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Estudios y perspectivas en turismo

On-line version ISSN 1851-1732

Estud. perspect. tur. vol.22 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Mar. 2013

 

DOCUMENTOS DE BASE

La idea del turismo en San Carlos de Bariloche a través de dos guías (1938)

 

María de los Ángeles Picone*

Universidad Católica Argentina
S.C. de Bariloche - Argentina

* Licenciada en Historia por la Universidad Católica Argentina (UCA), Buenos Aires. Sus intereses giran en torno a la construcción de la nacionalidad en zona de frontera y su articulación con ideas sobre la naturaleza, el paisaje, y la región. Trabajó con investigadores del IIDyPCa-CONICET (S.C. de Bariloche), Argentina. Actualmente es docente en colegios secundarios y se dedica a la investigación independiente. E-mail: anshita_picone@yahoo.com.ar

 


Resumen: La actividad turística estuvo presente en la localidad de San Carlos de Bariloche desde antes de la década de 1930, aunque fue recién cuando se creó el Parque Nacional Nahuel Huapi en 1934 que se convirtió en el eje de una política estatal diseñada en Buenos Aires. La implementación de este plan estuvo caracterizada por la cuidadosa intervención de la Dirección de Parques Nacionales en cuestiones locales y sostenida por diversos mecanismos de divulgación que alimentaron la idea de que el turismo era en Bariloche la actividad a la cual la ciudad estaba destinada naturalmente. Dentro de este marco, jugaron un papel relevante las guías de turismo editadas y publicadas por la mencionada Dirección. En ellas, se refleja el claro mensaje sobre qué identidad se quiere construir en esta región. Sin embargo, las guías de Parques Nacionales no fueron las únicas publicadas. Autores privados que viajaron al sur utilizando los servicios ofrecidos por la Dirección también escribieron guías que sirvieran a otros viajeros. Las similitudes y diferencias que aparecen en estas publicaciones sobre los contenidos, la audiencia y la percepción de Bariloche dan cuenta tanto del mensaje que buscó difundir Parques Nacionales y de cuánto impactó en los turistas. El presente trabajo compara dos guías, una ';oficial'; y otra ';privada'; publicadas en 1938 para complejizar el mensaje que la DPN quiso dar en la década de 1930.

Palabras claves: S. C de Bariloche; Guías; Parques nacionales.

Abstract: The Idea of Tourism in San Carlos de Bariloche Through Two Guides (1938). Tourism has been present at San Carlos de Bariloche, Argentina, since before the 1930s, although it was only when the National Parks Bureau was founded in 1934 that this activity became the centre of a public policy designed in Buenos Aires. The implementation of this plan reflected the careful intervention of the National Parks Bureau in local matters and supported by several spreading procedures that fed the idea that tourism was the only activity to which the city of Bariloche was meant to develop. In this context, the role played by the tourist guidebooks edited and published by the mentioned Bureau was crucial. It is reflected in them the clear message of which identity was the national government trying to build in the region. However, the guidebooks published by National Parks were not the only ones in existence. Private authors that travelled to the South making use of the facilities provided by the Bureau also wrote guides to aid other travellers. The similarities and differences on content, audience and perception of Bariloche that appear in these publications show both the message the Bureau aimed to reach and its impact of tourists. This paper will compare two tourist guidebooks, an ';official'; one and a ';private'; one, both published in 1938, in order to better understand the complexity of the message of the National Parks Bureau.

Key words: S. C. de Bariloche; Tourist guides; National parks.


 

INTRODUCCIÓN

La década de 1930 fue en Argentina un período de reajustes políticos y económicos; y en la región del Nahuel Huapi, uno de nuevas experiencias en ambas esferas. Después del golpe militar del 6 de septiembre de 1930, la vida política argentina tomó un nuevo rumbo con el objetivo de restaurar los valores conservadores anteriores a las elecciones de 1916 pero con un discurso político reformulado cargado de la misión patriótica de consolidar la frontera. A nivel económico, la crisis de 1930 forzó a la clase gobernante a reflexionar sobre la viabilidad de proyecto agroexportador, el cual había sido uno de los pilares de la política conservadora de antaño.

A nivel local, la década de 1930 comenzó con nuevas prácticas de participación ciudadana (por ejemplo, las elecciones del Concejo en 1930). A su vez, la crisis económica había sacudido la región en la década anterior. Desde antes de la conquista militar hasta bien entrado el siglo XX se había desarrollado y consolidado un circuito comercial regional transandino cuyos pivotes fueron Bariloche y Puerto Montt, el cual funcionó hasta la Primera Guerra Mundial (Méndez, 2004). El conflicto europeo de 1914 causó la interrupción de tráfico marítimo en el Pacífico paralizando el comercio y provocando la caída de precios de productos primarios. A esta situación se le sumó el declive de la producción de salitre en el norte de Chile y de la fiebre del oro al sur de Perú, lo cual significó menos demanda de productos primarios para abastecer los yacimientos (Bessera, 2008: 27). Además, la producción regional decaía por la falta de conocimiento ecológico del suelo, de las técnicas más aptas para aquel ambiente y de los ecosistemas andinos, lo que entorpeció";el proyecto agro-pastoril y [...] aprovechamiento forestal [para] hacerlo desaparecer como alternativa productiva sólida"; (Bessera, 2008: 30).

Tanto el gobierno argentino como el chileno optaron por aplicar medidas que favorecían la integración de estos territorios del sur de cada país a las respectivas economías nacionales como recurso para solventar las pérdidas por la disminución de las importaciones expandiendo el mercado interno. El gobierno de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) buscó proteger la producción de diversas regiones del país por medio de la aduana e incrementar así el ingreso fiscal (Ruffini, 2005). En otras palabras, a partir de la década de 1920, la economía local se vio desarticulada por la creación de la Aduana Nacional en Bariloche porque";obligó a replantear los circuitos económicos vigentes hasta entonces"; (Méndez, 2004: 1). En términos materiales, la aduana en Bariloche limitó la exportación de ganado a Chile y dislocó los circuitos comerciales que se habían estado consolidando.

El comercio no se reactivó, se agravó la situación con la suspensión de la construcción del Ferrocarril y del camino hacia el Paso Pérez Rosales; además hubo escasez de alimentos, el hospital cerró en 1928, cuando se frenaron las obras del ferrocarril, porque los sueldos y los materiales provenían de esta iniciativa y la usina eléctrica, que se había incendiado, no se pudo usar por meses. La crisis internacional de 1930 profundizó la recesión porque el gobierno chileno estableció un alto impuesto al ganado argentino y además, el gobierno argentino acordó con el chileno acuerdos sobre el control de cambios que exigían anticipar las operaciones comerciales (Méndez, 2004). Una de las soluciones que se propusieron fue el desarrollo de la industria turística para revitalizar la economía (Méndez, 2004), opción la cual se había barajado desde la década de 1920 (Navarro Floria &; Vejsberg, 2009). La creación de la Dirección de Parques Nacionales y la llegada del ferrocarril (ambas en 1934) significaron el fin de la búsqueda de alternativas económicas para la región y la consolidación de un modelo económico basado en la industria del turismo (Ruffini: 2005).

La Dirección de Parques Nacionales se encargó de formular un proyecto económico para la región de Nahuel Huapi que sirviera a los intereses nacionalistas del gobierno (Navarro Floria, 2008a). La iniciativa que tuvo este organismo, presidido por Exequiel Bustillo, de implementar un proyecto exclusivamente basado en el turismo fue materializada de diferentes maneras. Una de éstas fue a través de guías de turismo.

Las guías de turismo como publicaciones para brindar información a turistas que viajaban al Nahuel Huapi datan de por lo menos 1900 (Navarro Floria, 2008b). La particularidad de las guías de Parques es que su objetivo trascendía la simple convocatoria turística: buscaron, además, redefinir la concepción del espacio. Sin embargo, las guías de esta Dirección que se comenzaron a publicar en la década de 1930 no fueron las únicas que se editaron: además de otras agencias estatales (como los Ferrocarriles del Estado), hubieron particulares que publicaron guías de turismo para la región del Nahuel Huapi.

El presente trabajo busca comparar dos guías, una publicada por la Dirección de Parques Nacionales y una particular, escrita por Adrián Patroni. Los puntos que se buscaron confrontar son el contenido de las guías (cómo se justifica el viaje al sur, qué mensaje transmiten y qué vocabulario utilizan), el público al cual están dirigidas y la percepción que tienen sobre San Carlos de Bariloche. A simple vista, parecería que una guía particular estaría menos atada a un discurso político porque tendría objetivos menos tendenciosos. Sin embargo, las diferencias entre las publicaciones no son necesariamente tan nítidas y el hecho de que una sea oficial y la otra no, no excluye que la segunda se sintonice con el mensaje de la primera. Así, se observará qué ideas sobre el turismo y la región yacen detrás de cada relato y se aportará a los estudios del turismo una perspectiva histórica.

Según Nishimura, Waryszak y King (2006), la relevancia del análisis de este material radica en varios aspectos. Para empezar, las guías de turismo proporcionan ayuda para moldear expectativas y conductas de la futura experiencia del viajero, creando un marco para disfrutar de un lugar. A su vez, actúan como prismas a través de los cuales se puede ver al mundo porque facilitan la formación de imágenes sobre ciertos lugares aún sin visitarlos. Por último, y en estrecha relación con lo anterior, acentúan o discriminan aspectos del lugar de destino contribuyendo a la construcción del carácter de ese lugar y al conocimiento que el potencial viajero puede tener del mismo.
Las imágenes emergen, en esta línea, como una fuente histórica indispensable, ya que en la lectura e interpretación del paisaje afloran como argumento inapelable de un orden geográfico que se traslada al orden social. Desde la perspectiva histórica, las guías de turismo son de especial interés para el presente trabajo porque arrojan luz sobre el estudio de la construcción de paisajes, el cual se vincula al fortalecimiento identitario (Ortega Canero, 2009) y de construcción de nacionalidad (Kucan, 1999). De esta manera, colaboran con la mejor comprensión de la idea de turismo de una época concreta para un territorio de frontera, contribuyendo de esta manera a los estudios sobre construcción de la identidad y el paisaje. En este caso, el del Parque Nacional Nahuel Huapi, Fortunato (2005) ha relevado el rol político que está directamente vinculado a la constitución de las fronteras y al fortalecimiento del sentido de argentinidad que se buscaba reflejar con el reconocimiento de este espacio. Las guías de turismo, como documentos históricos, se presentan, entonces, como fuentes materiales que condensaron la percepción del paisaje de uno o más grupos sociales en función de la construcción identitaria un paisaje en zona de frontera.

EL CONTENIDO DE LAS GUÍAS

La guía oficial editada por la Dirección de Parques se llama";Parque Nacional Nahuel Huapi: guía"; (Imagen 1), y es presentada como un primer folleto de 108 páginas que anticipa una guía en cuatro partes de cuatrocientas páginas en total. Es decir que el documento que se ha elegido es a la vez adelanto y síntesis de las cuatro publicaciones posteriores (del mismo año). Estas publicaciones son: 1) Cómo llegar al Parque, 2) Los deportes en el Parque, 3) Historia y Etnología del Parque y 4) Flora, fauna, geología y morfología, climatología del Parque.


Imagen 1
: Portada de la guía de Parques Nacionales (1938)
Fuente: Archivo Regional Histórico (San Carlos de Bariloche).

La guía escrita por Patroni lleva el título de";Bellezas de los lagos Argentinos-Chilenos"; (Imagen 2), lo cual a primera vista presenta un panorama mucho más regional, sin que la cordillera denotase división. Ambas guías fueron publicadas en 1938 y se puede asegurar que Patroni tenía la guía de Parques en sus manos (o por lo menos, una edición anterior) cuando escribió la suya porque la cita en una ocasión.


Imagen 2
: Portada de la guía de Adrián Patroni (1938)
Fuente: Archivo Regional Histórico (San Carlos de Bariloche).

La guía de Adrián Patroni tuvo por objeto reflejar la belleza de los lagos del sur para invitar a los turistas que no conocían la zona a recorrerla, para traer el recuerdo a quienes ya lo habían hecho y para compartir semejante belleza con quienes no podían viajar. El planteo del texto es informal, es casi un diario de viaje, y el mismo autor lo presenta como una prosa, pobre a su criterio. Además, incluye fotograbados";por ser ellos más elocuentes que todo lo que se pueda referir acerca de aquellas bellezas inigualadas en ninguna otra parte del mundo"; (Patroni, 1938: 5). Patroni es un turista más que únicamente comparte sus experiencias.

La guía de Parques explicita que los parques son para la preservación de la flora y fauna pero, a su vez, para el disfrute de la población (DPN, 1938). Las dos características que quedan en evidencia en sus primeras páginas son la belleza imponente del parque y la posibilidad de disfrute, específicamente, la práctica deportiva, científica y artística (DPN, 1938). Sin embargo, en las páginas siguientes se puede percibir más que una simple descripción de las bellezas del sur, aunque esta idea de naturaleza pura y protegida sea un componente significativo en esta publicación. La guía de Parques buscará transcribir una nueva forma de entender el territorio que va más allá de la pureza de la naturaleza: mostrará la acción de la Dirección como marcas de nacionalidad inscriptas en una política territorial nacionalista (Navarro Floria, 2008a). Como se ampliará más adelante, los hitos de mencionar, incluso de mostrar en fotografías, son construcciones artificiales, como la estación de ferrocarril.

Esta última guía parece tener un público mucho más nítido y un propósito más objetivo. Así como Patroni buscaba contagiar lo que él había vivido como turista, la guía de Parques lo intenta mostrar en una guía que se presenta como más seria, exhaustiva y oficial. Esto no quiere decir que las bellezas de Nahuel Huapi no vayan a encontrarse traducidas en palabras ni fotografías sino que se incluye otra información que refuerza la credibilidad de la publicación y la hace la herramienta básica del turista que quiera visitar el Parque. A lo largo de toda la narración, la Intendencia del Parque y los guardaparques se presentan como la referencia necesaria ante cualquier duda de los visitantes. El turismo está a cargo de y circunscripto por la Dirección de Parques Nacionales. Sólo se puede disfrutar del paisaje a través de su mediación.

Por ejemplo, además de una breve descripción de las bellezas del Parque, la guía armada por la Dirección de Parques establece primero el origen del Parque y transcribe la carta del perito Francisco P. Moreno que dona las tres leguas cuadradas que dieron origen al parque nacional. Inmediatamente, se describe cómo se administra el parque, explicando el rol del directorio, el intendente y los guardaparques. No sólo se enlaza el Parque Nacional a una historia sino que se lo enmarca en una burocracia nacional.

Hay dos puntos que salen a la luz en el discurso de las dos publicaciones: el contraste entre pasado y presente y la alabanza casi constante de la naturaleza. La guía de Parques acentúa la relevancia del gobierno en obras de infraestructura -;concretamente, la construcción de hoteles, caminos y vías de ferrocarril-; que se presenta como significativa porque sin ella el acceso a la región quedaba restringida a aquellos que se animaban a soportar el viaje. La reivindicación de las acciones de Parques en la región reflejan la idea de apropiación del territorio de este organismo: la tarea civilizadora se distancia, entonces, de una visión de naturaleza prístina que hay que proteger y se acerca a la de una naturaleza a civilizar. Así se disfruta el parque.

En la guía de Patroni, el contraste queda en evidencia cuando el autor describe su primer recorrido hacia Nahuel Huapi en 1918, junto a Francisco Moreno y Manuel Láinez y, en el resto de la guía, el viaje que hizo en 1938 que dio origen a su publicación (Patroni, 1938). A lo largo de todo este recorrido, el contraste entre pasado y presente es constante: la cantidad y calidad de los edificios, la estación de ferrocarril, el muelle del puerto mejorado. Más aún, el autor detalla que las obras de infraestructura (y su posibilidad de ampliar el recorrido en este segundo viaje) son gracias a la obra de Parques en la región:";En cambio ahora [en contraste con el viaje anterior], debido a que la Dirección de Parques Nacionales, organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, que funciona desde 1935 [sic], ha realizado una labor formidable, en cuanto a la red caminera que en conjunto abarca 500 kilómetros... La ejecución del hotel Llao-Llao, el asfalto que une a Bariloche con la península mencionada, las edificaciones que se ejecutan... no sólo representan un esfuerzo digno de encomio, sino que contribuye a dar gran impulso al progreso de la región..."; (Patroni, 1938: 125-126).

La segunda cuestión tiene que ver con uno de los objetivos enunciado en la creación del Parque: la preservación de la naturaleza de la actividad humana. El planteo del la naturaleza como santuario y";los seres humanos de paso en una región impropia"; (Nuñez, 2008: 6) toma forma en la narración de Patroni, dominada por la presencia imponente de la naturaleza en todas sus formas (por ejemplo, el no poder estar en la cubierta del vapor que los cruza de Bahía López al Hotel Correntoso por el viento que soplaba, o el tiempo que se tardó en hacer este recorrido por la amplitud del lago). Si bien la guía de la DPN hace una detallada descripción del paisaje, también incluyen otros elementos como mapas de carreteras, datos hoteleros, y listas de actividades. Patroni, por otro lado, parece resaltar el carácter imponente de la naturaleza en cada oportunidad y justifica así la cantidad de fotograbados, mostrando todos ellos paisajes, la mayoría sin mediar.

Además de este acento en la naturaleza, hay otra característica que diferencia a la guía de Patroni de la de Parques: la concepción más regional, la cual se pone en evidencia en el título y en los capítulos. La mitad de la obra se refiere a las zonas chilenas que visitó el autor. Mientras los Parques Nacionales buscaban consolidar el estado nacional en zona de frontera (Navarro Floria, 2008a) la idea de región en Patroni es más integral y menos dividida por la cordillera. A pesar de haber utilizado la guía y de ser el tipo de turista promovido por Parques Nacionales, Patroni hace eco de la regionalidad transcordillerana que había pervivido en Bariloche.

El trayecto de viaje en ferrocarril es descripto por ambas guías de manera diferente aunque con un mensaje similar. La guía de Parques describe el recorrido dentro de su aparto";Cómo llegar a Nahuel Huapi"; (junto con los itinerarios en automóvil y en avión). La guía de Patroni, por otro lado, lo describe en primera persona contando cómo él llegó a Nahuel Huapi en su segundo viaje. Es interesante observar cómo se repiten ciertos elementos pero cómo otros son diferentes o están más matizados en una u otra guía.

En referencia al viaje en ferrocarril, la recurrencia a la comodidad en ambas guías sugieren que era un aspecto de real importancia a la hora de elegir un lugar para viajar y que ciertos estándares de confort eran esperados entre los públicos destinatarios de estas guías, como se verá más adelante. En sí, el contenido de la guía oficial no exagera la comodidad de los coches pero la acentúa y, a su vez, exalta la belleza de los paisajes. Patroni, en cambio, se aburre con la monotonía de éstos pero acepta que el confort de los coches facilita el viaje, especialmente en comparación con un viaje anterior que a tales fines había descripto en su primer capítulo. Así como la guía de Parques, en su narración, transmite dinamismo y rapidez, Patroni da la cuenta de que cada vez que se llega a una ciudad,";todos experimentan la sensación del viaje que, en pos de un recorrido por zonas de relativo desierto, llega al anhelado oasis"; (en esta cita en particular, el autor se refería a la llegada a Valcheta) (Patroni, 1938: 18). El trayecto, contado en primera persona, no aparece tan cómodo y ameno como se infiere de la guía de Parques. (Posteriormente, Patroni anotará que un turista que frecuenta la zona le recomienda el camino en automóvil por Junín de los Andes). La guía de Patroni pareciera matizar el mensaje que se ha encontrado en la guía de la DPN.

Dado que las guías son guías para el turista, y el turista busca esparcimiento, además de las descripciones sobre cómo llegar al Parque, la ciudad en sí y las comodidades que se ofrecen, ambas publicaciones dedican varias páginas a especificar las oportunidades de prácticas deportivas en el Parque. Si bien las guías mencionan la posibilidad de practicar esquí (y se mencionan las escuelas de esquí de Otto Meiling y de Hans Nöbl), están totalmente orientadas a la temporada de verano: describen las excursiones para hacer en esta época del año. Patroni hila la cuestión deportiva con su narración en primera persona y transcribe más un diálogo con turistas recurrentes que conocen sobre aquellas prácticas.

Por ejemplo, uno de sus compañeros en la excursión al lago Mascardi le cuenta sobre el alpinismo:";La única diferencia es que se le denomina andinismo. En Bariloche existen cultores con proezas de haber llegado algunos a la cumbre de este volcán [el Tronador], a 3470 metros"; (Patroni, 1938: 62). Sigue una lista de quiénes lo hicieron, y se aclara que son miembros del Club Andino Bariloche, dándole entrada a esta institución a la guía. De aquí es un solo el paso que se da a describir el esquí:";Simultáneamente al andinismo, adquiere interés el esquismo, deporte de invierno, existiendo en Bariloche y sus contornos, aficionados que llaman la atención de muchos expertos... Cuenta la región de los lagos con canchas excelentes para llevar a cabo el esquí; parece que la más admirable, es la del cerro Catedral, rivalizando con las mejores del mundo"; (Patroni, 1938: 63). Por último, va a referirse a la pesca deportiva en el lago Traful:";Su fama es conocida en Gran Bretaña y en Estados Unidos de Norte América, pues llegan aficionados de ambas procedencias. En cuanto al salmón, está equiparado con el de Escocia, que es considerado el mejor del mundo"; (Patroni, 1938: 90).

Al referirse a la hotelería barilochense, Patroni es más informal que la guía de Parques, nombrando la ubicación de los hoteles a medida que los visita. La otra guía, en cambio, enlista los hoteles y detalla la cantidad de habitaciones, camas y baños y la forma de iluminación (todos contaban con energía eléctrica, excepto el hotel";Santa María"; en el camino al Correntoso). Esta guía incluye además una lista de tres recreos y detalles sobre dónde acampar. Es curioso que el mensaje básico sea el de cuidado con el fuego, no con la basura:";quemar los desperdicios, enterrar las latas y botellas. No olvidar que estas últimas, con el sol, en tiempo de sequía producen incendios... EL FUEGO ES EL MAYOR ENEMIGO DEL PARQUE"; (DPN, 1938: 40, mayúsculas en el original).

En ambas guías el claro ejemplo de confort es el hotel Llao-Llao, a cuya descripción se dedican un par de páginas (Imágenes 3 y 4), subrayando la arquitectura en sintonía con el paisaje, el lujo, los detalles modernos de decoración, la cancha de golf de nueve hoyos y las instalaciones para la vida social (como la diversidad de salones) y la comodidad de los huéspedes (como los dormitorios para los valets).


Imagen 3
: Una de las láminas desplegables de la guía de Parques Nacionales, con fotografías del hotel Llao-Llao
Fuente: Archivo Histórico Regional (San Carlos de Bariloche).


Imagen 4
: Fotograbados del hotel Llao-Llao en la guía de Adrián Patroni (páginas 40 y 41)
Fuente: Archivo Histórico Regional (San Carlos de Bariloche).

La terminología utilizada revela las ideas detrás de los objetivos concretos de las guías. Una de estas acepciones es el patriotismo o la labor patriótica. La guía de Patroni utiliza esta expresión para referirse al trabajo que había desempañado hasta entonces el Ingeniero Emilio Frey durante cuarenta años como miembro de la Comisión de Estudios Hidrológicos, como Intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi y como poblador. También utiliza este término para hablar de la labor del Perito Moreno en la comisión de límites y su actitud";devolviendo al Estado las tierras que por ley del Congreso le fueron acordadas...expresando las ventajas que reportaría mantener la propiedad de la mayor parte de esos lugares hermosos, para el mejor provecho de las generaciones presentes y de las venideras..."; (Patroni, 1938: 115).

Otro término utilizado por ambas guías con bastante frecuencia es el progreso materializado en las obras de infraestructura impulsada por la Dirección de Parques. Patroni dedica un capítulo a exaltar esta labor y lo considera la base del desarrollo local. La guía oficial describe a Bariloche como un pueblo en pleno crecimiento y símbolo de progreso, auspiciado por la misma Dirección.

LA AUDIENCIA

Ambas guías están pensadas para un público turista de élite radicado en Buenos Aires. Como tal, es un grupo interesado en determinadas actividades de recreación y turismo y que espera ciertos servicios y comodidades. Desde 1934 la Dirección de Parques Nacionales había promovido la llegada de turistas acomodados (Navarro Floria, 2008b), razón por la cual es fácil suponer que sus publicaciones turísticas estaban orientadas a esta audiencia particular. Las características mencionadas (un público acomodado, porteño y exigente) están reflejadas a lo largo de las guías en las explicaciones de cómo llegar al Parque, qué excursiones hacer y qué servicios hoteleros y recreativos se ofrecen.

En la guía de Parques, se detalla bajo el título";Cómo llegar al Parque"; el itinerario a seguir para llegar a San Carlos de Bariloche tanto en automóvil, ferrocarril o avión, siempre partiendo desde la ciudad capital. Queda en evidencia que el público que se esperaba era un público porteño. Se enlistan seguidamente las fuentes de información para el turista, todas ellas sitas en la ciudad capital con sus respectivos números de teléfono. Se incluye, además, la posibilidad de transportar por ferrocarril un automóvil o lancha, lo cual esclarece aún más la audiencia en cuestión: una que evidentemente es propietaria de estos medios de transportes y no sólo puede abonar su traslado sino que, además, lo desea.

En esta misma publicación se detalla el viaje en ferrocarril desde la estación Constitución en Buenos Aires. Se incluyen fotografías tanto de las estaciones como de los coches para demostrar que los 1700 kilómetros de recorrido no eran necesariamente fatigosos e incómodos. Por el contrario, se presenta el viaje como";una excursión de placer... [un viaje] descansado y ameno debido a la variedad y colorido que ofrecen las diferentes regiones y ciudades que el ferrocarril atraviesa"; (DPN, 1938: 13). Estas descripciones son ampliadas con una detallada reseña del viaje en sí, acentuando las comodidades (por ejemplo, la falta de necesidad de hacer trasbordo entre el ferrocarril del Sud y el ferrocarril del Estado) y las bellezas del paisaje.

En su narración, Patroni (que viajó en ferrocarril) no se detiene demasiado en estos detalles, aunque sí subraya la diferencia de comodidad entre un antes y un después, comparando los dos viajes que hizo, uno en 1918 y otro en 1938. En su primer capítulo, el autor narra el viaje y sus peripecias, para luego resaltar las comodidades del tiempo en que publica su guía, incluyendo la novedad de que no se necesitaba hacer trasbordo en todo el viaje (Patroni, 1938). El confort del viaje es recurrente en ambas publicaciones, posiblemente refleje las audiencias a las cuales estaban destinadas: muy probablemente el mismo tipo de público.

En su descripción de Bariloche y sus alrededores en toda la guía, Patroni tiene un lector en mente, alguien que, como dijo en su primer capítulo, se contagie de su prosa y quiera ir a visitar el sur. La clave en su escrito no es sólo la belleza del paisaje y la arquitectura moderna, lujosa y acorde al paisaje que la rodea, sino también el progreso que se hace visible por medio del desarrollo urbano. Uno de los ejemplos que proporciona Patroni de este progreso conectado a la acción de Parques es el hotel Llao-Llao (inaugurado en enero de 1938). Destaca el autor no sólo la inversión de Parques Nacionales sino también la labor del arquitecto en los detalles, la ubicación y la planificación moderna y lujosa. A su vez, promociona la cancha de golf y la venta de terrenos en la península Llao-Llao, lo cual nos acerca aún más a una audiencia bastante más limitada.";¡Lástima que sólo beneficie a los menos!"; agrega el autor (Patroni, 1938: 42), lamentándose que tanta belleza no pueda ser disfrutada por la mayoría.

El turista que va en automóvil, también tiene sus consejos y, nuevamente, está explícito que aquel proviene de Buenos Aires (DPN, 1938). También se incluyen mapas de cada etapa del itinerario Buenos Aires -; Bariloche y su correspondiente descripción. Además de los caminos, vías, estaciones de ferrocarril y accidentes geográficos, se incluyen en los trazados, hoteles, oficinas de correos, telégrafos y telefónica, delegaciones del Automóvil Club Argentino (A.C.A), surtidores (carga de combustible), talleres mecánicos, curiosidades, plazas, canchas de tenis y de golf y piletas de natación. Llama la atención, quizá, la inclusión de los últimos tres ítems, lo cual lleva a pensar que la estadía en algunos lugares era lo suficientemente extensa como para hacer uso de aquellas instalaciones. Por otro lado, consolida la visión de un público con determinadas características económicas y preferencias recreativas.

Es curiosa la constante contraposición entre lo que este público está acostumbrado a enfrentar en Buenos Aires y lo que puede encontrar en el camino hacia el sur. Por ejemplo, en el apartado sobre cómo viajar a Nahuel Huapi en automóvil se advierte sobre la importancia de chequear el funcionamiento del coche de forma exhaustiva y llevar todo tipo de repuestos y herramientas en caso de que ocurra un desperfecto en el camino:";estos detalles, olvidados en Buenos Aires, deben ser especialmente tenidos en cuenta..."; (DPN, 1938: 20).


Imagen 5
: Últimos tramos del recorrido Buenos Aires-Bariloche en automóvil y parte de la explicación (Guía de Parques Nacionales). En la parte superior a cada tramo están las referencias que incluyen surtidores, canchas de tenis y golf y pileta de natación
Fuente: Archivo Histórico Regional (San Carlos de Bariloche).

La descripción de las posibilidades de práctica deportiva que se ha examinado (andinismo, pesca y esquí) también denotan un público en particular, uno que quiera (e incluso acostumbre) a practicar esos deportes.

LA PERCEPCIÓN DE BARILOCHE

Si bien las dos guías están escritas para un público específicamente capitalino y de cierta solvencia económica, la perspectiva que tienen de la ciudad de San Carlos de Bariloche no es la misma, aunque hay puntos de encuentro.

Como hemos visto, ambas guías utilizan el término progreso reiteradamente para referirse a la expansión urbana de Bariloche apoyada y dirigida por la Dirección de Parques Nacionales y dinamizada por la actividad turística:";Puede decirse que el progreso de San Carlos de Bariloche está en sus comienzos, pues ello deriva del incremento que ha tomado el turismo, debido a la eficaz propaganda que le prestan los grandes rotativos metropolitanos, sin desconocer la de la Comisión Nacional del Parque Nahuel Huapí, al par que cada turista... difunde en forma entusiasta sus impresiones"; (Patroni, 1938: 24).

La guía de Parques define a esta ciudad como";el núcleo de población más importante del Parque,... es la ';entrada al Parque'; y terminal de los FF.CC. del Estado"; (DPN, 1938: 29 y 33) y consolida su importancia con una lista de decretos sobre mesuras y límites de la ciudad e incluso se presentan medidas efectivas del gobierno nacional para el desarrollo de la zona. Bariloche es el eje de acción de la Dirección de Parques acorde a sus intereses nacionalistas con especial hincapié en la frontera. Más allá de la mención de Carlos Wiederhold (y su introducción como el fundador), la ciudad es presentada como un ejemplo dinámico de progreso:";La importancia de San Carlos de Bariloche está señalada por su propio movimiento económico y social. El progreso de su movimiento social, se señala cada día en aumento por la constante afluencia de turismo y por oportunas medidas del Gobierno Nacional y de la Dirección de Parques Nacionales"; (DPN, 1938: 30). Aclaremos que la única mención de";300 años de fecunda historia"; (DPN, 1938: 9) no quiere decir que se desconozca la tradición conquistadora y misionera. De hecho, en el volumen de historia del Parque (que se publicó en el mismo año), se detalla extensamente la labor expedicionaria rastreada hasta el siglo XVI, cuando comenzaron los intentos de encontrar una ciudad legendaria a orillas de un gran lago.

El turismo y los agentes de gobierno nacional son responsables de aquel dinamismo. Concretamente, se listan los ejemplos edilicios que demuestran esta avanzada como destello del futuro del Parque, asociándolos a la gestión de la Dirección de Parques y enmarcándolos en un plan de urbanización (en cuyo eje se encuentra el Centro Cívico y la estatua a Roca).

Lo primero que percibe Patroni al llegar a Bariloche en su segundo viaje al sur es cómo la aldea progresó y cómo la arquitectura transmite aquel progreso:";Nos fue fácil advertir la favorable transformación y amplitud adquirida por la primitiva aldea. La primera nota llamativa en tal sentido nos la dio el edificio de la estación,... como otros varios, hasta llegar al hotel donde nos alojábamos"; (Patroni, 1938: 21). El autor enlista estas construcciones: el Banco Nación, la Escuela Francisco P. Moreno, la Administración de Parques Nacionales, el Hospital Regional y el Centro Cívico. Como lo indica la guía de Parques, estas últimas dos edificaciones no estaban terminadas en el momento que Patroni realizó su viaje. Si la guía se terminó de imprimir en septiembre de 1938, su recorrido por el sur fue anterior, razón por la cual es imposible que haya visto terminado el Hospital Regional (inaugurado el 19 de diciembre de ese año) y el Centro Cívico (habilitado el 17 de marzo de 1940). Según Juárez (2001), se esperaba que se inaugurara el Centro Cívico en invierno de 1938 por lo cual es probable que Patroni haya visto las obras avanzadas.

Además de la intención de subrayar el rol estatal en la promoción del turismo de élite como sostén dinamizador del progreso en la ciudad, hay otras dos esferas en las cuales la guía de Parques promueve una apreciación propia de Bariloche: el ámbito geográfico y el ámbito histórico. En primer lugar, la descripción se basa en la comparación con los paisajes europeos, especialmente los Alpes suizos. Sin embargo, esta comparación no es exclusiva de Parques Nacionales pues cuando narra su llegada a Bariloche, Patroni también hace alusión a los mismos paisajes a la hora de describir el pueblo, incluso también cuando recorre la base del cerro Tronador. En otras palabras, esta imagen de aldea suiza inscripta en las montañas a la orilla de un lago parece tener relevancia en los imaginarios de los posibles lectores y es una herramienta útil a la hora de referirse a Bariloche.
En segundo lugar, en la guía de Parques se enumeran ciertos";motivos históricos"; (DPN, 1938: 29-30) que se insertan en un discurso sustentado en la apropiación del paisaje en sintonía con valores específicos heredados de una época. En forma concreta, se referían a la conquista del desierto como al dominio y la explotación de una naturaleza salvaje no necesariamente vacía de habitantes (Nuñez, 2008). Este corpus ideológico fue reformulado en función de nuevos intereses nacionales que se reforzaron durante la década de 1930, contextualizados por un ambiente bélico en el cual se buscaba consolidar la nación, traducida en el territorio (Navarro Floria, 2008a).

Los motivos históricos aludidos en la guía de Parques son";el añoso ciprés que se encuentra frente al lago,... [y] la primera casucha de madera levantada en el pueblo por Don Carlos Wiederhold"; (DPN, 1938: 30-31). Según se describe, estos monumentos representan dos hitos históricos que buscan transmitir un momento fundacional del pueblo de Bariloche: la aventura de Francisco Moreno (porque, describe la guía, en aquel ciprés fue donde estuvo atado en cautiverio ordenado por el cacique Shaihueque) y el acto fundacional de Wiederhold. De esta manera, el valor histórico atribuido a Bariloche yace en su testamento como

Así como se hace referencia al pasado para legitimar y vigorizar el proyecto de Parques, también se recurre al presente para consolidar las perspectivas a futuro. Para Patroni, como hemos visto, el progreso está en sus comienzos y todo a su alrededor demuestra lo que ha de venir: menciona al Centro Cívico y al Hospital Regional sin que éstos estén terminados, nombre a la avenida costanera, en su primera etapa de construcción, y a las mansiones que han de edificarse, precedidas por algunos ejemplos. Este progreso, para el autor, no está sólo conectado con la acción de Parques Nacionales sino también con la presencia militar en la zona y, más profundamente, con la necesidad de argentinizar la frontera patagónica.

La medición del progreso que explicita Patroni (y que la guía de Parques refleja de manera más formal) tiene que ver más con lo que las nuevas construcciones representan para Bariloche que con la edificación en sí (Imagen 6). La apertura de caminos, la usina eléctrica instalada en Puerto Moreno que provee electricidad al pueblo, el muelle del puerto mejorado, las oficinas de diferentes dependencias estatales (como la de Correos y Telégrafos), la biblioteca pública (y la supuesta próxima biblioteca nacional, que nunca se concretó), el futuro centro cívico y hospital regional, todos ellos muestran, según las fuentes que se estudiaron, el progreso porque contribuyen con la comodidad del turista. Además, la oferta hotelera mayormente referida en la guía de Parques da cuenta de las facilidades que se brindan para cumplir con las exigencias de los visitantes (DPN, 1938). En otras palabras, la visión de Bariloche que las guías buscan transmitir es de un pueblo preparado para recibir a determinado público turista acostumbrado a determinadas comodidades, en pleno crecimiento en función de esta actividad económica y en condiciones de satisfacer las necesidades de quienes lo visitan.


Imagen 6
: Fotograbados de la calle Mitre y la escuela Perito Moreno de la guía de Adrián Patroni (páginas 22 y 23)
Fuente: Archivo Histórico Regional (San Carlos de Bariloche).

Por último, salta a la luz en ambas guías el liderazgo de la Dirección de Parques Nacionales para impulsar el pueblo. En palabras de Patroni, es digna la mención de las obras completas y proyectadas de caminos e infraestructura edilicia (varias de las cuales no se llevaron a cabo):";Por lo que dejamos constancia, advertirá el lector la labor desarrollada y la que tiene entre manos la... Dirección de Parques Nacionales, entidad de carácter honoraria (sic), que en tan corto lapso de tiempo ha realizado un esfuerzo meritorio que dice mucho a favor de los caballeros que la integran, impulsados por miras altamente patrióticas..."; (Patroni, 1938: 128). Más aún, este autor cita la definición que la Dirección da a los parques nacionales (y que hemos citado más arriba).

CONCLUSIONES

La propuesta que se planteó fue examinar dos guías de un mismo año no sólo para contribuir a la historia del turismo en Argentina, en especial en un territorio de frontera, sino también para colaborar con el estudio de la construcción del paisaje utilizando fuentes inéditas. Este trabajo se enmarcó en la relevancia de estas publicaciones como imágenes que condensan las ideas sobre el paisaje y el territorio como ámbitos de construcción identitaria. En este contexto, arrojar luz sobre el proceso de construcción de nacionalidad en zona de frontera y sobre cómo aquellas ideas de lo que debía ser lo nacional se proyectaron en la relación entre el hombre y el paisaje, reflejado en las publicaciones que se analizaron.

Al comparar ambas guías se encontró, en primer lugar, que la audiencia era básicamente la misma: un público localizado en Buenos Aires que viaja al Sur en verano y espera ciertas comodidades y servicios. Las guías intentaron reflejar que la oferta hotelera y recreativa se ajustaba a sus exigencias. El gran ícono que refleja el tipo de público que se espera es el hotel Llao-Llao, descripto extensamente en ambas publicaciones.

Los contenidos de las guías son similares, aunque presentados y desglosados de diferente manera, porque los objetivos de las publicaciones eran distintos. Mientras Patroni buscaba contagiar su entusiasmo y admiración por la región del Nahuel Huapi para que fuera visitada (y que ha logrado en nosotros), la guía oficial buscaba más que nada informar y preparar al turista para su viaje al sur, además de adelantar lo que se publicaría posteriormente en cuatro tomos. A pesar de la diferencia en los objetivos, ambas guías transmiten la sensación de progreso que se veía en la ciudad, liderado por la efectiva acción de la Dirección de Parques. Además, las dos publicaciones resaltan la belleza de región, aunque Patroni aparece alejado del proceso constitutivo de nación que la DPN estaba llevando adelante, posiblemente porque transmite experiencia en primera persona mientras que la de Parques reafirmaba la labor en obras de infraestructura como herramientas de civilización y, por ende, nacionalización de la frontera. Sin embargo, el contraste entre pasado y presente, puesto en evidencia en la intervención urbanística de Parques, es un elemento común en ambas publicaciones y de reconocimiento hacia esta institución. Es decir, no se trata de valores contrapuestos, la guía de Patroni muestra mayor independencia de los compromisos políticos del proyecto de Parques Nacionales.

Ambas publicaciones contienen un mensaje básico común: la obra de la Dirección de Parques Nacionales es, al tiempo de impresión, determinante para el progreso de Bariloche. La percepción que transmiten las guías sobre el pueblo es de un lugar que gracias a la acción de Parques (traducida en la promoción del turismo como modelo económico excluyente y exclusivo y el liderazgo en las obras de infraestructura más allá de sus funciones), estaba despegando en términos de progreso. Patroni subrayó esta característica en diversas ocasiones, en especial porque pudo confrontar dos viajes, antes y durante la gestión de Parques. En su escrito reconoce que es clave para este progreso la industria turística, impulsada exclusivamente por aquel organismo. A su vez, la ciudad se inscribe, según las publicaciones, en un marco de referencia geográfico (Europa, en especial los Alpes suizos) e histórico (a partir de la donación del perito Moreno, recordemos que esta esfera se amplía en una guía publicada luego). Se plantea así el proyecto de Parques en ambas guías enmarcado por un pasado, reafirmado en el presente y proyectado en el futuro.

Por último, una diferencia sutil pero muy importante es la visión que cada guía tiene de la región. Para Parques, la región es un territorio dentro de la nación y su acción está condicionada por el límite internacional mientras que para Patroni la región que visita no está dividida por la cordillera: entiende los paisajes chilenos como una extensión de la visita al sur argentino que ocupan la mitad de su libro. La guía de Parques los excluye con la ausencia en su narración de viaje. Patroni unifica a nivel paisaje una región que había estado integrada económicamente. La visión de Parques busca delimitar esa región económica a los límites internacionales. La originalidad radica en el quiebre en esta proyección territorial por medio del turismo. Sin embargo, la división no tiene que ver con la actividad turística en sí porque la integración se repetirá de todos modos.

La visión de ambas guías permite reconocer una valoración del paisaje mediada por consideraciones sociales y políticas. Ninguna descripción del paisaje es neutra. En este sentido, las similitudes y diferencias entre las guías permiten evidenciar la intencionalidad estatal detrás de la promoción al turismo. La constitución del Parque Nacional, como indica Fortunato (2005), es una estrategia política, antes que ecológica, y los atractivos con que se convoca a visitar la región repiten esta intencionalidad.

Hacer turismo, desde la DPN, es mucho más que simple disfrute, es la consolidación de una ciudadanía. Todo ello se omite en Patroni, quien destaca las obras en términos de servicios y estética edilicia, pero para quien el paisaje no habitado sigue concentrando el mayor sentido de su visita.

Agradecimiento: El original de este trabajo fue presentado en el IX Congreso Argentino-Chileno de estudios históricos e integración cultural llevado a cabo en la ciudad de San Carlos de Bariloche, Argentina, los días 25-26 de abril de 2011. Además, es una primera reflexión sobre algunas fuentes que se utilizaron para la tesis de licenciatura de la autora.

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FUENTES

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2. Patroni, A. (1938) Bellezas de los lagos argentinos-chilenos, Lotito Hnos &; Cía, Buenos Aires.

Recibido el 22 de mayo de 2012
Correcciones recibidas el 02 de agosto de 2012
Aceptado el 15 de agosto de 2012
Arbitrado anónimamente

 

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