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Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica

versión On-line ISSN 1851-2372

Bol. Soc. Argent. Bot. v.42 n.3-4 Córdoba ago./dic. 2007

 

Comunidades Halófilas de la costa de la Bahía Blanca (Argentina): Caracterización, mapeo y cambios durante los últimos cincuenta años

 

Ana Julia Nebbia1 y Sergio M. Zalba2

1,2GEKKO - Grupo de Estudios en Conservación y Manejo, Universidad Nacional del Sur. San Juan 670. (8000) Bahía Blanca, Argentina. 1ajnebbia@criba.edu.ar

 


Resumen: Realizamos una clasificación y mapeo de las unidades de vegetación presentes en la franja costera de Bahía Blanca (Argentina), donde identificamos ocho tipos de ambientes naturales: cangrejales, charcos temporarios, zonas intermareales ocupadas por marismas de Sarcocornia perennis o espartillares de Spartina alterniflora , arbustales bajos de Allenrolfea patagonica , arbustales bajos de Atriplex undulata, arbustales altos de Cyclolepis genistoides y pastizales. Comparamos los valores obtenidos a partir de nuestros censos florísticos con datos provenientes de estudios fitosociológicos desarrollados en el área entre 1949 y 1950. Observamos que la composición y estructura de las comunidades se mantuvo relativamente constante, excepto en el caso del porcentaje de especies exóticas, donde se observa que los valores actuales son superiores en el caso de los tres ambientes de arbustal, lo que podría deberse a efectos de actividades humanas. Como conclusión se propone que, si bien este ambiente se encuentra en relativo buen estado de conservación, comparado con otros de la región, muestra signos de deterioro que justifican la adopción de medidas de conservación.

Palabras clave: Halófitas; Mapa de vegetación; Humedales; Conservación.

Summary: Halophytic communities of the coast of Bahía Blanca (Argentina): characterization, mapping and changes in the last fifty years. We classified and mapped vegetation units along the coast of Bahía Blanca (Argentina), where we discriminated eight habitat types: intertidal flats without vegetation and with high density of crab burrows ( cangrejales ), temporary ponds and puddles, intertidal steppes occupied by stands of Sarcocornia perennis or by Spartina alterniflora marshes, low Allenfolfea patagonica shrubs, low Atriplex undulata shrubs, high Cyclolepis genistoides shrubs and halophytic grasslands with Distichlis spicata . We compared our results with those from a phytosociological survey conducted in the area in 1949 and 1950. We observed a relative constancy in the composition and structure of plant communities, except for the percentage of exotic species being greater than historical ones for the three shrublands types defined, which can respond to human activities in the area. As a conclusion we propose that, despite being in a more pristine status than other ecosystems in the region, coastal communities show symptoms of anthropogenic disturbances that justify the adoption of conservation strategies.

Key Words: Halophytes; Vegetation mapping; Wetlands; Conservation.


 

INTRODUCCIÓN

Típicamente, la vegetación de ambientes salinos tienen características similares, aun en diferentes regiones geográficas, por tratarse de comunidades edáficas en las que las características del suelo influyen sobre el tipo de vegetación más que cualquier otro rasgo ambiental. La composición florística que encontramos en la mayoría de los ambientes salinos, aún en diferentes regiones, es bastante similar en cuanto a las especies dominantes, lo que puede variar son las asociaciones presentes, y, en las zonas de transición donde disminuye la salinidad, suele aumentar la proporción de especies características de la región fitogeográfica en que se encuentra ese sitio en particular. En el caso de la república Argentina han sido descriptas comunidades halófilas en casi todas las provincias fitogeográficas: en el Espinal (Ragonese, 1951), en el Pastizal Pampeano (Vervoorst, 1967), en el Chaco (Morello, 1968), en la Patagonia y en el Monte (Correa, 1984 a , b). El principal factor limitante del tipo de vegetación es el porcentaje y el tipo de sales del suelo, siendo pocas las especies que están adaptadas a estas condiciones extremas.
La vegetación halófila asociada a los sectores de costa marina puede ser clave por las funciones ecológicas que cumple, incluyendo prevención de la erosión, entrampamiento de sustancias contaminantes, amortiguación de tormentas, sustento de poblaciones de especies de interés pesquero y de controladores naturales de plagas.
Por lo general se asume que este tipo de ambientes se encuentra en buen estado de conservación debido a las limitaciones que imponen sus características edáficas a las actividades productivas y a la urbanización. Sin embargo, existen factores que amenazan su conservación, entre ellos la introducción de especies exóticas (Zalba et al., 2000) y, en el caso particular de las áreas costeras, las actividades de dragado, relleno, emplazamientos portuarios y la contaminación (Clark, 1998).
Las comunidades halófilas costeras suelen presentarse como un mosaico de ambientes en función de variaciones en las características de los suelos y del alcance de las mareas. Cada uno de estos ambientes presenta grados diferentes de sensibilidad a las transformaciones humanas y es por eso que la conservación de este mosaico y de sus funciones ecológicas depende de una correcta caracterización, clasificación y mapeo de las unidades de vegetación. Esta información de base es imprescindible para evaluar el estado de conservación de cada sitio, para la detección de ambientes únicos o poco representados, para la detección de áreas de particular valor en el desempeño de funciones ecológicas y para determinar la aptitud ambiental para diferentes actividades.
En este trabajo realizamos una clasificación y mapeo de las unidades de vegetación presentes en la franja costera del Partido de Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires, Argentina), con el principal objetivo de establecer la distribución y el área relativa en de los distintos ambientes y comparar estos valores con datos históricos a fin de evaluar las tendencias de cambio en la representación de cada tipo de ambiente.

MATERIAL y MÉTODO

Área de Estudio
El estuario de Bahía Blanca se encuentra en el Sudoeste de la Provincia de Buenos Aires, aproximadamente entre los 38° 42' y 38° 49' latitud Sur y los 62° 26' y 62° 8' longitud Oeste. Abarca unos 2300 km2 incluyendo un canal principal de 68 km de longitud y una serie de islas, marismas bajas y planicies intermareales separadas entre sí por canales de marea (Ángeles, 2001). El clima es mesotermal-subhúmedo seco (Burgos & Vidal, 1951). Las precipitaciones anuales rondan los 600 mm , con un 64% de las lluvias concentrado en los meses mas cálidos. Los vientos predominantes provienen del sector norte y noroeste y las mayores intensidades se registran entre agosto y febrero.
El estudio se realizó en la porción de la costa norte del tramo más interno del estuario comprendiendo una faja de hasta 8 km de ancho que termina en zonas urbanizadas, ocupando aproximadamente unos 98 km2 (Fig. 1)
.


Fig. 1
. Ubicación del área de estudio.

Definición preliminar de ambientes
Se realizó una clasificación visual de fotografías aéreas monocromáticas, escala 1:10.000 (año 1996) para definir unidades homogéneas que permitieran desarrollar el mapa de vegetación del área. Para diferenciar estas unidades en las fotografías se observó el color, la textura y los patrones de cada una. Esta información se complementó con un reconocimiento a campo de las distintas unidades en función de la estructura de la vegetación y de las especies dominantes.
Registro de datos de vegetación
Se realizaron 73 censos florísticos en parches de vegetación natural de distintos tamaños en toda el área de estudio, cada censo abarcaba la superficie total del parche o una porción significativa de ella. La ubicación de los censos se realizó de manera estratificada en los distintos tipos de ambientes establecidos como diferentes unidades en las fotografía aéreas y en el campo. Se excluyeron de este análisis los tipos de ambientes sin cobertura vegetal. Dentro de cada unidad se dispusieron los muestreos al azar y en cada uno se registraron las especies vegetales presentes y se estimó el porcentaje de cobertura, tanto para el estrato herbáceo como arbustivo, utilizando el método florístico de Braun Blanquet (Mueller Dombois & Ellenberg, 1974). Se realizó la determinación taxonómica de todas las especies vegetales halladas utilizando la Flora de la Provincia de Buenos Aires (Cabrera, 1966) y las revisiones de Múlgura (1984) para el género Atriplex (Chenopodiaceae). También se estimó el porcentaje de suelo desnudo en cada parche. Para la nomenclatura taxonómica se utilizó la revisión de Zuloaga & Morrone (1999) y Zuloaga et al. (1994).
Clasificación y mapeo de las comunidades vegetales
Los datos de vegetación se analizaron mediante técnicas de clasificación para evaluar la precisión de las unidades de vegetación definidas a priori y para verificar si se trataba de grupos homogéneos y diferentes entre sí. Se utilizaron el índice cuantitativo de Czekanowsky y la distancia UPGMA (Unweighted Pair Group Method with Arithmetic Mean), a partir de la matriz de cobertura por especies, empleando el programa estadístico NuCoSA (Tòthmèrèsz, 1993 y 1995).
Los parches de vegetación natural definidos se incorporaron al sistema de información geográfico CAMRIS (sistema de mapeo e inventario de recursos asistido por computadora) (Ecological Consulting Inc., 1998). Con la información de este mapa pudimos medir el área ocupada por cada tipo de ambiente y su configuración espacial en el área.
Comparación con datos históricos
Para obtener información acerca de la evolución histórica de las comunidades costeras contrastamos algunos de nuestros datos con los correspondientes a estudios fitosociológicos realizados entre los años 1949 y 1950 (Verettoni, 1961, 1974). Para estos trabajos, la autora realizó censos de vegetación en superficies de un metro cuadrado para la componente herbácea y 9 metros cuadrados para la arbustiva.
Comparamos los valores de riqueza específica total, porcentaje de especies exóticas y especies dominantes para cada uno de los ambientes descriptos en nuestro trabajo respecto de equivalentes definidos a partir de las tablas de frecuencia de especies provistos por la autora (Verettoni, 1961, 1974). La diferencia en el tamaño de las unidades muestrales utilizadas por la autora respecto de las empleadas en este trabajo impidió comparar los valores de riqueza y de diversidad promedio.
Finalmente se utilizaron tests t de diferencia de medias para evaluar posibles cambios en la cobertura en toda el área de trabajo de las dieciocho especies reportadas como más frecuentes por Verettoni (1974).

RESULTADOS

Definición preliminar de ambientes
A partir del análisis de las fotografías aéreas y de los relevamientos preliminares a campo se delimitaron ocho tipos de ambientes: cangrejales, marismas de Spartina alterniflora , estepas intermareales de Sarcocornia perennis , charcos y lagunas temporarias, pastizales halófilos con predominio de Distichlis spp., arbustales bajos dominados por Allenrolfea patagonica , arbustales bajos dominados por Atriplex undulata y arbustales de hasta 2 m de altura dominados por Cyclolepis genistoides . La zona intermareal se encuentra ocupada por amplios cangrejales con vegetación muy escasa o nula, alternando con estepas bajas de Sarcocornia perennis (vidriera) y marismas de Spartina alterniflora (espartillo). Más allá del alcance de las mareas ordinarias aparecen comunidades vegetales dominadas por arbustos. Estas formaciones pueden ser altas (de más de 2 m de altura) dominadas por Cyclolepis genistoides (palo azul) o bajas, dominadas por Atriplex undulata (zampa crespa) o por Allenrolfea patagonica (jume). La disposición de las unidades vegetales muestra una zonación desde los sectores costeros, próximos a la líneas de mareas, con pocas especies tolerantes a mayores niveles de estrés ambiental, hasta zonas más elevadas con condiciones menos extremas y mayor riqueza específica.
Registro de datos de vegetación
Durante los censos se registró un total de 155 spp., con una proporción de 75% nativas y 25% de exóticas. Las familias más representadas fueron las Asteráceas (36 spp.), Poáceas (33 spp.) y Quenopodiáceas (15 spp.) (Anexo I).
Clasificación y mapeo de las comunidades vegetales
Se observó una alta coincidencia entre las unidades establecidas visualmente a partir de las fotografías aéreas y los resultados objetivos obtenidos de los análisis de clasificación. La primera división del análisis de clasificación separó las muestras de espartillar del resto, con un índice de disimilitud de 0,9276. La segunda división discriminó las muestras de pastizal halófilo típico (0,8916) y la tercera separó los ambientes de arbustales y marismas (0,7446). Quedaron definidos a partir de ese nivel cinco grupos, el primero en separarse corresponde a un conjunto heterogéneo de siete censos con alto grado de degradación que se refleja en elevados porcentajes de suelo desnudo (ambientes modificados). La siguiente división separa los arbustales altos dominados por Cyclolepis genistoides de las marismas y de los arbustales bajos. Éstos últimos, a su vez, se dividen en dos grupos dominados por Allenrolfea patagonica y Atriplex undulata , respectivamente (Fig. 2). Los porcentajes de coincidencia entre la clasificación previa y los grupos definidos en este análisis fueron del 100% para todos los ambientes, salvo para los arbustales de Cyclolepis donde la precisión fue del 87.5%.

Fig. 2. Análisis de Clasificación. SPA: Pajonales de Spartina ; ALL.: Arbustales de Allenrolfea patagonica ; ATU: Arbustales de Atriplex undulata ; SAR: Estepas de Sarcocornia perennis ; CYC: Arbustales de Cyclolepis genistoides ; SD: Suelo desnudo; PAH: Pastizal halófilo. (Ver imagen)

La riqueza total varió entre 13 ± 2.22 especies en los ambientes de espartillares y 86 ± 13.92 en los arbustales de Cyclolepis , mientras que la riqueza promedio varió entre 3,5 y 33,28 especies para los censos realizados en esos mismos ambientes. Los valores mínimo y máximo de diversidad también correspondieron a los espartillares y a los arbustales altos respectivamente y variaron entre 0,54 ± 0,49 y 1,93 ± 0,41. El porcentaje de especies exóticas fue máximo para los ambientes modificados y los arbustales bajos de Atriplex sp. y mínimo para los espartillares, donde no se encontraron especies exóticas (Tabla 1).

Tabla 1: Datos obtenidos a partir de los censos de vegetación realizados en el área de estudio.

El mapa de vegetación elaborado a partir de la interpretación de las fotografías aéreas y de la información de las cartas IGM se presenta en la Fig.3. Los cangrejales constituyen el ambiente más representado en el área de estudio, seguidos por los arbustales altos y por las marismas (Tabla 2). Los ambientes estudiados se distribuyen en dos grandes núcleos separados por el área portuaria y el sector industrial. El sector interno tiene una mayor superficie de intermareal. El externo, por su parte, muestra una representación relativamente mayor de arbustales bajos de Atriplex y de espartillares, así como una mayor superficie de suelo desnudo. Se trata también de un área mucho más afectada por actividades humanas como lo demuestra la mayor densidad de caminos, que resulta en un mayor grado de fragmentación de los ambientes naturales.


Fig. 3. Mapa de vegetación de la costa de Bahía Blanca.

Tabla 2: Área ocupada por los distintos tipos de ambientes.

Comparación con datos históricos
El número total de especies detectadas para cada ambiente en este trabajo supera los valores reportados en los censos realizados por Verettoni (1974), excepto para el caso de las marismas de Sarcocornia (Tabla 3). En el caso del porcentaje de especies exóticas se observa que los valores actuales son superiores en el caso de los tres ambientes de arbustal, similares para el pastizal halófilo e inferiores para las marismas de Sarcocornia.

Tabla 3: Datos obtenidos a partir de los censos realizados en los años 1949/50

Cuando se comparan los valores de abundancia de las especies en toda el área de estudio se observa que siete de las 18 especies consideradas ( Atriplex undulata , Sarcocornia perennis , Limonium brasiliense , Cyclolepis genistoides , Lycium chilense , Frankenia juniperoides y Spartina densiflora ) muestran valores de cobertura significativamente mayores que en 1974, en tanto que para otras cuatro ( Distichlis spicata , Melilotus indicus , Kochia scoparia y Lophocloa phleoides ) observamos un descenso significativo (Tabla 4).

Tabla 4: Comparación de los valores de cobertura por ciento entre los censos de 1949/50 y 2003 para 18 especies comunes en el área de estudio.

DISCUSIÓN

Si bien las comunidades vegetales encontradas en el área de estudio fueron descriptas previamente en otros trabajos (Verettoni, 1961, 1974; Lamberto, 1980) en este trabajo se presenta un detalle de la distribución de todos los ambientes naturales presentes con una alta precisión, resaltándose el ajuste obtenido entre la definición de ambientes realizada a partir de las fotografías aéreas y la clasificación obtenida a partir de los censos de vegetación.
El estuario de Bahía Blanca juega un rol importante desde el punto de vista ambiental siendo un área con una fisonomía particular que le permite actuar como un frente de amortiguación de los efectos de temporales y tormentas y como un eficaz sistema de retención de sedimentos (Zalba et al., Inédito). Al mismo tiempo, las características de estos ambientes reducen su adecuación para usos productivos tradicionales como la agricultura o la ganadería intensiva, por lo que representan las áreas más extensas en relativo buen estado de conservación en la región, constituyendo refugios para la protección de numerosas especies de fauna y flora silvestre. Esta es también la razón más probable para explicar la constancia en la representación de las distintas comunidades y especies vegetales a pesar del tiempo transcurrido desde los estudios de Verettoni. La comparación con valores históricos presentada en este trabajo debe tomarse con cuidado, ya que se trata de un estudio desarrollado por otros investigadores, con objetivos y métodos diferentes a los nuestros, aún así surgen datos que pueden resultar de interés a la hora de comprender la dinámica de las formaciones vegetales en el área. Así, surgen algunos signos de procesos de degradación ambiental que se observan, por ejemplo, en el porcentaje de especies exóticas que alcanza en estos ambientes el 25%, superando el valor de 18,5% citado por Zuloaga et al., (1999) para todo el territorio de la provincia de Buenos Aires. Esta diferencia es particularmente notable si consideramos que el valor presentado por Zuloaga y colaboradores es un promedio para todos los ambientes de la provincia y el área de estudio constituye un ecosistema con mayores restricciones ecológicas que la mayoría de los ambientes bonaerenses. Estas alteraciones se manifiestan de manera más conspicua en los ambientes elevados, dominados por arbustales. Allí observamos un aumento en la proporción de especies exóticas, posiblemente como consecuencia de las menores restricciones ambientales, en comparación con las áreas en contacto directo con la línea de costa, pero también a causa de la mayor intensidad de disturbios antrópicos, como se ha demostrado para procesos de invasión por plantas exóticas en múltiples oportunidades (Fox et al., 1986, Hobbs, 1989, Mack et al., 2000, Rejmánek, 2005). En el caso particular de la costa del estuario de Bahía Blanca estos factores de degradación ambiental incluyen la apertura de caminos y la expansión de infraestructura urbana, industrial y portuaria.
En el caso de los ambientes más cercanos a la línea de mareas las transformaciones ambientales pueden ser menos conspicuas y no se reflejan, por ejemplo, en la proporción de especies exóticas en este ambiente que no parece haber variado en los últimos cincuenta años. Sin embargo podrían existir factores ambientales tales como cambios en la dinámica de los sedimentos y en las características químicas del estuario que tengan un correlato sobre las comunidades vegetales. Es aquí donde el análisis de datos históricos se vuelve más importante. Por ejemplo, el incremento en la abundancia de las especies del género Spartina podría estar asociado a un aumento en los niveles de materia orgánica, como ha sido mencionado por numerosos autores para los Estados Unidos (Bertness et al., 2002; Valiela et al., 1978). En el caso de S. densiflora , nuestro estudio muestra un incremento significativo en la cobertura respecto de los valores reportados por Verettoni, mientras que la autora no hace alusión a S. alterniflora , especie que cubre en la actualidad amplias extensiones en el sector de estudio. Las estepas más amplias de S. alterniflora se encuentran asociadas a la desembocadura de los arroyos, donde podrían recibir aportes de fertilizantes a partir de zonas agrícolas cercanas. En particular el que ocupa la mayor superficie coincide además con la salida de los efluentes cloacales de la ciudad de Bahía Blanca.
En resumen los resultados obtenidos permiten resaltar la constancia en la estructura y la composición de las comunidades vegetales del área de estudio si se la compara con otros ecosistemas naturales típicos de la región como los pastizales (Bilenca & Miñarro, 2004). Sin embargo la situación cambia cuando las comunidades de arbustales halófilos se comparan con antecedentes históricos en la misma área geográfica: surgen entonces evidencias de procesos de degradación que resaltan la necesidad de desarrollar políticas activas de conservación. Las limitaciones ambientales del área costera pueden actuar como un freno transitorio para la transformación de estos ecosistemas, pero difícilmente puedan contrarrestar el avance de las actividades humanas a mediano y largo plazo. Desde este punto de vista queremos destacar la importancia de desarrollar estudios de identificación y mapeo de unidades de vegetación para evaluar la respuesta de los ambientes naturales ante distintos procesos de cambio y para planificar estrategias de desarrollo. En particular se recomienda, para esta área y otras similares, el establecimiento de clausuras permanentes que contribuyan a objetivizar la evaluación de los cambios temporales en la estructura y composición de las comunidades vegetales.

Anexo 1: Lista de especies vegetales registradas en la costa del partido Bahia Blanca

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos especialmente a Pamela Geddes, al Dr. Carlos Villamil que colaboró en la determinación de las plantas coleccionadas y a los especialistas que revisaron este manuscrito. Este trabajo se desarrolló en el laboratorio de GEKKO, el Grupo de Estudios en Conservación y Manejo del Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la Universidad Nacional del Sur con financiamiento parcial del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas CONICET.

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Recibido el 30 de Agosto de 2004,
aceptado el 13 de Diciembre de 2006.

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