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Estudios y perspectivas en turismo

On-line version ISSN 1851-1732

Estud. perspect. tur. vol.20 no.5 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Sept./Oct. 2011

 

DOCUMENTOS DE BASE

Los procesos de migración de amenidad y la competitividad de destinos turísticos de montaña del Oeste Canadiense y de la Norpatagonia Argentina

 

Rodrigo González*

Universidad Nacional del Comahue - Neuquén - Argentina

* Licenciado en Turismo, Profesor Adjunto del área Economía del Turismo de la Facultad de Turismo, Universidad Nacional del Comahue. Investigador de CEPLADES Turismo, Centro de Estudios para la Planificación y el Desarrollo Sustentable del Turismo. Facultad de Turismo, U.N.Co..Co-Director del proyecto de investigación "Post Turismo y Movilidades. Competitividad sustentable de destinos". Becario del Faculty Research Program, del International Council for Canadian Studies, del Gobierno de Canada (2009) para el desarrollo de la propuesta de Investigación Understanding and managing sustainable competitiveness and amenity led migration in mountain tourist destinations". Email: rodrigo.gonzalez@fatu.uncoma.edu.ar

 


Resumen: El objetivo de esta propuesta es analizar la experiencia de un conjunto de destinos turísticos de montaña canadienses, concretamente en las provincias de Alberta y British Columbia, que debieron hacer frente a procesos de migración de amenidad y aspectos relacionados al desarrollo turístico sustentable. A través de un estudio comparativo con un conjunto de centros de montaña de la Norpatagonia, pueden constituir antecedentes válidos para la promoción de pautas para el desarrollo local de destinos turísticos de montaña de la Norpatagonia Argentina, habida cuenta de las similitudes que se plantean en los procesos de migración de amenidad como una tendencia global en estos destinos. Se analizan las causas y consecuencias de la crisis de rentabilidad de los destinos de montaña y se indaga en la posibilidad de considerar al turismo como una alternativa de desarrollo económico y social.

PALABRAS CLAVE: Migración de amenidad; Competitividad sustentable; Destinos de montaña de Argentina y Canadá; Crisis de rentabilidad.

Abstract: Amenity Migration and Mountain Tourist Destinations competitivety in Western Canada and Northern Patagonia, Argentina. The purpose of this research proposal is to analyze the experience of a group of Canadian mountain tourist destinations -mainly in the provinces of Alberta and British Columbia- which are facing amenity migration processes through a comparative study with a group of mountain destinations in Argentina's Northern Patagonia in order to promote guidelines for local development of mountain tourist destinations of the Northern Patagonia. These destinations profitability crisis causes and consequences are analyzed as well as the possibilities to consider tourism as a way to ensure social and economic development.

KEY WORDS: Amenity migration; Sustainable competitiveness; Mountain tourist destinations in Canada and Argentina; Profitability crisis.


 

INTRODUCCIÓN

Las migraciones de amenidad conforman una tendencia social a escala mundial y pueden describirse como la migración de personas desde las grandes metrópolis a ciudades pequeñas o pueblos en el interior, sobre todo destinos de montaña cuya calidad ambiental y cultural es percibida como superior a la de sus antiguos lugares de residencia. Estas migraciones son una parte de las movilidades -sobre todo de personas y objetos aunque también involucran la movilización relacional de recuerdos, emociones y diversas puestas en escena-  que promueve el desarrollo turístico. Los centros turísticos de montaña son lugares de destinos de migraciones de amenidad en todo el mundo. En estos procesos pueden identificarse patrones globales migratorios que derivan en conductas y en situaciones de crecimiento descontrolado de muchos destinos turísticos de montaña, lo que lleva a la necesidad de definir estrategias que al tiempo que minimicen los impactos negativos de la migración de amenidad, pueda potenciar sus posibles beneficios en términos de desarrollo económico local.

A partir de la evidencia que muchos de los efectos de la migración de amenidad conforman tendencias globales que tienden a reproducirse -aún con características diferenciadas- en los centros de montaña argentinos y de haber identificado muchos de estos efectos en procesos de migración de amenidad en comunidades de montaña del Oeste Canadiense, resulta por tanto relevante conocer cómo se dan estos procesos en los destinos de la Patagonia Norte indagando en las procesos que originan estas migraciones, en las formas que pueden o podrían adoptar, así como en las incidencias económicas, sociales y culturales en las comunidades receptoras en nuestro país.

El objetivo de este trabajo es analizar la experiencia de un conjunto de destinos turísticos de montaña canadienses en las provincias de Alberta y British Columbia que debieron hacer frente a procesos de migración de amenidad y que conforman antecedentes válidos para la promoción de pautas para el desarrollo local de destinos turísticos de montaña de la Patagonia Norte argentina, habida cuenta de las similitudes que se plantean en estos procesos como una tendencia global en estos destinos.

ENCUADRE TEORICO

Las movilidades del turismo y la migración de amenidad

Las movilidades que implica el desarrollo turístico entrañan una serie de riesgos para las comunidades receptoras en términos de cambios culturales, paisajísticos, y medioambientales. La aparente muerte de las distancias (Bauman, 2000, citado por Sheller & Urry, 2004: 4) como una de las características esenciales de la modernidad líquida, hace a un carácter global de las movilidades del turismo. Los destinos turísticos, y en este caso los destinos de montaña, son lugares  que se ponen en juego para un responder a una oferta global. La migración por amenidad es así un agente de cambio global que tiene especial efecto en los parajes rurales o pueblos más pequeños (Glorioso & Moss, 2006: 83). Este fenómeno migratorio es una migración inversa de la ciudad al campo; los sujetos de este proceso son en muchos casos personas que, habiendo sido turistas en un determinado destino, deciden regresar a él ya no para visitarlo, sino para constituirse en habitantes del mismo (Nakayama et al, 2005: 24).

Los centros turísticos de montaña constituyen lugares con sus propios significados y asociaciones para sus residentes e, incluso sus visitantes, pero son también poseedores de una combinación de características que lo definen como bellos paisajísticamente, cosmopolitas, exóticos, aunque también degradados social y ambientalmente. La migración de amenidad es un fenómeno de reciente análisis dentro del estudio de las migraciones.  Lawrence Moss la define como "la migración llevada a cabo por personas que habiendo sido turistas en un determinado destino, deciden regresar a él ya no para visitarlo, sino para constituirse en habitantes del mismo" (Moss, 2006: 3). Su permanencia puede ser estacional o durante todo el año. Para este autor, alrededor del mundo ha surgido una fuerza económica y social que está proveyendo nuevas oportunidades para las comunidades de montaña, lugares con alta calidad ambiental y características culturales distintivas que son polos de atracción para nuevos residentes.

La definición de Moss aporta elementos valiosos para identificar condiciones que caracterizan el proceso de migración de amenidad (Nakayama y Marioni, 2007: 63-67):

  • Es migración, en tanto existe un abandono de su lugar de residencia habitual para adoptar otro nuevo.
  • Los migrantes fueron antes turistas que vivenciaron por unos días el ambiente del lugar y decidieron en memoria de esas vivencias.
  • Los migrantes se asientan en su nuevo destino con la idea de permanecer.

Las migraciones de amenidad pueden considerarse en muchos casos como una sombra del desarrollo turístico, ya que el tipo de movilidades que causan podría interpretarse como regresivas en términos de desarrollo local. En el proceso de obtener sus necesarias características cosmopolitas, los destinos de montaña se alistan para reencarnarse en otros lugares donde será posible desarrollar otros juegos en la mayoría de los casos observados en Argentina. Se trata del libre juego del negocio y la especulación inmobiliaria;  los migrantes de amenidad que alguna vez fueron turistas visitando estos destinos deciden migrar en busca de esas amenidades o factores que contribuyen a una mejor calidad de vida. La decisión de migrar es usualmente acompañada de la decisión de inversión en la construcción o adquisición de viviendas permanentes o segundas residencias donde iniciar una nueva vida - idílica en ese imaginario-  en las montañas. Los migrantes de amenidad también en muchos casos deciden involucrarse en la nueva comunidad que los recibe en un doble rol de nuevo poblador y al mismo tiempo emprendedor turístico. En estos casos la decisión de migrar es acompañada con la decisión de invertir en el desarrollo  de micro-emprendimientos turísticos, fundamentalmente complejos de cabañas y hosterías. Estas decisiones contribuyen a alentar un desmedido crecimiento de la oferta por sobre la demanda, en una especie de "sombra del turismo" en la que operan intereses vinculados con la especulación inmobiliaria, siendo una de las repercusiones mas criticas de la migración de amenidad en los destinos de montaña de Argentina. En estas puestas en juego y resultado de estas movilidades los lugares comienzan a ser consumidos a medida que son visitados, unos tras otro, en un proceso continuo de consumo de cuerpos, imágenes e información hasta que finalmente resultan agotados (Sheller & Urry, 2004: 4). Un riesgo adicional se suma a esta situación y es la posibilidad que el desarrollo turístico en definitiva se lleve a cabo como una suerte de pantalla de otros tipos de negocios, relacionado con otros intereses vinculados -sobre todo- con la especulación inmobiliaria. En estos términos, las movilidades que encarnan los procesos de migración de amenidad representan una amenaza al desarrollo local y, adicionalmente, contribuyen a ocultar severos problemas de competitividad del sector del turismo en los destinos de montaña de la Norpatagonia.

Los procesos de migración de amenidad en el mundo siguen ciertos patrones generales con dos configuraciones diferenciadas: una predominante en las áreas de montaña y otra que integra estas áreas con áreas urbanas circundantes, que se da sobre todo en los Alpes, en los que los buscadores de amenidades son por lo general residentes de áreas urbanas de alta calidad de vida en las áreas cercanas a este cordón montañoso (Moss, 2006: 309). La realidad de los destinos de montaña de la Norpatagonia se corresponde con el primer patrón de desarrollo. Este proceso se caracteriza en términos generales por un rápido crecimiento de los centros urbanos, aunque con baja densidad. Se localiza sobre todo en pequeños pueblos o villas junto con asentamientos humanos esparcidos en los valles y en las laderas de montañas circundantes. La migración de amenidad sigue en estos casos una secuencia similar al poblamiento original de los espacios de llanura,  promoviendo cambios en los valores culturales en consonancia con aquellos predominantes en las grandes ciudades.

La investigación sobre el tema ha avanzado en una fase descriptiva que a través de la consideración de distintos casos en diversos países - Argentina, Australia, Filipinas, Sudáfrica, ciertas regiones de Europa occidental (Moss, 2006: 309) permitió construir un perfil preliminar de este patrón que incluye cuatro fases de desarrollo a partir de los cambios sufridos en estas poblaciones en lo que refiere a cuatro categorías: socioculturales, económicas políticas, y ambiental y de patrón de uso del suelo: 1) emergente, 2) en desarrollo,  3) madurez, para llegar a una fase final de bifurcación, ya sea de 4) autosostenimiento o 4) de declinación.

Aunque permite apreciar las diversas fases de desarrollo para poder analizar la situación de un destino, la restricción de este esquema es que no deja de ser una abstracción basada en la información disponible que aún es muy limitada globalmente y que por tanto constituye una dificultad para comparar situaciones a nivel local, nacional e internacional. En tanto abstracción puede sugerir incorrectamente que todos los destinos de montaña siguen el mismo patrón lineal de fases temporales en su desarrollo, sin considerar que las características o situaciones coyunturales que se den en un país o región pueden ocurrir en fases más tempranas o tardías, o no ocurrir. Los destinos más visitados y conocidos de la Norpatagonia argentina, tal es el caso de Villa La Angostura y San Martín de los Andes en la provincia de Neuquén, están  según los parámetros de este continuum, ciertamente en las etapas de madurez, entrando en su declinación. En esta fase de madurez los migrantes desplazan de las áreas centrales a los locales. Los recursos comunes como el suelo y el agua soportan el crecimiento afectando áreas periféricas y comienzan a registrarse tensiones sociales porque el poder de los desarrolladores se impone sobre las regulaciones. Algunos migrantes de amenidad son electos para cargos decisorios locales. En la última fase de declinación la provisión de servicios es colapsada por la demanda y se perjudican en mayor medida los sectores de bajos ingresos; el turismo de masas se desarrolla con rentabilidad decreciente.

Es necesario caracterizar estos procesos con mayor detalle para conocer y entender las consecuencias de la migración de amenidad en estos destinos, para al mismo tiempo también prever condiciones y consecuencias del crecimiento, fundamentalmente por migración de amenidad, en otros destinos más pequeños y en etapas anteriores, pero que parecen seguir esas tendencias amparados por el pensamiento de que "todo crecimiento es positivo".

La competitividad de destinos turísticos de montaña.

La competitividad es un concepto ampliamente desarrollado por la disciplina económica, aunque aún necesita encontrar cauces de definición para su aplicación al campo del turismo. Usualmente se relaciona a la competitividad con la noción de beneficio económico, pensándola como la capacidad de obtener de manera razonable rentabilidad de las inversiones superior al promedio y capacidad de hacerlo con bajos costos sociales y ambientales (Bordas, 1993). Sin embargo, es necesario reconceptualizarla y volver a pensarla en términos de su contribución al bienestar de una comunidad y en especial el de aquellas asentadas en destinos de montaña. Las ciudades, y por ende los destinos turísticos son espacios claves para la promoción y creación de condiciones y factores de competitividad. ¿Pero que competitividad? ¿O para quiénes? No tendría sentido hablar de competitividad si no se piensa en la mejora de la calidad de vida de la población o, en términos de Fajnzylber, "...cómo las condiciones que al tiempo que sostienen y expanden participación en mercados, también contribuyen a elevar la calidad de vida de la población..." (Fajnzylber, 1988: 13).

A partir del análisis de un amplio conjunto de definiciones, aproximaciones conceptuales y trabajos teóricos sobre la noción de competitividad se concluye que el modelo de competitividad de destino propuesto por Ritchie y Crouch (2003) es el que mejor sintetiza la teoría económica y social sobre el tema al proponer un modelo dinámico para entender, analizar y trabajar los factores críticos de competitividad en destinos turísticos.

El modelo parte de reconocer que si bien el desempeño económico es una dimensión relevante de la competitividad turística, no es la única. La verdadera habilidad de un destino turístico para ser competitivo también incluye fortalezas sociales, culturales, políticas, tecnológicas y ambientales. En suma, lo que hace a un destino competitivo es su habilidad para incrementar el gasto turístico y aumentar la cantidad de visitantes a la vez que proveerlos con experiencias satisfactorias y memorables y hacerlo de manera que resulte rentable, promoviendo el bienestar de los residentes, y preservando el capital natural del destino para las generaciones futuras  (Ritchie &  Crouch, 2003: 2).

Competitividad y sostenibilidad están estrechamente relacionadas en esta visión; son interdependientes. Un territorio competitivo debe ser entonces un entorno físico, tecnológico, social, ambiental e institucional propicio para atraer y desarrollar actividades económicas generadoras de riqueza y empleo, es decir, movilizador de las  variables macroeconómicas que inciden de manera directa sobre el bienestar de la población. La competitividad de los destinos turísticos está asociada así a la prosperidad de los residentes por ser estos los principales beneficiarios. Los destinos que afrontan procesos de migración de amenidad ven jaqueada su competitividad; la evidencia empírica ha comenzado a demostrar que se trata de un modelo económicamente insustentable (González y Mendieta, 2009). Si se desarrollara un análisis a medio/largo plazo se observaría que la renovación cíclica de la riqueza que produce la agricultura y, en mayor medida el turismo, desaparece con la actividad constructora al convertir los campos en urbanizaciones. Al transformar la tierra en suelo, en objeto de especulación inmobiliaria, el circuito económico se reduce al proceso de compra, construcción y venta de inmuebles y allí se detiene cerrándose la posibilidad a nuevas formas de producción de la riqueza (Mazón & Aledo, 1996). En este modelo, incapaz de promover de manera sustentable determinantes de competitividad, se cree necesario continuar la investigación en el futuro orientándose sobre las dimensiones claves del Modelo de Competitividad Sustentable: las condiciones del macro y microentorno, las condiciones de los factores y de la demanda, de los sectores conexos y de apoyo, y la estrategia, estructura y rivalidad de las empresas.

METODOLOGÍA

Esta presentación forma parte del trabajo de investigación: "Understanding and managing sustainable competitiveness and amenity led migration in mountain tourist destinations" a partir de la Beca Faculty Research Program del International Council for Canadian Studies del Gobierno de Canadá 2009. La propuesta metodológica buscó un equilibrio entre el desarrollo de un enfoque teórico vinculado a los procesos de migración de amenidad, la competitividad sustentable de destinos turísticos y el desarrollo de directrices para su aplicación en destinos de montaña que experimentan estos procesos. A partir del reconocimiento que las movilizaciones que promueve la migración de amenidad son de carácter global, el interés de la investigación fue analizar y contrastar estos movimientos migratorios que están enfrentando distintos destinos turísticos de montaña de Canadá y de la Patagonia Norte Argentina.

El enfoque metodológico utilizado fue predominantemente cualitativo, diacrónico y sincrónico. El enfoque cualitativo se basó en una estrategia de triangulación de datos, de fuentes y de investigadores con base en la revisión de la literatura sobre el estado del arte del tema,  el análisis de datos secundarios (información demográfica, informes sectoriales y locales) y primarios (entrevistas a actores clave), y salidas a terreno.

Los casos seleccionados en Canadá fueron una serie de destinos de montaña de las provincias de British Columbia y Alberta donde se desarrollan procesos de migración de amenidad.  En la primera etapa la investigación se basó en una revisión y profundización del conocimiento sobre migración de amenidad y competitividad sustentable de destinos de montaña (Glorioso & Moss, 2006; Stefanick, 2008; Moore et al, 2006; Moss, 2006; Ritchie y Crouch; 2003; Sheller & Urry, 2004). Esta revisión en profundidad de enfoques teóricos se combinó con una  triangulación metodológica que abarco un trabajo de campo con visitas a estos destinos y la visita a académicos con experiencia en el estudio de diversos aspectos de la migración de amenidad en las Universidades de Calgary, Alberta, y Lakehead, Ontario. Los casos seleccionados en Argentina fueron San Martín de los Andes y Villa la Angostura, ambos en la Provincia de Neuquén, considerados prototípicos de desarrollos de proceso de migración de amenidad. (ver Mapa 1 y Mapa 2).


Mapa 1: Corredor de los Lagos, Argentina


Mapa 2: British Columbia y Alberta, Canadá

RESULTADOS

La migración de amenidad en el Oeste Canadiense

En tanto fenómeno que sigue patrones y tendencias globales -y aunque pueden reconocerse una multitud de causas y consecuencias diferentes- es dable reconocer que la migración que se da en el oeste norteamericano y, en particular la que se presenta y analiza en el caso del oeste canadiense, presenta aristas que invitan a una reflexión sobre la potencial replicación de estas tendencias en los destinos de montaña argentinos.

La investigación sobre la migración de amenidad se ha centrado en Norteamérica principalmente en el oeste de Estados Unidos, especialmente en el movimiento de los residentes urbanos a las comunidades rurales en las Montañas Rocosas. Comparativamente poco se ha trabajado en Canadá. Aunque los efectos de la migración de amenidad podrían ser menos pronunciados en este país, se están empezando a crear grandes desafíos para las comunidades de montaña del oeste de Canadá (Stefanick, 2008: 1).

Las comunidades de montaña en British Columbia (BC) y Alberta (AB) se sustentaron históricamente en la extracción de recursos naturales. A fines del siglo XX muchas se encontraban económicamente deprimidas debido a la declinación de la industria de la cual dependían. Sin embargo, en los últimos años estas poblaciones se han convertido en imanes para quienes se sienten atraídos por su belleza natural, un cambio en el estilo de vida y oportunidades recreativas en entornos naturales. Los migrantes que llegan a estas pequeñas comunidades no sólo provienen de los centros urbanos cercanos, sino también de otras provincias y otros países. Esto ha generado una aparente  "renacimiento" económico de muchas de estos pueblos de montaña.

Sin embargo, los crecientes costos en vivienda están causando graves problemas para los residentes con ingresos modestos (tanto los antiguos inmigrantes como los recién llegados) que habitualmente terminan viviendo en las comunidades más lejanas y con grandes distancias a los lugares de trabajo. Los puestos de trabajo creados en el sector de los servicios -y sobre todo en el turismo-, también muestran otra cara de la moneda: pauperización de las condiciones laborales, falta de acceso a la vivienda y creciente costo de vida lo que termina concluyendo en muchas ocasiones en desplazamientos físicos, psicológicos y sociales de los pobladores originales y de los nuevos migrantes. En consonancia con lo que se advierte en los destinos de Norpatagonia, la mayoría de las comunidades de montaña están vagamente al tanto del fenómeno de la migración de amenidad y sus efectos adversos. No obstante, muchas comunidades han comenzado a trabajar para encontrar estrategias para hacer frente a los efectos negativos que el proceso de migración de amenidad trae aparejados.

La migración de amenidad en Canadá puede ser entendida en parte como resultado de dos fenómenos interrelacionados: el ciclo de vida y los efectos generacionales de los migrantes (Stefanick, 2008: 3). Por ciclo de vida se entiende que los miembros de una misma generación en particular, tienden a hacer cosas al mismo tiempo porque son de la misma edad. Mucho se ha escrito acerca de la post segunda guerra mundial en América del Norte y la influencia que esta generación ha tenido en todos los aspectos de la sociedad debido a su número. Tal vez en ninguna otra parte el fenómeno de la generación de posguerra, denominada "baby boomers" haya sido tan notable como en Canadá, donde hubo un aumento tanto en la inmigración y en los nacimientos entre 1947-1966 (Stefanick, 2008: 3). Los Baby Boomers que viven en grandes centros urbanos han experimentado importantes aumentos en el valor de sus residencias y han sacado partido de tradicional equidad del sistema socioeconómico canadiense, garantizándose el acceso a condiciones propicias de financiación con tasas de interés favorables para la adquisición de casas de recreo o de segunda residencia. Las herencias económicas que esta generación recibe al morir sus padres representan la mayor transferencia intergeneracional de la riqueza en la historia de la humanidad. Hay evidencia que buena parte de este capital se reinvierte en la adquisición de propiedades (Stefanick, 2008: 3), siguiendo dos tendencias, y dando lugar a mercados inmobiliarios en dos escalas diferenciadas; un mercado nacional, que busca comprar propiedades y terrenos en áreas de montaña de BC y AB y, por otro lado, una búsqueda de carácter global que se dispara por los mismos factores: la riqueza, la abundancia, los valores societarios  pero que está comenzando a ver como posibles destinos de migración - o tan sólo de inversión - otros espacios de montaña del mundo que resultan mucho más convenientes por cuestiones de costos comparativos y de facilidades impositivas.

En el Oeste de Canadá puede observarse una tendencia que es una combinación de los dos patrones generales de desarrollo de migraciones por amenidad expuestos precedentemente. Los migrantes por amenidades comienzan a constituir un componente importante del aumento poblacional de pequeños pueblos o villas situados en cercanías de grandes ciudades. El ejemplo puede verse claramente en British Columbia, que recibe migrantes provenientes principalmente de Calgary y, en menor medida de Edmonton, ambas ciudades ubicadas en Alberta. Comunidades de montaña como Oliver, Kaslo, Nelson, Fernie, Golden y Revelstoke en BC, por citar algunos de los casos más representativos de esta provincia, están viendo como se desarrollan procesos acelerados de migración de amenidad. Algo similar ocurre en otros destinos migratorios que tienen un posicionamiento aún emergente. En el  Valle Similkameen, en el centro Sur de British Columbia, por caso, el 95% de los migrantes amenidad se trasladó desde otro lugar en Canadá. Entre ese grupo, casi el 87% proviene de Alberta o de British Columbia. El 5% restante se reparte en cinco otros países (Sociedad de Planificación del Valle de Similkameen, 2008: 8-9).

La edad de los migrantes de alguna manera certifica la hipótesis de Stefaneck (2008:3) que la migración de amenidad en Canadá es resultado de la abundancia y de procesos generacionales. El ochenta por ciento de los migrantes de amenidad en el Valle Similkameen tienen 55 años o más, un promedio alto si se considera que la edad media en la Columbia Británica es 39,1 años. En el Similkameen, la edad media de los propietarios de viviendas supera los 54 años. Significativamente, el 42% de los propietarios  superan los 64 años, lo que permite inferir en pocos años mas aumentará notoriamente el número de vendedores de residencias (Similkameen Valley Planning Society, 2008: 11).

La economía de estos lugares, tradicionalmente ligada a actividades extractivas como la forestal, comienza a tomar un giro hacia el turismo también como un pretexto para orientarse al negocio inmobiliario por una doble combinación de declinación de esta actividad forestal por un problema de competitividad global y por la cercanía con centros emisores de migrantes de amenidad  (se encuentran a una distancia tiempo de entre tres y siete horas de Calgary) El sector turismo acompaña este proceso de la mano de dos tipos predominante de desarrollos "comoditizados" (Stefanick, 2009: 4): Centros de ski y resorts de golf. La dificultad en la transición de las economías de estos pueblos de montaña desde la extracción de recursos al turismo tiene dos vertientes: empleo y acceso a la vivienda.

Apostar al turismo como primera opción de recomposición de estrategia productiva implica para estas comunidades afrontar ciertas características del sector turismo que redundan muchas veces en situaciones de  pauperización de las condiciones laborales de los antiguos residentes.  El retiro de las industrias extractivas como la minera y forestal, que otrora ofrecían empleos bien remunerados, deja lugar al sector servicios que puede ofrecer sueldos menores, estacionales y con altos requerimientos de capacitación y exigencias de constante diferenciación. La generación genuina de riqueza disminuye y, por ende, su patrón de distribución y beneficio para la comunidad local. En 2005, el ingreso medio por persona de 15 años o más que trabajaba a tiempo completo en Canmore era $40.637; $47.760 en Fernie, $42.989 en Golden; $45.640 en Revelstoke y $37.341 en Whistler. Los ingresos relativamente elevados de Fernie son previsibles dado que la extracción de recursos sigue siendo una contribución importante a su economía. En el otro extremo de la escala, Whistler es el más dependiente del sector de servicios de todas estas comunidades. Lo que es particularmente interesante de estas cifras es que los ingresos medios de ambos, Canmore y Whistler, (las ciudades cuyo sector más intensivo son los servicios) son inferiores al promedio nacional de $41.401, a pesar de que más del 30% de los residentes de estas ciudades posee certificados universitarios, diplomas o títulos (Statistics Canada, 2006, citado por Stefanick, 2008: 6).

El segundo problema más preocupante es el aumento de las inversiones foráneas en propiedades y, en particular, en compra de segundas residencias. El cambio está ocurriendo rápida y drásticamente. En algunos sitios, como Invermere o Fernie, el 60% de los propietarios de las casas son no residentes. Esto plantea desafíos enormes: El primer y gran efecto es la falta de disponibilidad de alojamiento para los residentes de estos pueblos (Stefanick, 2009: 4). La mayoría de estos pueblos de montaña están experimentando dramáticos aumentos de los valores inmobiliarios. A partir de datos de datos oficiales de la Provincia de British Columbia, Stefanick (2008) analiza las variaciones demográficas y la relación con el aumento de los valores de la vivienda en comunidades de Montaña de BC. La situaciones más críticas se registran en Canmore y Whistler, en las que el aumento de los costos puede explicarse en cierta medida por el enorme crecimiento demográfico en las dos jurisdicciones: Canmore aumentó el 112% desde 1991; Whistler, un 454% de aumento desde 1986.

En otros destinos que se encuentran aún en la fase de introducción y crecimiento el punto de partida es diferente pues el aumento poblacional es menor pero el resultado es el mismo ya que continúan aumentando los valores de las propiedades. En Golden, por caso, el precio promedio de una vivienda subió un 18% el año siguiente a la apertura de una nueva estación de montaña y ha seguido aumentando desde entonces. Sin embargo, en realidad la población de Golden se redujo en 5% entre 2001 y 2006, con un crecimiento global de  9% en más de dos décadas. Un fenómeno similar puede observarse en Fernie y Revelstoke, donde los valores de la propiedad también han aumentado significativamente a pesar del hecho de que las dos comunidades han perdido población desde 1991 (Fernie -17%; Revelstoke -11%) (Statistics Canada, 2006, citado por Stefanick, 2008: 6).

La situación que viven estos destinos ha llevado en los últimos años a la aparición de una preocupación en sus habitantes acerca los valores y comportamientos y actitudes de os nuevos migrantes y los efectos sobre estas comunidades de montaña de los migrantes amenidad se expresa. En un estudio realizado por el Centro Internacional de Migración de Amenidad para la sociedad de Planificación del Valle Similkameen, las preocupaciones manifiestas en los pobladores se relacionaron no tanto sobre las diferencias entre antiguos pobladores y migrantes, sino sobre todo por la cantidad de nuevos migrantes que podían seguir llegando lo que muestra evidencias de lo que popularmente se llama "ganas de cerrar las puertas" (Similkameen Valley Planning Society, 2008: 24).

Estos aspectos ponen de relevancia el creciente interés que en estas comunidades está comenzado a tener la gobernanza. Entre el 80% y el 90% de los habitantes de los valles Similkameen y South Okanagan piensan que los gobiernos locales podrían hacer más de lo que actualmente hacen para comenzar a enfrentar los efectos de la migración de amenidad en ambos valles (Similkameen Valley Planning Society, 2008: 26). Las preguntas que emergen y sirven para extrapolar la reflexión a la realidad de los destinos Norpatagónicos es si los gobiernos locales no sólo hacen lo necesario, sino además si tienen la visión y si están efectivamente capacitados para lidiar con estos temas de la agenda de desarrollo en el corto y mediano plazo. Como veremos, este será uno de los desafíos críticos de los destinos de montaña de la Norpatagonia.

El fenómeno de la migración de amenidad, que está ocurriendo en todo el mundo como resultado de la globalización y la internacionalización de la migración, también está sucediendo a través de las fronteras nacionales. Muchas de estas condiciones y factores, aun con diferencias y particularidades en los contextos nacionales y locales, ya se están presentando como patrón global de desarrollo de los destinos de montaña de la Norpatagonia. La indecisión o negligencia, el no prestar atención a estas tendencias y simplemente argumentar que el crecimiento es bueno puede traducirse en el corto plazo en el aumento de las tensiones entre la población local y los propietarios ausentes en la estratificación económica entre "los que tienen" y los "desposeídos", en la emigración de los jóvenes cuyo trabajo es fundamental para las economías locales y el aumento de casos de personas sin hogar y la insuficiencia de la vivienda, especialmente para quienes trabajan en el sector de servicios.

El reconocimiento de estas situaciones lleva a reconsiderar la situación competitiva de estos destinos, a la luz de estos procesos y ante la necesidad de encontrar nuevos marcos de entendimiento de la noción de competitividad regional.

La crisis de rentabilidad y competitividad de los destinos de montaña de la Norpatagonia

La competitividad sustentable tiene en la rentabilidad su base económica indispensable para lograr que el turismo pueda ser considerado una alternativa viable para las comunidades de montaña. Los destinos de montaña de la Norpatagonia en general y del Corredor de los Lagos en particular, están viviendo una crisis de rentabilidad sin precedentes que pone en jaque la dimensión económica de su competitividad sustentable. De hecho, y de acuerdo a datos del Plan de Ordenamiento Territorial y Ambiental de Villa La Angostura 2007 (POTyA VLA-07), ningún destino del corredor de los lagos supera el 40% de ocupación promedio anual, lo que muestra a las claras los problemas de rentabilidad y, por ende, de sustentación fundamentalmente de las micro pequeñas y medianas empresas (micropymes) turísticas.

Villa La Angostura tal vez pueda citarse como un ejemplo paradigmático de esta crisis que pueden encontrar en los efectos de los procesos de migración de amenidad una de sus causas principales. La actividad turística, considerada el motor de la economía de la Villa, está experimentado síntomas de decrecimiento en muchos de sus indicadores. Se presenta la paradoja de que en un escenario de aumento sostenido de la cantidad de visitantes y de la cantidad de pernoctes registrados en el destino, se da una disminución progresiva en los porcentajes de ocupación de los establecimientos hoteleros y extra hoteleros que incide en la caída en la rentabilidad de negocio turístico. La tradicional estacionalidad que sufren estos destinos viene a sumarse a toda esta situación para complicar aún más el panorama (Foto 1 y Foto 2).


Foto 1: Vista aérea de San Martín de los Andes, Provincia de Neuquén


Foto 2: Vista aérea de San Martín de los Andes, Provincia de Neuquén

En el período 2002-2006 se duplicó la cantidad de pernoctes registrados en la villa (260,315 en 2002 a 400,335 en 2006) y de turistas alojados (67,753 en 2002 a 80.067 en 2006).

Sin embargo, la ocupación anual promedio de su planta de alojamiento no supera el 40%. Es notorio el descenso del porcentaje de ocupación en la Villa de la temporada alta invernal en el período 2004-2006, de 54,37% a 30, 35% para el mes de Julio, y de 34, 9 % a 29,66% para el mes de Agosto del mismo período. Aunque no hay crecimiento, la ocupación anual logra mantenerse estable gracias a la temporada estival que aun mantiene altos niveles de ocupación -entre 74% a 85%- para los meses de enero y febrero del mismo período. Adicionalmente, la estadía promedio bajó de 7 días a 5 días; esto se explica en el hecho que si bien hay más turistas en verano, éstos se quedan menos tiempo.

Las causas pueden buscarse en un claro sobre-dimensionamiento de la oferta por encima de la demanda turística, hecho que se repite en la mayoría de los destinos de montaña de la Norpatagonia. El incremento en el número de plazas se viene registrando desde el año 1.964 y se acelera notablemente a partir de 1.992.  Estos datos están indicando que el 78% de los establecimientos hoteleros son relativamente nuevos, de una antigüedad de 10 años o menos. 

Landriscini (2008) consigna que esta sobredimensión de la oferta frente a la demanda turística es el resultado de una "burbuja de crecimiento exógeno" que atrajo inversiones orientadas a la construcción de emprendimientos hoteleros que no son rentables en la actualidad, con baja generación de empleo y de carácter estacional en función de tratarse de empresas familiares.  Los datos relativos a las habilitaciones de obras en construcción por categoría en la Villa dan cuenta de un proceso de transición en los últimos años de un perfil de villa turística de montaña a un destino de migración de amenidad, donde entre el año 2001 y 2008 los metros construidos residenciales superaron a aquellos dedicados a construcciones vinculadas al turismo.

Esta paradójica crisis de rentabilidad del sector aún en un escenario de constante aumento de la demanda turística, también se presenta claramente en el otro destino analizado: San Martín de los Andes donde vuelven a encontrarse indicadores similares a los que sostienen esta paradoja. Si se consideran los últimos dos decenios, la cantidad de pernoctes prácticamente se triplicó. Sin embargo, la ocupación promedio anual del destino casi siempre se mantuvo por debajo del 40% anual en ese período, con una máxima del 40, 8% en 2007, y un registro mínimo del 24,4% en 1992 (Tabla 1).  La explicación de este aparente contrasentido radica en que, para el mismo período, la cantidad de plazas habilitadas aumento en un 229%. Nuevamente, y como una tendencia difícil de evitar en estos destinos, el sobre-aumento de la oferta por sobre una evolución positiva de la demanda impide horizontes de rentabilidad para las empresas turísticas.


La crisis de rentabilidad por el sobre aumento de la oferta turística es el punto de partida pero de ningún modo el único condicionante de la competitividad económica de estos destinos. El sector turismo presenta en estos destinos condiciones críticas en otros indicadores económicos claves para su competitividad sustentable.

El segundo aspecto crítico es la capacidad del sector en la generación de empleo. En Villa La Angostura -como en la mayoría de estos destinos- el tamaño de los emprendimientos es un condicionante ya que se trata en su mayoría de empresas familiares, que en promedio no superan las 28 plazas. Por tanto, la incidencia del sector en la generación de empleos directos no es alta. De acuerdo a Datos del POTyA-VLAO7, la generación de empleo a partir de la actividad turística es muy baja: con variaciones de acuerdo a la temporada, entre el 42,3% y el  61% de los establecimientos tienen uno o ningún empleado, entre el 30,9% y el 42,3% tienen entre dos y cinco empleados, y sólo entre el 8,1% y el 15,4% tiene más de 5 empleados.

En temporada baja, el 28,5 % de los establecimientos no tiene ningún empleado estable; porcentaje que se va a reducir al 13,8 % en temporada alta. El 56,1 % de los establecimientos hoteleros tiene entre 1 y 3 empleados en temporada baja, mientras que este porcentaje llega al 64,4% en temporada alta. Sólo tres establecimientos, el 1,6 % del total, emplea más de 25 empleados durante todo el año. En temporada alta, las hosterías 3 estrellas, que representan un 17 % del total de los establecimientos, son las que ocupan el mayor porcentaje de empleados: el 16,3 %. Por su lado, el 39 % de los establecimientos tiene empleados sólo en el área de limpieza, mientras que el 26 % emplea personal en todas las áreas.

Esta situación desventajosa en la creación de empleo se hace aún más complejo por el carácter estacional de los mismos, por las bajas remuneraciones y los altos requisitos de capacitación del sector. Las bajas remuneraciones tienen mayor impacto en los sectores asalariados de estas comunidades, ya que el costo de vida en estos destinos es muy alto, lo que se refleja en precios comerciales altos y costos de alquileres prácticamente inaccesibles. El carácter estacional de la demanda laboral contribuye aún más a la precarización del empleo. Durante el resto del año la mayoría de las familias atendidas en esta área se sostiene con los ingresos obtenidos en trabajos esporádicos (las "changas", no reguladas en el marco legal laboral vigente) que apenas llegan a cubrir -y no siempre- las necesidades básicas (IGC, 2007: 24).

La información obtenida respecto a la población ocupada está indicando que el empleo "esporádico" y el empleo "temporario" resultan ser significativamente superiores al empleo "permanente" (IGC, 2007: 24). El acceso a nuevas oportunidades de trabajo se ve obstaculizado por la escasa o nula formación profesional y/o para el desarrollo de ciertas habilidades. Así, la prioridad se les otorga a personas provenientes de otras localidades, con mayor experiencia laboral y  también mayor nivel de instrucción (IGC, 2007: 24).

El empleo no formal, temporario y con bajas remuneraciones, redunda en una compleja situación de precarización laboral, y de reducción de los ingresos de los trabajadores, muchos de los cuales se sintieron atraídos por la promesa de un futuro laboral floreciente en el sector que hoy en día ya no es tal. El resultado es el progresivo empobrecimiento de un importante sector de la comunidad conformado por trabajadores cuentapropistas, trabajadores estacionales, pequeños comerciantes y prestadores de servicios así como antiguos residentes.

Para finalizar, es necesario remitirse también a los efectos que el proceso de migración de amenidad tiene sobre la dimensión territorial de la competitividad sustentable, que se trasunta en problemas de acceso a los espacios públicos, fragmentación del espacio urbano, condiciones inequitativas de acceso a la vivienda y por último desmovilizaciones de los antiguos pobladores. El crecimiento de población en San Martín de los Andes y en Villa La Angostura ha sido sostenido y fuerte durante muchos años; lógicamente cualquier crecimiento de población o de actividades económicas genera una presión sobre el suelo urbanizable y, por lo tanto, sobre el mercado de tierras.

En estos pueblos y villas comenzaron a realizarse nuevos loteos a partir de la década de 1970, los que comenzaron a ser ocupados lentamente en los años 1990, impactando en el medio ambiente al transformarse de loteos "fantasmas" (ya que sólo existían en los registros catastrales) en incipientes asentamientos humanos (Otero et al,  2009:4). Villa La Angostura está viviendo un boom inmobiliario desde la crisis de 2001, cuando muchas personas decidieron invertir en el sector de la construcción. A partir de entonces, los índices de construcción no han cesado de incrementarse, acompañados por el aumento sostenido de los costos de la construcción y del valor de la tierra. Durante 2004 y 2005, por ejemplo, las tierras con mayores valores comerciales fueron las situadas cerca de la orilla del lago y en las riberas de los ríos, o los que tienen una vista directa ya sea a las montañas o al lago. Sólo en ese período su precio creció hasta un 50%. Muchos de estos desarrollos se ofertan y promocionan como "barrios de montaña" y se instalan usualmente en lugares con alto riesgo ambiental, como costas de lago y laderas montañosas (González, et al, 2009: 86).

En Villa La Angostura las particularidades del territorio - una zona de bosque húmedo, con topografía irregular con pendiente muy pronunciada en algunos sectores, un suelo donde predomina el manto volcánico con gran capacidad de absorción pero nula retención, con grandes extensiones ocupadas por mallines -, junto con una división catastral del suelo en grandes parcelas rurales y su atravesamiento por un corredor vial internacional fueron condicionando su particular ocupación y contribuyen a explicar la forma que fue adquiriendo Villa La Angostura en su más reciente e intenso proceso de urbanización y crecimiento. (Otero et al,  2009:12). La proliferación de loteos sobre el bosque nativo ha derivado en casi el 70% de la pérdida del mismo, lo que favorece la colapsabilidad de los suelos frente a las escorrentías de la precipitación pluvial (muy frecuentes en la zona). El agua escurre con mayor velocidad al disminuir la cobertura natural del suelo provocando un incremento notable en la erosión.  (Otero et al,  2009:13). El aumento en el número de loteos y la creciente población no han sido acompañados por las obras de infraestructura necesarias como desagües pluviales o cloacales. En la actualidad no existe en las calles de la localidad ningún tipo de obras de canalización de escurrentes, ni enterradas, ni cunetas de superficie. Más grave aún, Villa La Angostura no cuenta con un sistema de redes cloacales y una planta de tratamiento de aguas servidas, siendo los lagos más arriba mencionados los recursos más impactados (Otero et al,  2009:13).

En San Martín de los Andes, otro núcleo urbano de atracción de población, la principal presión sobre el suelo urbano aparentemente está dada por el capital; es decir, por el cúmulo  de inversionistas alentados por un mercado inmobiliario voraz. En la actualidad esta presión se traduce en la puja de valores crecientes en el mercado por la necesidad de incorporar permanentemente nuevas tierras para mantener una oferta de calidad y por el costo de oportunidad que representa para otros segmentos de población que, al verse impedidos de acceder al mercado de tierras y viviendas, deben recurrir necesariamente a otras variantes, como alquilar a costos onerosos, aspirar a subsidios estatales o, lisa y llanamente, invadir (Zingoni et al, 2006: 8). El resto de la población tiene, en términos generales, dos posibilidades: el Estado contribuyendo con políticas especiales para acercar las posibilidades del vecino a los precios del mercado o produciendo urbanizaciones con tenencias precarias, en muchos casos no legales o ilegales  (Zingoni et al, 2006: 9).

El resultado es la aparición y proliferación de un nuevo modelo de ciudades difusas, conurbaciones que crecen por todos lados como un tejido territorial, social y económicamente desarticulado. Estas ciudades difusas requieren de la disponibilidad de grandes espacios. Agotados los espacios disponibles en las grandes ciudades comienza una búsqueda de conquista de nuevos territorios tanto a nivel nacional como también global y está de moda poner la mira en las áreas de montaña. Los destinos turísticos de montaña suelen considerarse la primera oportunidad atractiva para planificar y construir nuevas ciudades difusas (González et al, 2009: 86). A muchos de ellos y a los espacios que los circundan ya los ha alcanzado la countrización donde no es difícil observar conjuntos de estos barrios cerrados que ofrecen las condiciones de seguridad y aislamiento necesarias para estos nuevos migrantes cosmopolitas (González et al, 2009: 85).

CONCLUSION

El análisis de los procesos de migración de amenidad en los destinos de montaña analizados plantea la necesidad de discutir respecto a las posibilidades de extrapolación de estas tendencias a los destinos de montaña argentinos.

La crisis de rentabilidad que están experimentando los destinos de montaña de la Patagonia Norte es un hecho que aún no es debidamente reconocido ni en el discurso oficial, ni en acciones concretas de gobierno. La evidencia expuesta en este artículo respecto de la influencia que tiene la migración de amenidad en el excesivo aumento de la oferta por sobre la demanda no es actualmente una preocupación manifiesta de muchos de los actores de estas comunidades ya sea por simple desconocimiento o por falta de conciencia sobre este problema. Por ende, tampoco pueden enfrentarse las causas que desencadenan este verdadero callejón sin salida que jaquea la competitividad sustentable de estos destinos.

A diferencia de la situación de los destinos canadienses donde la migración de amenidad es resultado de un proceso de acumulación y abundancia, y tiene su fuente en pautas de comportamiento generacionales, en los destinos turísticos de la Patagonia Norte la migración de amenidad se conjuga con un supuesto desarrollo turístico para terminar beneficiando al negocio de bienes raíces con gran fuerza de especulación. Tal vez no es el turismo en sí, sino lo que puede denominarse la sombra del turismo que ocultando intereses extranjeros promueva una larga lista de nuevos apropiamientos territoriales, simbólicos y físicos. La tendencia, en este caso, ya ha llegado y parece quedarse.

El turismo implica la personificación de unas puestas en escena en las que las movilidades no son una liberación o escape de formas identitarias más o menos estables, sino más bien la reproducción y el refuerzo de inequidades al promover una reiteración y profundización de la fragmentación social de los lugares puestos en juego. En el mismo sentido, también es la puesta en escena de fuerzas de especulación inmobiliaria, que encuentran en el turismo un adecuado pre-texto para desarrollar operaciones mercantiles que promueven y son su verdadero interés (González et al, 2009). Se expusieron en este trabajo evidencias de la crisis de rentabilidad de dos de los destinos de montaña mejor posicionados de Argentina. Hace falta algo más que prestar atención a estos indicadores. Resulta imprescindible modificar el rol del Estado, pasar del Estado regulador al promotor. En términos generales, el paso del Estado regulador al promotor implica un cambio de actitud más decidida, eficiente y, principalmente, eficaz. Específicamente, en aspectos concernientes al desarrollo urbano el paso se ve en un Estado que no sólo  regula sino que interviene como un agente clave del mercado. Por acción -ocultamiento deliberado de estas causas en pos de intereses sectoriales o particulares- , u omisión -incapacidad de la gestión pública o simplemente falta de capacitación de aquellos quiénes toman decisiones a nivel local acerca de las raíces de esta crisis de competitividad- los gobiernos locales fallan en cumplir con su misión de gobierno.

Necesidades para futuras investigaciones

La búsqueda de información más precisa y actualizada sobre cada uno de los espacios analizados hasta el momento y la profundización de la caracterización de los casos de la etapa de desarrollo en que se encuentran en términos de migración de amenidad y, finalmente, la generación de información válida, confiable y actualizada que permita seguir profundizando en el conocimiento de las motivaciones de la migración de amenidad son las necesidades más relevantes de nuevas investigaciones sobre este fenómeno.

Es necesario continuar la investigación en los denominados pushing factors o factores que propinan diferentes motivaciones para emprender migraciones de amenidad, para comenzar a responder de manera más enfocada las siguientes  preguntas:

  • ¿Cómo se dan esas características particulares de cada etapa de migración de amenidad en nuestros destinos? ¿Será posible establecer un recorrido de evolución lineal de un nivel a otro?
  • ¿Cómo influyen esas características particulares en el nivel de desarrollo de cada etapa?
  • ¿Cómo prever las condiciones que llevan de una etapa a otra para, desde la investigación, poder estudiar formas de tender al nivel de auto sostenibilidad?
  • ¿De qué manera orientar y sostener procesos de toma de conciencia y pautas para agendas activas de gestión local para trabajar instancias locales de manejo de este fenómeno?

La formulación y puesta en marcha de estrategias competitivas deberá basarse en primer lugar en el diálogo y, en segundo lugar, en la promoción de instituciones que incentiven una cultura de la cooperación y el desarrollo institucional como base de la pirámide que pueda crear y sostener factores de competitividad que redunden en una mejora de la calidad de vida de la población residente. Por tanto, es también imprescindible avanzar en la investigación sobre temas de gobernanza para la competitividad sustentable en destinos turísticos de montaña.

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Recibido el 20 de septiembre de 2010
Correcciones recibidas el 02 de abril de 2011
Aceptado el 08 de abril de 2011

Arbitrado anónimamente

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