otro lado también caer en contradicción al proponer que una misma co­sa no tiene razón y que la tiene si, por una parte, sabiendo que la experiencia es irra­cio­nal y una larga práctica y, por otra, escuchando a Platón[41] que no considera digno llamar 'arte' lo que es irracional, identificara luego la experiencia y el arte[42]. (4h) Resta entonces, al pro­poner dos gramáticas, asignar a cada una uno de los nombres. En efec­to, oh[43] admira­do, una existe de algún lado y junto a nosotros y grande es la hilera de gra­máticos que de ella toman el nombre; en cambio la otra[44] ojalá la descubras tú mis­mo. (4i) Pero no lo creo, incluso si soportaras un millón de labores, a no ser que te sea tan amigable llamarla 'gramatística'.

(5a) ¿Por qué, gramático, callas ante esto y no resuelves rápido la aporía? ¿Quie­res que nos pongamos de acuerdo contigo en esto? ¿Sugerimos alguno de los caminos más accesibles? Sé bien que dirás "muy bien, en efecto". (5b) En efecto, respóndeme, tras quitarte al fin de una vez el flujo de la nariz[46], ¿cómo 'Xeno­fon­te'[47] recibió su eti­mo­lo­gía por parte de tu antiguo [maes­tro][48] del hecho de 'ser matado en lugares ex­tran­jeros'? (5c) ¿Pues qué?, ¿por el hecho de que ha sido llamado así, ha sido ase­si­nado? ¿O por el hecho de que ha sido asesinado ha sido llamado [así]? Si es lo primero, misán­tro­pos son quienes pusieron el nombre al hombre, si por esto iba a ser asesinado en otro país. [f. 52r] O testimoniaron[49] para sí mismos tan grande pobreza de nombres, como para haber dejado el 'Diomedes', el 'Ferecides', el 'Temistocles', el 'Pericles', el 'Aristo­de­mo', el 'Alcínoo'[50] y cuantos otros nombres son [P 246] venerables, [R 304] mas haber arribado a este de mal augurio, 'Xe­nofonte'. (5d) Si, en cambio, por el hecho de que ha sido ase­si­na­do ha sido llamado [así], es matado[51] primero disimuladamente y luego pa­rido y deno­mi­nado. (5e) Mas yo tam­bién conozco a muchos Xenofontes, si no me apli­qué a los libros como a un sueño, los cuales no han fenecido[52] ni en otro país ni nece­sa­ria­mente de modo vio­lento, de manera que hay que sacarles a esos[53] el nombre y no con­si­de­rar apropiado llamarlos 'Xeno­fonte', para que no acaezca engañarse sobre el étimo y el sentido ver­da­de­ro[54]. (5f) Pero al menos a causa de esto habría que repro­charle al téc­nico, pues se le ha­bía pro­puesto indicar modelos solos y explicaciones de etimolo­gías y no exponer sa­biamente sobre las más perfectas de ellas.

(6a) A ti, oh atolondrado, no hay sólo que reprocharte correctamente, sino que por cier­to también hay que estamparte unos puñetazos en la sien[55], por las cosas con las que andas gritando que incluso el bronce en Dodona[56] te da a ti el voto de gramático, (6b) en cambio ante mis preguntas estás parado recto como estatua de arcilla[57]. ¿Quie­res que te[58] preguntemos una tercera vez o también ante ella callarás no menos? "No, en efec­to: pre­gunta", dice tu cabeza –creo–, asintiendo. (6c) Di, pues, ciertamente (pues tuyo es el jui­cio de los poemas; a éste, en verdad, también el de los poetas le ha sido remitido por la gra­má­tic­a)[59]: ¿apruebas la poesía de Homero o la de Hesíodo[60]? ¿O, más allá de estos dos va­ro­nes, la de algún otro? (6d) Bien sé que dices "la de Homero" y tras éste "la de He­sí­o­do", si no interpreto del todo falsamente tu cabeza, y bien ha­ces co­lo­­cán­dolos como los más sabios frente a los otros. (6e) Efectivamente, ¿ejercita­rí­as[62] a los jóvenes también en los poemas de éstos?... Y penosamente [P 247] asentiste esto. (6f) Pla­tón el ateniense[63], por cierto, no sé pasándole qué, no piensa en acuerdo con tu razo­na­miento ni en her­mandad contigo; él condenó la Calíopa[64] homérica a tal punto que le­gis­la que el que ha de ser bien puesto al frente de una ciudad no haya sido educado por la rapsodia, no sea que, tras poner en el alma a partir de allí imágenes de toda mal­dad, vaya a mani­fes­tarse luego un montón de males no sólo para sí mismo sino tam­­bién para la ciudad; (6g) de modo que no es posible para alguien obtener ni va­len­tía ni ver­dad ni sensatez ni li­ber­tad de otra manera si no se aparta del todo de las obras de Ho­mero[65].

(7a) ¿Qué es para ti también el sabio de Ascra[66]? Dirás en efecto que su verso es sumamente utilísimo para alguien, pero no por cierto para el gramático, oh tú ex­ce­len­te, [R 306] mas muy mucho para el navegante y para el labrador; (7b) pues ¿qué, si el carro es de tantas palmas de largo, si la reja del arado[67] es tal y si ahora hay que cose­char y ahora sembrar y si ahora hay que poner el timón sobre el humo[68] y ahora arras­trar la nave al mar, si no se es uno de los navegantes o de los labradores? (7c) Pues dudo de decir que lo hesiodeo sea útil siquiera para los tales, al ocultar el metro, co­mo un cierto obstáculo[69], la enseñanza a los más rústicos. (7d) ¿Ves cómo te ha hecho res­ba­lar lo relativo al juicio de los poemas, sapientísimo? Así yo, al menos, si quieres some­ter oídos cuanto más sea, te aconsejaría, tras tomar en manos una tablilla e ir a lo del gra­má­tico, ser conducido primero a los primeros elementos, luego subir escalona­da­mente [P 248] a los más acabados hasta que entiendas la acrópolis de la gramática; (7e) y, si al subir han de serte necesarios trabajos y trabajos no mesurados, someterte tam­bién a ellos muy noblemente a causa de lo que es causa[70]. Pues sería ridículo y sufi­cien­temente ilógico poner seriedad en lo jocoso y en cambio no[71] hacer eso en lo serio[72]. (7f) O bien averíguame de los que están sobre la escena cuánto soportan el certamen, cómo las mejillas podrían acostumbrarse a crujir al serles golpeadas y la voz podría re­pre­sentar ora al que se lamenta, ora al que amenaza, en ocasiones al que se aflige, y los pies, doblándose[73] en los tobillos y plegándose por el córdax[74], se dispon­drían[75] para otra danza[76].

(8a) Mas tú te crees merecedor, sin haber trabajado antes para nada ni echando efectivamente las bases de un abundante esfuerzo para la virtud, [f. 53r] de surgir lue­go a la vida como gramático, como alguien sembrado[77]. (8b) Y en verdad era nece­sario que tú, oh amigo, no abajaras el argumento a tal punto de deshonra que se deba[78] com­prar el ha­cer por el solo querer[79], antes de lo cual los dioses pusieron los sudores, según tu He­síodo[80], salvo que afirmemos que también tú, de algún modo, de acuerdo igual­men­te con este poe­ta, hayas sido hecho sabio por las Musas. (8c) Pero las hijas de Zeus hicieron sa­bio a aquél con el cayado de laurel, según los mitos[81], mas a ti, que eres tonto, te ha­brían golpeado justamente con uno duro y de madera de granado.

(.) Luego, siendo tal, oh el más infeliz de los hombres, ¿imaginas no sólo es­cue­las sino también tronos[82] [P 249] y tribunas y una multitud de jovencitos no inno­bles, de los cuales hay algunos colocados en fila, en paralelo, [R 308] y otros sen­ta­dos sobre posapiés, y te figuras algunos muchachitos carilindos que salen para ti a la en­tra­da y a la vez te silban?

(10a) En efecto, en cuanto a las cosas hasta ahora, sé bien que podrías repre­sen­tar[83] no innoblemente al maestro: pues acaso entres[84] venerablemente y te sentarás bri­llan­temente y te estirarás el bigote, quizás estires[85] el cuello y aparentes[86] una persona re­flexiva, apoyando el codo a cada uno de los lados del trono[87]. (10b) Pero hasta esto no tendremos al maestro; abrirás entonces también los labios y el renombre se hará con­fiable con los hechos, distribuyendo esta parte del discurso a unos, ésta a otros y otra a los demás. (10c) Mas tú, al invitar la ocasión a hablar, ¿qué podrías incluso decir, sien­do priva­dí­si­mo de palabra? Y por otra parte, ni siquiera sin análisis ¿quién te ofre­ce­ría su hijo? Pues ¿crees que al ir a comprar una olla acaso hacemos eso de otro modo, antes de exa­minar con el ojo la vasija y de comprobar, golpeando con los dedos, que no sue­ne algo desacorde como en las [ollas] no bien curadas? (10d) Y cuando vamos a em­bar­car a nuestros niños en un discurso, ¿acaso vamos a hacer esto no de manera com­pro­ba­da[88]? (10e) ¿Y vamos a ofrecer un potrillo a un domador ignorante, el niño a un ma­estro tonto? (10f) ¿Y tomar en no poco la palabra de los esclavizados, si de algún mo­do las lenguas les son pulidas hacia lo más helénico[89], mas considerar asunto de des­pre­cia­bles las lenguas y almas de los hijos que se barbarizan[90] y se hacen propias de escla­vos?[91] (10g) No de tal modo se atontan los hombres, no de tal modo Peleo[92] fue un Me­le­tida[93] como para confiar a su Aquileo a un cerdo en vez de a Khirón[94], no tan Ko­rebo[95] fue Ale­jan­dro como para querer ser discípulo[96] de un totalmente imperfecto en vez de Aris­tó­te­les[97].

(11) Pero tú "ojalá te hagas agua y tierra", de acuerdo con tu poeta[98], si no te has em­pa­pa­do ya de ambas, siendo de arcilla en cuestiones de gramática[99]. Mas nosotros, tras dejar que pienses[100] como quieras acerca de ti, de aquí pasaremos a cantar otro orden de cosas.

Comentario

El texto es una prosa en primera persona, un plural mayestático (cfr. 2a, δοῖμεν, ἀπαιτήσαιμεν) que también puede aludir a un 'grupo' con el que el individuo se iden­ti­fica y al que asigna las mis­mas ideas, pues alterna con una singular (με...οἶδα 3c, οἶδα 5a, μοι 5b, ἐγὼ...ἐφίστημι 5e, οἶδα... κα­ταψεύδομαι 6d, οἶδα 6f, ἔγωγε...μοι 7d, μοι 7f, οἶδα 10a). Se trata de un diá­logo fin­gi­do, pues el perso­na­je acusador se dirige a un 'tú' de quien a veces transmite las respuestas o las ré­plicas que él supone más a partir del lenguaje corporal que vocal (5a, 6b; "No, en efec­to: pre­gunta", dice tu cabeza –creo–, asintiendo" 6b; 6c; "si no interpreto del todo falsamente tu cabeza" 6d), o de quien des­cri­be las actitudes, co­mo el que­­dar­se callado (5a, 6a), el asentir (6b, 6d, "Y penosamente asentiste esto" 6e), el asumir aires de académico reflexivo (10a).

El tema central de fondo es el barroco de la apariencia y la realidad, del ser y del parecer, que aparece también en Filoplatón (149 H = 5 M) acerca de la filosofía, apli­cado aquí a la persona de alguien que se dice 'gramático' o, po­drí­a­mos decir, pro­fe­sor de lengua y literatura, no de primeras letras sino de un rango su­perior, que incluye la retórica, la filología, la interpretación y valoración de textos.

En una reseña sucinta de su contenido podemos decir que sus apartados (según la división hecha por Migliorini) tratan de lo siguiente:

1: necesidad de comprobar las dotes de la persona. Supone un diálogo entre un in­no­mi­nado y el sátiro Marsias, acerca del valor artístico de él, a partir de conocer su mito (1a-1e); algo similar con el caso de Arión. La cuestión es, ¿basta la fama para va­lo­rar a un artista o hay que pedirle que lo demuestre?;

2: tras los ejemplos míticos pasa a la situación del supuesto gramático; ¿puede alguien considerarse capaz de cualquier arte o ciencia? Enumera ejemplos históricos de ar­tis­tas, legisladores. El sarcasmo de 2d, en el que exhorta a asimilarse a Tales, se con­tinúa en 3;

3: aquí le dice que no se rebaje (3a), que con sólo pensar que es, es; ni siquiera hace fal­ta confirmar con hechos lo que se dice. Pero que él no le creería: para ser y llamarse zapatero hay que saber coser zapatos (3b); porque se puede hacer pasar al malo por bueno (ejemplos históricos y ejemplos de adýnaton con animales de la fábula; 3c); todos deben demostrar su valía (ejemplos del deporte; 3d);

4: deberá probar que es un gramático, como todo en la naturaleza (4a); o acepta la prue­ba o deberá negar su oficio (4b); cuestión de si la gramática es arte o ciencia empírica (4c), si hay dos gramáticas (4d), si son lo mismo (4e); el acusador analiza la cuestión a partir de la definición aristotélica (4f) y de la reflexión platónica (4g); son dos disciplinas diversas (4h) y no cree que su destinatario responda a la eleva­da: quizás sea un maestro de primeras letras pero no un profesor (4i);

5: lo exhorta a responder. Plantea cuestiones de etimología y de las falsedades que pue­den filtrarse en ellas. No es casual la elección de nombres, cuyo significado que­da opuesto al que se supone el de Xenofonte. No sólo son 'venerables' (σεμνά 5c) por su significado sino también por las personalidades a las que remiten. La frase "tu antiguo (maestro)" puede reflejar un problema textual, en el que se omitió un nom­bre propio o se sugiere la intención del autor de aludir a alguien conocido sin ne­ce­si­dad de mencionarlo;

6: el tono cambia; del sarcasmo y la argumentación se pasa al insulto y a la amenaza de golpes merecidos, al estilo de la comedia antigua. No sólo el vocativo es agresivo sino también el comparar la estatua en bronce de Dodona, que testimoniaría la sa­pien­cia del gramático, con la estatua de arcilla que éste semeja al quedarse ca­llado (6a-b). Si es un profesor de literatura, podrá opinar sobre los valores de Ho­me­ro y de Hesíodo (6c-7c), con el alegato de Platón contra la poesía homérica (6f-g);

7: se centra en Hesíodo, respecto de quien el acusador critica que su utilidad es para un público restringido y que su didáctica es dudosa, porque el verso no es fácil pa­ra el rústico (afirmación que puede asombrar, dado que también los rústicos dis­fru­taban del verso homéri­co). A partir de 7d aconseja al acusado retornar a los fun­da­mentos de los estudios de las letras y transitar el esforzado camino de for­ma­ción superior, que compara con la labor esforzada, exigente y agotadora de los ac­to­res-bailarines cómicos (7f);

8: le reprocha que se crea ya preparado para el oficio como si tuviera dotes infusas. Para ser profesor se requiere esfuerzo, porque así lo dispusieron los dioses (8b) sal­vo para favoritos de las Musas. Con hiriente sarcasmo dice que las Musas dieron a Hesíodo un cayado de laurel, en cambio a él lo golpearían con un cayado duro (8c);

9: el sarcasmo continúa al decir que quizás él se imagine rodeado de alumnos que le prestan atención y lo elogian. Aquí hay detalles de la vida escolar: los estu­dian­tes se colocan en filas paralelas o se sientan en posapiés o pueden salir a recibir o des­pe­dir al maestro con expresiones halagadoras;

10: puede simular por su aspecto y sus actitudes (10a); podrá distribuir tareas (10b); pero al hablar se revelará como un incapaz (10c). Todos comprueban el valor de las cosas: la calidad de una olla (10c), la habilidad de un domador (10e); también la de un maestro y qué tipo de lengua valora y enseña a los jóvenes (10c y 10f), con ejem­plos mítico e histórico (Peleo y Alejandro Magno) frente a tontos de la sabiduría popular (Meletídes y Kóroibos);

11: sentencia final: el pseudo-gramático es como el barro, vil. El acusador lo deja; que piense de sí lo que guste.

Se puede ver este monólogo como un discurso argumentativo, del género epi­díc­tico de censura, en el cual;

- el pro­e­mio hace la captatio benevolentiae con el planteo mí­tico de Marsias y de Arión, que atrae la aten­ción del público (1) y oficia como exem­plum para exigir la de­mos­tra­ción de una habilidad;

- la narratio es el propósito básico: es necesario probar las capa­ci­da­des (1e); pues si se trata solamente de 'hablar' sobre sí mismo, puede arrogarse también ser uno de los siete sabios (2), pero todo λόγος debe ser confirmado por el ἔργον;

- la argumentatio (3-8) está constituida por una serie de ob­ser­va­cio­nes en las que el con­trincante queda mal pa­ra­do, no porque él diga algo sino porque el discurso le asig­na palabras y actitudes que confirmarían su incapacidad inte­lec­tual. Sarcásti­ca­men­te el acusador alienta al acusado a decirse y sentirse según su pre­tensión (3a), pero luego insiste en que todo oficio requiere de una demostración de ha­bilidad: po­ne ejemplos de la vida cotidiana (el talabartero), de la historia (Aristides e Ismenias), de la fábula y del deporte (3b-d), de la naturaleza (4a): si todo ello hace demostra­ción de habilidades y de dotes, también el gramático debe hacerla. La argu­men­ta­ción pretende poner de manifiesto que el cen­surado no tiene la prepa­ra­ción re­que­rida para su oficio ni quiere some­terse a prueba, no sabe responder al con­cepto de gramática ni a cuestiones de la filo­lo­gía –la etimolo­gía de Xenofonte– ni de crítica literaria –la preeminencia de Homero o de Hesíodo, la condena de Platón a Home­ro, el público supuesto de Hesíodo, incapaz de comprender al poe­ta–. En el tema de las etimologías (5b-f), el acusador plantea ab­surdos: o se es mala per­so­na para dar un mal augurio en la imposición del nombre; o primero se ase­si­na a la per­so­na portadora del augurio para luego parirla; o como la rea­lidad no res­pon­de al nom­bre hay que cambiar el nombre; todo lo cual lleva a ridi­culizar una falsa eti­mo­logía. Ante la tercera cuestión propuesta, a saber, la valoración literaria de Homero y de He­síodo, como supuestamente el 'profesor' no sabe respon­der, le aconseja ponerse a estu­diar (7d-e) y destaca la necesidad del esfuerzo con el ejemplo de la vida del ac­tor-bai­larín (7f); la excepción sería tener un don especial de las Musas, que el acu­sado no tendría (8a);

- se puede ver el sector 9-10 como una peroratio, en la que el acusador confronta la si­tua­ción del 'gra­má­tico' puesto en tela de juicio con la de hechos cotidianos que reto­man lo argu­men­­ta­do en el sector 3 (anám­ne­sis o re­ca­pi­tu­lación): vuelve al tema ini­cial (Ringkomposition) de la necesidad de comprobar la calidad de las cosas y las per­sonas con ejemplos de la vida cotidiana (olla, domador, maestro), del mito (Pe­leo) y de la historia (Alejandro). Allí se da un momento clave del tema apa­riencia-realidad y ser-parecer, por­que se comenta que el hombre se ­per­cibe rodeado de alum­nos valio­sos que lo elo­gian y se muestra con porte de intelec­tual, pero su ha­blar no resiste aná­li­sis: sugiere una exaltación del censurador que gene­ra indigna­tio en el público;

- y la con­clusión es la sentencia final que 'condena' al pseudo-pro­fe­sor como repro­ba­ble, lo cual justifica el título de la obra: ἀμαθής.

En realidad, el público no tiene datos ni indicios sobre el acusado, porque no hay un contra-discurso de defensa ni tampoco el acusador cita frases, opiniones o anéc­dotas indiscutibles: no hay tópoi a persona .patria, genus, studia, animi natura) sino so­­la­mente actitudes. El tema del ser-parecer resulta así no sólo el motivo de la acu­sa­ción sino también el punto de vista del acusador: él opina que el gramático no me­re­ce ser llamado así, pero no aporta pruebas contundentes sino generalidades, 'indicios' re­tó­ricos (eikóta). Más que demostrar una verdad presenta algo verosímil e intenta dar fuer­za a su opinión repitiendo no menos de cinco veces οἶδα, "sé". Los tópoi que so­bre­salen son el de lo posible-imposible en sus variantes de preparado / improvisado, ca­paz / incapaz, cali­dad / cantidad, mérito / demérito; el de la magnitud, mediante la com­paración con gran­des ejemplos: Marsias y Arión, para el caso del gramático, Pe­leo / Quirón y Alejan­dro / Aristóteles para el caso de su público, en los que el ejemplo ge­ne­ra el modelo (týpos) frente al anti­mo­de­lo (antítypos: Meletida y Corebo asimilados al censurado); el de la incoherencia entre lo pen­sado y lo hecho: tengamos en cuenta que, para un griego, el acuerdo entre λόγος y ἔργον tiene alcances éticos; no se trata sola­mente de ser coherente para sí mismo sino también por las consecuencias que pue­de conllevar la in­co­he­rencia: en este caso, un falso profesor puede perjudicar a los alum­nos, a sus pa­dres, a los colegas.

Como suele ocurrir con la literatura de contenido satírico, el texto sugiere el sen­tir del 'yo' literario y posiblemente del autor mismo ante una situación social que le despierta indignación. Dicho de otro modo, se debe entender que había en su tiempo (y en todo tiempo, pues la sátira suele ser intemporal en su crítica) docentes o inte­lec­tua­les en general que simulaban serlo y creían estar en un nivel más alto que el real. En el caso de Pródromos, serían colegas de su oficio que le despertarían enojo en tanto com­petidores que desmerecen el oficio.

Es frecuente en el género, también, que se presenten detalles de la vida coti­dia­na; ejemplos en este texto son la reseña de la tarea del zapatero (3b), la alusión al modo de comprobar la calidad de una vasija (10c), a la labor del domador (10e) y la descrip­ción de situaciones escolares, como la ubicación de los alumnos, las actitudes halaga­do­ras ha­cia el maestro, la asignación de tareas (9). También refleja la realidad la expre­sión del temor por el empeoramiento de la lengua, enten­di­do como el uso de la lengua colo­quial-vulgar en ámbitos académicos y cultos (10f). El 'helenismo' frente a la 'barba­ri­za­ción' apunta a la conservación de las raíces áticas fren­te a la incorporación de vo­ces, giros, expresiones de origen extranjero que, en épo­ca de Pródromos y más aún des­­pués de 1204, aumentaban por el influjo de los occi­den­tales (co­merciantes, invaso­res) y el avance de los pueblos del norte y del este que fue­ron haciendo mermar el te­rri­torio bizantino.

Recursos retórico-estilísticos

Por tener rasgos de discurso retórico, no es extraño que aparezcan elementos propios de la elocutio o léxis. Usa Pródromos invocaciones que resultan sarcásticas en el contexto, por lo que hemos conservado en español la interjección "oh", que es poco co­lo­quial y poco familiar, a diferencia del uso griego: "oh querido compañero" ὦ φίλ' ἑ­ταῖ­ρε (2a), "oh admirado" ὦ θαυμάσιε (4h), "gramático" γραμματικέ (5a), "oh exce­lente" ὦ λῶστε (7a), "sapientísimo" σο­φώ­τα­τε (7d), "oh amigo" ὦ φιλότης (8b); estas invocaciones chocan con las más sinceras ὦ ἐμβρόν­τητε "oh ato­lon­drado" (6a), τα­λαι­πωρότατε "muy infeliz" (9a). La califica­ción concuerda con la ima­gen de limpiarse los mocos (5b), como si el censurado fuera un niño o un tonto, y fun­ciona como impre­ca­ción. La imagen negativa del acusado se completa también con ciertos predicativos que el acusador da por ciertos, como ἀνόητον ὄντα "que eres tonto" (8c), ἀλογώτατος ὤν "siendo pri­va­dísimo de palabra" (10c) o πήλινος ὤν "siendo de arcilla" (11).

También se observa el uso de refranes, como παρὰ θύρας ἀπαντᾶν (1h) y διο­μή­δειος ἀνάγκη (3b), y de nombres connotativos por antonomasia, como Meletida y Ko­rebo (10g), lo cual remite a una 'sabiduría popular' aunque de raigambre literaria.

Otros recursos son:

- commoratio en apósito con interpretatio: en 1f aclara qué es "lo del citarista de Metim­na";

- correctio: cuando le dice que no hace falta hablar ni mostrarse sino solamente pen­sar­se (3a), donde la propuesta es una 'superación'; en cambio es 'contraposición' en 8c, cuando opone el laurel de las Musas al palazo que habría recibido él;

- hypónoia o alusión, en el caso citado de "tu antiguo..." (5b);

- anticipación: "Sé bien que dirás 'muy bien, en efecto'" (5a);

- enumeración: en polisíndeton "no sólo músico sino también médico y geóme­tra y as­tró­no­mo" (2b), "obtener ni va­len­tía ni ver­dad ni sensatez ni li­ber­tad" (6g), "imagi­nas no sólo es­cue­las sino también tronos y tribunas y una multitud de jovencitos" (9); en asíndeton "el 'Diomedes', el 'Ferecides', el 'Temistocles', el 'Pericles', el 'Aris­to­­de­mo', el 'Alcínoo'" (5c);

- quiasmo: Ἄνυτος μὲν Ἀριστείδην, Ἰσμηνίαν δὲ Δημόφιλος (3c), sujeto-objeto, ob­je­to-sujeto;

- hipérbole: la estatua de Dodona que avalaría al gramático (6a); que las musas lo gol­pe­arían (8c); "si no te has empapado ya de ellas" (11);

- interrogación retórica, que supone el acuerdo del público con el orador: 2, 3c-d, 4c-d, 5b, 5c, 6b, 9;

- sermocinatio al introducir el diálogo supuesto con su censurado (2 ss., 5a, 6b, 6c) y entre un ter­ce­ro innominado y él (1);

- impossibilia (3c);

. metonimia: "haya sido educado por la rapsodia", "condenó la Calíopa" (6f);

- lítote en 9a οὐκ ἀγεννῶν y 10a οὐκ ἀγεννῶς;

- imágenes sensoriales: "antes de exa­minar con el ojo la vasija y de comprobar, gol­pe­an­do con los dedos, que no sue­ne algo desacorde como en las [ollas] no bien cura­das?" (10c);

. juego etimológico: σπουδὴ... σπουδαῖα (7c), ἀτελεῖ... Ἀριστοτέλους (10g);

. juego fónico: Χείρων, χοίρῳ (10g);

- anáfora: τί μὴ... τί μὴ (2c); οὐχ οὕτως... οὐχ οὕτως... οὐχ οὕτω (10g);

. metáfora: "la acrópolis de la gramática" (7d), ser de arcilla (11).

Obsérvese que con estas metáforas, la gramática es destacada como una dis­ci­plina elevada, a la que se accede con esfuerzo y gradualmente, como se sube a la ciu­da­dela de una urbe, donde suelen estar los edificios más venerados, lujosos y valiosos; mientras que el hombre de arcilla o de barro queda contrapuesto al de oro, que brilla por sus dotes y logros: la estatua que supone la grandeza memorable de una persona no puede ser de barro, no sólo por la indignidad del material sino también por su de­bi­lidad.

Estos recursos resultan un instrumento de énfasis argumentativo, que tiende a presentar como 'lógicas' las opiniones del acusador y a ridiculizar al acusado. Res­pon­den, pues, al estilo medio porque, si bien éste es grandi­lo­cuen­te, no abusa del adorno.

Personaje

El τις, en 1a, otorga desde el comienzo un tono impersonal a todo el planteo, si bien el lector puede identificar en ese innominado al mismo 'yo' discursivo y autoral. El 'yo', ya plural-mayestático o singular, es el de un 'monologante' que, indignado, re­cla­ma prue­bas de eficiencia a quien se dice profesor de literatura. Primero las reclama fin­giendo el pedido de un τις cuya propuesta, por interrogación retórica, queda apro­ba­da como conveniente. Cuando aparece el 'yo' sin­gular, el acusador parece afirmarse en su verdad y en su derecho de reclamo.

El acusador asume un tono sarcástico: alienta al acusado a decirse y sentirse según su pretensión (3a), pero luego insiste en que todo oficio requiere de una demos­tra­ción de habilidad; lo pone entonces a prueba con el concepto de gramática y la dis­cu­sión sobre arte y ciencia empírica (4b-5a). Con un crescendo de animadversión (la alu­sión a limpiarse los mocos), plantea otro tema: las etimologías (5b-f). La indigna­ción ya le permite emplear insultos, como llamarlo "atolondrado" y amenazarlo con golpes (6a) o decirle "el más infeliz" (9a) o utilizar elogios sarcásticos (8b) como "excelente" (7a), "sapientísimo" (7d), "amigo" (8b). Pero plantea una tercera cuestión: la valo­ra­ción lite­raria de Homero y de Hesíodo. La crítica se transforma en burla cuando lo acusa de pre­tender tener admiradores (9) y de asumir aspecto de sabio y reflexivo (10a) y dis­poner actividades (10b), pero no poder resolver nada (10c). Vuelve al tema inicial de la necesidad de comprobar la calidad de las cosas y las personas con ejemplos de la vida cotidiana (olla, domador, maestro), del mito (Peleo) y de la historia (Alejandro). La me­táfora de la arcilla asimila al acusado al barro frente al supuesto oro de un buen pro­fesor.

El acusador condena como un fiscal a su contrincante pero no aguarda un des­car­go ni una sentencia del jurado, porque en realidad no hay juicio; él parece ali­viar su ira contra un grammatikós que ni siquiera abre la boca. ¿El que calla otorga?

Tenemos, pues, un personaje que habla y acusa, sarcástico e indignado; y un per­sonaje silente, que escucha y calla. Más que creerle a uno o a otro, el público deberá reflexionar sobre una realidad posible: la de construirse una reputación mediante la 'ima­gen', mediante la apariencia y el marketing, como se diría modernamente, y sobre los peligros que conlleva el dejarse seducir por ella. La intención es denunciar una ac­ti­tud social­men­te negativa.

Lengua

Como es habitual en la obra de Pródromos y de sus contemporáneos, se emplea en este texto una lengua aticista, es decir, que respeta los usos clásicos eludiendo tanto la morfología cuanto la sintaxis y el léxico coloquiales de su tiempo, que reflejaban los cambios del griego bizantino.

Por lo pronto:

a) conserva el uso de los distributivos μὲν... δὲ, si bien δὲ puede apa­recer pospuesto, como en 5c ἐπὶ τὸ δυσφημότατον δὲ τοῦτο.

b) arcaísmos: dual ἀμφοῖν (1b, 11), pronombre dativo οἱ (1e), dual τὼ ἄνδρε (6c);

c) aticismos como el uso del prefijo ξυν- por συν-: ξυνθείμην 3b, 4f;

d) formas de optativo, modo que había entrado en desuso salvo para frases hechas; por ejemplo, ἀκριβολογοῖτο (1e), ταὐτίζοιμι (4g), ἂν ἐθισθεῖεν, ὑποκρίνοιτο, συνδια­σκευ­άζοιεν (7f), φαῖμεν (8b), ἂν φαίης, παράθοιτο, ἱστορήσαιμεν, περικρού­σαι­μεν (10c), ἀπο­ξε­σθεῖεν (10f), γένοιο (11);

e) formas raras: ἀπολειτουργέω (5e);

f) formas de verbos en -μι, que estaban prácticamente desaparecidos y reemplazados por verbos en -ω: ἐντέθεικε (2d), φάθι (3a), ξυνθεῖμεν (3b, 4f), τίθεται (4c), θείης (4f), τιθέμενος (4g), θέμενον (4h), etc.

Sin embargo del aticismo, aparecen:

a) algunas formas tardías regularizadas, como ἀναλήψαιτο por ἀναλάβοιτο y διά­θοιτο por διάθειτο (3b);

b) vocablos tardoantiguos, como τεχνόω 'enseñar un arte' (4c), κτίννυμι, verbo raro (5d), ἀληθέα sin contraer, jonismo que se hace frecuente desde época imperial (5e); ὕννις 'reja del arado' (7b); δεδοκιμασμένως (10d);

c) vocablos bizantinos, como ἀκερσέκομος (1b), 'de pelo-no-cortado', que es una com­binación del clásico ἀκερσεκόμης y del nonniano ἀκερσίκομος; πυγμικός 'pugila­to' (3 d), προσμαρτύρομαι 'testimoniar' (5c), ἐπι­πρόσθημα 'obstáculo', hápax (7c), εὐκα­τα­κλάομαι 'doblarse', hápax (7f); συνδιασκευάζω 'disponerse', hápax por el sufijo (7f); obsérvese que los tres hápax se hallan reunidos en este pasaje, en el que se está discutiendo sobre valores literarios; καταβαρβαρόω 'barbarizar', neo­lo­­gis­mo (10f);

d) optativos potenciales sin ἄν que, si bien se daban en griego clásico, son más frecuent­es en época bizantina: δοῖμεν, ἀπαιτήσαιμεν (2a), θείης, ξυνθείμην (4f), ἐγ­γυμ­νάσαις (6e), ὑποκρίνοιο (10a);

e) el uso del distributivo acompañado de pronombre, innecesario en griego clásico: ἡ μὲν μία... τὴν δὲ ἄλλην... (4h);

f) el empleo del dativo agente con aoristo pasivo: ἠθυμολογήθη τῷ παλαιῷ σου 'le fue asignada la etimología por tu antiguo...' = "recibió su etimología por parte de..." (5b);

g) acusativo en vez de dativo para el adjetivo verbal segundo: ἀφαιρετέον ἐκείνους 'hay que sacarles a ésos' (5e);

h) genitivo por dativo: σου... πυθοίμεθα 'te interroguemos' (6b).

Estos rasgos demuestran que, a pesar de conservar el nivel de lengua de la koiné culta, muy apto por otra parte para el 'hablante', personaje del texto, el autor permite la incorporación de novedades y de algunos detalles léxicos, morfológicos y sintácticos más propios de su tiempo.

Intertextualidad y tradición

El influjo del sirio Luciano (s. ii d.C.) en Pródromos es ya sabido[101]. De hecho, Giuditta Podestà tituló "sátiras lucianescas" su trabajo de 1945/1947. Quizás el ejemplo más evi­den­te sea la Venta de vidas poéticas y políticas (o ‘públicas’), Βίων πρᾶσις ποιη­τι­κῶν καὶ πο­λι­τι­κῶν, en la que Pró­dro­mos pa­ro­dia la Βίων πρᾶσις de Lu­ciano, no sólo por el título sino porque el texto de Pródromos sugiere que, al tra­tar­se del se­gundo día de venta, es una continuación de la obra lucianesca, que culmina a­nun­­ciando la fu­tura venta de personas anónimas; mas también por alusiones a otras obras del autor y por el uso de léxico típico de él.

En el caso de Ignorante, hay también detalles que el autor de la segunda sofística menciona, como la prueba del sol para el aguilucho (Icaromenipo 14 y Pescador 46), el lim­piarse los mocos (Alejandro 20), el dar puñetazos en la sien (Gallo 30, Banquete 33, Tra­vesía 12, Ana­car­sis 40, Menipo 17, Diálogo de los muertos 6: 2), los personajes típico-proverbiales de Meletida (Amores 53) y de Korebo (Mentiroso 3), si bien ninguno de es­tos detalles es exclusivo de Luciano ni implica un influjo directo sino, quizás, una lec­tura presente.

La obra de Luciano es abundante y de difícil clasificación; pero sin duda hay textos que conllevan carácter satírico en su crítica moral de las costumbres y actitudes. Tal es el caso de Hermótimo, Pescador, Filosofía de Nigrino, Menipo, Ícaromenipo, Prometeo, Mentiroso, Relatos verídicos, Diálogos de los muertos, Diálogos de los dioses, Diálogos marinos, Diálogo de las heteras. Son discursos epidícticos Filosofía de Negrino, Elogio de la mosca, Elo­gio de la patria. Hay ejercicios retóricos como Tiranicida y Desheredado y alguna écfra­sis como Zeuxis. La crítica a los filósofos es reiterada, pero sobresale en Venta de vidas, El pescador, Fugitivos, Hermótimo, El cínico y Menipo, mientras que Eunuco satiriza los con­­cursos universitarios para cubrir una cátedra de Filosofía. Cabe reparar en algunos textos en especial: en Hipias o el baño, el elogio va dirigido a este filósofo, geómetra, mú­sico, óptico e ingeniero, pero también orador, de quien Luciano aprecia el saber prác­ti­co, lo que puede sugerir una crítica entre líneas al sabio mera­mente teórico. La cen­su­ra de la actitud orgullosa, ambiciosa y a la vez corrupta, por su parasitismo, de muchos filósofos aparece en Filosofía de Nigrino, mientras que en Vida de Demonacte Luciano elo­gia que este filósofo sea sencillo, sincero, solidario. El desdén por la maledicencia apa­rece con tono bastante serio en No hay que creer ligeramente en la calumnia, obra que pre­senta una crítica social amplia y que supone que los reproches como los que Pró­dro­mos hace en Igno­rante no son una calumnia dirigida a alguien en particular sino la cen­su­ra de un tipo. Asimismo, en Banquete critica no sólo a banqueros sino también a filó­so­fos, gramáticos y oradores, insistiendo en la importancia de que la virtud, no la fa­tui­dad, rija la vida.

Es probable que un lingüista y filólogo como Pródromos, autor de una Gramá­tica y crítico de los profesores indignos, haya reparado en la pieza lucianesca Pleito en­tre consonantes: la sigma contra la tau en el tribunal de las siete vocales, como también en El solecista, El falso razonador, El maestro de retórica y Lexífanes. En El solecista Luciano ridi­culiza y da lecciones a un "falso sofista", oponiendo lo mejor a lo desdeñable (no só­lo cuestiones sintácticas, como se entiende hoy por 'solecismo', sino errores lingüísticos en gene­ral), a quien también acusa de "ignorante", como Pródromos al profesor, aunque con un to­no mucho más humorístico (cfr. 9: 30)[102]. En el opúsculo Contra un ignorante que compraba muchos libros, el ataque es más general, si bien personalizado, pues critica a quienes cre­en y/o fingen ser cultos por el mero hecho de acumular libros: se vincula con el texto de Pró­dro­mos en este aspecto del ser y el parecer y en la referencia a que las Musas no die­ron al com­prador ningún don especial. En Sobre los que están a sueldo vuelve a poner como perso­naje a un profesor, esta vez docente 'particular' que, a cam­bio de un magro sueldo, de­be hu­mi­llarse para cumplir diversos tipos de tareas. El ma­es­tro de retórica es otra pieza vin­cu­lada a Ignorante, en tanto Luciano pone en ella a un joven interesado en la oratoria y el plan­teo de si se debe someter a las vacuidades de la retórica contempo­rá­nea. Lexí­fa­nes ridi­culiza a quien tiene la manía de utilizar voces raras, arcaizantes o con acepción an­ti­cua­da, como si ello le diera apariencia de sabio. Tam­bién hay críticas al léxico y a los usos gramaticales en El falso razonador y comenta­rios similares en Sobre una falta co­me­tida al saludar, en la que se analiza los usos de χαί­ρω, εὖ πράττω y ὑγι­αί­νω. La cues­tión sobre Homero y Hesíodo, que Pródromos in­cluye en Ignorante, es tra­tada también por Lu­ciano en Diálogo con Hesíodo.

El final de esta sátira, en la que el acusador dice que deja al acusado y pasa a otro tema, tampoco es extraño al estilo lucianesco. Luciano lo usa por ejemplo en El solecista, donde concluye diciendo "ciertamente, dejemos para después el resto y ahora disolvamos el diálogo" (12: 14), o en Ícaromenipo, donde se cierra el relato con "Iré en­tonces a dar noticia también a los que de los filósofos andan en el pórtico policromo" (31: 1), o en Alción, donde los personajes de Sócrates y Querefonte acuerdan irse de Falero a Atenas (8: 17-18).

La temática de Ignorante, pues, tiene antecedentes claros en los escritos lucianes­cos, aunque también hay que recordar que de los poemas Ptokhoprodromiká el cuarto presenta a un maestro de letras que se queja de la pobreza a la que lo somete su pro­fe­sión, una mirada distinta acerca del mismo oficio[103]. La tradición literaria de la crítica sa­tí­rica fue largamente cultivada en Roma, al menos por Lucilio, Varrón, Horacio, Per­sio y Juvenal. Este úl­timo censura a los filósofos hipócritas (II), pero también se queja de la precaria si­tua­ción económica de quienes se dedican a las humanidades, incluidos oradores, maestros y literatos (VII). Persio critica a los malos escritores (I), pero no toca al gremio docente, ni en su actividad ni en su nivel académico. Horacio, por su parte, no se acerca en sus Sermones a la temática ni al tono[104]. De Gayo Lucilio (s. ii a.C.) se conservan unos mil trescientos versos. ¿Conoció Pródromos la sátira latina? Es posible, pero no necesario.

El uso de la prosa acerca este texto a las piezas de Luciano, aunque también Me­ni­po de Gádara (ss. iv-iii a.C.) empleaba prosa alternada con verso (prosimetrum) –rasgo que aparece igualmente en Los apuntes del ratón–, así co­mo al­ter­naba el hu­mor con la se­rie­dad. Menipo inspiró asimismo las Sátiras menipeas del latino Varrón (de quien que­dan noventa títulos y unos seiscientos fragmentos) y se sabe que escribió al­gu­na dia­triba contra los gramáticos, matemáticos y físicos (Πρὸς τοὺς φυσι­κοὺς καὶ μαθη­μα­τι­κοὺς καὶ γραμματικούς), aunque no se conserva el texto. Pródromos menciona a "Menipo el Cínico" en El viejo barbilargo, v. 23.

Pródromos mantiene de esta larga tradición:

- el uso de la prosa con citas en verso;

- el empleo de la primera persona;

- el monólogo con intercalación de 'respuestas';

- la parodia impersonal;

- la censura intemporal de costumbres y actitudes;

- la incorporación de coloquialismos, como refranes y frases hechas.

Conclusión

La Constantinopla del s. xii es la "Nueva Roma" políticamente, la "Nueva Jeru­sa­lén" religiosamente y la "Nueva Atenas" en la estilística literaria. Pródromos re­pre­senta un cierto 'renacimiento' de la cultura clásica, una especie de 'tercera sofística'[105], no sólo por el uso de la κοινή literaria aticista sino también por el retorno a modelos an­ti­guos y tardoantiguos. El contenido satírico está presente en la literatura bizantina noto­ria­mente en formas de la lírica, especialmente en el epigrama, pero la obra que aquí ana­­li­zamos no es un 'poema satírico' ni una 'comedia satírica' o 'paródica', sino una sá­tira en el sentido pleno del nombre del género: una satura en la que se desarrolla una crítica, más como un ensayo, aunque pueda incluir algún diálogo citado o fingido, que como una obra totalmente dialogada. En la misma situación se hallan otras dos piezas pro­dró­micas, Verdugo o médico y Filoplatón o curtidor, que no son en absoluto pie­zas dia­lo­ga­das, es decir, no tie­nen carácter dramático, ni en el sentido del diálogo no­velesco de Platón, donde el intercambio se da en un marco narrativo, ni en el sentido de una obra de teatro, como podría ser un mimo.

Es destacable, asimismo, pensar que la crítica aportada por el texto afecta de ma­nera personal y subjetiva al autor quien, como gramático y filólogo, entre otras ver­tientes de su personalidad y de su oficio, pudo sentirse indignado ante colegas que pre­ferían el parecer al ser e incluso perjudicado por ellos.

Ediciones y traducciones

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9. Sanfilippo, C. (1951-3). “Di una singolare sopravvivenza di Pomponio in un’opera le­tteraria dell’età bizantina”: Annali del Seminario Giuridico dell’Università di Catania 6-7; 99-110. [ Links ]

10. Zappala, M. (1990): Lucian of Samosata in the two Hesperias. An essay in literary and cultur­al translation. Maryland: Scripta Humanistica. [ Links ]

Notas

[1]Sobre la transcripción de nombres propios bizantinos, advertimos que seguimos nuestro cri­te­rio, distinto del habitual para los nombres clásicos. Si el nombre es habitual, está castellani­zado (Juan, Miguel, Teo­doro); pero el apellido se mantiene con una transliteración que intenta advertir sobre el cambio fonético del griego clásico al bizantino y que di­fe­ren­cia, por ejemplo, ε de η, de modo que ésta se pronuncie ‘i’. Es un criterio análogo a escribir Shakespeare y no ‘Yékspir’, ambiguo para quien lo leyera. De ahí que Χω­νει­άτης aparecería Khoneiátēs para que el lector sepa que debe sonar aproximadamente 'Joniátis'. Asimismo, los topónimos clásicos están castellanizados según el paso por el la­tín, respetando la regla de acentuación latina: Μυτι­λή­νη (primera declinación) > Mitilena; Θεσ­σα­λονίκη (iota larga) > Tesalonica.

[2]Sobre éstos cfr. Cavallero (2017) y Cavallero (2018). la Venta aparece publicada par­cial­mente en Sanfilippo (1951-3: 101-106).

[3]Cfr. Papademitriou (1969), Papathomopoulos (1979), Meunier (2016), Marciniak (2017).

[4]Podestà (1945: 242-252).

[5]Podestà (1947: 4-12).

[6]Numeración en Hörandner (1974).

[7]Podestà (1947: 12-25).

[8]Romano (1999: 298-335)

[9]γραμματικός es la persona que saber leer y escribir, que se dedica a estudiar lengua y literatura, pero también que las enseña, de ahí que puede ser 'profesor' (el 'maestro de escuela' era γραμματιστής). Asi­mis­mo, el término asumió la acepción de 'escribiente, secretario', como registra Trapp en Teófanes, Psellós, etc.

[10]Marsýas, sátiro hijo de Olimpo, nacido en Frigia; encontró la flauta abandonada por Atenea y se dedicó a tocarla con destreza; desafió luego a Apolo o Apólone en la ejecución de la flauta por él y de la lira por el dios; fue vencido por Apolo, según juicio de las nueve Musas. El dios cobró como premio desollar a Mar­sias: de la sangre de su piel nace el río que tiene el nombre del sátiro. cfr. Heródoto 7: 26, 5: 119, Xenofonte, Anábasis I 2.8. El sátiro es un ser mitológico mixto, que combina cuerpo humano con rasgos caprinos, como pe­zu­ñas, cola y orejas; suele ser cobarde, sensual y presumido. El mito de Marsias y el río nacido de su sangre es mencionado también por Pródromos en Verdugo o médico 137-8.

[11]πότερα: parece no tener ya el sentido de '¿cuál de dos cosas?', salvo que se piense en una opción so­bre­en­ten­dida. cfr. πότερον en 4d.

[12]ἀκερσέκομος epíteto de Apolo; esta forma de segunda declinación en vez de primera (ἀκερσεκόμης) se registra en Nonno pero como ἀκερσίκομος.

[13]Como se sabe son las nueve diosas hijas de Zeus y Memoria (Mnemosýne) que ejercen el patronazgo e inspi­ra­­ción de las artes: Calíopa, Clío, Erato, Euterpa, Melpómena, Polimnia, Talía, Terpsícora y Urania. Cons­ti­tu­ían el séquito de Apolo o Apólone, dios de las artes, quien tuvo hijos con todas ellas. Se les dice Piérides por haber nacido en Pieria, al pie del monte Olimpo. Pudo haber una generación más antigua, hija de Ura­no y Gea (Cielo y Tierra). Habitaban, según el mito, el monte Helicón, que por metonimia suele ser men­cionado como sede de las artes.

[14]Arcaísmo: ἀμφοῖν dual.

[15]οἱ, pronombre personal en dativo; arcaísmo.

[16]Aríon, poeta lírico natural de Metimna (Lesbos), s. vii a.C.; cfr. Heródoto 1: 23; Plutarco, Moralia 160. Personaje legendario, semidiós, residió en Corinto, donde cantó a Dioniso y fue honrado por el tirano Pe­riandro, y luego en Italia. Se lo considera precursor de la tragedia. Las líneas que siguen en el texto aluden al mito, según el cual, estando Arión a punto de ser asesinado por marineros ladrones, su canto atrajo a los delfines y él se escapó montado sobre uno, que lo llevó a Laconia, de donde volvió el poeta a Corinto; allí Perian­dro hizo un monumento al delfín. Tras su muerte Apolo puso las figuras de Arión y del delfín en el cielo, dando origen a la Constelación del Delfín.

[17]παρὰ θύρας...ἀπαντᾶν: parece una expresión metafórica que oscila con el uso del verbo ὑπαντάω. Ocu­rre en filósofos y comentaristas como Simplicio, In Ph. 9: 652, Olimpiodoro, In Gorgiam 3: 1, 3: 4, 4: 1, y sue­le tener el sentido de 'fallar, errar'. El mismo Pródromos la usa en Cartas 6 (PG 133: 1256 A). Aquí el con­texto sugiere que la idea es 'no parecería fallar en alcanzar la verdad, estaría cerca de la verdad': la verdad estaría de su lado, a su alcance.

[18]δοῖμεν: optativo potencial sin ἂν.

[19]ἀπατήσαιμεν: optativo potencial sin ἂν.

[20]Pitágoras (Πυθαγόρας), uno de los siete Sabios de Grecia (.. 580-504 a.C., o c. 570-475), filósofo y ma­te­má­tico; la frase "él mismo afirmó" alude a la auto­ri­dad indiscutida atribuida al filósofo por sus discípulos, quienes citan sus ideas dado que no se conservan textos de él; cfr. Diógenes Laercio 8: 46.

[21]Θρασυμήδης: natural de Paro, hijo de Arignoto, en el s. iv a.C. floreció como escultor y arquitecto. Según Pausanias (s. ii a.C.) 2: 27.2 es autor de una estatua de Asclepio, en oro y marfil, en Epidauro.

[22]Χαρώνδας: legislador legendario de Catania en Sicilia (aquí Κατάνη, Catana), ubicado entre los ss. viii y vi a.C. Sus leyes estuvieron en vigor hasta la tiranía de Anaxilas de Regio (primer cuarto del s. v a.C.). cfr. Diodoro Sículo 12: 12-21.

[23]Θαλῆς: Tales de Mileto, uno de los siete sabios de Grecia (c. 600 a.C.) descubrió el poder de atracción que tenían el ámbar y el magneto o imán, el ámbar al ser frotado (podía incluso producir chispas) y el mag­neto por sí mismo, sobre todo respecto del hierro. Esto hace que el autor diga que estos minerales tienen 'alma'. cfr. Aristóteles, Los animales 405 A 19-21.

[24]ξυνθείμην, como en 4f, es aticismo por el uso del prefijo ξυν- en vez de συν-.

[25]Refrán que aparece en Aristófanes, Asambleístas 1029, Platón, República 493D (y su escolio) y es citado por Hesiquio, Sui­das y las colecciones paremiológicas; alude a la 'necesidad de ceder a la fuerza'.

[26]ἀναλήψαιτο es forma tardía regularizada del optativo de confectivo de ἀναλαμβάνω, que en clásico se­ría ἀναλάβοιτο.

[27]διάθοιτο es forma de optativo de confectivo medio de διατίθημι; en clásico era διάθειτο, de modo que puede tratarse de una regularización respecto de los verbos en -ω, dada la gradual desaparición de los verbos en -μι, o un error por iotacismo, por cuanto οι y ει suenan iguales. Según el TLG, la forma διάθοιτο se registra en testimonios de autores helenísticos (Polibio, Diodoro Sículo) y tardoantiguos (Galeno, Diá­do­co), pero es mucho más frecuente desde el s. vi (treinta y cuatro ocurrencias bizantinas).

[28]Ἄνυτος: uno de los acusadores de Sócrates, junto con Meleto; cfr. Platón, Apología, passim; se lo considera ejemplo del calumniador; el verbo ἀνύτω, además de significar 'llevar a término, terminar', significa tam­bién 'destruir'. Ἀριστείδης, en cambio, es el nombre de, entre otros, un estadista mencionado por He­ró­do­to (8: 79), Tucídides (1: 91), Plutarco (Arist. 1), el cual se vincula con ἄριστος 'excelente'. Pródromos parece jugar no sólo con los personajes históricos sino también con la etimología de sus nombres.

[29]Ἰσμηνίας fue un político y general tebano, demócrata, que accedió al poder en el año 403, acogió a ate­nien­ses exiliados por el régimen de los Treinta Tiranos y dirigió la oposición a los espartanos. En el año 382 a.C. el tebano Leontíades lo acusó falsamente; Ismenias fue apresado, juzgado por espartanos y eje­cu­tado; cfr. Xenofonte, Helénicas 3: 5.3; Platón, Menedemo 90A. Δημόφιλος, en cambio, participó de las acu­sa­cio­nes contra Aristóteles en 323, alegando un poema del filósofo dedicado al tirano Hermias, asesinado por los persas, por lo que Aristóteles huyó a Eubea (cfr. Ateneo 15: 696B, Diógenes Laercio 5: 5); y contra Foción, anciano que había sido elegido general cuarenta y cinco veces y se opuso a la ocupación mace­do­nia de Atenas (año 318 a.C.; cfr. Plu­tarco, Foción 38: 2.2). Obsérvese que 'Ismenias' puede ser asociado a la raíz pura de οἶδα, 'saber', y a μῆνις 'resentimiento', en alusión a la venganza de la que fue víctima; mien­tras que Demófilo significa 'amigo del pueblo', en alusión a los demagogos que falsamente pretenden el bien del pueblo.

[30]Estos impossibilia recuerdan las colecciones de fábulas, como la del asno y la piel de león (el burro se disfraza con una piel que encuentra pero su rebuzno hace que el zorro lo descubra), la comadreja y Afro­dita (la comadreja, enamorada de un hombre, pide a la diosa que la haga mujer; pero ya trans­for­mada, al ver a un ratón, salta a perseguirlo, por lo que Afrodita la torna a su naturaleza), el cuervo y la zorra (el cuervo se queda hambriento porque, halagado por la zorra, suelta el queso que tenía en el pico). La ima­gen del asno con piel de león aparece también en Pródromos, Verdugo o médico 42-44.

[31]πυγμικός es adjetivo poco común. LSJ lo registra en Anecdota Graeca Oxoniensia 3.223 y el TLG solamente en Eustacio de Tesalonica, Comentario a Ilíade IV 814.17 (van der Valk), aunque Trapp añade seis referen­cias más a partir del s. xi. Es voz bizantina.

[32]En la Grecia clásica, las competencias deportivas llamadas péntathlon (cinco certámenes) eran la carrera pedestre, el tiro de jabalina, el tiro de disco, el salto en largo y la lucha a puños, que formaban parte del en­tre­namiento militar. En la "lucha griega" era derrotado quien tocaba el suelo con la espalda. En Nemea y en el Istmo, o sea en Corinto, se llevaban a cabo estos juegos, como también en Olimpia y en Delfos o Pito (en ésta los precedían concursos de música, danza y poesía). Otros certámenes eran la carrera larga, la ca­rrera doble, el pancracio o lucha libre, el pugilato y la carrera con armas.

[33]Los premios solían ser coronas de vegetales. En los juegos píticos se daba una de laurel o de pino; en los ístmicos y nemeos, de apio; en los olímpicos, de olivo.

[34]Πολυδάμας es el nombre de un personaje de la Ilíada, relevante en los cantos 12, 13 y 18, y de las Post­ho­méricas de Quinto de Esmirna (cantos 2, 6 y 11); y también de un político tesalio del s. iv a.C. Pero Platón en Rep. I 338 C menciona a un Polidamante campeón del pancracio, que por su desempeño necesita comer carne de vaca. El pancracio (παγκράτιον, de pan 'todo' y krátos 'fuerza, poder') combinaba el pugila­to (pyg­mé) con la lucha (pále).

[35]Cfr. Teócrito Idilios 12: 36, donde menciona la piedra lidia como método para evaluar el oro. Pródromos también la menciona en 145:12 Hörandner y 149: 82 Hörandner (Filoplatón).

[36]Hay testimonios de una práctica por la cual se colocaba a los niños en las aguas del Rin, sobre un escudo, con la creencia de que si resistía se probaba su legitimidad. Cfr. Libanio, Discursos 12: 48 (διαβὰς Ῥῆνον ποταμόν, ὕδωρ ἐλέγχον ἐκ τῶν γεννωμένων ἀδικίαν μητέρων), Gregorio Nacianceno, Poemas I 2: 29 y II 2: 4, Juliano el Apóstata, Discursos 2: 81-82; Jorge de Pisidia, Expeditio Persica I 41; Pródromos Manganeios (De manganis carmina) 1 = 12: 49 (Ber­nar­­di­nello), "iluminaron al Rin que discierne a los bastardos". También aparece en el Corpus paroe­mi­o­gra­phorum Graecorum II 569 (cfr. Leutsch-Schneidewin: 1839). Cfr. Aristóteles 1336 A, VII 17. 3.

[37]Cfr. Aristóteles, Historia animalium 620 A 1-5 Bekker, donde se dice que el águila pescadora, de vista agu­da, obliga a los pichones aun sin plumas a mirar al sol; mata al pichón cuyos ojos lagrimean y cría al que lo mira sin problema. También menciona esto Luciano de Samósata en Icaromenipo 14 y en Pescador 46. Fray Luis de Granada (Introducción al símbolo de la fe, I 17) dirá que el águila “hace mirar sus hijuelos al sol de hi­to en hito, y el que halla tan flaco de vista que no sufre la fuerza de estos rayos, desecha del nido como in­há­bil y ajeno de la nobleza real del águila, enseñando por este ejemplo el Criador a los padres nobles el poco caso que deben hacer de los hijos que oscurecen con sus malas costumbres la nobleza de su linaje”.

[38]El verbo τεχνόω es poco frecuente; Bailly lo registra en Galeno, De crisibus 2 (s. ii) con esta acepción. Podestà y Ro­ma­no lo interpretan como 'ejercer un arte'. [39] θείης y ξυνθείμην son optativos potenciales sin ἄν.

[39]θείης y ξυνθείμην son optativos potenciales sin ἄν.

[40]Cfr. Aristóteles, Metafísica 980 B - 981 A: γίγνεται δ’ ἐκ τῆς μνήμης ἐμπειρία τοῖς ἀνθρώποις· αἱ γὰρ πολ­λαὶ μνῆμαι τοῦ αὐτοῦ πράγματος μιᾶς ἐμπειρίας δύναμιν ἀποτελοῦσιν. Καὶ δοκεῖ σχεδὸν ἐπι­στή­μῃ καὶ τέχνῃ ὅμοιον εἶναι καὶ ἐμπειρία, ἀποβαίνει δ’ ἐπιστήμη καὶ τέχνη διὰ τῆς ἐμπειρίας τοῖς ἀν­θρώποις: "De la memoria surge la experiencia para los hombres, pues los muchos recuerdos de una misma cosa producen la potencia de una sola experiencia. Y parece también la experiencia ser similar, casi, a la ciencia y al arte; y ciencia y arte llegan a los hombres a través de la experiencia".

[41]Es decir, Aristocles hijo de Aristón, natural de Egina (427-347 a.C.), discípulo de Sócrates, fundador de la Academia, ma­es­tro de Aristóteles. cfr. 6 d.

[42]Platón trató en diversos textos (Ion, Banquete, República, Leyes, etc.) los problemas de la belleza, el arte, la imitación (mímesis) y su vínculo con la verdad, si bien no hizo un tratado de estética. Consideró que el arte no es solamente fruto de la percepción sensorial sino que tiene componentes racionales. Gran parte de la crí­tica entiende que la necesidad de adecuar el arte al mundo de las Ideas implica una negación del arte. Pero véase Lozano-Váz­quez (2012).

[43]Sobre el mantenimiento de la interjección en español, cfr. infra el comentario.

[44]ἡ μὲν μία... τὴν δὲ ἄλλην...: el uso de los pronombres no era necesario en griego clásico; bastaban los distributivos (artículos + μὲν y δὲ).

[45]γραμματιστική: este término aparece registrado en el TLG en Praxífanes (ss. iv-iii a.C.), Fragmentos 8, (Schol. Londinense in Dionysium Thracem p. 448 Hilgard): διαφέρει δὲ γραμματικὴ γραμματιστικῆς· ἡ γὰρ γραμματικὴ νεωτέρα ἀπὸ Θεαγένους, τετέλεσται δὲ ἀπὸ τῶν Περιπατητικῶν Πραξιφάνους τε καὶ Ἀριστοτέλους· ἡ δὲ γραμματιστικὴ παλαιά, ἴσως δὲ σχεδὸν ἅμα τῇ φύσει προελθοῦσα. καὶ τῆς μὲν τέλος τὸ γράφειν, τῆς δὲ τὸ ἀναγινώσκειν " difiere la gramática de la gramatística; pues la gramática es más nueva, desde Teágenes, y ha sido perfeccionada por los peripatéticos Praxífanes y Aristóteles: la gra­ma­tística es antigua, proveniente quizás casi a la vez que la naturaleza. Y el fin de una es escribir, el de la otra, leer". Crisipo, en Fragmenta logica 99 (s. iii a.C.) señala que la gramatística se ocupa de enseñar a leer y escribir, mientras que la gramática es el arte más perfecto de poetas y escritores; texto que cita Filón en De congressu eruditionis gratia 148 (s. i d.C.). El TLG registra el término en ocho pasajes de Sexto Empí­rico (s. iii d.C.) y en uno de Temistio (s. iv d.C.).

[46]La frase alude al hecho de 'madurar, ser adulto independiente y sensato', dado que son los niños quienes no pueden limpiarse de la nariz los mocos. cfr. Platón, República 343 A; Luciano, Alejandro 20. La imagen de la nariz mocosa aparece también en Filoplatón, 149: 48.

[47]Xenophôn, -ôntos, está formado por xénos 'extranjero' y aparentemente la raíz de phŏneúo, 'asesinar'. Pero este verbo tiene omicrón, mientras que el tema xenophōnt- tiene omega, de modo que esta segunda parte se vincula con phōnéo 'emitir una voz': Xenofonte significaría 'de voz extraña, extranjera'. Hay un juego fónico con el adjetivo xenophŏnos, 'asesino de extranjeros' (cfr. Eurípides, Ifigenia entre los tauros 776) y con el epíteto argeiphŏntes aplicado a Hermes, popularmente entendido como 'asesino de Argos'; en ambos hay omicrón. La explicación de que "es asesinado en lugares extranjeros" aparece en el Etymologicum Gudianum del s. xi y en ps.-Zonarâs, Léxico 1416 (s. xii). El E. Gudianum 414: 54 dice Ξενοφῶν, ὁ ἐν τοῖς ξένοις νήφων, τοῦτ' ἔστιν εὐχόμενος, ἢ ὁ ἐν τοῖς ξένοις τόποις φονευόμενος " Xenofonte, el que es sobrio en lugares extran­je­ros, esto es, haciendo un voto, o el que es asesinado en lugares extranjeros". El Etymologicum magnum 610: 27, en cambio, dice Ξενοφῶν: παρὰ τὸ ξένος καὶ τὸ φαίνω, ὁ ἐν τοῖς ξένοις τόποις φαινόμενος, que es­tric­tamente significa 'que se manifiesta en lugares extranjeros'. El vincular el nombre con la vida es fre­cuen­te en la cultura griega: Odysseús con quien 'se lamenta', Oidípous con 'quien tiene pies hinchados', Heléne con 'quien destruye', no siempre de modo bien fundado. Xenofonte es el nombre de un general, filósofo y escritor (431-354 a.C.), discípulo de Sócrates; también el de Xenofonte de Éfeso, novelista del s. ii d.C., autor de Antías y Habrócoma, y el de un general mencionado por Tucídides 2: 79.

[48]τῷ παλαιῷ σου queda sin núcleo. El dativo agente era usado en griego clásico con el sistema perfectivo y los adjetivos verbales, pero se expandió a otras ocurrencias de la voz pasiva a pesar de la decadencia ge­ne­ral del caso dativo, quizás como hipercorrección.

[49]El verbo προσμαρτύρομαι, según el TLG, aparece en el s. vi (Simeón Estilita, Simplicio) y luego en Psel­lós, las Basiliká, Eustacio de Tesalonica, como equivalente al clásico προσμαρτυρέω.

[50]Estos nombres significan, respectivamente: 'que medita como Zeus'; 'que conlleva gloria'; 'gloria de la ley divina'; 'muy afamado'; 'pueblo excelente'; 'mente vigorosa'. La secuencia mezcla nombres de per­so­na­jes históricos y de personajes literarios en simetría: Diomedes es personaje de la Ilíada, uno de los principales guerre­ros aqueos, hijo de Tideo y rey de Argos; Ferecides es un filósofo jonio, de Siro, s. vi, maestro de su sobrino Pitágoras y de Anaximandro, a quien se atribuye el don de predicción; Temistocles fue un general ate­nien­se (524-459 a.C.) que, como arconte, promovió la formación de una armada y luchó en Maratón contra los persas; Pericles (495-429 a.C.) fue estratego y, como tal, orador en la Asamblea, de modo que influyó noto­ria­mente en la política ateniense, al punto que los historiadores llaman "siglo de Pericles" a su época, y for­mó el imperio ateniense y murió a comienzos de la Guerra del Peloponeso; Aristodemo fue un guerrero espartano privado de luchar en las Termópilas por una infección ocular, por lo que fue humillado por sus compatriotas y se resarció luchando en Platea, donde reconocieron su valor; Alcínoo, finalmente, es personaje de la Odisea, rey de los feacios, esposo de Áreta (cantos vi y ss.).

[51]κτίννυμι no se registra en el TLG. Tampoco en Trapp. Sophoklés se limita, como Bailly, a señalar que equivale a κτείνω y remitir a algún ejemplo. Lo mismo Dēmētrákos, que lo equipara a κτιννύω y κτείνω. Es término raro, usado sólo en infectivo.

[52]ἀπολελειτουργηκότας: el verbo ἀπολειτουργέω aparece en LSJ y Sophoklés como 'concluir el servicio'. Se registra en el TLG en siete lugares (Aristóteles, M. Aurelio, Diógenes Laercio, Sinesio, Hesiquio, Basiliká y Psellós). aunque el suplemento del LSJ cita un papiro del s. vi con el sentido "fulfil one's obligations to this life" = morir. Trapp registra el sustantivo ἀπολειτούργησις con el valor de 'falleci­mien­to', senti­do que ha de surgir por metonimia de 'recibir el servicio fúnebre'.

[53]ἐκείνους: se esperaba un dativo como régimen del adjetivo verbal y así lo corrige Podestá en su texto. Empero, puede tratarse de un avance del acusativo ante la ya definitiva pérdida del dativo en la oralidad.

[54]ἀληθέα: forma no contracta. El TLG la registra, como era esperable, en Homero, Hesíodo, Hecateo, He­ra­clito, Heródoto, Hipócrates, Calímaco, Herondas, pero también en Luciano cuando imita el dialecto jó­ni­co (cfr. De domo 20: 8-10 Har­mon) y se hace frecuente a partir de la época imperial.

[55]Imagen frecuente en Luciano, como señala Migliorini (2010: 47): Gallo 30, Banquete 33, Travesía 12, Ana­car­sis 40, Menipo 17, Diálogo de los muertos 6: 2. Aparece también en el mismo Pródromos, Filoplatón 149: 139.

[56]Dodona, en Epiro, era sede del más antiguo oráculo griego (cfr. Ilíada 16: 233-235, Odisea 14; 327, 19: 296-8), en un santuario dedicado a Zeus y su esposa Diona, madre de Afrodita, la cual sucedería allí a una di­vi­nidad telúrica. Allí había, sobre una columna, una estatua de bronce que representaba a una joven con un látigo de tres cadenas que se agitaban con el viento, de modo que el sonido producido por ellas era in­ter­pretado por los sacerdotes para responder las preguntas que se les hacían. La referencia es una hipér­bole, por la cual incluso el oráculo reconocería el valor del gramático en cuestión.

[57]Esta imagen aparece también en Aristóteles, Metafísica 1035 A 32, en Juan Crisóstomo, In Iohannem, PG 59: 93, Teodoro Estudita, Epístolas 559: 14 (Fatouros), León VI el Sabio, Homilías 8: 113 (Antonopoulou), Pró­dro­mos 149: 39-40 (Hörandner), etc. En los textos de Teodoro y León se señala el desgaste que sufre una estatua de arcilla y se lo compara con el del alma.

[58]σου: esta lectura (que es dudosa) comporta el uso del genitivo en reemplazo del dativo perdido.

[59]Es decir, el gramático (estudioso superior) puede estudiar y juzgar a poetas y poemas. Si el destinatario se dice gramático, tendría esa habilidad y esa tarea.

[60]La opción podría deberse a que, de estos dos grandes poetas del período arcaico (ss. viii-vii a.C.), Ho­me­ro es autor épico y Hesíodo de Ascra es 'didáctico' (Teogonía, Trabajos y días, el comienzo de Escudo y, qui­zás, Ca­tá­logo de mujeres), con diferencias de lengua y estilo. La comparación entre los dos poetas aparece ya en el Ion de Platón, quien la plantea en 531 A como "¿qué cosa es la más bella acerca de esto, las que di­ce Homero o las que dice Hesíodo?"; y luego en el Certamen de Homero y Hesíodo (anónimo fragmentario, ss. iii a.C.- ii d.C., ed. Allen).

[61]τὼ ἄνδρε: dual arcaico.

[62]ἐγγυμνάσαις: potencial sin ἄν.

[63]Cfr. 4g.

[64]Calíopa ('de bella voz'): metonimia; musa inspiradora de la poesía épica y de la elocuencia, hija de Zeus y Memoria. Se la representa con corona de oro, trompeta y/o un texto. Cfr. nota a 1b.

[65]Estas ideas contra la poesía en tanto ficción que aleja de la realidad están expuestas en República 10: 607 y en Leyes 7: 801 C - 802 A. Sin embargo, como dice el texto, están reservadas especialmente para quien aspire a ser gobernante.

[66]Es decir, Hesíodo, considerado natural de Ascra, localidad de Beocia.

[67]ὕννις aparece registrado en Elio Herodiano, Hesiquio, Teognosto, Khoiroboskós (Querobosco), el Etymo­lo­gicum Gudianum, etc.; es, pues, una voz 'rara', comentada por lexicógrafos, presente en papiros según LSJ y en los escolios a Hesíodo 4 y 8 ed. Gaisford.

[68]Alude a Hesíodo, Trabajos y días 45, donde el poeta dice que si el sustento fuese fácil, se trabajaría un solo día y se podría poner el timón sobre el de Platón, quien la plantea en 531 A como "¿qué cosa es la más bella acerca de esto, las que di­ce Homero o las que dice Hesíodo?"; y luego en el Certamen de Homero y Hesíodo (anónimo fragmentario, ss. iii a.C.- ii d.C., ed. Allen).

[69] ἐπιπροσθήματος: se registra ἐπιθρόσθησις pero no esta forma en -μα. Trapp lo incluye como hápax con el significado de "Abschirmung, Blende". "El metro" se refiere a la composición en verso, que se veía como mnemotécnica para quien tenía formación literaria, pero aquí como una forma inconveniente para quien no la tiene.

[70]El giro τὸ οὗ ἕνεκα aparece en Aristóteles Fïsica 194a 27 como equivalente a τὸ τέλος 'el fin': se referiría a la causa final. El texto recomienda aceptar todo esfuerzo en vistas del objetivo último.

[71]μὴ οὐχὶ negación volitiva y enfática.

[72]Juego σπουδή / σπουδαῖα

[73]εὐκατακλώμενοι: el verbo εὐκατακλάομαι es registrado por Trapp solamente en este locus; no aparece en el TLG.

[74]κόρδαξ: danza de origen lidio, de carácter burlesco e indecente; por ello, era común en la comedia an­ti­gua (cfr. Aristófanes, Nubes 540). La mención de Pródromos sugiere que aún era empleada en su tiempo y que no es simplemente una referencia erudita referida a la Antigüedad, aunque Migliorini (2010: 48) con­si­dera que la mención es un "pre­ciosismo prodrómico".

[75]συνδιασκευάζοιεν: hápax con el prefijo; no aparece en Dimitrakos y tampoco en el TLG.

[76]Las alusiones son a géneros del ámbito de la comedia, como el mimo y la pantomima. La crítica en ge­neral opina que sólo eso existía como teatro bizantino. Nosotros pensamos –y en acuerdo con algunas vo­ces– que hubo otras formas teatrales, si bien no populosas ni con la misma estructura que en época clá­sica. cfr. Cavallero (2018).

[77]Además de la imagen de la semilla sembrada que crece según su naturaleza por sí misma (cfr. Marcos 4: 26), la compa­ra­ción puede aludir al mito de los Spartói, los tebanos nacidos de los dientes del dragón de Cadmo espar­ci­dos en la tierra; cfr. Ésquilo, Siete 412, 474; Sofocles, Edipo en Colono 1534; Eurípides, Fenicias 940, Píndaro, Píticas 9: 145 etc.

[78]ὠνητέον εἶναι podría funcionar como adjetivo verbal primero, de posibilidad (ὠνητόν), sobre todo si se considera que el sujeto de la consecutiva es el contextual 'tú' ('...que tú puedas comprar...'). Si se lo consi­dera impersonal, puede mantenerse el sentido de 'obligación'.

[79]La idea aparece también en Pródromos 149: 87 Hörandner.

[80]Cfr. Trabajos y días 289, "Los dioses pusieron el sudor delante de la excelencia".

[81]Cfr. Hesíodo Teogonía 30-32.

[82]En el sentido de cátedras o sitiales del docente. cfr. Platón, Protágoras 315 C, Ἱππίαν τὸν Ἡλεῖον κα­θή­με­νον ἐν τῷ κατ'ἀντικρὺ προστώῳ θρόνῳ. Horacio Epístolas I 19, 39-40: "non ego nobilium scriptorum auditor et ultor / grammaticas ambire tribus et pulpita dignor".

[83]ὑποκρίνοιο: optativo sin ἄν

[84]εἰσέλθῃς: subjuntivo de confectivo. Podría tener valor eventual. Es posible que la grafía represente εἰ­σέλ­θοις, 'podrías entrar', dado el iotacismo.

[85]χαλάσῃς: subjuntivo de confectivo eventual.

[86]σχηματίσῃς: subjuntivo de confectivo eventual.

[87]Sobre la imagen de la persona intelectual que se abstrae en sus reflexiones, cfr. Pródromos 141: 31-32 H, 146: 123-125 H, 149: 32-24 H. Véase también Miguel Psellós, Oratoria minora 19: 46 (Littlewood): "Unos hacen profesión de filosofar y los más se hacen discípulos, los unos se sientan delante con rostro venerable y pálidos y sombríos en su gran barba y fruncidos de cejas y sucios en su ropa...".

[88]δεδοκιμασμένως es un adverbio tardoantiguo, registrado desde el s. ii (Claudio Ptolomeo, Orígenes, Ba­si­lio, etc.).

[89]πρός τὸ ἑλληνικώτερον es un giro que aparece en las Etiópicas de Heliodoro II 21.2, en alusión a ropa de es­tilo griego. El significado de Ἕλλην como 'griego' en vez de 'pagano' se refuerza desde el s. xii. En cuan­to al trato de los esclavos, Juan Zonarâs, Epítoma 18: 29, señala un favoritismo en el reinado de Aléxios I (1081-1118), quien humillaba a los miembros de la Boulé; y Nikėtas Khoniátēs lamenta la preferencia por extranjeros y gente inculta en la corte de Manuel I (1143-1180; cfr. Historia 205 van Dieten).

[90]καταβαρβαρούντας: el verbo καταβαρβαρόω es registrado por Trapp en este locus y en Tzétzes, Hist. 12: 224.

[91]El temor por la decadencia de la impronta ática frente a los extranjerismos es claro. Pródromos es autor de una Gramática, conservada de modo mutilado en dos códices; corresponde al texto 138 Hörandner. Tam­bién hay un tratado Sobre las preposiciones. De su época son Sobre la sintaxis del discurso y Sobre los dialectos, de Gre­go­rio de Corinto. También es contemporáneo el filólogo Eustáthios de Tesalonica: es una época en que la gramática y la filología son muy valoradas entre los intelectuales; de ahí la queja pre­sen­tada en este texto.

[92]El padre de Aquileo, esposo de la diosa Tétide.

[93]Considerado en Atenas el tipo del idiota; aparece mencionado en plural, 'opas', en Aristófanes, Ranas 991, junto con μαμάκυθοι, 'mameros'; en Menandro Es­cu­do 269 πρὸς θεῶν, Μελιτίδῃ λαλεῖν ὑπείληφας; en Claudio Eliano, Va­riada historia 13: 15 καὶ Κόροιβον δὲ καὶ Μελιτίδην καὶ ἐκείνους ἀνοήτους; en ps.-Lu­ciano, Amores 53 Μελετίδην ἢ Κόροιβον οἴει με πρὸς θεῶν; en el mismo Pródromos 147: 302 Hörand­ner = 313 Migliorini Ἐγὼ γοῦν οὐκ ἐς τοσοῦτον Μελιτίδης ἂν εἴη καὶ Κόροιβος, etc.

[94]Juego de palabras por la pronunciación iotacista similar de Χείρων (Kheíron = 'khíron') y χοίρῳ (khoíro = 'khíro').

[95]Atleta a partir de cuyo triunfo se cuentan las Olimpíadas, en 776 a.C. cfr. Estrabón 355. Pero Kóroibos es tam­bién el nombre de un tonto por antonomasia según Suidas s.v., mencionado también por Luciano Mentiroso 3 (ἐμφρόνως ἐξετάζων αὐτὰ Κοροίβου τινὸς ἢ Μαργίτου), etc.

[96]μαθητιᾶν: el verbo μαθητιάω aparece por primera vez en Aristófanes, Nubes 183. Elio Herodiano lo men­ciona en una lista de verbos que indican 'tener ganas de' (Epimerismoí 249: 13). El TLG registra hasta ahora (octubre de 2020) ciento treinta y una ocurrencias.

[97]Es sabido que Alejandro Magno tuvo como maestro al filósofo Aristóteles, convocado éste a la corte de Pela en Macedonia para ese fin. Hay juego de palabras en el adjetivo ἀτελεῖ 'imperfecto' y el segundo componente de Ἀριστο-τέλους 'de perfecta excelencia' o 'de excelentes fines'.

[98]Cita modificada de Homero, Ilíada 8: 99, donde el verbo está en segunda plural. La combinación suele aparecer en textos filosóficos de Xenófanes, Empedocles, Teofrasto, Atamas, Heraclito, Sexto Empírico, Porfirio, y también en Clemente Romano, Plutarco, Luciano (Zeus trágico 19: 1), Elio Aristides, Atenágoras, Clemente Alejandrino, Juan Tzétzes, etc., sea o no citando a Homero. El TLG reúne por ahora unas setenta ocurrencias.

[99]La imagen de 'ser de arcilla' sugiere, por un lado, lo tosco y vulgar frente al bronce o el oro, y, por otro, la dureza de los utensilios que, sin embargo, pueden quebrarse: el pseudo-gramático es un tipo duro y tos­co que se las da de culto y que puede quebrarse ante la menor prueba.

[100]παρέντες... διανοεῖσθαι: si bien παρίημι significa en principio 'abandonar', Bailly s.v. 6 señala que, solo, con infinitivo, con ὥστε e infinitivo y también con subjuntivo, significa 'permitir'. Es el valor que en español tiene 'dejar': 'abandonar' y 'permitir', como ἐάω.

[101]Robinson (1979: 68-81); respecto de Pródromos, pp. 69-72. También se ocupa de Luciano en general Zap­pala (1990) y de su influjo en Bizancio en pp. 20-31.

[102]Σὲ δὲ ἀγνοοῦντα τὸν κόπτοντα ἢ ψοφοῦντα οὐδὲν ὅλως πεπονθέναι δόξομεν ἀπαίδευτον ὄντα; (ed. Macleod).

[103]Cfr. Egea (2001).

[104]En cambio, censura al avaro (I 1), reflexiona sobre los placeres (I 2), sobre los defectos (I 3), sobre los beneficios de la corrección de costumbres (I 4), cuenta un viaje a Bríndisi (I 5), su amistad con Mecenas (I 6), un pleito (I 7), hace un relato sobre Príapo y las hechiceras (I 8), trata sobre un molesto que quiere sacar provecho (I 9), sobre el modelo de Lucilio (I 10), sobre el arte de la sátira (II 1); medita sobre la frugalidad (II 2), sobre las pasiones (II 3), las reglas de la gastronomía (II 4), las maneras de conseguir herencias (II 5), la vida rural (II 6), los vicios desde el punto de vista de un esclavo (II 7); o cuenta un banquete y sus entre­meses (II 8).

[105]Sobre este concepto, cfr. Kaldellis (2007: 225 ss.).

Recibido: 20 de Noviembre de 2020; : 03 de Febrero de 2021; Aprobado: 09 de Febrero de 2021

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