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Información, cultura y sociedad

versión impresa ISSN 1514-8327versión On-line ISSN 1851-1740

Inf. cult. soc.  n.10 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./jun. 2004

 

Un lustro de balance y reflexión

Five Years of Balance and Reflection

Susana Romanos de Tiratel

La situación respecto de alternativas de canales formales argentinos para difundir la investigación en Bibliotecología/ Ciencia de la Información (BCI) fue, entre mediados de 1984 y hasta casi fines de los '90, muy problemática. Se contaba con series monográficas, con boletines informativos de asociaciones bibliotecarias tanto nacionales como provinciales y con alguno que otro libro, todo ello publicado, por lo general, en condiciones bastante precarias. Dos factores coadyuvantes, pocas veces expresados abiertamente, se combinaron para complicar el panorama: escasa o inexistente viabilidad para publicar en revistas extranjeras, fueran o no iberoamericanas, y carencia de la formación y de la experiencia necesarias para abordar un proceso de edición científica se percibían como barreras a la difusión del conocimiento generado en la Argentina y preocupaban a una incipiente comunidad de investigadores que comenzaba a consolidarse en las universidades nacionales.
Frente a esta problemática surgió la necesidad de habilitar los medios para solucionarla; así, en 1998, la nueva gestión del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas (INIBI) da inicio a la planificación para diseñar y editar una publicación periódica especializada, de frecuencia semestral: Información, cultura y sociedad: revista del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas (INIBI), cuyo primer fascículo aparece en diciembre de 1999 con la misión de ofrecer una revista universitaria, especializada en Bibliotecología /Ciencia de la Información (BCI) pero con apertura disciplinaria. Al inicio de las Normas editoriales, que se incluyen en casi todos los números, se define el objetivo primario de la publicación y su alcance.
Cuando presenté ese primer número, expliqué el sentido del título de nuestra publicación y, también, por qué revestía tanta importancia para el INIBI la creación de una revista especializada: 1) "... porque  sostener un título de nivel académico, con arbitraje, es abrir un canal de comunicación ideal para difundir los trabajos que se desarrollan no sólo en nuestro país sino también en otros de la región." 2) "... porque posibilita la integración de la práctica profesional con la investigación básica..." y 3) "... porque concreta las aspiraciones de todos sus directores... para que hoy nosotros podamos publicar la primera revista universitaria de la especialidad en nuestro país." (Romanos de Tiratel, 1999: 8).
Para que un canal de comunicación de este tipo sea efectivo tiene que ser previsible, permanente y conocido. Si se quiere cumplir con las dos primeras condiciones, una de las dificultades que hay que sortear es el de la aparición regular de los fascículos según lo declarado en la publicación misma. En este sentido,  uno de los primeros escollos que se encontró fue el de mantener la frecuencia, es por ello que se decide coeditar la revista a partir del nº 2 (jul. 2000) y hasta el nº 5 (dic. 2001) con una empresa privada, GREBYD, que se encarga de la impresión, mientras que los procesos intelectuales y académicos siguen siendo responsabilidad del INIBI. Este emprendimiento, por diferentes motivos, dejó de tener vigencia a fines de 2001.
A principios de 2002, se atravesaba por una de las etapas más críticas de la política y la economía argentinas que, por supuesto, afectó a la Universidad. Sin embargo, en un proceso desafiante pero muy satisfactorio, la dirección, el secretario y el comité de redacción deciden superar con mucha creatividad y esfuerzo personal ese período. En oposición a cualquier pronóstico desalentador, la revista comienza una etapa de afianzamiento en la que se refinan las rutinas de trabajo, se exploran caminos de autoedición, se cumple con la frecuencia establecida y se examinan permanentemente nuevas vías alternativas para su difusión. En este momento, tal como puede verse al pie de la Tabla de contenido, Información, cultura y sociedad está siendo indexada por importantes servicios internacionales y se puede acceder a sus artículos a través de una base de datos de texto completo.
En cuanto a posibilitar la integración de la práctica profesional con la investigación básica, al menos desde que la gestión administrativa volvió a ser responsabilidad del INIBI (2002), de un modo constante, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en el interior del país y en el extranjero, se han registrado ventas tanto a individuos como a instituciones que no son excluyentemente académicos sino profesionales en ejercicio y bibliotecas de diferentes especialidades que adquieren la revista como un medio confiable de actualización para su personal. Por otra parte, a partir del número 4 se incorporó una nueva sección, Notas de interés profesional, que recoge contribuciones que, sin llegar a ser artículos de investigación, por su utilidad o conveniencia pueden servir a los bibliotecarios. Además, se alienta la contribución de los colegas que desarrollan su actividad exclusivamente en unidades de información ofreciéndoles apoyo, asesoría y toda la ayuda necesaria para redactar y publicar.
En síntesis, con una revista de este tipo, los bibliotecarios no sólo empezaron su aprendizaje para comunicar investigaciones, trabajos profesionales o docentes sino también para leer los hallazgos de académicos, interpretarlos e intentar aplicarlos al trabajo de todos los días.
Hasta hace solo cinco años los investigadores más destacados afirmaban que era impensable la creación de una revista especializada, fundamentalmente, porque no se escribía la suficiente literatura bibliotecológica para garantizar su subsistencia. Nuestro título, al que se suman otros que se han editado en nuestro país más o menos simultáneamente (Parada, 2000: 5), se ha encargado de desmentir ese aserto y de confirmar que los procesos informales de educación sólo cuando son constantes y se sostienen en el tiempo resultan fructíferos.
En esta suerte de balance marcaremos dos aspectos, uno cuantitativo y el otro cualitativo. Se proporcionan, entonces, unas pocas y sencillas estadísticas de la gestión académica de la revista que, en sus diez números, ha publicado 35 artículos de investigación (23 por autores argentinos, 9 por latinoamericanos y 4 por europeos); 5 notas de investigación (4 por autores argentinos y 1 por latinoamericanos); 5 notas de interés profesional (3 por argentinos, 1 por latinoamericanos y 1 por europeos); 9 trabajos de curso; 49 reseñas de libros y de recursos electrónicos; y 10 editoriales de opinión. Si ubicamos los temas que se trataron en las diferentes secciones dentro de siete grandes divisiones contempladas en el diseño del Plan de Estudios del Departamento de Bibliotecología y Ciencia de la Información (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) veremos que se han publicado 10 trabajos referidos a los Fundamentos teóricos de la Bibliotecología/ Ciencia de la Información; otros 11 sobre Procesamiento de la Información; 20 más sobre Recursos y Servicios de Información; 3 en el área de Administración y Gestión de Unidades de Información; 7 sobre Tecnología de la Información; y ninguno sobre Preservación y Conservación, y Archivología.
Creo que los números hablan por sí mismos, por lo tanto, el Comité de Redacción de la revista tratará de estimular aquellas áreas más descuidadas. Esperamos, dentro de cinco años, haber podido cumplir con este objetivo.
Además, el grupo de personas involucrado en el trabajo sin pausas de publicar una revista académica en la Argentina aprendió a través de las lecturas, de la observación y de la propia actividad empírica las facetas involucradas en la edición científica, donde el ejercicio del respeto y de la humildad juegan un papel muy importante.
Según desde el ángulo en que se miren, diez números y cinco años son muy pocos o son muchos. Para quienes iniciamos hace ya siete años esta empresa, parece un largo lapso, sobre todo porque hubo que revertir la percepción del medio de que el intento iba a durar poco. Sin embargo, cuando nos reunimos coincidimos en afirmar que esta experiencia ha sido una de las más ricas y desafiantes de nuestra vida laboral porque ha cambiado nuestro modo de ver, de pensar y de sentir la profesión, hemos aprendido habilidades que nos acompañarán el resto de nuestras vidas y logramos producir algo que nos sobrevivirá.
Hoy me toca a mí, cual si fuera la punta de un iceberg, celebrar junto con nuestros lectores estos diez números. Sin embargo, solo represento una ínfima parte de los esfuerzos que muchas personas hacen a diario para que esta empresa colectiva se concrete, permanezca y mejore. Agradezco pues a todos mis colaboradores: secretario y Comité de Redacción, al personal del INIBI, a los autores que nos eligen para publicar sus trabajos, a nuestros lectores que nos sostienen con su fidelidad incondicional y a María Cristina Cajaraville que, aunque haya dejado este mundo, supo prender un fuego que nosotros sólo tenemos que cuidar.

Referencias bibliográficas

1. Parada, Alejandro E. 2000. Cuatro miradas bibliotecarias desde el Río de la Plata. En Información, cultura y sociedad. No. 3, 5-9.        [ Links ]

2. Romanos de Tiratel, Susana. 1999. Editorial. En Información, cultura y sociedad. No. 1, 7-9.        [ Links ]

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