SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.24 número3Estrategia empresarial el períodos de crisis: Un estudio del sector hotelero de la región metropolitana de Belo Horizonte - BrasilEl mito del paraíso perdido en la definición del destino turístico índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Estudios y perspectivas en turismo

versão On-line ISSN 1851-1732

Estud. perspect. tur. vol.24 no.3 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul. 2015

 

DOCUMENTOS ESPECIALES

Evolución conceptual de la literatura turística sobre el terrorismo

Una exploración inicial

 

Maximiliano E. Korstanje*

Universidad de Palermo Buenos Aires, Argentina

* Licenciado en Turismo por la Universidad de Morón, Argentina. Master en Antropología por la FLACSO, Buenos Aires, Argentina. Ph. D (Hons Tourism), Skibbereen University, Turk and Caicos, Reino Unido. Profesor Investigador del Departamento de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo, Buenos Aires, Argentina; del Global Affiliate of Tourism Crisis Management Institute, Universidad de Florida, Gainesville, Estados Unidos; de la International Society for Philosophers, Sheffield, Reino Unido; y del Centre for Racism and Ethnicity Studies, Universidad de Leeds, Leeds, Reino Unido. Director de la Revista Int. Journal of Safety and Security in Tourism (Argentina), e Int. Journal of Cyber Warfare and Terrrorism (EEUU). E-mail: maxikorstanje@arnet.com.ar


Resumen:

La presente revisión apunta a describir las preocupaciones sobre el terrorismo de la literatura turística y su evolución. Tres escuelas, desde diversos ángulos, han focalizado en diversos aspectos del terrorismo y sus efectos sobre el turismo. La vertiente precautoria hace foco en los efectos del terrorismo sobre el turismo, llamando la atención sobre los planes que deben implementarse para prevenirlos. Por el contrario, la escuela científica buscaba comprender la relación que existen entre la percepción del riesgo y el mensaje terrorista. Los métodos cuantitativos logran recrear las condiciones de laboratorio para explorar la mente del turista.  Por último, la escuela historicista, aparecida por las inconsistencias de las otras dos a la hora de mitigar los efectos del terrorismo,  considera que terrorismo y  turismo han estado ligados desde sus orígenes. Para esta corriente, la estructura cognitiva del turista no es metodológicamente válida pues diversos sesgos emocionales y cognitivos interfieren en sus respuestas.

PALABRAS CLAVE: Terrorismo; Turismo; Vertientes teóricas; Planificación; Sociología del riesgo.

Abstract:

Updating the Specialized Literature on Terrorism: an Exploratory Study. The present essay-review is aimed at discussing the concerns of tourism-related scholars respecting to terrorism. Three waves, from diverse angles, have focused on the diverse aspects of terrorism and its effects on tourism. The Precautory School, which originally, echoes on the needs of implementing preventive programs to control of terrorism. Rather, the scientific school alludes to the perception of risk and its understanding of terrorist message to infer on the law of tourist experience. The quantitative-led methods reconstruct the condition of laboratory, which are necessary to understand experience. Lastly, historicism emerged by the discrepancies between the other two to mitigate terrorism, explores the historical roots of terrorism and its original connection to tourism. Far from being an "evil", tourism and terrorism has been historically intertwined. For this current of thought, the tourist as a source of investigation is not valid because its structured is biased by emotional arousing.

KEY WORDS: Terrorism; Tourism; Schools; Planning; Sociology of risk.


INTRODUCCION

El terrorismo internacional parece haberse radicalizado en los últimos años. Una de sus características esenciales es la disposición por atacar civiles, o personas quienes no se encuentran a la altura del conflicto. En la década 1970 y 1980, ciertos grupos radicalizados provenientes del Este de Europa y Medio Oriente seleccionaban como blanco a medios de transporte turísticos como ser vuelos comerciales internacionales con el objetivo de secuestrar, y llegado el caso asesinar, a los pasajeros. El mensaje a grandes rasgos estaba orientado a causar pánico en la ciudadanía afectando los intereses directos del estado y creado caos institucional. Esta táctica gradualmente fue adquiriendo formas más violentas en donde (sobre todo en los noventa) el secuestro dejo paso al asesinato. Sin embargo, estos ataques se planeaban empleando bombas o coches bombas donde el perpetrador operaba por control remoto. Los ataques suicidas hacia centros turísticos internacionales como Bali, Egipto y Marruecos fueron apareciendo como una táctica radical entre fines de los ochenta y los noventa. No obstante, los miedos se duplicaron cuando un contingente de pasajeros fue literalmente dirigidos contra un edificio público el 11 de Septiembre de 2001; sin lugar a dudas, este evento marcó un antes y un después respecto de cómo se pueden usar los medios de transportes occidentales contra blancos civiles (Sageman, 2004; Sageman, 2014; Moten 2013).

La literatura especializada sugiere que no solo estos ataques se fueron haciendo más brutales, recodificando todas las normas sobre la guerra, sino que además fueron llevados dentro de los Estados Unidos y Europa. Los especialistas de la industria del turismo, que ya venían monitoreando el tema, movilizaron sus recursos para responder a la siguiente pregunta ¿Por qué los terroristas seleccionan a los turistas como blanco de sus ataques?

En el presente trabajo conceptual defendemos la idea que existen tres corrientes, nacidas en momentos diferentes, que intentan con sus métodos dar respuesta a esa cuestión.

a) La escuela Precautoria hace foco en los efectos del terrorismo sobre el turismo, llamando la atención sobre los planes que deben implementarse para prevenirlos.  

b) La escuela Científica busca comprender la relación que existen entre la percepción del riesgo y el mensaje terrorista. Los métodos cuantitativos logran recrear las condiciones de laboratorio para explorar la mente del turista. 

c) La escuela Historicista considera que el terrorismo y el turismo han estado ligado desde sus origines. Para esta corriente, la estructura cognitiva del turista no es metodológicamente válida pues diversos sesgos emocionales y cognitivos interfieren en sus respuestas.

En la primera fase del trabajo se discute los contextos socio-culturales que llevan al terrorismo, mientras un análisis más profundo de la literatura vigente en turismo y hospitalidad se reserva para la sección siguiente. Por último pero no por eso menos importante, se detalla la evolución y comprensión de las tres escuelas que se han dedicado, en forma aislada, a estudiar los efectos del terrorismo sobre el turismo.

DEBATE PRELIMINAR

El filósofo francés Olivier Roy (2003) explica que existen diversos mitos respecto al 11 de Septiembre. En primer lugar, no es cierto que este evento haya marcado a fuego las políticas internacionales de los Estados Unidos en materia geo-política, en menor medida se puede aceptar que Al-Qaeda tenga una influencia manifiesta en el islamismo de medio Oriente. Para Olivier, las políticas americanas fueron iniciadas por la administración Clinton y continuadas, profundizadas por Bush, hijo. A su vez, Al-Qaeda nunca ha tenido una influencia política dentro del mundo musulmán, a no ser por su introducción dentro del imaginario colectivo occidental como uno de los peores males del siglo XXI. El 11 de Septiembre radicalizó aquellas políticas de intervención que habían sido planeadas mucho antes del evento.

Uno de los biógrafos de George Bush, Jacob Weisberg (2008) explica que los "neo-conservadores" emplearon a su favor la política preventiva luego del ataque a suelo americano para entablar una guerra contra el terrorismo, empero que, sus bases ya estaban presentes en el gobierno de Reagan. Si la radicalización de las políticas internacionales de los Estados Unidos estaba orientada a la lucha contra el tráfico de drogas, el 11/9 sentó las bases para expandir una ideología centrada en el proceso de "securitización", el cual se caracteriza por dos tendencias antagónicas. Por un lado, se tejen sentencias y penas más duras para los grupos terroristas suponiendo un mejoramiento en la seguridad nacional, pero a la vez se hace más difusa la definición de lo que realmente es un terrorista (Pollins, 1989;  Barro, 1991; Chomsky, 2002). Como resultado, un número cada vez más marcado de personas son etiquetados como terroristas y bajo la "enmienda patriótica" despojados de ciertos derechos (Chavéz, 2008; Calveiro, 2012; Korstanje, 2013).

Los intelectuales estadounidenses, en este punto, dividen sus posiciones en la siguiente discusión. Si el terrorismo es considerado un mal per se, ya que se excluye de cualquier apego normativo al atacar a no combatientes (Bellamy, 2005; Kondrasuk, 2005), entonces aunque condenables la torturas en los centros de detención se tornan un mal menor (Ignatieff, 2004; 2013; Drumbl 2004; Schmid & Jongman, 1988).  Otro grupo por el contrario, apela al espíritu democrático de Estados Unidos para darle justo tratamiento a los acusados y condenados por actos de terrorismo. Para lo cual se reconoce que (si bien como actividad política) el terrorismo ha surgido y se ha organizado a principios del siglo XIX, sus razones y características esenciales han cambiado de raíz (Ettiene, 1996; Ghougassian, 2003; Ianni, 2003). Si las primeras asociaciones terroristas empleaban la violencia para establecer sus demandas, lo hacían apelando a personajes de renombre, políticos o jefes de policía cuyo asesinato desestabilizaba políticamente a la comunidad (Joll, 1979), no obstante en estos días (sobre todo después del 11 de Septiembre), estos grupos radicales atacan civiles que no ocupan cargos públicos mucho menos en la administración gubernamental, como ser periodistas y turistas. Dicha tendencia se repite constantemente desde los 80s y explica porque centros turísticos de primer nivel como Bali, Egipto, Londres y Nueva York tuvieron que estrechar sus medidas de seguridad en las últimas décadas (Korstanje, 2010).

El filósofo alemán Jurgen Habermas (2002) enfatiza en la globalización y el choque cultural que ella supone, como la causa central a los fundamentalismos religiosos que llevan al terrorismo. Particularmente, occidente, luego de la Segunda Guerra, ha intentado implementar una visión global de los Derechos Humanos. Pero estas construcciones, lejos de ser consensuadas, apelan a valores individualistas y de competencia constante. Ello se debe a que los derechos se encuentran por encima de las obligaciones. Por el contrario, en las sociedades no-occidentales, la ley debe subordinarse a un deber siempre colectivo. ¿Porqué se da esta ruptura?. En parte, el principio hobbesiano occidental supone que se encuentra permitido todo aquello que no está prohibido por la ley. De esta forma, se da una ruptura entre la moral y la ley positiva. Tal quiebre desdibuja la influencia de la moral (siempre colectiva) a favor de los derechos (individuales). Como resultado, la política de derechos humanos formulados por occidente colisiona de lleno con la noción colectivista de las culturas asiáticas, reforzando su resistencia. Cuando mayor es la fuerza ejercida por la globalización para homogeneizar a las culturas del planeta, mayores son las reacciones fundamentalistas.

Siguiendo el mismo argumento, el sociólogo australiano Luke Howie advierte que el objetivo del terrorista no se corresponde con exterminar a toda una comunidad, sino en instalar la mayor cantidad de miedo posible para que sus demandas sean aceptadas. Por ende, ciertos grupos radicales, que han pasado a la clandestinidad, recurren a los medios de comunicación para hacer visibles sus actos. Ciertamente, el imaginario colectivo y los medios de comunicación presentan una imagen sesgada sobre qué es y cómo opera el terrorismo; particularmente, quienes, sometidos a los medios de comunicación, no han tenido jamás una experiencia traumática ni están en el teatro de operaciones, desarrollan escenarios apocalípticos más intensos en comparación de quienes han atravesado un secuestro o un ataque (Howie, 2009; 2012).

Para este trabajo de revisión se define al terrorismo como una dialéctica del odio orientada a instrumentalizar al otro, el cual sirve como medio para un fin. El terrorismo no es monopolio de un estado, ni de un grupo, sino la relación entre ambos en vistas de una puga política que usa a la violencia como su moneda de cambio; a la vez que el estado busca poner el orden identificando "cuando será el próximo ataque", los insurgentes/disidentes operan dentro de la población. Dos factores son de capital importancia para alimentar la lógica discursiva del terrorismo, la sorpresa y la extorsión. Las políticas públicas en materia de terrorismo se encuentran ancladas a escenarios futuros y difusos por medio de los cuales se introduce el temor (Korstanje, 2012a).

RELACION ENTRE TURISMO Y TERRORISMO

El turismo y el terrorismo se encuentran ligados desde hace tiempo por el shock psicológico que representa para occidente que sus principios sobre la hospitalidad y la movilidad sean vulneraros, que sus ciudadanos (ajenos a un conflicto que no les es propio) sean atacados sin posibilidad de defensa (Korstanje 2012b; 2012c). Uno de los antecedentes históricos importantes que marca un antes y después, es la masacre de Luxor. El 17 de Noviembre de 1997, en Deir el-Bahari una de las atracciones al borde del río Nilo (Luxor-Egipto), un continente de 58 turistas extranjeros y 4 policías fueron asesinados a sangre fría por un grupo islámico denominado "Al-Gama'a al-Islamiyya". Los detalles estremecieron al mundo. Seis asaltantes disfrazados de miembros de fuerza de seguridad descendieron al templo funerario de Hatsheput por las 8.45 para encerrar a los visitantes quienes disfrutaban de un tour. Aproximadamente las autoridades reconocen que la masacre de Luxor se llevó a cabo en 40 minutos. Las noticias no sólo recorrieron el mundo afectando seriamente la imagen de Egipto como destino internacional sino que cambiaron la postura de los académicos respecto al terrorismo.

Desde entonces como afirma Rashid Moten, el terrorismo ha evolucionado a formas más radicales y que exigen mayores niveles de violencia (Moten, 2013). Lejos de tener vinculación directa con la religión, la radicalización adquiere tres fases principales donde el sujeto se somete a la estructura normativa de grupos pequeños que se separan simbólicamente de la sociedad matriz. Ciertamente, los mecanismos que operan en este proceso llevan al sujeto a victimizarse frente a lo que éste considera como una injusticia, y mediante ella, desarrolla un sentimiento primero de resistencia y luego de odio hacia los valores de la sociedad. Desde el momento en que el grupo de pertenencia es pequeño, sus normas tienen mayor alcance sobre los miembros creando una especie de barrera con el resto de la sociedad. Las células terroristas tienen éxito en sus canales de educación a los nuevos miembros debido a su limitada extensión que le permite un sometimiento total respecto a su líder en comparación con colectivos extensos donde la interacción rompe con la autoridad (McCauley & Moskalenko, 2008). Siguiendo esta teoría no sería difícil suponer que los turistas llevan consigo valores culturales que de alguna forma despiertan el odio en grupos locales, ya sea por diferencias asimétricas en el consumo, riqueza, o el acceso a la movilidad como forma de status social. Por el contrario, otra corriente de especialistas sugiere que una explicación científica sobre el terrorismo no opera sobre lo emocional, sino sobre el rol que juega el grupo de pares. Muchos jóvenes son reclutados por las células terroristas porque sus amigos/as, novios/as ya forman parte de ellas (Victoroff, 2005; Townsend, 2007).  Empero, eso sugiere una pregunta por demás particular, ¿cuál es el tratamiento que recibe el terrorismo en la literatura turística?

La literatura especializada en turismo apunta al terrorismo como un mal a "erradicar" (Tarlow, 2006). Somnez, Apostolopoulos & Tarlow (1999) enfatizan en la necesidad de tomar en serio los efectos del terrorismo ya que los destinos turísticos no solo se ven afectados en su imagen, sino que incluso pueden colapsar dejando a miles de trabajadores sin empleo. El terrorismo apela a atacar a los turistas porque intenta generar un daño físico y financiero. El principal aspecto dañado por los ataques terroristas es la imagen del destino y con ella su rentabilidad. Movida por la Masacre de Luxor, Sevil Somnez (1998) argumenta que el resentimiento de los terroristas obedece al código cultural que los viajeros occidentales portan, y obviamente, al mensaje político que implica asesinar a un turista.

No obstante, no existe consenso sobre si el terrorismo deriva de las promesas incumplidas del turismo, o simplemente es un intento de desestabilización dirigido hacia el estado. Heba Aziz (1995) explora la relación de la violencia con las incompatibilidades culturales entre el islamismo y occidente, acentuadas por el turismo. La violencia se explica como una reacción llevada a cabo por las irresponsabilidades turísticas, si se quiere, por el grado de ostentación del consumo masivo promovido por el turismo en espacios que tienen muchas privaciones.

El principal problema con estas tácticas radican en que ni las fuerzas de seguridad, ni los políticos saben cuándo será el próximo ataque (Somnez, 1998). El tema del valor y la expectativa sobre el ataque son dos de los elementos discursivos observados en los inicios de la literatura del turismo orientada a proteger la imagen orgánica de los destinos, en donde radica la fuerza de su producto. Todos estos estudios estaban centrados en comprender atentados fuera de suelo americano, planificados con limitados recursos en países periféricos. Con el paso del tiempo, esta explicación del terrorista como agente frustrado frente al orden capitalista comienza a tomar otro ribete. El 11 de Septiembre demostró dos aspectos importantes de la seguridad mundial. El primero y más importante es que se puede atacar a principal país del planeta empleando en su contra lo que se considera el orgullo de su tecnología, los medios de transporte. Segundo, se anulan todos los principios de la hospitalidad antropológica por medio de la cual los viajeros quedan protegidos por el estado-anfitrión. El estado de pánico que se expande luego de este evento desafía "el sentido de controlabilidad occidental" imponiendo un mensaje antes desconocido, nadie está seguro en ningún lugar, lo peor puede suceder en cualquier momento (Korstanje, 2009; Korstanje & Olsen, 2011).

Las nacionalidades juegan un rol importante, según la investigación aplicada para explicar la correlación de ciertos turistas al riesgo. El clima de miedo creado por el 11 de Septiembre ha impactado en mayor medida en Americanos y británicos que en otras nacionalidades (Domínguez, Baguette & Bernard, 2003). Sacket & Botterill (2006) encuentra que los turistas estadounidenses y británicos tienen mayores reparos a la hora de viajar al extranjero que otras nacionales de turistas. Incluso los americanos en casi un 72% perciben mayores riesgos contra el 42% de los británicos. Similares conclusiones fueron presentadas por Ertuna & Ertuna (2009) quienes confirman que la nacionalidad es una de las variables de mayor correlación respecto al comportamiento turístico. Las condiciones geopolíticas fijan una correlación directa que afecta el sentimiento de seguridad de los viajeros. En otras palabras, las formas y estereotipos creados por los medios se condicionante a la hora de tomar una decisión respecto a determinado destino.

Por el contrario, D. Steiner enfatiza que, si bien la nacionalidad puede funcionar como variable de predicción en el estudio de los riesgos, en ciertos contextos una investigación más profunda es necesaria. Combinando estudios conceptuales con material empírico, Steiner advierte que el lugar de residencia se constituye con una mayor correlación respecto a la nacionalidad en si misma. Los americanos no temen al terrorismo por su calidad de americanos, sino por ser personas que habitan en un espacio urbano. La mayoría de los ataques terroristas se llevan a cabo en espacios de gran concentración de personas. Por ello, luego del 11/9 muchos americanos dejaron las grandes ciudades para vacacionar en las estancias o espacios rurales (Steiner, 2007; 2009). Reichel et al. (2009) explican que la ideología es un recurso que permite la comprensión de la seguridad percibida. Partiendo de la premisa, que el primer factor de temor es la inseguridad o la poca familiaridad respecto a un territorio nuevo, los investigadores aseguran que las compatibilidades ideológicas entre el gobierno de un país y los turistas se presentan como una variable importante para comprender como funciona la mente humana respecto a que es riesgoso. Los demócratas experimentan menos riesgos que los republicanos cuando deben viajar a medio oriente.

En el ámbito de la psicología, algunos investigadores han descubierto que el terrorismo ha sido simbólicamente identificado a la vida en las grandes ciudades. El turismo y sus flujos no quedan completamente vedados por el terrorismo, sino que muta hacia nuevas formas hacia nuevos destinos. Aquellas personas que por proximidad geográfica viven cerca de Nueva York experimentaron mayores ansiedades luego del 9/11 (Floyd et al., 2004; Floyd & Pennington-Gray, 2003; Wong & Yeh, 2009; Woods et al., 2008).

El psicólogo noruego Larsen y su equipo examinan la preocupación del turista respecto al terrorismo. Según el especialista, los medios de comunicación y también los consumidores pueden ser presa de una ilusión. Al preguntarse sobre si un destino es seguro o inseguro, uno puede responder por una u otra opción, sin que ello implique una correspondencia emocional sobre el mismo. Su explicación consiste en la diferencia entre el riesgo, entendido como categoría cognitiva, y la "preocupación" que sugiere un apego de tipo emocional (Larsen, 2007; Larsen, Brun & Oogard, 2009; Brun, Wolff & Larsen, 2011). En recientes investigaciones llevadas a cabo sobre los ataques el 22 de Julio de 2011 en Oslo, Noruega, donde un par de jóvenes dispara a quemarropa contra una multitud que se disponía a disfrutar de una tarde soleada, se observa que ciertos ataques son catalogados como terroristas mientras otros, pueden ser tildados como criminales. Existe una idea preestablecida (estereotipo) sobre lo que es un acto terrorista, y una carga simbólica previa que lo define. Los noruegos no consideran que los tristes ataques de 2011 sean ataques perpetrados por terroristas, sino una masacre criminal. Paradójicamente, el terrorismo parece hacer sentir a las poblaciones, cuyas naciones no se encuentran involucradas en la lucha contra el terror, más seguras (Wolff & Larsen, 2014).

La dinámica política dentro del discurso del terrorismo, lejos está de ser inocua. Quienes mantienen el poder marcan a ciertos colectivos con el nombre de terroristas, mientras otros que mantienen iguales prácticas reciben otro tratamiento. En este sentido, existe una brecha entre el terrorista quien encarna el "mal radical", y el criminal juzgado y sometido por la ley local. Estos hallazgos pueden ser comparables a los que Gilbert Achcar llama "compasión narcisista"; la audiencia que no ha tomado parte del blanco original siente compasión por los Estados Unidos, pues de esa forma se acerca simbólicamente a ese país "ejemplar". Al hacerlo, agrega Achcar, se distancia del mundo "incivilizado". De esta manera, la percepción del riesgo adquiere una naturaleza no solo política pues separa los "deseables de los indeseables", sino puramente jerárquica (Achcar, 2007). ¿Se puede afirmar que existen viajeros de primera y viajeros de segunda?, ¿es el terrorismo funcional a la jerarquización de clases?

En posteriores investigaciones, Korstanje & Olsen (2011) y Korstanje & Tarlow (2012) exploran el mundo del cine de terror estadounidense en el contexto post 9/11. Tomando como eje de análisis las películas recientemente estrenadas de este género de cine, los autores identifican que el arquetipo del villano ha sufrido en los últimos años un cambio radical. Si en películas como Tiburón o Cuando Ruge la Marabunta, el villano era un animal, en la actualidad ese papel lo toma un ser humano. Aprovechándose de su posición, el villano confiere hospitalidad a un grupo de turistas que no saben de sus intenciones y que tampoco imaginan que serán sometidos a la más sangrienta tortura. En el fondo, lo que el 9/11 ha clausurado, ha sido el principio "básico de hospitalidad" por medio del cual los estados se relacionan. No obstante, en algunos trabajos como Hostel, torturar y asesinar a turistas estadounidenses da mayor privilegio a los villanos como tales. En diferentes pasajes de Hostel se tipifica el valor que cobra la asociación mafiosa, ubicada siempre en el Este europeo que se presenta como hostil, por torturar turistas acorde su nacionalidad. Los americanos adquieren valores más significativos por su importancia "absoluta" para el mundo. En efecto, las películas de terror transmiten mensajes ideológicos que no escapan al terrorismo internacional. Aquello que aterra, es que hoy el terrorista es parte de nuestra propia sociedad, estudia en nuestras universidades, frecuenta los mismos vecindarios, y dadas las circunstancias podría ser un vecino. 

LAS TRES ESCUELAS DEL TERRORISMO

Si bien no se puede simplificar la investigación vigente en pocas líneas, tres tendencias han tomado vital protagonismo a lo largo del tiempo en esta discusión. En primera instancia, entre los ochenta y los noventa, un grupo de académicos preocupados por los efectos del terrorismo en el mundo dan surgimiento a lo que se denomina "escuela precautoria" de los estudios sobre terrorismo. Estos intelectuales parten de la base que el turismo es una industria que genera valor agregado a las economías locales. Esta forma productiva se asocia a formas específicas de explotación que beneficia o perjudica a la población local. El terrorismo es, para esta visión, resultado del "resentimiento" de ciertas poblaciones locales que han quedado recluidos de los centros generadores de riqueza del turismo. Los planes de contingencia, regulación de riesgo en comunicación y programas de seguridad preventivos funcionan como mecanismos eficaces para evitar que el destino decline su atractivo frente al terrorismo. El evento que determina las inquietudes de estos expertos es la masacre de Luxor, donde queda expresa evidencia de la vulnerabilidad del turista occidental en el extranjero (Pizam & Mansfield, 1996; Aziz, 1995; Pizam & Smith, 2000; Somnez, Apostolopoulos & Tarlow, 1999; Somnez, 1998; Mansfeld, 1999; Ryan, 1993; Tarlow, 2006).

Una segunda escuela, llamada "corriente científica", surgida luego del 11 de Septiembre apela a comprender el origen del riesgo como mecanismo cognitivo que estructura a la imagen orgánica del destino. Los investigadores que forman parte de esta escuela comparten con el anterior la tesis de que hay que proteger el valor agregado del destino turístico, pero difiere en la metodología. Centrados en paradigmas cuantitativos o algoritmos matemáticos, esta escuela considera que la experiencia turística revela las variables necesarias para comprender el impacto del terrorismo dentro de la estructura psicológica del turista. Con mayor rigurosidad técnica, los estudios de la "percepción del riesgo" han construido en la última década un corpus conceptual y empírico que permiten operacionalizar la "experiencia turística" desde lo hipotético. En efecto, la mayoría de estos trabajos disponen de encuestas dirigidas a diferentes segmentos de turistas que no han experimentado directamente un ataque terrorista, sino que trabajan desde los estereotipos fijados por los medios de comunicación y la opinión pública. Esta corriente goza no solo de una gran reputación, sino que monopoliza mayoritariamente lo que se produce en el tema (Larsen, 2007; Sacket & Botterill, 2006; Brun, Wolff & Larsen, 2011; Fuchs & Reichel, 2006; Lepp & Gibson, 2003; Reisinger & Mavondo, 2005; Dominguez, Burguette & Bernard, 2003; Ertuna & Ertuna, 2009; Floyd & Pennington-Gray, 2004; Saha & Yap, 2013).

Una tercera escuela conocida como "historicista" -también nacida luego del ataque al World Trade Centre- por el contrario focaliza en la relación histórica que ha existido entre el turismo y el terrorismo. La mayoría de estos expertos viene de disciplinas humanistas y se inscriben dentro de la rama postmarxista de la sociología del turismo. A diferencia de la primera escuela, los historicistas no emiten un juicio de valor ético sobre el terrorismo, sino que se remiten a estudiarlo como si fuese un "objeto". De hecho, asumen que el terrorismo no ha nacido del resentimiento de las naciones periféricas por Estados Unidos, sino que persiste en el corazón mismo de ese país, en sus valores culturales. La radicalización de los ataques a los turistas es un fiel reflejo de lo que otros grupos humanos han aprendido de Occidente, la violencia y la extorsión como formas de relación. La relación existente entre turismo y terrorismo se inscribe en su conexión histórica por medio de la cual, la lucha sindical es disciplinada por medio de mecanismos de consumo ideológicos, como el lujo y el turismo. Para este grupo de intelectuales, el turismo y el terrorismo se encontrarían inevitablemente emparentados y uno no podría subsistir sin el otro. El estado ejerce mecanismos de disciplinamiento para justificar sus acciones. El terrorismo, en tanto, discurso social se orienta a generar en lo interno condiciones desfavorables para los sindicatos flexibilizando la lógica global del capitalismo. El control interno se combina con la necesidad de expandir las fronteras a nuevos mercados que se anexan por la fuerza. Por ser supra-estructural, la escuela historicista no toma al turista, mucho menos a su experiencia, como eje central metodológico. Lo que el turista siente y piensa es producto de sus prejuicios internos y no debe ser tenido en cuenta seriamente para estudiar el fenómeno (Korstanje, 2009; 2010; 2012a; Bianchi, 2006; Korstanje & Clayton, 2012; Bianchi & Stephenson, 2014; Yang & Nair, 2014).

CONCLUSION Y RECOMENDACIONES

Si bien la investigación sobre el terrorismo descansa sobre suposiciones, modelos algorítmicos y especulaciones pues pocas personas pueden infiltrarse en estos grupos radicales y escribir sobre ello, no menos cierto, es que el tema ha despertado un gran interés por parte de los cientistas sociales. En los campos del turismo y la hospitalidad, los investigadores parecen haber retomado sus inquietudes luego del 11/9 con mayor intensidad. Dentro de la revisión llevada a cabo de los estudios disponibles, se pueden identificar tres escuelas, las cuales desde diversos ángulos hacen sus aportes para comprender el fenómeno. Un diálogo interdisciplinar entre ellas es no solo necesario, sino imprescindible para quienes fijan políticas públicas. Sin una comprensión cabal de que es, y como opera el terrorismo lejos de cualquier justificación y/o concepción particular, es imposible la aplicación de políticas turísticas eficientes en materia de seguridad. La paradoja radica en que a mayor son las presiones por disponer medidas que atenúen la acción del terrorismo sobre el turismo, mayor es el pánico por medio del cual el terrorismo se hace fuerte y crece.

Uno de los grandes problemas que reviste el terrorismo apela a la atención que los medios de comunicación le prestan al problema. Esta complicidad entre medios y la violencia ejercida por estos grupos puede, en ciertas ocasiones, establecer un "espiral sensacionalista", en donde los ataques se hacen cada vez más violentos. Desde el momento en que el terrorismo intenta llamar la atención, cuando los ataques se hacen repetitivos en el tiempo, la comunidad cae en una especie de "desensibilización". Con el transcurso del tiempo, el impacto del terrorismo comienza a declinar producto de la cantidad de veces los medios cubren la misma noticia. Esta realidad obliga a los terroristas a innovar en sus tácticas y métodos agudizando el umbral existente de violencia. Por ese motivo, no es extraño observar como los ataques, en los últimos veinte años se han ido perfeccionando acorde al grado de terror que pueden generar. Las autoridades y los especialistas en turismo, junto a los medios de comunicación deben comprender la raíz del terrorismo para poder establecer campañas que partan de diagnósticos acertados. No solo el riesgo real es importante, sino también el riesgo percibido o socialmente construido. Muchas campañas toman como eje central el primero, pero fracasan pues no asumen la percepción de la opinión pública. Por último pero no por ello menos importante, las políticas de contención de riesgos (entre ellos el terrorismo) debe comprender que el impacto de un evento no necesariamente se asocie su daño real, empero en vistas de lo que se transmite puede determinar el declive de un destino turístico. (Skoll & Korstanje, 2014; Clayton, Mustellier & Korstanje, 2014). 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Achcar, G. (2007) "El choque de las barbaries: terrorismos y desorden mundial".  Icaria Editorial, Barcelona        [ Links ]

2. Aziz, H. (1995) "Understanding attacks on tourists in Egypt". Tourism Management 16(2): 91-95        [ Links ]

3. Barro, R. (1991) "Economic growth in a cross section countries". Quarterly Journal of Economics 106 (2): 407-443        [ Links ]

4. Bellamy, A. J. (2005) "Is the war on terror just?" International Relations 19(3): 275-296        [ Links ]

5. Bianchi, R. (2006) "Tourism and the globalization of fear: Analyzing the politics of risk and (in) security in global travel". Tourism and Hospitality Research 7(1): 64-74        [ Links ]

6. Bianchi, R. & Stephenson, M. (2014) "Tourism and citizenship: Rights, freedoms and responsibilities in the global order". Routledge, New York        [ Links ]

7. Brun, W.; Wolff, K. & Larsen, S. (2011) "Tourist worries after terrorist attacks: Report from a field experiment". Scandinavian Journal of Hospitality and Tourism 11(3): 387-394        [ Links ]

8. Calveiro, P. (2012) "Violencias de Estado. La guerra antiterrorista y la guerra contra el crimen como medios de control global". Siglo XXI, Buenos Aires        [ Links ]

9. Chávez, N. (2008) "Cuando los mundos convergen: terrorismo, narcotráfico y migración post 9/11". Flacso, Quito        [ Links ]

10. Chomsky, N. (2002) "Pirates and emperors, old and new: International terrorism in the real world". South End Press, Cambridge        [ Links ]

11. Clayton, A.; Mustellier, L. & Korstanje, M. E. (2014) "Understanding perceptions and attitudes to Risk in the Tourism Industry". International Journal of Religious Tourism and Pilgrimage 2(1): 48-57        [ Links ]

12. Domínguez, P.; Burguette, E. & Bernard, A. (2003) "Efectos del 11 de Septiembre en la hotelería mexicana: reflexión sobre la mono-dependencia turística". Estudios y Perspectivas en Turismo 12(3-4): 335-348        [ Links ]

13. Drumbl, M. A. (2004) "Lesser evils in the war on terrorism". Case Western Reserve - University School of Law 36: 335- 338        [ Links ]

14. Ertuna, C. & Ertuna, Z. I. (2009) "The sensitivity of German and British tourists to new shocks". Tourism Review 64(3): 19-27         [ Links ]

15. Etienne, B. (1996) "El Islamismo radical". Siglo XXI ed, Madrid          [ Links ]  

16. Floyd, M. & Pennington-Gray, L. (2004) "Profiling risk: perception of tourist". Annals of Tourism Research 31(4): 1051-1054          [ Links ]

17. Floyd, M.; Gibson, H.; Pennington-Gray, L. & Thapa, B. (2003) "The effects of risk perception on intention to Travel in the Aftermath of September 11, 2001". In: Hall, M.; Timothy, D. & Duval, T. (Eds.) Safety and Security in Tourism: relationships, Management and Marketing. Haworth Hospitality Press, New York, pp. 19-38          [ Links ] 

18. Fuchs, G. & Reichel, A. (2006) "Tourist destination risk perception: the case of Israel". Journal of Hospitality & Leisure Marketing 14(2): 83-108        [ Links ]

19. Ghougassian, D. K. (2003) "El nuevo rostro de mi enemigo. Estados Unidos y el Integrismo Sunnita". En: López, E. (Compilador) Escritos Sobre el Terrorismo. Prometeo, Buenos Aires, pp. 77-100        [ Links ]

20. Habermas, J (2002) "On legitimation on human rights". In: De Greiff, P. & Cronin, C. (Ed.) Global Justice, transnational politics. MIT Press, Massachusetts, pp. 197-214         [ Links ]

21. Howie, L. (2009) "A role for Business in the war on terror". Disaster Prevention and Management 18(2): 100-107        [ Links ]

22. Howie, L. (2012) "Witnesses to terror: Understanding the meanings and consequences of terrorism". Palgrave Macmillan, Hampshire        [ Links ]

23. Ianni, O. (2003) "Sociología del terrorismo". En: López, E. (Compilador) Escritos Sobre el Terrorismo. Prometeo, Buenos Aires, pp. 11-43        [ Links ]

24. Ignatieff, M. (2004) "Political ethics in the age of terror: the lesser evil". Penguin Books, Toronto         [ Links ]

25. Ignatieff, M. (2013) "The lesser evil: political ethics in an age of terror". Princeton University Press, New Jersey        [ Links ]

26. Joll, J. (1979) "The anarchists". Methuen, London        [ Links ]

27. Kondrasuk, J. (2005) "A US view of terrorism". Disaster Prevention and Management 14(5): 644-656        [ Links ]

28. Korstanje, M. (2009) "Re-visiting risk perception theory in the context of travel". E-Review of Tourism Research 7(4): 68-81        [ Links ]

29. Korstanje, M. E. (2010) "El 11 de septiembre y la teoría de la percepción del riesgo". Pasos 8(2): 389-402        [ Links ]

30. Korstanje, M. E. (2012a) "Testigos del terror. Entendiendo el sentido y las consecuencias del terrorismo". Rosa Dos Ventos 4(4): 661-664        [ Links ]

31. Korstanje, M. E. (2012b) "¿Se puede ponderar la seguridad turística?: un ensayo conceptual". Turismo e Sociedade 5(2): 368-390        [ Links ]

32. Korstanje, M. E. (2012c) "Discutiendo la seguridad turística, nuevos tiempos, nuevos enfoques". Caderno Virtual de Turismo 12(2): 167-184        [ Links ]

33. Korstanje, M. E. (2013) "Preemption and terrorism. When the future governs". Cultura 10(1): 167-184        [ Links ]

34. Korstanje, M. E. & Clayton, A. (2012) "Tourism and terrorism: conflicts and commonalities". Worldwide Hospitality and Tourism Themes 4(1): 8-25        [ Links ]

35. Korstanje, M. E. & Tarlow, P. (2012) "Being lost: tourism, risk and vulnerability in the post-'9/11'entertainment industry". Journal of Tourism and Cultural Change 10(1): 22-33        [ Links ]

36. Korstanje, M. E. & Olsen, D. H. (2011) "The discourse of risk in horror movies post 9/11: hospitality and hostility in perspective". International Journal of Tourism Anthropology 1(3): 304-317        [ Links ]

37. Larsen, S. (2007) "Aspects of a psychology of the tourist experience". Scandinavian Journal of Hospitality and Tourism 7(1): 7-18        [ Links ]

38. Larsen, S.; Brun, W. & Øgaard, T. (2009) "What tourists worry about- Construction of a scale measuring tourist worries". Tourism Management 30(2): 260-265        [ Links ]

39. Lepp, A. & Gibson, H. (2003) "Tourist roles, perceived risk and international tourism". Annals of Tourism Research 30(3): 606-624        [ Links ]

40. Mansfeld, Y. (1999) "Cycles of war, terror, and peace: Determinants and management of crisis and recovery of the Israeli tourism industry". Journal of Travel Research 38(1): 30-36        [ Links ]

41. McCauley, C. & Moskalenko, S. (2008) "Mechanisms of political radicalization: Pathways toward terrorism". Terrorism and Political Violence 20(3): 415-433        [ Links ]

42. Moten, A. R. (2013) "Social justice, Islamic state and Muslim countries". Cultura 10(1): 7-24        [ Links ]

43. Pizam, A. & Mansfeld, Y. (1996) "Tourism, crime and international security issues". John Wiley & Sons, New York        [ Links ]

44. Pizam, A. & Smith, G. (2000) "Tourism and terrorism: A quantitative analysis of major terrorist acts and their impact on tourism destinations". Tourism Economics 6(2): 123-138        [ Links ]

45. Pollins, B. M. (1989) "Does trade still follow the flag?" American Political Science Review 83(2):   465-480        [ Links ]

46. Reichel, A.; Fuchs, G. & Uriely, N. (2009) "Israeli backpackers: The role of destination choice". Annals of Tourism Research 36(2): 222-246        [ Links ]

47. Reisinger, Y. & Mavondo, F. (2005) "Travel anxiety and intentions to travel internationally: Implications of travel risk perception". Journal of Travel Research 43(3): 212-225        [ Links ]

48. Roy, O. (2003) "Las Ilusiones del 11 de Septiembre, el debate estratégico frente al terrorismo". FCE, Buenos Aires        [ Links ]

49. Ryan, C. (1993) "Crime, violence, terrorism and tourism: an accidental or intrinsic relationship?" Tourism Management 14(3): 173-183        [ Links ]

50. Sackett, H. & Botterill, D. (2006) "Perception of international travel risk: an exploratory study of the influence of proximity to terrorist attack". E-review of tourism Research 4(2): 44-49        [ Links ]

51. Sageman, M. (2004) "Understanding terror networks". University of Pennsylvania Press, Philadelphia        [ Links ]

52. Sageman, M. (2014) "The stagnation in terrorism research". Terrorism & Political Violence 26(4): 565-580        [ Links ]

53. Saha, S. & Yap, G. (2013) "The moderation effects of political instability and terrorism on Tourism development: a cross country panel analysis". Journal of Travel Research 54(4): 509-521        [ Links ]

54. Schmid, A. & Jongman, A. (1988) "Political terrorism". Transaction Books, New Brunswick        [ Links ]

55. Skoll, G. R. & Korstanje, M. E. (2014) "Terrorism, homeland safety and event management". International Journal of Hospitality and Event Management 1(1): 95-110        [ Links ]

56. Steiner, C. (2007) "Political instability, Transnational tourist companies and destination recovery in the Middle East after 9/11". Tourism and Hospitality Planning & Development 4(3): 169-190         [ Links ]

57. Steiner, C. (2009) "Political risk, violent political unrest and foreign direct investment in the tourism industry". Geographishes Institut. Disponible en http://www.staff.uni-mainz.de/steinec/Publikationen/Steiner_VPU-Tourism-FDI_1009_WP.pdf Acceso el 10/05/2012         [ Links ]

58. Sönmez, S. F.; Apostolopoulos, Y. & Tarlow, P. (1999) "Tourism in crisis: Managing the effects of terrorism". Journal of Travel Research 38(1): 13-18        [ Links ]

59. Sönmez, S. F. (1998) "Tourism, terrorism, and political instability". Annals of Tourism Research 25(2): 416-456        [ Links ]

60. Tarlow, P. E. (2006) "Tourism and terrorism". In: Wilks, J.; Pendergast, D. & Leggat, P. (Eds) Tourism in turbulent times: Towards safe experiences for visitors (Advances in Tourism Research). Elsevier, Oxford, pp. 80-82        [ Links ]

61. Townsend, E. (2007) "Suicide terrorists: Are they suicidal?" Suicide and Life-Threatening Behavior 37(1): 35-49        [ Links ]

62. Victoroff, J. (2005) "The mind of the terrorist A review and critique of psychological approaches". Journal of Conflict resolution 49(1): 3-42        [ Links ]

63. Weisberg, J. (2008) "The bush tragedy". Random House LLC, New York        [ Links ]

64. Wolff, K. & Larsen, S. (2014) "Can terrorism make us feel safer? Risk perceptions and worries before and after the July 22nd attacks". Annals of Tourism Research 44(1): 200-209        [ Links ]

65. Wong, J. Y. & Yeh, C. (2009) "Tourist hesitation in destination decision making". Annals of Tourism Research 36(1): 6-23        [ Links ]

66. Woods, J.; Eyck, T. A. T.; Kaplowitz, S. A. & Shlapentokh, V. (2008) "Terrorism risk perception and proximity to primary terrorist targets: how close is too close?" Human Ecology Review 15(1): 63-70         [ Links ]

67. Yang, C. L. & Nair, V. (2014) "Risk perception study in tourism: Are we really measuring perceived risk?" Procedia-Social and Behavioral Sciences 144(1): 322-327        [ Links ]

FILMOGRAFÍA

Cuando Ruge la Marabunta (1954) Director Byron Haskin. Paramount Pictures

Tiburón (1975). Director Steven Spielberg. Universal Pictures

Hostel (2005) Director Eli Roth. Barrandov Studios

Recibido el 02 de octubre de 2014
Reenviado el 04 de enero de 2015
Aceptado el 12 de enero de 2015

Arbitrado anónimamente