SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue2Necesidades, búsqueda y uso de la información: revisión de la teoría author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Información, cultura y sociedad

On-line version ISSN 1851-1740

Inf. cult. soc.  no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires June 2000

 

EDITORIAL

Valorar lo que nos pertenece y representa

Susana Romanos de Tiratel

Directora
Información, Cultura y Sociedad

 

El 26 y 27 de julio se desarrolló, en la sede del CAICYT (Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el  Primer Seminario Nacional de Edición Científica cuyo significativo título era ¿Sobrevivirán las revistas científicas argentinas? Participé en la misma como directora de la revista Información, cultura y sociedad y compartí durante un día y medio muchas de las preocupaciones y problemas de otras personas comprometidas en la realización de una empresa que, en las actuales condiciones de nuestro país, no dudo en calificar de quijotesca.
Una de las actividades más interesantes, porque generó un espacio de reflexión compartido, fue la mesa redonda en la que participaron seis directores o integrantes del comité de redacción de otras tantas revistas científicas argentinas. La mayor parte dedicada a ciencia y tecnología; todas publicadas por institutos de investigación o por sociedades profesionales.
La gran mayoría de los expositores identificó los siguientes problemas: escasez de recursos financieros y humanos, influencia negativa de las crisis políticas e institucionales sobre la continuidad de la publicación, disminución del número de trabajos recibidos.
La publicación de una revista constituye un ciclo, dentro de este, todos sus componentes están tan entrelazados que es muy difícil aislarlos y determinar fehacientemente cuál influye sobre otro. Por ejemplo, la regularidad en la aparición alienta a los autores para que envíen sus trabajos, pero si estos no lo hacen la continuidad se resiente porque no hay material para armar los números.
Del mismo modo,  las revistas especializadas siguen un patrón  que garantiza su seriedad: evaluación de los artículos recibidos mediante el arbitraje de especialistas reconocidos, consejos asesores de "notables" dentro de la disciplina, un director, un secretario  y un consejo de redacción. Cuando se cumple con estos requisitos, el insumo que garantiza la existencia  y la continuidad de la publicación son los trabajos que los autores envían a la revista. Para que esto suceda, la revista no sólo debe cumplir con los requerimientos previamente enumerados sino que, además, debe ser una alternativa lo suficientemente atractiva como para motivar y convocar a los especialistas.
En el ámbito latinoamericano se da una serie de factores exógenos que traban este proceso. En general, no existen editores comerciales de revistas especializadas. Estas se generan y producen en instituciones dedicadas a la enseñanza y la investigación -universidades, solo a la investigación  -institutos dependientes de organismos estatales o semiprivados-, o en asociaciones profesionales o académicas. En estos casos, usualmente, los recursos financieros son limitados y precarios incidiendo en la regularidad de la publicación. No se garantiza la frecuencia de aparición, condición sine qua non para que una revista sea considerada publicación periódica y para que los autores vean publicado su trabajo dentro de límites temporales aceptables.
Pero además, desde hace unos años, otro factor externo coadyuva para dificultar la gestión de las revistas especializadas en nuestro país: las mismas universidades que apoyan de manera errática e irregular a sus publicaciones, cuando evalúan los trabajos de sus investigadores les dan más valor (o sea, les asignan más puntos) a los que aparecen en revistas extranjeras que a los que se editan en sus propias revistas. Para que se vea esto con más claridad, un investigador debería escribir y publicar cinco artículos en revistas nacionales para obtener el mismo puntaje que si publicara uno en una revista extranjera. Del mismo modo, para estar bien conceptuadas nuestras revistas deben estar analizadas por servicios de indización y condensación extranjeros, pero para que esos servicios consideren al menos la posibilidad de hacerlo la frecuencia debe estar garantizada  y cumplida rigurosamente. A esto se agrega otro mecanismo de evaluación: para probar su valor y hasta su misma existencia, los investigadores argentinos tienen que aparecer en los citation index del Institute for Scientific Information, entidad estadounidense privada, constituida con fines de lucro y dirigida por Eugene Garfield. De más está decir que, para pertenecer a este club tan exclusivo, hay que publicar en las revistas seleccionadas e indizadas por el ISI.
Tal como se puede deducir, el circulo se estrecha cada vez más y las alternativas para publicar ventajosamente también. Es por todos conocido  que quien tiene el dinero, tiene el poder e impone las condiciones pero también es cierto que los directamente involucrados en el proceso pueden someterse pasivamente o plantearse otras vías de decisión y de acción. A diferencia de la ciencia y de la técnica, las ciencias humanas tienen rasgos nacionales marcados y característicos de los problemas que se plantean. En el caso de nuestra disciplina así como en el de otras ciencias sociales, nuestra mirada y nuestros interrogantes se dirigen hacia nuestra realidad, del mismo modo que si analizaramos las revistas anglosajonas (internacionales según los evaluadores) veríamos que sus cuestiones se relacionan con la realidad de sus propios países. Quienes consumen la literatura generada por la investigación necesitan encontrar respuestas a sus propios problemas. Esto no significa desconocer el cuerpo de teoría y de indagación generado en otros ámbitos pero sí aprender de los países centrales que, al menos en nuestra disciplina, le dan prioridad a sus autores y a sus trabajos, los evalúan rigurosamente y nutren sus títulos mayoritariamente con su producción nacional.
En este punto quizás convenga preguntarse ¿qué es una revista internacional? Creo que para quienes tienen la responsabilidad institucional de valorar la producción científica en Humanidades y en Ciencias Sociales la respuesta no debería ser  -"es una revista extranjera, preferentemente anglosajona", sino, -es una revista argentina o iberoamericana, con rigurosos procedimientos de evaluación y control de la calidad de sus contenidos, con una frecuencia que no depende de la voluntad de quienes la llevan adelante con grandes esfuerzos y sacrificios personales, sino de los condicionamientos políticos y económicos que padecemos y compartimos todos nosotros.
Es muy difícil, si no imposible, lograr el reconocimiento internacional cuando uno es el primero que no cree ni confía en lo que produce. A partir de esta convicción agradezco la fe casi inexplicable de los autores que han contribuido a este número que presenta una serie variada de temas y de nacionalidades. Dos colegas españolas, Purificación Moscoso y Ana Extremeño, abordan un aspecto  que preocupa a todos los usuarios de bases de datos en ciencias sociales: la eficacia de los lenguajes de recuperación y la relevancia, la consistencia y la exhaustividad de la indización de los documentos cuyos registros conforman una muestra elegida de tres bases bibliográficas: PAIS international, IBSS extra y Political Science abstracts. Desde Brasil, Rosane B.A. Borges, Glória I.S. Ferreira, Inês R.P. Kruel, June M.R. Scharnberg e Ivete H. Tazima nos presentan los resultados de una investigación realizada en la Carrera de Biblioteconomía de la Universidad Federal de Río Grande do Sul para detectar las posibles causas de abandono de los estudios.  Finalmente, los dos artículos restantes están enfocados en los estudios de usuarios: Kevin Sedeño G. y Reynaldo Alonso R. informan sobre los resultados de una encuesta aplicada a usuarios de cuatro centros especializados de información de la provincia de Camagüey (Cuba) respecto del uso y aprovechamiento de revistas electrónicas, mientras que la directora de esta revista contribuye con un estado de la cuestión sobre el tema de usuarios de la información.
Hace ya poco más de 20 años, el holandés Johan van Halm, se preocupaba por la dependencia informativa a la que consideraba una parte de la dependencia tecnológica, siendo esta última solo un aspecto de una dependencia más amplia de la organización económica y educativa. El autor alertaba contra los peligros de la concentración del conocimiento en unos pocos países y apelaba a  la  cooperación internacional para equilibrar la situación. Dentro de las condiciones que podrían prevenir la dependencia informativa van Halm presenta una que resume a todas las demás: estimación del equilibrio apropiado entre auto-suficiencia interna e interdependencia internacional; o sea, la reducción del porcentaje de información importada y el fomento del valor de la propia información generada que debe hacer cada país.
Este editorial se abría con un interrogante planteado por el  CAICYT, quiero cerrarlo con mi propia respuesta: las revistas científicas argentinas sobrevivirán en la medida en que quienes participan directa o indirectamente en la empresa asuman que conforman espacios de producción y apropiación del conocimiento tan válidos como cualquier otra alternativa. Esto requiere estímulo y apoyo de las autoridades de las entidades de docencia e investigación involucradas; un proyecto compartido y sostenido por los integrantes de la disciplina y de la profesión; mucho trabajo, responsabilidad, seriedad y dedicación de quienes se han comprometido en su edición y, sobre todo, continuidad para que nuestras revistas puedan constituirse en una opción atractiva para los investigadores.

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License