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Circe de clásicos y modernos

versión On-line ISSN 1851-1724

Circe clás. mod. vol.26 no.1 Santa Rosa ene. 2022

http://dx.doi.org/https://doi.org/10.19137/circe-2022-260104 

Artículos

Sobre el mimo bizantino: Pródromos y su Amaranto (H 146)

About the Byzantine mime: Prodromus and his Amarantus (H 146)

1Conicet/ Universidad de Buenos Aires/ Universidad Católica Argentina

Resumen

Se presenta la versión española con notas y estudio del texto 146 Hörandner de Pró­dro­mos (s. xii) sobre la edición de Migliorini (2010), con algunas pequeñas modificaciones, y se postula que se trata de un mimo literario, representado efectivamente en una ter­tu­­lia, un θέατρον bizan­tino.

Palabras clave Bizancio; sátira; mimo; Pródromos; Amaranto; matrimonio; filosofía

Abstract

It is presented here a Spanish version of the Prodromus' text 146 Hörandner (xiith century), with footnotes and a study, on the basis of the Migliorini's edition (2010) with some little modifications. It is postulated that this text is a literary mime, which performance was made in a social gathering, a Byzantine θέατρον.

Keywords Byzantium; satyre; mime; Prodromus; Amarantus; marriage – philosophy

Para esta versión, anotación y estudio seguimos el texto fijado por Migliorini en su tesis (“Textus VI”), que corres­ponde al 146 Hörandner (1974). Indicamos el inicio de cada folio del ms. V y las pági­nas de las ediciones Gaulmin (1625: 426-467) y Du Theil (1810: 109-127)[1]:

V: ms. Vaticanus gr. 305, s. XIII, 59v-64r

G: edición Gaulmin, con traducción latina[2]

Th: edición Du Theil[3]

M: Migliorini

Traducción y notas

[V 59v; M. 91; G. 427; Th. 109]

[5] Amaranto o los amores de un viejo

[1] Filolao: Y por cierto[4] desde el amanecer[5], Hermocles[6], te aguardábamos en Atenas yo y el Diofanto este[7].

Hermocles: Sí, ciertamente, y yo sentía, Filolao, llegar más tarde que lo que [10] había convenido...

Filolao: Mucho, en efecto, de modo que justamente podría reprocharte el retraso.

Hermocles: No a mí, querido, sino a aquel jardín[8] que hoy, desde la mañana, al atra­parme para un paseo[9], me robó[10] los ojos enteros.

Filolao: ¡Oh, oh, cuán diestro[11] dices, compañero, que es éste, el jardín, y [15] dis­cí­pulo entero de Hermes[12] [G. 429], si incluso tus ojos mismos arrancó inad­ver­ti­damente para ti!

Hermocles: Sigues burlándote; pero yo todavía rodeo la zanja[13] y toco el narciso y recojo el jacinto[14].

Filolao: En cambio nosotros, Diofanto, pensábamos que Hermocles estaba aquí de al­gún modo, [20] estando con Narcisos y Jacintos... [Th. 110]

Diofanto: ¿Y en qué es esto nuevo, Filolao, si, sin estar, Hermocles cree estar, ha­llán­dose todos por opinión y ninguno de verdad[15], si al menos no nos olvida­mos del maestro Demócrito[16]?

[2] Hermocles: ¡De qué gran favor te soy deudor[17], Diofanto –sí, ¡por el placer![18]–, por cuanto me hiciste [25] acordar de Demócrito! Porque yo, incluso de noche, paría do­lo­rosamente las refutaciones no sin nobleza contra él y ahora no podría apar­tarme sin antes, como quizás sea capaz, refutar la charlatanería de aquél[19].

Filolao: ¿Charlatanería es, pues, lo de Demócrito para ti, Hermoclecito[20]?

Hermocles: Sí, por Zeus, pues no de otro modo. [Th.111] [30]

Diofanto: Ciertamente podrías apresurarte a explicarnos también cómo tales cosas te han parecido una tontería...

Hermocles: Podría.

Filolao: Habla concisamente, ¡por Epicuro![21], y no, como ayer en lo de Aristó­cra­tes, in­troduciendo con rodeos en el discurso frecuentemente algunos place­res y espon­ta­neidades [V 60r], [35] cuando también [G. 430] habiendo ya vomitado[22] fuiste ex­pul­­sado del banquete con tu placer mismo.

Hermocles: Siempre fuiste alguien áspero y ofensivo, querido, mas yo podría decirte cosas incluso más breves que tus átomos[23].

Filolao: Comienza, en efecto, de una vez[24] y lentamente. [40]

[3] Hermocles: Entraba a la mañana al jardín para pasear...

Filolao: ¿Harás mención todavía del cantero?[25] [Th.112]

Hermocles: Y recogí con el ojo el lirio, que es blanco...

Filolao: Pues ¿no saldrías de una vez de la tapia?

Hermocles: He visto con la boca la manzana, que era dulce... [M. 92] [45]

Filolao: Parece que hoy, Hermocles, no dejas la granada o el mirto...[26]

Hermocles: Tras dar a entender estas cosas también a quienes estaban conmigo –es­taba Jarmipo el megarense, también Diodoro de Samo y otra asociación de la Stoa y de la Academia[27]– y luego, tras inquirir si era dulce la manzana y blanco el lirio, al escuchar que respondían [50] "Sí por cierto, Hermocles", por una parte admiré a Epi­curo por lo que sabía y porque puso como un bien el placer de cada uno; [G. 433] por otra parte, no teniendo cómo reírme de De­mócrito por su bagatela acerca de los principios[28] como es conveniente, bus­qué hacer uso de la risa de él, si era capaz, [Th. 113] como para reírme de las leyes y de los vacíos y de los átomos de por vi­da. [55]

Diofanto: Y por cierto, si no vas a dejar de reírte contra Demócrito con lο de Demó­crito, no mucho después te lamentarás con lo de Heraclito contra ti mismo[29]; pues tras prome­ter que refu­ta­rías lo de Demócrito, luego descuidaste[30] la promesa y echas­te sobre el filósofo, como grani­zo[31], todas las nevadas de burlas.

<Hermocles>[32]: Pero si no van ustedes a ponerse muy difíciles, creo que muy fá­cil­mente los persuadiré [60] de venerar las cosas de Epicuro tras dejar de la­do a Demó­crito.

<Filolao>: ¿Y no podrías tallarme Atos[33] enteros, querido, desde la cima...? [El per­so­na­je, asombrado, hace una pausa y luego dice, en aparte:]

[4] Filolao: ¡Portentoso Zeus! ¿Quién es éste que viene a nosotros con apuro [34]¿No es Amaranto el ateniense? ¡Él, por su propia cuenta[35], queridas Moiras![36] Y debemos man­te­ner la conversación, ante un árbitro de tal edad... [Al recién llegado:] Sé bien­ve­ni­do, ¡querido Ama­­ranto! [G. 434] y [65] trata de resolvernos a mí y a este Hermo­cles las con­troversias acerca de los prin­cipios naturales. Pues tienes sabido desde hace tiem­po que yo soy de Demócrito y Hermocles de Epicuro.

Amaranto: Pero, señores, que estén postergadas la filosofía y la discusión por un tiempo, en efecto. [Th. 114] Yo, [70] al narrarles a ustedes algo placentero y a la vez risueño, ojalá acoja amistosamente por un lado al epicureo con lo placentero y, por otro, con lo risueño al democriteo.

Diofanto: Amaranto, yo no pondría esto entre lo fácil de soportar, ¡por Zeus!, si tras abajar a tal punto nuestro ollar[37] [V 60v] se marcha a casa este Her­mocles sin ser re­fu­tado. [75]

Amaranto: Tendrás también esto oportunamente, Diofanto. Mas ahora, ¡por el dios de la Amistad![38], tras habernos sentado[39] aquí bajo este plátano[40], yo ex­pondré en de­ta­lle y ustedes escucharán; porque yo, si acaso tras no com­pa­decerse de mí re­cha­zan la exposición, rápidamente explotaría sin tener cómo no sólo contener aque­lla inex­pli­cable risa sino también cuanto vi en el simposio en lo del filósofo Estratocles. [80]

[5] Hermocles: ¿Te refieres al Estratocles de más de ochenta años, el que mo­quea co­mo un carnero[41]?

Amaranto: Pues no a otro, Hermocles. [G. 437; Th. 115]

Hermocles: Pero ¿haciendo qué fiesta los recibía en su hogar?

Amaranto: Bodas tempestivas, querido. [85]

Hermocles: ¿Dio a un novio a alguna de sus hijas o a una nieta?

Amaranto: No, Filolao. Pues también a mí me parecía eso antes de dar crédito al ojo en el asunto. Mas no era así, pues consigo mismo casó a la novia.

Filolao: ¡Epa, lo que oigo! ¿Estratocles recién casado, el Jápeto[42], el [90] tres veces vie­jo[43], el de cabeza con catarro? ¿El que charla con Crono se olvidó de la canicie, de las legañas y de las arrugas?[44] [M. 93]

Amaranto: No, pero por un lado se tiñó la cabellera y tras enrollarla con pajitas la eri­zó, coloreó la mejilla con maquillaje y se fingió[45] muchacho como fue capaz. [95]

[6] Filolao: ¡Soberana Temis[46]! ¡Qué risa! ¡Siendo cuán anciano el hombre y filósofo si­mula ciertos personajes de escena y nuevos[47] [Th. 116] y, al modo de las más des­a­gra­dables de las meretrices, envuelve con maquillaje el filosófico co­lor ocre y arre­gla la canicie ante el espejo!

Amaranto: Y en verdad, si siguiere adelante, sé muy bien que ustedes se reirán mu­cho más. [100]

Filolao: ¡No comiences tú, Amaranto, [G 438] por aquella ceremonia y las bodas, sino de algún momento más atrás y por los proemios del relato! Pues así avanzarían más fáciles de seguir para nosotros no sólo el discurso sino también la risa.

Amaranto: Podría obedecerte, compañero, que lo mereces, contento de retomar el re­lato desde el inicio[48]. [105] Mas ¿por qué tú comienzas a reír llanamente, sin haber di­cho yo todavía nada?

Filolao: ¡Sí, por Zeus!, ¿pensaste cómo Jápeto iba a comportarse con la novia en su re­la­ción sexual, cómo iba a juguetear riendo sardónicamente[49] y tironear hacia sí a la que se hace rogar y desdeña el beso?

Amaranto: Reirás también de eso. Pero ahora no impidas la apertura del [110] relato.

Filolao: Habla, Amaranto, porque yo me sentaré [V 61r] sin voz para ti de ahora en más, como oyente, sin diferir en nada de una estatua que sola­mente escucha.

[7] Amaranto: Tenía costumbre yo del trato con este novioviejo[50], señores, por ser a­mi­go y de familia por parentesco no lejanamente y, además, [115] por escuchar no con dis­placer las diatribas de él en filosofía. En efecto, me parecía admi­rable el hom­­­­bre en otras cosas y, sobre todo, cuando discurría precisamente sobre la filo­so­fía ética, [G. 440] acerca de la templanza, llamando al matrimonio 'atadura' y 'gri­lle­te inefable' y 'obstáculo para la contemplación de los entes', y diciendo "Hijos, oja­lá pudiera desembara­zarme de esta carga" –indicando el cuerpo–, [Th. 117] [120] "para que me fuera posible embarcarme en los entes purificada­mente[51]. Pero ¿qué necesi­dad hay de atadura sobre la atadura y de cárcel so­bre la cárcel[52]?". Encima de esto, injuriando en muchas cosas al sexo femenino y llamando a éstas áspides fa­mi­lia­res y serpientes legítimas y recordando lo de Clitemnestra y lo de Helena y cuan­to [su­frió] Hipólito por Fedra y cuanto Belerofonte [125] por Antía[53] y..., para de­cirlo re­su­mi­da­mente, [opinaba] que las mu­jeres habían llenado la vida de dramas y de po­e­mas[54]. Y filosofando so­bre tales cosas era a tal punto persuasivo que incluso yo, cre­yén­dole, des­de en­tonces empecé a desconfiar de mi madre y de mis herma­nas mis­mas. Es­tas cosas, en efecto, decía y gritaba "Me injurias, Cloto[55], sin cortar toda­vía el hilo y sin entregarme a Éaco[56] y enviándome fuera de lo [130] [G 442] de Aido­neo[57] sino dejando en la tierra esta inútil carga como cuidándola para una se­gunda vida... ¿En qué, oh dioses, los injurié para que todavía esté se­pul­tado en este cuerpo y, úni­co entre todos, no obtenga la libertad de aquí?". [8] Él decía eso; nosotros nos ad­mirábamos y lo felicitá­ba­mos y [135] realmente lo llamábamos feliz, no sólo como col­gán­donos[58] de los oídos a su ense­ñanza –pues el hombre era tremendísimo para ha­blar– sino también confiándonos en su aspecto, pues su bigote llegaba a la ro­di­lla, el cuello se torcía y se fruncía la ceja y la palidez le rodeaba el rostro y, para de­cirlo en resu­men, su apa­rien­cia lo pro­clamaba como filósofo incluso para quie­nes no lo co­no­cían[59]. Pero ayer, [140] amigo, el drama se aflojó[60] y despojó la escena y la verdad salió en des­file. Pues yo estaba sentado en la habitación [V 61v] superior de mi casa[61] y en ella es­ta­ban abiertas muchas bocas de las ventanas, en­treabiertas ha­cia fuera so­bre la calle; y [M. 94] leía así casualmente el Axíoco que está junto a la o­bra de Pla­tón[62] y criticaba primeramente al hombre por cuanto te­mía pusilánime­men­te[63] y [145] dema­siado innoblemente la muerte y se espantaba an­te el fa­lle­ci­miento [Th. 118] de mo­do no viril. [G. 445] Me admiraba por cuanto fi­nal­mente[64] también ante eso mis­mo tomó coraje y yo quedaba estupefacto por Só­crates, que proponía una per­sua­sión tan grande y tan invencible[65]. [9] Re­corriendo estas cosas con la mente, veo a al­gu­nos de los domésticos de Estratocles que hacían camino junto a [150] Jeremon el no­tario[66] con paso ve­loz. Jeremon esta­ba enojado[67] y se que­jaba mucho simulada­mente; pues pare­cía desconocer por qué incluso era lla­ma­do. Con­je­turaba, creo, que para es­cribir un testa­mento y, yéndose de allí como ha­cia lo de quien ha de estar muerto, se fingió afligido, de modo tal que yo, al per­tur­barme en la apa­rien­­cia y habiendo sospechado lo mismo que Jeremon, dije "Según pare­ce, [155] Cloto, tras escuchar la súplica de Estratocles, le[68] cortó el hilo"; y, a la vez, gri­­tando cuanto era capaz[69] "¡Ay, qué castigo!", iba hacia ellos e inquiría del domés­tico lo re­lativo al fi­ló­so­fo y a causa de qué llevaba al notario. Y él, da­do que me veía al­boro­tar y con la sospecha extraviada en el rostro, dijo, tras inclinarse li­ge­ra­mente hacia mi oído, "A otro [160] no le diría nada, mas a us­ted no le ocultaré lo in­de­cible". "Ha­bla, Her­mo­nidito", decía yo, "¡por las Gra­cias[70]!". Y él dijo "Mi patrón hoy festeja bodas". "¿Ciertamente –dije yo–, las de su nieto Agámenes?". Pues sabía que éste es­ta­ba en edad de bodas. "¿De Agámenes?", dijo él y a la vez rio precavido y amor­ti­guado. [165] Insis­tién­dole yo con la cuestión, él dijo "Es superfluo pedirnos lo que los ojos te enseñarán como nunca"; y a la vez suplicaba que nos allegáramos muy velo­ces, pues mis inquisiciones le habían recortado algo de tiempo. Y noso­tros, al per­sua­­dirnos, seguimos a Hermónides, que se apresuraba. [10] Cuan­do al ir a lo de Es­tra­tocles traspasamos la puerta del patio y subimos hacia el [170] salón..., ¿cómo po­dría narrarte, amigo, lo de allí? Estaba sentado aquel bello novio, todo es­polvo­rea­do con oro y con los emplastos nupciales, lo cual lo mostraba todavía mu­cho más vergon­zoso en la proximidad[71] [V 62r] al ser visto con los oropeles. La me­jilla, te­ñi­da por una parte con maquillaje verde para los salientes y bultos de las arru­gas y, [175] por otra, preservando mayor­men­te la antigua palidez en los surcos y cavi­da­des, [Th. 119] como no dando lugar la tintura entera a penetrar en la cavidad por la ce­rra­zón de las promi­nencias, resultaba una mezcla totalmente ridícula de rojopali­dez[72]. [G. 449] La cabellera había sido enrulada y estaba enrojecida; en cam­bio, la ma­­yor par­te del mentón había sido rasurado con la navaja, en redondo, y el pár­pa­do era en­negrecido con pigmento[73], [180] tras no calcular el filósofo esto de mo­do fa­vo­rable: pues fluyendo de allí el negro humor de la legaña, no mu­cho después el tru­co había sido verificado. [11] Yo, por mi parte, ¡por el Pro­tector de la Amis­tad!, ni siquiera podía reconocer al hombre y tenía difi­cultades, girando en círculo los ojos y ex­plo­rando la casa con la vista, [185] si de algún modo captaba al maestro... Em­pero él, in­cluso desde muy cerca, me pa­saba inadvertido. Pues ¿cómo reconoce­ría al canoso, al bigotudo, al peli­largo[74], al que se había sacado tan luenga barba, sen­tado rubio y en­cres­pado en su cabellera, del cual yo creí hasta entonces que era un haz­me­rreír de los que por una paga asisten a los banquetes y que se venden por un óbo­lo o [190] tal vez dos? Y quizás también habría preguntado a alguno de los pre­sen­tes de dón­de nos había sido encontrado este mimo, [M. 95] si aquél, al darse cuen­ta de la pre­gun­ta y de con cuánta risa lo encontraría el asunto, no me hubiese sa­ludado; y ha­biendo graznado[75] de modo totalmente ridículo, dijo "¡Cuán oportu­na­mente vienes a nosotros!", tras añadir el "amigo"; pues ayer, con­fiando en la bar­ba, [195] me men­cio­naba como "vástago" y me llamaba "niño" y me sa­lu­daba como "hijo", [G. 450] mas hoy, junto con el mentón, también las pala­bras le habían sido rasu­radas[76] y ahora el "co­etáneo", el "hermano" y el "ami­go" están en lugar de aque­llos nombres venerables y adecuados a un an­cia­no. [12] Tras decirme estas cosas tam­bién se tornó al notario y, [200] después de dar a significar todo el parecer como natu­ral y de añadir "Acuér­date muy claramente del yerno"[77], se dirigió hacia la no­via para inspeccionar si tenía fin lo relacionado al atavío; y se estaba sentado mi­diendo a la mujer e indagaba el ros­tro y, como no hubiese sido bien teñida la ceja, se lo re­prochaba a las aci­caladoras de la novia y emprendía él mismo el teñir, tras pe­dir la tintura, [205] [Th. 120] y se lan­zaba con sus dedos a la gargantilla y ponía en orden los aros. Jeremon estaba sentado por allí también él, sobre un posapiés bajito, char­lo­teando sobre dotes y es­posas [V 62v] e introdu­ciendo frecuentemente en el dis­curso el "yerno". Una vez que hubo dejado de ultrajar la hoja escrita y el guía de la no­via y a la vez novio[78] hubo salido de la sala de mujeres, [210] también Jeremon leyó el escrito ante la concu­rrencia sentada. En efecto, cada uno de los otros ocultó la bo­ca y rio bajo el manto; a mí, en cambio, ¡por Témis!, la risa me abandonó al en­­ten­der yo [G. 453] que Es­tra­tocles, cada vez que escuchaba 'yerno', entusias­mán­do­se ante la palabra y trans­por­tándose báquicamente[79], por poco también, tras po­nerse en pie, besaría la [215] mano del notario. Y apenas aquél hubo cesado de leer, tras de­cir el novio "¿Por qué nos demoramos todavía y no vamos ha­cia el templo?", hizo poner en pie a todos y nos fuimos al de Isis[80]; y por el otro lado la novia misma tam­bién, con el séquito ade­cua­do, iba adelante y enseguida la mirada de to­dos fue atraída hacia ella, pues la mujer tenía ine­narrable la juventud, [220] cuanta con la na­tu­raleza también el arte pin­tó[81], de modo tal que tampoco Estratocles dejó inadver­ti­do que estaba algo envi­dio­so por el asunto.

[13] Hermocles: ¡Sea! Pero... ¿siendo quién o hija de quién la muchacha, Ama­ranto, fue dada a este que charla con Crono?

Amaranto: Es, Hermocles, hijita de Anticleo el jardinero, por una parte ri­quí­si­ma por su belleza, [225] ¡por Zeus!; por otra, vendida a la boda por pobreza y por carencia de lo necesario.

Hermocles: ¡Heracles![82], Amaranto, ¡qué mal! Todo se esclaviza a la riqueza, todo está sometido al yugo del oro. Incluso se negocia la belleza, libre por naturaleza. ¡De qué modo la risa se me revirtió[83] en lágrimas al pensar yo cómo, por un lado, [230] la mujer soportará aquellos abrazos temblorosos[84], cómo, por otro, [G. 454] pueda so­brellevar los displacenteros entrechoques de los la­bios y al novio que tiene ca­ta­rro de cabeza! [Th. 121] ¡Cuánto mejor, por cierto, era para ella, al compartir la la­bor del jardín con el padre, ser pobre junto con los jacintos y pasar hambre junto con los mirtos y cantar con los ruiseñores y soñar bajo los granados[85] y las flores de mirto, [235] antes que co­mer excremento dorado y que acostarse con fango plateado!

[14] Amaranto: Así están de algún modo también las cosas, Hermocles[86]. En ese mo­mento, cumplido lo conveniente a tal ceremonia, salíamos del templo a­com­pa­ñan­do a los novios en el séquito, según costumbre. En efecto, Mirila –pues así [240] lla­ma­ban a la novia– avanzaba con aspecto sombrío [V 63r] y ca­biz­baja, de modo que alguien podría suponer que era enviada no a una boda sino a la muerte. Por su par­te, el [M. 96] Jápeto Estratocles transformó a la novia entera a su gusto, estirando las cejas y alzando el cuello y abriendo un tanto los párpados[87] y expandiendo y es­tre­chando el labio. Por otra parte, la coronita[88], [245] al volcarse alrededor de la calvi­cie, la cir­cuns­cribía como una luna llena, de modo tal que ni siquiera éramos ya ca­paces de con­te­ner la risa sino que, cada uno, tomando al azar algún otro sector del lugar, nos colmábamos de risotadas[89]. Me fue posible bromear[90] que en ese momen­to sucedía la boda de Afrodita y Hefesto[91]. El profesor Dionisio[92], corriendo junto a mí por la iz­quierda, dijo "Efectivamente, ni siquiera aquí podrían [250] faltar unos An­­­quises y unos Ares"[93]. [15] Al decir esto nosotros, nos recibió la sala nupcial; a los novios los acogió el atrio[94], nosotros en cambio estábamos a la mesa prepa­rada con la ma­yor delicadeza y nos colmábamos de alimentos que yacían en abun­dancia y va­riedad y bebíamos los mejores de los vinos, a la vez insulares y [255] con­ti­nen­tales[95]; y muchas copas de oro y de plata y cuan­tas había de esmeralda y de za­firo ha­bla­ban francamente en el simpo­sio. Y aquel novio tres-cornejas-viejo[96], cuan­do se le ten­día[97] la copa –¡no, por...![98]– no antes de besar tres veces a la mucha­chi­ta tra­ga­ba[99] el vino. En esto, tras inclinarse hacia mi oído el megarense [Th. 122] Aris­to­bulo, dijo "¿Aca­so no ves, Amaranto, [260] al novio, cómo se le enrojece el ros­tro de ver­güen­za?". Y decía yo "Sí, ¡por...![100], pero no sé cómo para Aristobulo el ma­qui­llaje ro­jizo[101] imi­ta[102] la vergüenza". Y él, tras reír de esto a lo ancho, se levantó del sim­posio. Hubo tras esto un gran alboroto y todos me miraron sospe­chando que[103] yo ha­bía hecho levantar a Aristobulo al decirle algo ridículo sobre el novio. [265] [16] Y quizás po­drí­a­mos haber hecho circular[104], sin darnos cuenta, [G. 458] el maqui­lla­je en la charla si el profesor Dionisio no se hubiese levantado de la silla ensegui­da y, tras sacar un librito del bolsillo, no se hubiera puesto a leer el epitalamio[105]. La ele­gía contenía de algún modo algo así:

¡Salud, camas de bello color[106] de muchachos de excelentes boda![107]

[270] de Estratocles y de Mirilicita!

¡Salud, boda y lecho de jóvenes en neolechos[108]!

¡Salud, vestido nupcial[109] y servidora del tálamo[110]!

Ni siquiera a ti, Ares destructor de ciudades y Afrogenia[111] grandísima,

un novio deseable y una novia divina

[275] te temieron[112], con sus gracias, prestancias y bellos rostros.

¡Novio!, ¡cuán bueno, cuán hermoso eras

rubio, rojizo[113], cejinegro[114], de cabellos en bucles[115]!

¡Y también tú, salud, novia de excelente cuna[116]! [V 63v]

¡Salud! Yo a ustedes[117] les canto el himno nupcial

[280] este, hijo de pocos versos de Laconíade[118]. [Th. 123]

Esto dijo aquél y lo aclamó el simposio. Y Estratocles dijo: "Pero ojalá que el Pro­tec­tor de la Amistad te retribuya este amor, excelente coetáneo Dionisio"; [G. 461] y a nosotros la risa por el "coetáneo" por poco también nos habría aho­gado. Y él dijo: "Nada nuevo hay, Estratocles, si acaso, [285] honrando la amistad, llevamos a cabo lo apropiado a los amigos". Y a la vez, tras sentar­se, roía la torta de sésamo[119] y Dio­ni­sio de nuevo bailaba y las copas danza­ban. [17] Y el novio dijo: "Desde hace tiem­po, señores, está en dilema cómo otrora algunos de los hombres, no sólo de los no edu­cados sino tam­bién [290] de los que ya han participado de los estudios y se han per­feccionado en las cla­ses, [M. 97] se han tornado a tal punto de ingenuidad que po­nen la boda en­tre las cosas no buenas y no saben que subvierten la or­ga­ni­za­ción social ni que suprimen la generación. Pero si acaso alguien de algún modo em­pren­­diera incluso el refutar a alguno de éstos, enseguida se propone a Em­pe­docles con la Querella[120], acusando a ésta de la generación; y no dudan[121] [295] en burlarse de es­to [Th. 124] dado que, por una parte, la Querella hace al mundo sensible en cam­bio el matrimonio es una cierta Amistad; conjeturando conse­cuen­temente, ¡por el ma­tri­mo­nio!: 'entonces no habría que casarse'; pues tampoco pensaron que la Que­rella mis­ma es, de algún modo, una Amistad, al separar de las otras cosas, por un lado, los ele­­mentos con la introducción de las cualidades y amigando, por otro, a cada co­sa con­sigo misma y haciendo en cada una como un matrimonio. [300] Y si alguno les preguntare '¿Qué cosa, enton­ces, hombres, afirman ustedes que es el árbol per­fec­­to?', respon­den 'El que genera uno similar a él'; mas ¿no se avergüenzan de dejar incompleto al hom­bre[122] y de no ambicionar también para él cuanto efectivamente para el laurel o para el mirto[123]? ¡Ay de la ignorancia!, porque no retienen el conocer esto: que me­diante el matrimonio lo mortal de algún modo se inmortaliza, [305] sien­do preser­vado para la sucesión[124]. ¡Que se arruinen estos incompletos y no casa­dos!". [18] "Eres persuasivo, ¡sí, por el matrimonio!, maestro", dije yo. "Mas no sé có­mo, a mí me parece el asunto una atadura sin retorno y un grillete inefable", re­tomando tam­bién aquellas cosas que él ayer, acerca de estos temas, con su bigote de­cía filo­só­fica­mente; y "Ningún argumento me persuadirá nunca de que no es [310] el ma­tri­monio un impedimento para la filosofía, en tanto que tengo aprendido de Pla­tón que también el cuerpo este corrompe la puerta de la verdad"[125]. Mas él decía "Calla de Platón [G. 465], quien ni siquiera vio con deshonra a los varones como aman­tes"[126]. [Th. 125] "Mas –decía yo– ¿habría que admitir a mujeres insidiosas, maestro, sin desconocer a Hele­nas y cosas así... y Clitemnestras[127]?". "Y [315] en ver­dad –dijo– no tienes Cli­temnestras solas, sino también Penélopas, al tomarlas de la épica[128]". "¿Y dónde pon­drás a He­síodo –decía yo–, quien afirmaba

A éstos yo les daré un mal en lugar del fuego, con el cual todos

quedan encantados en el ánimo rodeando de amor su propio mal[129]".

"Allí mismo está el testigo –decía él–, pues, dado que ha sido mostrado por el poeta que para todos es un encanto la cosa, [320] para todos el matrimonio sería una nece­sidad, sea o no algo inútil". [19] Y en eso se pone en pie el cómico Querefonte[130] y dijo "¡Suficiente de esto para nosotros! Mas yo cantaré para la fiesta algo de la musa de Anacreonte[131], en la ocasión de ir al lecho nupcial". Y a la vez decía:

[325] Jefa de las diosas, Cípride,

Deseo, fuerza de los terrenales,

Matrimonio, vigilante de lo vital, [Th. 126]

a ustedes canto con palabras

a ustedes glorifico con versos,

[330] Deseo, Matrimonio, diosa de Pafo[132]. [G. 466]

Mira a la joven, mira, muchacho,

despiértate, que no se te escape la perdiz como presa.

Estratocles, amigo de Citera[133],

Estratocles, marido de Mirila,

[335] ve a tu querida mujer:

tiene cabellera larga, está floreciente, brilla;

la rosa es jefa de las flores,

una rosa es Mirila entre las muchachas.

El sol muestra tus lechos:

[340] ojalá haya naturalmente un ciprés en tu jardín[134].

Al quedar aquél incierto ante esto y como inflamado en el alma, [Th. 127] sin aguar­dar que el sol se pusiera por entero, se levanta muy rápidamente y [M. 98] marcha dentro del tálamo, sin hablarle a nadie en lo más mínimo. Y a partir de ahí la reu­nión se disolvió para nosotros. [345]

[20] Filolao: Pero ojalá nunca tales banquetes abandonen la vida, dioses, es­tan­do en un banquete el buen Amaranto, porque también él podría deleitarse con los ojos y a nosotros restaurarnos el deleite con las narraciones.

Estudio y comentario

Estructura

Externamente, el texto tiene casi trescientas cincuenta líneas organizadas por el editor en veinte unidades. Pero internamente, por su contenido, podemos proponer este esquema:

I. Introducción

I.1. Llegada tardía de Hermocles al encuentro con Filolao y Diofantes [1].

I.2. Planteo de la cuestión filosófica entre Demócrito y Epicuro [2 y 3].

II. Cuerpo central

II.1. Aparición inesperada de Amaranto [4].

II.2. Propuesta de Amaranto de no discutir de filosofía sino aunar lo risueño y lo placentero con un relato. [4]

II.3. Presentación de la figura de Estratocles [5] e invitación a oír el relato que se supone jugoso [6].

II.4. Relato en sí [7 a 19]

II.4.1. Antecedentes del vínculo entre Amaranto y Estratocles.

II.4.2. Opinión de Estratocles adversa al matrimonio y a las mujeres.

II.4.3. Desdén de la vida y ansia de la muerte. [7]

II.4.4. Descripción del típico aspecto de filósofo en Estratocles.

II.4.5. Amaranto estaba leyendo Axíoco sobre el temor a la muerte. [8]

II.4.6. Amaranto ve al sirviente y al notario rumbo a la casa de Estratocles.

II.4.7. Amaranto lo cree muerto y va a averiguar; el esclavo informa de que se trata de una boda. [9]

II.4.8. Llegada a la casa; descripción del maquillaje y teñido de Estratocles [10]; lo hacen irreconocible, como también su modo de dirigirse; [11]

II.4.9. Requerimientos del viejo Estratocles al notario y a la novia. Exaltación de la belleza de la novia. [12]

II.4.10. Identidad y razones de la novia.

II.4.11. Comentario sobre el poder, la riqueza y las desgracias de la novia; valor de la libertad. [13]

II.4.12. Boda. Tristeza de la novia. Risas de los asistentes. Comparación mi­to­lógica [14]. Descripción del ambiente y de la cena. [15]

II.4.13. Epitalamio de Dionisio.[16]

II.4.14. Defensa del matrimonio por parte de Estratocles. Cuestión sobre Que­rella y Amistad. El matrimonio organiza la sociedad, preserva la es­pe­cie, inmortaliza. [17]

II.4.15. Cuestionamiento de Amaranto en razón de las anteriores apreciacio­nes de Estratocles. Cita de Hesíodo. [18]

II.4.16. Intervención de Querefonte que presenta un poema; el novio, incierto, se va al dormitorio y se disuelve la celebración. [19]

III. Epílogo: Filolao elogia el relato de Amaranto. [20]

Como retomaremos luego al evaluar la intención, el asunto filosófico entre De­mó­crito y Epicuro queda en suspenso.

Personajes

Podemos clasificarlos en personajes parlantes y personajes aludidos. Los par­lan­­tes son:

Filolao: este nombre aparece en dos formas dialectales, Φιλόλαος (al nombrar inicial­mente al personaje) y Φιλόλεως (a lo largo del texto). Cf. Menelao. Tiene rasgos aris­tofánicos en su actitud sarcástica y agresiva (incluido el uso del diminutivo) y en las in­terrupciones que hace en el sector [3] al modo de un βωμολόχος cómico. El nom­bre significa 'amigo del pueblo' y puede connotar una actitud positiva hacia las rela­ciones humanas; pero también designa a un filósofo pitagórico en Fedro 61 D-E y a otras personas en Aristó­teles, Política 2, 96, etc., de modo que implica una alusión li­te­rario-filosófica. El personaje es simpatizante de Demócrito. Describe despectiva­men­te a Estratocles (líneas 81 ss., 95 ss.), imagina con sarcasmo el desempeño sexual del vie­jo (106-8, 230 ss.) y quiere detalles del relato (100-103) aunque a Hermocles le pidió brevedad (βραχέα línea 33).

Hermocles, Ἑρμοκλῆς: el significado del nombre es 'que tiene la fama o la gloria de Her­mes'. Hermes es dios mensajero, protector del comercio, de los viajes, de los vín­culos humanos, de las rutas, de los corredores, anunciador del día y de la no­che, dios psicopompo. El nombre de varón es mencionado en La diosa siria 26, de Luciano, au­tor muy aludido por Pródromos. Este personaje usa sinestesias como 'cosechar con el ojo', 'ver con la boca'. Es detallista; simpatiza con Epicuro.

Diofanto: Διόφαντος es también nombre real de varón, registrado en Demós­tenes, Aristóteles, etc.; por su etimología significa 'manifestación de Zeus'. Tiene menor participación. Estaba interesado en la refutación filosófica (líneas 72-74).

Amaranto, Ἀμάραντος: es el mencionado en el título de la obra como primera opción por­que es él quien toma a cargo el relato de los hechos que servirán como anécdota para la discusión filosófica. El nombre, poco testimoniado como real[135], es connota­ti­vo porque, si bien en plural designa a un pueblo africano, ἀ + μάραντος como ad­je­tivo se vincula con el verbo μαραίνω y significa 'que no se pudre, inmar­cesible, im­pe­recedero'. Dado que el personaje es un anciano reverenciado (línea 64) –lo cual su­giere que Filolao, Diofanto y Hermocles son jóvenes–, puede aludir cómi­ca­mente a que tiene tanta edad que parece inmortal o, más positivamente, a que su posición es la que ha de perdurar. Además, como sustantivo es también el nombre de una planta, 'siempreviva', lo cual condice con el interés que el personaje muestra por las flores durante el paseo que relata (líneas 12 ss.). Se lo llama 'árbitro' διαιτητής (línea 64) porque se le reconoce autoridad en la materia. Él propone diferir la discusión filo­sófica y ocuparse de unir lo risueño con lo placentero.

Personajes referidos o mencionados:

Jarmipo (Χάρμιππος, 47-48), megarense con quien estuvo Hermocles en el paseo del jardín; el nombre no está registrado pero se relaciona con Χάρμος, Χαρμίδης y por su raíz χάρμα alude al 'placer, gozo', combinado con ἵππος 'caballo', usual en nombres de aristócratas. Puede aludir a Jármides, personaje platónico.

Diodoro (Διόδωρος, 48), de Samo, que también acompañaba a Hermocles; nombre co­mún en Grecia clásica, lo era de un discípulo de Sócrates (cf. Xenofonte, Memora­bles II 10.1). Como el anterior, ayuda a enmarcar la escena en un contexto de filósofos.

Aristócrates, Ἀριστοκράτης (34), 'que tiene óptima fuerza'; designa a alguien que fue anfitrión de un banquete el día anterior. El nombre, testimoniado en Heródoto, Tu­cí­dides, Plutarco, la Antología, sugiere aristocracia, poder.

Estratocles, Στρατοκλῆς, 'gloria del ejército', es nombre de un orador del s. iv a.C. Pródromos lo usa también en su novela Rodanta y Dosicles. Como nombre usual apa­re­ce testimoniado en Xenofonte, Demóstenes, etc. Se trata de un octogenario (línea 80), padre y abuelo (tiene como nieto a Agámenes[136], hijo de su hijo, según el ὑϊδοῦ de 163), supuestamente viudo, dado que quiere contraer matrimonio. El personaje siem­pre consideró que el matrimonio perjudicaba la reflexión filosófica (líneas 117-8), pero, supuestamente ante la proximidad de la muerte, pretende rejuvenecerse en su aspecto y, además, casarse con una bella joven, que acepta por dinero (hay puntos de contacto con El sí de las niñas de Fernández de Moratín, año 1806, aunque en ésta la boda es por obediencia de la joven). Se lo califica de κριομύξην (81), Ἰάπητος (89, 242), τριγέρων y κορυζῶν (90), κρονόληρος (91), τρικόρωνος (256); genera burlas su maquillaje estrafalario, el que empiece a llamar 'coetáneos' a los jóvenes y que cambie de opinión sobre las bodas. Tiene rasgos si­mi­lares al personaje Khelidónios, de Lu­cia­no, De mercede conductis potentium familiaribus 33, al que se le dice κίναιδος, tiene la barba cortada y el cabello pintado; cf. también Luciano, Amores 40-41.

Jeremon (Χαιρήμων, -μονος, líneas 150 ss., 206, 210): el notario, es llamado por Estra­to­cles y conducido por el servidor Hermónides; aparece apesadumbrado porque des­conoce la causa de la con­vo­catoria y después se resigna a hacer el documento según los caprichos del viejo.

Hermónides (Ἑρμωνίδης, 168), con diminutivo Ἑρμωνίδιον (161): doméstico que lleva a Amaranto y al notario a casa de su patrón Estratocles. Este nombre no aparece en el TLG ni en diccionarios; existen varios tér­mi­nos derivados de Ἕρμων, registrado éste en Xenofonte, Tucídides, etc. Hubo con este nombre un rey tracio que debió ceder su país a Atenas tras las Guerras Médicas; aquí el sufijo implicaría 'hijo de Hermón' y quizás alude a la condición de esclavo. Este esclavo es prudente (revela el motivo de la citación a Amaranto en secreto, línea 162, y disimula la gracia que le causa la suposición de éste, línea 164). El dimi­nu­ti­vo es frecuente en Aristófanes, con un valor cómico-afectivo que puede escon­der cierto tono peyorativo o un interés personal: Δημίδιον (Caballeros 726), Σωκρατίδιον (Nubes 222), Εὐριπίδιον (Acar­nien­ses 404, 475). En esta obra se usa también para la novia.

Anticles, Ἀντικλῆς (224): padre de la novia. La forma de genitivo aparece en -έος en vez de -έους, sin la contracción. El nombre perteneció a un general del s. v a.C. men­cio­nado por Tucídides, a un discípulo de Isócrates, a un corredor del s. iv a.C., a un arconte del año 324 a.C., entre otros. El prefijo ἀντι- puede valer aquí como 'de igual', por lo tanto 'de igual gloria'. Pero como se trata de un jardinero pobre puede sig­ni­fi­car su virtud y valor humano más allá de su condición socioeconómica.

Mirila (Μύριλλα, 239) y su diminutivo Μυριλλίδιον (270): la novia; su juventud y belleza contrastan con la apariencia del viejo novio (cf. 217-221). Pródromos usa este nombre también en Rodanta y Dosicles 7: 166 ss., 8: 148 ss., 9: 6 ss., pero es citado como ejemplo lingüístico por Elio Herodiano, Teognosto y Eustacio de Tesalonica.

Dionisio (Διονύσιος, 266, 283, 286): un comensal joven, gramático, es decir, profesor de len­gua y literatura, que recita un poema elegíaco (líneas 266 ss.). Migliorini (2010: 128) señala que pue­de haber en su nombre una alusión a Dionisio Tracio (s. ii a.C.) y en su actitud una alusión a Luciano, Banquete 40-41, donde Istieo también se pone en pie para recitar.

Querefonte (Χαιρεφῶν, -ῶντος, 322): otro comensal, presentado como κωμικός, que recita un poema al estilo de Anacreonte. El nombre es famoso porque designa a un amigo de Sócrates, de modo que su uso puede deberse al deseo de 'ambientar' el oficio de Estratocles, de Amaranto y de los jóvenes que inician el diálogo.

Aristobulo (Ἀριστόβουλος, 259, 261, 264), apodado 'megarense', es nombre real (Esqui­nes, Plutarco, Luciano) que significa 'el mejor consejo', 'la mejor deliberación'. Quizás sea cómicamente antifrástico, pues en el pasaje opina que Estratocles está rojo de ver­güenza, no por el maquillaje. El gentilicio puede hacer alusión al papel de la ciudad de Mégara en el origen de la Guerra del Peloponeso.

La ambientación corresponde a la época antigua, no sólo por los nombres de los personajes y por la cuestión de las escuelas filosóficas sino también por ciertos detalles, como la referencia al "óbolo" (190), moneda antigua, las invocaciones a dioses paganos, si bien la presencia de bufones en un banquete (189) o de un mimo (191) no sería ana­crónica en el s. xii.

Estilo

El texto de Pródromos presenta un estilo cuidado, retóricamente trabajado, cual es común en sus obras. Entre los recursos destacamos estos:

a) la lítote: …οὐκ ἀγεννεῖς (25), οὐ πόρρω (114), οὐκ ἀηδῶς (115), οὐκ ἀγαθοῖς (291);

b) los juegos de preverbios: κατενωτίσω (57), κατεχαλάζωσας (58), καταλαξεύοις (61);

c) juegos etimológicos: ἐπαγγειλάμενος...ἐπαγγελίαν (57); ὑφείλετο καὶ περιείλετο (140); λέχος νεηλεχέων (271);

d) quiasmo sintáctico: τῷ μὲν τὸν Ἐπικούρειον τῷ ἡδεῖ, τῷ δὲ τῷ γελοίῳ τοὺς Δημοκριτείους (70-71); ὁ τράχηλος ἐσιμοῦτο καὶ συνέσπαστο ἡ οφρῦς (137);

e) personificación: 255-6, las copas hablan; 286-7 las copas danzan ἐχόρευε τὰ ἐκπώ­ματα;

f) interrogación retórica, "¿cómo podría narrarte...?" (170), que crea expectativa; la de 186-190 destaca la ridiculez de Estratocles;

g) metáfora: rasurar las palabras (196); "antes que co­mer excremento dorado y que acostarse con fango plateado" (235), muy fuerte, que representa con oxímoron la vejez grotesca y deshonrosa de Es­tra­tocles; el ahogarse de risa (283-4).

Lengua

Es sabido que Pródromos es, en general, un 'clasicista', por cuanto utiliza la koiné literaria. Sin embargo, no se priva de emplear formas típicamente bizantinas, sea en la sintaxis, sea en el léxico, como así tampoco se priva de crear términos nuevos, que re­sultan habitualmente cargados de sarcasmo, como ocurría ya en la comedia aris­to­fánica.

En cuanto al léxico:

a) término tardoantiguo que prevalece en época bizantina:

- κρονόληρος (91) es adjetivo que aparece en Plutarco y Julio Pólux, pero luego en autores contemporáneos a Pródromos, como Jorge Kedrēnós, Eutimio Zi­ga­bēnós, Juan Skylítzēs y otros posteriores;

b) términos bizantinos:

- κατενωτίζομαι (57), 'no prestar oídos, ignorar'; si bien en la Spt aparecen for­mas de aoristo que pueden ser del verbo κατανωτίζομαι 'dar la espalda', en Jorge Kedrēnós (Compendium II 173.23) y en Juan Skylitzės (Sinopsis, Miguel III 18: 16), ambos contem­po­ráneos de Pródromos, aparece el participio κατενω­τι­σά­μενος que asegura que la -ε- no es aumento sino parte de la raíz. Se tra­taría de una voz bizantina;

- καταχαλαζόω (58), frente a -ζάω, aparece desde el siglo x y es poco usual;

- ἀνακορυφόομαι (104) es verbo registrado solamente en el Περὶ γραμματικῆς 144: 11 atri­buido a un Teodosio del s. v pero probablemente obra del mismo Teodoro Pró­dro­mos;

- ἐξαιωρέομαι (135), 'colgarse, estar pendiente de', verbo usado metafórica­mente, era tecnicismo médico con la idea de 'hacer de contrapeso'; poco fre­cuente;

- γόνατον (137): forma tardía de γόνυ, γόνατος, se registra en el Apocalipsis de Pablo .DGE) y desde el s. viii (Apomasar); Pródromos lo usa también en Ro­dan­ta y Dosicles 4: 389;

- μικροψύχως (‘pusilánimemente’, 144) se registra desde el s. iv;

- ἐσύστερον (146) asume una acepción bizantina ('luego, finalmente') en vez de la clásica 'de nuevo' o 'de ahora en más';

- συμβολαιογράφος (150): aparece en el s. vi en Justiniano; designa a quien re­dacta acuerdos o actas, 'notario';

- ὑπεστιγκρωκώς (193): participio del v. ὑποστιγγρόω 'graznar', que el TLG re­gistra en el diálogo Anacarsis 986, también del s. xii, precedido como aquí por el giro τὸ παγγέλοιον;

- ἀντιπεριέρχομαι (229, 'revertir') se registra en el TLG desde el s. xi en un acta monacal, en Miguel Psellós, en Atanasio de Athos, en textos contemporáneos a Pródromos (Ana­carsis, Monodia a Nicéforo de Constantino Manassės) y luego en Jorge Pakhymérēs. Es voz bizantina;

- καλλίχροος (269, 'de bello color'): es voz bizantina registrada en Efrén (s. iv) y luego en ps.-Juan Crisóstomo, Teodoro Stoudítēs, y en los contemporáneos Constantino Manas­sės, Juan Tzétzēs y el diálogo Anákarsis;

- γαμοστολίη (272, 'preparación de la boda') aparece en Dioskóros (s. vi), Kos­mas Vesti­tor (s. viii) y en Gregorio Antíoco, contemporáneo de Pródromos, según aporta por aho­ra el TLG. Es un término bizantino que deriva del adje­tivo γαμοστόλος, tardoan­ti­guo (s. ii);

- ἀποδιϊστάω (298, 'separar'), es verbo bizantino; se registra desde el s. iv (Gre­gorio de Nisa, Sopatro, Cirilo, etc.). El TLG registra por ahora más de ciento cua­renta ocurren­cias hasta Dosíteo II en el s. xviii;

c) hápax (al menos, según los actuales registros del TLG, que no incluye esta obra):

- σαρδώνειος (‘sardónico’, 107): parece variante no registrada de σαρδόνιος, si no se trata de meros errores de ortografía;

- νυμφογέρων ('novio-viejo', 113): compuesto ridiculizante, presentado casi co­mo un oxímoron;

- ἐναποσώζουσα (174, 'preservar'): no aparece en el TLG y Trapp lo registra so­la­mente en este locus;

- βλεφάρα (243, 'párpado'): metaplasmo por βλέφαρον; Trapp lo registra tan solo en este locus;

- ἀριστόγαμος (269, 'de excelente boda'). La formación es clásica: se registran adjetivos como ἀριστόβιος, ἀριστογένηθλος, ἀριστογόνος, ἀριστόδικος, ἀρι­στοκρα­τικός, ἀριστόμαχος. Cf. ἀριστόλοχος en línea 278;

- νεηλεχής (271, 'de neolecho') no se registra; posible neologismo o hápax. La conforma­ción es clásica: hay adjetivos con el primer componente νεη- tales co­mo νεηγενής, νεηθαλής, νεήλατος, νεηλιφής, etc.; y el segundo compo­nente aparece ya en uno de Sofocles, Electra 97, κοινολεχής, 'de lecho común';

- θαλαμηπολίη (272, 'servidora del tálamo'), parece un hápax (Trapp), aunque deriva del homérico sustantivo θαλαμηπόλος y del verbo θαλαμηπολέω (s. iii);

- ἐρευθώδης (277, 'rojizo'), sigue formas clásicas como ἐρευθής, ἐρευθήεις, ἐρευ­θαλέος con el sufijo -ώδης, como en θεμιθώδης ‘oracular’ (Porfirio), que alterna con la forma -οειδής[137];

- Λακωνιάς (280, 'de Laconia'), no tiene registros;

d) neologismos:

- καταφιάω (150), 'estar molesto, enojado, deprimido': tanto el TLG cuanto Trapp re­gis­tran este verbo en Jorge Sphrantzės (s. xv), de modo que la obra de Pródro­mos adelanta el registro en tres siglos;

- ὠχροκοκκίνου (178, 'rojopalidez'): el sustantivo ὠχροκόκκινος parece un neo­logismo, pues no se registra en el TLG pero aparece en textos modernos[138];

- συγξυρέω (196, 'rasurar junto con'), no registrado por el TLG.

- προσζωγραφέω (220, 'pintar'): el TLG registra este verbo en un autor del s. xvii y, antes pero sin fecha cierta, en los escolios a Ésquilo, que glosan así: "(496h) προσηδάφισται] προσεζωγράφηται"; es decir, considera contempo­rá­neo este verbo como aclaración del utilizado por el poeta antiguo;

- κάγχασμα (247, 'risotada'): metaplasmo por καγχασμός, registrado por Trapp. Parece un neologismo contemporáneo, pues se registra también en Phi­lágathos, Homilías 22: 9, 3 y en Anacarsis; luego en Germán II (s. xiii);

- περιεισκυκλέω (265, 'hacer circular'), no se registra todavía en el TLG. Parece un neologismo;

En cuanto a la morfosintaxis:

- οἷς (24, 144, 146) usado con sentido causal, sin antecedente; también lo usa Pródromos en Ig­no­rante 6b y Psellós en Discursos I 11: 5, 25: 20 Kurtz, etc.;

- Σωκράτην (147): la restitución de la -ν de acusativo es común en el griego bizantino, porque no se percibe su vocalización y posterior contracción en η;

- ταὐτὸν ὅ (154): el pronombre neutro aparece regularizado; en clásico podía ocurrir ante vocal pero en griego bizantino tiende a regularizarse la aparición de -ν incluso en los pronombres neutros en toda situación.

- arcaísmos:

* οἱ (155, 201, 260), pronombre personal en dativo;

* ὅς (262, 284, 311, 319), pronombre relativo con sentido demostrativo;

* φάθι (33), imperativo de φημί; el TLG lo registra, luego de Proclo, en el Le­xi­con de Phótios (s. ix), quien lo glosa como εἰπέ, y luego en Makrembolítēs, His­mina 10: 3.3, contemporáneo de Pródromos. Aun cuando falten algunos re­gis­tros, es un claro arcaísmo;

* abundante uso del modo optativo, que en la lengua hablada estaba desa­parecido: ἂν αἰτιασαίμεθα (11), ἂν ἀποσταίην (26), ἂν φθάνοις (30), φθά­νοιμ’ ἄν (32), εἴποιμ’ ἂν (38), ἐκβαίης (43), ἂν… γελῷμι (54), εἰ μὴ μέλλοιτε (59), ἂν… καταλαξεύοις (61), δε­ξι­ω­σαί­μην (71), θείμην ἄν (72), εἰ... ἐπι­βαίην (99), ἂν... προ­βαίη (102-3), πειθοίμην (104), τύχοι (117), καλοῖτο (152), κο­μί­ζοι, ἴδοι (158), ὑπερ­βαίημεν (169), ἀνα­βαί­ημεν, διηγη­σαίμην (170), καταμά­θοιμι (185), εὑρεθείη (191), καταντήσοι (192), ἔχοι (202), βαφείη (203), παυθείη (208), ἐξέλθοι (209), ἀκούσειεν (213), ἂν… εἰ­κάσειε (240-1), ἂν… ἐπι­λίποιεν (249-250), προκέοιτο (254), ἐπορε­χθείη (257), ἀν­αστή­σαι­μι (264), ἀνασταίη (266), ἀναγνῴη (267), ἀμείψαιτο (282), ἐπι­χει­ροίη (293), εἴη (296), ἂν εἴη (313, 320), πε­φύ­κοι (340), μὴ ἐπι­λείποιεν (345), ἂν τρυφῴη (346), διακομίζοι (347). Πειθοίμην (104) y διηγη­σαίμην (170) son potentialis sin ἄν. No res­pon­de su uso a un cupitivus poten­tialis (salvo en 71, 282, 340, 345) ni a un optativo obli­cuo (sal­vo en 54, 117, 152, 158, 185, 191-2, 203, 208-9, 213, 254, 257, 264, 266, 267) sino que, excepto el uso potentialis, parece en algunos casos hiperco­rrec­ción alea­toria. La forma γελῷμι (54) debería ser en un aticista γελῴην, pero los poetas áticos usaban en verbos contractos la forma con -ο-ι-μι en vez de -ο-ίη-ν por ra­zones métricas (cf. És­quilo, Pro­meteo 978; Sofocles, Filoctetes 674; Aristó­fa­nes, Caba­lle­ros 1131) y tam­bién algunos pro­sis­tas (Tucí­di­des II 79, Platón, Leyes 664 E), de modo que ésta resulta posible. Asimis­mo, ἀναγνῴη de 267 debió ser ἀναγνοίη, por abrevia­ción del tema ante el formante de optativo; pero esta grafía se registra también en Epicteto, Porfirio y las Basiliká, según el TLG;

* ἦν: imperfecto del verbo ἠμί (161, 164, 261, 313, 319);

* του (190), aticismo por τινος, pronombre indefinido;

* las formas de los verbos en -μι, que eran sustituidos por verbos en ω, por ejem­plo θείμην (72) que, según el TLG, aparece hasta Gregorio Nacianceno; o φάμενος (199, 216), más o menos frecuente en clasicistas hasta el s. xiv y φατέ (301) hasta el s. xii;

- τάρβηθεν (275): forma no registrada. Parece una tercera persona plural del aoristo pasivo de ταρβέω, con rasgo épico y sentido activo (ταρβήθησαν);

- uso reiterado del futuro perfecto, poco habitual: ἐντεθά­ψομαι (132), τεθνηξόμενον (154);

- conserva el genitivo absoluto: líneas 165, 177, 237-8;

- mantiene los distributivos: τοῖς μέν... ταῖς δὲ... (174-5); cf. 187; 224-225; 229-230; 251-2; 295-6; 322-3;

- ἂν ἐρήσεται (300): construcción rara de ἄν con futuro;

- construcción ad sensum, cuando en 122-3 ταύτας refiere a φύλῳ.

Los versos insertos en el relato, cuya reproducción implicaría una memoria ad­mirable en Amaranto, aportan términos dialectales propios de la poesía lírica y formas poéticas: ἀιζηῶν con ruptura de diptongo (271), γαμοστολίη y θαλαμηπολίη en jó­ni­co (272), πτολίπορθε con πτ- (273), χαρίτεσσι con doble sigma (275), ἐΰμορφος con diéresis (276), ἔης imperfecto sin contraer (276), ὔμμιν en dórico (279), ὀλιγοστιχίης en jónico (280), θαλαμήϊος (279) por θαλάμιος; formas 'extrañas' como τάρβηθεν (275) y Λακωνιάδος (280).

De tal modo, la lengua de Pródromos en esta obra confirma su usus scribendi: un griego con base en la koiné literaria al que se suman rasgos propios de la etapa bizan­tina, imitaciones de los dialectos poéticos y muy acertadas creaciones léxicas que dan un tono cómico-sarcástico a un relato en el que lo grotesco ocupa un lugar destacado.

Técnica

La obra presenta un diálogo animado, no sólo por el intercambio entre los per­so­najes parlantes sino también porque el relato, si bien extenso, incluye citas de lo di­cho otrora por Amaranto y por otros personajes referidos y, además, intercala una cita de Hesíodo y dos poemas líricos. Asimismo, la descripción detallada del aspecto y las actitudes del viejo Estratocles y de la novia, como también las opiniones y reaccio­nes de otros personajes referidos (el esclavo, el notario, el gramático, el comensal) dan a la obra una viveza que mantiene despierta la atención del lector y debió de mantener la del público espectador.

Asimismo esa viveza está abonada por las interrupciones sarcásticas de Filolao cuando actúa como un βωμολόχος del teatro clásico, es decir, una especie de bufón que intercala bromas o agresiones que evitan un tono demasiado serio del texto.

El cuerpo de la obra es un parlamento que, como anticipamos, resulta variado por las descripciones, citas, diálogos insertos y también ciertas interrupciones que ofre­cen comentarios a lo narrado, como el que reflexiona sobre el poder del dinero. Ade­más, hace uso de un metalenguaje que destaca el empleo de ciertos términos por parte de los personajes, en particular por parte de Estratocles, cuando pretende rejuvenecer por el mero hecho de recurrir a invo­caciones que suponen un interlocutor coetáneo en vez de mucho más joven ('hermano', 'amigo', en lugar de 'niño', 'hijo', 195 ss.).

Se incluyen en el diálogo referencias mitológico-literarias. No sólo se menciona que Amaranto estaba leyendo el Axíoco de ps.-Platón (línea 143), cuya temática del mie­do a la muerte parece vincularse con el grotesco rejuvenecimiento de Estratocles, sino también se hace una cita de Hesíodo (líneas 317-318) y referencias a Afrodita y Hefesto (247-8), a Anquises y Ares (250), a mujeres de la épica y de la tragedia (Clitem­nestra, Helena, Fedra, Antía, líneas 123-5), a propósito de las perfidias femeninas y de los hom­bres que dan lugar al adulterio por su condición, y también al mito de las Moiras y del Hades (128-130). Estas referencias se adecuan al re­nacimiento de época comnena, con los intereses de su clase gubernamental, de la aca­dé­mi­ca y de la intelectual. Lo mismo podemos decir de las alusiones de temática filo­só­fica con la mención de Demó­crito, Heraclito, Epicuro, Empedocles y de sus ideas.

En este diálogo y narración se incluyen enumeraciones seguidas de síntesis, re­cur­so que permite asegurar la idea que se busca transmitir: con καὶ συνόλως εἰπεῖν (lí­nea 125) se sintetiza todas las mujeres semejantes a las mencionadas que llenan la vida de actitudes poéticas y dramáticas; el καὶ τὸ ὅλον εἰπεῖν (138) resume la des­cripción como la del típico filósofo que cualquiera reconocería.

Narratológicamente[139], si bien el mimo se inserta en un presente durante la ma­ñana, después del amanecer (cf. ἕωθεν, línea 7; ἑωθινόν 12 y 40; τήμερον 45), el relato en sí se re­mon­ta a un pasado cercano, al que se remite mediante pretéritos pero tam­bién presen­tes históricos. En prin­cipio, no hay analepsis ni prolepsis[140] sino un tiempo lineal cen­tra­do en el encuen­tro de los cuatro personajes y el relato de las experiencias de Ama­ran­to como espec­ta­dor que se torna narrador omnis­ciente (él sabe, por ejemplo, lo que ocurre tam­bién en la sala de las mujeres). Podría ser interpretado como prolepsis el co­menta­rio de Filolao en 106-109, acerca de cómo sería la consumación del matri­monio; y ana­lepsis breve la re­fe­ren­cia a la vida de soltera de Mirila (232-4). En el relato en sí (a par­tir de [7] y hasta [19]) se da lo siguiente:

1. Una analepsis inicial, en la que Amaranto se remonta a su conocimiento de Es­tra­tocles como amigo y familiar y a las charlas filosóficas, en particular sobre matri­mo­nio y mujeres (114-139). Allí se usa el imperfecto durativo[141].

2. El episodio del "ayer" (χθές), desde línea 139, en el que hay varias instancias, cada una de las cuales comienza con un aoristo o algún presente histórico (ἀνίσταται 322) que ubica al oyente/lector en la nueva situación:

a. un resumen de lo ocurrido (139-141), en aoristos;

b. la escena de la lectura de Axíoco (141-148), con verbos en imperfecto;

c. el presente histórico de 149 (ὁρῶ) actualiza el hecho y llama la atención, para in­tro­ducir la escena callejera con Hermonides y Jeremon (151-168), donde se usan im­perfectos para el relato y aoristos para las citas en discurso directo; allí se usa el adverbio ἅμα 'a la vez' (156, 164, 166; cf. 285, 324) para resaltar el nerviosismo de los perso­najes (cf. ὡς τάχος ποδῶν, 'con paso veloz', 150; ταχινωτέρους 166; σπεύ­δοντι 168);

d. la descripción de los atavíos del novio (170-182), con imperfectos;

e. el encuentro y reconocimiento, en el parágrafo [11], con imperfectos, donde el χθές de 194 es un 'otrora' que remite al tiempo anterior y τήμερον 'hoy' y νῦν 'ahora', de 196, re­miten al presente de lo relatado (el día de la boda) y no al pre­sente del acto de na­rrar; lo mismo ocurrirá con χθιζά en línea 308;

f. las actitudes de Estratocles en [12], con imperfectos:

g. tiempo presente al identificar a la novia y generar el comentario filosófico (224-235), con imperfectos para la vida precedente de soltera y futuros para los tiem­pos de casada;

h. cortejo y descripción de los 'arreglos' hechos por Estratocles a Mirila (237 ss.), donde τηνικαῦτα (237) marca la contemporaneidad;

i. descripción del banquete (251 ss.), donde predominan los imperfectos;

j. el discurso directo y diálogo de Estratocles está en presente (288 ss.);

k. Querefonte interviene con imperfectos;

l. el presente histórico y el aoristo son usados para relatar la marcha al tálamo y la disolución de la fiesta (341-344).

En esta secuencia lineal no se usan adverbios o frases temporales, salvo algunos que marcan la instantaneidad (τηνικαῦτα 248, ἐπὶ τούτῳ 253, εὐθύς 267, ἅμα 285), la frase οὐκ εἰς μακρὰν 'no mucho después' (181, cf. 55-56) y el giro οὐ πρότερον...ἢ 'no antes de que' (257); pe­ro sí se emplean participios de confectivo que suelen tener sen­tido temporal, por ejem­plo φάμενος (199, 216), ὑποσημενάμενος (200), ἐπειπών (201), ἐπικύψας (258); al­guno que marca puntualidad, como ἐλθόντες (169) y alguno de per­fecto que señala lo precedente, como ἐμημεκώς (35) y ὑπωπτευκότα (154). También hay algunas proposiciones temporales, in­troducidas por ὅτε (35), πρὶν (86), ὅπου (116), ὡς (169), ἐπεὶ δέ ποτε (208), κἀπεὶ μόγις (215), ὁπηνίκα (257), y algún geni­ti­vo ab­soluto con valor temporal (237-8). Claro está, el tiempo del relato no coincide con el real ni con el de la narra­ción, salvo en la repro­ducción de los discursos directos, que se hacen 'pau­sas' en el re­lato; Amaranto hace con­densaciones y expansiones en los dis­tin­tos episo­dios[142], así co­mo elide algunos pasos, como por ejem­plo lo ocurrido en el tem­plo de Isis, pero hace 'de­tenimiento' en otros, como la des­crip­ción del grotesco Es­tra­to­cles, sus discursos o las comidas, bebidas, vajilla y charlas du­ran­te el ban­quete. Desde el punto de vista del na­rrador, el 'aconte­ci­miento' na­rra­tivo que marca un cam­bio es el escuchar y ver pasar al esclavo Her­mo­nides y al no­ta­rio Je­re­mon por la calle: eso despierta su cu­rio­sidad y lo lleva a acudir a la casa de Es­tra­to­cles, a la que en rea­lidad no estaba invitado. En cuan­to al viejo-novio, su 'acon­te­ci­mien­to' está supuesto: es el hecho de que haya logrado la mano de la joven, por in­terés pe­cu­niario, lo cual le hace cambiar su po­si­ción filosófica acerca del matri­mo­­nio y de la ancianidad. Respecto de este personaje, la 'po­sibilidad' inicial de ser un esposo 'rejuvenecido' llega a la 'rea­li­zación' mediante los preparativos, la boda y el ban­quete en el que pretende justificar su acción; y alcanza un 'resultado' que está simbo­li­zado por la entrada veloz y anticipada al tálamo nupcial y el fin de la fiesta.

El presente histórico ofrece al oyente/espectador un hecho más directo, más 'novedoso', de modo que tiene un efecto potente en la atención. Esta διήγησις (cf. 101) es un parlamento que se remonta ἄνωθεν (ib.), lo que lleva a una alternancia de pre­sen­te histórico y de los pretéritos (cf. 322-3). La inserción de diá­logos citados, des­crip­ciones, citas, comentarios, da más 'movimiento' a un parlamento que podría ser dema­sia­do está­tico, como se da también en Alejandra de Licofrón, caso extremo. Los hechos están presentados en un orden icónico, en el sentido de que el testigo-relator los ofrece en el orden 'lógico' de su asistencia al hecho (veni), su propia observación (vidi) y su evaluación e interpretación de lo sucedido (vici).

En cuanto al espacio, la acción del mimo se desarrolla en la calle, en la cercanía de un jardín, y los cuatro personajes se acomodan bajo un plátano, lo cual da un aura de locus amoenus como pretende ser ameno el relato. Pero lo narrado presenta la sala de lectura con ventanas abiertas, la calle por donde transitan el esclavo y el notario, la casa de Estratocles con mención del patio, ubicación en el salón interior y en la sala de mu­jeres, la calle con el cortejo y el templo de Isis (sin de­ta­lles), el retor­no a la casa, con el atrio, la sala del banquete nupcial y el dormitorio. Todo esto queda recreado por la na­rración, como ambiente específico de cada episodio que se une al tiempo narrado como un 'cronotopo' literario, porque permite resaltar las emo­ciones y pensamientos del rela­tor y de los personajes referidos. Un ejemplo desta­ca­ble es la mar­cha del cortejo, du­rante la cual se presenta al novio-padrino como para­doja por su edad y a la novia vista como si marchara a su muerte y no saliese del templo de Isis: el desa­jus­te subraya la falta de harmonía entre lo que ocurre, lo que la joven que­rría y lo que el viejo debería hacer.

Un rasgo importante del texto es el tono grotesco. Ya al comienzo, los jóvenes filósofos afrentan a Hermocles por llegar tarde y por deleitarse en flores, hecho que se vincula con el concepto de placer epicureo pero también con un posible doble sentido sexual. Pero la ridiculización se exacerba cuando se hace una descripción hiperbólica de la vejez de Estratocles, no por ser viejo sino por lo grotesco que resulta su intención de rejuvenecerse; la síntesis puede estar en el sarcasmo καλὸς νυμφίος (171). En los poemas insertos, la insistencia en la juventud (κούρων 269, ἀιζηῶν 271, κοῦρε 331) re­sul­ta paradójica y subraya el ridículo, que está expresamente señalado en la frase παγ­γέλοιόν τινα μίξιν 'cierta mezcla totalmente ridícula' (177) y en el adverbio παγ­γέ­λοιον 'de modo totalmente ridículo' (193).

Asimismo, el relato crea expectativa mediante la dilación que implica el remon­tarse a los antece­dentes del vínculo Amaranto-Estratocles y el detallismo de ciertas ins­tancias, como la escena de la lectura en la planta alta, la de salir al encuentro del es­cla­vo y del notario, la de entregarse a la comida y la bebida del banquete, etc. Pero tam­bién se crea expecta­ti­va con la interrogación retórica "¿...cómo podría narrarte, ami­go, lo de allí?" (170), pues sugiere al lector/espectador que lo ocurrido es inefable; con la in­vi­tación "si siguiere adelante, sé muy bien que ustedes se reirán mu­cho más" (99) y con el comentario imaginativo de Filolao sobre la relación sexual del viejo (106-109, cf. 230 ss.).

La narración está llevada a cabo por un narrador intradiegético en tanto Ama­ranto está inserto en el relato mismo, que contiene hechos singulares, no reiterados ni iterados, salvo la presentación de poemas de elogio. Los cuatro personajes visibles del mimo se hacen 'actantes' en tanto pasan a compartir como finalidad el enterarse de lo ocurrido en la víspera, después de haber estado enfrentados en cuestiones filosóficas. En este aspecto, el esquema separación-aventuras-reencuentro se daría en ellos cuatro, que se apartan de la discusión puntual para adentrarse en la 'aventura' de conocer los de­talles de la inesperada boda de Estratocles y para volver a 'reencontrarse' en la va­lo­ra­ción final del relato que los aúna. Pero luego tres de ellos pasan a ser 'narratarios' o destinatarios de la narración que hace el narrador Amaranto. En este relato que se in­serta en el mimo no pa­re­ce haber 'ac­tan­tes': Estratocles tiene una finalidad que logra a pesar de Mirila y del pa­dre de ésta, a pesar del notario y de todos los asistentes. Esos adversarios o 'perseguidores' (Amaranto mismo) son neutra­li­za­dos por Es­tra­tocles porque su dinero 'se­du­ce' a la novia y sus argumentaciones filo­só­ficas no lo­gran ser re­futadas. Por otra parte, Querefonte y Dionisio hacen de 'ayu­dan­tes', por­que sus poe­mas elogian la 'aventura' del casamiento. Sin embargo, las ar­gu­mentaciones no con­ven­cen por ser contradictorias con la posición precedente, los poe­mas no convencen por­que están llenos de hipérboles y paradojas y la situación en sí es mal vista por los asis­tentes mismos, que ríen tanto del aspecto de Estratocles cuanto de su decisión de des­posar a una jovencita.

Intención

De modo análogo a Venta de vidas, mimo en el que Pródromos imita y continúa el homónimo texto de Luciano y recrea una escena mitológico-literaria ambientada en la época clásica, sin que falte el tono satírico, aquí recrea una escena callejera cotidiana, al estilo platónico, con similar tono satírico, para, por un lado, contraponer las ideas fi­lo­sóficas de la Antigüedad –democriteas, epicureas, empedocleas[143]– y, por otro, ilus­trar­­las con la cues­tión filosófica de la bondad del matrimonio, centrándose en la ines­pe­­ra­da boda de un anciano filósofo con una joven bella y pobre, lo que da lugar tam­bién a reflexionar sobre el peso del dinero. En el parágrafo 17, Estratocles censura la tontería de quienes se oponen al matrimonio, pues no comprenden que la 'desapa­ri­ción' del matrimonio quiebra la organización socio-política (cf. la frase "La fa­milia es la célula básica de la sociedad") y atenta, además, contra la perpetuación de la hu­mani­dad, que sin el matrimonio quedaría relegada al fruto de relaciones casuales, sometida al peligro de una crianza descuidada en diversos aspectos y, seguramente, sin la estruc­tura de padre y madre que son base de la construcción psíquica de la per­so­na. El pro­blema es que la argumentación la da un anciano que ya es padre y abuelo, que renegó del matrimonio como molesto para la reflexión filosófica y que, además, quiere reinci­dir, a edad muy avanzada, lo cual, si no resta veracidad al argumento, en parte le quita eficacia porque parece inaplicable como justificación de esta boda.

Pero, como dice el personaje que da título al mimo, "Yo, al narrarles a ustedes algo placentero y a la vez risueño, ojalá acoja amistosamente al epicureo con lo placen­tero y con lo risueño al democriteo"; es decir, el relato que hace Amaranto pretende una síntesis de las dos posiciones filosóficas, porque quiere complacer de modo amis­to­so (la amistad, tantas veces invocada[144], y el placer son principios epicureos) y a la vez divertir (la risa como valor en la tesis democritea), contando un hecho grotesco en el que se alega la Amistad empedoclea como principio constructivo. Pero también comenta Hermocles, en línea 228 ss., que la risa por la apariencia de Es­tratocles se le tornó en llanto al imaginar la situación de la joven con él: es algo 'gro­tesco', que genera risa pero a la vez pena. El hombre pretende aparentar lo que no es (tema barroco del ser y el parecer), lo cual da risa y pena; ella simula ser una esposa amante, pero da pena y risa la inadecua­ción del novio. La crítica de Hermocles es muy dura:

¡Heracles!, Amaranto, ¡qué mal! Todo se esclaviza a la riqueza, todo está sometido al yugo del oro. Incluso se negocia la belleza, libre por naturaleza. ¡De qué modo la risa se me revirtió en lágrimas al pensar yo cómo, por un lado, [230] la mujer soportará aquellos abrazos temblorosos, cómo, por otro, pueda sobrellevar los displacenteros entrecho­ques de los la­bios y al novio que tiene ca­ta­rro de cabeza! ¡Cuánto mejor, por cierto, era para ella, al compartir la la­bor del jardín con el padre, ser pobre junto con los jacintos y pasar hambre junto con los mirtos y cantar con los ruiseñores y soñar bajo los granados y las flores de mirto, [235] antes que co­mer excremento dorado y que acostarse con fango plateado.

Censura que la belleza y juventud deban someterse por necesidades económicas. Des­ta­ca que los vínculos de la joven serán ἀηδεῖς 'displacenteros', adjetivo que remite al pla­cer epicureo, y que ello se debe a la inadecuación expresada con oxímoron: χρυσέας κόπρου 'excremento dorado' y ἀργυρῷ βορβόρῳ 'fango plateado', imágenes en las que el oro y la plata representan el dinero como motivación de la boda por parte de la jo­ven mientras que el fango y el excremento aluden a la decrepitud y deshonestidad del novio.

De tal modo, si bien se presenta de modo amistoso y risueño el relato, lo gro­tes­co del hecho no resulta placentero. La unión de las dos corrientes filosóficas, cuyo aná­lisis quedó postergado, no surge del asunto en sí sino del relato. El texto no expli­cita esta con­clusión, pero sí destaca, en boca de Filolao, el deleite que pro­vo­ca la escena narrada, hecha vívida en el mimo:

[20] Pero ojalá nunca tales banquetes abandonen la vida, dioses, es­tan­do en un banquete el buen Amaranto, porque también él podría deleitarse con los ojos y a nosotros restaurarnos el deleite con las narraciones.

Mimo literario y representación

Aunque ambientada en el mundo antiguo y con claras reminiscencias platóni­cas y lucianescas, el diálogo puede ser el texto de una representación dramática reali­za­da en situa­ción de θέατρον bizantino, es decir, no en un 'teatro' al modo antiguo sino en un ám­bito de tertulia familiar o cortesana.

Hay detalles que aportan al texto claros rasgos dramáticos: por una parte, el empleo de la iota deíctica, tan propia del teatro para acompañar ademanes de los acto­res: οὑτοσί (8, 73), ταυτηΐ (76), τουτονί (113), τουτῳΐ (65, 223), τουτί (119, 310). En cuanto a la forma ναίχι (50), cuyo acento comenta Arcadio, De los acentos 208: 10, aun­que Phó­tios, Lexicon s.v., la en­cuen­tra usualmente como ναιχί pero anota “Οὐχὶ καὶ ναῖχι: Ἑλ­λη­νικά”, está regis­tra­da en un pasaje de Sofocles y en cinco de Aristófanes, de modo que es voz de uso teatral. Por otra parte, hay indicaciones escénicas, usuales en los textos dramáticos en función de 'acotaciones', si bien pueden aparecer también en una narración: Amaranto que se acerca apresurado (62); el comen­tario de que los otros ríen (105). A esto se suma la mención de personajes dramáticos en [7]; también la alusión al maquillaje de los personajes que remedan máscaras (persona­jes) no sólo antiguas estereotipadas sino también nuevas (línea 96), si bien estos perso­najes son de los 'referidos' y no de los que aparecen físicamente en es­cena; y asimismo alusión al fingimiento de Amaranto: "el drama se aflojó y despojó la escena" (140). Se puede aña­dir también el hecho de que el doble título (Amaranto o los amores de un viejo) es muy propio de la comedia menandrea.

Asimismo, hay expresiones que generan expectativa pero que a la vez pueden entenderse como metateatro: ἀφηγήσομαι μὲν αὐτός, ἀκούσεσθε δὲ ὑμεῖς (76-77), "yo expondré y ustedes escucharán", puede dirigirse no sólo a los otros tres actores sino también al público; como también la declaración de 111-112, acerca de que escuchará en silencio como una estatua, puede describir la actitud de los actores pero asimismo exhortar al auditorio; y las palabras finales también pueden entenderse como que el placer del relato causado en los tres personajes alcanza también al público oyente.

Es posible que se haya representado en un banquete, con el recurso de cuatro actores y escasa escenografía: el final parece ser una alu­sión a la situación en la que, durante una reunión, el público se entretiene con relatos que son a la vez 'cultos' por sus alusiones filosóficas, literarias y mitológicas, y diver­tidos por el absurdo del asunto y lo grotesco de algunos personajes, lo cual no deja de trasuntar crítica social.

Se trata, pues, de un ejemplo del teatro bizantino[145].

Ediciones y traducciones

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Notas

[1]Ni Podestà (1945-1947) ni Romano (1999) incluyen la edición y traducción de este texto.

[2]Theodori Prodromi philosophi Rhodantes et Dosiclis Amorum libri IX. Graece et Latine, interprete Gilberto Gaulmino Molinensi, Parisiis, 1625.

[3]F. J. G. La Porte-Du Theil, "Notice d’un manuscrit de la bibliothèque du Vatican, cote CCCV, parmi les manuscrits Grecs", Notices et extraits des manuscrits de la Bibliothèque Nationale et d’autres bibliothèques 8/2 (1810), 78-253.

[4]Καὶ μὴν: el giro sugiere que los personajes Diofanto y Filolao estaban hablando y la acción comienza in medias res. Cfr. línea 55.

[5]La referencia a qué se hizo desde el amanecer tiene tradición platónica (Fedro 227A, Teeteto 210D) reto­ma­da por Luciano (Amores 1).

[6]En la traducción no incluimos la interjección ὦ, 'oh', dado que en griego era usual coloquialmente mien­tras que en español tiene tono enfático-retórico. Pródromos le da valor sarcástico en, por ejemplo, la sátira Ignorante o el que se dice profesor; cfr. Cavallero (2021: 47).

[7]οὑτοσί: iota deíctica que indica un ademán; es propia del teatro.

[8]κῆπος: connota la escuela filosófica epicurea, pues Epicuro tuvo como 'sede' el Jardín (cfr. Diógenes La­er­cio, Vidas de filósofos 10, 10).

[9]περιπάτῳ: connota la escuela filosófica aristotélica llamada 'peripatética' (cfr. Diógenes Laercio, Vidas de filósofos 7, 173), porque sus integrantes reflexionaban mientras caminaban.

[10]ἑλωδύπησε: la imagen es 'robar el ropaje'.

[11]ὀξύχειρα: adjetivo atribuido a Hermes, en Luciano, Diálogo de los dioses 11: 2. De niño, Hermes robó el ganado de Apolo que canjeó a éste a cambio de la lira que había inventado con un caparazón de tortuga. Sobre este mito, véase el drama de sátiros Sabuesos, de Sofocles. Hermes es considerado dios astuto, inge­nio­so y mentiroso; dios del comercio, de los caminos (de ahí la hérma o pilar de los caminos), conductor de las almas de los muertos, inventor de la lira, de la siringa y de varios deportes.

[12]Hermes: dios complejo (véase la nota precedente y, en el comentario, infra, la referencia a Hermocles) juega con 'Hermocles'. Aquí la referencia parece aludir a que es, entre otras funciones, dios protector de viajes y caminos.

[13]Alude a la zanja o canal que permite distribuir el riego de las plantas del jardín. Metafóricamente sugiere que 'hace caso omiso de lo que le dice', 'hace un rodeo de las palabras', lo cual se adecuaría a una cos­tum­bre de Hermocles de ser verborrágico. También este término ἀμάραν puede anticipar el nombre de Ama­ranto, que hará un largo y detallado relato.

[14]Tanto los verbos cuanto los nombres pueden tener una alusión a prácticas homosexuales, dado que Nar­ciso fue el bello joven que rechazó el amor de la ninfa Eco y del joven Aminias, por lo que Némesis lo cas­tigó haciendo que se enamorara de su propia imagen reflejada en el agua (según una versión muere al caer al agua y según otra se suicida con la espada, como Aminias); y Jacinto fue amante de Apolo y pre­ten­dido por Céfiro o Bóreas. Ambos personajes fueron convertidos en flores. Cfr. Pródromos, Rodanta y Dosi­cles 6, 306.

[15]νόμῳ... ἐτεῇ... 'por opinión... de verdad': oposición que aparece en un fragmento de Demócrito, Diels-Kranz 68 B. Sobre la idea de estar en apariencia, Migliorini (2010: 109) compara con Aristófanes, Acar­nien­ses 395-400, donde el sirviente dice que Eurípides está pero no está.

[16]Demócrito: filósofo del s. v a.C. que planteó una teoría atómica como composición de la naturaleza; lo único realmente existente son los átomos y el vacío, mientras que lo demás es opinable o convencional; de ahí la cuestión de si el personaje está o no en un lugar. Cfr. frs. 68A 38, 68B 117 y 125 D-K; Diógenes La­er­cio, Vidas de filósofos IX 44: 1-2, IX 72: 7-10.

[17]Sobre el giro ὄφλω χάριν, 'deber un favor, dar gracias', cfr. el uso poco posterior de Juan Kínnamos, Epí­toma 77: 2, donde aparece con el plural χάριτας.

[18]La exclamación se justifica por el placer aludido y por su adhesión a Epicuro.

[19]Hermocles es epicureo y desprecia a Demócrito, así como hacía Epicuro con un juego de palabras: ἐκά­λει Δημόκριτον Ληρόκριτον (Diógenes Laercio, Vidas de filósofos X 8: 10), "llamaba a Demócrito (= 'pue­blo que discierne') Lerócrito (= 'tontería que juzga')" o 'discernido como popular' y 'discernido como tonto'.

[20]Ἑρμοκλείδιον: diminutivo, parece tener más un valor despectivo que afectivo; cfr. Aristófanes, Caballeros 726 (Δημίδιον), Nubes 223 (Σωκρα­τί­διον), Acar­nien­ses 404, 475 (Εὐριπίδιον). Más adelante se usarán Ἑρ­μωνίδιον (línea 161), Μιριλλίδιον (línea 270).

[21]Epicuro de Samos (341-270 a.C.): filósofo fundador del epicureísmo con sede en el 'Jardín', en Atenas. Fi­lo­lao lo invoca porque Hermocles es epicureísta. Epicuro sostenía la importancia del placer racional y me­su­rado como centro de la vida humana, en el marco de que lo empírico es fuente del conocimiento y de que la felicidad se logra con la ataraxía o 'imperturbabilidad'; de ahí que Filolao zahiere a Hermocles pi­dién­dole que no saque a relucir ese tema, como hizo la víspera con sus digresiones (παρεισκυκλέω). Se in­tercala el término αὐ­τό­ματα 'esponta­nei­dades', que puede aludir al criterio en que los átomos se com­bi­nan (por parénklisis o 'des­viación' en el vacío), según decía Epicuro y enseña Lucrecio en De rerum natura, pues su filosofía negaba el fatalismo o destino y ponía como rector del universo el azar. Su teoría del ato­mismo derivaba claramente de la de Demócrito y Leucipo. De la obra de Epicuro quedan tres cartas y dos colec­cio­nes de sentencias. Su con­cep­to material del alma pretende conllevar el no temer a la muerte, pues con ella todo se desintegra sin dolor, como también su idea de que los dioses existen pero se desen­tien­den del hombre. Las doctrinas atomistas de Demócrito y de Epicuro, en tanto mecanicistas, niegan una cau­sa­lidad y una teleología en el universo, si bien Epicuro reconoce el libre albedrío ético del hombre explicado como fruto de la parénklisis.

[22]Metáfora de la verborragia que le censura.

[23]Alude a la teoría atómica de Demócrito. Filolao es el nombre de un filósofo pitagórico (ss. v-iv a.C.) que sos­tuvo que la materia está formada por elementos ilimitados pero limitantes y que el número determina el universo. Aquí el personaje aparece como democriteo, pero “las cosas más pequeñas que los átomos”, además de aludir a sutilezas mejores que las ofensas de Filolao, pueden aludir a la teoría del Filolao his­tó­rico.

[24]Para esta acepción de ὀψέ, habitualmente 'tarde', cfr. Stephanus s.v.: "longo tandem post tempore".

[25]En alusión a los jacintos y narcisos mencionados al comienzo.

[26]Para este pasaje Migliorini (2010: 111) ha señalado alusiones sexuales; κῆπος 'jardín' como alusión a los genitales femeninos (cfr. Phótios, Lexicon 161: 21); μῆλον 'manzana' como alusión a la mama (cfr. Aristó­fa­nes, Lisístrata 155, Asambleístas 903); μύρτον 'mirto', como planta asociada al éros femenino (cfr. Suidas μ 1461-2). En cuanto a la granada, puede aludir a los testículos; en tal caso habría alusión bisexual. Cfr. línea 234.

[27]La Stoá ‘pórtico o galería con columnas’ designa a la escuela filosófica de los ‘estoicos’, fundada hacia el año 300 a.C. por Zenón o Cenón de Citio; sostiene que el hombre puede controlar sus pensamientos y que el logro de la felicidad radica en la práctica de la virtud respecto de los hechos y situaciones, de modo que el hom­bre ha de controlar los placeres y los miedos y utilizar la proáiresis ‘determinación voluntaria’ de acuerdo con lo natural. La Academia es el nombre de la escuela filosófica fundada por Platón en el bosque de Aká­demos, en Atenas, en 387 a.C. Sostiene la teoría de las ideas como conceptos universales de un mun­do real y perfecto del que el mundo material es sombra o reflejo; la inmortalidad del alma; la teoría de la re­miniscencia (la razón rememora las ideas innatas del alma); la política dirigida por filósofos. En cambio, la teoría de la metempsicosis o transmigración de las almas corresponde al orfismo, pitagorismo, neopla­to­nis­mo y a Empedocles.

[28]ἀρχή ‘principio, comienzo, primacía, mando, imperio’, es el término que se aplica, en la filosofía natu­ra­lista o “presocrática”, al principio fundamental del mundo natural: el agua para Tales; el aire para Ana­xí­menes: el ápeiron o ‘ilimitado’ para Anaximandro; un ser particular de materia en cada objeto, regidos to­dos por el noûs o ‘inteligencia’ inmaterial y volitiva, para Ana­xágoras; tierra, agua, aire y fuego, organi­za­dos por el amor o el odio, para Empedocles; partículas indivi­si­bles, ‘átomos’, para Leucipo y Demócrito; una transmutación de fuego regida por el Lógos, con constante cambio, para Heraclito; el ser inamovible es la base para Parménides.

[29]La tradición atribuye la risa a Demócrito, “el filósofo risueño”, y el llanto a Heraclito, a quien se llamó “el filósofo llorón” por su tristeza y melancolía: cfr. Demócrito, fr. 60 A 20; Luciano, Venta de vidas 13; Pró­dromos, Lamento con la Providencia 139 s. (H 143).

[30]Entendemos que se trata del verbo κατ-ενωτίζομαι (no καταν-, 'dar la espalda'), registrado en So­pho­klés y Trapp. De todos modos, el sentido metafórico es semejante: no se cumplió lo prometido.

[31]κατεχαλάζωσας: la -ω- asegura que se trata del verbo καταχαλαζόω, variante del verbo καταχαλα­ζάω, 'echar como granizo'; este último se registra por primera vez en Luciano (Gallo 22: 8) y, según el TLG, no reaparece hasta Manuel Holóbolos (s. xiii). Es voz rara. Hay autores de los siglos x y xii que utilizan formas que corresponden a καταχαλαζόω.

[32]En éste y el siguiente parlamento hemos invertido los personajes que los tienen a cargo; en primer lugar, es Filolao quien hace interrupciones jocosas; en segundo lugar, como se dice poco después (cfr. 4), Filolao es democriteo y Hermocles, epicureo; de modo que quien dice que va a convertirlos al epicureísmo tiene que ser Hermocles.

[33]Ἄθως: esta es la forma normal del nominativo; sin embargo, aquí es un acusativo plural que responde a la hipérbole del personaje. Pródromos lo usa así también en Al emperador (H 145), 219: 31 (Cramer), donde acompaña al plural Παρνασούς.

[34]La imagen del personaje apurado o que corre es muy frecuente en la comedia (cfr. Cavallero 1996: 19 ss.). De hecho, cuando lo hace el rey Eteocles en Siete 372-4 de Ésquilo, se comenta que no es algo ade­cua­do a su rango.

[35]Migliorini hace aquí la enmienda Αὐτότατος en acuerdo con Gaulmin "ipsissimus est" y con Aristófanes, Riqueza 83. Sin embargo, la lección del ms. V, αὐτόματος, tiene sentido: "por sí mismo"; y condice con la exclamación inmediata referida a las Moiras.

[36]La mención de las Moiras alude al 'destino' de que se les aparezca inesperadamente este personaje cuan­do estaban en medio de su discusión, pero también a su ancianidad. Las Moîrai (‘porciones’, ‘lotes’, ‘repar­ti­doras’) son las tres diosas que definen la duración de la vida: Klothó ‘hilandera’ teje el hilo de la vida; Lá­khesis ‘sorteo’ mide la extensión del hilo; Átropos ‘indesviable’ corta el hilo eligiendo el modo de muerte.

[37]Migliorini (p. 114) propone un sentido metafórico para μυκτήρ que sería 'burla' y que aparece com­bi­nado con καταχέω en autores de la época, como Miguel Ataliátēs y Nikėtas Khoniátēs. Creemos que la ima­gen proviene del mundo de la caballería y sugiere que ellos bajarían la cabeza, como un caballo do­ma­do.

[38]El adjetivo φίλιος se aplica especialmente a Zeus (cfr. Platón, Fedro 234 E, Plutarco Arist 54), aunque tam­bién a otros dioses (Luciano Toxiris 7).

[39]καθιζηκότες: forma extraña; parece participio de perfecto del defectivo καθιζάνω.

[40]Imagen frecuente en textos filosóficos; cfr. especialmente Platón, Fedro 230 B.

[41]El flujo nasal se acrecienta en los ancianos y es habitual en algunos animales como las cabras y carneros.

[42]Ἰάπετος: Jápeto es un titán (hijo de Urano y Gea), hermano de Crono, de Océano, de Hiperión, padre de Pro­meteo, muy anciano por antonomasia. Cfr. Aristófanes, Nubes 998, donde se señala que llamar así al pa­dre se consi­de­ra un insulto.

[43]Los aumentativos con prefijo τρι- son frecuentes en la comediografía, si bien τριγέρων aparece en Coé­foros 314 y también en Frínico, Ateneo, Nono, Constantino Manassės, Eustacio de Tesalonica, etc., mu­chas ve­ces aplicado al personaje iliádico de Néstor. Pródromos lo usa también en 149 H: 111. El contexto gro­tes­co le da aquí un tono hiperbólicamente cómico y de censura.

[44]Los rasgos de la vejez quedan exacerbados por el adjetivo κρονόληρος, 'que charla con Crono', que re­mi­te al dios Crono, padre de Zeus y hermano de Jápeto.

[45]ἐσοφίσατο: esta acepción postclásica del verbo es usada por Pródromos también en La vieja lujuriosa 140 H, v. 32.

[46]Θέμις, ‘norma establecida, ley natural’, titánida hija de Urano y Gea, representa la equidad. Es madre de la Justicia (Díke), la Paz (Eiréne) y la Buena legislación (Eunomía). Aquí parece ser invocada para aludir a lo an­tinatural de la situación.

[47]Alusión a la práctica teatral. Si bien la referencia al teatro clásico es obvia (el Onomastikon de Pólux enu­mera decenas de máscaras para personajes cómicos y trágicos), hay que destacar que la referencia al ma­qui­llaje y al arreglo del cabello se adecua más a personajes sin máscara que con ella; el término πρόσωπα aquí designa a 'personajes' más que a 'máscaras'. Por lo tanto, la referencia es a una práctica teatral con­tem­po­ránea. Recordemos que habitualmente el mimo no usaba máscaras. Cfr. Vogt (1931: 263).

[48]El verbo ἀνακορυφόομαι es raro; hasta ahora el TLG sólo lo registra en Περὶ γραμματικῆς de Teodosio el Gramático (s. v), 144: 11.

[49]σαρδώνειον: no aparece registrado en el TLG ni en diccionarios, incluido Dēmētrákos, por lo que puede ser interpretado como errata. Parece equivaler a σαρδόνιος (σαρδάνιος).

[50]νυμφογέρων: compuesto registrado por Stephanus 6438. Parece un hápax.

[51]Migliorini (2010: 118) señala que ἐπιβατεύω con ὄντες o οὐσίαι suele aparecer en autores neopla­tó­ni­cos: Proclo, Teología platónica III 5; Cirilo de Alejandría, Santa Trinidad PG 77: 1132; Ps. Dionisio Areo­pa­gita, Nombres divinos II 10; Máximo Confesor, Quaestiones ad Thalass. 54. Sugiere esto el conocimiento, por parte de Pródromos, de textos filosóficos, al menos en antologías.

[52]Los términos δεσμοί y φρουρά aparecen en Platón, Fedón 62B. En cuanto al giro τί δὲ δεῖ ἐπὶ τῷ δεσμῷ δεσμοῦ καὶ φρουρᾶς ἐπὶ τῇ φρουρ (119-120), cfr. Menandro Sent. 379 Jaekel Ἰατρὸς ἀδόλεσχος ἐπὶ τῇ νό­σ νόσος.

[53]Fedra hizo sufrir a su hijastro Hipólito porque, tras ser rechazada por él, lo acusó de haber sido abusada por él, por lo cual se suicidaba (o lo acusó la nodriza); el padre de Hipólito, Teseo, clamó venganza y pro­vo­có la muerte del joven. Antía, por otra parte, llamada también Estenobea, era la esposa del rey Preto que había purificado a Belerofonte de un asesinato involuntario; como Fedra, ella pretende al joven y, recha­za­da, lo acusa; Preto lo envía a Licia con una carta para que su suegro lo matara, pero el suegro envía al jo­ven a domar al monstruo Quimera, luchar con los sólimos y las amazonas, hazañas a las que Belero­fonte sobrevive.

[54]Es decir, las mujeres habían hecho cosas que sirvieron como asunto para obras teatrales y poéticas. De ellas subsisten: Agamenón de Ésquilo, Orestes de Eurípides, Electra de Sofocles y de Eurípides para Clitem­nestra; Helena de Eurípides; Hipólito de Eurípides para Fedra; y hay referencias a tragedias perdidas con esas temáticas, como Belerofonte y Estenobea de Eurípides para el caso de Antía. La misoginia es un tópos de la literatura griega, al menos desde el Escarnio de las mujeres, pero también en Odisea XI 456, donde la mujer aparece como no confiable, y en el mito de Pandora que avalaría la idea de que la mujer es fuente de males pero también un mal necesario. La comedia recoge frecuentemente este tópos; cfr. Cavallero (1996: 194 ss.).

[55]Klothó es la Parca o Moira que teje el hilo de la vida; el texto apunta a que no se lo entregó todavía a Átro­pos, quien es la Moira que lo corta.

[56]Rey de Egina, justo y piadoso, fue nombrado juez del mundo subterráneo junto con Radamante y Minos, en el Érebo. Aquí es metonimia por el mundo de los muertos.

[57]Nombre de Hades, dios del submundo; cfr. Ilíada 20: 61, Hesíodo Teogonía 913, Luciano Diálogo de los muer­­tos 4: 1, etc.

[58]Ἐξαιωρούμενοι: el verbo ἐξαιωρέομαι aparece en Hipócrates, citado luego por Galeno y usado por Teo­doro Balsamón, contemporáneo de Pródromos, según los datos ahora disponibles en TLG.

[59]La descripción es hiperbólica (acentuada por partir de los bigotes ὑπήνη y no de la barba πώγων), si bien la barba larga se asocia a filósofos desde Diógenes de Sinopa y Menipo de Gádara. La palidez, propia del filósofo en tanto persona dedicada al estudio y no al trabajo al sol, se señala al menos desde Aristó­fa­nes, Nubes 103, 1017 y es recogida insistentemente por Luciano: Júpiter trágico 1 y 33, Hermótimo 2, Ícaro­me­nipo 5.

[60]La edición acentúa ὑφεῖλετο por errata.

[61]Casas con planta alta se registran al menos desde el palacio de Odiseo; también en Aristófanes, Tesmofo­riantes 797 y Lisias 1, para personas que no son regias.

[62]Axíoco: díálogo pseudo-platónico. Aunque considerado platónico por Clemente Alejan­drino y por Es­to­beo, ya era visto como espurio por Diógenes Laercio III 62, si bien la autenticidad fue cuestionada abier­tamente a partir del Humanismo renacentista. En este diálogo, Axíoco es un anciano que, a pesar de haber sido siempre muy corajudo, en su lecho de muerte siente miedo. La mención de esta obra puede vincular esa situación con el cambio de actitud que tendrá el personaje Estratocles.

[63]μικροψύχως: adverbio tardío; se registra desde el s. iv en los Padres Capadocios.

[64]ἐσύστερον: ya no tiene el valor clásico ('de nuevo, de ahora en más') sino que en griego bizantino ad­quie­re la acepción de 'luego, finalmente'; Trapp lo registra en Gregorio de Nisa y en Juan Filópono.

[65]Alude al personaje de Sócrates en Axíoco, que argumenta contra el temor a la muerte, alegando que el más allá no tiene por qué ser penoso y que la corrupción material del cuerpo no genera dolor.

[66]συμβολαιογράφου: voz bizantina.

[67]ἐκατηφία: neologismo.

[68]οἱ: pronombre personal en dativo; arcaísmo.

[69]ἡλίκον οἷον ἀνακραγότα: para Migliorini (2010: 121), οἷον es un refuerzo de ἡλίκον; pensamos que aquí equivale al giro oἷον τε ἦν (ἀνακραγεῖν).

[70]Gracias, Χάριτες, hijas de Zeus y Eurínoma o de Helio y Egla, eran tres: Aglaía o ‘esplendor’, Euphrosýne o ‘disfrute’ y Thalía o ‘floreciente’; son las diosas del encanto natural, de la fertilidad, de la creatividad. No es ésta una exclamación frecuente; aparece en Platón, Teéteto 152C 8 y luego en Calímaco, Plutarco, Te­mis­tio, Luciano y la AG. Puede ser un modo de congraciarse con la persona a la que se le pide un favor.

[71]παραθέσει puede ser interpretado como 'en la comparación', 'en la confrontación (con el estado prece­dente)'. Sin embargo, la primera acepción parece adecuada aquí, para indicar que el grotesco o el ridículo de Estratocles se hacía más evidente al tenerlo al lado, al verlo de cerca.

[72]ὠχροκοκίννου: neologismo o hápax.

[73]κόχλῳ: Migliorini (2010: 122) señala que no se trata del molusco sino de bistre, un pigmento mineral. Pródromos utiliza el término también en La vieja lujuriosa, 140 H, v. 30

[74]τετανότριξ, -ότριχος es adjetivo usado por primera vez por Platón, en Eutifrón 2B.

[75]ὑπεστιγκρωκώς: voz del s. xii.

[76]συνεξυρήθησαν: neologismo.

[77]Lo que quiere el personaje es que el notario deje en claro, en el documento de boda, sus datos para ase­gu­­rarse de los beneficios de ella; cfr. línea 208, donde el notario reitera la mención del 'yerno'. Migliorini (2010: 124) dice que se debe a "la fine di ottenere dal suocero una cos­picua dote". Pero la condición del sue­gro no parece poder proveerla: la dote es la juventud y belleza de la joven (cfr. líneas 224-5).

[78]La edad de Estratocles hace que parezca más el 'padrino', es decir, el que conduce a la novia desde su ca­sa a la del marido, que el novio mismo.

[79]

Podríamos decir ‘aceleración’ y ‘ralentización’ según las anisocronías de Genette (1972: 122 ss.).

Βακχευόμενον: el verbo βακχεύω alude a los ritos y ceremonias de Βάκχος o Dioniso, en las que las ‘ba­cantes’ o ‘ménades’ entran en un estado de descontrol. Aquí se usa hiperbólicamente para destacar la des­u­bicación del viejo.

[80]Ἰσεῖον ο Ἴσειον, templo dedicado a Isis, diosa egipcia que data del tercer milenio a.C. pero que fue asu­mida por el panteón griego tras la conquista de Egipto por parte de Alejandro, en la época helenística, por lo que se le construyeron templos. Se la consideró diosa creadora del matrimonio, de ahí que los novios acu­dan a su templo.

[81]προσζωγράφησεν: neologismo.

[82]La invocación a Heracles (semidiós hijo de Zeus y Alcmena) era común en varones en la Antigüedad en alusión a sus hazañas. Representa la lucha contra la injusticia y lo dañino, de ahí que se lo mencione aquí.

[83]ἀντιπεριῆλθεν: voz bizantina.

[84]τρομαλέος es adjetivo que abunda desde el s. x. Sin embargo, lo menciona Elio Herodiano en los Epi­me­rismói del s. ii, si no se trata de una interpolación posterior.

[85]ῥοαῖς: no tiene sentido que se trate del sustantivo ῥο 'corriente, flujo', sino una variante de ῥόα / ῥοά / ῥοιά. Cfr. línea 45.

[86]Amaranto coincide en que es una realidad general e intemporal. Migliorini (2010: 126) piensa que sería mejor un imperfecto, εἶχε, 'así estaban o eran las cosas'; pero esa versión se reduciría al hecho singular de Mirila y Estratocles.

[87]τὰς βλεφάρας: metaplasmo, aparente hápax.

[88]Del novio, se entiende.

[89]καγχασμάτων: metaplasmo, neologismo.

[90]ἐπιχαριεντίσασθαι: el verbo ἐπιχαριεντίζομαι es raro; parece usado solamente por Luciano, Simposio 12: 2. Su uso puede ser otro indicio del influjo de Luciano en Pródromos.

[91]La diosa más bella y diosa del amor se casó con el dios Hefesto, feo, cojo y herrero; este mito es traído a co­lación como análogo del desajuste entre Mirila y Estratocles.

[92]γραμματικός es la persona que saber leer y escribir, que se dedica a estudiar lengua y literatura, pero tam­bién que las enseña, de ahí que puede ser 'profesor' (el 'maestro de escuela' era γραμματιστής). Asi­mis­­mo, el término asumió la acepción de 'escribiente, secretario', como registra Trapp en Teófanes, Psellós, etc. Cfr. la sátira de Pródromos Ignorante o el que se dice profesor.

[93]Casada con Hefesto, Afrodita tuvo amores con Anquises, de quien nació Eneas, y también con Ares (cfr. Odisea 8: 266 ss.). El personaje, pues, señala que es esperable el adulterio por parte de Mirila.

[94]Si bien παστάς, -άδος puede significar 'lecho nupcial, dormitorio', aquí no tiene sentido, porque poco después los novios están presentes en el banquete y sólo van al dormitorio en líneas 341 ss.

[95]El vino οἶνος fue producido por los griegos a partir del cultivo de la vid ya en época neolítica; se lo aso­ció a Dioniso, dios de lo ‘irracional’ (por el poder que tiene el vino sobre la mente), pero también a la civi­li­za­ción (el violento ciclope Polifemo desconocía el vino; cfr. Odisea IX 347 ss. y Ciclope de Eurípides 204-5, 519 ss.). La producción se extendió tanto que llegó a todas las islas y todas las colonias griegas; de ahí que aquí se mencionen vino isleño y vino continental. Los más valorados eran los vinos de Quío, Cos, Lesbo, Naxo y Calcidia.

[96]τρικόρωνος: adjetivo registrado desde Alcifrón (s. ii); es una hipérbole burlesca aplicada generalmente a personas ancianas; significa 'que tiene tres vidas de corneja'. La corvus corone puede vivir hasta setenta años (cfr. Hesíodo, fr. 304 MW, ἐννέα τοι ζώει γενεὰς λακέρυζα κορώνη). Sobre el prefijo τρι-, cfr. lo dicho acerca de τριγέρων línea 90.

[97]ἐπορεχθείη: pasiva con sentido medio o activo de ἐπορέγομαι.

[98]Los editores reponen aquí ἔρωτα, 'no, por el amor'; Migliorini deja la frase suspendida del manuscrito pe­ro traduce "" (p. 103).

[99]ἐρρόφα: el verbo debe ser ῥοφάω; Migliorini (2010: 128) cita lugares de Aristófanes, pero ellos testimo­nian la forma ῥοφέω. El TLG por ahora registra ῥοφάω desde el s. ix. Bailly sí da entrada a este verbo co­mo sinónimo de ῥοφέω.

[100]Los editores reponen Δία, 'por Zeus'. Migliorini no lo completa pero vuelve a traducir de la misma ma­ne­ra.

[101]En línea 174 se dijo χλωρῷ τῷ φύκει "con maquillaje verde". La incongruencia parece destacar la im­po­si­­bilidad de adjudicarle al viejo Estratocles algún sentimiento de vergüenza, por lo que a continua­ción el mismo Aristobulo se ríe y se retira.

[102]ἐμιμήσατο: aoristo gnómico.

[103]Migliorini (2010: 128) discute largamente el uso de ὑποβλέποντο... ὥς. Bailly señala que la voz media equivale a la activa en Platón, Luciano, etc. y que el verbo puede llevar acusativo. Entendemos que ὡς in­tro­duce una sustantiva que expresa la opinión ajena (y desacertada).

[104]περιεισκυκλήσαντες: por ahora el verbo περιεισκυκλέω no aparece en el TLG.

[105]Epitalamio: poema lírico de bodas que debe su nombre a que thálamos es el dormitorio nupcial y a que se lo cantaba ‘junto a’ (epí) esa habitación. Era entonado normalmente por un coro de jóvenes acompañado de flauta (aulós) o de lira. Aquí, empero, se presenta como leído por una sola persona y con forma de elegía (poema relativamente breve compuesto en dísticos sobre temas variados: amor, muerte, victorias e incluso temas filosóficos).

[106]καλλίχροος: adjetivo bizantino registrado desde el s. iv (Efrén).

[107]ἀριστόγαμος: hápax.

[108]νεηλεχέων: el adjetivo νεηλεχής no se registra; posible neologismo.

[109]γαμοστολίη: Trapp registra la forma en -α. El TLG lo registra desde el s. vi.

[110]θαλαμηπολίη: Trapp registra esta forma en -α y solamente en este locus. Sería un hápax.

[111]Ἀφρογένεια 'nacida de la espuma' es epíteto de Afrodita a partir del mito que la hacía nacida del es­perma de Urano, castrado por Crono, caído en el agua; esta sería Afrodita Urania, que representa el amor del alma y el cuerpo; Afrodita Pándemos, en cambio, o ‘popular’, sería hija de Zeus y Diona y repre­senta el amor sensual. Cfr. Bion 9: 1.

[112]τάρβηθεν: forma no registrada

[113]ἐρευθώδης: registrado por Trapp como hápax.

[114]μελάνοφρυς (277, 'cejinegro'), aunque Migliorini (2010: 129) lo considera hápax, figura citado en gra­má­ticos anteriores a Pródromos: Elio Herodiano (s. ii), Arcadio (s. iv), Hesiquio (s. vi); y en autores como Epi­fanio, Eustáthios y Teodoro Skoutariótēs. Migliorini mismo enumera algunos al final del comentario.

[115]βοτρυοχαίτης 'de arracimado cabello' es epíteto de Dioniso editado por G aceptado por M, si bien el ms. V aporta βοστρυοχαίτης. El mismo Migliorini propone, en aparato, βοστρυχοχαίτης 'de cabello en bu­­cles', que también se adecua a la métrica; es el término que seguimos aquí.

[116]ἀριστόλοχος puede ser nombre propio; como sustantivo femenino es 'hierba que alivia los dolores de parto'; pero como adjetivo es 'bien nacido' (LSJ, DGE) a partir de λόχος como 'parto'.

[117]El ms. V aporta ἄμμιν, que Migliorini corrige en ὔμμιν, por el sentido. A tono con el poema lírico, la for­ma es dórica, con psilosis, baritonesis y geminación por ὑμῖν.

[118]Λακωνιάδος es forma extraña; Λακωνιάς parece equivaler a los adjetivos Λάκαινα, Λάκων, Λακωνι­κός, Λακωνίς, sustantivados como 'tierra Laconia'.

[119]σισαμοῦντος, forma iotacista del habitual σησαμ-. El pastel de sésamo mezclado con miel es símbolo del amor y la pasión, por la miel, y de la fertili­dad y la vida por el sésamo, frecuente en las bodas; se le de­cía también σησαμῆ, σησαμίς, σησάμιον; es ante­ce­dente del moderno παστέλι. Era normalmente pla­no. En época homérica se usaba algo similar para vigorizar a los soldados.

[120]Pródromos presentó la teoría de Empedocles y la cuestión del enfrentamiento entre Querella (νεῖκος) y Amistad (φιλία) en su drama Amistad exiliada (Ἀπόδημος φιλία): "Pues la naturaleza visible y acorde a sen­si­bilidad, / la plenitud cósmica, la creación de abajo, / ¿quién duda de que es dominada por Amistad?/ Que muera el charlatán Empedocles / tras decir que la querella es artífice de lo de abajo" (vv. 48-52; cfr. Ca­va­llero 2017b); que la Amistad vincule todas las cosas recuerda el εἰς ἓν ἅπαντα de Empedocles v. 68 Mul­lach = fr. 17: 7 DK; cfr. vv. 82-84 y 299 de Empedocles. Pródromos puede estar aludiendo a la doctrina em­pe­doclea ex­pues­­ta por Aris­tó­te­les en Metafísica I 4 y III 4 y en De la generación y corrupción I 6 y II 6.

[121]El texto pasa de pronto al plural: ὀκνοῦσιν con valor impersonal.

[122]Según el Banquete de Platón, el hombre y la mujer se buscan para 'completarse', rehaciendo una unión originaria perdida (cfr. 189D ss.). La unión sexual es "algo divino" (cfr. 206C 6).

[123]Laurel y mirto: si bien son mencionados como ejemplos del argumento del árbol que se reproduce, el lau­rel es arbusto sagrado de Apolo y representa la inmortalidad (de ahí la corona de laurel otorgada a cam­peones); el mirto, por su parte, estaba asociado a Afrodita y simbolizaba la fecundidad. De modo que su mención es adecuada para quien quiere ‘inmortalizarse’ mediante la generación en un fecundo matri­monio.

[124]Antecedentes de la idea de que el matrimonio garantiza la supervivencia de la especie están en Plutarco, Moralia 752A y en Luciano, Amores. Referencias positivas al matrimonio hay en Homero Ilíada 9: 341-3, 18: 491-6, Odisea 4: 1-19, 5: 180-4, 7: 64-74, Safo fr. 104a y 112 LP, Platón, Leyes 721A, 869AD, 926BE. Posi­ble­men­te la tetralogía de Ésquilo que incluye Suplicantes hacía una defensa del matrimonio y la familia como base de la sociedad; cfr. Cornavaca (2021). Asimismo, la 'abolición' del matrimonio en Asamblea de las mu­je­res es un absurdo sarcástico (cfr. Cavallero 2021c).

[125]Cfr. Platón, Fedro 66A. La metáfora "puerta de la verdad", es decir el acceso a la verdad, aparece en Cle­men­te Alejandrino, Strómata 8: 1.1 (s. iii); luego en Proclo, In Platonis Alcibiadem I 281: 9 (s. v); más tarde, en Miguel Khoneiátēs, Epístolas 166 (s. xiii).

[126]Alude a varias obras platónicas donde supuestamente Sócrates admitiría la homosexualidad, aunque, si bien reconoce la belleza masculina, ningún texto explicita que la haya concretado. Platón condena la ho­mo­­sexualidad en Leyes 636C, considerándola παρὰ φύσιν... δι'ἀκράτειαν ἡδονῆς, "contra naturaleza... por falta de dominio del placer".

[127]Hélena y Clitemnestra, medio-hermanas hijas de Leda, la primera engendrada por Zeus y la segunda por Tíndaro, como Pólux y Cástor respectivamente, son consideradas modelo de las malas mujeres, Hé­le­na, esposa de Menelao, por su adulterio con Paris Alejandro, que provocó mitológicamente la guerra de Tro­ya; Clitem­nestra, por asesinar a su esposo Agamemnón, en su propia casa y con engaño, por haber sa­cri­ficado éste a su hija Ifigenia.

[128]Penélopa o Penelopea, esposa de Odiseo, que aguardó su regreso desde Troya a Ítaca durante veinte años y evitó casarse de nuevo como se le reclamaba; es modelo de la esposa fiel. La Odisea de Homero in­siste en la contraposición entre Clitemnestra y Penélopa; Hélena está más presente en Ilíada, contra­pues­ta allí a Andrómaca, esposa de Héctor. La tragedia también tomó estos personajes en varias piezas (Orestía de Ésquilo, Helena de Eurípides, etc.).

[129]Hesíodo, Trabajos y días 57-8.

[130]Khairephôn, -ôntos: es famoso el amigo de Sócrates que lleva este nombre y que es mencionado por Aris­tó­fanes en Nubes 104, 144, 146, 156, 503, 831, 1465; en Avispas 1408, 1412; en Aves 1296 y 1564; por Pla­tón en Apología 21, Cármides 153B, 154D, Gorgias 447A, etc.; por Xenofonte en Memorables I 2: 48, II 3: 1.3.14; Pero es raro que aquí se lo califique de κωμικός, término que designa al actor o poeta de comedias o a lo que con­cierne a la comedia, pues este Querefonte era un filósofo. Posiblemente Pródromos sólo toma el nom­bre para aludir al ámbito de la filosofía.

[131]El poeta lírico arcaico usaba el ferecracio o una combinación de pirriquio con crético y espondeo. Pero desde el tardoantiguo se llamó 'anacreóntico' al dímetro yámbico a minore (pocas veces a maiore), habitual­mente con anáclasis central, aunque podía tener síncopa, acefalía o catalexis. Aquí se presentan octosílabos bizantinos basados en estos anacreónticos, pero con las vocales dícronas como comodines y con los versos 7-8 y 15-16 como trímetros.

[132]ἡ Παφίη es forma que refiere a la 'diosa de Pafo', ciudad de Chipre, es decir, a Afrodita, llamada tam­bién "Cípride", ‘chipriota’, porque habría nacido en ella.

[133]Κυθείρη, variante de Κυθέρη y de Κυθέρεια, significa 'propia de Citeras' (Κύθηρα, -ων), ciudad de La­ce­demonia, pero también nombre de una isla jónica al sudeste del Peloponeso, junto a la que habrían caído los testículos de Urano, de cuyo semen surgió Afrodita. El TLG registra esta rara variante en Opiano (s. iii a.C.), en Leoncio Minotauro (s. vi), en Máximo Planoúdēs (s. xiv) y en dos pasajes de la Antología, de fecha in­cierta.

[134]Si bien el ciprés se vincula con el cementerio y con la muerte, por lo que aquí se aludiría a una pronta muerte del novio-viejo, dado que el epitalamio lo oyen los novios es posible que haya un sentido erótico en el dístico final: el jardín puede aludir al pubis y los genitales de Mirila y el ciprés al miembro erecto del recién casado. De este modo desearía la consumación del matrimonio ocultando el deseo de la viudez en beneficio de la joven. Esta interpretación erótica del dístico final estaría acorde con los otros trímetros del poema, los vv. 7-8, donde se invita al novio a 'despertarse' y a no dejar escapar la presa. El doble sentido del final genera la incertidumbre del novio (línea 341, διαπορήσας, enmienda de Migliorini frente a *δια­γο­ρήσας del ms.), que se apresura entonces a concretar su vínculo nupcial.

[135]Aparece en la epístola 5 de Sinesio, s. iv d.C.

[136]El nombre Ἀγαμένης, -ους no se registra. Quizás se vincule con el adverbio ἀγαμένως y con el verbo γαμαι, con el sentido de 'admirable, aprobable'.

[137]Sobre la difusión de estos sufijos en época bizantina, cfr. Cavallero (2021b: 146-7).

[138]Por ejemplo, Βεργίνα. Τὰ πήλινα ἀγγεῖα τῆς μεγάλης τούμπας, Αθῆναι, Ἀρχαιολογικὴ ἑταιρία, 2005, p. 27.

[139]Sobre este enfoque cfr. la síntesis de Bal (1990).

[140]Cfr. Genette (1972: 78 ss.).

[141]Sobre el uso de los tiempos verbales en la narración, cfr. Ricœur (2008: 472 ss.).

[142]Podríamos decir ‘aceleración’ y ‘ralentización’ según las anisocronías de Genette (1972: 122 ss.).

[143]De las cuestiones presocráticas como el atomismo de Demócrito, Pró­dro­mos se ocupó también en el poema histórico XXXVIII 75-84 Hö­randner; y de las teorías de Empedocles, en Amistad exiliada.

[144]Líneas 76, 183, 282; cfr. 284, 296, 297, 299.

[145]La existencia del teatro bizantino ha sido negada por varios estudiosos, en especial Puchner, en nume­rosos trabajos. Frente a esa posición, sostenemos que sí hubo formas dramatúrgicas, aunque diferentes de las clásicas. Cfr. Cavallero (2018, cap. V).

Received: December 09, 2021; Rev-request: December 20, 2021; Accepted: January 03, 2022

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