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Estudios y perspectivas en turismo

On-line version ISSN 1851-1732

Estud. perspect. tur. vol.27 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Jan. 2018

 

DOCUMENTOS DE BASE

Potencialidades y límites del turismo cementerial en Brasil

 

Isabela Andrade de Lima Morais*

Luciana Araújo de Holanda**

Nathália Körössy***

Universidad Federal de Pernambuco - Recife, Brasil

* Historiadora por la Universidad Federal Rural de Pernambuco, Recife, Brasil. Maestra y Doctora en Antropología por la Universidad Federal de Pernambuco, Recife, Brasil. Se desempeña Profesora Adjunta en el Departamento de Hotelería y Turismo de la Universidad Federal de Pernambuco. E-mail: isabela.morais@ufpe.br

** Turismóloga por la Universidad Católica de Pernambuco, Recife, Brasil. Maestra y Doctora en Administración por la Universidad Federal de Pernambuco, Recife, Brasil. Se desempeña como Profesora Adjunta 3 en el Departamento de Hotelería y Turismo de la Universidad Federal de Pernambuco. E-mail: luciana.holanda@ufpe.br

*** Turismóloga por la Universidad Federal de Pernambuco, Recife, Brasil. Maestra en Geografía por la Universidad de Lisboa, Portugal. Maestra en Desarrollo y Medioambiente por la Universidad Federal de Pernambuco. Doctora en Desarrollo Urbano por la misma institución. Se desempeña como Profesora Adjunta en el Departamento de Hotelería y Turismo de la Universidad Federal de Pernambuco. E-mail: nathaliakorossy@gmail.com


Resumen:

Los cementerios son lugares turísticos en diversas partes del mundo, buscados por la arquitectura de sus lápidas y tumbas, sus monumentos y esculturas, las personalidades enterradas, su historia, mitos y leyendas, entre otros atractivos. Los más antiguos y conocidos datan del siglo XIX y se ubican en París, Buenos Aires y Londres. En Brasil algunas necrópolis ofrecen visitas guiadas y realizan eventos en sus espacios, buscando transformarlos en lugares turísticos, así como ocurre en los destinos internacionales. Pero, a pesar de la oferta existente, el turismo cementerial aún es criticado por los brasileños, que tienden a visitar cementerios en ciudades extranjeras donde este tipo de turismo ya está consolidado e integrado a los itinerarios turísticos, aunque no tienen el hábito de visitar turísticamente los cementerios de Brasil. Entendiendo que la producción y el consumo de bienes y servicios poseen carácter cultural (Bourdieu, 1992; Mccracken, 2003; Sahlins, 2003), se puede decir que la manera en que los brasileños se relacionan con sus muertos inhibe la práctica del turismo cementerial en Brasil. El presente trabajo se propone investigar las potencialidades y límites para el consumo del turismo cementerial. Se realizaron investigaciones bibliográficas y documentales, cuyo tratamiento e interpretación de los datos se dio por medio del análisis de contenido, específicamente del análisis categorial (Bardin, 2011). Se observó que la lógica del capital cultural heredado aún no creó el habitus (Bourdieu, 1992) de consumir el cementerio como un lugar turístico en Brasil.

PALABRAS CLAVE: Turismo cementerial; Cementerios; Brasil.

Abstract:

Potentialities and Limits of Cemiterial Tourism in Brazil.

Cemeteries are tourist places in various parts of the world, sought by visitors for the architecture of their tombstones and tombs, monuments, sculptures, buried personalities, history, myths and legends, among others reasons. The oldest and most famous cemeteries date from the 19th century, located in Paris, Buenos Aires and London. In Brazil some necropolises offer guided tours and events in their spaces, aiming to turn them into tourist places, just as it happens in international destinations. Despite the existing offer, tourism still causes strangeness and criticism by Brazilians, who tend to visit cemeteries in cities abroad, where this type of tourism is already consolidated and integrated to tourist routes, but are not in the habit of visiting turistically cemeteries in Brazil. Understanding that production and consumption of goods and services have a cultural character (Bourdieu, 1992; Mccracken, 2003; Sahlins, 2003), it is believed that the way Brazilians relate to dead and their buried ones inhibits the practice of tourism in national territory. The present work intends to investigate the potentialities and the limits for the consumption of the cemetery tourism. Bibliographical and documentary research was carried out, whose treatment and interpretation of the data was done through the analysis of content, specifically, categorical analysis (Bardin, 2011). It was perceived that the logic of inherited cultural capital has not yet created the habitus (Bourdieu, 1992) of consuming the cemetery as a tourist place in Brazil.

KEY WORDS: Cemetery tourism; Cemeteries; Brazil.


INTRODUCCIÓN

El turismo cementerial, práctica realizada en cementerios abiertos a la visita turística, es ofertado en distintas partes del mundo. Los cementerios son buscados por los visitantes debido a la arquitectura de sus lápidas y tumbas, los monumentos, las esculturas, las personalidades enterradas, la historia, los mitos y las leyendas. El turismo en estos espacios se realiza por medio de visitas guiadas y de eventos realizados en el interior de las necrópolis, consideradas como verdaderos museos a cielo abierto (Rossi, 2007).

Los conceptos relacionados con el espacio cementerial como un producto turístico son diversos. Se puede decir que este tipo de turismo forma parte del fenómeno del dark tourism, que es la oferta y el consumo, por parte de los visitantes, de la muerte real y mercantilizada, de lugares donde ocurrieron desastres y atrocidades y de cementerios (Lennon & Foley, 2000). Esta práctica turística ha recibido otras denominaciones en la literatura como “thanatourism”, “morbid tourism”, “disaster tourism”, “grief tourism”, “black spot tourism” y “phoenix tourism” (Stone, 2006). A pesar de que la muerte siempre despertó el interés de la humanidad a lo largo de la historia, su transformación en producto turístico caracteriza a la sociedad contemporánea y es considerada como un indicativo de la posmodernidad (Lennon & Foley, 2000).

A partir de la década de 1990 aumentó la demanda turística de los cementerios (Queiroz, 2007), siendo actualmente puntos turísticos consolidados en diferentes países (Osman & Ribeiro, 2007; Figueiredo, 2014; Puerto & Batista, 2015). Se destaca el Cementerio Père Lachaise, inaugurado el 21 de mayo de 1804, que es el principal de la capital francesa y posee un jardín de 44 hectáreas y 70.000 esculturas y monumentos catalogados, albergando tumbas de políticos, celebridades y artistas conocidos mundialmente como Edith Piaf, Jim Morrison, Marcel Proust, Voltaire, Chopin, Oscar Wilde, Allan Kardec y Balzac. Recibe más de 2 millones de turistas anualmente y es de visita obligatoria para los alumnos franceses. En el año 2000 cerca de 1.800 alumnos estuvieron en el cementerio con la finalidad de conocer mejor la historia y el patrimonio cementerial de Francia. También es ofrecido por varias empresas de turismo de todo el mundo con itinerarios que incluyen visitas guiadas (Get your guide, s.d.) y posee un sitio web en el cual se puede realizar un tour virtual (http://www.pere-lachaise.com), además de encontrar itinerarios temáticos y un calendario de eventos. 

En Buenos Aires (Argentina) el Cementerio de la Recoleta, inaugurado en 1822, posee más de 7.000 tumbas y más de 70 panteones declarados patrimonio histórico del país, albergando muertos ilustres como Carlos Gardel y Evita Perón. El cementerio está incorporado a la oferta turística de Buenos Aires, considerado uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad (http://www.buenosairesturismo.com.br). En Londres el Highgate es el cementerio más visitado y un modelo para fines turísticos. Creado en 1839, allí están sepultados Karl Marx, Herbert Spencer y Cristina Rossetti, y es frecuentado por turistas y residentes como espacio de descanso, ocio y paseo. En el sitio web del cementerio (http://highgatecemetery.org) es posible reservar visitas guiadas.

En Brasil existe una oferta de turismo cementerial sobre todo de los cementerios monumentales localizados en las principales capitales del país, pero a pesar de la oferta, el consumo de este tipo de producto turístico es aún incipiente. Este artículo busca justamente discutir las razones de eso. Partiendo del supuesto de que la producción y el consumo de bienes y servicios poseen un carácter cultural (Bourdieu, 1992; McCracken, 2003; Sahlins, 2003), este artículo rescata las relaciones que la sociedad y la cultura brasileña tienen con la muerte para analizar las potencialidades y los límites del turismo cementerial en Brasil desde el punto de vista de su consumo por parte de los turistas brasileños.

En Brasil hay un vínculo, un eslabón, una proximidad moral y una relación permanente entre vivos y muertos. Los muertos son llorados, invocados, recordados, conmemorando su día de nacimiento y muerte, visitando y cuidando sus sepulturas (DaMatta, 1985). De acuerdo con DaMatta (1985) en la sociedad brasileña la muerte mata, pero los muertos no mueren, pues son entidades relacionales que dirigen la atención y la reverencia de los vivos. Por lo tanto, ofrecer una “muerte digna” y un “entierro decente” significa poder retribuir algo recibido en vida (Morais, 2009). Es casi una dádiva contractual, un potlach, un kula (Mauss, 2003). Aunque los cementerios mencionados posean potencialidades para el desarrollo del dark tourism, es esa mentalidad funeraria la que limita la consolidación del turismo cementerial en Brasil, principalmente si se considera la demanda doméstica de este tipo de producto turístico.

SURGIMIENTO DE LOS CEMENTERIOS: ARQUITECTURA Y ESTÉTICA CEMENTERIAL

Fue en el siglo XIX que surgieron los primeros cementerios públicos, pues en Europa durante la Edad Media no se diferenciaba la iglesia del cementerio. Era común sepultar a los cadáveres en el espacio sagrado de las iglesias o a su alrededor. La palabra “cementerio” era utilizada sólo para designar la parte externa de las iglesias, el patio(Ariès, 2003: 40).

En la Edad Media la sepultura ad sancta significaba el “deseo de beneficiarse de la protección del santo, cuyo santuario era confiado al cuerpo” (Ariès, 2003: 202). Por lo tanto, la preocupación por el destino del cuerpo no era tan significativa, había una mayor preocupación por el reposo del alma. Así, la elección del lugar de sepultura obedecía a una devoción religiosa. Los más ricos insistían en ser sepultados en el interior de las iglesias y podían pagar por eso, los que tenían menos dinero eran sepultados en el atriode las iglesias y los más pobres eran enterrados en fosas comunes unos sobre otros. Una vez que la fosa se llenaba, los huesos eran utilizados para ornamentar los osarios (Reis, 1991).

A fines del siglo XVIII surgió una inquietud político-sanitaria, un sentimiento de angustia traído por la noción de salubridad del desarrollo urbano (Foucault, 1979). En este período, una amplia literatura médica comenzó a divulgar que los entierros en las iglesias ofrecían riesgos de infecciones y enfermedades contagiosas. Así, surgieron las quejas ante las inhumaciones dentro de las iglesias basadas en dos aspectos: de higiene pública (amenaza de epidemias) y moral religioso (vergüenza de enterrar a los humanos dentro de las iglesias de esa forma, amontonados unos sobre otros), contribuyendo al surgimiento de una nueva cultura fúnebre donde los muertos eran inhumados en su propia sepultura.

A partir de entonces se prohibieron los enterramientos en las iglesias y la presencia de cementerios comenzó a ser necesaria en los nuevos proyectos urbanísticos. En esos proyectos los cementerios debían ser localizados fuera de las ciudades y administrados por la municipalidad. Además, su arquitectura se basa en una estética monumentalizada, dando surgimiento a los cementerios monumentales.

Monumentum es una palabra latina que deriva de la raíz europea men, utilizada para exprimir las funciones nucleares del espíritu, la memoria. Entonces, “monumento” es todo lo que evoca un pasado, un recuerdo (Catroga, 2002: 20-21). De esa forma, el cementerio monumental es un lieu de memòire (Nora, 1984). En él se convoca lo “invisible” a través de lo “visible”, ya que las tumbas son percibidas como “una totalidad significante que articula dos niveles bien diferenciados: ‘lo invisible’ (situado debajo de la tierra) y lo ‘visible’, lo que hace que la tumba sea un monumento ubicado en el límite entre dos mundos” (Catroga, 2002: 17). Los monumentos tienen dos objetivos: uno tradicional -enseñar a morir- y uno didáctico -“un pedido al pasante para no rezar más a Dios por aquellos muertos, aunque los llore, y lo que es completamente nuevo, la visita al cementerio”- (Ariès, 2003: 527).

En este sentido, el culto a la memoria de la persona muerta también significó el culto moderno a los cementerios. La idea era que los cementerios deberían ser visitados, ya que eran percibidos como un museo de bellas artes, como un inmenso jardín con monumentos, tal como el cementerio Père-Lachaise.

En el siglo XX surgieron nuevas arquitecturas funerarias, los rural-cemetery, quepreveían una relación entre naturaleza y monumento, entre naturaleza y arte, donde las tumbas pasaron a ser esculpidas con personajes realistas y se disolvieron en el paisaje; y los lawn-cemetery o garden-cemetery, grandes jardines donde la naturaleza tomó el lugar que antes era reservado al arte y la arquitectura de los cementerios monumentales. La propuesta de los lawn-cemetery era que los cementerios se parecieran a inmensos jardines. Las tumbas, confundidas con el césped, fueron reducidas a pequeñas placasfunerarias en piedra o bronce para indicar el lugar exacto de la sepultura (Ariès, 2000).

Este concepto cementerial indica una esthétique de la disparition cuya característica es la dissimulation des signes de la mort observada también en la arquitectura y la morfología cementerial, ya que la idea era que esos cementerios se parezcan a parques o edificios y que no fueran identificados como lugares fúnebres (Urbain, 1989). Esta neutralización de la asociación de los cementerios con la muerte es adoptada para proteger a la sociedad del recuerdo de la muerte y todo lo relativo a ella (Elias, 2001).

Más contemporáneos son los vertical cemeteries, basados en una construcción arquitectónica vertical, utilizando el recurso de la racionalización y la optimización espacial, además del discurso ambiental, ecológico y sustentable, pues es concebido como una alternativa para evitar la contaminación del suelo y del agua, saneando los problemas ambientales en las aguas subterráneas provocados por los entierros (Thompsom, 2015).

EXTRA-URBE, CEMETERY MONUMENTUM, LAWN-CEMETERY Y VERTICAL CEMETERY EN BRASIL

En Brasil, los preceptos médico-higiénicos orientaron las construcciones de los primeros cementerios. La medicina dictó las normas y los legisladores prohibieron las sepulturas en los espacios sagrados, recomendando la construcción de cementerios lejos de la ciudad. La primera prohibición de las sepulturas ad sanctas aparece en la Carta Régia Nº 18 del 14 de enero de 1801 y posteriormente en la Ley Imperial de Estructuración de los Municipios del 28 de octubre de 1828, que indicaba la construcción de cementerios fuera de la ciudad o extra-urbe.

Cuando se inauguraron los primeros cementerios públicos, las familias heredaron los monumentos y mobiliarios fúnebres de las iglesias, ornamentando las sepulturas con imágenes sacras similares a las idolatradas en el espacio religioso. Esta fue la manera que la sociedad encontró para ser compensada por la prohibición de las inhumaciones ad sanctas (Rocha, 2001). Así, las tumbas construidas en los cementerios públicos se tornaron imitaciones reducidas de las capillas laterales de las iglesias, contemplando ornamentos religiosos que hacían referencia a los objetos sacros encontrados en el interior de las iglesias. Estas tumbas se caracterizaban por manifestaciones figurativas de la religiosidad, monumentalidad, domesticidad y humildad, cuya morfología reunía altares, torres, obeliscos, cruces, capillas, casas y el jardín (Cymbalista, 2002).

La arquitectura de las tumbas sirvió como un medio para ejercer la diferenciación, pues las familias de mayor poder económico buscaban ostentar su condición en la construcción de ornamentos. Sumado a esto, en el siglo XIX surge la concesión perpetua o de larga duración en los cementerios, equiparada con la propiedad de las viviendas, y se comenzó a aplicar la ley de herencia sobre las tumbas. Así, en el siglo XIX era humillante y vergonzoso no poseer una sepultura perpetua. “Tener una concesión perpetua se transformó en una especie de título de nobleza” (Rodrigues, 2006: 159).

En la segunda mitad del siglo XX surgieron en Brasil los lawn-cemetery o garden-cemetery, hoy distribuidos en varias ciudades del país, concebidos como lugares de sociabilidad (Freire, 2005). En ese momento también surgieron los primeros vertical cemetery en Brasil.

METODOLOGÍA

El presente trabajo es una investigación descriptiva que se propone identificar y describir las potencialidades y límites para el turismo cementerial en Brasil. Es una investigación cualitativa porque trabaja con el significado de la muerte atribuido por los brasileños, además de sus valores, actitudes y hábitos en relación a las visitas turísticas a cementerios. El fenómeno investigado es esencialmente cualitativo y requiere un abordaje profundo basado en la interpretación, ya que no se reduce a la cuantificación (Minayo, 2001).

La investigación fue realizada en dos etapas. Inicialmente, se llevó a cabo una investigación bibliográfica por medio del relevamiento de libros y artículos científicos para conocer el material ya publicado sobre el turismo cementerial en Brasil. Se realizaron búsquedas con palabras clave en la base de datos online “Publicaciones de turismo” que reúne más de 1700 libros y 31 revistas científicas. Se procedió de la siguiente manera: en la búsqueda con la palabra “muerte” se identificaron 11 estudios. Luego de leer el título y el resumen se verificó que sólo 1 se relacionaba con la temática. La palabra “cementerio” obtuvo 9 resultados, 1 repetido y 5 sobre el tema. La expresión “turismo cementerial” arrojó 2 trabajos ya identificados anteriormente. La expresión “turismo oscuro” no generó resultados. Por último, la expresión “dark tourism”, obtuvo 2 resultados y sólo 1 se enfocaba en el tema. Los 7 trabajos filtrados fueron leídos y fichados. Asimismo se consultaron publicaciones sobre el surgimiento de los cementerios en la cultura occidental.

En la segunda fase del estudio se realizó una investigación documental en la comunidad virtual Tripadvisor entendiendo que el concepto de documento extrapola el texto escrito, oficial e impreso, y que las opiniones manifestadas en el medio electrónico son consideradas fuentes de primera mano. Se adoptó esta estrategia de recolección de datos debido a la dispersión geográfica de los sujetos de la investigación (turistas brasileños) y a la espontaneidad de los comentarios posteados en esta red social. Para realizar la investigación documental se optó por delimitarla seleccionando cuatro cementerios de renombre, Père-Lachaise en París, Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires, Cementerio da Consolação en São Paulo y Cementerio São João Batista en Rio de Janeiro. Se crearon tres dimensiones que expresan el tipo de relación/percepción que el turista brasileño establece con los cementerios como destino turístico: «fascinación», «extrañeza» y «repudio». Así, los comentarios posteados sobre cada cementerio fueron leídos y categorizados en una de las tres dimensiones propuestas. De ese modo, se procedió al análisis de contenido de tipo categorial (Bardin, 2011).

POTENCIALIDADES DEL TURISMO CEMENTERIAL EN BRASIL

La oferta de turismo cementerial en Brasil ocurre sobre todo a partir de las visitas guiadas y de algunos eventos realizados en las necrópolis monumentales del país. Como observa Figueiredo (2014: 136) “el turismo cementerial no se realiza en todos los tipos de cementerios. Se observa que acontece mayormente en los cementerios históricos, debido que reúnen los ítems enfatizados y valorizados por la actividad turística...”.

La ciudad de São Paulo es la que más ha avanzado en este segmento en Brasil, siendo el Cementerio da Consolação el más famoso y de mayor atractivo en el país (Osman & Ribeiro, 2007; Manhães, 2010; Figueiredo, 2014; Puerto & Baptista, 2015). En la capital paulista también se destaca el Cementerio do Araçá (Osman & Ribeiro, 2007; Puerto & Baptista, 2015) y en el interior del Estado las necrópolis del Vale do Paraíba, en especial el Cementerio Padre Rodolfo Komorek (São José dos Campos-SP) que posee potencial turístico (Cabanas & Ricci, 2008). Merecen destacarse el Cementerio São João Batista en Rio de Janeiro, y las necrópolis localizadas en el interior de Rio Grande do Sul (São Gabriel, Pelotas, Passo Fundo) donde se registran visitas debido a la fe en algunos muertos a quienes se considera milagreros (Puerto & Baptista, 2015). El Cementerio da Soledade en Belém (Estado do Pará) fue declarado como patrimonio histórico por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico (IPHAN) y también posee potencial turístico.

El Cementerio da Consolação fue fundado en 1858 en São Paulo, posee un área total de 76.300 m2 aproximadamente y alberga 8.500 sepulturas de las cuales al menos 500 son consideradas patrimonio histórico declaradas por el Consejo de Defensa del Patrimonio Histórico, Arqueológico, Artístico y Turístico de São Paulo (CONDEPHAAT) en 2005. Surgió con el apogeo del café paulistano cuando muchas familias ricas de la oligarquía cafetera comenzaron a enterrar a sus muertos allí, como la familia Matarazzo, cuyo mausoleo de estilo pos-renacentista es considerado el más alto de América del Sur y está realizado en granito con cinco grupos de estatuas de bronce. El Cementerio da Consolação alberga innumerables figuras públicas, artistas e intelectuales brasileños como Oswald de Andrade, Marquesa de Santos, Monteiro Lobato, Tarsila do Amaral, entre otros. Para Osman & Ribeiro (2007) además de los muertos ilustres, se destaca el rico acervo cultural de la necrópolis. Desde el año 2001 posee dos iniciativas para aumentar el potencial turístico: el proyecto Arte Funerario, que promueve paseos monitoreados e incluso visitas nocturnas con grupos de hasta 15 personas, llegando a recibir cerca de 300 turistas mensualmente; y el proyecto Cineterio, que propone la exhibición de films de terror dentro del espacio cementerial.

El Cementerio São João Batista en Rio de Janeiro (Brasil) fue creado en 1851 e inaugurado en 1852 por Don Pedro II. Es administrado por la Santa Casa de la Misericordia y posee aproximadamente 192 mil m2. Allí están sepultadas diversas personalidades históricas y políticas del escenario brasileño como Cândido Portinari, Juscelino Kubitschek, Carmen Miranda, Cazuza, Heitor Vila Lobos, Santos Dumont, entre otros. En 2015 se convirtió en el primer cementerio de América Latina en entrar al google street view, que permite realizar una visita virtual por su interior. Las tumbas de personalidades famosas poseen placas de QR code que permiten obtener información, fotos, videos, textos y otras curiosidades sobre los ocupantes. También ofrece visitas guiadas una vez por mes a grupos de hasta 100 personas (alumnos, turistas y residentes). El potencial histórico, artístico, cultural, religioso e identitario de los cementerios brasileños (Figueiredo, 2014) es innegable, pero su uso como espacio turístico es limitado por cuestiones que serán abordadas a continuación.

LÍMITES DEL TURISMO CEMENTERIAL EN BRASIL

Independientemente del tipo de cementerio, el hecho es que “son considerados misteriosos, sombríos, nefastos, como lugares que remiten a la tristeza causada por la muerte” (Puerto & Batista, 2015: 42). Esta percepción en Brasil tiende a influir en la relación que el turista doméstico (turista brasileño que visita ciudades del propio país) establece con el cementerio como producto turístico, caracterizada por la extrañeza y hasta el repudio. Esto se observa en las evaluaciones de los Cementerios da Consolação y São João Batista realizadas por los turistas brasileños en Tripadvisor.

El Cementerio da Consolação ocupa el 181º lugar entre 702 actividades en São Paulo, habiendo recibido 76 evaluaciones de las cuales la mayoría (83,81%) lo considera excelente o muy bueno (Gráfico 1).


Gráfico 1: Puntuación atribuida por los turistas al Cementerio da Consolação (São Paulo)
Fuente: Adaptado de Tripadvisor (04 mar. 2017)

A pesar de haber recibido pocos comentarios de parte de los turistas brasileños el Cementerio da Consolação se encuadra en la dimensión «fascinación». No obstante, también explicitaron la falta de hábito por parte de los brasileños de visitar cementerios en el país.

Si te gusta pasear por el Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires, no veo por qué no te gustaría este cementerio que tiene diversos estilos de arquitectura en sus mausoleos y tumbas y distintas estatuas. Está a sólo 5 cuadras de la Estación Paulista (L. R.).

Hace tiempo que quería hacer este paseo en SP. No voy con frecuencia a los cementerios, sólo por " fuerza mayor ", pero éste me llamó la atención, porque un lugar con guía turístico es por lo menos interesante (T. B.).

Desde que visité Buenos Aires quiero conocer los cementerios de las ciudades. Encontré un sepulturero muy atento que me presentó las celebridades que están allí, entre ellos Monteiro Lobato, Tarsila do Amaral y la ex esposa de FHC. ¡Muy bueno! (L. D.).

Algunos comentarios revelan «extrañeza» por parte de los turistas brasileños, lo que puede ser constatado en el uso de los términos “extraño” (n = 2) y “pintoresco” (n = 1).

A pesar de que algunos creen que pasear por un cementerio es muy extraño, el Cementerio da Consolação es un lugar para conocer. Es uno de los más antiguos de la ciudad de São Paulo y alberga diversas personalidades de nuestro país como Monteiro Lobato, la familia Matarazzo y Tarsila do Amaral. También es conocido por las bellísimas obras de arte de sus tumbas (L. B.).

El paseo más pintoresco de São Paulo. Lindas estatuas y un arte sepulcral maravilloso. En la entrada hay información con las tumbas de los famosos. Pero cuidado, según ellos, está prohibido sacar fotos (D. F.).

Unidos a los comentarios positivos se observaron términos como “mórbido” (n = 3), “siniestro” (n = 3), fúnebre (n = 2) y “lúgubre” (n = 2).

Puede ser un poco mórbido visitar un cementerio, pero vale la pena por muchos motivos: nos recuerda nuestra mortalidad, se puede apreciar el arte sepulcral y se puede ver la historia de la ciudad y su inmigración. Vale la pena recorrer ese espacio arbolado y respirar el pasado (I.T.).

Me recuerda el cementerio de Buenos Aires, muy bonito. Puede resultar mórbido, pero me encantó, tiene tumbas bellísimas (R. N.).

Fuera de la parte lúgubre, es una verdadera exposición a cielo abierto. Esculturas de ángeles y estatuas que impresionan. Tumbas muy lujosas. Vale la pena el paseo (C.).

Algunos dicen que este tipo de programa es lúgubre y aterrador. Todo es cuestión del punto de vista. La belleza está en los ojos de quien mira. Existe una gran belleza en el Cementerio da Consolação, con sus alamedas y mausoleos impregnados de historias, que guardan nombres de personas ilustres que han hecho de São Paulo una ciudad grandiosa en todos los aspectos (W. D. Jr).

En Tripadvisor no se detectó ningún comentario que se encuadre en la dimensión «repudio». Los pocos comentarios negativos identificados se refieren al abandono por parte del poder público municipal, el vandalismo, la inseguridad, etc. El «repudio» se observa en las críticas y denuncias que reciben los eventos realizados en los cementerios. El Cineterio, que propone la proyección de films en los corredores del cementerio, con el público sentado en sillas, la seguridad reforzada y el acceso a las tumbas cerrado con rejas, fue criticado por los familiares que tenían parientes sepultados. M.G. tenía 6 parientes enterrados en el cementerio y en una entrevista que concedió al diario Folha de São Paulo (2014) criticó los eventos de terror en las dependencias de la necrópolis: “Creo que es un horror. El cementerio no está creado para hacer festividades. Para los organizadores puede no tener ningún significado, pero para nosotros es inmenso”. La misma opinión fue compartida por S.B., que tenía a sus padres enterrados: “Estoy a favor de las actividades culturales en el cementerio, pero relacionadas con lo artístico. Dentro de poco van a mostrar actividades pornográficas”. M.A., del Movimiento de Defensa del Cementerio da Consolação, destacó en otra entrevista del diario Folha de São Paulo (2015) que “si ellos lo hacen de nuevo es un desafío. Es una violación de un lugar sagrado”. El Cineterio fue considerado un evento “irrespetuoso” y las críticas llevaron a cancelarlo en el año 2015, aduciendo que debido a la gran cantidad de personas que atraía el evento se podía llegar a causar daño a las sepulturas.

El Cementerio São João Batista localizado en Rio de Janeiro ocupa el lugar 290º entre 702 actividades de la capital carioca, recibió sólo 43 evaluaciones y fue puntuado por la mayoría de los turistas (53,83%) como excelente o muy bueno (Gráfico 2).


Gráfico 2: Puntuación atribuida por los turistas al Cementerio de São João Batista (Rio de Janeiro)
Fuente: Adaptado de Tripadvisor (04 mar. 2017)

Muchos de los comentarios de los brasileños sobre el Cementerio São João Batista fueron encuadrados en la dimensión «fascinación», sobre todo por la visita a las tumbas de personajes importantes enterrados allí. Pero, la «extrañeza» también se constató en algunos comentarios de los turistas que emplearon palabras como “macabro” (n = 1) y “fúnebre” (n = 1). Para algunos, el turismo cementerial es incomprensible y esos comentarios fueron encuadrados en la dimensión «repudio», como se observa en los siguientes comentarios.

No entiendo por qué existen personas que ven en algunos cementerios un punto turístico. Cualquier cementerio es el lugar de los muertos (O.).

Turismo macabro. No sé por qué a la gente le gusta ir a los cementerios. A no ser que sean historiadores, no lo entiendo. Es muy famoso, pero no veo por qué las visitas. Sólo he ido para los entierros y no lo disfruté (C.A.).

El análisis también permitió constatar cuestionamientos en cuanto al hecho de que el turista brasileño tiene el hábito de visitar cementerios en el exterior pero no se interesa por visitar cementerios en territorio nacional.

La gente visita el Recoleta y otros cementerios famosos en Francia y Estados Unidos. ¿Pero por qué no en Brasil? En este cementerio están enterrados ex-presidentes, académicos de la ABL y figuras como Carmen Miranda, Cazuza, Tom Jobim, Ari Barroso, Benjamin Constante, Bussunda, Miguel Couto, Carlos Lacerda y muchos otros, Mira Wikipedia (E.T). 

El turista brasileño al visitar otros países termina consumiendo ese tipo de productos. Los resultados de la investigación documental realizada demostraron que es común la experiencia del turismo cementerial en los brasileños que visitan lugares como París y Buenos Aires, considerando que en estas ciudades este tipo de turismo está consolidado e integrado a los itinerarios turísticos que se ofrecen en los sitios web de los cementerios o los comercializan las agencias de turismo. Así, se observaron números más expresivos en los comentarios de los turistas brasileños sobre los cementerios Père-Lachaise y Recoleta en Tripadvisor. Al Cementerio Père-Lachaise los turistas brasileños lo han ubicado en el lugar 33º entre 1089 actividades en París, recibiendo 5.032 evaluaciones y habiendo sido puntuado por la mayoría de los turistas (90,74%) como excelente o muy bueno (Gráfico 3).


Gráfico 3: Puntuación atribuida por los turistas al Cementerio Père-Lachaise (París)
Fuente: Adaptado de Tripadvisor (04 mar. 2017)

La casi totalidad de los comentarios de los turistas brasileños sobre la visita al Père-Lachaise se encuadra en la dimensión «fascinación». Una expresión reveladora de esa fascinación fue “museo a cielo abierto”. Aún así, en algunos relatos se observó la falta de hábito de visitar cementerios.

Es un museo de arte a cielo abierto. No suelo visitar cementerios, pero éste valió la pena. Hay varios famosos enterrados ahí. Fui específicamente a buscar la tumba de Alan Kardec. Aunque no conozcas a “los famosos”, es un lugar muy bonito (A.B.).

Es el segundo cementerio que visité en París. Medio fuera de lo común para un viaje, pero vale la visita. Me pareció super tranquilo y bonito (A.P.).

Creí que me iba a sentir mal por ser un cementerio, pero salir a la caza de las tumbas de Oscar Wilde, Edith Piaf, Chopin, Moliere, Alan Kardec, entre otros, vale la pena (F.).

Ok, no es un lugar feliz para visitar, pero tiene mucha historia y es muy bonito. Fue el primer punto turístico que visité en 2012, para comenzar París con Jim Morrison (para encontrar su tumba sólo hay que seguir la corriente, todo el mundo va para allá) y fue muy bueno. Vale dar una mirada atenta a los demás famosos que están enterrados allí. Hay un cartel indicativo en la entrada del cementerio. (M. P.)

Además de la falta de hábito, los relatos muestran cierta «extrañeza» de los visitantes brasileños en relación al turismo cementerial, lo que se puede observar en el empleo de palabras como “extraño”/”extraña” (n = 21), “inusitado” (n = 4) y “pintoresco” (n = 1).

Algunos pueden creer que es extraño, pero en los cementerios hay esculturas interesantes para apreciar y también descansan figuras importantes como Allan Kardec y Jim Morrison (L.K.).

Puede parecer extraño querer conocer un cementerio, pero in dudas no puede quedar fuera del itinerario. No se trata sólo de un cementerio, sino que allí descansa gran parte de la historia de la humanidad: Molière, Oscar Wilde, Balzac, Piaf, Morrison o Kardec. Un lugar de celebración y silencio, pero también de contemplación. Algunas tumbas son verdaderas obras de arte (D.L.)

Inusitado. Que un cementerio forme parte del itinerario de visitas es raro pero el Pere Lachaise vale la rareza. Está bien señalizado y se pueden encontrar las tumbas de los famosos fácilmente. La única decepción es la de Jim Morrinson que es bien modesta y pasa desapercibida (T. R.).

En los comentarios positivos también aparecen términos como “mórbido”/”morbidez” (n = 18), “fúnebre” (n = 6) y “siniestro” (n = 3).

Puede parecer mórbido, pero este cementerio es un gran paseo, muy interesante aprender sobre la historia. Hay grandes personalidades enterradas como Piaf, Oscar Wilde y Allan Kardec. Además de Jim Morrison (R. B.).

Por más siniestro que parezca, visitar un cementerio en París es un gran paseo. Compré un mapa en la entrada. Las tumbas famosas son obras de arte. Las esculturas son fantásticas (D. M.).

Entre los pocos comentarios negativos se identificaron algunos encuadrados en la dimensión «repudio».

No vale la pena. Es muy grande. Además, un cementerio es siempre un cementerio. No me parece interesante ver tumbas, por más que sean de personas famosas. Incluso para quienes ya han visto todo en París (F. H).

Algo semejante ocurre en los relatos de los brasileños que visitaron el cementerio de la Recoleta en Buenos Aires, evaluado por 17.515 turistas de todo el mundo y puntuado por la mayoría (74%) como excelente o muy bueno (Gráfico 4).


Gráfico 4: Puntuación atribuida por los turistas al Cementerio de la Recoleta (Buenos Aires)
Fuente: Adaptado de Tripadvisor (04 mar. 2017)

La mayoría de los comentarios de los turistas brasileños sobre la visita al cementerio de Recoleta fue encuadrada en la dimensión «fascinación». Si bien los comentarios revelan experiencias positivas, se observó en algunos relatos la falta de hábito de visitar cementerios en los viajes nacionales.

Que quede claro en la mente que el paseo ocurre dentro de un cementerio, un lugar que los brasileños no tienen el hábito de visitar en Brasil. O sea, vale como un paseo turístico y nada más (A. M.).

Aunque no sea común en Brasil visitar cementerios como puntos turísticos, algunas ciudades del mundo poseen este hábito porque allí yacen los restos de personas importantes, como es el caso de Evita Perón (C. M.).

A pesar de no tener el hábito de visitar cementerios, me atrajo la historia carismática y la adorada figura de Evita Perón. Es un paseo para conocer la historia de la líder argentina (D. B.).

Más allá de la falta de hábito de los brasileños de visitar cementerios como atractivo turístico, los relatos revelan una gran «extrañeza» de los turistas por la práctica del turismo cementerial, lo que puede observarse en el empleo de palabras como “extraño” (n = 450), “inusitado (n = 80), “bizarro” (n = 45), “raro” (n = 30) y “locura” (n = 1):

Pasear por el cementerio parece extraño para los brasileños, pero la visita super vale la pena. Hay varias tumbas de famosos y la más visitada es la de Evita Perón. Estuvimos 2 horas admirando cómo los porteños rinden homenaje a sus médicos, políticos, poetas y artistas 200 años después de su muerte. No me arrepiento (L. M.).

Inicialmente parece medio bizarro incluir un cementerio en un itinerario turístico pero para mí valió la pena. Los mausoleos son lindísimos. Tienen unos que parecen capillas por su tamaño. Comenzamos el recorrido con una visita guiada, pero hacía mucho calor y nos impacientamos por la demora, por lo tanto seguimos solos. Pasamos más de 40 minutos caminando (S.B.).

El único cementerio que creo que es un punto turístico, para muchos puede parecer una locura pero realmente es increíble. Para los amantes de la arquitectura o de la cultura, vale la pena conocer cada espacio (B. B.).

Puede parecer raro un paseo por el cementerio, pero los mausoleos de las antiguas familias porteñas son verdaderas obras de arte (A. C. P.).

En muchos comentarios aparecieron palabras como “mórbido” (n = 218), “macabro” (n = 132) y fúnebre (n = 98).

Mórbido pero bellísimo. Hay tumbas muy trabajadas, con esculturas dignas del Renacimiento. No deje de visitar la tumba de Eva Duarte o Evita Perón, vea la simplicidad que encantó a los argentinos (G. R.).

Macabro. Es un paseo bien turístico, para quienes gustan de lo pintoresco. Es un paseo para visitar tumbas, nada más que eso. Pero si contratas un guía vas a tener una clase de historia.

En algunos pocos comentarios negativos fue posible detectar «repudio». Disculpen quienes gustan de este tipo de turismo, a mi no me gusta, Lo que vi es algo macabro, muestran los ataúdes (J. B. B.). Creo que es macabro porque hay tumbas con los ataúdes a la vista. Sentí mala energía. No pude estar más de 10 minutos ahí. No lo recomiendo (M. P.)

Comparando las escasas evaluaciones de los cementerios brasileños con las expresivas evaluaciones de los cementerios extranjeros analizados, se puede inferir que existe una falta de hábito por parte de los brasileños de visitar turísticamente los cementerios nacionales. Además, la percepción de extrañeza y repudio fueron frecuentemente asociadas a las evaluaciones hechas por los turistas brasileños, incluso en relación a los cementerios internacionales.

CONCLUSIÓN

En Brasil, los cementerios tienen potencialidades turísticas, sobre todo los de las principales ciudades del país que se basan en una arquitectura y estética monumentalizada. Son verdaderos museos a cielo abierto y poseen significados culturales e históricos que pueden convertirse en atractivos turísticos. Algunos desarrollan itinerarios, visitas guiadas y eventos basados en las experiencias internacionales de turismo cementerial, sobre todo el cementerio Père-Lachaise.

Pero, es común encontrar relatos de extrañeza por parte de los brasileños por este tipo de turismo, principalmente cuando se desarrolla en los cementerios de las principales capitales brasileñas, como el Cementerio de la Consolação y el Cementerio São João Batista. La extrañeza también es percibida por los investigadores. Barbosa (2009: 329) designa al turismo en cementerios como “turismo de excentricidad” y lo considera una forma extravagante de turismo actualmente practicada en el mundo. Además, Puerto & Baptista (2015: 50) percibieron “que las denominaciones para el turismo cementerial reciben un sentido funesto”.

Esta falta de habitus de consumir el cementerio brasileño como producto turístico puede estar relacionada con actitudes recíprocas, de vínculo, establecidas entre los vivos, los muertos, los sepultados y las sepulturas. Conforme establece Manhães (2010) el hecho de que el brasileño sea demasiado crédulo o “simplón” lo limita para apreciar el arte cementerial como objeto de aprendizaje.  Esto se debe a que en Brasil los muertos son llorados, invocados, recordados y conmemorados. Asimismo los primeros cementerios fueron concebidos como la “extensión de la casa” y las sepulturas como un continuum de la familia, incluso hoy con el surgimiento de los lawn cemetry y los vertical cemetery, los cementerios aún son percibidos como espacios de vivencia y convivencia y no como lugares turísticos.

La producción y el consumo de bienes y servicios son intenciones culturales (Sahlins, 2003), pues son los acuerdos culturales que ofrecen significados para la producción y el consumo de determinados tipos de productos y servicios. El consumo posee un carácter completamente cultural (McCracken, 2003: 11). El consumo cultural está relacionado con lo que Bourdieu (1992) llama habitus, o sea que el consumo cultural es producto de una historia individual, de una educación asociada a un determinado medio y de una historia colectiva, así como del “capital simbólico”. Bourdieu (1992) destaca la importancia del capital simbólico que es heredado mediante el aprendizaje familiar, que determina la reproducción de los comportamientos en relación a los elementos culturales, al capital cultural.

Considerando que el consumo es un sistema de significados en la medida en que suple una necesidad simbólica, y que este significado es cultural, público y compartido por todos (Geertz, 1989), entonces el consumo es un código donde se traducen muchas de las relaciones sociales (Douglas & Isherwook, 2004:16). Partiendo de este supuesto, el consumo de bienes y servicios no surge a partir de una razón práctica o simplemente utilitaria, sino que surge dentro de una lógica simbólica, ya que “ningún objeto, ninguna cosa es o tiene movimiento en la sociedad humana, excepto por el significado que le atribuye el hombre” (Sahlins, 2003: 170). Entonces, ¿Cuál es el sentido y el significado de la extrañeza y de la falta de hábito del turismo cementerial en Brasil y de las críticas negativas a los eventos turísticos en los cementerios?

En la cultura fúnebre brasileña son sugestivas las relaciones de los vivos con los muertos, con las sepulturas y con los sepultados. Cuando se inauguraron los primeros cementerios públicos eran vistos como la “extensión de la casa”, pues las tumbas servían para sepultar varias generaciones de una misma familia. Además, los cementerios son lieux de mémoire.

Freyre (1998: LX) observó que las tumbas monumentales y los depósitos perpetuos representaban los esfuerzos de la familia por permanecer o sobrevivir, creyéndose eterna a través de hijos, nietos, descendientes y personas del mismo nombre. Motta (2008) afirma que la presencia de las tumbas monumentales mostraba los esfuerzos de continuidad de la familia incluso después de la muerte de alguno de sus integrantes. La lógica de los entierros, de las inscripciones en las tumbas y de la morfología sepulcral estaba orientada por el principio de filiación y descendencia: “Construida en torno a un nombre, generalmente del padre, la tumba familiar inscribe al individuo en un pasado común, uniéndolo a una cadena de generaciones” (Motta, 2008: 11).

Lo que se ve en las versiones más elaboradas de esas tumbas es el deseo de unidad y continuidad que se impone ante la segmentación y dispersión después de la muerte, evitando que los entierros se realicen por separado. En ellos no importa el individuo aislado de su grupo de filiación, sino el sujeto social genérico, constituido a partir de la referencia a un antepasado o la herencia común a la cual se liga a través de relaciones con sus ascendientes y descendientes (Motta, 2008: 111). El siglo XIX entendió muy bien que “la perpetuidad de las cosas y de las almas sólo está garantizada por la perpetuidad de los nombres de los individuos, de las personas” (Mauss, 2003: 377).

Por lo tanto, existe una relación de parentesco, proximidad y unión de los vivos con los muertos. La lógica de la vida pauta la lógica de la muerte y por eso toda la sociedad puede ser medida y evaluada por su sistema de muerte (Morais, 2009). El morir no es sólo un fenómeno biológico e individual. La muerte también es un hecho social total, pues la idea de muerte es ritualizada por la colectividad (Mauss, 2003). En este sentido, el campo ritual de la muerte ofrece una gama de información para reflexionar sobre las actitudes colectivas, la sociedad y la cultura, ya que los procesos rituales no son sólo expresiones económicas, políticas y sociales, sino “decisivos indicios para comprender el pensamiento y el sentimiento de las personas sobre aquellas relaciones y sobre los ambientes naturales y sociales en los que operan” (Turner, 1974: 19).

Además, los cementerios son considerados como lugares de patrimonio, de memoria, museos a cielo abierto, espacios de vivencia y convivencia, y no como espacios de ocio y de eventos. En suma, los cementerios son “la morada de los muertos” y la práctica del turismo en esos lugares aún es considerada como un tabú.

Por lo tanto, cualquier intento por transformar el cementerio en un lugar turístico, desarrollando el dark tourism, debe considerar las características de la sociedad y de la cultura fúnebre en Brasil. Los resultados muestran límites en el consumo turístico por parte de los turistas brasileños (turismo doméstico), aunque no hay elementos para afirmar que existen límites en el interés de los turistas extranjeros por los cementerios brasileños como producto turístico. De ese modo, este estudio es sólo una primera contribución a este tipo de debate, demandando nuevas investigaciones que consideren la potencialidad del turismo cementerial para el público extranjero.

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Recibido el 12 de marzo de 2017
Reenviado el 21 de marzo de 2017
Aceptado el 22 de marzo de 2017

Arbitrado anónimamente

Traducido del portugués

 

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