Mario Héctor Ricardi Salinas (1921-2005)

Un gran amigo y destacado botánico chileno, a causa de una desgastante y mutilante enfermedad, murió en Mérida, Venezuela, el 18 de abril del año pasado, después de un poco más de 30 años de exilio, a consecuencia del golpe militar en nuestro hermano país en 1973. Mario había nacido en Santiago de Chile el 30 de noviembre de l921 y tempranamente su familia se trasladó a Concepción en el Sur de Chile, donde realizó sus estudios, recibiéndose de Doctor en Química y Farmacia en la Universidad local. Completó su formación en varias y continuadas circunstancias, como en l952 en la Fundación-Instituto Miguel Lillo de San Miguel de Tucumán, habiendo más tarde recibido becas de las Fundaciones Rockefeller en l961, John Simon Guggenheim en l962, Fundación Ford en 1969, y de la DAAD en l969, lo que le permitió visitar grandes herbarios extranjeros e intercambiar opiniones con prestigiosos profesores e investigadores. Como un entusiasta docente y formador de recursos humanos, se desempeñó en la Universidad de Concepción y en la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes en Mérida. En agosto de 1991, la Universidad de Concepción lo distinguió como Profesor Emérito. Se desempeñó como Director del Departamento de Botánica y Director del Instituto Central de Biología en la Universidad de Concepción y como Director del Jardín Botánico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes en Mérida. Fue el creador de la tan reconocida y prestigiosa Revista Gayana y como un botánico sistemático de alma, fue un gran viajero y coleccionista habiendo incrementado el Herbario CONC de 3000 ejemplares en 1946 hasta 50.000 en su obligado retiro en 1973, cuando se trasladó a Mérida. En esta ciudad venezolana llegó a ser Director-Fundador del Centro Jardín Botánico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes, propulsor del Herbario MERC y empujó para que se publicara la Revista Plántula. Acompañado por su esposa, la Prof. Fresia Torres, estimuló abiertamente la formación de ese núcleo botánico en Mérida, siendo distinguido en esa segunda patria, con la Orden al Mérito del Trabajo de la República de Venezuela y en 1995 recibió la Medalla Fray Juan Ramos de Lora, que otorga esa Casa de Estudios a sus destacados académicos Actuó en numerosos eventos científicos desde 1958, llevados a cabo en Chile, Argentina, Brasil, Cuba, México, dando a conocer sus estudios fanerogámicos de flora desértica y altoandina, documentados en más de 70 publicaciones. Durante su permanencia en Venezuela, su producción científica estuvo ubicada dentro de un encuadre fitogeográfico, prestándole particular atención a la flora y vegetación del Estado de Mérida, destacándose su morfología de plántulas de árboles de las comunidades nativas locales. Dentro de su permanente y vigorosa actividad docente, publicó 7 textos de estudio, actuando como director de grado en Química y Farmacia, Ingeniería Agronómica, Licenciaturas en Biología de la Universidad de Concepción y en Licenciatura en Biología de la Universidad de los Andes. Se desempeñó siempre y abiertamente en política universitaria y cívica de su país, lo que motivó su exilio. Vaya este breve comentario como un sincero y muy afectuoso recuerdo.

Elías R. de la Sota