SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.23 número4La gestión de la excelencia en la hotelería brasileña: Influencia de los criterios liderazgo y estrategia en los resultados del desempeñoGestión hotelera: El caso brasileño de la red Pontes Hotéis & Resorts bajo el modelo de organización multidimensional reflexivo índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Estudios y perspectivas en turismo

versão On-line ISSN 1851-1732

Estud. perspect. tur. vol.23 no.4 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dez. 2014

 

DOCUMENTOS DE BASE

El desafío de articular turismo cultural y patrimonio arqueológico

El caso de Olavarría, Argentina

 

María Eugenia Conforti*

Nadia Gonzalez**

María Luz Endere***

Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Olavarría - Argentina

* Doctora en Ciencias Sociales y Humanas. Docente investigadora Facultad de Ciencias Sociales (FACSO),  Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN). Olavarría, Argentina. Becaria Posdoctoral CONICET en el marco del Programa PATRIMONIA del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA: Unidad Ejecutora de CONICET - UNICEN). Olavarría, Argentina. Email: meconfor@soc.unicen.edu.ar.
** Estudiante avanzada de la carrera Arqueología (FACSO, UNICEN). Becaria de Grado en el marco del Programa PATRIMONIA del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA: Unidad Ejecutora de CONICET - UNICEN). Olavarría, Argentina Email: nadiag_gonzalez@hotmail.com.
*** PhD in Archaeology y Master in Museum and Heritage Studies (University of London, RU). Docente investigadora (FACSO, UNICEN). Investigadora Independiente CONICET y Directora del Programa PATRIMONIA del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA: Unidad Ejecutora de CONICET - UNICEN). Olavarría, Argentina. Email: mendere@soc.unicen.edu.ar


Resumen:

La vinculación entre patrimonio y turismo ha sido una cuestión largamente debatida a nivel internacional. No obstante, su abordaje en relación con el patrimonio arqueológico en Argentina no ha sido un tema profundamente analizado. En este trabajo se toma como caso de estudio el municipio de Olavarría, provincia de Buenos Aires, Argentina. Luego de contextualizar los antecedentes recientes de patrimonialización de la arqueología y los estudios que la vinculan a su uso turístico a nivel local, se identifican grupos de interés y se presentan sus opiniones acerca del turismo como una estrategia de puesta en valor y visibilización de los recursos arqueológicos locales. Se analiza el estado de situación, en especial consensos y conflictos que suscitan los diferentes procesos de valoración patrimonial con fines turísticos. Finalmente, se discuten los desafíos y oportunidades del caso y se presentan conclusiones que pretenden contribuir al debate de la cuestión desde una perspectiva más amplia.

PALABRAS CLAVE: Turismo cultural; Patrimonio arqueológico; Arqueología; Museo; Grupos de interés.

Abstract:

The Challenge of Articulating Cultural Tourism and Archaeological Heritage. The Case of Olavarría, Argentina. The link between heritage and tourism has been a largely debated issue at international level. However, their matter in relation to the archaeological heritage in Argentina has not been deeply analyzed. This paper presents the Municipality of Olavarría, Buenos Aires Province, Argentina as a case study. Background information regarding archeological heritage and its touristic use in the area is described. A number of stakeholders were surveyed and interviewed in order to know their opinions about the potential of tourism for the enhancement and visibility of local archaeological resources. Afterwards, the state of affairs is analyzed, focusing on consensus and conflicts aroused by different heritage valuation processes in relation to their tourist use. Finally, challenges and opportunities of this case study are discussed, and conclusions are presented with the aim to contribute to the discussion of the issue from a broader perspective.

KEYWORDS: Cultural tourism; Archaeological heritage; Archaeology; Museum; Stakeholders.


INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas se comenzó a vincular el análisis de los usos sociales del patrimonio cultural con otras redes conceptuales, entre ellas las relacionadas con el turismo (García Canclini, 1999), más precisamente al turismo cultural. En la actualidad, gran parte de la discusión se centra en definir los valores y la significación de los recursos culturales a partir de la visión de los diferentes grupos de interés involucrados, sobre cuya base se diseñan planes de manejo específicos que pretenden establecer un equilibrio entre los valores en juego (Larsen, 1995). En este sentido, se considera oportuno que para emprender análisis sociales complejos en torno a los usos del patrimonio se realice un proceso previo de identificación de grupos de interés involucrados, así como de relevamiento de sus opiniones y valoraciones. Se espera entonces que el empleo de mecanismos participativos ayuden a arribar a consensos respecto de las políticas a aplicar (Pearson & Sullivan, 1995; Avrami et al.,2000). Por ello, el objetivo de este trabajo consiste en indagar y conocer la opinión de diferentes actores locales vinculados tanto con el  patrimonio arqueológico como con el turismo, poniendo especial énfasis en los conflictos y disputas sociales (Bonfil Batalla, 1993) en torno a los procesos de patrimonialización relacionados con  su uso turístico. De este modo se pretende obtener información, con el empleo de metodologías cualitativas de investigación social, que sirvan de insumo para proyectar acciones futuras.

Se plantea efectuar un abordaje articulado de turismo y patrimonio partir de la presentación del caso particular del patrimonio arqueológico del municipio de Olavarría, ubicado en el centro de la provincia de Buenos Aires, Argentina (Figura 1). Cabe destacar que en Olavarría tiene su sede la Facultad de Ciencias Sociales, dependiente de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), donde funciona desde la década de 1990 el Instituto de  Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA, recientemente incorporado como Unidad Ejecutora del Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, CONICET). Esta institución centra gran parte de sus estudios en esta área, y existe por ello, un corpus importante de información científica sobre la arqueología local y regional. En este sentido, se ha podido constatar que Olavarría posee una diversidad de recursos patrimoniales que son testimonio de diferentes episodios y procesos de la historia regional y nacional. De hecho, hay un número significativo de sitios arqueológicos que dan cuenta de la profundidad temporal del poblamiento humano en la zona, así como de la diversidad y complejidad de las sociedades indígenas que lo habitaron (ver síntesis en Mariano & Conforti, 2013). Sobre este tema, cabe mencionar las particularidades de las localidades arqueológicas de la zona, ya que estos sitios no poseen monumentalidad, ni estructuras espacialmente visibles (a excepción de los paredones con arte rupestre de Curicó que se detallan más adelante) la mayoría de ellos corresponden a grupos de cazadores recolectores pampeanos, por lo que el registro de evidencias (artefactos líticos, huesos de animales, fragmentos cerámicos, inhumaciones humanas) se encuentra en estratigrafía y, para acceder a él, se requiere de un intenso trabajo de excavación. La relativa falta de monumentalidad hace que los sitios arqueológicos del área no resulten particularmente atractivos para el público general, ello dependerá de la efectividad de los recursos de interpretación.


Figura 1: Mapa del Municipio de Olavarría
Tomado de Mariano & Conforti (2013).

Por otra parte, cabe señalar que, si bien la ciudad no cuenta con una carrera universitaria en turismo, los recursos humanos locales se forman en un Instituto de Nivel Terciario donde se dicta la carrera de Técnico Superior en Guía de Turismo, el Instituto de Formación Docente N° 130 (en adelante ISFD N° 130).

Es importante aclarar que en este trabajo se aborda el uso y disfrute del patrimonio local, específicamente el arqueológico, como recurso turístico de una comunidad, pero no desde su potencialidad económica sino desde la posibilidad de asociarlo al turismo como una estrategia de visibilización y puesta en valor, teniendo en cuenta la necesidad de redescubrirlo y resignificarlo como factor que contribuye a fortalecer la identidad cultural local (en el sentido de Prats, 2005).

PATRIMONIO Y TURISMO CULTURAL

A efectos de poder abordar el tema planteado, es necesario establecer algunas precisiones conceptuales respecto del patrimonio cultural  arqueológico, así como respecto del turismo cultural. Puede afirmarse, en un sentido antropológico, que el patrimonio cultural está constituido por la totalidad de manifestaciones que dan cuenta de la existencia y forma de vida de los grupos humanos a lo largo del tiempo. Esto implica un proceso histórico por el cual cada manifestación social cobra sentido como parte de un sistema cultural que va configurando la identidad de cada pueblo y su diferenciación respecto de los demás (Sanoja Obediente, 1982).

En este sentido amplio del concepto, en el seno de la UNESCO se ha establecido que el Patrimonio Cultural de un pueblo está constituido por “las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas” (UNESCO, 1982).

La importancia del patrimonio para representar simbólicamente la identidad de un pueblo o un conjunto social ha sido un tema vastamente analizado (e.g. Lowenthal, 1985, 1996). Suele afirmarse que el patrimonio es una construcción social que se hace desde el presente con una fuerte intencionalidad respecto de lo que se desea preservar (Prats 2000). Así, al iniciar este análisis resulta necesario establecer la consideración de los bienes arqueológicos como parte constituyente del patrimonio cultural de una determinada comunidad (Mc Gimsey, 1972; UNESCO, 1972). Constituido por todos aquellos bienes que determinados sectores, eligen proteger como testimonios de su pasado, a la vez que desean transmitirlo a las generaciones venideras (Endere, 2009). Este recurso ha sido definido como “el legado histórico y social de generaciones anteriores, que pervivió a lo largo del tiempo y que es preciso preservar para las generaciones futuras” (González Méndez, 2000: 135). Está constituido por todos los restos materiales de culturas del pasado que puedan ser estudiados con metodología arqueológica a partir de su contexto de depositación, y de toda la información que pueda obtenerse a través de dichas investigaciones (Endere, 2000). En la Carta de ICOMOS  sobre el Patrimonio Arqueológico de 1990 se reafirmó la idea de que este patrimonio está formado por recursos culturales limitados y no renovables, a los que califica como “de interés público”, razón por la cual deben ser protegidos por la legislación de cada país (ICOMOS, 1990; Elía, 1993; Carman, 1996). Asimismo afirma que la presentación al gran público del patrimonio arqueológico es esencial para promocionarlo y hacer comprender la necesidad de protegerlo (ICOMOS, 1990).

En las últimas décadas la salvaguarda del patrimonio cultural ha sido abordada desde una perspectiva más social, dada la creciente necesidad de analizar esta temática a la luz del contexto cultural en el cual dicho patrimonio ha sido producido y es actualmente usado y resignificado. Un hito en esta materia fueron las conclusiones de la Conferencia de Nara (convocada por la UNESCO en 1994), en las que se señaló que para determinar la significación cultural de un lugar con valor patrimonial debe partirse de la comprensión de las características de cada cultura. Asimismo, se enfatiza que su valor y autenticidad no deben evaluarse con criterios fijos, sino que deben interpretarse a la luz del contexto cultural al que pertenece (Larsen, 1995).

Por otra parte, el turismo ha comenzado a ser visualizado como una actividad susceptible de generar un aporte a la integración social y al acercamiento entre los pueblos. La modalidad del llamado “turismo cultural” es una convergencia tendiente a la valoración y el respeto por los recursos, tanto culturales como naturales (UNESCO, 1982). Se supone que en el consumo cultural de los turistas pueden observarse actitudes, creencias, ideas y valores de las personas, así como sus pautas de comportamiento o modos de vida (Richards, 2000). Desde este enfoque se plantea que el turismo cultural no implica simplemente la visita a diversos lugares sino que tiende a satisfacer las necesidades culturales de los sujetos. En este sentido, la Carta Internacional sobre Turismo Cultural (ICOMOS, 1999) sostiene el carácter insustituible del patrimonio cultural de cada comunidad, lo que significa una inminente tensión entre los aspectos locales y globales, así como un desafío para la comunidad anfitriona respecto de la necesidad de preservarse, por una parte y de comunicar de manera efectiva sus significados a los visitantes, por otra. En los tiempos contemporáneos, ya no se discute que el turismo persigue y cumple objetivos económicos, pero ello no descarta su influyente valor como recurso educativo. Sin embargo, no puede desconocerse la necesidad de preservar la integridad e intensificar la protección de los recursos culturales del impacto turístico en beneficio de las futuras generaciones (ICOMOS, 1999).

Pero ¿qué sucede con la interacción entre el turismo y el patrimonio cuando el fin no es la sustentabilidad económica? La viabilidad turística del patrimonio es definida por Prats (2011: 250) desde tres grandes posibilidades: 1) recursos de gran predicamento, capaces de atraer por sí mismos una cantidad de visitantes suficiente para justificar la ubicación de infraestructuras turísticas, 2) recursos patrimoniales con una capacidad de atracción menor, pero que se hallan emplazados dentro o cerca de entornos metropolitanos lo suficientemente grandes y 3) recursos patrimoniales que se hallan ubicados en destinos turísticos consolidados. Para este autor existe una gran demanda de desarrollo turístico local basado en el patrimonio de lugares estructuralmente inviables desde el punto de vista económico. Es decir que existen proyectos patrimoniales de carácter local que no tienen necesaria y principalmente una orientación turística, sino que vienen a constituirse como elementos complementarios de otras actividades del sector y tienen por objetivo, por ejemplo, visibilizarlos y/o ponerlos en valor con fines culturales y educativos (Prats, 2011: 253). 

Estudios previos han demostrado la existencia de numerosos sitios arqueológicos en el municipio de Olavarría, desde sitios prehispánicos de diferente antigüedad hasta lugares de valor patrimonial vinculados con los primeros colonos europeos y con el patrimonio industrial (Mariano & Conforti, 2013). Si bien existe una considerable información arqueológica local, son escasos los trabajos que abordan su relación con el turismo, pese a que este es un tema que ha sido objeto de diversos estudios en Argentina (Daverio et al., 2001; Schlüter & Norrild, 2002; Bellelli et al., 2005; Chaparro & Soria, 2008; Comisión para la Preservación del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, 2009; Ferraro, 2010, para solo citar algunos ejemplos).

VISIBILIZACIÓN VS INVISIBILIZACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA Y EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO EN OLAVARRÍA

Los trabajos realizados sobre el área de estudio, desde una perspectiva exclusivamente turística, prestan escasa o nula atención sobre el patrimonio arqueológico como recurso potencial para el desarrollo turístico de la región. Por otra parte, la bibliografía sobre arqueología de la zona no trata el tema turístico, y cuando lo hace, su abordaje es superficial y se desarrolla a modo de sugerencias para investigaciones futuras. Cabe mencionarse como una excepción el trabajo de tesis realizado en 2008 por Andrea Istillarte donde analiza la potencialidad turística de las Sierras de “Curicó”, un lugar reconocido por la comunidad científica como un sitio de valor excepcional debido a la presencia de arte rupestre en los aleros rocosos. Esta investigadora propone, además, un plan de manejo que  tenga como objetivo protegerlo y contribuir a su valorización social y comunitaria. Como resultado del análisis concluyó que el sitio no debería abrirse al público debido a su estado de vulnerabilidad. En cambio, considera como alternativa la instalación de una sala de interpretación fuera del sitio, que permita cumplir el objetivo de visibilizar el patrimonio arqueológico olavarriense (Istillarte, 2008). Pese a lo relevante de este trabajo, desde 2008 a la fecha no se ha implementado acción alguna sobre la mencionada entidad arqueológica.

Otro estudio es el realizado por Juan Mantero, quien propone evaluar la factibilidad turística y recreativa de Olavarría, considerando su potencialidad e identificando las condiciones y los atributos que proporciona en tanto destino turístico (Mantero, 2005: 128). Se destacan en este análisis su ubicación estratégica en el centro geográfico de la provincia de Buenos Aires; su patrimonio natural (sierras, llanuras, arroyos); la expresión social de la cultura productiva (zona serrana de alto potencial minero); el testimonio cultural de las colonias de inmigrantes alemanes del Volga  y los acontecimientos programados en espacios comunales tales como fiestas y festivales. Si bien este estudio propone evaluar la factibilidad turística de Olavarría reconociendo sus atributos, no especifica cuáles serían los atractivos culturales viables a ser promocionados turísticamente y, pese a lo exhaustivo del trabajo, no menciona a los recursos arqueológicos como potenciales para el desarrollo del turismo local.

Un caso particular lo constituye el Museo Etnográfico Dámaso Arce y su rol en la invisibilización del patrimonio arqueológico olavarriense. Dicho museo abre sus puertas al público en el año 1920. Entre sus colecciones cuenta con la obra en cincelado del orfebre Dámaso Arce y otras obras provenientes de su colección particular donadas por la familia de Arce tras su fallecimiento, entre ellas, obras de artistas como Quinquela Martín, Antonio Alice, Correa Morales, entre otros. Esta institución es la única que tiene por misión ocuparse del pasado indígena regional. Fue inaugurado en 1963 e inicialmente se consolidó como un referente de la arqueología a nivel nacional (Mazzanti, 2005). Sin embargo, estudios recientes demuestran que las condiciones actuales son muy diferentes de las fundacionales, ya que se encuentra prácticamente cerrado al público y no cuenta con personal especializado. Se halla espacialmente “oculto”, dado que se emplaza en el primer piso del Museo de Artes; no presenta una señalización clara, ni cuenta con estrategias comunicacionales. Puede afirmarse que casi los únicos visitantes que recibe son los contingentes escolares, que asisten anualmente a una exhibición que lleva años sin actualizarse (Chaparro & Mariano, 2013: 8).

Desde el plano turístico las instituciones museísticas podrían considerarse un recurso potencial para recibir visitantes que se alojen en la ciudad, además de ofrecer a los pobladores locales alternativas de esparcimiento, conocimiento e identidad. De hecho, la ciudad de Olavarría cuenta con una oferta cultural interesante que involucra a diferentes museos y centros culturales. Sin embargo, el museo etnográfico antes mencionado está prácticamente excluido del circuito de visitantes (Chaparro, 2012). Esta situación de invisibilización del museo se vuelve evidente en el sitio web de turismo municipal, que describe los principales lugares de interés de la ciudad, pero omite mencionar la existencia del Museo Etnográfico Dámaso Arce (http://www.cambiatualdea.com.ar/node/185). En cambio, en otros sitios web no municipales de promoción turística, se ofrece al mencionado museo como una alternativa (http://www.olavarriaclick.com.ar/museos.htm).

En contraste con lo descripto anteriormente, cabe mencionar la reciente inauguración del Museo de las Ciencias en Olavarría, que se plantea como un espacio educativo interactivo para promover la cultura científica basándose en la divulgación y popularización de las ciencias. Su objetivo consiste en fomentar la popularización científica y tecnológica para la comunidad en general, apoyándose en la educación no formal. Además busca  promover el interés de los visitantes a partir de la propuesta de espacios lúdicos (de carácter participativo e interactivo). En él se ha instalado un Laboratorio de Arqueología, Zooarqueología y Tafonomía en el que trabajan un grupo de investigadores de la UNICEN. Sin embargo, en las salas de esta institución no se exhiben materiales arqueológicos ni etnográficos. Las salas de exhibición permanente recrean contenidos vinculados con la física y las matemáticas.  

No obstante, esta nueva instancia se ha ido configurando como un espacio de integración y trabajo conjunto entre el museo y la Facultad de Ciencias Sociales. El laboratorio funciona a puertas abiertas, recibiendo a los visitantes de manera continua y mostrando en tiempo real su trabajo. Además, ofrece charlas para nivel de Educación Inicial y Primario, combinándose esta labor con talleres de títeres para los más pequeños y simulacros de excavaciones. La creación de este espacio es muy reciente y, por lo tanto, aún no existen registros de evaluaciones sobre sus actividades. Sin embargo, no puede dejar de reconocerse que estos espacios constituyen estrategias de encuentro que acercan al arqueólogo a la comunidad, y propician el intercambio de conocimientos. Además, la vinculación entre el nuevo Museo de las Ciencias y la Facultad de Ciencias Sociales ha permitido realizar actividades conjuntas, como las enmarcadas en la XI Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología (septiembre de 2013).

Frente a estas tensiones, encuentros y desencuentros que dan alternativamente por resultado la visibilización y la invisibilización de la arqueología y el patrimonio arqueológico local, especialmente el vinculado con el poblamiento indígena de la región, es importante mencionar otras estrategias implementadas para dar a conocer el trabajo realizado por los científicos locales. En efecto, desde el grupo PATRIMONIA-INCUAPA de la Facultad de Ciencias Sociales (UNICEN) se elaboró un voluminoso libro de divulgación (Endere & Prado, 2009) con el objetivo de dar a conocer el patrimonio natural y cultural de la zona y poner a disposición información científica actualizada sobre el tema. Posteriormente, en el año 2010, se presentó una Muestra Itinerante “Olavarría antes de Olavarría. Un aporte de la arqueología, la paleontología y la historia a la identidad y el turismo cultural regional”, que fue  exhibida en los distintos museos y localidades del municipio. Su objetivo, una vez más, fue el de promover el acceso del público a la información científica y sensibilizar a la población respecto de la importancia del patrimonio regional. Esta última acción se completa con la edición reciente de un video documental titulado “Olavarría antes de Olavarría. El audiovisual”, que aborda en un formato y soporte diferente el proceso de realización de la muestra y los principales contenidos en ella desarrollados. En 2011, otro grupo de investigadores del INCUAPA presentó el “Sendero de Interpretación Arqueológica e Histórica de los orígenes de Olavarría” en el Parque del Bicentenario. En dicho recorrido se señalizó, a través de imágenes y textos, distintos episodios de la ocupación humana en las márgenes del Arroyo Tapalqué, entre los que se destaca la fundación de la ciudad de Olavarría en 1867.

Como puede observarse, estas acciones han intentado visibilizar los recursos arqueológicos locales y acercar el trabajo científico-académico a la sociedad a partir de diversas estrategias. Si bien el objetivo central de estas actividades es la de promover la valoración comunitaria del patrimonio arqueológico, muchas de ellas son susceptibles de potenciarlo turísticamente. No obstante, es necesario destacar que la mayoría de estas actividades son promovidas y realizadas por los arqueólogos, algunas veces acompañados de equipos interdisciplinarios. Sin embargo,  falta, muchas veces, un requerimiento comunitario y lo que es peor aún, una demanda concreta del sector público estatal.

LA OPINIÓN DE LOS GRUPOS DE INTERÉS

Pese a las varias décadas de labor de la facultad local, no se ha logrado todavía instalar la idea de la importancia del patrimonio arqueológico en el repertorio cultural y turístico local. Por ello, se consideró necesario estudiar a los diferentes interlocutores en el tema. En consecuencia se identificaron los diversos actores sociales que han sido calificados como integrantes de los grupos de interés vinculados tanto con el patrimonio como con el turismo en el área de estudio. Los mencionados grupos están constituidos por gestores municipales en turismo y cultura; agentes turísticos privados; docentes y estudiantes de la carrera terciaria de Guía Turístico que se dicta en el ISFD N° 130, además de los investigadores -mayormente arqueólogos y antropólogos-. Con el objetivo de preservar la identidad de los entrevistados y/o encuestados se decidió omitir los nombres de quienes cedieron su testimonio. Se los identifica a partir de la categoría de grupo de interés que revisten. Se emplearon entrevistas en profundidad y encuestas con preguntas  abiertas para relevar sus opiniones, de las que se desprenden las siguientes cuestiones consideradas como las más destacadas.

En el proceso de identificación de los sectores vinculados a la temática, se estableció contacto con integrantes del Poder Ejecutivo municipal. También se entrevistó a algunos concejales en calidad de referentes políticos locales. En una primera instancia se observan diferencias de opiniones y de grado de conocimiento en relación con temas de arqueología y patrimonio arqueológico. Así por ejemplo, la Directora de Turismo municipal considera que no hay entre las consultas que ellos reciben un interés puntual por temas de arqueología y reconoce que “hoy por hoy, el público viene a otra cosa a Olavarría”. Ella opina que el tema es para un público muy selecto porque para entender la arqueología hay que tener un conocimiento previo o una buena cartelería que te la explique”. Con un criterio diferente, el responsable del Área de Turismo, dependiente de la Agencia de Desarrollo Local  (ADELO), apela al plan de desarrollo turístico estratégico de Olavarría, que fue elaborado de manera participativa con micro-emprendedores turísticos, el cual permitió aplicar políticas públicas a partir del trabajo efectuado en una mesa de de diálogo y consenso. Según su testimonio, la estrategia inicial fue fortalecer el sector a partir de un asesoramiento en planificación, en coordinación con el Área de Cultura y se hizo una fuerte apuesta inicial al turismo rural, quedando así tres áreas más por abordar en un futuro: el turismo patrimonial, el turismo de sierras y canteras y el turismo del Arroyo Tapalqué. En este sentido afirma que no se puede promocionar lo que no existe y rescata en su discurso lo distintivo en la zona como la línea de fuertes y fortines (un tema afín a la arqueología histórica), el cordón de sierras más antiguo del mundo (lugar destacado del paisaje pero además con presencia de numerosos sitios arqueológicos) y también destaca la riqueza paleontológica del Arroyo Tapalqué. Afirma que “riqueza hay, lo que falta es mejorar una base de soporte de servicios y armar la parte temática para que sea atractivo” y, en ese sentido, señala que “el patrimonio arqueológico, en relación al turismo, es un tema cercano porque se ha hecho mucho en los museos de los pueblos, han mejorado los centros de interpretación y eso está muy ligado al patrimonio, se debe juntar el soporte con el contenido y eso hace la diferencia para que el turismo venga a Olavarría por algo más”.

Por su parte, ante las mismas consultas realizadas a gestores culturales, el Subsecretario de Cultura, Educación y Turismo responde que el patrimonio arqueológico es una arista importante en la agenda, aunque reconoce que la gestión tiene que empezar a manejarlo porque es potencial y reconoce que “tendría un arraigo en nuestra comunidad por ser tierra de pueblos originarios y por tener en Olavarría la Facultad de Ciencias Sociales y la riqueza cultural”. Sin embargo, admite que lo arqueológico no es visible y, por lo tanto, es más difícil su puesta en valor y su comunicación al ciudadano. Es importante destacar que, en su discurso, este funcionario rescata como importante las actividades realizadas en el marco de la “Muestra Olavarría antes de Olavarría” y el “Sendero de Interpretación Arqueológica”, aunque considera que “al patrimonio arqueológico aún le falta una verdadera puesta en valor”. Sobre esta misma cuestión, la Directora del Complejo Bioparque La Máxima (que incluye al nuevo Museo de las Ciencias) reconoce la ausencia del tema en la agenda y sostiene que es necesario implementar políticas para “conservar el patrimonio y trabajar en la promoción y difusión desde turismo para que se conozcan los atractivos locales”. En relación a ello rescata que La Máxima es un complejo educativo y turístico pero reconoce “nos falta mucho todavía y tenemos que mostrar a Olavarría, darla a conocer, hay mucha gente que le gusta la arqueología […], hay que trabajar codo a codo interinstitucionalmente porque solos no se puede […]. Esto funciona cuando se trabaja en conjunto y hay una decisión política tomada”. En ese sentido afirma que la inclusión del área de arqueología al nuevo museo es una estrategia de asociación institucional con la Facultad de Ciencias Sociales que apunta a contener a las ciencias sociales en la propuesta y a generar un interés por ellas: “este es un espacio para que muestren lo que hacen, tiene que ser de divulgación científica y educativo, al alcance de todos”. En el mismo sentido, la Directora de la Red Municipal de los Museos de los Pueblos (institución que incluye siete museos distribuidos en las localidades pertenecientes al partido de Olavarría) sostiene que su rol en la gestión pública consiste en “ser el nexo y poder llevar a la comunidad lo que se trabaja en la ciencia” pero puntualmente reconoce que aunque “sería interesante vincular el turismo cultural con el patrimonio arqueológico, es necesario un mayor acercamiento desde la ciencia y los científicos”. También la Directora del Complejo Cultural Hogar San José, apunta a “que el patrimonio arqueológico favorecería al turismo, rescatando sitios e incorporándolos a un recorrido para la gente. Considera que se puede pensar también en el armado de un espacio que albergue y exponga estos descubrimientos, pero que además muestre el trabajo de los arqueólogos en la reconstrucción de la historia. Considera que es “una  manera buena de contarlo y clara para los que no tienen idea de la arqueología”.

Los concejales representantes del bloque oficialista y del bloque opositor opinan de manera divergente. Sobre el tema del patrimonio arqueológico y el turismo, el representante opositor sostiene que “sería genial, quizá este tipo de cosas sean buenas para el turismo, yo lo veo positivo porque van a pasar personas que van a conocer, a aprender y adquirir otra conciencia que hasta el momento por ahí no tenían”. Mientras que la representante oficial tiene una mirada más conservadora sobre su potencialidad turística, pero, basada en la falta de infraestructura: “me parece que para que funcione tiene que tener otros anclajes, no hay una conciencia sobre eso, no hay hotelería, paseos, ni una presentación que seduzca”.

En general, los representantes políticos y los gestores actuales consultados comparten múltiples aspectos desde lo discursivo. Por ejemplo, la mayoría de ellos afirma que el mejor lugar para “mostrar” el patrimonio arqueológico al público es el museo, ya que lo consideran un excelente espacio de comunicación. Asimismo, consideran que Olavarría se encuentra estratégicamente ubicada para ello desde el punto de vista geográfico. Coinciden en señalar que trabajar con el público infantil es una buena opción a la hora de promover la arqueología y que las propuestas deberían no ser tan expositivas sino más interactivas y dinámicas, apelando a recreaciones y otros recursos. Finalmente, todos apuntan a que, para promocionar turísticamente el patrimonio arqueológico, es necesario buscar al público y realizar una buena promoción a través de una presentación seductora, con buena señalización gráfica, vocabulario sencillo y principalmente basada en la planificación. También es importante rescatar que la mayoría de las autoridades ejemplifica estos buenos atributos haciendo  mención a la experiencia de la muestra itinerante “Olavarría antes de Olavarría” en primer instancia y al “Sendero de interpretación arqueológica”, como segunda opción. También surgen posiciones más críticas que apuntan a cuestiones más generales como la falta de infraestructura adecuada para el turismo receptivo o cuestiones más específicas como la de considerar  el tema arqueológico solo atractivo para especialistas,  poniendo en duda su interés general.

En cuanto a la opinión de los investigadores, fueron consultados arqueólogos y antropólogos que desarrollan investigaciones en la zona y generan los conocimientos científicos sobre el pasado regional. Para la selección se tuvo en cuenta, además, que  muchos de ellos fueron mencionados por las autoridades municipales como referentes locales en temas de difusión del patrimonio arqueológico. Al interpelarlos sobre la relación entre la arqueología y el turismo a nivel local, puede observarse que, aunque todos fueron breves en sus respuestas, coincidieronen muchas apreciaciones y se muestran contundentes respecto de sus opiniones.

Lo primero que surge es la ausencia de este tema en las propuestas locales, por ejemplo, un reconocido arqueólogo que ha participado en trabajos de impacto y rescate arqueológico en obras públicas afirma que el patrimonio cultural “por el momento es una opción vinculada con la cultura artística y que no contempla los tipos de patrimonio arqueológico y paleontológico”. Frente a la posibilidad de su inclusión afirma: “me parece que el hacer turismo en Olavarría debería tener en cuenta indefectiblemente el patrimonio arqueológico, ya que ciertos temas como las ocupaciones indígenas previas y durante la conquista pueden constituirse en atracciones para la gente. Se podría incluir en las ofertas turísticas como en las estancia o en las visitas a la sierra”. También destaca la importancia de tomar medidas tendientes a la preservación y evitar la destrucción de ciertos lugares que pueden ser interesantes para el público, refiriéndose a las sierras, lugares muy impactados actualmente por la actividad minera.

En el mismo sentido, la codirectora de la Muestra “Olavarría antes de Olavarría”, también arqueóloga de formación, afirma que “si se toman las medidas adecuadas de protección y apertura al público, tiene mucho futuro”, refiriéndose al patrimonio arqueológico en el marco del turismo cultural local. También destaca que “Olavarría, en estos últimos diez años, ha mejorado mucho, principalmente con los emprendimientos privados. Creo que a nivel municipal el tema está bastante atrasado, ya que las políticas son superficiales, solo se han implementado señalización y folletería”. Afirma que los esfuerzos están concentrados en otra órbita cultural y señala: “lo que sí hay que destacar es el peso que se les ha dado al turismo en relación con las festividades, por ejemplo, con el  Festival de Doma y Folklore y otras fiestas locales”. Esta investigadora sostiene que “se puede hacer turismo cultural en Olavarría e incluir al patrimonio arqueológico, y uno de ellos podría ser en Curicó, pero de forma equilibrada”. También se consultó a una socióloga y antropóloga local, reconocida en el ámbito académico por abordar en sus investigaciones  el tema turístico, ella afirma: “Es esencial para lograr una protección del patrimonio y desarrollar una política clara de turismo cultural local. Actualmente, el Partido de Olavarría no la tiene”.

Por su parte, otro antropólogo especializado en arqueología industrial afirma su importancia “dada la riqueza de la zona en cuanto a sitios de ocupación de pueblos originarios que han dejado su impronta a lo largo de miles de años, la arqueología es, en este sentido, un puntal para el incentivo de este tipo de oferta turística”. Por su parte, el arqueólogo responsable del Sendero de Interpretación Arqueológica ubicado a la vera del Arroyo Tapalqué, se diferencia de los dos citados anteriormente y destaca que la inclusión del patrimonio en la oferta turística debería ser “en museos y no sobre los sitios, porque hay que protegerlos y no hay presupuesto para incorporar agentes de protección para todos los sitios que hay. Primero hay que concientizar a la población y prever el impacto, ya que puede ser contraproducente”. Finalmente, en relación a ello la responsable del espacio de arqueología en el nuevo Museo de las Ciencias afirma que la inclusión del patrimonio arqueológico en la oferta de turismo cultural “depende de cómo se venda el producto, en el sentido de cuán interesante se haga la oferta para ser incluido en el repertorio local”.

Lo que se destaca de estas opiniones es que todos coinciden en la potencialidad del recurso arqueológico como atractivo turístico. También apelan a la necesidad de su preservación y a un uso compatible con ella. Esto es, sin dudas, significativo si se tiene en cuenta que la mayoría de ellos son investigadores que trabajan con el registro arqueológico local y que, lejos de tener una postura conservadora y reticente, se preocupan por promocionar no solo la comunicación de la arqueología, sino además su uso público.

En relación con los agentes turísticos, se consultó a dos empresas locales sobre la valoración que le otorgaba, cada una de ellas, al patrimonio arqueológico. Para ello se les propuso establecer una escala de uno a diez. La primera de las agencias (en adelante Operador A) consideró que su valoración numérica estaba representada por un cuatro y lo relacionó con un interés  de tipo turístico, educativo e identitario. El segundo operador (en adelante Operador B), en cambio, lo calificó con un nueve por su interés turístico, educativo y científico. Esta disparidad en la calificación no fue fundamentada, lo que hubiera sido interesante para entender tanto su valoración numérica como de los atributos mencionados. No obstante, cuando se los consulta puntualmente por el caso de Olavarría, ambos coinciden en que este tipo de patrimonio no sería el principal interés del turista que visita la ciudad. Los mismos resultados se obtuvieron al preguntarles sobre el interés de los propios olavarrienses con respecto al tema, ya que sostienen que, en general, se priorizan otros tipos de patrimonios, como por ejemplo, el arquitectónico, el artístico-industrial y el natural.

Al indagar sobre sus conocimientos sobre lugares con patrimonio arqueológico a nivel local, se evidenciaron inexactitudes o simplemente carencia de información. El Operador A evidenció algunas contradicciones ya que, al preguntarle si conocía las investigaciones desarrolladas localmente, respondió que no, aunque mencionó algunos de los sitios arqueológicos investigados, tales como “Canteras Cemento Avellaneda y los objetos encontrados, como vasijas, utensilios, entre otros; el Cerro La China, con las pinturas rupestres que presenta  uno de sus paredones, ya que pinturas de ese tipo en el partido son las únicas que se han encontrado; el Arroyo Tapalqué, lugar donde se  recuperó un caparazón de gliptodonte, si mal no recuerdo”. Por su parte, el Operador B aseguró no conocer lugares del patrimonio arqueológico local. “No tengo la información para seleccionar lugares de patrimonio arqueológico, aunque sí creo que son importantes para la difusión y explotación turística las cuevas de Sierras Bayas, que tienen potencial espeleológico. En materia de patrimonio arqueológico sólo podría nombrar a la comunidad Catriel de la misma localidad, y todas sus raíces para el estudio y difusión de los pueblos originarios…”.

Pese a este conocimiento fragmentado y ambiguo, los entrevistados creen posible incorporar al patrimonio arqueológico en la oferta turística local e incluso, uno de ellos argumenta que podría difundirse a través de instituciones culturales. Considera que “el Centro Cultural puede ser una buena opción, ya que podrían realizarse exposiciones de objetos o fotografías, sumado a charlas referentes al tema y, así, brindarle información a la gente para que esté más interiorizada”. Finalmente, resulta necesario resaltar que, pese a que ambas empresas se dedican a ofrecer turismo emisivo, afirman no haber recibido demandas puntuales sobre recorridos que incluyan al patrimonio local, aunque el Operador A no lo descarta como potencial oferta en un futuro. “Los incluiría, sí, si hubiese un plan estratégico que fuera atractivo y rentable. Si la población local y externa tuviera la información necesaria para que el producto sea vendible y exitoso. Digamos que la clave sería informar a la demanda de la posible oferta. Además, a la hora de armar los itinerarios, trabajaría conjuntamente con los diversos grupos involucrados, como la comunidad e investigadores locales”. Por el contrario, el Operador B no pensaría por el momento en incorporar el patrimonio arqueológico a la oferta turística de su empresa, y lo justifica diciendo que “no hay difusión de los mismos y tampoco mucho para mostrar, y donde sí hay, los accesos son difíciles porque son lugares privados, ni hay tampoco guías turísticos locales que puedan realizar ese trabajo”. Esta última opinión llama la atención debido a la existencia de la carrera de guía turístico en la ciudad.

Finalmente, se consideró importante consultar a representantes de la carrera de Tecnicatura Superior en Guía de Turismo del ISFD Nº 130 debido a la relevancia que tiene esta oferta académica en la formación de recursos humanos para el rubro turístico en el mercado laboral local. Para ello se interactuó con docentes y estudiantes de la misma. En relación a los docentes, se entrevistó a profesoras cuyas asignaturas contienen temas vinculados al patrimonio arqueológico. El primero de los casos corresponde a la cátedra “Historia de las culturas” del segundo año de la carrera y cuya responsable es una antropóloga. Al consultarla respecto de su conocimiento sobre sitios con patrimonio arqueológico, no logró especificar lugares, sino que mencionó áreas o zonas donde es esperable encontrar material arqueológico (Arroyo Tapalqué, campos, sierras). Esta docente considera posible incorporar al patrimonio arqueológico en el sistema turístico local, pero reconoce que esto debe ser acompañado por una mayor difusión de la temática, ya que “es un área muy poco difundida”. No obstante, agrega que “ahora, por trabajos de la Facultad de Ciencias Sociales, se lo está reconociendo y sería pertinente que estas investigaciones también se utilicen con fines turísticos, no solo por la atracción que los sitios representan en sí mismos, sino también para que, al conocerse, se preserven más”. La entrevistada reconoció no abordar estos temas en su cátedra.

También se entrevistó a la docente a cargo de la materia “Práctica Profesional III”, con formación de guía de turismo, quien señala que su cátedra es netamente práctica. En ella los estudiantes realizan recorridos por la ciudad de Olavarría y diferentes puntos del partido, tales como las colonias de alemanes y las localidades de Sierras Bayas y Loma Negra. Considera que los lugares más importantes del patrimonio arqueológico local son “las pinturas de las sierras de Curicó, las barrancas del arroyo Tapalqué y el Fuerte de Blanca Grande” (destacamento militar del siglo XIX). Afirma que este patrimonio “es importante, aunque quizás no esté difundido a nivel de lo que es el conocimiento general”. Luego agrega: “no sé si está bueno que se difundan, se masifiquen y después pasen estos problemas de saqueos de sitios arqueológicos y todo eso que también es una realidad. Sabiendo cómo estudian y cómo llegan a las conclusiones no está bueno que sea masiva la difusión, pero sí, quizás, las conclusiones, o después de que estén analizadas, la exposición organizada del material que llegue un poco a la gente y con el lenguaje cotidiano”. Desde su formación y experiencia personal, considera que el patrimonio arqueológico podría ser incluido en la oferta turística local ya que “es uno de los principales motivadores de viajes. Se debería hacer en forma planificada, interdisciplinaria, evitando impactos negativos”. Además, observa que tanto el turista como el residente local se verían atraídos por este tipo de temas, y esto iría acompañado con la idea de que “hay una necesidad en la población local de salir y de conocer o de experimentar cosas nuevas”. Por último, manifiesta que, desde su materia, intenta dar a conocer aspectos del patrimonio arqueológico local, y remarca la importancia de la vinculación interdisciplinaria. “Aunque no lo veamos directamente en los circuitos, siempre insisto en que hay que saberlo y hay que comentar la existencia de sitios arqueológicos. Como guías nos nutrimos de las investigaciones de los arqueólogos, entre otros”. Sin embargo, más allá de su discurso, se deduce que el patrimonio arqueológico local también está invisibilizado tanto en la currícula como en la práctica educativa.

Se relevó, además, la opinión de ocho estudiantes de tercer año de la carrera de guía de turismo. Este número representa el 80% de la población total, si se tiene en cuenta que la matricula final de la carrera no excede los 10 alumnos.

Respecto de su formación, mencionan al menos ocho materias en las cuales se tratan contenidos vinculados al patrimonio. Al indagar específicamente sobre sus conocimientos acerca del patrimonio arqueológico local, solo el 62,5% señala que esas temáticas son abordadas en la carrera. Por otro lado, todos afirman conocer lugares en Olavarría con patrimonio arqueológico. Sin embargo, incurren en contradicciones al ser consultados puntualmente sobre cuáles son esos sitios. Las respuestas son vagas, en general hacen referencia a áreas donde es esperable encontrar restos arqueológicos pero sin brindar datos concretos, por ejemplo, mencionan las márgenes del arroyo, las sierras, los museos. Al preguntarles sobre la posibilidad de incorporar este tipo de oferta al turismo local, el 75% lo consideró factible, remarcado que esto debe ir acompañado por una buena difusión, planificación, gestión responsable, adecuada legislación y mejor desarrollo del turismo como actividad económica y cultural. A continuación se reproducen algunas de sus opiniones: “Es posible incorporarlo ya que la ciudad recibe una variedad de personas a las que les podría interesar, pero para lograrlo es necesario un plan de desarrollo y una buena gestión”. “Sin dudas es importante que se incluya nuestro patrimonio arqueológico en la oferta turística desde un punto de vista técnico-científico y siempre que se planifique y se desarrollen medidas protectoras, a fin de evitar los impactos negativos que produce el turismo”. “Es posible, realizando mayor difusión […]. Es fundamental dar a conocer la importancia de la protección del patrimonio”.

Los estudiantes que consideraron que no es posible la incorporación del patrimonio arqueológico a la oferta turística local (25%) justificaron su opinión en los siguientes términos: “…por no estar organizado y no darle importancia a nivel local”; “no lo veo como algo que le interese a potenciales turistas”. Una cuestión a destacar es que el 87,5% coincidió en que este tipo de oferta turística sería mejor aprovechada por el turista visitante que por el residente local.

DISCUSIÓN Y COMENTARIOS FINALES

A partir de las opiniones relevadas puede observarse que la relación existente entre patrimonio arqueológico y turismo cultural en el municipio de Olavarría es actualmente de escasa a nula, y que tanto la arqueología como los recursos arqueológicos se encuentran invisibilizados para los diferentes referentes del turismo y la cultura local, coincidiendo, de algún modo, con las características no monumentales de los sitios. Esta situación se refleja claramente en los estudios sobre factibilidad turística local, que ignoran u omiten este tipo de recursos. Estos resultados coinciden con estudios previos efectuados sobre opiniones de grupos de interés a nivel local (Endere et al., 2009) y no parecen haber cambiado pese a la realización reciente de actividades de comunicación pública de la arqueología, que han sido múltiples y variadas.

En este contexto se destacan algunos aspectos que no pueden pasar desapercibidos, tanto por sus connotaciones positivas como negativas. Frente al virtual estado de abandono que sufre el museo etnográfico local, considerado como el espacio por excelencia para presentar al público los contenidos arqueológicos,  han surgido otros espacios alternativos -nuevos y atractivos- dentro de la órbita municipal, donde se desarrollan actividades vinculadas con el patrimonio arqueológico. Esta cuestión pone en evidencia la necesidad de resignificar el tema y buscar otras opciones más sistemáticas y permanentes frente a las ya existentes. También es llamativo que, dada esta situación particular de descuido del mencionado museo en la interacción con los grupos de interés, la mayoría reconozca que son las instituciones museísticas los lugares propicios para la interpretación del patrimonio, aunque están pensando en lugares con condiciones más atractivas de exhibición.

Luego de relevar las opiniones de los representantes de diferentes actores identificados como referentes del tema, se observa que uno de los principales problemas es el desconocimiento que, en general, existe sobre el patrimonio arqueológico local. Entre los entrevistados se evidencia una completa desarticulación en términos de información y de acciones, por lo que los esfuerzos de cada grupo no son capitalizados por los demás. Esto, sin duda, atenta contra la viabilidad de cualquier proyecto de contenido patrimonial.

Sin embargo, cabe destacar  algunos consensos que se evidencian en la buena predisposición frente a la posibilidad de incluir a “lo arqueológico” en el repertorio turístico local, pese a enfatizar el desconocimiento generalizado que gira en torno de la temática. También coinciden en identificar al museo como un espacio óptimo de presentación del patrimonio arqueológico, así como en la necesidad de preservar los sitios y en la inconveniencia de su apertura al público para evitar impactos negativos.  Reconocen la falta de regulación legal y la necesidad de planificar de manera detallada cualquier tipo de intervención turística que se aplique sobre el patrimonio arqueológico local. Además, destacan experiencias exitosas como la muestra “Olavarría antes de Olavarría”, aunque coinciden en afirmar que no alcanza con acciones aisladas porque, para afrontar el desinterés general, se requiere una fuerte y sostenida promoción.

Podría afirmarse que las opiniones menos informadas y pesimistas sobre la temática se deben, en parte, a que no es un tema central de agenda actual de ninguno de los sectores consultados. Sin embargo, no consideran que la propuesta sea inviable sino que requiere de una planificación, articulación e inversión, hoy inexistentes.  

La finalidad última de este trabajo consiste en delinear una agenda de prioridades y oportunidades que contribuyan a enriquecer el incipiente debate sobre la puesta en valor turística del patrimonio arqueológico local con el objetivo inicial de visibilizarlo socialmente. En este proceso parece necesario diseñar acciones participativas para generar instancias de diálogo entre las instituciones y los grupos de interés involucrados (Prats, 2005; Santana Talavera & Prats, 2005). La existencia de organismos competentes -principalmente el gobierno local y la universidad- y la posibilidad de establecer una red local con otras instituciones en un proyecto de viabilidad turística, constituyen una oportunidad. Comenzar a transitar este camino es el próximo desafío, que supone un mayor acercamiento interinstitucional y una articulación intersectorial para planificar la puesta en valor del patrimonio arqueológico olavarriense, a la vez que promover el compromiso y la responsabilidad social de los distintos actores. Quizás deberían ser los propios investigadores, por ser los más informados y conscientes de la potencialidad del patrimonio local, quienes deban tomar la iniciativa e interesar a los demás en discutir diferentes propuestas para viabilizar su uso turístico.  

Agradecimientos:

A los entrevistados y encuestados por brindar gentilmente sus testimonios. A la Dra. Carolina Mariano por su lectura y comentarios. Este trabajo fue realizado en el marco del proyecto de beca de Iniciación a la Formación en Docencia, Investigación y Extensión para estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales (UNICEN) de Nadia González y de beca Posdoctoral de CONICET de María Eugenia Conforti. Estas investigaciones están radicadas en el Programa Interdisciplinario de Estudios del Patrimonio (PATRIMONIA)  y cuentan con financiamiento del PICT 2011-0561 (ANPCyT) denominado “Investigación, gestión y revalorización social del patrimonio en el centro y el sudeste de la provincia de Buenos Aires” y el PIP 112 201101 00429 (CONICET) cuyo título es “El estudio de las valoraciones y usos sociales del patrimonio cultural en el partido de Olavarría, provincia de Buenos Aires”, ambos dirigidos por la Dra. María Luz Endere.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Avrami, E., R.  Mason & M.  De la Torre (2000) Values and heritage conservation. Research report. The Getty Conservation Institute, Los Angeles        [ Links ]

2. Bellelli, C., V. Scheinsohn, M. Podestá, M. Carballido, P. Fernández y S. Caracotche (2005) Arqueología, arte rupestre y turismo en la Comarca Andina del Paralelo 42° (provincias de Río Negro y Chubut). Estudios y Perspectivas en Turismo 14 (1): 22-50        [ Links ]

3. Bonfil Batalla, G. (1993) Nuestro patrimonio cultural: un laberinto de significados. En E. Florescano(Comp.),El patrimonio cultural de México (pp. 19-39). Fondo de Cultura Económica, México D.F        [ Links ]

4. Carman, J. (1996) Valuing ancient things. Archaeology and the law. Leicester University Press, Leicester        [ Links ]

5. Chaparro, M. (2012) Museos, patrimonio y comunidad local. Conferencia presentada en las III Jornadas Nacionales de Historia, Arte y Política. Patrimonio y Gestión Cultual. UNICEN, Tandil         [ Links ]

6. Chaparro, M. & Soria, S. (2008) Comunidades anfitrionas, turistas y arqueólogos: un equilibrio difícil de lograr. Los Monumentos Nacionales en la provincia de Salta, Argentina. Comechingonia virtual 1: 1-23         [ Links ]

7. Chaparro, M. & Mariano, C. (2013) El rol de los museos en los procesos de (in)visibilización de las sociedades indígenas pampeanas. Ponencia presentada en el XVIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Universidad Nacional de La Rioja, La Rioja.         [ Links ]

8. Comisión para la Preservación del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires (2009) Turismo cultural II. Temas de patrimonio cultural Nº 26. Comisión para la Preservación del Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires.         [ Links ]

9. Daverio, M.; Salemme, M. & Vereda, M. (2001) Tierra del Fuego: Diseño de nuevos escenarios turísticos de contenido cultural en un contexto natural. Realidad, enigmas y soluciones en turismo II (2):43-70        [ Links ]

10. Elia, R. (1993) ICOMOS Adopts archaeological heritage charter: text and commentary. Public Archaeology Forum.Journal of Field Archaeology 20: 97-104.         [ Links ]

11. Endere, M. (2000) Arqueología y Legislación en Argentina. Cómo proteger el patrimonio arqueológico.  UNICEN, Tandil        [ Links ]

12. Endere, M. (2009) Algunas reflexiones acerca del patrimonio. En Endere, M. & Prado, J. (Eds.), Patrimonio, ciencia y comunidad. Su abordaje en los partidos de Azul, Olavarría y Tandil (pp. 19-48). UNICEN, Olavarría.         [ Links ]

13. Endere, M.; Chaparro, M.; Palavecino, V. & Iarritu, N. (2009) Percepciones y reflexiones sobre el patrimonio de los partidos de Azul, Olavarría y Tandil. En Endere, M.& Prado, J. (Eds.), Patrimonio, ciencia y comunidad. Su abordaje en los partidos de Azul, Olavarría y Tandil (pp. 315-332). UNICEN, Olavarría         [ Links ]

14. Endere, M. & Prado, J. (2009) Patrimonio, ciencia y comunidad. Su abordaje en los partidos de Azul, Olavarría y Tandil. UNICEN, Olavarría        [ Links ]

15. Ferraro, L. (2010) La práctica social actual: conservación y visitación del arte rupestre del Parque Nacional Lihué Calel. En Berón, M.; Luna, L.; Bonomo, M.; Montalvo, C.; Aranda, C. & Carrera Aizpitarte, M. (Eds.), Mamül Mapu: pasado y presente de la arqueología pampeana (pp. 375-390). Editorial Libros del Espinillo, Ayacucho.         [ Links ]

16. García Canclini, N. (1999) Los usos sociales del patrimonio cultural. En  Aguilar Criado, E. (ed.), Patrimonio etnológico. Nuevas perspectivas de estudio (pp. 16-33). Consejería de la Cultura, Junta de Andalucía, Sevilla        [ Links ]

17. González Méndez, M. (2000) La revalorización del patrimonio arqueológico. La definición de un programa para el ayuntamiento de Toques (A. Coruña). Xunta de Galicia, España        [ Links ]

18. ICOMOS (1990) Carta Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico. Asamblea General, Lausana. http://www.international.icomos.org/arch_sp.htm        [ Links ]

19. ICOMOS (1999) Carta Internacional sobre Turismo Cultural. La gestión del turismo en sitios con patrimonio significativo. http://talactor.com/archivos/legint/1999_ICOMOS_CartaM%C3%A9jico.pdf        [ Links ]

20. Istillarte, A. (2008) Turismo cultural en Olavarría. Una propuesta de interpretación, gestión y revalorización social de las Sierras Curicó. Tesis de Grado Inédita Licenciatura en Turismo. Facultad de Ciencias Económicas, UNMdP, Mar del Plata        [ Links ]

21. Larsen, K. (1995) Nara conference on authenticity. 1-6 November, 1994. UNESCO, Agency for Cultural Affaire, Tokio        [ Links ]

22. Lowenthal, D. (1985) The past is a foreign country. Cambridge University Press, Cambridge.         [ Links ]

23. Lowenthal, D. (1996) The heritage crusade and the spoils of history. Penguin Group, Londres.         [ Links ]

24. Mantero, J. (2005) Puesta en valor turístico - recreacional a nivel local: Olavarría. Realidad, Enigmas y Soluciones en Turismo 4(4): 119-132         [ Links ]

25. Mariano, C. & Conforti, M. (2013) Del registro al patrimonio, un camino con curvas cerradas. Gestión del patrimonio arqueológico y comunicación pública de la ciencia. Revista Colombiana de Antropología 49 (1): 279-300        [ Links ]

26. Mazzanti, D. (2005) La institucionalización de la arqueología desde Olavarría. Andes 16: 127-143        [ Links ]

27. Mc Gimsey, Ch. (1972) Public Archaeology. Seminar Press, Nueva York        [ Links ]

28. Pearson, M. & Sullivan, S. (1995) Looking after heritage places. The basics of heritage planning for managers, landowners and administrators.  Melbourne University Press, Melbourne         [ Links ]

29. Prats, Ll. (2000) El concepto de patrimonio cultural. Cuadernos de Antropología Social 11: 115-136        [ Links ]

30. Prats, Ll. (2005) Concepto y gestión del patrimonio local. Cuadernos de Antropología Social 21: 17-35        [ Links ]

31. Prats, Ll. (2011) La viabilidad turística del patrimonio. PASOS Revista de Turismo y Patrimonio Cultural 9 (2): 249-264         [ Links ]

32. Richards, G. (2000) Políticas y actuaciones en el campo del turismo cultural europeo. En Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León  (Ed.), El Turismo Cultural: el Patrimonio Histórico como fuente de riqueza (pp. 72). Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, Valladolid        [ Links ]

33. Sanoja Obediente, M. (1982) La política cultural y la preservación del patrimonio cultural en América Latina.En R. Wilson y G. Loyola(Eds.) Arqueología de rescate. The preservation press, Washington        [ Links ]

34. Santana Talavera, A. & Prats, Ll. (2005) El encuentro del turismo con el patrimonio cultural: concepciones teóricas y modelos de aplicación. Asociación Andaluza de Antropología, España.         [ Links ]

35. Schlüter, R. & Norrild, J. (2002) Turismo y Patrimonio en el siglo XXI. CIET, Buenos Aires         [ Links ]

36. UNESCO (1972) Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural UNESCO, París. www.unesco.org        [ Links ]

37. UNESCO (1982) Declaración de Mondiacult, Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales. UNESCO, México. http://www.unesco.org/culture/development/html_sp/index_sp.shtml        [ Links ]

Recibido el 13 de noviembre de 2013
Reenviado el 16 de enero de 2014
Aceptado el 30 de enero de 2014

Arbitrado anónimamente

 

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons