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Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica

versión On-line ISSN 1851-2372

Bol. Soc. Argent. Bot. v.40 n.1-2 Córdoba ene./jul. 2005

 

Maevia Noemí Correa (1914-2005)

 

"Nuestra principal preocupación no debe ser la de vivir mucho tiempo, sino la de vivir bien, porque lo primero depende del destino, lo segundo de nuestra conducta"

Séneca

Los que la conocimos le decíamos Nemi (diminutivo de Noemí), así siempre quiso que la llamáramos, pero su nombre era Maevia, nombre que le puso su padre y que en latín significa "mi camino, mi guía"; tal vez por eso fue camino, guía de muchos… y, como las plantas que amó, no podía no tener nomenclatura latina.
Una persona curiosa, tan curiosa que pregunta a todos todo, pero de ella poco contaba..., enérgica, incansable, positiva, segura de sí misma, tanto así que los errores eran siempre de los otros, bueno a veces no, pero sólo a veces… y si bien trataba de nunca demostrarlo, se translucía, se sentía una inmensa calidez, aunque se esforzara y se enojara esa calidez brotaba ...
Nació en Capital Federal un 14 de febrero de 1914, se casó muy joven y, siendo madre de dos hijos (Marcial y Mario) comenzó a estudiar en la Universidad Nacional de La Plata. Si bien en un principio pensó seguir la carrera de Geología, luego de cursar Botánica, quedó seducida por la "scientia amabile", cambiando su orientación por Biología. Responsable de esta seducción fue la Dra. Genoveva Dawson (Kewpie), Profesora de Botánica de muchos "botánicos", con quien, a pesar del paso del tiempo, de las distintas vidas que se viven en una misma vida, mantuvo una profunda amistad que perduró para siempre. Este importante cambio fue el que marcó su vida futura y, sin saberlo, también la de muchos de nosotros. En el transcurso de su carrera tuvo como Profesores al Ing. Agr. Lorenzo Parodi y al Dr. Ángel L. Cabrera; fue Parodi quien en un principio le asignó como tema de tesis la familia Portulacaceae, pero luego le propuso cambiarlo por Orchidaceae. Así nació su pasión por "ellas", "las reinas del mundo vegetal", una pasión que duró siempre, y que mantuvo por más de treinta años con otros temas, siendo uno de ellos la incomparable y ciclópea Flora Patagónica, un monumental documento de identidad y diferenciación de las especies del Sur de la Argentina.
En la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP, bajo la dirección de Cabrera defendió su tesis doctoral (X- 1953): Las Orquídeas Argentinas de la Tribu Polychondreae Schlechter, subtribu Spiranthinae Pfitzer.
A finales de la década del 50, Nemi comenzó a participar de las reuniones que convocaba el Ing. Agr. Arturo Ragonese en el entonces Laboratorio de Botánica del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación (MAG) para estructurar los proyectos florísticos regionales que patrocinaría. En esas reuniones de la calle Aráoz, Nemi conoció a su marido, su querido marido de otra etapa de la vida: el Ing. Agr. Osvaldo Boelcke. Los unió el compartir la pasión, compromiso y respeto por "la Botánica" y, también el compartir la pasión, la amistad y el compañerismo que nos hace creer, a los que los conocimos, que el amor realmente existe.
En 1956, Nemi fue designada Investigadora del MAG en el Instituto de Botánica; posteriormente, en 1958 cuando se crea el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) entidad autárquica del MAG, Nemi fue trasladada a Castelar, Prov. de Buenos Aires, en lo que actualmente es el Instituto de Recursos Biológicos. A ella, en un principio, se le encomendó continuar con la revisión florística de la zona árida de la Patagonia, un proyecto que fuera iniciado por el Ing. Agr. Alberto Soriano. No obstante, durante la preliminar revisión taxonómica de las especies de la región, se pudo observar que existía cierta plasticidad entre los taxones a evaluar y, si bien algunos eran típicos de la estepa, podían llegar hasta los bosques andinos y viceversa. Ante esta variación específico-poblacional y, gracias a la propuesta del Ing. Ragonese, el INTA inició el proyecto Floras Regionales. Este proyecto fue pionero en el estudio florístico del país y está basado en que conocer y diferenciar nuestra vegetación y saber su valor económico y cultural posibilita asegurar su conservación; sobre esta base es imposible entender la biodiversidad si se desconocen las especies que la integran, cómo se relacionan, cuál es su hábito y distribución, su utilidad y uso regional. Ante lo señalado, la propuesta del Ing. Ragonese fue estudiar las floras de impacto regional-provincial para el país y, dentro de ellas, la Patagonia no podía ser una excepción.
Para el estudio de la Patagonia Argentina, el INTA adoptó como límites al N el río Colorado, al S los canales Beagle y Moat, al O la Cordillera de los Andes y al E el Océano Atlántico y las Islas del Atlántico Sur. Esta región comprende ca. de 787.292 km2, es decir el 29% del total del país. En esta propuesta florística, si bien hay un predomino de zona árida, también están representados el bosque subantártico y el monte.
Al establecerse este proyecto, el INTA le encomendó a Nemi nada menos que el relevamiento, estudio, dirección y edición de la gran extensión que abarcó la Flora Patagónica. Para poder ejecutarlo contó con el esfuerzo conjunto de la comunidad científica nacional e internacional y fue gracias a este constante trabajo, que los resultados pudieron ser publicados en 8 volúmenes (1: Introducción, Clave general de familias, Pteridophyta y Gymnospermae; 2: Monocotyledones (excepto Gramineae); 3: Gramineae; 4a: Dicotyledones dialipétalas (Salicaceae a Cruciferae); 4b: Dicotyledones dialipétalas (Droseraceae a Leguminosae); 5: Dicotyledones dialipétalas (Oxalidaceae a Cornaceae); 6: Dicotyledones gamopétalas (Ericaceae a Calyceraceae), 7: Compositae) desde 1969 hasta 1999, en treinta años…
En efecto, durante más de tres décadas Nemi debió hacer al menos una o dos campañas de recolección por año, a veces de un mes o más de duración, recorrer más de 20.000 km en condiciones muy diferentes a las actuales; sus inicios fueron muy difíciles, por la extensión del territorio a relevar, la falta de caminos (cuando los había estaban en malas condiciones...), la necesidad de trasladarse en mulas para llegar a las regiones limítrofes y de altura, sin hoteles, durmiendo en galpones de obrajes o de esquila, o cuando no había nada, en carpa expuesta a los rigurosos vientos patagónicos…
Si bien han sido muchos los que han tenido la posibilidad de participar en los viajes de relevamiento, se destaca la invalorable colaboración para ejecutarlos, organizarlos y, en muchas ocasiones, para obtener los recursos financieros de su marido Osvaldo Boelcke, y de sus compañeros incansables como Elisa Nicora, Nélida Bacigalupo, Susana Crespo, Zulma Rúgolo, Ricardo Rossow, Roberto Gómez, gestando con muchos de ellos una profunda amistad que perduró toda la vida.
Entre los antecedentes de los aportes que generó la Flora Patagónica antes de su finalización, corresponde citar el proyecto internacional: "Boelcke, O., Moore, D. M. & F. A. Roig. 1985. Transecta Botánica de la Patagonia Austral. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina), Instituto de la Patagonia (Chile) y Royal Society (Gran Bretaña)", que marcó el primer trabajo integrado y conjunto de distintas áreas del conocimiento para poder analizar y monitorear el medio ambiente de una región del extremo austral de Argentina y Chile. Otro emprendimiento destacable fue el proyecto "Bioactive Agents from Dryland Plants of Latin America, INTA /Universidad de Arizona-USA. International Cooperative Biodiversity Group (ICBG)", 1993-1998, en el que se evaluaron especies nativas de la región en búsqueda de actividad biológica, medicinal y/o agroquímica. Diagramar y ejecutar proyectos multidisciplinarios en Recursos Naturales como los citados, son únicamente posibles cuando existe un sólido respaldo florístico.
Nemi-Flora Patagónica, recibieron reconocimientos a la finalización de la obra: la Sociedad Argentina de Botánica la premió por la tarea realizada en 1999 y también la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria otorgó a la Flora Patagónica la distinción Pro Novo Milenium Causa (14-XII-1999).
Respecto a su participación científico-institucional no es posible olvidar que actuó a cargo de la Vicepresidencia (1973-1975) y Presidencia (1975) de la Sociedad Argentina de Botánica, sociedad en la que fuera desde 1990 miembro ad honorem. Formó parte de la Comisión Organizadora de la Flora de Chile, Universidad de Concepción, fue representante del INTA en la Comisión de Ciencia y Tecnología de delimitación territorial de los Parques Nacionales, y ha sido Directora del Herbario del Instituto de Recursos Biológicos (INTA, Castelar, 1958-1983) y Coordinadora del Plan Floras Regionales del INTA, Instituto de Recursos Biológicos (1981-1990). A partir de su jubilación, el INTA la nombró en 1991 como Investigadora adscripta y el Instituto de Botánica Darwinion, en 1997, la designó Investigadora ad honorem. Los diferentes Directores del Instituto Darwinion y su personal siempre han colaborado con Nemi, a quien siempre la reconocieron como miembro "permanente".
Cabe destacar que, además, formó discípulos en Orquídeas y en otros grupos taxonómicos y entrenó estudiantes y profesionales en aprender a caracterizar y diferenciar las especies principalmente de la Flora Patagónica.
Mientras Nemi producía la Flora, también se tomó tiempo para continuar con el estudio de sus amadas Orquídeas; cabe señalar que el INTA, si bien sabía que se dedicaba con ahínco a las mismas, nunca le asignó o autorizó su estudio ni siquiera como tema secundario oficial, probablemente por no reconocer el alto valor comercial potencial que representan. No obstante, gracias a la constante actividad que realizaba, recibió becas externas que le permitieron esclarecer los problemas taxonómicos tanto de las especies patagónicas como de las Orquídeas (Gobierno de Francia, British Museum, D.A.A.D., CONICET, Kew Royal Botanic Gardens, Herbario del Museo de Paris).
Las Orquídeas forman una familia compleja y la más diversa de las Plantas Superiores y, si bien Nemi estudió todos los géneros que crecen en el del Sur de Sudamérica, sus preferidos fueron siempre los grupos genéricos de plantas terrestres y, entre ellas, las Chloraeas. Es de destacar que justamente por su contribución "Chloraea, género sudamericano de Orchidáceas", recibió el premio Cristóbal M. Hicken, correspondiente al bienio 1969-1970. Por su experiencia en las Orquídeas del Sur de nuestro continente ha sido reconocida nacional e internacionalmente y ha participado en numerosos Congresos, incluyendo el I Congresso Internacional de Orchidaceae, Rio de Janeiro, en 1996. Asimismo, se resalta que en Montecarlo (Misiones, 2002) se realizó el I Congreso Argentino de Orquideología y Conservación que fuera declarado en Homenaje a Maevia N. Correa y que contó con su presencia.
En 1999, después de finalizada la Flora Patagónica, Nemi se dedicó de lleno a las Orquídeas con el objetivo de publicar un libro en que resumiría todo el material reunido a través de los años. En el último tiempo decía: "espero que me quede vida suficiente, porque considero que todavía no he trabajado bastante con ellas..."; pero el 18 de abril pasado el destino marcó su paso y no le fue posible terminarlo; no obstante, el manuscrito está, sólo esperemos que alguno de sus discípulos pueda concluirlo.
El culminar la Flora Patagónica fue algo épico que llevó más de una vida, por eso no hay palabras que puedan agradecer el conocimiento base aportado a futuras generaciones, un conocimiento que posibilita realizar diferentes tipos de proyectos, muchos de ellos con resultados de impacto actual, impacto que no se les reconoce a las Floras. Por eso, TODOS debemos decir MUCHAS GRACIAS NEMI.
Por último es necesario mencionar que, para Nemi, las Orquídeas y la Flora Patagónica no fueron todo, porque el trabajo era sólo una parte de la vida, también estaba rodeada por su familia y por el recuerdo de su marido. Los hijos carnales que crió y, que ahora seguramente deben estar con ella, los no carnales, los hijos de Osvaldo pero tan cercanos, y que la quisieron y la quieren como tales.
Nosotros, los que la conocimos, a los que ella formó, todos sabemos que nos ha dejado algo mucho más que un recuerdo inolvidable, a los que no la conocieron, les ha dejado una huella, una monumental obra. Como el antiguo precepto español: "Vivir se debe la vida, de tal suerte, que viva quede en la muerte".

Renée H. Fortunato

AGRADECIMIENTOS

Deseo agradecer en nombre propio y de la Sociedad Argentina de Botánica al Sr. Roberto Cinti por haber autorizado la reproducción de la foto de Maevia N. Correa y a la Fundación Vida Silvestre y al Sr. Andrés Johnson, por permitirnos reproducir del reportaje realizado y publicado en la Revista: Vida Silvestre 54: 16-20.1997, su visión de Nemi como "LA DAMA DE LAS ORQUÍDEAS".

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