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Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica

versión On-line ISSN 1851-2372

Bol. Soc. Argent. Bot. v.40 n.1-2 Córdoba ene./jul. 2005

 

Jorge Eduardo Wright (1922-2005)

Cuando recordamos al Dr. Jorge Eduardo Wright, el "Jefe" o el "Doctor" como le decíamos cariñosamente en el laboratorio, surge en primera instancia su condición de Maestro. Creemos que este título, mas allá de los de Profesor Titular y Consulto de la UBA, Investigador Superior del CONICET y Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Exactas y Naturales que supo merecer, es el que lo representa en su esencia.

Bajo su influencia se formaron la mayoría de los micólogos argentinos que ahora se encuentran diseminados en Universidades, Institutos, Instituciones Gubernamentales y privadas de Argentina y de muchos otros países del mundo.
Fue pródigo con sus discípulos y, a pesar de que en los primeros años nos estremecía un poco con su seriedad y exigencia, se fue transformando un poco en padre y en los últimos años, en abuelo de los más jóvenes.
Nunca dejaba de responder una pregunta ni de acompañarnos en una observación. Suspendía su tarea, se encaminaba hacia la biblioteca, y nos conducía de libro en libro, en la búsqueda de la respuesta. Los conocía, además de su contenido, por su título, color y ubicación en el estante. Nos asombró con su memoria y, aunque en los últimos años se quejaba de su disminución, siempre fue mejor que la nuestra.
Su laboratorio fue, durante mucho tiempo, el que seguramente más estudiantes convocó para realizar tesis de Licenciatura y Doctorado. Nos "captaba" en las clases teóricas, donde su histrionismo y entusiasmo nos conducía hacia el estudio de los hongos, aunque nuestro interés primario hubiera sido, por ejemplo, la biología marina. Tenía una consideración especial por los alumnos que trabajaban y estudiaban. Probablemente sus propias experiencias al respecto, lo impulsaban a aconsejar y ayudar en esas situaciones.
El Dr. Wright tiene otros títulos: los de realizador y organizador. Construyó y organizó una biblioteca micológica que, en su diversidad y número es la más completa del país. Del mismo modo creó la Colección de Cultivos de Hongos (BAFC cult.) que, con más de 2000 cepas, es única en la Argentina. Por último, continuó la colección de hongos existente hasta transformarla en un Herbario Micológico (BAFC) con más de 18000 colecciones, de Argentina y otros países, que es consultada por taxónomos de todo el mundo. Son el producto de su iniciativa y desvelos y constituyen un legado trascendente para la micología argentina.
Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires. En 1941, ingresó a la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, completando sus estudios en la Universidad de Michigan, donde obtuvo el título de Master of Science, merced a la beca Guggenheim para América Latina.
Su relación con los hongos había comenzado en 1945, mucho antes de graduarse, trabajando como Auxiliar en el Laboratorio de Fitopatología del Instituto de Sanidad Vegetal, Dirección General de Investigaciones Agrícolas, en el ex Ministerio de Agricultura y Ganadería. Posteriormente, fue Encargado de la Sección Micología y Jefe de la misma.
Luego de su graduación, en 1960, de la mano de Rolando García, llegó a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales como Profesor Titular con Dedicación Exclusiva. Tras su jubilación en 1988, el Consejo Directivo de la FCEyN lo nombró Profesor Consulto. Avatares políticos impidieron que obtuviera el único título que le faltaba, el de Profesor Emérito. No obstante, aún aquellos que no acordaron con sus ideas, no dejan de reconocer que el Dr. Wright fue un ejemplo académico de profesor universitario.
Publicó 115 trabajos en revistas periódicas, 5 libros, y numerosos artículos de divulgación, en su mayoría sobre taxonomía de Basidiomycetes xilófagos. Dirigió 23 Tesis de Doctorado y muchas de Licenciatura.
Fue Presidente de la Sociedad Argentina de Botánica durante dos períodos y Director del Boletín de la misma Sociedad. Desde estos ámbitos, siempre trabajó por el nivel de excelencia de los trabajos científicos argentinos y los defendió frente a la subestimación de las instituciones oficiales. Propició durante muchos años la formación de una sociedad de Micología no médica, que finalmente se concretó hacia fines de los 90, como Asociación de Micología Carlos Spegazzini, contándolo como primer Presidente.
Vivió la vida que quiso vivir, con el amor de los suyos y la alegría que le daba su trabajo, que continuó hasta último momento. Fue gratificante verlo llegar a la Facultad acompañado por Quica, su señora, para abocarse, ambos, a sus dos últimas obras: el Atlas Pictórico de los hongos del Parque Nacional Iguazú y la Guía de los Hongos de la Región Pampeana. II.
Le sobrevive una familia numerosa y significativa como su vida científica: su esposa, sus hijos Alicia, Jorge, Gustavo y Pablo, 18 nietos y 2 biznietos. Entre todos le brindaron afecto y dedicación, cuidándolo y asistiéndolo en la concreción de sus últimos libros.
Afortunadamente, la comunidad científica supo homenajearlo, acompañándolo en la celebración de sus 70 años, con el afecto y la consideración que merecía. Prestigiosos micólogos de todo el mundo contribuyeron con sus trabajos a la elaboración de un volumen del Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica dedicado a él.
El Dr. Jorge Eduardo Wright, falleció el 4 de enero del 2005, al borde de su 83er cumpleaños dejando una impronta notable en distintos aspectos. Su figura es la del científico que mira a su alrededor primero, vuelve a mirar con rigurosidad después y se pone al servicio del conocimiento. En una actualidad, donde cada vez más se cuenta la producción y menos la observación, es altamente probable que no se repitan figuras como la de él.

Gracias, Doctor, por todo lo que nos dio: no lo olvidaremos.

Silvia Edith Lopez y Daniel Cabral

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