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Estudios y perspectivas en turismo

versión On-line ISSN 1851-1732

Estud. perspect. tur. v.14 n.3 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul./sep. 2005

 

Distorsiones entre el concepto y la práctica del ecoturismo. El caso de Itacaré, Bahía - Brasil

Adriana Meinking Guimarães*

Alexandre Schiavetti**

Salvador Dal Pozzo Trevisan***

UESC / Ilhéus - Brasil

*Licenciada en Turismo, Master en Desarrollo Regional y Medio Ambiente y Profesora de la Facultad Fernão Dias (Osasco, SP - Brasil) E-mail: adriana_meinking@yahoo.com.
**Ecólogo, Master en Ciencias de la Ingeniería Ambiental y Doctor en Ecología y Recursos Naturales. Se desempeña como docente en la UESC (Ilhéus, BA - Brasil) y en el PRODEMA, e investigador del Instituto de Estudios socio-ambientales del Sur de Bahía. E-mail: aleschi@iesb.org.br.
***Filósofo, Master en Sociología y Doctor en Sociología por la Universidad de Wisconsin, EE.UU. Se desempeña como docente en la UESC (Ilhéus, BA - Brasil) y en el PRODEMA. E-mail: salvador@uesc.br.

Resumen: En este trabajo se analiza al ecoturismo abordando sus definiciones, sus prácticas y distorsiones. Se hace referencia a la relación seres humanos / ambiente natural y se presentan los resultados de una investigación realizada en Itacaré BA, Brasil, discutiendo los resultados obtenidos.

PALABRAS CLAVE: Ecoturismo; Ecoturistas; Senderos.

Abstract:  Mismatches Between the Theory and Practice of Ecotourism. The Case of Itacaré, Brazil. This paper analyzes ecotourism by focusing on its definitions, practices and distortions. It refers to the relationship between human beings and the natural environment and presents the conclusions of research carried out in Itacaré, Brazil. 

KEY WORDS: Ecotourism; Ecotourists; Pathways.

INTRODUCCIÓN

La Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente realizada en 1972 en Estocolmo, Suecia, es un marco con referencia a la problemática ambiental actual. En todas partes del mundo existen hoy personas, organizaciones y gobiernos preocupados por las cuestiones ambientales, es decir, polución, efecto invernadero, reducción de la capa de ozono, desertificación, falta de agua, pérdida de la biodiversidad y exceso de basura. En este contexto, la necesidad de cambios en la manera de buscar el desarrollo exige, por encima de todo, creatividad y determinación.

Layrargues (1997) señala que el pensamiento ecológico dejó de fluctuar entre desarrollo o protección del ambiente. Desde que desarrollo y medio ambiente dejaron de ser cuestiones antagónicas para pasar a ser complementarios, el pensamiento actual gira alrededor del tipo de desarrollo que se desea implementar. Por esta razón, incentivar el desarrollo en regiones donde el hábitat es frágil y necesita ser conservado es hoy un tema de amplio debate. No basta sólo con fiscalizar y prohibir acciones predatorias sino analizar e indicar diferentes formas para que la conservación se haga efectiva con la comprensión y participación de la sociedad. Para que cualquier iniciativa se aproxime a la sustentabilidad se hace indispensable un análisis criterioso de todas las posibilidades de expansión productiva, planeamiento estratégico conjunto y visión a largo plazo.

Asimismo, en la actualidad se está atravesando un período de gran distanciamiento entre las personas y los ambientes naturales. El mismo se inició hace siglos y se encuentra en un proceso de intensificación. Este alejamiento pasa muchas veces desapercibido y básicamente puede ser un distanciamiento físico, cultural e, incluso, psicológico.

Ciertamente los tres tipos están muy interrelacionados, contribuyendo al mantenimiento y /o intensificación de los otros. Debido a la influencia del actual modelo de civilización,

[...] el hombre se desvinculó de su ambiente natural, desconociendo hasta sus más simples procesos. Este desconocimiento y distanciamiento  determina también una gran dificultad en la percepción de que a cada actitud o acción humana corresponde un efecto sobre el medio, ya sea éste natural o construido. Al no sentirse parte integrante del ambiente, el hombre desconoce los efectos de sus actitudes, y si las percibe no las avala (Vasconcellos (1997:48).

Curiosamente o no, a pesar de este distanciamiento se observa un "pedido de auxilio" del propio ser humano en su búsqueda de áreas naturales durante sus horas libres, tanto a través de la recreación como del turismo.

La existencia de diferencias en la observación de los valores y de la importancia de éstos entre las diferentes culturas o grupos socioeconómicos dificulta la protección de los ambientes naturales (UNESCO 1973). Por lo tanto, independientemente del motivo -ecológico, económico, ético u otro- en cierta manera la necesidad de conservación de determinados ambientes asegura el contacto con la naturaleza, incluso en los pequeños espacios programados como tales. Asimismo, mediante el retorno al contacto del Hombre con la naturaleza, existe la esperanza de que se produzcan los cambios necesarios de comportamiento para en cierta manera disminuir al menos las agresiones tan comunes en la actualidad a los hábitats aun conservados. Sin embargo, en el nivel de distanciamiento actual se supone que el contacto puro y simple no es capaz de lograr concientemente esta alteración. La actividad turística puede ser vista como facilitadora de ese retorno, pero resulta peligrosa si no se adecua a los paradigmas de sustentabilidad.

La ola ecológica que barrió el mundo durante los últimos años también influyó sobre el comportamiento de las personas durante sus viajes vacacionales, haciendo que un número cada vez mayor buscara la proximidad con la naturaleza. No obstante, no siempre las áreas están preparadas para recibirlas, pudiendo sufrir daños con esas visitas. Invariablemente estos daños pasan desapercibidos para los turistas.

La publicidad contribuye a este proceso en la medida que estimula la visita desenfrenada como consecuencia del incentivo al consumo. Cada vez más utiliza conceptos de la psicología para la comunicación de masas, analizando el comportamiento de las personas e interpretando sus deseos con el objeto de facilita la creación de un mundo de sueños, deseos y posibilidades al alcance de la mano. Según Barbosa (2001), esta interpretación es más marcada en las personas que no cuentan con un sentido crítico muy profundo. Los turistas no se dan cuenta muchas veces de esta situación y no consideran a al viaje como la compra de un producto.

Así, el turismo se muestra como una de las posibilidades para el desarrollo socioeconómico de los sitios que necesitan conservar sus reservas de flora y fauna. En cierta forma se piensa que la actividad brindará ingresos económicos y tenderá a la conservación ambiental y que, si bien planificada, hará que toda la comunidad se convierta en la mayor defensora de su entorno.

Actualmente es común leer reportajes que señalan al turismo como una de las actividades más lucrativas en todo el mundo presentándolo como un gran negocio. Realmente lo es, ya que es muy importante como fuente generadora de empleos, de ingresos y para la captación de divisas.

No obstante, el relativamente reciente interés por el turismo hizo que se oscurecieran sus aspectos poco convenientes. Fueron ensalzadas las ventajas de la actividad mientras que no se discutían los efectos nocivos. Durante un tiempo el turismo llegó a ser considerado una "industria sin chimeneas", es decir, una actividad no que no  producía contaminación (Honey 1999). Paralelamente a esto se sumaba un período de intensificación de las discusiones en torno a los problemas ambientales y de la necesidad de solución para las más diversas cuestiones que se desprendían de los mismos. En la actualidad diferentes autores intentan apoyar esta teoría señalando que: Además del uso indiscriminado de los recursos naturales, la industria del turismo provoca daños socioambientales y socioculturales mucho más acentuados que muchas industrias consideradas contaminantes (Seabra 2001:28).

La relación del turismo con el medio ambiente es total e indiscutible y, el primero,  ciertamente puede traer diversos beneficios a una comunidad o región. Sin embargo, el turismo mal planificado e implementado también provoca polución y degradación ambiental causando diferentes impactos negativos (Ruschmann 2001).

Con la evolución de las discusiones en torno a las cuestiones ambientales y la profundización de los estudios sobre el desarrollo de la actividad turística, las exigencias para satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones, es decir desarrollo sustentable, también se extendió hacia esta actividad requiriendo de su adecuación. Así, surgió el término turismo sustentable.

En vez de conceptualizarlo, este trabajo prefiere presentar al turismo sustentable a través de algunos ítems relacionados con el concepto de desarrollo sustentable, sobre la base del cual aquel establece sus fundamentos teóricos. Estos son:

1.- Derecho de las futuras generaciones de disfrutar de destinos turísticos conservados
2.- Satisfacción de las comunidades receptoras
3.- Satisfacción de los turistas
4.- Protección de los recursos ambientales
5.- Respeto por los bienes culturales

ECOTURISMO ¿UNA UTOPÍA CONCEPTUAL?

Definición, práctica y distorsiones
En esta misma dirección, pero focalizando de manera prioritaria sobre los lugares que cuentan con atractivos naturales y culturales surge el término ecoturismo. Es un neologismo "ecológicamente correcto" creado por Héctor Ceballos a inicios de la década de 1980 que gozó de la simpatía de los ONG's (Mourao 1999). Sin embargo, la propuesta es el desarrollo de una actividad sustentable que necesita del patrimonio natural y cultural conservado, tomando en cuenta a la comunidad y atraer al turista hacia el lugar de manera que genere empleos e ingresos.

A pesar de no existir hasta el presente una clara definición para esta actividad (Niefer y Silva 1999; Pires 2000; Hawkins y Kahn 2001) algunos estudios llaman la atención sobre el hecho de que diferentes definiciones apuntan hacia la misma cuestión. Uno de los puntos fundamentales incluido en diversas definiciones del ecoturismo es el advenimiento de la creación de la conciencia ecológica a través de la educación ambiental (Niefer y Silva 1999). No obstante, la realidad con relación a la práctica de esta actividad se diferencia de la teoría:

[...] Las empresas [de ecoturismo] han dedicado muy poca atención especial al trabajo educativo elaborado a partir de propuestas innovadoras. En la práctica, el potencial transformador que puede proporcionar el contacto con la naturaleza ha sido desperdiciado (Nieman y Mendonça 2000:105).

Diferentes estudios discuten el concepto de ecoturismo pero, principalmente en Brasil, son pocos los que presentan un análisis de las frecuentes distorsiones entre el concepto y la práctica de la actividad. Así, el término ecoturismo no alcanza los objetivos propuestos conceptualmente y en la realidad crea problemas como la captación de visitantes sin el perfil y el comportamiento esperado para los ecoturistas, degradación del medio ambiente, decepción entre aquellos turistas que realmente viajan en busca de un destino ecoturístico y de obtener conocimientos ambientales. Esta situación pone en riesgo al ambiente de lugar y desacredita a la actividad como un todo. Ross y Wall (1999:123) señalan:

A pesar de la existencia de bibliografía sustancial que enfatiza sus beneficios potenciales, hay una cantidad creciente de estudios de caso que reportan la falencia del ecoturismo en alcanzar los objetivos ideales que le deberían dar fundamento. En otras palabras, la teoría del ecoturismo no ha sido puesta en práctica frecuentemente con éxito.

Ante este escenario cabe cuestionarse hasta que punto esta actividad estaría consiguiendo transformar la conciencia ambiental. Si la realidad muestra que lo que se hace es colocar de manera desordenada a personas en las áreas naturales sin que se produzcan cambios en sus vidas, se desperdicia lo que posiblemente sea lo más importante en la comprensión de la actividad ecoturística: su relación con la educación ambiental y con las posibilidades de transformación de la conciencia.

La utilización del término sólo como una forma para captar visitantes puede, a lo largo del tiempo, ser uno de los más desastrosos caminos a ser recorridos debido a que al poco tiempo destruye la razón principal de su atracción. En las palabras de Wester (2001:19):

Por su propio carácter, el ecoturismo crea expectativas y provoca el riesgo del turismo que depreda: un gran número de amantes de la naturaleza es atraído a un lugar recientemente descubierto para después de un tiempo abandonarlo ya deteriorado.

Esta situación lleva a pensar que lo fundamental con relación al ecoturismo son los beneficios que se pueden obtener en caso de que la práctica de esta actividad sea desarrollada según los preceptos básicos de su definición.

En este trabajo se considera al ecoturismo como un "segmento de la actividad turística que utiliza en forma sustentable el patrimonio natural y cultural, incentiva su conservación y busca la formación de una conciencia ambientalista a través de la interpretación del ambiente y promoviendo el bienestar de las personas involucradas" (EMBRATUR 1994:19).

Por lo tanto, se piensa que la moda estimulada por la publicidad también tiene ingerencia en la venta de productos ecoturísticos. El turista en realidad no compra efectivamente la naturaleza o la cultura de un lugar. A pesar de que el turismo tiene todas las prerrogativas de un "turismo verde", el marketing que se realiza trata a la naturaleza como a cualquier otro producto y busca solamente el lucro a cualquier precio (Barbosa 2001). En el sentido inverso al de la preservación, áreas de gran importancia ecológica son masificadas mediante el marketing y promocionadas por el trade turístico como el principal producto a ser consumido por los ecoturistas (Seabra 2001). Según Wearing y Neil (2001:181), una razón para la creciente difusión del rótulo "ecoturismo" es la falta general de la comprensión de su concepto.

Boullón (1999) es uno de los autores que concuerda con el desequilibrio entre las promesas que acompañan al ecoturismo, la realidad de los servicios y las vivencias experimentadas por los turistas en la concreción de sus viajes. Según este autor, muchos comenzaron a hablar del ecoturismo cuando descubrieron la existencia de un mercado potencial sensibilizado con los problemas ambientales. Sin embargo, pocos se preocupan por las innovaciones necesarias para diferenciar los tours tradicionales -que incorporaban la observación de la naturaleza como un subproducto cuando los itinerarios pasaban por lugares con atractivos de ese tipo- de los nuevos productos ecoturísticos. Ferreira y Coutinho (1999) también concuerdan que es baja la calidad de los productos ecoturísticos que se encuentran en el mercado. Hay profesionales que actúan con irresponsabilidad, no respondiendo a las expectativas de actividades con calidad formativa e, incluso, informativa.

Según Seabra (2001), el principal atractivo -la naturaleza- es invadido por emprendimientos económicos vinculados al turismo e incentivados por los organismo ambientalistas federales, estaduales y municipales con los argumentos del retorno financiero y la conservación, pero que en realidad son simplemente alteraciones irreversibles en el paisaje, expulsión de grupos sociales nativos y visitas cada vez más dañinas e incontroladas a los ambientes naturales.

Según Boullón (1999), hasta el momento el ecoturismo puede ser calificado como una oportunidad no aprovechada. No sólo no toma en cuenta todo su potencial, sino que se hace de manera arbitraria, sin evaluar los impactos y, sin siquiera, un mínimo de infraestructura básica ni profesionales capacitados.

Ecoturistas ¿qué se sabe sobre ellos?
Si hay distorsiones entre el concepto y la práctica de la actividad, también es posible que haya distorsiones en el perfil de las personas que se dirigen a los destinos considerados ecoturísticos. Existe un perfil esperado de ecoturistas que se basa en el concepto de esa actividad. Por lo tanto, surge la necesidad de delimitar el perfil de los consumidores de productos aquí denominados "productos ecoturísticos distorsionados". Es necesario saber si esas personas cuentan con alguna comprensión sobre la actividad de la cual forman parte, o si están motivadas por el marketing aplicado a ese producto en particular. Es decir, ¿se viaja en busca de un mayor contacto con el medio natural o el viaje está exclusivamente en función del consumo de la naturaleza? y ¿cuál es la posibilidad de modificar esta situación a través de la realización de trabajos de educación ambiental?

Barbosa (2001) señala que el turista brasileño no tiene una actitud crítica, es cómodo, no es reflexivo y acepta pasivamente las condiciones ofrecidas por las operadoras. Frente a este perfil hay una acomodación del mercado turístico creando una complicidad entre operadores y consumidores, ¿será que estas características pertenecen a los ecoturistas brasileños?

Lo que se puede inferir sobre el perfil de los ecoturistas según los puntos fundamentales encontrados en las más diversas conceptualizaciones de la actividad turística es lo siguiente:

1.- Son personas conscientes de los problemas socioambientales actuales
2.- Se interesan por estar en contacto con la naturaleza preservada y con la cultura local
3.- Quieren profundizar sus conocimientos y generar beneficios económicos entre las comunidades visitadas
4.- Buscan minimizar el impacto de la visita al lugar y, de ser posible, participar en acciones conservacionistas.

Wearing y Neil (2001) señalan que los ecoturistas están, por lo general, más preocupados con los impactos ambientales que los turistas de masa. Analizando diversos temas turísticos, algunos autores hacen referencia  características del consumidor ecoturista que, en su conjunto, pueden delimitar un perfil para este grupo:

Se sabe que el ecoturista cuenta con una elevada conciencia ambiental, busca experiencias únicas que mantengan los recursos ambientales y socioculturales, busca integrarse con las comunidades y tiene la expectativa de que la actividad realizada vaya a contribuir para el proceso de desarrollo de la región (Ferreira y Coutinho 1999:23).

Según Wester (2001), los ecoturistas gustan utilizar los recursos y la mano de obra local. Niefer y Silva (1999:55) afirman:

[...] del lado del consumidor, el ecoturista, existe la voluntad de aprender sobre el destino visitado, en particular sobre los aspectos ambientales, culturales, históricos y los problemas a ellos asociados. El ecoturista tiene una posición favorable frente a la protección del medio ambiente lo que se refleja en su comportamiento. Respeta las condiciones naturales del lugar y por lo general existe el deseo de contribuir de alguna forma para la conservación del ecosistema visitado.

En un estudio sobre la gestión de los visitantes en Galápagos, Wallace (2001) sugirió que los ecoturistas estarían dispuestos a pagar por la experiencia del contacto con la naturaleza siempre y cuando fuesen informados sobre la importancia y el destino de su dinero.

En la revisión bibliográfica de la investigación realizada por Niefer et al. (2000) se presentan definiciones de ecoturistas según algunos autores extranjeros. Entre ellas, la de que el "ecoturista es un adulto que viaja con la intención de observar, sentir y aprender sobre la naturaleza" (Eagles y Cascagnette 1995 citado en Niefer et al. 2000:51).

En una investigación realizada por Lemos (2002:18) que buscaba identificar las características que configurarían el perfil de un turista "verde" o un turista que está más preparado para convivir con el medio ambiente y con la cultura de los destinos que visita, hace las siguientes consideraciones finales: ...se puede concluir que el perfil de un turista "verde" aun está en la fase de desarrollo.

Esto significa que se hace necesario realizar campañas informativas (educativas y promociónales) buscando desarrollar una "conciencia para el turismo sostenible" -ya sea receptivo como emisivo- junto a la sociedad. El objetivo de estas campañas sería aumentar la masa crítica relacionada con los impactos negativos y positivos que los turistas causan en los destinos visitados y, con esto, actuar preventivamente, a fin de maximizar los beneficios generados y minimizar los impactos negativos causados por el turismo.

Según Swarbrooke(2002), existe poca evidencia del crecimiento de este tipo de turista con fuerza real en el mercado del turismo. En verdad, la investigación realizada corrobora lo señalado por este autor, pues en ella también se encontró evidencia contundente al respecto. Es decir, aun no es posible afirmar que los turistas se estén volviendo "más verdes".

Estas observaciones fueron reproducidas íntegramente porque son de fundamental importancia para este texto en la medida que enfatiza la necesidad de información destinada a los turistas. También, porque de cierta forma validan una de las hipótesis puestas a prueba aquí según la cual incluso los turistas que pueden considerarse ecoturistas no cuentan con una real comprensión del significado del término y de las interfaces de la actividad.

Inversamente a lo señalado, los resultados de la investigación realizada por Niefer et al. (2000) entre los visitantes del Parque Nacional Superagüi muestran a un público que, según los autores, puede ser considerado de ecoturistas tal como se los define en la literatura y no como turistas comunes.

Los estudios mencionados no serán discutidos ni juzgados en este trabajo. Simplemente fueron citados como referencia teórica para que contribuyan al análisis de los datos. Vale recordar que los objetivos de este trabajo difieren tanto con el marco teórico como metodológico utilizado en cada caso, no siendo por lo tanto posible hacer comparaciones.

Una investigación realizada en los parques nacionales de la Serra Geral, Caparaó y Aparados na Serra describe el perfil de públicos diferenciados para cada uno de los parques en cuestión dependiendo, entre otros factores, de los atractivos y facilidades de acceso. No obstante, se puede afirmar que "a pesar de que la mayoría de los visitantes afirme haber hecho ecoturismo durante su visita al parque, se observa -por la descripción del manejo del sitio en cada una de esas áreas- que esta afirmación no es verdadera lo que implica una mal comprensión del término" (Kinker 2002:180).

DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO - ITACARÉ, BAHIA

Itacaré (14°17' latitud sur y 39°00' longitud oeste) es uno de los municipios de la Región del Cacao, en el sur del Estado de Bahía. El acceso desde Ilhéus se realiza por la BA-001 -también conocida como Ruta - Parque Ilhéus/Itacaré- recorriendo un total de 65 kilómetros hasta la sede del municipio.

El municipio es promocionado por el gobierno estadual, por los medios y por las agencias de viajes del país como un destino ecoturístico o como un paraíso ecológico. Entre los atractivos locales se pueden citar -además de cascadas, ríos, represas y fincas- aproximadamente 18 playas semidesiertas con olas propicias para la práctica del surf, algunas de las cuales están unidas por senderos al bosque conocido como Mata Atlántica (Bahía 2000).

Itacaré recibe continuamente la visita de un gran número de personas pero no existen estudios que avalen la sustentabilidad de la actividad turística que allí se desarrolla. La situación actual del municipio puede ser descripta de la siguiente forma: especulación inmobiliaria, población local expulsada hacia los suburbios, utilización de drogas pesadas entre los jóvenes de la comunidad, basura en las playas y senderos, olores desagradables en una de las calles principales de la ciudad causado por el desagüe de aguas servidas al río sin tratamiento alguno, asesinato en la Praia da Concha en pleno feriado de Semana Santa, asaltos en senderos, amenazas de muerte a los vendedores ambulantes que hace tiempo practicaban esa actividad en las playas desiertas de Itecaré entre otros ejemplos que horrorizan a la comunidad y a los turistas que prestan atención. Vale la pena mencionar que esta situación tuvo su origen principalmente hace aproximadamente seis años después de la construcción de la BA-001.

La ciudad de Itacaré aun cuenta con un centro histórico con diferentes casas y caserones que muestran la historia en sus muros. Excepto por algunas acciones debidas a la iniciativa privada, el mantenimiento de este caserío con sus fachadas originales se encuentra seriamente amenazado por diversas razones que en su mayoría están asociadas al desarrollo desordenado del turismo.

El crecimiento del turismo local fue explosivo al facilitarse el acceso a la ciudad y a sus atractivos, sumado a la ostensiva promoción de la localidad como paraíso ecológico. La rápida transformación del espacio causada por estos factores -a los que hay que agregar la baja inversión en los sectores básicos- trajo aparejado impactos negativos de alto riesgo para la sustentabilidad de cualquier destino y que se observan en todo turismo mal planificado.

METODOLOGÍA

Fueron seleccionados cinco senderos: dos que llegan hasta la playa -que en este trabajo se denominan senderos de playa- y que pueden ser considerados solamente de "paso"; y tres en propiedades particulares -a los que aquí se hará referencia como senderos del bosque- en lo largo de los cuales se realizan paseos guiados (es decir, con alguna actividad de interpretación ambiental). Así fue posible comparar los perfiles de dos grupos y el nivel de conocimiento y de información sobre cada uno de los lugares.

La recolección de datos fue realizada entre enero y julio de 2002 mediante cuestionarios semi estructurados con preguntas abiertas y cerradas y con variables cualitativas y cuantitativas. Fueron entrevistados 236 turistas. Durante los cinco meses de trabajo fueron respondidos cerca de 20 cuestionarios por mes (equivale a un total de 204 cuestionarios respondidos) en los senderos de la playa; y en los senderos del bosque los cuestionarios estuvieron disponibles para todos los usuarios durante ese mismo período (fueron respondidos 32 cuestionarios).

Para la mejor comprensión de los resultados es fundamental la siguiente observación: el total de cuestionarios respondidos para cada grupo de senderos conforma, respectivamente, las muestras 1 (sendero de playa) y 2 (sendero del bosque) los que serán analizados a continuación.

El análisis de los datos fue hecho a través de la estadística descriptiva, no-paramétrica, por análisis de distribución de frecuencias relativas. Para algunos temas fueron creadas escalas de valores buscando cuantificar, jerarquizar y realizar el análisis más estricto sobre los valores obtenidos.

RESULTADOS

En su mayoría, el perfil del público entrevistado está formado por personas de nivel sociocultural alto comparado con la media brasileña. A pesar de que la región cuenta con un patrimonio histórico y una importante flora que puede resultar interesante para el estudio y desarrollo de investigaciones científicas, el turismo resultó ser la principal razón de desplazamiento.

La investigación realizada permitió observar que el 95% de las personas que se encontraba en el lugar buscó información previa sobre la región visitada. Sin embargo, no tuvo interés de profundizar en la misma ya que las informaciones fueron obtenidas en un 77% de familiares y/o amigos. Este hecho deja dudas en relación con la calidad de dicha información.

Los principales motivos de atracción mencionados por los entrevistados -junto a los niveles de satisfacción en relación no sólo con los atractivos, los servicios turísticos ofrecidos y a la misma ciudad visitada- hacen que se sobreentienda que este público busca el contacto con la naturaleza pero no cuenta con el mismo nivel de exigencia por la calidad ambiental como era de esperarse para los ecoturistas.

A pesar de que la mayoría de los entrevistados afirman haber practicado ecoturismo con anterioridad, muchos no supieron señalar a lo que remite el concepto, mostrando solamente "poca" o "alguna" comprensión sobre el tema. Los entrevistados en el sendero del bosque (muestra 2) tuvieron una mejor comprensión del tema, según se puede observar en la Figura 1.


Figura 1: Nivel de comprensión en relación con los factores pertinentes a un destino ecoturístico según la cantidad de indicadores relacionados con las alternativas expuestas (2002)

Itacaré es considerado un destino ecoturístico (88%) por la mayor parte de los entrevistados, confirmando una asimilación a lo expuesto por los medios. Por lo tanto, prácticamente no existen acciones relacionadas con la preocupación por los impactos ambientales de la actividad, al igual que tareas de educación ambiental (EA) con los turistas y con la comunidad para una transformación de la conciencia ambiental. Situación que pasó desapercibida a los entrevistados.

A pesar de la escasa comprensión del concepto y de la falta de críticas que obviamente podrían ser hechas por ecoturistas, la mayoría de los entrevistados se considera ecoturista (70%), están dispuestos a obedecer reglas de protección ambiental (97%) y la experiencia del contacto con la naturaleza y la educación ambiental en sus viajes es "muy importante" (85% y 80% respectivamente para cada muestra). Cerca del 46% de los entrevistados llegó a afirmar que la EA es "agradable dependiendo de la forma como se practica". El cruzamiento de datos mostró que algunas personas no consiguen encajar en el perfil que imaginan es el de ecoturista. Otras, a pesar de considerar que no realizaron viajes ecoturísticos sostienen que se ajustan al perfil. En síntesis, incluso los turistas que se catalogan como ecoturistas no tienen una verdadera comprensión del significado del término y de las interfaces de la actividad.

Se buscó información respecto a los senderos que los entrevistados ya habían recorrido en Itacaré. El objetivo era descubrir si las personas que estaban recorriendo el sendero de la playa ya habían frecuentado algún sendero del bosque o viceversa. En términos generales se observó una mayor afluencia de público en el sendero de la playa (Figura 2). Relacionando estos datos con las razones de atracción se puede inferir que estos senderos son recorridos debido al destino final. Sin embargo, se puede observar que, a diferencia de lo que hicieron los entrevistados en la muestra 1 -quienes recorrieron otros senderos de la playa pero que casi no fueron a los senderos del bosque- los entrevistados de la muestra 2 recorrieron tanto senderos del bosque como de la playa. Con respecto a los senderos de la mata, aproximadamente el 16% de los entrevistados habían recorrido por lo menos dos y la mitad de los entrevistados también habían estado en senderos de la playa.


Figura 2: Senderos recorridos en Itacaré

Estos datos permiten ver con claridad que en Itacaré existen diferencias entre el comportamiento de quienes frecuentan los senderos del bosque y quienes prefieren los de la playa. No obstante, es posible que este hecho esté relacionado con la falta de divulgación de los senderos del bosque y no a la falta de interés de los turistas por este tipo de paseo. Pocas personas de la ciudad -incluso propietarios y empleados de equipamientos turísticos- saben de la existencia de los senderos, tal vez por ser iniciativa de propietarios aislados con pocos recursos para invertir en publicidad, sumado a la falta de incentivo y organización por parte de los organismos públicos locales. Esto puede ser considerado una distorsión o, al menos, un desperdicio del potencial.

La evaluación general de los senderos mostró que los del bosque son más satisfactorios que los de la playa. Con respecto a la conservación de los senderos recorridos, quedó muy claro que los entrevistados de la muestra 1 no tenían un gran sentido crítico y discernimiento al respecto, señalando como buenos a aquellos que fácilmente podrían ser considerados como regulares o malos.

Fue creada una escala de valores para evaluar el nivel de información específico sobre el ambiente natural de la región que se estaba visitando en función de la cantidad de factores contribuyentes a la devastación de la Mata Atlántica en Bahía. Se consideró que a mayor cantidad de opciones mejor información se tendría sobre el lugar que se visita. Los resultados fueron agrupados de la siguiente manera (Figura 3):


Figura 3: Nivel de información sobre el ambiente natural del ambiente visitado

1.- Poco informadas - No sabe o no responde
2.- Medianamente informadas - Señaló entre una y dos opciones
3.- Bien informada - Señaló entre tres y cuatro opciones

Este análisis confirma la deficiencia en la cantidad y en la calidad de las informaciones buscadas por las personas entrevistadas antes y durante su visita a un destino, incluso creyendo estar practicando ecoturismo. Comparando los resultados de las dos muestras se observa que el porcentaje de personas "informadas" y "bien informadas" en su conjunto configura el 18% en los senderos de la playa y el 34% en los senderos del bosque.

En términos generales, los resultados llevan a pensar que el hecho de que las personas se sometan a experiencias que pueden ser consideradas ecoturísticas (por ejemplo el sendero del bosque) promueve diferenciaciones inmediatas en relación con la toma de conocimiento y sentido crítico del grupo, lo que puede estar confirmando la importancia de los senderos interpretativos como instrumento educativo / informativo.

Los resultados obtenidos confirmaron la primera (Itacaré es vendido como un destino ecoturístico pero no atrae a un público formado por ecoturistas) y la segunda (aunque los turistas se cataloguen como ecoturistas no tienen una real comprensión del significado del término y de las interfaces de la actividad), hipótesis de esta investigación.

Por el contrario, para la tercera hipótesis planteada los resultados sugieren que, dependiendo del tipo de trabajo que se haya realizado en los mismos, los senderos tienen posibilidades de modificar la relación del usuario con el área visitada. Esto puede confirmar la importancia de los senderos interpretativos como instrumento educativo / informativo.

La cuarta hipótesis fue que la utilización de los trabajos de interpretación ambiental no ayuda a disminuir las posibles distorsiones entre el concepto y la práctica del ecoturismo. Asimismo, de acuerdo con las observaciones anteriores quedó claro lo contrario: las tareas de interpretación ambiental son importantes cuando se vislumbra la disminución de las distorsiones entre el concepto y la práctica de la actividad ecoturística.

CONSIDERACIONES FINALES

Según se pudo observar, la situación actual en Itacaré muestra una enorme distorsión entre el concepto y la práctica del ecoturismo. Es posible considerarla un destino ecoturístico teniendo en cuenta las bellezas naturales y las diversidad de posibles tareas que se pueden hacer a favor de la creación de una conciencia ambiental entre los turistas y la comunidad, y la importancia que la ciudad representa para la historia local y para su atracción. Sin embargo, considerando la forma como el turismo allí se desarrolla, la falta de apoyo e incentivo a las actividades culturales, sumado a la ineficiencia en áreas tales como saneamiento básico y las distintas desigualdades sociales esta posibilidad se descarta. Ante las dificultades para encontrar un destino realmente ecoturístico, el ecoturista también parece estar lejos de ser encontrado en la práctica.

A pesar de que en todo el mundo existen farsas en el mercado ecoturístico, el hecho de que Brasil está creando una imagen de un país repleto de destinos ecoturísticos se puede transformar en el largo plazo y, principalmente, para el mercado internacional en una gran decepción y consecuente pérdida de mercados futuros. A pesar de que las intenciones de los proyectos oficiales en curso sean buenos y tienden a mejorar la actividad, lo que aun se observa en la práctica es una rápida absorción del término y una lenta (si real) búsqueda de la adecuación de la práctica con el concepto.

Tratándose de un producto, vale recordar que uno de los factores de regulación del mercado es el consumo y que los consumidores brasileños están cada vez más en contacto con los problemas ambientales creando una nueva conciencia para su comportamiento cotidiano que en breve también extrapolarán a sus horas de ocio y sus vacaciones.

Por lo tanto, se puede afirmar que las distorsiones observadas se relacionan mayoritariamente con la información y el grado de conciencia de los turistas. Hay diferencias en todo el proceso, desde la promoción / difusión, la venta e, incluso, el "consumo" de los productos ecoturísticos. En primer lugar, se piensa que sólo deberían ser difundidos como ecoturísticos aquellos que tomen en consideración al menos algunos de los puntos fundamentales incluidos en el concepto de la actividad y estuviesen intentando adecuarse a los restantes. En segundo lugar, al vender productos ecoturísticos, el operador o agente debe informar en detalle lo que significa esta actividad, las condiciones del viaje, paseo u otra experiencia a ser vivenciada, además de incentivar la búsqueda de informaciones por parte del turista sobre el lugar visitado indicando sitios, libros, guías y materiales afines. Finalmente, en relación con el "consumo" de los productos ecoturísticos se observa que la práctica de la educación y de la interpretación ambiental es fundamentales en esta actividad, por lo tanto imprescindibles para subdesarrollo.

A pesar de que la necesidad de obtener un rédito económico está implícita en el concepto de ecoturismo, se debe destacar que este no es el principal mérito de la actividad. Según ya se mencionó, se considera que el incentivo y la valoración de la actividad deben surgir del resultado que puede generar en términos de desarrollo social, ecológico y humano y no simplemente por el retorno material que ella pueda proporcionar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido el 01 de noviembre de 2004
Correcciones recibidas el 12 de enero de 2005
Aceptado el 25 de enero de 2005
Arbitrado anónimamente
Traducido del portugués

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