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Estudios y perspectivas en turismo

On-line version ISSN 1851-1732

Estud. perspect. tur. vol.24 no.4 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Oct. 2015

 

DOCUMENTOS DE BASE

Construcciones socioculturales de la playa nudista

Entre lo liminar y el homoerotismo

 

Juan Carlos Monterrubio*

Universidad Autónoma del Estado de México Texcoco, México

* Doctor en Turismo por la Universidad Metropolitana de Mánchester, Mánchester, Reino Unido. Es Profesor en el Centro Universitario UAEM Texcoco de la Universidad Autónoma del Estado de México, Texcoco, México. E-mail:  jcmonterrubio@yahoo.com.mx


Resumen:

A partir de la función liminar del turismo y del homoerotismo como marco de análisis se caracterizan las diversas construcciones socioculturales de una playa nudista en el Pacífico sur de México. El estudio revela que las interacciones entre visitantes varones a la playa dan lugar a significados y prácticas diversos que definen colectivamente el uso del espacio turístico-recreativo. La playa nudista es depositaria de múltiples construcciones definidas en lo particular por la cultura propia de los actores sociales participantes. Se concluye que la construcción de la playa nudista es altamente compleja, toda vez que en ella convergen lo liminar, el homoerotismo y la multiculturalidad.

PALABRAS CLAVE: Playa nudista; Homoerotismo; Función liminar del turismo; Multiculturalidad; Zipolite.

Abstract:

Socio-cultural Constructions of the Nude Beach. Between Liminality and Homoeroticism. The liminal role of tourism and homoeroticism serve as analytical references for an analysis of the various cultural constructions in a nude beach in the southern Pacific coast of Mexico. The study reveals that the interactions of male visitors to the beach lend it different meanings that collectively define the use of tourist and recreational space. The construction of the nudist beach is defined by the culture of the participating actors, and presents a highly complex network where the liminal, the homoerotic and the multicultural converge.

KEY WORDS: Nude beach; Homoeroticism; Liminal role of tourism; Multicultural relations; Zipolite.


INTRODUCCIÓN

Como cualquier otro espacio, la playa turística se construye a través de prácticas sociales y sus usuarios le atribuyen diversos significados que a su vez redefinen los tipos de prácticas sociales (turísticas y recreativas). El turismo cumple una función liminar. Los entornos turísticos ofrecen un escenario distinto al cotidiano y una identidad anónima y con ello los comportamientos suelen ser distintos (y en ocasiones transgresores) a aquellos que responden a las normas socioculturales impuestas a la cotidianidad.

Como otros comportamientos socialmente restringidos, la práctica del nudismo se vale de la función liminar del turismo. Las denominadas "playas gay" se construyen a partir de las interacciones de sus visitantes y los usos y significados que éstos les atribuyen. Aunque las playas nudistas han sido objeto de estudio en distintos contextos internacionales poco se conoce acerca de las construcciones de éstas en el marco de las interacciones entre varones y mucho menos en el caso mexicano.

El presente artículo se propone identificar las diversas construcciones socioculturales de la playa nudista a partir del análisis de las prácticas entre varones vinculados eróticamente con otros varones. Para tal efecto, se discuten primero la construcción del espacio y la función liminar del turismo como punto de partida teórico que permitirá analizar las playas nudistas gay en su dimensión homoerótica. Los hallazgos del estudio de caso se describen en términos de tres tópicos generales: la playa como espacio liminar, la apropiación social de la playa y las prácticas entre varones que tienen lugar en ella.

MARCO TEÓRICO

La función liminar del turismo

Todo lugar es un espacio social y culturalmente construido con significados y valores individuales y colectivos. Las personas identifican, representan, narran, perciben, sienten, entienden e imaginan los lugares, y con ello los construyen de muy distintas maneras (Gieryn, 2000). Los lugares poseen significados que determinan los comportamientos de las personas, y a través de esos comportamientos compartidos, las personas determinan a los lugares.

La construcción de un lugar está fundada en el contexto físico, las actividades y las intenciones y significados de esas actividades (Selänniemi, 2003). Los lugares turísticos suelen ser sitios de encuentros y prácticas sociales diversos cargados de múltiples significados (Crouch, 2000).

El carácter liminar del turismo influye en los comportamientos de los turistas que suelen ser distintos a los adoptados en la vida cotidiana. El turismo implica un respiro de la vida diaria de los individuos y provee a los turistas la oportunidad de viajar y experimentar en espacios poco familiares y no regulados bajo una identidad anónima (McKercher & Bauer, 2003). Debido a lo liminar en el turismo los turistas suelen adoptar una serie de prácticas que pueden ser socialmente condenadas. La importancia de esta función ha conducido a algunos a considerar a lo liminar como una forma de turismo en sí misma: el turismo marginal (Prat, 2010). Al igual que las actividades en casa, las prácticas y actividades adoptadas durante los viajes turísticos poseen también significados.

La función liminar del turismo tiene un efecto especial en lo que ha sido concebido comúnmente como el turista "gay". Debido a que algunos homosexuales requieren viajar a otros lugares para ser ellos mismos (Hughes, 1997), experimentan una transición no sólo espacial y temporal sino también transformaciones mentales y conductuales. La transgresión temporal de los entornos familiares y de la vida cotidiana modifica el estado psicológico, la conducta y la forma en que los turistas perciben y experimentan su entorno, incluyendo su propia sexualidad y la de otros (Selänniemi, 2003).

Los significados que surgen de estas transgresiones también se transforman. La función liminar del turismo por tanto da forma a la manera en que los homosexuales dan significado a los espacios turísticos y a sus propias vidas a través de las prácticas sociales y comportamientos, muchos de ellos sexuados. Pese a que el papel liminar del turismo puede ayudar a explicar los comportamientos de los turistas homosexuales, existe poca evidencia empírica en cuanto a las prácticas y significados que los turistas varones asignan a sus experiencias sociales, eróticas y sexuales en espacios públicos de recreación.

La playa nudista

Entre las acciones que contribuyen a construir la playa nudista como espacio de recreación están la representación de la libertad y del escape de las reglas sociales y culturales (Preston-Whyte, 2004). Comúnmente adoptada como un sitio para el baño, el surfeo, la relajación y la espiritualidad, la playa puede también dar cabida a comportamientos transgresivos como el nudismo además de otros comportamientos estigmatizados. Las playas nudistas se convierten así en un espacio liminar y no regulado en donde un número considerable de prácticas sociales y comportamientos poco aceptados socialmente, y comúnmente reprimidos en el entorno cotidiano, se hacen presentes.

Según la filosofía del naturismo, la playa nudista es un espacio ideal para el encuentro con los elementos naturales como el mar, el sol, el viento y el cuerpo humano (Barthe-Deloizy, 2003). El contacto directo con el cuerpo desnudo en el ambiente natural de la playa puede ser visto como una forma de escapar de las imposiciones sociales que el vestido, también como un constructo sociocultural, puede significar para algunos. Asimismo, la práctica del desnudo público en las playas está muy asociada a la experiencia individual y familiar de relajación y socialización con gente con pensamientos, filosofías y prácticas similares (Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977). La misma práctica permite a los individuos relajarse y liberar las tensiones de la vida cotidiana (Preston-Whyte, 2004), pero a la vez construir y dar significados a sus espacios públicos de recreación.

La playa nudista es también un escenario ideal para los comportamientos sexuales. La playa nudista pública es atractiva en la medida en que ofrece un número amplio de oportunidades para los nudistas, desde voyerismo y exhibicionismo, hasta el coito y otras experiencias ampliamente determinadas por los significados que les atribuyen los actores sociales. Estudios como el de Andriotis (2010), Douglas, Rasmussen & Flanagan (1977), Jaurand (2005), Schoemaker (2006) y Prat (2010) han evidenciado dichas prácticas. Aunque la actividad sexual al aire libre en las playas puede ser rara en algunos espacios, suele suceder en las playas nudistas. En las playas nudistas aisladas ha habido siempre encuentros sexuales, simplemente porque su aislamiento los hace menos visibles (Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977). La playa nudista también representa un medio para escapar de la represión normativa y las normas sociales y para validar identidades sexuales para los individuos, entre ellos los homosexuales (Jaurand, 2005). De esta forma, la playa nudista es también construida como un espacio sexual liminar.

La playa nudista y el homoerotismo

La bibliografía especializada consigna que las escenas homosexuales masculinas son parte de la mayoría de las playas nudistas. Las llamadas "playas nudistas gay" se distinguen claramente de las heterosexuales, ya sea mediante delimitaciones físicas o sociales, y los nudistas homosexuales las identifican fácilmente (Andriotis, 2010; Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977; Jaurand, 2005). La mayoría de las fuentes consultadas para este artículo reporta, ya sea de manera breve o profunda, el componente homosexual que comúnmente prevalece en las playas nudistas. Estos aspectos parecen ser tan prominentes en la realidad social y espacial de este tipo de playas que los conceptos de "playa gay" y "playa nudista gay" son constructos frecuentemente citados en la investigación académica (Andriotis, 2010; Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977; Jaurand, 2005; Schoemaker, 2006).

La popularidad de la playa nudista entre varones ha sido explicada en términos de los roles que estas playas juegan en sus vidas y en las construcciones del "yo" y del "nosotros". La playa nudista gay, a diferencia de los centros urbanos, por ejemplo, ofrece a los varones homosexuales un lugar en el que las diversas interacciones homoeróticas son claramente visibles tanto al aire libre como en espacios públicos (Barthe-Deloizy & Jaurand, 2005). Estas playas ofrecen a los nudistas gay la oportunidad de alejarse de las restricciones sociales. Como señala Andriotis (2010: 1091-1092) la playa nudista "sirve como una respuesta indirecta a la opresión que ellos sienten al ofrecerles la oportunidad de quitarse las 'máscaras' que normalmente usan para esconder su sexualidad del mundo heterosexual, e involucrarse en actividades no permitidas en espacio heterosexuales".

La playa nudista por lo tanto ofrece oportunidades para reforzar identidades asociadas a las prácticas sexuales con personas del mismo sexo (Jaurand, 2005). "La playa gay [...] funciona como un territorio de homosocialización en el que la comunidad homosexual desarrolla sus prácticas, sus normas y juega un papel de actor espacial [...] los homosexuales crean sus propias leyes en la playa gay" (Jaurand, 2005: 72).

En este sentido, algunos estudios con evidencia empírica han demostrado que el componente sexual del nudismo es más prominente al interior de las comunidades homosexuales (Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977; Schoemaker, 2006). Por tanto, no sorprende que a las denominadas playas gay se las caracterice como lugares para el consumo sexual (Barthe-Deloizy, 2003; Barthe-Deloizy & Jaurand, 2005). Esto coincide en parte con la presunción de que las escenas sexuales en espacios abiertos han sido por mucho tiempo centrales para las culturas gay (Bell & Holliday, 2000). Como en las playas heterosexuales, el comportamiento sexual también se hace presente en las playas visitadas por homosexuales, en ocasiones en su variante más "agresiva" (Schoemaker, 2006). Entre las actividades reportadas en diversos contextos están el  voyerismo, el exhibicionismo, la masturbación, el sexo oral y el swinging, por mencionar algunos (Andriotis, 2010; Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977; Prat, 2010; Schoemaker, 2006).

No obstante, en el estudio de las playas nudistas se ha descuidado considerablemente el amplio número de prácticas sexuales y no sexuales entre varones, así como los significados que éstos les asignan a sus prácticas y al lugar en el que las realizan. Poco se conoce acerca de estas construcciones, particularmente en México, en donde las relaciones entre varones son más sensibles, no sólo a las dimensiones de orientación sexual como tal sino a las particularidades culturales mismas (Núñez, 2001).

Homoerotismo

El término "gay" ha sido por mucho tiempo la etiqueta dominante entre los hombres que se identifican a sí mismos a partir de su interés sexual por otros hombres (Nardi, 2000). Sin embargo, esta noción deja fuera el complejo continuo de las prácticas sexuales, identidades y significados definidos en contextos culturales específicos. Como señala Cantú (2002), la "identidad gay" como se entiende en los contextos anglosajones, no existe en otros contextos en los que la identidad y cultura entre varones se construyen no sólo a partir del sexo biológico de la pareja sexual sino, entre otros factores, en los roles de "activo" o "pasivo" en los actos sexuales, en el tipo de involucramiento (sexual o sentimental), o en el grado de exhibición pública (Kutsche, 1995; Arboleda, 1995; Carrier, 1995; Chant & Craske, 2002; Murray, 1995), todos ellos definidos culturalmente.

De esta forma, la propuesta de "homoerotismo" (Núñez, 2001) ofrece un marco de entendimiento más amplio acerca de las interacciones eróticas y sexuales entre varones, así como de las prácticas sociales y los significados que surgen de tales interacciones. El homoerotismo reconoce, por un lado, que los individuos que de alguna forma están sexual o emocionalmente asociados a personas de su mismo sexo pueden adoptar un sinnúmero de prácticas y subjetividades. Reconoce que los varones que se vinculan eróticamente con otros hombres pueden o no autodefinirse como gay, homosexual o cualquier otra categorización etnocéntrica, académica o médica ya establecida.

Esta noción permite por lo tanto analizar lugares, incluyendo las playas nudistas, cuyos significados y atribuciones sociales están enmarcados por las diversas interacciones sociales, culturales y sexuales entre varones y por sus subjetividades. El uso del concepto de playa nudista "gay" en el estudio de las prácticas y significados sociales atribuidos a la playa simplificaría significativamente las innumerables prácticas y significados existentes entre varones en contextos culturales específicos. Así pues, quizás sea más conveniente hablar de la playa nudista homoerótica.

MARCO CONTEXTUAL

Zipolite es un destino turístico de playa relativamente pequeño en el Pacífico sur mexicano. Su popularidad comenzó en los años 1970 a partir de la visita de "hippies". Desde entonces, el nudismo se convirtió en una característica relevante y de atracción para el destino (Pérez, 1978). La playa, de casi dos kilómetros de largo, es probablemente la primera playa nudista de México, visitada por turistas nacionales e internacionales. Los "mochileros", en particular, representan una parte considerable de los flujos de turistas internacionales en el destino. Teóricamente puede categorizarse como playa nudista "tolerada" (plage nudiste tolérée) (Jaurand & de-Luze, 2004), debido a que no existen ni autorización ni reprobación oficial y la práctica del nudismo se basa en el derecho al uso del espacio público.

El destino es relativamente rústico en términos de planta turística, aunque en años recientes ha habido un desarrollo significativo y cambios en el tipo de establecimientos de servicios turísticos. La infraestructura de hospedaje y otros servicios es básica y relativamente accesible para los turistas internacionales y nacionales de bajo presupuesto. El atractivo principal del destino recae en el desarrollo rústico, la belleza natural, el ambiente pacífico y la atmósfera liberal, incluyendo la práctica del nudismo, el consumo de drogas y su popularidad como un "destino gay" (Brenner & Fricke, 2007).

La playa puede dividirse en tres secciones principales: la parte oriental, la media y la occidental. Aunque se la identifica como destino nudista, el nudismo se limita a sólo una parte de la playa. La parte media, la de mayor extensión, es visitada principalmente por heterosexuales incluyendo algunas familias, aunque también llegan a verse parejas heterosexuales desnudas a lo largo de esta sección. Las partes oriental y occidental son más populares entre los nudistas principalmente varones. A la parte oriental, mejor conocida como "Playa del amor", se llega después de subir una pequeña colina que la separa del resto de la playa. Ahí se concentra la mayor parte de los visitantes varones, y con ello gran parte de las interacciones sociales y comportamientos liminares (Figura 1). La "Playa del amor" se convierte, así pues, en un lugar liminar en la medida en que se construye como un espacio "no regulado" en el que se intersectan prácticas sociales entre varones, como el nudismo y el homoerotismo.


Figura 1: Parte oriental de Zipolite, "Playa del Amor"
Fuente: Fotografía del autor

Aunque la gran mayoría de los visitantes llega durante las principales temporadas turísticas (vacaciones de Semana Santa, verano y diciembre), prácticamente todo el año hay turistas.

EL ESTUDIO

Los métodos cualitativos han sido de gran utilidad en el estudio de las dinámicas sociales entre varones en playas nudistas. Aunque no enfocado exclusivamente en las relaciones entre varones, el trabajo de Douglas, Rasmussen & Flanagan (1977) ofrece un claro ejemplo de la utilidad de dichos métodos. Concibiendo el sentir, la comunicación y las acciones del cuerpo humano como elementos socialmente importantes, los autores adoptaron un método etnográfico y se convirtieron en "unos más entre ellos" ("went native") para lograr entender los varios fenómenos y describir los comportamientos sexuales entre nudistas, entre ellos los de los varones. Basado en entrevistas en profundidad y dos meses de intenso trabajo de campo etnográfico, el estudio de Schoemaker (2006) ofrece otro ejemplo del valor metodológico de las aproximaciones cualitativas. De acuerdo con la autora, una metodología etnográfica en el estudio de la playa nudista y sus construcciones sociales y sexuales, incluyendo las de carácter homosexual, ofrece una perspectiva única para entender un fenómeno grande pero relativamente invisible. Más recientemente, el trabajo de Andriotis (2010) sobre los oasis eróticos en Creta reconoce el valor de los métodos etnográficos para acceder a información que a través de otros métodos no sería tan fácilmente revelada.

El presente estudio es parte de un proyecto mayor de naturaleza cualitativa y longitudinal que inició en 2005, acerca de los comportamientos de los varones en Zipolite y sus usos del espacio. Los hallazgos en términos de las diversas prácticas sociales y sexuales entre varones visitantes en la parte oriental de la playa derivan del trabajo de campo apoyado en observaciones directas, entrevistas semiestructuradas y conversaciones con turistas y otros visitantes varones.

HALLAZGOS

La playa como espacio liminar entre varones

Los resultados de las observaciones y las entrevistas revelan que la playa en un espacio de interacción entre varones en el que se construyen identidades, se asignan significados y se negocian y ejecutan prácticas (algunas de ellas sexuales). Parece existir una diferencia importante entre los turistas nacionales y los extranjeros en cuanto a su autodefinición sexual, sus prácticas y las subjetividades asociadas a la playa. Esto puede explicarse por el hecho de que en México, quizás con mayor magnitud que en algunos otros países del Occidente, las prácticas y significados son significativamente sensibles a las especificidades culturales. Tomando en cuenta que las descripciones antropológicas sensibles a las categorizaciones culturales parecen ser más adecuadas para el estudio del homoerotismo (Núñez, 2001), la mayoría de los resultados descritos a continuación se refiere a los visitantes nacionales.

Existe un abanico de autodefiniciones y posibles identidades sexuales. Un gran número de visitantes (especialmente los que proceden de grandes ciudades del país, entre ellas la Ciudad de México) se autodefinen como "gay" y tienden a concebir a la playa como una playa nudista gay.  Para ellos, Zipolite es una de las pocas playas del país en las que dominan los varones gay. Esto les ofrece un sentido de tener un espacio especial para ellos, lo cual los hace sentir parte de una comunidad, aunque sea sólo de manera temporal. La playa les permite reconocerse y aceptarse individual y colectivamente y hacerse visibles no sólo como un grupo que comparte una orientación o conducta específica sino, para muchos de ellos, también por compartir prácticas socialmente criticadas, entre ellas el nudismo, en un mismo espacio.

Las autodefiniciones, sin embargo, son variables y muy complejas. Algunos varones se consideran a ellos mismos como homosexuales pero no necesariamente se califican como "gay". Para ellos ser homosexual indica una orientación o deseo sexual hacia, y posibles relaciones sexuales con, otros varones; empero, son muy reticentes a ser categorizados como "gay" y a adoptar ciertos patrones de conducta que culturalmente puedan ser asociados al ser gay. Estos varones sienten atracción por otros pero se distinguen de los gay en términos de cómo estos últimos hablan, visten, caminan y consumen. Quienes abiertamente admiten ser homosexuales sin concebirse como gays parecen tener especial interés en preservar su masculinidad en la esfera pública, incluso frente a otros varones homosexuales, y en diferenciarse de los gay quienes para ellos suelen ser afeminados.

De manera similar, la categoría "bisexual" no es totalmente ajena a la playa. Algunos visitantes, aunque menores en cantidad comparados con las dos categorías descritas, se definen como bisexuales. Ellos mantienen comúnmente relaciones con mujeres (frecuentemente una esposa) pero también se sienten sexualmente atraídos y se involucran en el mismo sentido con otros hombres. Ellos no se consideran ni gay ni homosexuales, sino "hombres" que "disfrutan" de ambos sexos.

No obstante, las categorías de gay, homosexual y bisexual parecen ser ajenas a otros varones que también forman parte de las dinámicas y construcciones sociales y sexuales complejas de la playa. Para algunos hombres, principalmente aquellos que visitan la playa de manera muy temporal (por unas horas) y que provienen de localidades cercanas o de la misma región, estas nociones no forman parte de sus concepciones. Para la mayoría de estos varones, quienes comúnmente tienen una relación formal heterosexual y radican comúnmente en la región, gay, homosexual y bisexual son términos que ni siquiera existen en su vocabulario ordinario. El investigador recuerda claramente una conversación entre uno de estos hombres y otro autodefinido abiertamente como gay; este último preguntando al primero, "¿eres gay?", y el otro respondiendo, "¿qué es eso?".

Casos como estos fueron identificados en algunas ocasiones durante el trabajo de campo y no fueron exclusivos de los hombres, ya que también se registró que algunas mujeres locales no entendían qué significaban los términos gay, homosexual, heterosexual y otras categorías similares. Para estos varones, quienes difícilmente muestran conductas que pudiesen ser calificadas como afeminadas, sino todo lo contrario, conductas muy masculinas "dignas" de un hombre costeño, no existe una categorización declarada en términos de su identidad sexual. Estos son el tipo de hombres identificados en otros contextos latinoamericanos, específicamente costarricenses, que tienen sexo con otros hombres pero se conciben como amantes de la mujer y están convencidos de que el sexo con otros hombres no es lo suficientemente importante para afectar su posible identidad (Kutsche, 1995). Aunque no posean, al menos conscientemente, una identidad sexual como tal, los varones de este tipo se involucran en conductas sexuales aunque muy pocas sociales, y por tanto son también actores importantes en la construcción y (re)negociación de la playa como un espacio liminar y homoerótico.

Mientras que ser gay, homosexual, heterosexual o bisexual es poco familiar para estos últimos varones, esto no significa que su sexualidad no tenga ninguna categoría. Su auto-categorización no es una cuestión de la identidad adoptada, sino comúnmente del rol en las relaciones sexuales con otros hombres. Algunos de ellos pueden tener relaciones sexuales con otros hombres pero buscan mantener siempre un rol activo; son ellos quienes penetran a otros hombres y no permiten que éstos los penetren ni los besen en la boca y evitan exhibirse con ellos. Esto sugiere que aquellos varones que mantienen el papel activo en relaciones sexuales con otros hombres, en su percepción, mantienen también intacta su masculinidad. "Soy hombre, ¡y ya!" es una respuesta común de este tipo de varones al cuestionárseles acerca de su identidad sexual.

Con base en lo anterior se sugiere que la noción "gay", como se la utiliza comúnmente para referirse al "espacio gay", "la playa gay", "la playa nudista gay", por mencionar algunos ejemplos, es simplista en comparación con las diversas identidades, prácticas y significados encontrados en espacios públicos construidos a partir de la interacción de bagajes culturales diversos y específicos. Mientras que la noción "gay" ha sido útil para categorizar de alguna manera las relaciones entre el mismo sexo, es un concepto reduccionista que no abarca las varias prácticas y subjetividades que coexisten, definen y se autodefinen, y hacen de la playa un espacio social cultural y eróticamente complejo.

La apropiación varonil de la playa nudista

La definición del espacio depende ampliamente de los comportamientos y los significados individuales, pero principalmente colectivos, que le son asignados por sus usuarios. La playa no es la excepción. En el caso de la "Playa del amor" esta definición está ampliamente relacionada con la apropiación masculina o la denominada "homonormalización" (Visser, 2008) de la playa.

En las entrevistas con gente local pudo constatarse que ninguna parte de la playa fue en algún momento designada oficialmente para la comunidad homosexual. La parte oriente de la playa solía ser frecuentada por parejas heterosexuales e incluso familias pero con el paso del tiempo se convirtió en un espacio de socialización y encuentro entre varones. Actualmente, esta parte de la playa es ampliamente visitada por varones. La escena que se aprecia en la siguiente imagen (Figura 2) es común durante temporadas turísticas: los varones e ubican solos o en grupos a lo largo de este extremo de la playa. La apropiación de la playa como una playa nudista homoerótica puede explicarse a través de la propuesta de Douglas, Rasmussen & Flanagan (1977: 36):


Figura 2: La playa nudista gay. Dominación masculina del espacio
Fuente: Fotografía del autor

Es muy probable que los hombres homosexuales [gays] fueron el grupo más activo en intentar "liberar" las playas de la vestimenta y de las leyes tradicionales. Los hombres gay son un grupo aún muy activo en todas las playas que han sido liberadas. Además, están tratando aún de liberar nuevas playas.

Como la imagen de la Figura 2 sugiere la playa nudista ha sido claramente delimitada social y físicamente. Socialmente, el número considerable de visitantes varones ha conducido a que la playa ––al menos entre ellos–– sea vista y recomendada como una playa gay. Esto sugiere una apropiación implícita de la playa por parte de los hombres y con ello es también común observar que provoque el distanciamiento de otro tipo de visitantes. Esto por supuesto no significa que la playa no sea visitada por otros. Mujeres (algunas veces acompañadas por hombres u otras mujeres) y parejas heterosexuales bajan a la playa y se desnudan, pero el número de visitantes como puede observarse en una escena típica es en definitiva mayoritariamente masculino. En el caso de familias y parejas heterosexuales, varias veces ––quizás llevados por la curiosidad de la popularidad de la playa "del amor"–– llegan y observan las escenas desde la cima de la pequeña colina. Comentarios, susurros, levantamiento de cejas, sonrisas y risas son algunas de las reacciones más comunes de las personas que miran las escenas masculinas desde la cima.

Físicamente, esta sección de la playa está también claramente demarcada. Se ubica en el extremo oriente de la playa y su acceso no es fácilmente visible. Para llegar a ella es necesario subir una colina relativamente pequeña que la separa de las demás secciones. Este tipo de demarcación física se asemeja mucho a lo que describe Jaurand (2005) en su estudio acerca de la distribución de las playas nudistas. El modelo del geógrafo francés sugiere que comúnmente existe una segmentación espacial de las playas "gay", la gran mayoría de las cuales se encuentra frecuentemente distante de las secciones principales de baño, protegida de la visita y observaciones de otros visitantes por elementos naturales tales como bosques, acantilados y colinas. La "Playa del amor", como otras playas nudistas de Brasil (Norrild, 2007), Francia (Jaurand, 2005), Grecia (Andriotis, 2010) y los Estados Unidos (Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977), posee características geográficas similares.

Prácticas entre varones

En la "Playa del amor" de Zipolite coexisten diversas prácticas entre varones al lado de  diversos significados. A diferencia de otros espacios recreativos como parques locales, cines o teatros, la playa nudista como lugar turístico presenta una amalgama de un sinnúmero de interacciones, prácticas y significados. Esto se debe principalmente a dos cosas: primero, a que la playa la visitan individuos de distintas partes del mundo, cada uno con sus propias definiciones culturales específicas; y segundo, porque esta amalgama se hace más compleja debido al número de visitantes varones internacionales (de Norteamérica y Europa principalmente) que convierten a la playa en un lugar más complejo social, cultural y homoeróticamente hablando. Aunque es difícil ––si no imposible–– presentar todas las prácticas sociales que se dan en la playa, los siguientes párrafos presentan las prácticas y construcciones más visibles.

Indudablemente, la playa es un 'refugio' para varones con intereses en común. Muchos hombres visitan la playa en busca de socializar con otros hombres que comparten características, intereses e identidades similares, tanto en relación con el nudismo como con la homosexualidad. Buscan un espacio que les pueda ofrecer el sentido de pertenencia, lo cual podrá influir en su momento en su propia autopercepción e identidad. Para ellos, el componente social de la playa es más importante que el nudismo, la recreación o las actividades sexuales. Ellos podrán no desnudarse o buscar oportunidades sexuales; son el tipo de hombres que se acercan a otros para tener una conversación acerca de ellos como parte de una comunidad que puede encontrarse en la playa. La playa homoerótica, social y físicamente demarcada, les permite obtener reconocimiento e integración social, aunque sea sólo de manera temporal. A partir de las observaciones, se presume que la socialización entre varones es más ágil, fácil y más cómoda dentro de la playa "gay" en comparación con otros espacios 'heteronormados'.

De manera asociada, la playa nudista gay representa para otros una oportunidad para "ser uno mismo". Como se indicó en párrafos anteriores, un gran número de homosexuales se siente restringido en su entorno cotidiano para ejercer su sexualidad debido a la condena social de la homosexualidad. Por ello, en la playa algunos varones aprecian un espacio que les ofrece la oportunidad liminar de ser ellos mismos. Aunque muchas otras playas puedan tener esta cualidad, esta playa como espacio por y para varones es mucho más valiosa para ellos. El hecho de que algunos hombres que viven en otros destinos de playa visiten esta playa específica evidencia que no es necesariamente el atractivo natural de un destino lo que genera desplazamientos, sino su función liminar y social.

Por definición, la playa nudista se construye también como un espacio ideal para el nudismo, si bien no todos los varones se desnudan durante su estancia en la playa. Para algunos, especialmente para muchos europeos, la playa nudista representa el entorno ideal para la práctica del naturismo.

El naturismo desde sus orígenes es una filosofía de curación, una medicina empírica [...] que utiliza elementos naturales para propósitos terapéuticos. El naturismo es por tanto una medicina sin medicamentos. Los elementos naturales (agua, aire, sol) son utilizados con fines terapéuticos [...] Todas las formas del naturismo encuentran sus raíces en la idea de una naturaleza benéfica para el ser humano (Barthe-Deloizy, 2003: 140).

Por ello, aunque poco común, se pueden encontrar turistas que llegan a la playa con la intención específica de experimentar las propiedades curativas de la naturaleza en sus cuerpos desnudos. Para ellos, el ambiente entre varones y la reputación nudista de la playa les permite desnudarse sin preocupación alguna de enfrentarse a actitudes de represión social hacia el nudismo y la homosexualidad comunes a otros espacios (Figura 3).


Figura 3: La playa construida como espacio para el nudismo
Fuente: Fotografía del autor

Sin embargo, para otros la playa nudista no posee necesariamente la filosofía del naturismo y es, más que otra cosa, una oportunidad ideal de mostrar sus cuerpos y sus "atributos" físicos. Algunos utilizan el ambiente nudista de la playa para "mostrar lo que tienen y ver lo que otros ofrecen". El atraer las miradas de otros, ser quizá admirados y "deseados" por otros, puede mejorar la autoestima y generar orgullo. Esto se logra por lo general "haciendo el paseo de belleza" (doing the gorgeous trip) (Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977: 186). En las playas homosexuales el voyerismo, la exhibición del cuerpo y de los órganos son mucho más abiertos, recurrentes y "osados" que en las playas heterosexuales (Douglas, Rasmussen & Flanagan, 1977).

La playa nudista también se construye como un espacio para el "ligue". Las observaciones revelan que la playa es un lugar ideal para la búsqueda de parejas, no necesariamente sentimentales sino, en su mayoría, sólo sexuales y provisionales. Es común observar varones acercándose a otros desconocidos, lo cual puede lograrse conversando del clima o de las altas olas del mar, por ejemplo, o pasando de un lado a otro cerca de la persona en que se tiene interés. Para el ligue, estar desnudo no es una condición. El ligue puede llevarse a cabo con ropa o sin ropa. En varias ocasiones se registraron casos de hombres que llegaron solos a la playa, conversaban con alguien y después partían juntos a la habitación del hotel o algún otro lugar, privado o público, para encuentros sexuales.

Finalmente, la playa no es sólo un lugar ideal para desnudarse o ligar, sino un escenario sexual como tal. De acuerdo con Clarke (1982: 229) el acto del desnudo social no conduce por sí solo a los encuentros sexuales ni tampoco los nudistas se ven necesariamente motivados sexualmente, pero el hecho es que hay un fuerte trasfondo de estimulación sensual y asociaciones sexuales.

De esta forma, la playa como espacio nudista provee el contexto en el que las prácticas sexuales y eróticas entre varones pueden hacerse presentes de muchas maneras y pueden ser negociadas de igual forma. Para algunos, el sexo entre varones puede implicar sexo oral, masturbación o penetración. Pero, en realidad, en la playa el sexo y el erotismo entre varones pueden tomar distintas dimensiones. Las prácticas homoeróticas entre varones incluyen también el voyerismo, el exhibicionismo, las miradas y muchas otras formas que emanan de la creatividad y el deseo de la mente homoerótica.

CONCLUSIÓN

La Playa del amor en Zipolite, como quizás muchas otras alrededor del mundo, es un espacio de compleja interacción entre varones y culturas. Las prácticas de carácter colectivo construyen significados y éstos a su vez determinan las prácticas.

A diferencia de otras playas, esta playa nudista es altamente compleja en términos de las construcciones sociales a las que está expuesta. Según los hallazgos del estudio, esto obedece a tres factores principales. Primero, al tratarse de una playa propiamente turística en donde el nudismo es practicado, la función liminar del turismo se hace altamente presente. Los turistas, en su papel anónimo, adoptan comportamientos que son comúnmente inaceptables en su vida cotidiana, pero que en la playa les permite ser quienes desean ser. Segundo, la "Playa del amor" se vuelve quizás doblemente liminar al permitir no sólo la práctica del nudismo, sino la presencia de varones que interactúan eróticamente y de formas múltiples con otros varones. Según la evidencia presentada, son varios los significados atribuidos a la playa nudista "gay", asociados todos ellos a cuestiones desde identidad hasta la actividad sexual misma. Tercero, las prácticas y significados de la playa se diversifican considerablemente al ser un escenario en donde distintos bagajes culturales coexisten. Los turistas llevan consigo prácticas y entendimientos de las realidades que viven profundamente definidas por su cultura misma. Las prácticas en la playa son influenciadas entonces por la multiculturalidad tanto internacional como nacional. De esta forma, la playa nudista "gay", como espacio en el que lo liminar, el homoerotismo y la multiculturalidad intersectan, es una construcción sociocultural altamente compleja.

Como cualquier otro ente socialmente construido, la playa nudista homoerótica puede transformarse. Las construcciones se deben a los actores sociales que las definen, pero son ellos mismos quienes pueden deconstruirla y (re)negociarla, sobre todo cuando otros actores compiten por el espacio. A medida que el tiempo pasa y las estructuras socioculturales e ideologías se modifican, también se modifican los significados asignados a las playas y con ellos las prácticas específicas en el sitio. Cómo se ha transformado y cómo se transformará la concepción colectiva de la playa nudista, es una interrogante que escapa a los alcances de esta investigación pero que permanece como una oportunidad de investigación sociológica en el turismo.

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Recibido el 14 de mayo de 2015
Reenviado el 12 de junio de 2105
Aceptado el 18 de junio de 2015

Arbitrado anónimamente

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