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Información, cultura y sociedad

versión On-line ISSN 1851-1740

Inf. cult. soc.  no.29 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2013

 

ARTÍCULOS

 

El bibliotecario como profesional de la información: horizontes laborales más allá de la biblioteca1

The librarian as an information professional: employment horizons beyond the library

 

Violeta Gibaja

Cátedra Métodos de investigación en Bibliotecología y Ciencia de la Información, Departamento de Bibliotecología y Ciencias de la Información, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Puán 480, 3º piso, oficina 335. C1406CQJ Buenos Aires, Argentina. Correo-e: vgibaja@gmail.com

Artículo recibido: 12-07-2013.
Aceptado:
1-10-2013.

 


Resumen: El artículo presenta los resultados de una investigación orientada a describir cuáles son las principales tendencias en materia de inserción laboral de los bibliotecólogos egresados de la Licenciatura en Bibliotecología y Ciencia de la Información de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Entre los meses de julio y agosto de 2012 se envió una encuesta, vía correo electrónico, a licenciados que habían egresado entre 1999 y 2011. Se recabó información acerca de las habilidades y competencias profesionales que utilizan a diario en sus trabajos, la opinión de los mismos acerca de su potencial desempeño en puestos no tradicionales de gestión de la información, y su percepción de la imagen social del bibliotecario. Se observó que, aún cuando los encuestados tienen una impresión positiva acerca de su potencial como profesionales de la información, la mayoría trabaja en bibliotecas, centros de información y archivos, realizando tareas vinculadas a aspectos pragmáticos e históricos de la profesión.

Palabras clave: Bibliotecología y Ciencia de la Información; Profesionales de la información; Inserción laboral; Bibliotecarios; Competencias profesionales.

Abstract: The article shows the results of a research aimed at describing what the main trends in work placement of graduated librarians with a degree in Library and Information Science, Faculty of Philosophy and Letters of the University of Buenos Aires. Between July and August 2012 a survey was sent via email to graduates who had graduated between 1999 and 2011. Information was sought about the skills and competencies they use every day in their jobs, their opinion about their potencial performance in non-traditional jobs, and their perception of the social image of the librarian. It was observed that even when respondents have a positive impression on their potential as information professionals, most work in libraries, information centers and archives, performing tasks related to pragmatic and historical aspects of their profession.

Palabras clave: Library and Information Science; Information professional; Work placement; Librarians; Professional skill.


 

1. Introducción

En las últimas tres décadas se han producido cambios significativos en la forma en que buscamos, consumimos e intercambiamos información. La irrupción y el avance acelerado de las tecnologías de la información han modificado nuestros hábitos de consumo, la forma en que trabajamos, y la manera en que nos comunicamos, aprendemos y enseñamos. Hemos sido testigos de la transformación de la Sociedad Industrial en la Sociedad de la Información.
En este contexto, mucho se ha escrito acerca del nuevo rol de los bibliotecarios y de las bibliotecas. Bibliotecarios que actúan como intermediarios entre los usuarios y el universo de información disponible. Bibliotecas que adaptan sus servicios a las nuevas demandas de los usuarios y ofrecen colecciones en línea que pueden ser consultadas desde cualquier lugar del mundo. No obstante, la Sociedad de la Información y las habilidades profesionales de los bibliotecólogos trascienden el ámbito de la biblioteca y sus usuarios.
La información es un recurso vital tanto para los individuos como para las organizaciones. La globalización de los mercados ha expandido el área de acción y competencia de las empresas. A diferencia de la Sociedad Industrial, la riqueza de las organizaciones ya no reside en su capital monetario, ni en su infraestructura, sino en la capacidad de las mismas para adaptarse a un medio ambiente dinámico en el cuál lo único permanente es el cambio.
Es decir, las fortalezas de las empresas no residen en sus activos tangibles sino en el colectivo de activos intangibles que les permiten innovar y adaptarse. La creatividad, la imaginación, el know how y el know why de las organizaciones son herramientas vitales para su éxito y supervivencia. No basta con fabricar productos y diseñar servicios, sino que es necesario estar informado acerca de las tendencias del mercado, las demandas y expectativas de los usuarios y los desarrollos de la competencia, en tiempo real y en forma constante. Los recursos de información se han transformado en una ventaja competitiva para las empresas.
Este nuevo escenario plantea una oportunidad laboral para los bibliotecólogos. Como profesionales de la información tienen las habilidades necesarias para colaborar en la gestión del conocimiento de las organizaciones, participar en procesos de inteligencia competitiva y trabajar en forma interdisciplinaria en el diseño de sistemas de información, entre otras actividades. Sus competencias y su experiencia les permiten aportar un valor agregado al proceso de toma de decisiones de las empresas.
Sin embargo, son otros profesionales quienes se han convertido en protagonistas de estos nuevos nichos laborales. Analistas en sistemas, licenciados en sistemas de información, administradores de empresas, comunicadores sociales y diseñadores gráficos, son algunos de los que han sabido aprovechar las nuevas demandas del mercado.
En este contexto cabe preguntarse si los bibliotecólogos son conscientes de su potencial como gestores de la información y del conocimiento, si los docentes y los planes de estudio transmiten este nuevo abanico de oportunidades, y si los actores del mercado laboral conocen las competencias de los profesionales de la información más allá del estereotipo del bibliotecario tradicional.

2. Marco teórico

El bibliotecario como profesional de la información

Que los bibliotecólogos egresen de una escuela de Bibliotecología y sean empleados en una biblioteca es un hecho cotidiano. Bibliotecario referencista, catalogador, clasificador, jefe de procesos técnicos, director de biblioteca, son algunos de los puestos laborales que componen el abanico de inserción laboral de los bibliotecarios y de los licenciados en Bibliotecología. No obstante, algunas las carreras de Bibliotecología de la Argentina, como por ejemplo, la de la Universidad de Buenos Aires y la de la Universidad Nacional de la Plata, imparten licenciaturas en Bibliotecología y Ciencia de la Información.
Si los bibliotecarios trabajan en bibliotecas ¿en dónde trabajan aquellos que se dedican a la Ciencia de la Información? ¿Es la biblioteca la última barrera de esta profesión? Ya en la década de 1960 Borko (1968) definía la Ciencia de la Información como

that discipline that investigates the properties and behavior of information, the forces governing the flow of information, and the means of processing information for optimum accessibility and usability. It is concerned with that body of knowledge relating to the origination, collection, organization, storage, retrieval, interpretation, transmission, transformation, and utilization of information. This includes the investigation of information representations in both natural and artificial systems, the use of codes for efficient message transmission, and the study of information processing devices and techniques such as computers and their programming systems. It is an interdisciplinary science derived from and related to such fields as mathematics, logic, linguistics, psychology, computer technology, operations research, the graphic arts, communications, library science, management, and other similar fields. It has both a pure science component, which inquiries into the subject without regard to its application, and an applied science component, which develops services and products2.

Esta definición contiene competencias y habilidades profesionales que los bibliotecarios han sabido mantener y desarrollar a lo largo de los años. El procesamiento de la información, para su óptima recuperación y utilización, es una labor que ocurre a diario en las bibliotecas. La elaboración de un cuerpo de conocimiento relacionado a la producción, el almacenamiento, la recuperación, la interpretación, la transformación, la representación y la utilización de la información, son temas acerca de los que se escribe con frecuencia en los institutos de investigación bibliotecológica.
No obstante, la Ciencia de Información es, tal como enunciaba Borko, una ciencia interdisciplinaria relacionada con áreas del conocimiento como las Matemáticas, la Lógica, la Lingüística, la Psicología, la Computación, la Comunicación, la Administración, las Artes Gráficas. El desarrollo de algoritmos de recuperación de información, los estudios cognitivos y psicológicos acerca de cómo buscan información los seres humanos, la gestión del conocimiento de la organizaciones, son tareas que pueden enmarcarse dentro de esta ciencia. En consecuencia, la Ciencia de la Información no solo comprende sino que trasciende el ámbito de la Bibliotecología y de las bibliotecas.
En este sentido, cabe analizar cuál es el perfil profesional de un egresado en Ciencia de la Información. El Special Committee on Competencies for Special Librarians, de la Special Libraries Association (2003) define al profesional de la información como aquel que

strategically uses information in his/her job to advance the mission of the organization. The IP accomplishes this through the development, deployment, and management of information resources and services. The IP harnesses technology as a critical tool to accomplish goals. IPs includes, but are not limited to librarians, knowledge managers, chief information officers, web developers, information brokers, and consultants3.

De acuerdo a la Special Libraries Association, el profesional de la información hace un uso estratégico de la información para alcanzar la misión de su organización. No solo recopila y procesa información para su óptima recuperación y utilización, sino que gestiona además recursos y servicios que tienen una importancia decisiva para el desarrollo organizacional. El perfil profesional va más allá de la profesión de bibliotecario e incluye puestos laborales como gerente de gestión del conocimiento, jefe ejecutivo de información, desarrollador web, broker de información y consultor, entre otros.
De esta manera, el horizonte laboral del profesional de la información se ha expandido hacia cualquier organización donde la información es considerada un recurso estratégico. En este sentido, la Special Libraries Association (2003) define a las organizaciones de información como

those entities that deliver information-based solutions to a given market. Some commonly used names for these organizations include libraries, information centers, competitive intelligence units, intranet departments, knowledge resource centers, content management organizations, and others4.

Términos como gerente del conocimiento, jefe ejecutivo de información, desarrollador web, broker de información, unidad de inteligencia competitiva, departamento de intranet, arquitecto de información, son neologismos posteriores a la definición de los años sesenta de Borko. No obstante, describen profesiones, puestos de trabajo y divisiones organizacionales interdisciplinarias, dedicadas al estudio de las propiedades y del comportamiento de la información, y de las fuerzas que gobiernan su flujo. Las oportunidades laborales cambian pero el objeto de estudio de la Ciencia de la Información permanece.
El surgimiento de estos neologismos no es un tema menor. La evolución de la Sociedad Industrial en una Sociedad de la Información y el desarrollo cada vez más acelerado de las tecnologías de la comunicación, plantearon un nuevo entorno dinámico y cambiante. En este contexto, las disciplinas vinculadas al procesamiento y a la recuperación de la información se vieron afectadas por debates y cuestionamientos acerca del rol, el alcance y el quehacer de sus especialidades en la Era Digital.
La Bibliotecología no ha sido una excepción. A principios de la década de l990 Michel Bauwens (1993) publicó el"Cybrarians Manifesto" donde advertía que los bibliotecarios ejercen una profesión cuyo título está ligado a un edificio -biblioteca- y no a sus competencias o know how. Este manifiesto analizaba la necesidad de migrar hacia un nuevo modelo de servicios, orientado a las necesidades de los usuarios y a las posibilidades que aportan las tecnologías de la información. No deben ser los usuarios quienes se trasladen a la biblioteca, centros o unidades de información, sino la biblioteca quien llegue a las necesidades de los mismos.
En este sentido, el debate acerca del rol de las bibliotecas parece haber encontrado un punto de consenso. Las bibliotecas ya no son vistas como depositarias de documentos, centradas en el procesamiento de información a la espera de que alguien la necesite just in case, sino que han comenzado a operar como intermediarias y proveedoras de puntos de acceso a la información, en el momento en que sea requerida just-in time (Bauwens, 1993). Así pues, la tecnología nos permite trasladar un documento completo hasta el escritorio de un usuario o la oficina de un ejecutivo en cuestión de minutos.
No obstante, si la demanda de información excede los muros de la biblioteca y ocurre en un abanico más amplio de organizaciones, cabe analizar la conveniencia de seguir usando el término bibliotecario para describir el alcance de la profesión. En este sentido, en el año 2009 la Special Libraries Association -asociación estadounidense que nuclea a profesionales de la información a lo largo del mundo- intentó cambiar su nombre hacia una denominación más representativa de la profesión. Se propuso cambiar el nombre a Association for Strategic Knowledge Professionals ASKPro, moción que fue rechazada por la mayoría de los miembros.
Entre los argumentos que sustentaban el cambio de denominación, se mencionaba la necesidad de poder comunicar en forma eficiente las competencias de los integrantes de su organización. En el año 2009 los profesionales de la información asociados a la Special Libraries Association tenían más de 2.000 nombres de puestos de trabajo diferentes y la mayor parte de los mismos no contenían la palabra bibliotecario (Special Libraries Association, 2009). Asimismo, se señalaba que los ejecutivos y responsables de búsquedas laborales en el campo de la información no entendían la connotación del nombre Special Libraries Association.
Es probable que los neologismos para describir el quehacer del profesional de la información sigan cambiando conforme al avance de las nuevas tecnologías, no obstante, las competencias de los mismos prevalecen. En este contexto, la definición de la profesión por competencias surge como una importante herramienta para hacer visible su valor y para guiar la formación curricular y continua (Tejada Artigas y Rodríguez Yunta, 2003). En consecuencia, se han llevado a cabo -a nivel mundial- distintos intentos de sistematización de las competencias del profesional de la información.

Competencias del profesional de la información

Según Hernández Pérez y Rodríguez Mateos (2000)...“las grandes iniciativas para definir las competencias de los profesionales de la información se generan en tres espacios distintos y convergentes a la vez: un nivel político, un nivel profesional y un nivel educativo". En el marco político, una de las más importantes fue el borrador "New Professional Profiles and Competencies for Information Professionals and Knowledge Workers Operating in Cultural Industries and Institutions", elaborado por el Comité de Cultura del European Council, en el año 1998. Según los autores, este documento tenía como objetivos principales concientizar a las organizaciones acerca de la necesidad de adaptar los modelos de servicios, la formación y la calificación de los profesionales de la información, y promover la generación de nuevas actitudes hacia el trabajo.
En el plano profesional, específicamente en el contexto europeo, los antecedentes de sistematización de las competencias del profesional de la información se remontan al año 1994, con la publicación del primer"Référentiel des métiers-types et compétences des professionnels de l'information et documentation" publicado por la Association des professionnels de l'information et de la documentation (ADBS) (CERTIDoc, s.f.). El documento proponía una certificación de los niveles de competencia. En el año 1994 la ADBS se agrupó con otros cinco miembros del European Council of Information Associations (ECIA) y elaboraron el proyecto Developing Euro-competences in Information & Documentation - (DECIDoc).
Entre el año 1991 y el año 2001 se realizó la publicación del"Euroguide: Competencies and Aptitudes for European Information Professionals" con el auspicio del ECIA, que fue traducido a 9 lenguas. Durante este período, se desarrolló además un dispositivo de certificación de competencias llevado a cabo por la Asociación Española de Documentación e Información (SEDIC) y la Deutsche Gesellschaft für Informationswissenschaft und Informationspraxis (DGI), de Alemania. Ya en el año 2002 se conformó el grupo europeo de mantenimiento del Euroguide/Euro-referencial, denominado Comité Permanente de Seguimiento del Euro-referencial (CPSE).
El comité CPSE estaba conformado por la Association Belge de Documentation (ABD) de Bélgica, la Association des professionnels de l'information et de la documentation (ADBS) de Francia, la Association for Information Management (ASLIB) del Reino Unido, la Asociación Española de de Documentación e Informacion (SEDIC) y la Deutsche Gesellschaft für Informationswissenschaft und Informationspraxis (DGI) de Alemania. Como consecuencia de este trabajo en conjunto, en el año 2004, se publicó la versión revisada del"Euroreferencial en Información y Documentación" (European Council of Information Associations-ECIA, 2004) en dos volúmenes: volumen uno"Competencias y aptitudes de los profesionales europeos de Información y Documentación", y el volumen dos"Niveles de cualificación de los profesionales europeos de la Información y Documentación". Para ese año, el ECIA ya había sumado 4 nuevos países: Finlandia, Italia, Portugal y Suecia.
En el primer volumen,"Competencias y aptitudes de los profesionales europeos de información y documentación" se identifican 33 competencias, divididas en 5 grupos: Grupo I - información, Grupo T - tecnología, Grupo C - Comunicación, Grupo G - Gestión y Grupo S - Otros Saberes; y se consignan 20 aptitudes que deben acompañar dichas competencias y que se agrupan en A relaciones, B Búsqueda, C Análisis, D Comunicación, E Gestión, F Organización. En el segundo volumen,"Niveles de cualificación de los profesionales europeos de la información y documentación" se establecen 4 niveles de cualificación: nivel 1: Auxiliar en información y documentación, nivel 2: Técnico en información y documentación, Nivel 3: Técnico superior en información y documentación, y el Nivel 4: Experto en información y documentación.
En paralelo a estos intentos de sistematización de las competencias del profesional de la información, la Association des professionnels de l'information et de la documentation (ADBS) publicó, en el año 2001, una revisión de la taxonomía de los perfiles de trabajo de servicios de información de Francia (ADBS, 2001). En esta versión del "Référentiel des métiers-types des professionnels de l'information et documentation" se identifican 19 tipos de métiers o perfiles profesionales y alrededor de cincuenta empleos habituales. Asimismo, se reconocen cinco tipos de competencias: a) las de nivel mínimo de formación general, que en Francia se corresponden con un nivel de diplomatura -primer título de grado universitario- b) las de nivel de cualificación profesional: de aplicación, de adaptación, de control y dirección, y de concepción y experticia c) las competencias técnicas esenciales, d) las competencias complementarias, e) las aptitudes principales necesarias.
El mismo documento ofrece además una agrupación de los distintos perfiles profesionales de acuerdo con el nivel de cualificación profesional. De esta manera, en el nivel de aplicación están los asistentes de información como los asistentes documentalistas y el orientador respecto de la localización de la información y de las fuentes. En el nivel de técnico se encuentran los redactores documentalistas, los gestores de datos, los gestores de documentos de las empresas y los profesores documentalistas. En el nivel de ingeniero se encuentras los gestores de lenguajes documentales, los encargados de búsquedas de información, los encargados de productos de información, los analistas indizadores y los administradores de servicios electrónicos de información, entre otros. Mientras que en el nivel de experto se encuentran los consultores en organización documental y los responsables de recursos documentales.
Si bien las competencias enunciadas en esta guía presentan ciertas discrepancias con la edición posterior del Euroreferencial en Información y Documentación publicado por ECIA en el año 2004, el"Référentiel des métiers-types des professionnels de l'information et documentation" sigue siendo un intento importante de organización de los perfiles laborales y de los puestos de trabajo vigentes en ese momento (Gráfico 1).


Gráfico 1.Tabla de niveles de cualificación y tipos de métiers (ABDS, 2001)

En lo que respecta al contexto estadounidense, una de las principales iniciativas profesionales para sistematizar las competencias del profesional de la información es la de la Special Libraries Association SLA. El informe "Competencies for Information Professionals of the 21st Century"  (SLA, 2003) fue publicado por primera vez en el año 1998 y revisado en el año 2003. En el mismo, las competencias se agrupan en 3 clases principales: competencias profesionales, competencias personales y competencias fundamentales.
Las competencias profesionales se clasifican en cuatro tipos: A) Gestión de organizaciones de información, B) Gestión de recursos de información, C) Gestión de servicios de información y D) Aplicación de herramientas y tecnologías de la información. Mientras que las competencias personales se organizan en 15 habilidades esperables tales como la actitud de búsqueda de nuevos desafíos y oportunidades, el reconocimiento de la importancia del trabajo en equipo y el mantenimiento de una actitud flexible y positiva ante el cambio permanente, entre otras. Por último, las competencias fundamentales se dividen en dos tipos: las referidas al intercambio continúo de experiencias que consoliden el corpus de conocimiento de la profesión y las cuestiones relacionadas a la ética y al compromiso profesional.
En cuanto a las iniciativas en el plano educativo, cabe destacar el proyecto KALIPER llevado a cabo por la Fundación Kellog y la Association for Library and Information Science Education ALISE (KALIPER, 2000). Su principal objetivo consistía en realizar una revisión extensiva de la currícula académica de los programas de Bibliotecología y Ciencia de la Información, a fin de poder adaptarlos a las necesidades de la nueva Era de la Información. El "KALIPER Report" analiza la nuevos desafíos de los profesionales de la información más allá de los límites de la biblioteca, así como también la necesidad de incrementar la interdisciplinariedad de la profesión, de incorporar el componente tecnológico en los planes de estudio, y de migrar hacia modelos de servicios centrados en las necesidades de los usuarios.
Estos intentos de sistematización de las competencias del profesional de la información surgen como respuesta a la necesidad de afrontar los nuevos desafíos y oportunidades laborales de la Sociedad de la Información. Mientras que la esencia permanece intacta, los métodos y herramientas para brindar servicios de información, y el alcance de la profesión han crecido y siguen cambiando en forma drástica (SLA, 2003). En consecuencia, la definición de la profesión por competencias surge como una alternativa para hacer visible su valor.
En este sentido, las sistematizaciones contribuyen a mejorar la inserción en el mercado laboral. En primer lugar, definen y promocionan el perfil del profesional de la información, dando a conocer sus habilidades a los potenciales empleadores. En segundo lugar, constituyen un punto de partida para la reflexión acerca del contenido y el diseño de los planes de estudio académicos, permitiendo mejorar la formación de base y la educación continua. En tercer lugar, conforman una herramienta útil para la descripción de puestos de trabajo, la redacción de curriculums y las búsquedas laborales de los mismos profesionales.

Inserción del profesional de la información en el mercado laboral

Como se ha analizado en los puntos anteriores, las posibilidades de inserción laboral de los profesionales de la información exceden los muros de la biblioteca. No obstante, el campo de acción de los mismos sigue estando fuertemente arraigado a esta institución. Diversos estudios europeos y latinoamericanos así lo demuestran. A continuación, se describen -en forma sucinta-algunas investigaciones al respecto realizadas en España, México, Brasil, Perú, Colombia y Argentina.
En el caso de España, la investigación de Alonso Arévalo y Vázquez Vázquez (2000) analiza las ofertas de empleo en Archivística, Biblioteconomía y Documentación. El estudio registró 855 plazas ofertadas, en el período comprendido entre los años 1998-1999. Del total de convocatorias, la mayor parte pertenecía al sector público; 55% era de bibliotecas, 21% correspondía a profesionales de Documentación, el 13 % a Archivística, y el 11% a denominaciones mixtas. De las 855 plazas, solo 59 se correspondían con ofertas de empresas privadas.
En un estudio más reciente, la Universitat de Barcelona analizó la inserción laboral de los titulados en Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Barcelona, entre los años 1998 y 2003. (Borrego, Comalat y Estivill Rius, 2004). Se enviaron 668 encuestas5 a alumnos que habían egresado en el período 1998-1993, 565 a diplomados y 103 a licenciados. Los resultados de esta investigación también demostraron que las principales ocupaciones laborales de los egresados estaban comprendidas dentro del ámbito público: 25,9% trabajaba en bibliotecas públicas, 16,8 en bibliotecas universitarias, 16,8 en bibliotecas especializadas y centros de documentación de la administración pública. Los porcentajes restantes, todos menores a 11 puntos, se correspondían con ocupaciones varias en archivos, bibliotecas de otros centros de enseñanza, y medios de comunicación, entre otros.
En cuanto al panorama latinoamericano, un estudio realizado en el estado de Nuevo León (Torres Reyes, 2005) advierte que el mercado de trabajo se encuentra escasamente explotado y que la mayor parte de los profesionales de la información se desempeñan en instituciones de educación superior. Asimismo, afirma que un alto porcentaje de profesionales actúan en un nivel operativo, tanto en el área de servicios como en el de procesos técnicos. No obstante, este estudio no aclara cuál es la metodología empleada ni da resultados concisos de la investigación.
En el caso de Brasil, se realizó una investigación a fin de analizar el mercado de trabajo de los profesionales de la información en el contexto de las empresas de las Regiones del Norte, Nordeste y Centro Oeste (Azevedo y Gomes, 2006). En este caso, se relevaron 578 avisos de empleos de información, publicados en sitios en línea de reclutamiento de recursos humanos, durante el período junio-julio de 2004. Del total de anuncios, se seleccionó una muestra de 155. El 42% de los avisos buscaba reclutar profesionales del área de la informática, mientras que el 39% orientaba sus avisos hacia administradores de empresas. Sólo el 5 % estaba dirigido a bibliotecarios.
En el caso de Colombia, de la Vega (2005) compila en un artículo"El mercado laboral y la formación de los bibliotecólogos" algunas investigaciones acerca de la inserción de los profesionales en Latinoamérica. La autora cita el estudio de Rocío Herrera y Olga Cecilia Velázquez (Herrera y Velázquez 1997 citadas en de la Vega, 2005) según el cual el 60% de los bibliotecarios prestan servicios en instituciones de educación superior, y el resto en bibliotecas especializadas, principalmente.
En Uruguay se identifica la investigación de Madrid y Quesada (2010) que presenta los resultados de la primera etapa de la investigación del mercado laboral de los egresados de la Licenciatura en Bibliotecología de la Universidad de la República. En este caso se enviaron encuestas, vía correo electrónico, a los integrantes de la lista ABUruguay de la Asociación de Bibliotecólogos de Uruguay. Según las autoras, se intentó realizar un censo pero sobre una población de 357 afiliados a la ABU, se recibieron solo 86 respuestas, obteniendo una muestra voluntaria, del 24%. A modo de primera aproximación al objeto de estudio y aclarando que la muestra obtenida no es representativa, las autoras exponen los resultados obtenidos. Respecto de los cargos por tipo de biblioteca, dentro de la muestra existen 57 cargos públicos, 31 privados, 3 correspondientes a organismos internacionales. En cuanto al tipo de biblioteca, 36 se corresponden con especializadas, 33 con universitarias, 8 con escolares, 5 con públicas, 5 con la Biblioteca Nacional y 1 a una popular. Asimismo señalan que 7 encuestados tienen cargos docentes, 6 trabajan en organizaciones que no son bibliotecas, 2 son jubilados y 1 se encuentra desempleado.
En relación con la Argentina, se han identificado dos estudios sobre la inserción laboral del profesional de la información. El primero, realizado por Pineda (2002), analiza en forma descriptiva una muestra de egresados de la Escuela de Bibliotecología de la Universidad Nacional de Córdoba. La recolección de información se llevó a cabo a través de una encuesta realizada a 76 egresados, a partir de un muestreo no probabilístico de tipo intencional (Pineda, 2002). Los resultados indican que el 72% de los profesionales se desempeña en ámbito de las instituciones privadas, el 24% en el ámbito privado y el 3% trabaja de manera independiente. Asimismo, el 53% trabaja en bibliotecas universitarias, el 23% en bibliotecas especializadas no universitarias, el 17% en bibliotecas escolares, el 3% en bibliotecas populares, el 3% de manera independiente y el 1% como docente en la escuela de Bibliotecología.
El segundo estudio argentino se trata de una investigación en proceso que indaga las transformaciones curriculares de la Carrera de Bibliotecología y Ciencias de la Información, de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, de la Universidad Nacional de La Plata (Laudano, Corda, Planas y Pelitti, 2010). Asimismo, el proyecto incluye la elaboración de un cuestionario dirigido a egresados de la carrera, con inserción laboral en bibliotecas públicas y privadas.
Por un lado, las sistematizaciones de competencias son útiles para promocionar el perfil del profesional de la información en el mercado de trabajo. Por el otro, las investigaciones acerca de su inserción laboral permiten dar cuenta de la falta de correspondencia existente entre sus habilidades y su realidad laboral. En consecuencia, indagar acerca de esta falta de correlación permite avanzar hacia la reflexión en torno a la necesidad de actualización de los planes de estudio, a la conveniencia de un cambio en la actitud profesional, y a la pertinencia de acciones de difusión de la profesión.

3. Objetivos de investigación e hipótesis de trabajo

De acuerdo con la bibliografía consultada, se observó una preocupación creciente, en distintos países, acerca de las habilidades y competencias profesionales que los bibliotecólogos utilizan a diario en sus trabajos, así como también una inquietud en relación con la sistematización de las mismas en pos de una optimización, legitimación y ampliación de campo laboral de los bibliotecólogos. En este contexto, se plantearon los siguientes objetivos de investigación:

Objetivos

  1. Brindar un panorama general acerca de la inserción laboral de los egresados de la Carrera de Bibliotecología y Ciencia de la Información de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires, más allá del ámbito tradicional de la biblioteca.
  2. Presentar una síntesis de las competencias y habilidades profesionales que utilizan los egresados de la Carrera de Bibliotecología y Ciencia de la Información de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires, en la actualidad.
  3. Ofrecer una perspectiva de la opinión de los docentes de la carrera en relación con el desempeño de los egresados de la Carrera de Bibliotecología, de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires, como profesionales de la información.

Hipótesis de trabajo

  • Los egresados de la Carrera de Bibliotecología y Ciencia de la Información de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires, no utilizan sus competencias y habilidades profesionales más allá del ámbito tradicional de las bibliotecas.
  • Los egresados de la Carrera de Bibliotecología y Ciencia de la Información de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires, utilizan -en su mayoría- competencias y habilidades profesionales vinculadas al procesamiento técnico de los documentos y no aquellas vinculadas al desarrollo de productos de información y a la gestión de unidades de información.
  • Existe una falta de congruencia entre la percepción acerca del potencial laboral de los egresados de la carrera de Bibliotecología y Ciencia de la Información de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires, y su realidad laboral.

4. Diseño de investigación, método y procedimiento

A fin de indagar acerca de los temas planteados se llevó a cabo una investigación de tipo descriptiva cuantitativa que permitió establecer generalizaciones acerca de los Licenciados en Bibliotecología y Ciencia de la Información. La misma se completó, a su vez, con una faceta cualitativa, que permitió recabar opiniones del cuerpo docente, que ilustraron y complementaron los datos cuantitativos.
En relación con el diseño, se trata de una investigación de tipo transversal que contempló la obtención de datos en un período limitado de tiempo. La recolección de los mismos apuntó a registrar fenómenos ocurridos en el pasado, por lo tanto, se trata de un diseño retrospectivo. Asimismo, se utilizó un diseño estructurado en el cual se estableció, a priori, la naturaleza de los datos a obtener, y las herramientas y el procedimiento de recolección de los mismos.
Durante la etapa cuantitativa se recolectó información apropiada para el análisis estadístico a través de una encuesta que fue enviada por correo electrónico. Para establecer la población, se tomaron en cuenta los egresados de la licenciatura durante el período comprendido entre los años 1999 al 2011. Para acceder a esta información se solicitó, vía nota, al Departamento de Bibliotecología y Ciencia de la Información de la Universidad de Buenos Aires, que actuara como intermediario con el Departamento de Alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. A través de sus gestiones, se logró el acceso a las actas de jura de los alumnos de la Facultad desde el 5 de noviembre de 1999 al 31 de marzo de 2011. A partir de la revisión de los libros de actas se registró un número de 94 egresados de la carrera de Bibliotecología: 88 licenciados, 5 profesores y 1 doctor.
Por consiguiente, la población de estudio quedó formada con los 88 licenciados, separando los sujetos restantes que no se ajustaban a los objetivos de la investigación -doctor y profesores. A continuación, se realizó el diseño de una muestra aleatoria a través de la utilización de una tabla abreviada de dígitos aleatorios. De esta manera, se conformó una muestra integrada por 25 sujetos, que representaban un 22% de la población de estudio (88 licenciados).
Una vez definida la muestra, se llevó a cabo un relevamiento a través de internet a fin de identificar las direcciones de correo electrónico de los egresados. Cabe destacar que, las actas relevadas incluían los números de teléfono y, en algunos casos, también las direcciones de correo electrónico y teléfonos celulares. Una vez finalizada la búsqueda de direcciones de correo electrónico, se llevó a cabo una prueba piloto con 6 sujetos, lo que permitió ajustar el diseño de la encuesta.
Finalizada la etapa de la prueba piloto se realizó el envío de las encuestas a través del correo electrónico y se estableció un plazo de 3 semanas para la recepción de las mismas -del 30 de julio al 19 de agosto de 2012. Las encuestas se trabajaron con un formato en línea. Cada correo electrónico, enviado a los sujetos de la muestra, incluía un enlace a la encuesta en línea generada a través de la Google Docs (en la actualidad su nombre cambió a Google Drive). Este programa no solo sirve para diseñar encuestas online, sino que además registra, de manera automática, las respuestas en un planilla del programa Excel, que genera informes estadísticos.
Durante el lapso de esas 3 semanas fue necesario, en algunos casos, retomar el contacto con los encuestados vía mensaje de texto y telefónicamente, a fin de obtener la respuesta de las encuestas. Como resultado final, se obtuvo un total de 18 encuestas contestadas lo que representó un 20% del total de los 88 egresados de la licenciatura que conformaban la población.
A continuación, se llevó a cabo la etapa cualitativa. Para su implementación, se diseñó una muestra no probabilística de tipo intencional. Para la misma se seleccionó a la profesora a cargo de la cátedra de Fundamentos de la Bibliotecología y la Ciencia de la Información, al profesor a cargo de la cátedra de Desarrollo Profesional de la Bibliotecología y la Ciencia de la información, y a la Directora del Departamento de Bibliotecología. De esta manera la muestra quedó conformada por docentes vinculados al desarrollo profesional y a la Ciencia de la Información.
Las entrevistas se pautaron vía correo electrónico y se llevaron a cabo de manera presencial. Las mismas fueron grabadas en formato digital, previa autorización de los entrevistados, y tuvieron un promedio de duración de 20 minutos. Se realizaron preguntas generales a fin de recabar opiniones de los entrevistados acerca de a) la inserción laboral de los egresados, b) las competencias utilizadas en relación con la gestión de la información y las tecnologías de la información y de la comunicación, c) la gestión de unidades de información, d) la imagen del bibliotecario y e) el potencial de los mismos como profesionales de la información de la Sociedad de la Información.

5. Análisis de los resultados

5.1 Datos generales

En relación con el perfil general de los egresados, las mujeres representan el 67% y la edad promedio es de 48 años en el momento de responder la encuesta (de los 18 sujetos encuestados, 15 contestaron su edad mientras que 3 decidieron no aportar este dato). El 55% se recibió con el plan de estudios correspondiente a la Licenciatura en Bibliotecología y Ciencia de la Información, un 16,6% siguió la orientación en Procesamiento de la Información, un 5,55% la de Recursos y Servicios de Información, un 16,6% la de Archivología y un 5,55% la de Preservación y Conservación. No se registraron egresados de las orientaciones de Gestión de Unidades de Información y de Tecnología. El 100% de los egresados contestó que se encuentra trabajando en la actualidad.
Respecto de la situación laboral de los encuestados, el 88,8% (16 sujetos) se encuentra trabajando en relación permanente de dependencia, mientras que el 5,5% (1 sujeto) es trabajador contratado y el 5,5% (1 sujeto) se desempeña en otra actividad. Ninguno de los encuestados se desempeña como trabajador independiente o consultor (Tabla 1).

Tabla 1. Situación laboral

En cuanto al sector al que pertenece la organización en la que se desempeñan laboralmente los encuestados, el 50 % (9 sujetos) trabaja en el sector público, el 38,8% en el sector privado (7 sujetos) y el 11,1 % (2 sujetos) indicaron trabajar en otro sector (Tabla 2).

Tabla 2. Sector al que pertenece la organización del desempeño laboral

En relación con el tipo de unidad de informaciónen la que se desempeña, el 61,1% (11 sujetos) trabaja en una biblioteca, el 5,5% (1 sujeto) trabaja en un archivo, el 5,5% (1 sujeto) en un Centro de Documentación e Información, el 11,1% (2 sujetos) en una universidad o instituto terciario, un 5,5% (1 sujeto) en un área de gestión del conocimiento y un 11,1% (2 sujetos) en otro tipo de unidad, señalada como biblioteca especializada y área de información institucional pública. Ninguno de los encuestados se desempeña en una consultora de información, en una gerencia de información, en una unidad de arquitectura de información o en una unidad de inteligencia competitiva (Tabla 3).

Tabla 3. Tipo de unidad de información u organización del desempeño laboral

5.2 Habilidades y competencias profesionales

Gestión de recursos de información
Respecto de la utilización de competencias y habilidades profesionales, la mayoría -un 77,7%- atiende en forma habitual las consultas de información: un 50% (9 sujetos) manifiesta hacerlo Siempre, un 11,1% (2 sujetos) con Mucha frecuencia y un 16,6% (3 sujetos) Con frecuencia (Tabla 4).

Tabla 4. Frecuencia de atención directa a usuarios

En cuanto a la búsqueda, identificación y validación de fuentes, el 83,2% realiza esta tarea en forma asidua. El 44,4% (8 sujetos) indica hacerlo Siempre, el 27,7% (5 sujetos) con Mucha frecuencia y el 11,1% (2 sujetos) Con frecuencia (Tabla 5).

Tabla 5. Frecuencia con la que realiza búsquedas de información, identificación y validación de fuentes

En relación con el procesamiento de los documentosun 61,1% de los encuestados realiza esta tarea en forma corriente: el 38,8% (7 sujetos) marcó la opción Siempre, el 11,1% (2 sujetos) Con mucha frecuencia, y el 11,1% (2 sujetos) Con frecuencia.
Respecto de la preservación y conservación de documentos y de la gestión y desarrollo de fondos documentales, la frecuencia con que se realizan estas actividades resultó ser menor. En el primer caso, solo el 27,7 % realiza esta tarea en forma asidua: el 16,6% Siempre (3 sujetos), el 11,1% (2 sujetos) Con mucha frecuencia, mientras que el 44,4% (8 sujetos) manifestó no realizar Nunca esta tarea; un 5,5% Con frecuencia (1 sujeto) y un 22,2% (4 sujetos) marcaron la opción Con poca frecuencia. En el segundo caso, solo un 38,8% gestiona fondos Siempre (7 sujetos), un 22,2% (4 sujetos) marcó la opción Con frecuencia, 16,6% Con poca frecuencia (3 sujetos) y el 22,2% expresó no realizar Nunca esta tarea (4 sujetos). La opción Con mucha frecuencia no tuvo ninguna ocurrencia.

Tecnologías de la información y de la comunicación

En relación con el diseño lógico de sistemas de información, los resultados están divididos. Por un lado, 55,5 % (10 sujetos), realiza esta tarea con poca o nula frecuencia: el 16,6% (3 sujetos) marcaron Nunca y el 38,8% (7) sujetos señalaron Casi nunca. Mientras que por el otro, el 44,4% lleva a cabo esta actividad con distintas frecuencias: el 16,6 % (3 sujetos) indicó Siempre, el 16,6 % (3 sujetos) marcó Con mucha frecuencia y el 11,1 % (2 sujetos) señaló Con frecuencia.
En lo que respecta al desarrollo informático de sistemas de información, el 83,3% (15 sujetos) realiza esta tarea con una frecuencia baja o nula: el 55,5% (10 sujetos) señaló Nunca, mientras que el 27,7 (5 sujetos) indicó Con poca frecuencia.
En cuanto a la edición y publicación de contenidos en redes sociales la mayoría, un 88,8% (16 sujetos) realiza esta actividad con baja o nula frecuencia: el 50% (9 sujetos) señaló la opción Nunca y el 38,8% (7 sujetos) indicó Con poca frecuencia.

Gestión de Unidades de Información

En cuanto a la gestión de unidades de información los resultados estuvieron divididos. Ante la pregunta ¿Con qué frecuencia realiza la gestión de proyectos y planificación estratégica?, cerca del 45% manifestó realizarlo en forma asidua: el 16,6% (3 sujetos) respondieron Siempre y el 27,7% (5) sujetos contestaron Con mucha frecuencia. Mientras que el 55,5% no realiza esta tarea en forma habitual: el 33,3% (6 sujetos) indicó Con poca frecuencia y el 22,2% (4 sujetos) Nunca.
Una situación similar se registró ante la pregunta ¿Con qué frecuencia administra recursos humanos? Al igual que la pregunta anterior, los resultados fueron dispares. Por un lado, el 50% realiza la tarea de manera frecuente: el 38,8 % (7 sujetos) indicó Siempre y el 11,1% (2 sujetos) contestó Con mucha frecuencia. Por el otro, el 50% no realiza esta actividad asiduamente: el 11,1% (2 sujetos) manifestó hacerlo Con poca frecuencia, mientras que el 38,8% (7 sujetos) indicó Nunca.
Solo en el caso del desarrollo de campañas de marketing institucional la mayoría, un 72,2%, admite que realizan esta actividad con baja o nula frecuencia: el 44,4% (8 sujetos) manifestó no realizarlas Nunca, mientras que el 27,7% (5 sujetos) indicó Con poca frecuencia. Solo un 5,5% (1 sujeto) indicó llevarlas a cabo Siempre, y un 11,1% (2 sujetos) contestó Con frecuencia
A continuación, se presenta una síntesis de los porcentajes las tareas que los bibliotecólogos manifestaron realizar Siempre. Con fines ilustrativos, se incluyen también aquellas dos actividades que no tuvieron ocurrencias para la opción Siempre (Gráfico 2).

            
Gráfico 2. Síntesis de las tareas que los bibliotecólogos manifestaron realizar siempre

5.3. Imagen social del bibliotecario

En relación con el prestigio o estatus profesional que tienen los bibliotecarios, las respuestas están divididas, con una inclinación hacia un buen reconocimiento social. Por un lado, el 55,5% opina que es positivo: el 22,2% (4 sujetos) opina que es Bueno. Un 33,3% (6 sujetos) que es Adecuado (el valor"Adecuado" se toma como sinónimo de"Ni bueno, ni pobre"). Por el otro, el 38,8% (7 sujetos) afirman que es Pobre. Cabe aclarar que 1 sujeto, que representa 5,5% de la muestra, no contestó la pregunta, y que no hubo ocurrencias para las opciones Muy bueno o Muy pobre.
Respecto del prestigio o estatus profesional de los bibliotecarios como profesionales de la información las respuestas están también polarizadas, aunque existe una propensión hacia una buena imagen. El 50% tiene una opinión positiva: el 22,2% (4 sujetos) cree que es Bueno y el 27,7% (5 sujetos) opina que es Adecuado, mientras que el 44,4% (8 sujetos) cree que es Pobre. Nuevamente, 1 sujeto (5,5% de la muestra) no contestó la pregunta y no se obtuvieron ocurrencias para las opciones Muy adecuado o Muy inadecuado.
En relación con el conocimiento que tienen las consultoras acerca de los bibliotecólogos como profesionales de la información, también se encuentran respuestas en sentidos contrapuestos, con una leve inclinación negativa. En este sentido, el 55,5% cree que el conocimiento no es adecuado: el 50% (9 sujetos) cree que es Inadecuada y un 5,5 % (1 sujeto) eligió la opción Muy inadecuada. Mientras que el 44,4% manifiesta que la percepción de las consultoras es positiva: 5,5% (1 sujeto) respondió Bastante adecuado y el 38,8% (7 sujetos) Adecuado.

5.4 Autopercepción del potencial de los bibliotecólogos

En relación con el desempeño que pueden tener los bibliotecarios como consultores o brokers de información el 100% de los sujetos encuestados tiene una opinión favorable: el 55,5% (10 sujetos) cree podría ser Muy adecuado, el 33,3% (6 sujetos) Bastante adecuado y el 11,1% (2 sujetos) Adecuado. No se registraron ocurrencias para las respuestas Inadecuado o Muy Inadecuado (Tabla 6).

Tabla 6. Desempeño del bibliotecario como consultor o broker de información

En lo que respecta al desempeño que pueden tener los bibliotecarios como arquitectos de información, el 94,4% de los sujetos de la muestra tiene una opinión favorable: el 38,8% (7 sujetos) cree que es Muy adecuado, el 33,3% (6 sujetos) que es Bastante adecuado y el 22,2% (4 sujetos) que es Adecuado. Solo 1 sujeto (5,5% de los encuestados) no contestó la pregunta (Tabla 7).

Tabla 7. Desempeño del bibliotecario como arquitecto de información

 En cuanto al desempeño que pueden tener un bibliotecario como gerente de gestión del conocimiento de una empresa u organización, el 100% de los encuestados tiene una opinión favorable: el 66,6% (12 sujetos) eligió la opción Muy Adecuado, el 16,6% (3 sujetos) marcó Bastante adecuado y el 16,6% (3 sujetos) Adecuado. No se registraron ocurrencias para las respuestas Inadecuado o Muy Inadecuado (Tabla 8).

Tabla 8. Desempeño del bibliotecario como gerente de gestión del conocimiento de una empresa u organización

A su vez, 100% de los encuestados concuerda con la frase "La irrupción y el avance acelerado las tecnologías de la información han modificado nuestros hábitos de consumo, la forma en que trabajamos, y la manera en que nos comunicamos, aprendemos y enseñamos.". El 66,6% (12 sujetos) señaló Totalmente de acuerdo mientras que el 33,3% restante (6 sujetos) eligió la opción De acuerdo.
En relación con la frase"Como profesionales de la información los bibliotecarios tienen habilidades para colaborar en la gestión del conocimiento de las organizaciones, participar en procesos de inteligencia competitiva, y trabajar en forma interdisciplinaria en el diseño de sistemas de información", el 100% de los encuestados coincide con los siguientes porcentajes: 50% (9 sujetos) Totalmente de acuerdo y 50% (9 sujetos) De acuerdo.

Por lo que se refiere a la pregunta abierta ¿Conoce usted algún bibliotecólogo que trabaje como gestor del conocimiento, arquitecto de información o consultor de información? Si su respuesta es afirmativa, podría detallar qué actividades realiza esta persona en su trabajo?El 44,4% (8 sujetos) no contestó la pregunta, el 38,8% (7 sujetos) contestó que no conoce a ningún profesional con estas características, y el 16,6% (3 sujetos) contestó que si conoce a profesionales que trabajan con estos perfiles.
De este último porcentaje, uno de los encuestados agregó que el profesional que conoce"Intenta democratizar el conocimiento, darlo a conocer e incentivar a que los distintos productores de información compartan sus productos", mientras que otro de los encuestados manifestó"Conozco bibliotecarios que utilizan estos títulos pero desconozco exactamente cuál es su desempeño y/o tareas que acrediten el título o nombre con el cual se presentan".
En relación con la pregunta abierta ¿Qué rol cree usted que deben ocupar los bibliotecólogos como profesionales en la Edad de la Información?Un 27,7% (5 sujetos) no contestó la pregunta y el 72,2% (13 sujetos) restante volcó distintas opiniones que incluyen a) un rol de liderazgo, b) roles de siempre más nuevos roles no tradicionales, c) participación activa en equipos interdisciplinarios, d) redefinición de la profesión y del nombre "bibliotecólogos", d) buscadores de información, arquitectos de información, normalizadores y aplicativos de estándares para compartir información, e) mediador y docente de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, f) rol participativo pero no central, g) el mismo rol de siempre, brindar información que sirva, g) antes de definir el rol analizar qué estudia el bibliotecólogo, qué planes de estudios cursó y en qué forma y dónde, para desarrollar esas tareas, h) los roles tradicionales más los nuevos roles alterativos.

5.5 Resultados de las entrevistas a docentes

Los resultados de la etapa cualitativa coinciden en parte con los resultados de la fase cuantitativa. Los docentes entrevistados están de acuerdo en que el porcentaje de inserción de los egresados de la Carrera de Bibliotecología y Ciencia de la Información es alto y coinciden en que la mayoría trabaja en bibliotecas y archivos. No obstante estas coincidencias, se identificaron algunas discrepancias y opiniones alternativas que vale la pena destacar.
Por un lado, en lo que respecta a la imagen social del bibliotecario y a su estatus como profesional de la información, los entrevistados coinciden en que es pobre. Algunas impresiones recabadas se refieren a que"el bajo estatus de los bibliotecarios se debe a que no salen a mostrar al mundo lo que hacen","la imagen del bibliotecario está desdibujada porque la gente desconoce los procedimientos que se llevan a cabo para procesar la información",“el reconocimiento del bibliotecario como profesional de la información es bajo debido al hecho de no tener un estatuto profesional","hay más reconocimiento de la labor de los bibliotecarios por parte de los usuarios que por parte de la organización mayor","todavía se sigue teniendo la imagen del bibliotecario como la persona que acomoda libros","muchas veces la gente se asombra de que sea una carrera universitaria".
En relación con el desempeño de los egresados en perfiles profesionales alternativos como brokers de información, arquitectos de información o gestores del conocimiento, coinciden en que puede ser muy bueno:"hay posibilidades y hay empresas que han surgido como consultoras de información y los bibliotecarios pueden funcionar como buscadores o consultores de información","puede ser satisfactorio si se desempeña dentro de un equipo interdisciplinario o si se especializa luego de egresar".
Por el otro, coinciden en que hay pocos espacios laborales en los que los bibliotecólogos puedan llevar a cabo tareas relacionadas, no solo con el procesamiento de la información o los servicios, sino además con el diseño de sistemas de información, campañas de marketing y otras actividades que exceden el área técnica. Y que, en consecuencia, prepondera un desarrollo pragmático de la profesión sobre un desarrollo conceptual. Entre las impresiones recabadas se destacan las siguientes:"a veces es poco el tiempo que tienen los bibliotecarios para generar productos y servicios de información en relación con la inmediatez y el caudal de las solicitudes de información de la organización en la que trabajan","muchas veces son contratados para ubicar y localizar la información""en términos de recursos humanos muchas veces la realidad indica que el bibliotecario está solo dentro de la biblioteca en la que trabaja",“seguimos siendo una carrera pragmática que no brinda el marco para adquirir las habilidades profesionales para desarrollar herramientas informáticas".
Asimismo manifestaron, en su mayoría, una necesidad de analizar el plan de estudios vigente en relación con los cambios acelerados que suceden en el ámbito de la información. Sobre este punto uno de los entrevistados expresó su preocupación por el nivel de especialización aludiendo"la especialización supone un sesgo en la comprensión global de la disciplina". Los tres coinciden en que existe una falta de promoción y marketing de la carrera y de las habilidades y competencias de los egresados."la persona sale con herramientas para diseñar nuevos productos de información pero el plan de estudios forma egresados muy especializados y hay dimensiones de la carrera que no se están explorando como dimensiones sociales y políticas, hay que poder gestionar y promocionar una imagen del bibliotecario que no se está logrando","la formación debe ser más integral, más sistémica".

6. Conclusiones

A partir de los resultados de la investigación es posible afirmar que los egresados de la Licenciatura en Bibliotecología y Ciencia de la Información, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, tuvieron una opinión favorable respecto de su potencial desempeño en roles no tradicionales como los de broker o consultor de información, arquitecto de información y gestor del conocimiento. De igual manera, en su mayoría sostuvieron que el prestigio social de los bibliotecarios ante la sociedad es positivo. Mientras que, en relación con la percepción del bibliotecólogo como profesional de la información y al conocimiento que tienen las consultoras de recursos humanos acerca de la profesión, las opiniones estuvieron polarizadas, con una leve inclinación positiva en el primer caso y negativa en el segundo.
En su totalidad, coincidieron en que los egresados tienen las habilidades para colaborar en la gestión del conocimiento de las organizaciones, participar en procesos de inteligencia competitiva y trabajar en forma interdisciplinaria en el diseño de sistemas de información. No obstante, del 94% de los encuestados indicó trabajar en unidades de información tradicionales tales como las bibliotecas, archivos, centros de documentación e información, universidades e instituciones terciarias. A su vez, la mayoría señaló trabajar en relación de dependencia. No se han identificado combinaciones tales como brokers de información que trabajen como consultores independientes o gestores del conocimiento que trabajen en empresas del sector privado. Un solo encuestado trabaja en un área de gestión del conocimiento.
Asimismo, se observó que los egresados indicaron realizar con mayor frecuencia actividades que implican habilidades y competencias profesionales vinculadas a la tradición bibliotecaria tales como la atención directa a los usuarios, las búsquedas y el procesamiento de la información, la gestión de fondos documentales y la administración de recursos humanos. Mientras que las actividades que comprometen competencias y habilidades relacionadas con aspectos más tecnológicos, teóricos y contemporáneos, se señalaron con menor frecuencia. A modo de ejemplo, el diseño de herramientas y tecnologías de la información, la consultoría de información, la gestión de información en empresas, el diseño de campañas de marketing y la comunicación en redes sociales.
Ante estos resultados cabe preguntarse ¿por qué existe una diferencia entre la percepción que tienen los egresados acerca de su potencial profesional y su realidad laboral? ¿por qué existe una preponderancia de tareas relacionadas con aspectos pragmáticos y tradicionales de la profesión? ¿por qué existen opiniones tan divididas respecto de la imagen del bibliotecario como profesional de la información ante la sociedad y las consultoras de recursos humanos? Y ¿cuáles son los factores que inciden en la falta de inserción laboral de los bibliotecólogos más allá de los muros de las bibliotecas?

Notas

1 Este artículo tuvo su origen en el trabajo de campo que fue elaborado como requisito final para aprobar el Ciclo de Formación Profesional Especializada de la Licenciatura en Bibliotecología y Ciencia de la Información, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. El mismo fue realizado entre los meses de marzo y agosto de 2012, y aprobado y entregado al del Departamento de Bibliotecología en septiembre del mismo año.

2 Information Science de Borko. Traducción de la autora: es la disciplina que investiga las propiedades y el comportamiento de la información, las fuerzas que rigen su flujo y la necesidad de procesarla para su óptima accesibilidad y uso. Se preocupa por el cuerpo de conocimiento relacionado con la elaboración, recopilación, organización, almacenamiento, recuperación, interpretación, transmisión, transformación y utilización de la información. Incluyendo la investigación acerca de formas de representar la información tanto en sistemas naturales como artificiales, el uso de códigos para una transmisión eficiente de mensajes, y el estudio de dispositivos y técnicas de procesamiento de la información tales como las computadoras y sus sistemas de programación. Se trata de una ciencia interdisciplinaria derivada y relacionada con otros campos como la matemática, la lógica, la lingüística, la psicología, la computación, la investigación operativa, las artes gráficas, la comunicación, la bibliotecología, la gestión, y otros campos similares. Tiene tanto un componente de ciencia pura, que investiga el objeto más allá de su aplicación, y un componente de ciencia aplicada, que desarrolla servicios y productos.

3 Information professional (Special Libraries Association). Traducción de la autora: el profesional de la información usa estratégicamente la información en su trabajo a fin de apoyar la misión de su organización, a través del desarrollo, la implementación y la gestión de los recursos y servicios de información. El profesional de la información emplea la tecnología como una herramienta crítica para alcanzar sus metas. Los profesionales de información incluyen, pero no se limitan, a los bibliotecarios, los gestores del conocimiento, los jefes de oficinas de información, los desarrolladores web, los consultores y asesores de información.

4 Information organizations (Special Libraries Association). Traducción de la autora: las organizaciones de información son aquellas entidades que ofrecen soluciones de información a un determinado mercado. Los nombres con los que se las denomina comúnmente son bibliotecas, centros de información, unidades de inteligencia competitiva, departamentos de intranet, centros de recursos de conocimiento, organizaciones de gestión de contenido, entre otros.

5 La encuesta de la investigación está disponible en: http://www.filo.uba.ar/contenidos/investigacion/institutos/inibi_nuevo/n29a04encuesta.pdf

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