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Información, cultura y sociedad

On-line version ISSN 1851-1740

Inf. cult. soc.  no.23 Ciudad Autónoma de Buenos Aires July/Dec. 2010

 

ARTÍCULOS

Estrategias de difusión del conocimiento de los investigadores en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Knowledge dissemination strategies of researchers in the Facultad de Filosofía y Letras of the Universidad de Buenos Aires

Susana Romanos de Tiratel, Silvia Contardi, Graciela M. Giunti

Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Puán 480, 4º piso, oficina 8. C1406CQJ Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: sromanos@filo.uba.ar

Resumen: Se presentan los resultados finales de una investigación (UBACYT F157)1 que determinó los indicadores de la producción científica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires correspondientes al año 2007. Se aplicaron procedimientos cuantitativos para analizar los datos registrados en una base de datos elaborada ad hoc. Se determinaron las preferencias de los investigadores para difundir sus hallazgos a través de la producción de artículos de revistas, ponencias  a congresos, capítulos de libros y libros, producciones audiovisuales y electrónicas.  Dentro de los diferentes formatos bibliográficos se estudiaron distintas variables: lengua, tipos de revistas, alcance de los congresos, autoría, tipos de publicadores. De las tres hipótesis planteadas se refutó la que presuponía la existencia de estrategias de difusión del conocimiento diferenciadas entre las disciplinas. Se confirmaron las otras dos: preferencia del soporte impreso sobre el digital, un uso casi inexistente del recurso electrónico para la difusión; y marcada preferencia por ciertos canales semi-formales de difusión como los congresos.

Palabras clave: Producción científica; Ciencias del Hombre; Facultad de Filosofía y Letras (UBA); 2007.

Abstract: We present the final results of an investigation (UBACYT F157)1 that determined the scientific production indicators of the Facultad de Filosofía y Letras of the Universidad de Buenos Aires for 2007. Quantitative procedures were applied to analyze the data recorded in a database created ad hoc. Preferences of researchers to disseminate their findings through the production of journal articles, conference papers, book chapters and books, audiovisual and electronic productions were determined. Among the different bibliographic formats following variables were studied: language, types of journals, scope of the conferences, authors, types of publishers. Of the three hypotheses stated the one that presupposed the existence of various strategies for dissemination of knowledge among different disciplines have been refuted. The other two were confirmed: preference printed on digital media and almost non-existent use of electronic resources for dissemination, and preference for certain semi-formal channels of dissemination such as conferences.

Keywords: Scientific production; Humanities and Social Sciences; Facultad de Filosofía y Letras (UBA); 2007.

1. Introducción

Considerar a la comunicación científica como un proceso mediante el cual interactúan los científicos a medida que crean nuevo conocimiento, implica utilizar una definición amplia y operativa en diferentes momentos y frente a distintas modalidades de difusión de las investigaciones realizadas, por medio de canales informales, semi-formales o formales (Romanos de Tiratel, 2009: 93).
Con la ampliación, velocidad y facilidad de acceso proporcionada por los medios de telecomunicación asociados con la herramienta electrónica, autores como Julie M. Hurd (2000: 1.280-81) nos hablan del desarrollo de nuevos modelos de comunicación científica. En este caso particular, si se compara cuidadosamente ambos esquemas se podrá observar que la diferencia fundamental es la desaparición del contacto cara a cara en seminarios, coloquios y congresos, y la aparición de servidores/repositorios electrónicos, de acceso más o menos libre, que archivan trabajos con distinto grado de evaluación y aceptación, de empresas que consolidan contenidos de texto completo y de bibliotecas digitales (Romanos de Tiratel, 2009: 93).
Una vez más, cuando se habla de comunicación científica se refiere, en forma implícita o explícita, a las Ciencias Físicas, disciplinas a partir de las cuales se transfiere el modelo al resto de los estudios que abarcan a las Ciencias Naturales, la Ciencias Médicas y la Tecnología (Romanos de Tiratel, 2009: 93).
Las autoras de este artículo, integrantes de un grupo de investigación incluido en la Programación UBACYT 2008-2010, tuvieron una experiencia previa en la cuantificación y análisis de la producción científica en un dominio institucional más amplio, la Universidad de Buenos Aires que, para el año 2003 acumuló una producción científica de 14.159 trabajos en total y para la Facultad de Filosofía y Letras de 4.060 (Grupo Produba,  2005).
En ese trabajo anterior se plantearon interrogantes específicos referidos a las Ciencias del Hombre, que motivaron el diseño de un proyecto de investigación, para tratar de darles una respuesta. Así, se puso el foco en las estrategias de difusión del conocimiento de los investigadores que trabajan en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde se estudia una cantidad importante de disciplinas de las Humanidades y las Ciencias Sociales: Filosofía; Literatura y Lingüística; Historia; Artes Plásticas, del Espectáculo y Música; Bibliotecología y Ciencia de la Información; Ciencias Antropológicas; Ciencias de la Educación; Geografía y Edición.
Se considera que los datos recopilados y analizados son un insumo estratégico para la toma de decisiones y el diseño de políticas de investigación, dado que una investigación de estas características genera conocimiento genuino, a partir de datos empíricos, respecto del comportamiento de los investigadores de la Facultad en relación con las diferentes estrategias elegidas para la difusión de los hallazgos de sus indagaciones (Romanos de Tiratel, 2009: 94).
El análisis cuantitativo de la producción científica de una institución como la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires es desafiante por múltiples razones. En primer término, constituye una muestra mensurada del grado de desarrollo de una comunidad académica argentina, con su propia cultura científica de producción del conocimiento y sus condiciones particulares de realización en comparación consigo misma a través del tiempo y, si se diera el caso, con otras Facultades argentinas y extranjeras que abordaran otras o las mismas disciplinas. En segunda instancia, señala sus hallazgos y carencias en un contexto político y social determinados por el dominio institucional y el recorte cronológico (Romanos de Tiratel, 2009: 98).
Pero la comunidad científica, en este caso la relacionada con la Facultad de Filosofía y Letras, no solo puede ser evaluada por la cantidad de trabajos producidos, sino por su grado de compromiso social y ciudadano implícito en la conciencia y en la vocación de participar activamente en el control de calidad de dicha producción. Esta característica es fundamental: sin la colaboración de la comunidad universitaria poco y mal se puede saber sobre su producción. Los científicos universitarios, pues, al detallar los trabajos realizados cooperan con el área estratégica definida por la toma de decisiones y, sin duda, con un campo muchas veces ignorado: el control bibliográfico de la producción científica argentina (Romanos de Tiratel, 2009: 98).

Objetivos e hipótesis de la investigación

La finalidad del presente estudio consiste en analizar las manifestaciones registradas de la producción científica, que puedan aplicarse a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en una instancia de finalización de la programación científica de la Universidad: año 2007.
El objetivo a largo plazo es el de contar, en un futuro no muy lejano, con un estudio detallado de lo publicado año a año en el ámbito de la Facultad. Este proceso de análisis lo puede llevar a cabo un grupo de bibliotecólogos altamente competente en el diseño, la comprensión y el análisis de bases de datos bibliográficos.
Muchas son las preguntas que quedaron sin respuesta luego de generar el Informe final del Grupo Produba (2005), esas cuestiones han originado las siguientes hipótesis:

  • Dado que en la Facultad de Filosofía y Letras se genera conocimiento en diversas disciplinas incluidas dentro de las Ciencias del Hombre, las estrategias de difusión del conocimiento no son uniformes ni homogéneas.
  • Cuando los investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras eligen títulos de revistas académicas para publicar sus trabajos prefieren los soportes impresos sobre las versiones solo electrónicas y, en general, aún no se ha expandido el uso del recurso electrónico como estrategia de difusión del conocimiento.
  • Ciertos canales semi-formales de difusión, como los congresos, son estrategias muy utilizadas para difundir los resultados de las investigaciones.

2. Estado actual del conocimiento sobre el tema2

Aportes  teóricos

Los análisis cuantitativos de los resultados de las investigaciones, publicados en diferentes tipos de formatos bibliográficos, se constituyen, desde la segunda mitad del siglo pasado, en aportes fundamentales para comprender la estructura y los procesos involucrados en la comunicación científica, entendiendo que dicha estructura es recursiva y que los procesos conforman un ciclo de actividades combinadas en un flujo continuo y entrelazado (Borgman y Furner, 2002: 2). Así, los investigadores discuten y argumentan, comparten y buscan información, escriben y eligen el formato más adecuado para comunicarse, también seleccionan el punto de salida más conveniente para remitir sus trabajos. A través de las citas vinculan sus hallazgos con los de otros estudiosos, comparten tareas y publicaciones con colegas de la misma institución donde trabajan o de otras entidades nacionales o extranjeras. El campo de estudio -la estructura y los procesos del ciclo de la comunicación científica-  está consolidado y sus técnicas se han ido refinando a lo largo del tiempo, de modo tal que han demostrado ser productivas tanto en los abordajes estructurales (métodos cuantitativos), como en otros más interpretativos o constructivistas (métodos cualitativos). Dentro de estas técnicas, desde larga data, la Bibliometría ha sido aceptada en los estudios sociológicos de la ciencia (Borgman y Furner, 2002).
En la actualidad, mucho se debate acerca de si la comunicación científica se está transformando por el uso creciente de las tecnologías de la información y de la comunicación en gran parte de los tramos del proceso investigativo, desde la génesis hasta los estadios de difusión y de consumo (véanse los ya citados modelos confrontados por Hurd, 2000: 1.280-1.281). En esta línea temática se coincide en la posición epistemológica de Kling y McKim (2000) cuando abordan el estudio de las tecnologías de la comunicación desde una perspectiva social y desarrollan así el concepto de configuración social de la tecnología (social shaping of technology-SST), perspectiva que se centra en la dinámica continua entre una tecnología y una comunidad, enfocándose en cómo se desarrolla, se usa, se configura, se reconfigura y se reconstituye la tecnología en la comunidad (Kling y McKim, 2000:1.311).
Uno de los problemas que se enfrentan cuando se profundiza en este campo de especialización es la superabundancia de estudios dedicados al análisis de la producción científica en las disciplinas de las Ciencias Físicas y Naturales, la Tecnología y las Ciencias Médicas, y de la tendencia a generalizar conductas y procesos tanto dentro de cada una de estas grandes áreas como entre áreas. En este sentido, es bueno rescatar, al menos, el ya citado artículo de Kling y McKim (2000), Thorin (2003), Fry y Talja (2007) entre otros trabajos que sostienen con investigación y datos empíricos que existen diferencias disciplinarias en la producción, la relevancia y el uso de la comunicación científica, que se deben comprender y explicar esas diferencias disciplinarias tomando como marco teórico distintos esquemas conceptuales. En el caso de Fry y Talja (2007) las autoras aplican la teoría de la organización intelectual y social de los campos académicos formulada por Whitley (2000). Por su parte, Kling y McKim (2000), además de la ya mencionada perspectiva de la configuración social de la tecnología, echan mano a otras conceptuaciones teóricas sacadas del Nuevo Institucionalismo, abordaje esencialmente cognitivo de la conducta organizativa. Por su parte, Thorin (2003) recurre, para explicar las divergencias disciplinarias derivadas de los resultados obtenidos por un panel de expertos de la Universidad de de Indiana, a Kling y McKim (2000) y a un marco teórico más historicista como el presentado por Jean-Claude Guédon (2001).
Tal como ya se ha dicho, existe una multiplicidad de trabajos que se mueven dentro de abordajes parciales y cuyos resultados no siempre pueden explicar la realidad de las culturas científicas de los países menos desarrollados.
Superabundan los análisis de citaciones y de co-citaciones usando como fuentes de datos casi excluyentes las bases de datos de la Web of Knowledge de Thomson Scientific: Science Citation Index, Social Science Citation Index y Arts & Humanities Citation Index. Donde se encuentra menos riqueza de investigaciones es en las temáticas de la producción, la escritura y la colaboración. De todos modos, valga como ejemplo el Annual Review of Information Science and Technology3 que se inició en 1966 y que hasta 2007, en sus 41 volúmenes publicados, ha dedicado a los temas de la comunicación científica, de la bibliometría, del análisis de citaciones, de la publicación académica y a otras cuestiones relacionadas, 14 revisiones bibliográficas (Kling, 2004; Börner, Chen y Boyack, 2003; Kling y Callahan, 2003; Borgman y Furner, 2002; C. S. Wilson, 1999; Tabah, 1999; Peek y Pomerantz, 1998; White y McCain, 1997; Bishop y Starr, 1996; Schamber, 1994; White y McCain, 1989; Boyce y Kraft, 1985; Hills, 1983; y Narin y Moll, 1977).

Con este brevísimo estado de la cuestión se ha querido mostrar que existen estudios desarrollados desde hace años, y métodos y técnicas probados que darán sustento e irán conformando un marco adecuado para este estudio cuyo anclaje teórico principal se ubica en la epistemología social tal como la formularan Egan y Shera (1952), enfocada al análisis de la producción, distribución y utilización de los productos intelectuales, enriquecida con los aportes previos de Ludwik Fleck (1986 [1935]) y su visión de la ciencia como actividad social que sustenta un colectivo de pensamiento, comparte ideales, y genera discursos diferentes de acuerdo con la audiencia a la que se dirige y el propósito perseguido: ciencia journal y ciencia vademecum. Estos puntos de vista permiten definir mejor el contorno y la profundidad de los roles que desempeña la literatura científica (Brorson y Andersen, 2001; Hjørland, 1998b y 2002; Andersen, 2002; Fallis, 2006).
Otro bagaje teórico de clarificación indispensable es el que se refiere tanto a la noción de literatura especializada, de documento científico o de publicación científica como fuentes del conocimiento y su tipología en el contexto de la comunicación (Woodward, 1977; Small, 1978; Bazerman, 1988; Brown y Duguid, 1996; Buckland, 1997; Hjørland, 1998a; Andersen, 2000; Fry y Talja, 2004), como a las teorías de la organización intelectual y social de las disciplinas académicas (Lodahl y Gordon, 1972; Powell y DiMaggio, 1991; Kling y McKim, 2000; White y McCain, 1997; Whitley, 2000; Fry, 2006; Fry y Talja, 2007).

Antecedentes en la temática propuesta

Los antecedentes en la temática de la investigación son muy numerosos, provienen de diferentes geografías y estudian distintas variables y dominios. Lo que sigue es una muestra ínfima de los múltiples abordajes propuestos.
Existen estudios que se centran en la producción científica de los investigadores, recortando el objeto de estudio por tipos de documentos, por disciplinas, por instituciones, por países, etc. Por ejemplo, Susan Bonzi (1992) estudia los curricula de 411 profesores universitarios senior para descubrir las tendencias de su productividad a través del tiempo. Las variables consideradas son: estatus académico, género, disciplina y patrones de citación. Mientras que John M. Budd (1995 y 1999) cuantifica y analiza las publicaciones del profesorado de instituciones universitarias pertenecientes a la Association of College and Research Libraries. En el primer artículo considera el período 1991-1993 y en el segundo 1995-1997, realizando una comparación de la producción científica en los tramos temporales considerados.
Para ejemplificar dominios geográficos de países o de regiones sin recorte disciplinar se puede citar a R. F. Cuevas, M. Mestanza Zúñiga y A. M. Alcalde (1998-2005) que establecen parámetros bibliométricos de análisis de la producción científica peruana utilizando como fuente de datos las bases del ISI, proporcionando informes para cada año. Por su parte, Moya-Anegón, et al. (2006) estudian la estructura científica española utilizando también las bases del ISI. Por su parte, José María Sánchez Nistal (1998) estudia la producción científica de la Comunidad de Madrid en 1994-1996 y el CINDOC, Departamento de Bibliometría (2003) lo hace con la Región de Murcia; ambas investigaciones usan como fuente las bases ISI, aunque el estudio del CINDOC agrega una base local ICYT producida por el CSIC de España.
Como ejemplo de aplicación de la variable género a la producción científica, además de los ya citados Bonzi (1992) y Budd (1995 y 1999) se puede mencionar a B. M. Gupta, S. Kumar y B. S. Aggarwal (1999) que estudian la productividad diferenciada entre hombres y mujeres en el Council of Scientific and Industrial Research (CSIR) de la India aplicando la Ley de Lotka a la variable cantidad de artículos publicados por investigador.
En diferentes ámbitos geográficos centrados en un solo dominio disciplinar, se puede ejemplificar con Salvador Gorbea-Portal (2000) que analiza la investigación y la producción científica latinoamericana en Bibliotecología/Ciencia de la Información indexada en dos bases cooperativas de datos bibliográficos mexicanas, ICBALC e INFOBILA. Evaristo Jiménez-Contreras (2002) cuantifica las publicaciones de los investigadores españoles en Bibliotecología y Documentación en revistas ISI; mientras que Ana Extremeño (2003) lo hace con la producción científica española en Ciencia Política, utilizando como fuente de datos la base ECOSOC, producida y distribuida por el CINDOC (2003). José Iván Bolaños González (2004) estudia la evolución de la producción científica en Geografía Humana en Canarias entre 1881 y 2002. Utiliza como fuente de datos una bibliografía compilada por él mismo, los formatos considerados son libros, actas de congresos, publicaciones periódicas, capítulos de libros y tesis publicadas. Musi Lechuga, Olivas-Ávila, Portillo-Reyes y Villalobos-Galvis (2005) se vuelcan hacia la producción de los profesores españoles de Psicología en revistas con factor de impacto ISI. Piedra Salomón, et al. (2006) lo hacen con Comunicación Social en Cuba estudiando las tesis e informes de investigación en el área. Por su parte, Duque, Ramos y Royuela (2007) analizan la producción científica española en Economía. Un estudio de dominio institucional pero que se restringe a lo indexado en las bases de los Citation Index de Thomson-Reuters es Moya-Anegón, et al. (2005).
Otras investigaciones se dedican a determinar los índices de colaboración en la ciencia porque consideran que es un factor significativo para la productividad. Así como el formato de la publicación y la cantidad varían por disciplina lo mismo sucede con las colaboraciones y las autorías múltiples. Un autor único es la norma en algunas disciplinas de las Humanidades pero también en Matemáticas, mientras que la investigación en colaboración es típica de la mayoría de las disciplinas científicas. Si bien la autoría múltiple a menudo se ha usado como un sustituto conveniente de la colaboración (especialmente en los estudios bibliométricos), es solo un aspecto de esta (Borgman y Furner, 2002). Bordons y Gómez (2000) en su extensa revisión de la investigación bibliométrica sobre colaboración, resumen múltiples aspectos de esta relación compleja y de los riesgos metodológicos asociados. Como estudios solo dedicados a esta temática podemos citar a Pao (1992); Persson y Beckmann (1995); Persson, Melin, Danell y Kaloudis (1997); Qin, Lancaster y Allen (1997). También hay investigaciones volcadas al estudio de las revistas científicas (Ríos Gómez y Herrero Solana, 2005; Romanos de Tiratel, 2003 ; Romanos de Tiratel, Giunti y Parada, 2002; Romanos de Tiratel, Giunti y Parada, 2003; Romanos de Tiratel y López, 2004; Romanos de Tiratel y Giunti, 2005; Romanos de Tiratel y Giunti, 2007; Romanos de Tiratel et al., 2008).

3. Método y procedimientos

Tal como ya se ha expuesto, el estudio de la producción científica de un dominio institucional, en este caso la Facultad de Filosofía y Letras, requiere la aplicación de técnicas cuantitativas para la compilación, el tratamiento y el análisis de los datos relevados. Se utilizó como fuente de datos los informes finales, con carácter de declaraciones juradas, de los investigadores de la Facultad, que fueron presentados por los directores de proyectos para su correspondiente evaluación al terminar la Programación Científica 2004-2007, informando la producción del último año.
A diferencia de otras investigaciones (cfr. Sánchez Nistal, 1998; Jiménez-Contreras, 2002), la que se expone en este artículo incluye todos los tipos de trabajos que la Universidad considera válidos y, por lo tanto, los investigadores declaran en sus informes.
Solo se impondrá una restricción, para ser incluidos en la cuantificación, el estado de los documentos (libros, capítulos de libros, ponencias en actas de reuniones científicas y artículos de periódicas) será el de publicados. No se tendrán en cuenta trabajos enviados ni en prensa, dado que, si se hicieran análisis longitudinales posteriores, esos documentos, una vez cambiado su estado, volverían a contarse en períodos sucesivos.
Las facetas que se estudiaron en esta investigación son:

  • tipos de documentos que incluyen artículos de revistas, capítulos de libros, libros, ponencias a congresos, tesis de postgrado, producciones audiovisuales, producciones electrónicas y transferencias;
  • lenguas utilizadas;
  • revistas elegidas: nacionales y extranjeras, con y sin arbitraje; de corriente principal (Web of Knowledge - Thomson/ISI). En cuanto a las nacionales, además, se consideraron las registradas en el núcleo básico de periódicas científicas argentinas, en SCIELO Argentina y en IPUFyL (Índice de las publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras);
  • reuniones científicas: alcance nacional o internacional;
  • publicadores de libros: prensas universitarias, organismos oficiales, otros.
  • productos electrónicos: tipos y características; y
  • autoría individual o múltiple.

A fines de 2008 se obtuvieron las versiones electrónicas, en formato Word®, de los informes finales de la Programación 2004-2007. La Universidad de Buenos Aires registraba 199 proyectos de investigación acreditados en la Facultad de Filosofía y Letras para ese período. Por diferentes causas (renuncias, fallecimientos, etc., de los directores) se recibieron 170 archivos (uno por cada proyecto), 23 estaban dañados (o sea, un 13,53%). El conjunto restante, 147 informes finales, se constituyó en la fuente de datos para analizar la producción científica de la Facultad para el año 2007.
A continuación se pasó a procesar la información, se almacenaron los archivos, se discriminaron los datos de la producción científica y se generaron nuevos documentos en Word® para alcanzar los objetivos propuestos y comprobar las hipótesis. A partir de listados impresos, se clasificaron los informes por materia, usando la lista y los códigos, con algunas modificaciones, que utiliza la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires, para así poder agruparlos por grandes campos de estudio (Ver anexo 1). El resultado de este agrupamiento se puede ver en la siguiente tabla:

Tabla 1: Proyectos agrupados por disciplinas

Antes de iniciar la descripción del trabajo realizado debemos informar de una decisión procedimental que, si bien incrementó sustancialmente las tareas a ejecutar, a nuestro juicio mejoró el abordaje y la fiabilidad de los resultados. Se prefirió, entonces, en lugar de utilizar bases de datos diseñadas con fines diferentes a los de nuestra investigación (por ejemplo, Web of Knowledge), elaborar una base de datos propia con información primaria (todo lo informado por los investigadores como producción científica) que permitió cuantificar y analizar de un modo exhaustivo las actividades de difusión científica de los estudiosos de la Facultad de Filosofía y Letras. Además, esta base no tiene ninguna pretensión de ponderar los canales ni los formatos elegidos por los investigadores.
Si bien ya se contaba con un diseño de base de datos y con sus correspondientes hojas de entrada (Grupo Produba, 2005) se hizo un estudio pormenorizado, cuyo resultado fue la generación de una nueva base con modificaciones: agregado de campos en las pantallas de ingreso y codificación de los nuevos datos incluidos. Con el propósito de normalizar el trabajo de interpretación y carga por diferentes miembros del equipo de investigación, se trabajó con una selección aleatoria de informes y se estudiaron las distintas situaciones y alternativas, se tomaron las correspondientes decisiones y se elaboró un manual de procedimientos para guiar la operatoria de ingreso y generación de registros. Se puso a prueba la nueva base de datos diseñada utilizando Access® con una muestra variada de informes y se realizaron las correcciones necesarias; luego se distribuyeron los informes entre los miembros del grupo, para iniciar el trabajo de carga definitiva de datos. Es así como se trabajó simultáneamente a lo largo de varios meses en 9 bases de datos que, al finalizar la tarea de ingreso, se unificaron. Esta etapa de la investigación, en insumo de recursos humanos y de tiempo, fue significativa.
Se llevaron a cabo tareas de depuración y control porque las declaraciones de los investigadores suelen presentar algunas inconsistencias. En otros casos, fue necesario completar datos no informados oportunamente por los responsables de hacerlo; por supuesto, esto derivó en tareas suplementarias de control bibliográfico: completar años, títulos, ISSN, paginación, ISBN, lugar de edición, etc.
En los datos de origen sobre los que se trabajó existían variantes de interpretación, de énfasis, de detalle, de exhaustividad, etc. porque cada director de proyecto tiene diferencias individuales y subjetivas a la hora de completar las planillas de los informes finales y de avance que le proporciona la Universidad. Por esto, fue necesario corroborar la precisión de los datos, estudiando el contenido de los registros y de los campos, tanto en forma directa como a través del diseño de un archivo invertido.
Los procedimientos hasta aquí enunciados permitieron cuantificar cada una de las facetas estudiadas y agruparlas por disciplinas; del mismo modo, se pudieron comparar las disciplinas involucradas para determinar similitudes y diferencias.
Antes de iniciar el análisis de los datos recopilados por la investigación es necesario aclarar qué se entiende por trabajos científicos, por publicaciones y por transferencia.
En el primer caso nos referimos a una categoría general que comprende a toda la producción científica de cualquier tipo, difundida por canales informales (paneles, ateneos de investigación, discusiones, intercambios entre pares, etc.), semiformales (ponencias a congresos), o formales (artículos, libros, etc.).
En el segundo caso, aludimos a una subdivisión, tal como ya se ha mencionado, dentro del gran paraguas de los trabajos científicos: las producciones difundidas por canales semiformales o formales, registradas en cualquier formato o soporte. Este es el insumo de datos de nuestra investigación porque, de un modo u otro, puede ser conocida por un círculo mayor de receptores dada la materialidad de su producción, cosa que no sucede con las producciones informales que son inmateriales.

Por su parte, la transferencia es un tipo de difusión que planteó varias dificultades, dado que en las distintas instancias institucionales no existe un acuerdo conceptual al respecto. Por lo tanto, para validar su inclusión como tales, acordamos que tenían que reunir las siguientes condiciones: ser contratos, convenios o acuerdos temporarios entre instituciones; en caso de duda, solo considerar aquellos trabajos vinculados con la temática investigada en el proyecto. Por supuesto, esta conceptuación algo restrictiva excluye el trabajo profesional, las evaluaciones, cualquier tipo de tarea asimilable a la docencia y, por último, las actividades desarrolladas en el marco del desempeño académico más usual, tal como sucede con la organización de mesas redondas, paneles, ateneos, fuera del marco institucional de congresos, reuniones, jornadas, etc.
Se entendió por publicaciones electrónicas aquel tipo de producción que tiene una estructura propia y cuyo soporte es exclusivamente digital, tales como sitios web, portales, bases de datos, blogs, wikis, etc. Esta clarificación se justifica porque, cuando se analizaron los informes, se observó que los investigadores confundían formato con soporte (un artículo de revista no deja de serlo porque esté en soporte digital).

4. Análisis de datos

Luego de las tareas realizadas de depuración y de análisis de datos, se obtuvo una producción científica total de n = 2.843 trabajos, según lo informado por los investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) para el año 2007 con el objeto de difundir los hallazgos de sus investigaciones.
A continuación se irán presentando los resultados obtenidos por tipos de trabajos, disciplinas involucradas, lenguas, arbitrajes de los artículos, origen de la revistas elegidas y autoría múltiple.

4.1. Distribución general  de la producción científica.

Se presenta la Tabla 2 y el Gráfico 1 donde se puede apreciar la distribución de la producción científica por tipos de trabajos. En la enumeración de la Tabla 2 no aparece el tipo tesis de postgrado porque, en el período estudiado, no se defendió ninguna tesis adscripta a las investigaciones UBACYT.

Tabla 2: Distribución de la producción por tipos de trabajos


Gráfico 1: Producción por tipos de trabajos

En primer lugar, se destacan las ponencias a congresos, que se acercan al 50%. Por su parte, los tradicionales artículos de publicaciones periódicas se ubican en segundo lugar con un 24%. Estas cifras revelan una disonancia respecto de los modelos tradicionales de transferencia de la información especializada, donde los congresos se presentan como los canales más adecuados para difundir los resultados iniciales. En este caso, sin embargo, el 2007 es el último de los años asignados en la Programación Científica para la ejecución de los proyectos y, por ende, las ponencias no deberían tener la relevancia que poseen; por lo tanto, se puede inferir que las reuniones científicas son un canal priorizado por los investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras en cualquier momento del desarrollo de sus estudios.
A su vez, esta conducta para difundir los resultados no se ajusta a uno de los nuevos modelos de comunicación científica (Hurd, 2000), donde se afirma que va decayendo la comunicación cara a cara o presencial, a causa de la facilidad que proporcionan las nuevas tecnologías para intercambiar permanentemente diferentes aspectos de la investigación y para realizar reuniones virtuales.
Si sumamos libros y capítulos de libros este formato se acerca al 23% y se posiciona en un lugar cercano al de la producción de artículos. En los últimos lugares aparecen las publicaciones electrónicas, los audiovisuales y las transferencias con un poco más del 4%.
La Universidad de Buenos Aires representa los campos temáticos del conocimiento mediante 30 agrupamientos de materias, 10 de las cuales corresponden a proyectos radicados en la Facultad de Filosofía y Letras. Dado que Sociología y Psicología no son carreras que se estudien en la Facultad y, además, por su baja incidencia numérica, se ha decidido agruparlas en Otras disciplinas.

Una lectura inicial de la Tabla 3 nos lleva a ver que la distribución del número de proyectos coincide prácticamente con la producción total de cada disciplina, o sea, a mayor número de proyectos más cantidad de trabajos. Sin embargo, se invierte la relación entre Educación y Filosofía y, más aún, en Artes e Historia. Si nos enfocamos en la producción total, Letras se separa casi en un 50% de su inmediata seguidora Antropología.

Tabla 3: Disciplinas ordenadas por producción total

Una lectura más precisa nos muestra que, cuando se saca el promedio general de trabajos por proyectos, se obtiene 19 que coincidiría con la media de producción esperable por proyecto y por año. Entonces, la disciplina que, en este caso, se separa de las demás es Artes y las más desfavorecidas en esta distribución son Antropología y Bibliotecología.

4. 2. Distribución de la producción por tipos de trabajos y disciplinas

Un cuadro totalizador de la distribución de la producción por tipos de trabajos, listados por número de ocurrencia de mayor a menor y por disciplinas, ordenadas alfabéticamente, nos proporciona una fotografía de la producción científica de la Facultad de Filosofía y Letras, en el año 2007, permitiendo una posterior desagregación por cada una de las estrategias utilizadas para difundir los resultados de las investigaciones.

4.2.1. Congresos

Tal como ya se ha mencionado (Tabla 2 y Gráfico 1) en el análisis general, casi la mitad de la producción total de la Facultad de Filosofía y Letras se da a conocer a través de las ponencias que los investigadores presentan en diferentes tipos de reuniones científicas.
Se pueden observar en la Tabla 4 dos comportamientos diferenciados. Por un lado, Ciencias de la Educación dedica casi los dos tercios de su producción científica a ponencias en congresos. En cambio, el grupo de Otras disciplinas, Bibliotecología y Geografía, divulgan una tercera parte de su producción mediante este tipo de trabajos.

Tabla 4: Disciplinas y tipos de producción científica

Si consideramos que la difusión en congresos utiliza canales semiformales de comunicación científica, destaca el caso de Ciencias de la Educación que prioriza este tipo de medios sobre otros de mayor perdurabilidad.
El total de la producción presentada a congresos (n = 1.377) es un conjunto en el que esta investigación ha decidido analizar tres variables: ponencias publicadas o no publicadas, carácter nacional o internacional de las reuniones e idiomas en los que se han redactado los trabajos.
El carácter de publicado o no publicado, salvo que un seguimiento más minucioso de las producciones posteriores modifique esta ratio, indica la mayor o menor perdurabilidad de la producción. En 2007, según lo declarado por los investigadores, solo fue publicado un 20% de las ponencias en congresos (Gráfico 2).


Gráfico 2: Publicación de las ponencias en congresos

Esta investigación no ha logrado encontrar razones lógicas por las cuales la comunidad científica le asigna mayor valor a los congresos internacionales que a los nacionales, se puede inferir que los primeros tienen una difusión más global de los resultados de las investigaciones. En el caso particular que nos ocupa enfrentamos una distribución pareja entre ambos tipos de reuniones (Gráfico 3).


Gráfico 3: Alcance de los congresos

Si bien la mitad de los congresos son internacionales, probablemente lo sean dentro del dominio hispanoamericano, porque cuando se analizan las lenguas en las que los investigadores redactaron sus ponencias, existe un abrumador peso del castellano (96,08%) en tanto el resto se distribuye entre el inglés (3,49%) y otros idiomas.

4.2.2. Artículos en revistas científicas

De acuerdo con lo que ya se ha indicado (Tabla 2 y Gráfico 1) en el análisis general, casi la cuarta parte de la producción total de la Facultad de Filosofía y Letras se conoce a través de artículos en revistas científicas. En general, la proporción se mantiene en todas las disciplinas, salvo Educación y Bibliotecología. La primera, porque solo dedica una séptima parte de su producción al formato artículo de revista y la segunda, porque la mitad de lo que publica son artículos de revistas.
El total de la producción de artículos es n = 684. Un tercio se publicó en revistas extranjeras (n = 218) y los dos tercios restantes  (n = 466) en argentinas. Esto muestra una preferencia por publicar en el ámbito nacional.  En el Gráfico 4 se discrimina el origen de las revistas por países o regiones.


Gráfico 4: Artículos según el origen de las revistas

En cuanto a las lenguas, de los 684 artículos publicados se obtuvo la siguiente distribución:

Tabla 5: Idiomas de los artículos de revistas

Respecto del arbitraje al que fueran sometidos los 684 artículos publicados, tal como se ve en el Gráfico 5, casi los dos tercios han sido evaluados por pares.


Gráfico 5: Arbitraje de los artículos

Dada la complejidad y variación que presenta el formato de la revista científica, en cualquier disciplina académica, se puede significar mucho o poco cuando se toma este tipo de canal de difusión. Por eso, en este estudio se intentó matizar el abordaje, analizando ciertas características de los títulos para comprender mejor el alcance y la magnitud de las decisiones tomadas por los investigadores cuando eligen dónde publicar sus artículos. Así, hemos considerado la distribución de las revistas por lugar de edición. Además, se estudió su inclusión en listados evaluados por la comunidad científica local y en los Citation Index respectivos, basándonos en el presupuesto de que este subconjunto tiene una mayor visibilidad nacional e internacional.  
El universo de títulos en los cuales publicaron los investigadores es n = 371, de los cuales son argentinos n = 201 y extranjeros n = 170. Se pasará ahora a identificar diferentes variables dentro de estos agrupamientos.
Del total de las  revistas argentinas elegidas para publicar los artículos, no llega al  20% (n = 34) las que pertenecen al Núcleo Básico de Revistas Científicas Argentinas4. Dentro de estos 34 títulos, 15 están disponibles en texto completo y con acceso gratuito a través de la Plataforma SciELO Argentina.
Del total de 201 revistas nacionales, 14 títulos son publicados por la Facultad de Filosofía y Letras, UBA, dominio institucional analizado por esta investigación. Ambos datos quizás, signifiquen una muy baja intencionalidad de opción cualitativa (títulos nacionales evaluados e indexados5) y una notable dispersión en un gran número de títulos (ratio = 2 artículos por revista). 
Como era de esperarse, de este total de revistas nacionales (n = 201), son muy pocas (n = 2) las indexadas por los Citation Index de Thomson-Reuters.
Del total de las revistas extranjeras elegidas para publicar artículos (n = 170) destaca Brasil cuando se compara con el conjunto de títulos de los países de América Hispana (Gráfico 6).


Gráfica 6: Origen de las revistas extranjeras

4.2.3. Capítulos de libros

Según lo que ya se ha indicado (Tabla 2 y Gráfico 1) en el análisis general, la sexta parte de la producción total de la Facultad de Filosofía y Letras se conoce a través de capítulos de libros, donde, a diferencia de los artículos, se presentan ratios más variables entre las disciplinas. Antropología e Historia se acercan más a la proporción general (16,5%), mientras que Geografía y Otras disciplinas, al menos en la producción del año 2007, duplican esa cifra.
Los publicadores de este formato se analizarán conjuntamente con los libros.

Tabla 6: Capítulos de libros por disciplinas

4.2.4. Libros

De acuerdo con lo que ya se ha indicado (Tabla 2 y Gráfico 1) en el análisis general, una pequeña parte (6,5%) de la producción total de la Facultad de Filosofía y Letras se conoce a través de libros, donde, a diferencia de los capítulos de libros, se presentan proporciones similares entre las disciplinas, salvo Bibliotecología que duplica el promedio general.

Tabla 7: Libros por disciplinas

En cuanto a los publicadores de libros no existen diferencias numéricas se trate de la producción de libros completos o de capítulos. Predominan las prensas privadas no universitarias. La distribución se puede ver en las tablas siguientes (Tablas 8 y 9).

Tabla 8. Tipos de editoriales de los libros

Tabla 9. Tipos de editoriales de los capítulos de libros

4.2.5. Otros tipos de producción

Se ha optado por agrupar en la Tabla 10 los otros tipos de producciones: audiovisuales (0,8% del total), publicaciones electrónicas (1,7%) y transferencias (2,1%), dada la baja incidencia (4,6% del total) que presentan como estrategias de difusión del conocimiento generado por las investigaciones.

Tabla 10. Otros tipos de producción

4.3. Autoría individual o múltiple

La Universidad de Buenos Aires, a través de sus programaciones, se ha dedicado a estimular sistemáticamente la constitución de equipos de investigación y ha desalentado la presentación individual de proyectos de investigación, política muy comprensible porque alienta la formación de recursos humanos. En el caso que nos ocupa y con los números tal como se representan en la Tabla 11, se muestra la pervivencia de una cultura académica propia de las Humanidades, de modo tal que, aunque los equipos sean más o menos numerosos, predomina la autoría individual de sus miembros. Tendencia que se reitera en cualquier tipo de estrategia elegida para difundir los resultados de los hallazgos de las investigaciones.

Tabla 11. Autoría individual o múltiple

Conclusiones

Antes de formular y sintetizar los resultados a los que se ha llegado luego del análisis de los datos ya presentados, incluimos una gráfica que resume y agrupa todos los datos (Tabla 12).

Tabla 12. Producción de la Facultad de Filosofía y Letras año 2007

El análisis de los datos obtenidos, en última instancia, trasciende la esfera cuantitativa pues, gracias a su interpretación, es posible llegar al descubrimiento de una estructura y de un proceso de difusión del conocimiento heterogéneo y diferenciado para algunas de las disciplinas integradas en las Ciencias del Hombre (para una justificación de esta denominación, véase Piaget, 1979: 44-45) y a comprender que muchas de las elecciones de los actores de las instituciones académicas están regidas por hábitos altamente rutinarios, por libretos y acciones memorizadas y por la imitación acrítica de los comportamientos percibidos y construidos socialmente -no necesariamente reales- de los investigadores en las denominadas ciencias duras y tecnológicas (Ver Kling y McKim).
La primera conclusión que se puede sacar del análisis de datos es que el promedio de productividad anual de los grupos de investigación no se relaciona en forma directa con el número de proyectos de cada una de las disciplinas analizadas, sino que esa relación varía alejándose de lo probable en casos como Artes, Geografía (pocos proyectos y alta producción) y Antropología (muchos proyectos y baja producción) o acercándose a lo esperado como sucede en Letras (muchos proyectos y alta producción) (Tabla 3).
La segunda conclusión que se desprende del análisis de datos es la marcada preferencia -salvo excepciones poco significativas- por las ponencias a congresos para difundir los resultados de las investigaciones (Tabla 2 y Gráfico 1), a pesar de presentarse como una estrategia desalentada institucionalmente y a contrapelo de los nuevos modelos de comunicación científica, baste de ejemplo el esquema elaborado por Julie M. Hurd hace ya diez años (2000: 1.280-81). Se afirma que dicha estrategia no se valora demasiado porque, si tomamos la tabla de créditos otorgados a los doctorandos de la Facultad de Filosofía y Letras en la evaluación de sus antecedentes, cuando la  Comisión respectiva estudia sus inscripciones al doctorado, una ponencia publicada en actas representa 2 créditos, sin publicar 1, mientras que el artículo en revista con arbitraje y el capítulo de libro suman 5 créditos cada uno y el libro 10 créditos.
No es el propósito de este trabajo minimizar o exaltar la importancia de los canales disponibles para comunicar los resultados de las investigaciones pero sí afirmar que, desde el punto de vista bibliográfico-documental, las ponencias sin publicar se han considerado siempre como canales informales, dada la difusión limitada al ámbito de quienes asistieron a la reunión académica y, por ende, su escasa perdurabilidad. En tal sentido, y como ya se ha dicho, solo una quinta parte de este tipo de trabajos alcanzan el estatus de publicados. De todos modos puede que en el futuro esta proporción varíe con la asistencia de la tecnología digital.
Se puede afirmar que, a pesar de todo lo antedicho, los investigadores emplean ingentes recursos materiales e intelectuales en una estrategia que, prima facie, pareciera poco productiva. Sin duda, entonces, queda en evidencia la asignación de otros valores simbólicos de conocer y darse a conocer, de establecer conexiones y lazos intelectuales que trascienden el mero acto de difundir los hallazgos de las investigaciones emprendidas, valoración que deja de lado el sentido práctico inmediato en pos de otro tipo de reconocimiento y de ventajas competitivas a más largo plazo.
La tercera conclusión es que no existen diferencias destacables entre las disciplinas estudiadas en cuanto a las estrategias de difusión del conocimiento elegidas, salvo Ciencias de la Educación que sobresale por la baja tasa de artículos publicados. Frente a esto, se puede hablar de una cultura institucional compartida y construida a través del tiempo que impregna a sus miembros, que se cristaliza e impone a partir del peso tanto de las evaluaciones formales de los pares como de otras más informales pero igualmente valiosas a la hora del reconocimiento académico.
En cuarto lugar y en relación con los artículos de revistas, se ha observado que los investigadores estudiados, a través de sus estrategias de difusión del conocimiento, siguen prefiriendo el soporte papel. Además, que es sencillamente ínfimo el porcentaje de trabajos publicados en otras lenguas diferentes al español (Tabla 5). Por otra parte, aunque exista una preeminencia de títulos nacionales sobre títulos extranjeros, estos últimos pertenecen a la esfera iberoamericana (76%) y si bien en ese porcentaje está incluido Brasil con un 22%, no hay que olvidar que la mayoría de los títulos de ese país admite la publicación de trabajos en español (Gráfico 6). Es lícito concluir, entonces, que la difusión se orienta hacia el ámbito iberoamericano donde los problemas, los marcos teóricos, las modalidades expresivas y los estilos de pensamiento son similares y compartidos.
En quinto término concluimos que el formato libro, ya sea obra de largo aliento o contribuciones mediante capítulos, ocupa un lugar casi igual al de los artículos de revistas (Tabla 2 y Gráfico 1) coincidiendo así, en gran medida, con una fuerte tradición humanística que sigue otorgándole un reconocido valor a este tipo de formato. La sorpresa ha sido encontrar que, en ambos casos, más de la mitad de los publicadores son prensas privadas no universitarias (Tabla 8 y 9).
Si de tradiciones hablamos, la Tabla 11 nos indica que el 77% de la producción científica de los investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras es de autoría única, rasgo distintivo y diferenciador de las Ciencias del Hombre cuando se las compara con las Ciencias Exactas, Naturales y Médicas, y las Tecnologías.
A quienes hemos hecho esta investigación nos ha quedado la certeza de que la producción científica no se reduce a los artículos de revistas, considerarlo de este modo empobrece el panorama y más cuando de ese conjunto solo se toman en consideración ciertos títulos indexados en bases de datos prestigiadas por los mismos publicadores de las revistas seleccionadas como núcleo central. Sin duda, los canales de transferencia y difusión de la información especializada son ricos y variados, tanto como lo son las vías seleccionadas para remitir los trabajos y la trama de citas que vinculan a los estudiosos. Magro favor le haremos a tanto esfuerzo de producción y de creación de nuevas ideas si, en lugar de valorarlas por sus aportes y originalidad, lo hacemos por el lugar donde se han publicado.
 

Agradecimiento

Las autoras agradecen especialmente la atenta lectura y las sugerencias de los evaluadores. Gracias a ellas, el artículo ha ganado en claridad y en precisión.

Notas

1 Proyecto dirigido por Susana Romanos de Tiratel e integrado por Alejandro E. Parada, Graciela M. Giunti, Floriana Colombo, Irma Luz García, María Alejandra Plaza, Silvia Contardi, Adriana Giudici y los alumnos Tomás Solari y Úrsula Moreyra. Colaboró con la carga de datos  Estefanía Morelli.
2 Se transcribe en este punto el apartado 2 desarrollado por Romanos de Tiratel (2009:94-97).
3 Lamentablemente esta revisión anual cesará su publicación con el volumen 45 correspondiente al año 2011.
4 Todas las revistas que forman parte del Núcleo Básico son evaluadas en su calidad editorial con los criterios de calidad del Sistema Latindex mientras que la calidad de contenido científico es evaluada por el Comité Científico Asesor del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) para este proyecto, el cual está constituido por pares reconocidos nombrados por resolución del CONICET.
5 Todas las revistas publicadas por la Facultad de Filosofía y Letras están indexadas por el Índice de publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras Url: http://www.filo.uba.ar/contenidos/investigacion/institutos/inibi_nuevo/indice-publ-ffl.htm.

Anexo 1

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Artículo recibido: 01-07-2010.
Aceptado: 01-11-2010.

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